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Introducción

Enseñar para el encuentro. Módulo formativo en ecumenismo ha sido pensado con el fin de fortalecer el proceso educativo de aquellos seglares que deseen acercarse al mundo del diálogo intereclesial. Al ser este documento el primer paso de un proceso de aprendizaje para, primero, los agentes de pastoral y, luego, los laicos en general, se pretende presentar las características fundamentales del movimiento ecuménico y algunas de sus aplicaciones prácticas inmediatas. Con esto, se aspira a brindar las herramientas necesarias que abran la posibilidad de profundizar en el estudio de esta temática con programas formativos de mayor envergadura. Lejos de ser un curso exhaustivo que agote la discusión en torno al ecumenismo, Enseñar para el encuentro es el abrebocas a una realidad eclesial que, desafortunadamente, es poco conocida en muchos escenarios pastorales.

Son dos los elementos que estructuran todo el trabajo: el pedagógico y el teológico. Respecto al primero, el Módulo articula las diferentes dimensiones pedagógicas, curriculares y didácticas, sugiriendo al encargado lo necesario para el fructífero desarrollo de su labor. Por medio de un modelo basado en competencias, el punto de llegada que se quiere alcanzar no es otro que la comprensión global del ecumenismo en su calidad de movimiento que revitaliza la vida de la Iglesia. En la medida en que no se pretende transmitir un contenido académico ajeno a la cotidianidad de las personas, las diferentes unidades exploran la dimensión sensible del estudiante.

Lo dicho anteriormente hace que el Módulo, antes que un curso de extensión universitaria, sea una ayuda para despertar la vocación ecuménica. Aquí se encuentra la razón para que el proceso formativo no se circunscriba de manera plena al esquema de clases magistrales y evaluaciones periódicas. Al contrario, la propuesta apunta a promover un aprendizaje que vincule la afectividad de los participantes con la dinámica propia del estudio. Consecuentemente, además de la exposición de temas centrales para la cuestión ecuménica, se prevé una serie de actividades que, consideradas en conjunto, fortalecen el interés por el diálogo interconfesional.

En cuanto al segundo elemento —el teológico—, se estructuran los principales conceptos que son presentados desde la teología católica para el ejercicio del ecumenismo. Se recogen así los aportes sustanciales emanados del magisterio y la reflexión teológica contemporánea. Como se verá, la apuesta metodológica ha implicado hacer una selección de temas y textos que, aun sabiendo que no dan cuenta de la completitud de la discusión, hacen posible comprender los elementos básicos del ecumenismo. Reconociendo las dificultades que en el contexto colombiano puede haber a la hora de conseguir libros o material cibergráfico, se ha planteado el Módulo como un recurso teórico introductorio suficiente.

Dada la naturaleza de esta obra, se ha querido que el lenguaje usado sea cercano a un público que no esté familiarizado con el ámbito académico. Por eso, si bien los textos de fundamentación y reflexión son resultado de un proceso investigativo riguroso en los campos de la teología y la pedagogía, han sido elaborados de tal forma que el lector pueda acceder a ellos sencillamente. De ahí que no se encuentre en ellos un aparato crítico propiamente dicho, sino un conjunto de referencias bibliográficas a partir de las cuales fue escrito el material, que a su vez hacen las veces de orientación documental para quien quisiera profundizar más en los temas. Antes de poner a disposición del público un manual de ecumenismo que sintetice el aporte de los grandes pensadores, o un tratado académico que sistematice las reflexiones más recientes en torno a las problemáticas actuales, la perspectiva de trabajo que dio origen al texto fue la divulgación de los grandes temas que dan forma al diálogo ecuménico.

La propuesta formativa cuenta con tres secciones temáticas sugeridas. Inicialmente hay un acercamiento a las nociones sustanciales del ecumenismo, teniendo como soportes el testimonio bíblico y la discusión sistemática suscitada durante los dos últimos siglos. Aquí se ofrece un estudio que, aunque puede parecer somero, aborda los puntos neurálgicos alrededor de los cuales el movimiento ecuménico ha avanzado. Con esto se establecen entonces los límites dentro de los que se desarrollarán los siguientes capítulos. Estos recursos funcionan, además, como marco de referencia para los estudios que pueda adelantar el estudiante de manera autónoma.

Posteriormente, se hace un recorrido histórico acerca de las grandes escisiones del cristianismo, gracias al cual el estudiante aprenderá a reconocer los rasgos que caracterizan a las comunidades cristianas no católicas. Así, la visión global que resultó de la unidad precedente se ve completada por la definición de los actores directos del diálogo ecuménico. Por supuesto, no se abarca la totalidad de la identidad y la teología de cada Iglesia. Sin embargo, sí se retoman los ejes centrales de los distintos grupos.

Para finalizar, se centra la atención en las posibles prácticas espirituales compartidas por las diversas confesiones, ya que la vivencia de los momentos de oración comunitaria es el escenario más cercano en el cual se mueven los creyentes. Con esta última unidad se quiere postular el ecumenismo espiritual como el escenario concreto en el cual los estudiantes pueden vivir sus primeras experiencias ecuménicas.

Este documento resulta novedoso dentro de las diversas propuestas formativas que la Iglesia y las instituciones educativas ofrecen, puesto que integra la dinámica académica con la experiencia cotidiana de las personas. En América Latina en general, y en Colombia en particular, el ecumenismo ha sido limitado al quehacer que realizan algunos líderes eclesiales y escasos laicos interesados en el tema. Así, parece ser propiedad exclusiva de un grupo de especialistas. Además, la pertinencia de su elaboración y aplicación cobra especial sentido al tener en cuenta que:

1. La presencia de comunidades no católicas ha aumentado considerablemente a partir de los últimos años ¹, situación que exige al laicado nuevos esquemas de comprensión para poder entrar en diálogo con aquellos que pertenecen a otra denominación cristiana.

2. En Colombia no existe un plan de formación adecuado (ya sea por duración, profundidad o accesibilidad) para que los laicos puedan participar en espacios cada vez más plurales. Se requiere, entonces, una apuesta formativa que introduzca a las personas al mundo ecuménico desde la cotidianidad que se desarrolla en la vida parroquial.

3. La cuestión ecuménica se ha limitado la mayoría de veces a un ambiente de reflexión sostenida en la academia o en entornos bastante restringidos, lo cual se refleja en un enorme desconocimiento en el ámbito seglar respecto al tema de las diferentes Iglesias existentes y las relaciones entre ellas.

4. El ejercicio de la docencia teológica enriquece el discurso en cuanto tal. Por ende, la pastoral debe ser revalorada y estructurada de tal manera que exista una relación adecuada y complementaria entre la acción y la reflexión.

5. El agente de pastoral es uno de los responsables de la formación del laicado. Conse­cuentemente, está llamado a instruirse para aportar a la construcción del conocimiento con aquellos que hacen parte de los grupos que dirige.

Así las cosas, se sugiere que el presente Módulo sea objeto de estudio, en primer lugar, de agentes de pastoral con las siguientes características: a) entre 25 y 40 años; b) interés en la cuestión ecuménica; c) apertura al diálogo y la reflexión con miembros de otras denominaciones cristianas; d) finalizados, como mínimo, los estudios de educación media, y e) gusto y habilidad por la lectura y la escritura. En segundo lugar, el Módulo se dirige a laicos en general, con un rango de edad que oscile, preferiblemente, entre los 23 y los 40 años. A pesar de estar enfocado en aquellos que pertenecen a la Iglesia católica, permite que los miembros de otras Iglesias interesados en el proceso reflexivo participen de manera activa en el proceso de formación.

Como se puede evidenciar, el documento pretende formar formadores (los agentes de pastoral) para que ellos, a su vez, se sirvan de este recurso para enseñar a los laicos. Por eso, las sesiones cuentan con actividades específicas que deben realizar los agentes con miras a una mayor apropiación del tema. Aun así, se han formulado cuatro competencias básicas que los integrantes de ambos grupos deben adquirir al terminar el Módulo:

1. Competencia de sensibilización. Es la capacidad de concientizar a quienes participen en el proceso de formación acerca de las características de la diversidad cristiana y la importancia del ecumenismo.

2. Competencia de contenido. Brindar a quienes participen en el proceso de formación las estructuras conceptuales pertinentes para reconocer los rasgos principales de los grupos cristianos y las vías de encuentro entre ellos.

3. Competencia de comunicación. Asegurar la comprensión de términos y la producción de discursos propios del ámbito ecuménico en quienes participen en el proceso formativo.

4. Competencia de expresión. Promover en los miembros del grupo de formación la convivencia y el diálogo entre los cristianos, al igual que la práctica de un ecumenismo espiritual que se manifieste en la oración común.

Para orientar las acciones precisas que permitan garantizar la consecución de las competencias expuestas, se han formulado tres preguntas problémicas. Ellas sirven no solo como hilo conductor de toda la experiencia educativa, sino que también se postulan como interrogantes siempre abiertos que pueden encauzar futuras acciones formativas. La estipulación de estos cuestionamientos permite plantear los esfuerzos pedagógicos en virtud de horizontes de sentido concretos. Así, las preguntas, antes que limitar el propósito de la obra, ofrecen un panorama amplio para la reflexión alrededor de una reflexión que se encarna en la historia: ¿cuál es la identidad y la relevancia del diálogo ecuménico en la actualidad? ¿Cuáles son los elementos que deben tenerse en cuenta en el diálogo con los no católicos? ¿Cómo plantear la oración común entre cristianos de diversas confesiones sin caer en la relativización de las Iglesias? ¿Cómo pueden ayudar los laicos al diálogo ecuménico a través de su vida espiritual y su participación en la parroquia?

El trabajo está pensado como herramienta que permita preparar agentes de pastoral que estén en la capacidad de educar a laicos en el tema ecuménico y, de forma paralela, sensibilizar y formar a laicos respecto a las nociones fundamentales que componen el mundo del ecumenismo. Para alcanzar los objetivos planteados, se hizo necesaria una investigación acerca de la reflexión teológica que sustenta el discurso ecuménico, la historia y caracterización de las grandes Iglesias cristianas y