Los diez libros de arquitectura
4/5
()
Información de este libro electrónico
Inspirada en teóricos helenísticos, la obra trata sobre órdenes, materiales, técnicas decorativas, construcción, tipos de edificios, hidráulica y mecánica.
Los diez libros de arquitectura, conocido y empleado en la Edad Media, se reeditó en Roma en 1486. Ofreció a los artistas del Renacimiento, imbuidos de la admiración por las virtudes de la cultura clásica propia de la época, un canal privilegiado mediante el que reproducir las formas arquitectónicas de la antigüedad greco-latina.
Todavía hoy constituye una fuente documental insustituible, también por las informaciones que aporta sobre la pintura y la escultura griegas y romanas. El famoso dibujo de Leonardo da Vinci sobre las proporciones humanas, conocido como el Hombre Vitruviano, está basado en las indicaciones dadas en esta obra.
Vitruvio también trabajó para el ejército de Julio César como ingeniero constructor de maquinaria de guerra. Así viajó con las legiones romanas en campañas por Galia y España.
El punto de partida de esta edición de Los diez libros de arquitectura ha sido la traducción del latín de 1787, publicada en la Imprenta real, bajo la dirección de Joseph Ortiz y Sanz, presbítero. Los grabados que acompañaban al texto se imprimieron al final de la obra. Hemos creído conveniente insertar las ilustraciones entre el texto, con el fin de facilitar al máximo la lectura del mismo.
Además se han realizado ciertas unificaciones siguiendo el libro de estilo que aplicamos a los títulos clásicos publicados en Linkgua que así lo requieran.
Relacionado con Los diez libros de arquitectura
Libros electrónicos relacionados
La vida secreta de los edificios: Del Partenón a Las Vegas en trece historias Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Historia crítica de la arquitectura moderna: Quinta edición revisada y ampliada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEntender la arquitectura: Sus elementos, historia y significado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los principios de la arquitectura moderna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El lenguaje de la arquitectura: Una aportación a la teoría arquitectónica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPensar la arquitectura: un mapa conceptual Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArquitectura de siglo XX Calificación: 3 de 5 estrellas3/5La arquitectura como ciencia: Principios de proyecto y tipos de edificio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArquitectura y técnica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl proyecto de arquitectura: Concepto, proceso y representación Calificación: 5 de 5 estrellas5/5De la construcción a los proyectos Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Materiales en arquitectura: Aprendizajes para el espacio y la materialidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La arquitectura moderna en Latinoamérica: Antología de autores, obras y textos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa casa en la arquitectura moderna Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Historia de la arquitectura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones1000 Obras de Arquitectura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Manifiesto arquitectónico paso a paso: Un ensayo sobre la arquitectura contemporánea a través de las iglesias Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de la arquitectura contemporánea Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Historia y proyecto: Una revisión de los conceptos de tipo y contexto Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl error de Le Corbusier. Estudio reconsiderado de los métodos de proporción Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Arquitectura crítica: Proyectos con espíritu inconformista Calificación: 3 de 5 estrellas3/5El complejo arte-arquitectura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Modernización y nacionalismo de la arquitectura mexicana en cinco voces: 1925-1980 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHacia una teoría de la arquitectura: Antropología arquitectónica Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La idea de espacio en la arquitectura y el arte contemporáneos, 1960-1989 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Materiales Sostenibles: Principios y guía práctica Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La arquitectura de la ciudad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Arquitectura y modos de habitar Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Hacia una arquitectura móvil Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Arquitectura para usted
Presupuesto y programación de obras. Conceptos básicos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Dirección de ventas: Liderazgo en el Siglo XXI Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La vida privada y pública de Sócrates Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesApuntes de diseño de interiores: Principios básicos de escalas, espacios, colores y más Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lenguaje de los patrones en la moda Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Nefrología, basada en la evidencia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBOLSOS Y CARTERAS Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesArquitectura. Forma, espacio y orden Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Imagen profesional y corporativa: Como mejorarla, sostenerla o revertirla Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCultura gastronómica en la Mesoamérica prehispánica Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Macramé: diseños para casa Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesOrganización de bodas: Guía practica para profesionales y novios Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJapanese Joinery; Guía de carpintería japonesa para principiantes: Realiza juntas japonesas en 8 pasos con herramientas mínimas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Miguel Ángel y obras de arte Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Curso de AutoCad para arquitectos: Planos, presentaciones y trabajo en equipo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las maravillas perdidas del mundo: Breve historia de las grandes catástrofes culturales de la civilización Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los lugares misteriosos de la tierra Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Arquitectos de familia: El método. Arquitectos de la comunidad Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El espacio en el diseño de interiores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Pasos hacia una metodología del diseño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCurso de matemática financiera: Teoría y práctica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesManual de dibujo arquitectónico Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Gestión y administración de obras pequeñas Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Jefe De Obra: Resolución De Problemas Y Gestión Práctica Del Trabajo Calificación: 5 de 5 estrellas5/5NOTAS SOBRE DISEÑO INDUSTRIAL Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesManual de instrumentación para aire acondicionado: Del termostato a los sistemas de control y gestión de edificios (BMS) Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Un sueno americano: Mi historia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Compendio de la construcción.: Manual de tablas y fórmulas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Comentarios para Los diez libros de arquitectura
56 clasificaciones1 comentario
- Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Vitruvius — Roman Engineer, Architect. He gives thorough detail of how Romans built their houses. He’s writing the book to Caeser. He starts by sharing how Architects need a wide variety of knowledge from music, astronomy, geometry, history. We don’t learn astronomy these days. But I suspect it had something to do with Astrology or signs. He boils down the principles of Architecture to Order, Arrangement, Eurythmy [ systematic movement of parts in reciting poetry or some literature ] and Economy.
He goes to explain in detail about each of these. He uses the word, “forms of expression.” He would say, forms of expression of arrangement are ground-plan, elevation, perspective. I like how he used this word. Anyway — next he goes to explain; Departments of Architecture, Materials, Temples, Forums, Houses, Floor, How to Find Water, Astrology, and Machines. It’s interesting to connect music with architecture, he gives a detailed explanation of how a theatre is connected to each rhythm of the music.
I was curious about how to find Water. I really wonder if his method works. I'm not sure. Overall, a good introduction to Architectural Principles.
Deus Vult,
GottfriedA 1 persona le pareció útil
Vista previa del libro
Los diez libros de arquitectura - Marco Lucio Vitruvio
Marco Vitruvio Polión
Los diez libros
de arquitectura
Traducción de Joseph Ortiz y Sanz
Barcelona 2024
Linkgua-edición.com
Créditos
Título original: Los diez libros de arquitectura.
© 2024, Red ediciones S.L.
Traducción de Joseph Ortiz y Sanz.
e-mail: info@linkgua.comm
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN CM: 978-84-9816-936-2.
ISBN tapa dura: 978-84-9007-035-2.
ISBN ebook: 978-84-9816-911-9.
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.
Sumario
Créditos 4
Brevísima presentación 11
Libro I 13
Proemio 15
Capítulo I. De la esencia de la arquitectura, e instituciones de los arquitectos 15
Capítulo II. De qué cosas conste la arquitectura 21
Capítulo III. De las partes en que se divide la arquitectura 23
Capítulo IV. De la elección de parajes sanos 24
Capítulo V. De la construcción de los muros y torres 27
Capitulo VI. De la recta distribución y situación de los edificios de muros adentro 30
Capítulo VII. De la elección de áreas para los lugares del uso común de la ciudad 36
Libro II 39
Proemio 41
Capítulo I. Del principio de los edificios 42
Capítulo II. De los principios de las cosas, según las opiniones de los filósofos 45
Capítulo III. De los ladrillos 46
Capítulo IV. De la arena, y su elección para el mortero 48
Capítulo V. De la cal, y elección de la piedra para cocerla 49
Capítulo VI. Del polvo llamado Pozzolana 50
Capítulo VII. De las canteras 52
Capítulo VIII. De las diversas maneras de edificar 53
Capítulo IX. De la madera 61
Capítulo X. Del abeto superior y inferior 65
Libro III 67
Proemio 69
Capítulo I. De la composición y simetría de los templos 70
Capítulo II. De las especies de templos 84
Capítulo III. De los fundamentos para columnas y demás sobreornatos 87
Libro IV 101
Proemio 103
Capítulo I. De las tres especies de columnas y de su invención 103
Capítulo II. De los ornatos de las columnas 108
Capítulo III. Del orden dórico 110
Capítulo IV. De la distribución de las naves y pronaos de los templos 115
Capítulo V. De la situación de los templos respecto a las regiones celestes 116
Capítulo VI. De la proporción de las puertas de los templos 116
Capítulo VII De las proporciones de los templos a la toscana 124
Capítulo VIII. De la situación de las aras de los dioses 130
Libro V 131
Proemio 133
Capítulo I. Del foro y basílicas 134
Capítulo II. Del erario, cárceles y curia 139
Capítulo III. Del teatro, y su saludable situación 139
Capítulo IV. De la armonía 143
Capítulo V. De los vasos del teatro 146
Capítulo VI. De la figura del teatro 148
Capítulo VII. Del pórtico y demás partes del teatro 149
Capítulo VIII. De las tres especies de escenas, y de los teatros griegos 151
Capítulo IX. De los pórticos y paseos detrás de la escena 153
Capítulo X. De la disposición y partes de los baños 155
Capítulo XI. De la construcción de las palestras 158
Capítulo XII. De los puertos de mar y otros edificios en el agua 159
Libro VI 163
Proemio 165
Capítulo I. De la situación de los edificios en orden a las condiciones de los parajes 167
Capítulo II. De la conmensuración de proporciones en orden a la naturaleza de los sitios 171
Capítulo III. De los atrios o zaguanes 172
Capítulo IV. De los atrios, alas, tablinos, y peristilos 172
Capítulo V. De los triclinios, salones, exédras y galerías 176
Capítulo VI. De los salones a la griega 176
Capítulo VII. De las partes del cielo a que deben mirar los edificios para su buen uso 177
Capítulo VIII. De la disposición de los edificios para cada clase de personas 177
Capítulo IX. De las casas de campo 178
Capítulo X. De las casas a la griega 181
Capítulo XI. De la firmeza de los edificios 184
Libro VII 187
Proemio 189
Capítulo I. De los pavimentos 193
Capítulo II. De la maceración de la cal para los enlucidos 195
Capítulo. III. De los jaharrados 196
Capítulo IV. De los enlucidos en parajes húmedos 198
Capítulo V. De la pintura en las paredes 202
Capítulo VI. De la preparación del mármol para enlucidos 204
Capítulo VII. De los colores minerales 205
Capítulo VIII. Del bermellón 205
Capítulo IX. De la elaboración del bermellón 206
Capítulo X. De los colores artificiales 207
Capítulo XI. Del azul, y del ocre quemado 208
Capítulo XII. Del albayalde, cardenillo, y sandaraca 208
Capítulo XIII. De la púrpura 209
Capítulo XIV. De otros colores artificiales 209
Libro VIII 211
Proemio 213
Capítulo I. Del modo de hallar el agua 214
Capítulo II. Del agua llovediza 216
Capítulo III. De las propiedades de algunas fuentes 218
Capítulo IV. De las propiedades de algunas otras fuentes 224
Capítulo V. De las pruebas del agua 226
Capítulo VI. De las nivelaciones de las aguas 226
Capítulo VII. De la conducción de las aguas 228
Libro IX 233
Proemio 235
Capítulo I 236
Capítulo II 236
Capítulo III 238
Capítulo IV. De la esfera y los planetas 240
Capítulo V. Del curso del Sol por los doce signos 245
Capítulo VI. De las constelaciones septentrionales 246
Capítulo VII. De las constelaciones meridionales 247
Capítulo VIII. De la descripción de los relojes por medio del analema 249
Capítulo IX. De la descripción de algunos relojes, y de sus inventores 252
Libro X 257
Proemio 259
Capítulo I. Qué cosa sea máquina, en qué se diferencie del órgano, y de su origen y necesidad 260
Capítulo II. De las máquinas tractorias 261
Capítulo III. De otra máquina tractoria, y del modo de levantarla 264
Capítulo IV. De otra máquina tractoria 265
Capítulo V. De otra especie de máquina tractoria 266
Capítulo VI. De la invención de Ctesifonte para conducir pesos grandes 268
Capítulo VII. Del hallazgo de la cantería de Efeso 270
Capítulo VIII. De los principios de mecánica 270
Capítulo IX. De los artificios para sacar agua 273
Capítulo X. De otro tímpano y de las haceñas 274
Capítulo XI. De la cóclea de sacar agua 275
Capítulo XII. De la máquina de Ctesibio 276
Capítulo XIII. De los órganos músicos con agua 277
Capítulo XIV. Del modo de medir las millas en un camino 278
Capítulo XV. De las catapultas 280
Capítulo XVI. De la construcción de las ballestas 282
Capítulo XVII. De las proporciones de las ballestas 283
Capítulo XVIII. Del modo de armar al disparo las catapultas y ballestas 284
Capítulo XIX. De las máquinas opugnatorias 285
Capítulo XX. De la tortuga para llenar fosos 287
Capítulo XXI. De otras tortugas 288
Capítulo XXII. Conclusión de la obra 289
Brevísima presentación
Marco Vitruvio Polión (Marcus Vitruvius Pollio) fue un arquitecto, escritor, ingeniero y tratadista romano del siglo I adC.
No se conoce ninguna obra proyectada o construida por él. Es el autor del tratado sobre arquitectura más antiguo que se conserva y el único de la Antigüedad clásica, De Architectura, en 10 libros (probablemente escrito entre los años 23 y 27 adC). Inspirada en teóricos helenísticos, la obra trata sobre órdenes, materiales, técnicas decorativas, construcción, tipos de edificios, hidráulica y mecánica.
De Architectura, conocido y empleado en la Edad Media, se reeditó en Roma en 1486, ofreciendo a los artistas del Renacimiento, imbuidos de la admiración por las virtudes de la cultura clásica propia de la época, un canal privilegiado mediante el que reproducir las formas arquitectónicas de la antigüedad greco-latina. Posteriormente se publicó en la mayor parte de los países y todavía hoy constituye una fuente documental insustituible, también por las informaciones que aporta sobre la pintura y la escultura griegas y romanas. El famoso dibujo de Leonardo da Vinci, el Hombre de Vitruvio sobre las proporciones del hombre está basado en las indicaciones dadas en esta obra.
Vitruvio también trabajó para el ejército de Julio César como ingeniero constructor de maquinaria de guerra, e incluso viajó con las legiones romanas en campañas por Galia y España.
El punto de partida de esta edición ha sido la traducción del latín que en 1787 hizo la imprenta real, bajo la dirección de Joseph Ortiz y Sanz, presbítero. Los grabados que acompañaban al texto se imprimieron al final de la obra; hemos creído conveniente insertar las diferentes ilustraciones entre el texto, con el fin de facilitar al máximo la lectura del mismo.
Además se han realizado ciertas unificaciones de criterio editorial con el libro de estilo que aplicamos a todos los títulos clásicos que publicamos.
Libro IProemio
En ocasión, o Cesar, que tu numen y mente divina tenía el imperio del orbe de la tierra, y deshechos con invicto valor todos tus enemigos, se congratulaban los ciudadanos con tu triunfo y victoria; las Naciones todas sujetas pendían de tu voluntad, y el pueblo romano y Senado, libre ya de temor, era gobernado por tus sapientísimas máximas y disposiciones, no me resolvía a presentarte estos escritos de arquitectura, trabajados con el mayor desvelo, por verte en tantas ocupaciones, temeroso de que mi intempestivo embarazo pudiera ofenderte. Pero advirtiendo que no solo ocupa tu cuidado el bien común y feliz estado de la República, sino también la comodidad de las obras públicas, para aumentar la ciudad no solo sujetando provincias a su dominio, sino también para que a la majestad del imperio corresponda la magnificencia de los edificios, determiné no diferirlo. Ya en otro tiempo fui conocido de tu padre por arquitecto, y muy afecto a su valor: y habiéndole los dioses celestiales trasladado al trono de la inmortalidad, y puesto en tu poder el imperio de tu padre, aquel antiguo afecto que en mí perseveraba, me granjeó también tu benevolencia. Así estuve pronto con M. Aurelio, P. Minidio, y Gn. Cornelio, para la preparación de las ballestas y escorpiones, y para la composición de las otras máquinas de guerra, recibiendo como ellos el sueldo señalado, que después mandaste se me continuase por pensión, a ruego de tu hermana. Quedándote, pues, tan obligado por este beneficio, como que no temo pobreza mientras viva, empecé a escribir para ti estos Comentarios, por haber advertido que has hecho muchos edificios, y al presente los haces: y porque en lo venidero cuidarás de que las obras publicas y particulares sean conformes a la grandeza de tus hazañas, para que su memoria quede a la posteridad, puse en orden estos ajustados preceptos, a fin de que teniéndolos presentes, puedas saber por ti mismo la calidad de las obras hechas y hacederas; pues en ellos explico todas las reglas del arte.
Capítulo I. De la esencia de la arquitectura, e instituciones de los arquitectos
1 La arquitectura es una ciencia adornada de otras muchas disciplinas y conocimientos, por el juicio de la cual pasan las obras de las otras artes. Es práctica y teórica. La práctica es una continua y expedita frecuentación del uso, ejecutada con las manos, sobre la materia correspondiente a lo que se desea formar. La teórica es la que sabe explicar y demostrar con la sutileza y leyes de la proporción, las obras ejecutadas. Así, los arquitectos que sin letras solo procuraron ser prácticos y diestros de manos, no pudieron con sus obras conseguir crédito alguno. Los que se fiaron del solo raciocinio y letras, siguieron una sombra de la cosa, no la cosa misma. Pero los que se instruyeron en ambas, como prevenidos de todas armas, consiguieron brevemente y con aplauso lo que se propusieron.
2 Tiene, como las demás artes, principalmente la arquitectura, aquellas dos cosas de significado y significante. Significado es la cosa propuesta a tratarse. Significante es la demostración de la cosa con razones científicas. Por lo qué, parece debe estar ejercitado en ambas, el que quiera llamarse arquitecto. Deberá, pues, ser ingenioso y aplicado, pues ni el talento sin el estudio, ni éste sin aquel, pueden formar un artífice perfecto. Será instruido en las buenas letras, diestro en el dibujo, hábil en la geometría, inteligente en la óptica, instruido en la aritmética, versado en la historia, filósofo, médico, jurisconsulto, y astrólogo. La causa de necesitar todo esto, es la siguiente.
3 Conviene que el arquitecto sea literato, para poder con escritos asegurar sus estudios en la memoria. Dibujante, para trazar con elegancia las obras que se le ofrecieren. La geometría auxilia mucho a la arquitectura, principalmente por el uso de la regla y el compás, con lo cual más fácilmente se describen las plantas de los edificios en los planos, se forman escuadras, se tiran nivelaciones y otras líneas. Con la óptica se toman en los edificios las mejores luces y de mejor parte. Por la aritmética se calculan los gastos de las obras, se notan las medidas, y se resuelven intrincados problemas de las proporciones. Sabrá la historia, porque los arquitectos ponen muchas veces en los edificios diferentes ornatos, de cuyo origen conviene dar razón a quien la pidiere: como si alguno, en vez de columnas, colocare en la fábrica estatuas de mujeres con adornos matronales, llamadas cariátides, y encima pusiere modillones y coronamientos, a quien preguntare la causa, la dará de esta manera. Caria, ciudad del Peloponeso, se confederó contra Grecia con los persas, sus enemigos, y habiendo los griegos salido gloriosamente victoriosos de esta guerra, de común acuerdo la declararon a los de Caria. Tomada y asolada la ciudad, y pasados a cuchillo los hombres, se llevaron cautivas sus matronas, sin consentir que dejasen las vestiduras matronales, no contentándose con aquel triunfo solo, sino queriendo también, que con la afrenta de la perenne memoria de su esclavitud, pareciesen pagar eternamente la culpa de su pueblo. Por lo cual, los arquitectos de aquella edad pusieron en los edificios públicos las imágenes de estas mujeres, sosteniendo el peso, para dejar memoria a la posteridad del castigo de la culpa de Caria.
4 Igualmente los laconios, conducidos por su capitán Pausanias, hijo de Cleombróto, habiendo con poca gente vencido infinita del ejército persa en la batalla de Platea, y celebrado un glorioso triunfo de despojos y presa, testigo de su valor y gloria, edificaron con ello el pórtico persa, trofeo a las edades, en señal de la victoria, y pusieron en él las estatuas de los cautivos, con su mismo traje persa, en acto de sostener el tedio (merecido castigo a su soberbia), para que los enemigos se atemorizasen del valor de los laconios, y para que los ciudadanos de estos, animados a vista de aquel testimonio de su valor, estuviesen siempre dispuestos a la defensa de su libertad. De aquí vino que muchos colocaron después estatuas persas sosteniendo los arquitrabes y demás sobreornatos, enriqueciendo con ello las fábricas de gustosa variedad. Otras historias hay de esta especie, cuya noticia conviene tengan los arquitectos.
5 La filosofía hace magnánimo al arquitecto, y que no sea arrogante, antes flexible, leal y justo: sin avaricia, que es lo principal, pues no puede haber obra bien hecha sin fidelidad y entereza. No será codicioso, ni amigo de recibir regalos, antes procure mantener su reputación con gravedad y buena fama, que todo esto prescribe la filosofía. Trata también de la naturaleza de las cosas, que en griego se llama fisiología, la cual debe saberse con mayor cuidado, tanto por contener muchas y varias cuestiones naturales, cuanto por lo que mira a la conducción de aguas encañadas: porque en su camino, rodeos y subidas se excitan aires de varias maneras, cuya resistencia no podrá evitar sino quien por la filosofía sepa la naturaleza de las cosas. También el que lea los escritos de Ctesibio, de Arquímedes y otros semejantes, no los podrá entender, si los filósofos no le hubieren instruido en estas cosas.
6 Sabrá la música, para entender las leyes del sonido y matemáticas; y para saber dar la debida tensión a las ballestas, catapultas y escorpiones: porque en los capiteles de estas máquinas a una y otra mano están los agujeros de los unísonos, por donde pasan las cuerdas de nervio torcido, tiradas con árganos, ejes o palancas, las cuales cuerdas no se aseguran ni atan, mientras no dan al oído del artífice igual y determinado sonido: pues los brazos de la máquina forzados a doblarse por aquella tensión de cuerdas, al restituirse a su estado, despiden el dardo directamente y en un mismo punto, pero si no estuvieren unísonos, no le vibrarán directo. Asimismo, en los teatros, los vasos de bronce (que se colocan en razón matemática, debajo de las gradas dentro de unas celdillas) y la diferencia de sus sones, que los griegos llaman echeia, se acuerdan a las consonancias o concentos músicos, distribuyéndolos en rededor en cuarta, quinta y octava; de manera que al herirlos el sonido de la escena, conveniente en el punto, aumentado considerablemente, llega más claro y suave al oído de los espectadores. Por la misma razón, nadie que ignore la música podrá construir máquinas hidráulicas y otras semejantes.
7 Necesita el arquitecto de la medicina, para conocer las variedades de cielo, que los griegos llaman climata, las cualidades del aire de las regiones, cuales sean saludables o pestilentes, y el uso de las aguas: porque sin estas precauciones no puede haber habitaciones sanas.
8 Tendrá también noticia del derecho, por lo que toca al ámbito de los estilicidios en las paredes comunes de las casas, a los albañales y a las luces. Deben asimismo los arquitectos saber la salida de las aguas, y demás derechos a ellas pertenecientes; previéndolo todo antes de empezar las obras, para no dejar litigios entre los interesados después de concluidas, y para que en su locación quede acción cierta al dueño y al arquitecto: porque estando clara la escritura y documento, podrán ambos librarse de mutuos engaños.
9 Por la astrología, finalmente, se conoce el oriente, occidente, mediodía, y septentrión: como también la constitución celeste, a saber, los equinoccios, solsticios, y curso de los astros; de cuya noticia quien careciere, de ningún modo entenderá la gnomónica. Siendo, pues, la arquitectura una ciencia condecorada de tantas otras, y tan llena de erudiciones muchas y diversas, juzgo que no pueden con razón llamarse arquitectos, sino los que desde su niñez subiendo por los grados de estas disciplinas, y creciendo en la adquisición de muchas letras y artes, llegaren al sublime templo de la arquitectura.
10 Parecerá mucho, tal vez, a los ignorantes, el que se pueda naturalmente aprender tanta multitud de ciencias, y retenerlas en la memoria; pero si reflexionaren que todas tienen recíproca conexión, y como una mutua conveniencia, conocerán la facilidad de conseguirlo. En efecto, la disciplina encíclica es un cuerpo formado de estas partes: así que los que desde su tierna edad, con repetidas y varias lecciones, se instruyeron en todas letras, saben las ciencias que principalmente estudiaron, y al mismo tiempo ven la comunicación de todas las otras disciplinas; y por ello con más facilidad se hacen universalmente doctos.
11 Por esta razón Píthio, antiguo arquitecto, que tan noblemente construyó el templo de Minerva en Priene, dice en sus Comentarios, que el arquitecto debe exceder en todas las artes y doctrinas a aquellos que con su aplicación pusieron cada una de ellas en la mayor claridad. Pero ésto no se ve en la práctica; pues a la verdad, no está obligado, ni puede el arquitecto ser tan gramático como Aristarco, pero ni menos debe ignorar la gramática: ni tan músico como Aristóxeno, pero no sin entender algo de música: ni tan pintor como Apeles, pero no sin práctica de dibujo: no tan estatuario como Mirón, o Policleto, más no ignorante de las reglas de escultura: ni menos tan médico como Hipócrates, pero con algún conocimiento de medicina. En suma, no está tenido a ser excelente en las demás ciencias; pero tampoco debe hallarse ayuno de ninguna: porque no es fácil en tanta variedad de cosas, que todos penetren las mayores sutilezas en particular, siendo apenas posible llegar a conocer su esencia y principios. Ni son los arquitectos solamente los que no pueden ser consumados en todas materias; sino que aun de aquellos que poseen las artes en particular, no llegan todos a la mayor perfección, y más alto grado de gloria. Pues si en cada una de ellas en particular, sus particulares profesores, no todos, sino algunos, por toda la antigüedad, apenas consiguieron la celebridad, ¿cómo podrá el arquitecto, que debe instruirse en tantas, no causar maravilla que nada ignore de ellas, antes supere a todos los artífices que pusieron todo su cuidado y estudio particular en una sola?
12 Parece, pues, que Píthio se engañó en esto, por no haber advertido, que todas las artes constan de dos cosas, que son práctica, y teórica, y que la una es propia de los ejercitados en todas las partes de su ejecución, que es la práctica, y la otra común a todos los doctos, que es la teórica. Así, común es a médicos y a músicos la pulsación de las venas, y el movimiento de los pies, pero si se ha de curar una herida, o sacar a un enfermo de peligro, no llamaremos al músico, sino al médico, como cosa propia de su oficio: ni menos pulsará el médico un instrumento de música para recreo del oído, sino el músico. Igualmente, común es a astrólogos y músicos la cuestión sobre la simpatía de los planetas y de las consonancias en cuadrados y trígonos, a cuarta y quinta: como también a los geómetras la de la visión, que los griegos llaman logos ópticos: y así en las demás ciencias hay muchas cosas, o todas, que solo para disputar especulativamente son comunes, pero la obra que se ha de conducir a perfección y complemento con el ejercicio de las manos, toca solo a los que se emplearon prácticamente en aquella arte, bajo los preceptos que su teórica prescribe. Parece, por tanto, haber hecho su deber el arquitecto, que de cada facultad sabe medianamente los principios y fundamentos, especialmente de aquellas que la arquitectura necesita, para que en caso de haber de juzgar algo a ellas perteneciente, se halle capaz de hacerlo debidamente.
13 Los que recibieron de la naturaleza tanto talento, perspicacia y memoria, que puedan adquirir perfectamente la geometría, astrología, música, y demás disciplinas, pasan los límites de arquitectos, y se hacen matemáticos, con lo cual pueden fácilmente disputar de estas ciencias, hallándose apercibidos con el conocimiento de otras muchas. Pero raras veces se ven tales sujetos, como en otros tiempos lo fueron Aristarco samio, Filolao y Arquitas tarentino, Apolonio pergeo, Eratóstenes cireneo, y Arquímedes y Scopinas siracusano: los cuales dejaron a la posteridad muchas invenciones orgánicas y gnomónicas, halladas y explicadas por calculo numérico, y razones naturales. Concediendo, pues, la naturaleza este don no a todos, sino a rarísimos, y exigiendo el empleo del arquitecto el ejercicio de todas las disciplinas, permite la razón, por lo vasto de la materia, que no tenga, según convendría, el perfecto conocimiento de las ciencias, sino el mediano. Así, te suplico, o Cesar, a ti, y a cuantos leyeren esta obra, que si alguna expresión pecare en las reglas gramaticales, se me disimule, pues no la compuse como perfecto filósofo, retórico elegante, o gramático de estilo, puntual en los preceptos del arte, sino como arquitecto, y con una tintura de las otras ciencias. Pero en cuanto a lo sustancial del arte y sus reglas, prometo y espero instruir en estos libros no solo a los que edifican, sino también a los demás sabios, con la mayor autoridad y magisterio.
Capítulo II. De qué cosas conste la arquitectura
14 La arquitectura consta de ordenación, que en griego se llama taxis, de disposición, que los griegos llaman diátesis, de euritmia, simetría, decoro, y distribución, llamada en griego economía. La ordenación es una apropiada comodidad de los miembros en particular del edificio, y una relación de todas sus proporciones con la simetría. Regúlase por la cantidad, que en griego se llama posótes; y la cantidad es una conveniente dimensión por módulos de todo el edificio, y de cada uno de sus miembros.
15 La disposición es una apta colocación y efecto elegante en la composición del edificio en orden a la calidad. Las especies de disposición, que en griego se llaman ideas, son icnografía, ortografía, y escenografía. La icnografía es un dibujo en pequeño, formado con la regla y el compás, del cual se toman las dimensiones, para demarcar en el terreno de la área el vestigio o planta del edificio. Ortografía es una representación en pequeño de