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Las cadenas del demonio
Las cadenas del demonio
Las cadenas del demonio
Libro electrónico129 páginas54 minutos

Las cadenas del demonio

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Las cadenas del demonio de Pedro Calderón de la Barca nos narra la historia de Irene, hija del rey de Armenia, Polemón. Irene vive desterrada por mandato de su padre. Este trata de evitar así el cumplimiento de los vaticinios que auguraban desgracias al reino tras su nacimiento.
La única presencia humana que conoce es la de sus servidoras Silvia y Flora, a través de las cuales tiene noticias del mundo exterior.
Su ánimo se desploma cuando le informan de que su padre ha decidido que le suceda en el trono uno de sus sobrinos, a los que ha llamado a su presencia. Éstos son Ceusis, ambicioso, soberbio y cruel, y Licanoro, de carácter débil y humilde.
Desesperada, Irene ofrece su alma al demonio a cambio de conseguir la libertad y su regreso al reino que le corresponde. El pacto queda sellado y el demonio consigue deslumbrar a la joven haciendo alarde de sus poderes mágicos.
La aparición de la figura de San Bartolomé va a cambiar el rumbo de los acontecimientos. Finalmente, el santo libera a Irene de los tormentos que la afligen, devolviendo a Irene la libertad de su alma, tras expulsar al demonio con la ayuda de la gracia divina.
IdiomaEspañol
EditorialLinkgua
Fecha de lanzamiento31 ago 2010
ISBN9788499532783
Las cadenas del demonio
Autor

Pedro Calderon de la Barca

Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-1681) estudió con los jesuitas y completó su formación en las universidades de Alcalá de Henares y Salamanca. En su juventud participó en varias campañas militares, mientras daba inicio a su exitosa carrera como dramaturgo, llegando a ocupar el lugar hegemónico que había distinguido a Lope y a ser uno de los autores favoritos de la corte y la monarquía españolas. Vivió entre Toledo y Madrid. Se ordenó sacerdote en 1651 y fue nombrado capellán de honor del rey en 1663. Su obra dramática sobresale en multitud de subgéneros, desde las comedias más ligeras hasta los autos sacramentales, pasando por los dramas mitológicos o las tragedias de la honra, siempre con un lenguaje de alto vuelo poético y conceptual.

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    Las cadenas del demonio - Pedro Calderon de la Barca

    9788499532783.jpg

    Pedro Calderón de la Barca

    Las cadenas

    del demonio

    Barcelona 2024

    Linkgua-ediciones.com

    Créditos

    Título original: Las cadenas del demonio.

    © 2024, Red ediciones S.L.

    e-mail: info@red-ediciones.com

    Diseño de cubierta: Michel Mallard.

    ISBN rústica: 978-84-9816-439-8.

    ISBN ebook: 978-84-9953-278-3.

    Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar, escanear o hacer copias digitales de algún fragmento de esta obra.

    Sumario

    Créditos 4

    Brevísima presentación 7

    La vida 7

    Personajes 8

    Jornada primera 9

    Jornada segunda 47

    Jornada tercera 85

    Libros a la carta 121

    Brevísima presentación

    La vida

    Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.

    Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.

    Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.

    Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.

    Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.

    Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.

    Personajes

    San Bartolomé

    El Rey Polemón

    Licanoro, príncipe

    Ceusis, príncipe

    El Demonio

    Un Sacerdote de Astarot

    Lirón, villano

    Irene, hija del rey

    Silvia, dama

    Flora, dama

    Lesbia, villana

    Criado

    Músicos

    Criados

    Gente

    Jornada primera

    (Salen Irene, y Flora y Silvia deteniéndola.)

    Irene Dejadme las dos.

    Flora Señora,

    mira...

    Silvia Oye...

    Flora Advierte...

    Irene ¿Qué tengo

    de oír, advertir y mirar,

    cuando miro, oigo y advierto

    cuán desdichada he nacido,

    solo para ser ejemplo

    del rencor de la Fortuna

    y de la saña del tiempo?

    Dejad, pues, que con mis manos,

    ya que otras armas no tengo,

    pedazos del corazón

    arranque, o que de mi cuello,

    sirviéndome ellas de lazo,

    ataje el último aliento;

    si ya es que, porque no queden

    de tan mísero sujeto

    ni aun cenizas que ser puedan

    leves átomos del viento,

    no queráis que al mar me arroje

    desde ese altivo soberbio

    homenaje, en fatal ruina

    de la prisión que padezco.

    Silvia ¡Sosiega!

    Flora ¡Descansa!

    Silvia ¡Espera!

    Irene ¿Qué descanso, qué sosiego

    ha de tener quien no tiene

    ni esperanza de tenerlo?

    Silvia El entendimiento sabe

    moderar los sentimientos.

    Irene Ésa es opinión errada;

    que antes el entendimiento

    aflige más cuanto más

    discurre y piensa en los riesgos.

    Flora Es verdad, pero también...

    Irene No prosigas; que no quiero

    desaprovechar mis iras

    ahora en tus argumentos.

    Dejadme sola, dejadme,

    idos, idos de aquí presto.

    Flora Dejémosla sola, pues

    sabes que solo es el medio

    de su furor el dejarla.

    (Vanse Flora y Silvia.)

    Irene Ya se han ido. Ahora, cielos,

    han de entrar con vuestras luces

    en cuenta mis sentimientos.

    ¿Qué delito cometí

    contra vosotros naciendo,

    que fue de un sepulcro a otro

    pasar no más, cuando veo

    que la fiera, el pez y el ave

    gozan de los privilegios

    del nacer, siendo su estancia

    la tierra, el agua y el viento?

    ¿A qué fin, dioses, echasteis

    a mal en mi nacimiento

    un alma con sus potencias

    y sus sentidos, haciendo

    nueva enigma de la vida

    gozarla y perderla, puesto

    que la tengo y no la gozo,

    o la gozo y

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