Teatro Escogido Tomo I Fragmento 0 PDF

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Alfonso Sastre

Teatro escogido

Edicin no venal, septiembre 2006

Alfonso Sastre De los estudios e introducciones: sus autores AAT para esta edicin

Diseo Portada: Martn Moreno y Pizarro Edita: Asociacin de Autores de Teatro

Depsito Legal: GU: 340/2006

TOMO I CARGAMENTO DE SUEOS ESCUADRA HACIA LA MUERTE LA MORDAZA GUILLERMO TELL TIENE LOS OJOS TRISTES EN LA RED M.S.V. O LA SANGRE Y LA CENIZA LA TABERNA FANTSTICA

TOMO II EL NUEVO CERCO DE NUMANCIA EL CAMARADA OSCURO LOS HOMBRES Y LAS SOMBRAS LOS LTIMOS DAS DE EMMANUEL KANT DEMASIADO TARDE PARA FILOCTETES DNDE ESTS, ULALUME, DNDE ESTS? HAN MATADO A PROKOPIUS!

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NDICE

Presentacin por Jess Campos Garca Introduccin de Javier Villn Bibliografa de Mariano de Paco Cargamento de sueos Introduccin de Mariano de Paco Texto de la obra Escuadra hacia la muerte Introduccin de Csar Oliva Texto de la obra La mordaza Introduccin de Berta Muoz Texto de la obra Guillermo Tell tiene los ojos tristes Introduccin de Magda Ruggeri Texto de la obra En la red Introduccin de Francisco Caudet Texto de la obra

7 9 29 55 57 63 83 85 97 161 163 171 225 227 233 303 305 311

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M.S.V. o La sangre y la ceniza Introduccin de Ricard Salvat TExto de la obra La taberna fantstica Introduccin de Gonzalo Santonja Texto de la obra

373 375 383 515 517 523

PRESENTACIN

Las siete ltimas dcadas de la historia de Espaa han sido con mucho el perodo ms aciago para nuestra autora. Guerra, posguerra, dictadura y democracia amnsica (ahora se quiere recobrar la memoria) son eslabones de una cadena que ya se inicia con la negacin de Valle-Incln, y que ahora se perfecciona con la exaltacin del repertorio (Valle incluido) por los abanderados del glamour (primero se silencia y despus se da la palabra a los muertos). Qu difcil representar la realidad de la sociedad espaola en los escenarios construidos para su evasin. Alfonso Sastre debe saberlo bien, pues ha vivido en obras propias todos los atropellos y despropsitos del perodo. Escribir en Espaa es llorar, deca Larra. Pues ni te cuento representar, cabra responderle. Cierto que cuantos andamos empecinados en este oficio ya sabamos desde el principio que no era cosa fcil, aunque jams pudimos imaginar (yo, al menos, no) estos ltimos regates tan sofisticados e hipcritas. Y es en este marco histrico en el que hay que situar la obra de Alfonso Sastre, con sus adversidades y reconocimientos, que los hubo y muchos, aunque nunca hayan estado a la altura de su vala. A m me cabe la satisfaccin de haber participado de algn modo en el logro de uno de sus momentos dulces: el estreno de La taberna fantstica. Diriga yo entonces los Teatros del Crculo, y tuve as la oportunidad de estimular primero y propiciar despus aquel xito incuestionable, fruto de mucho buen hacer: la puesta en escena de Gerardo Malla, la brillantez del Brujo y de todo el reparto, impecables; pero sobre todo, del texto, que respiraba verdad. Cuando se dan las condiciones (circunstancia harto inusual), el teatro es imparable.

JESS CAMPOS GARCA

Pues bien, con el deseo de que los momentos dulces continen sucedindose, desde la Asociacin de Autores de Teatro, de la que Alfonso Sastre es socio de honor, editamos su Teatro escogido; tambin con el propsito de colaborar, aunque sea mnimamente, a la difusin de estos textos: piezas fundamentales de la literatura dramtica, nuestra y ajena, de hoy y de siempre.

JESS CAMPOS GARCA Presidente de la Asociacin de Autores de Teatro

INTRODUCCIN
Javier Villn

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UN IMPOSIBILISMO POSIBLE
JAVIER VILLN

Desde que en 1953 se prohibi Escuadra hacia la muerte, obra que suscit la clera del poder y una extraa fascinacin sobre distintas generaciones de amantes del teatro, la vida de Alfonso Sastre ha sido una epopeya en solitario. El fervor de amigos, el inters de estudiosos, la magnitud de su obra y algunos xitos espordicos como La taberna fantstica no cambian esa circunstancia de enquistamiento. Puede que Alfonso Sastre sea uno de los autores espaoles menos representado y el ms estudiado; exiliado de los escenarios, Sastre habita en los libros. De ello pueden dar fe estos dos volmenes de Obras escogidas que renen a varios especialistas sastrianos. Esta edicin de la Asociacin de Autores de Teatro no se agota en s misma, sino que hallar continuacin, prximamente, en unas jornadas en el Crculo de Bellas Artes, en las que se abordar el teatro, la monumental obra ensaystica, la inquietante obra lrica si es lcito definir como lricos sus versos y su narrativa de terror, ms inquietante todava. Traer a cuento las interdicciones contra Escuadra hacia la muerte, como arranque de esta introduccin, no es un vano ejercicio de arqueologa; es recuperar una circunstancia, de intensa significacin, que va a marcar para siempre la vida teatral, y quin sabe si la vida en general, de Alfonso Sastre. La inslita repercusin de aquel estreno, en cierta medida primerizo, result decisiva en un doble sentido: descubra a un autor y anunciaba las dificultades que lo esperaban. En cierta medida, Escuadra hacia la muerte fue profeca y anuncio de los conflictos que han llevado a Sastre a su situacin actual: un islote dentro del teatro espaol azotado por los vientos de todas las tormentas. En origen, Escuadra hacia la muerte no tuvo especiales problemas con la censura y fue montada por Gustavo Prez Puig; su

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xito fue incuestionable. Pero enseguida las furias de la represin se precipitaron sobre ella. Escuadra hacia la muerte, concursante en el Premio Lope de Vega, haba sido descalificada a las primeras de cambio. Ese ao el premio se lo dieron a Jimnez Arnau y se otorgaron algunas menciones a otros autores, los cuales hoy, como dramaturgos, ni existen ni los conoce nadie; se agotaron antes de empezar. Ignoro si la fervorosa respuesta del pblico, que, sin saberlo, estaba cuestionando la arbitraria decisin del jurado, pudo haber influido en la maldita prohibicin que convirti esta obra en legendaria. Lo que interesa resaltar es que ah comienza la procelosa peripecia intelectual y vital de Alfonso Sastre, el mejor autor espaol de la segunda mitad del siglo XX, y puede que, en paridad con los esperpentos de Valle, tambin de la primera. De esta aventura intelectual y humana dan cumplida y plural noticia estos quince ttulos, elegidos con un criterio de representatividad, insuficiente a todas luces, de las distintas etapas. El primero, Cargamento de sueos, es una especie de protohistoria teatral de Sastre; la historia ltima est representada por Han matado a Prokopius, primer ttulo de la tetraloga Los crmenes extraos, que Alfonso Sastre acaba de rematar con El extrao caso de los caballos blancos de Romersholm, an indita. Los otros ttulos de la tetraloga son El asesinato de la luna llena y Crimen al otro lado del espejo. Entre aquel antimilitarista drama de guerra y estos dramas policacos y grotescos discurre una dramaturgia tan fecunda como desconsiderada e incgnita.

TEORA SOBRE DEL INTELECTUAL CRTICO


Alfonso Sastre es un caso de exclusin que trasciende los lmites concretos del teatro; trasciende tambin los lmites de la cultura espaola en particular y, si seguimos esa onda expansiva, los lmites de la cultura dominante en general. Se ha convertido en un autor de culto, casi secreto, y en un referente dramtico imprescindible; pero esta imagen no lo define enteramente. La inercia del tpico tiende a presentarlo como un intelectual crtico, un autor en permanente conflictividad con el poder. Pero eso no est del todo claro; mejor dicho, yo no tengo nada claro que Alfonso Sastre sea, slo, un intelectual crtico y conflictivo. La virulencia represiva con que el poder lo ha tratado siempre va ms all de la presin que se ejerce contra el intelectual crtico. ste suele gozar de cierta tolerancia, como si fuese el respiradero de una red de valores

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inmutables; viene a ser as el apndice de oro de un sistema de hierro, el testigo impertinente necesario para el equilibrio de la ecologa poltica. Aunque en las sociedades desarrolladas sean ms amplios que en las sociedades restrictivas, sus lmites estn definidos y marcados. El intelectual crtico es un producto cultural de slido y enorme prestigio, siempre que no se convierta en un contrapoder efectivo. Es una parte del sistema, ms progresiva, y preferible, sin duda, al intelectual orgnico y propagandista. No hay poder tan perverso que no necesite una legitimidad moral; legitimidad que puede otorgarle el dscolo tolerado y no el revolucionario silenciado. En este sentido, puede cuestionarse que Alfonso Sastre sea un intelectual crtico. No pretende contribuir a la perpetuacin de un sistema corregido ni ser el reequilibrio de las fuerzas dominantes. Por crticos que sean los intelectuales stos, como se lee en Guillermo Tell, pueden hacer una tertulia literaria, pero nunca harn la revolucin. Peter Weiss, en Escritos polticos (Lumen, 1976), analiza esta cuestin en una sociedad sacudida por los cambios convulsos en la evolucin del capital. Denuncia Peter Weiss lo que podramos llamar coartada cmplice de la libertad; la trampa de una sociedad sedicentemente democrtica cuya capacidad de asimilacin es ilimitada. La reprobacin individual de un sistema, la expresin de la incomodidad que ese sistema produce en algunos intelectuales, no alarma a los poderosos ni daa la base de su poder, explica Peter Weiss; al contrario, resulta muy adecuada para que todo el mundo compruebe la solidez de sus instituciones. Se me compran, dice, incluso las ideas ms absurdas, mi sarcasmo y mi irona, porque con ellas no hago ms que suministrar a los que detentan el poder la prueba de su liberalidad. Con todo, podramos concluir que la liberalidad, aunque interesada, es mejor que la exclusin o el ninguneo. Una sociedad liberal es preferible a una sociedad marcial. Pero volvamos a la condicin intelectual de Sastre; si no es solamente un autor crtico, qu es entonces? Conviene que intentemos aclararlo, pues del intento podramos deducir la naturaleza de su obra y las razones de su exclusin. Sastre es un autor extramuros, est al otro lado; es un marginal, en el sentido estricto y filosfico del trmino, fuera de un entramado de dominio, en cuyas falacias hasta las vctimas se sienten representadas. Esta circunstancia histrica de asimilacin democrtica la describe Weiss en el citado libro Escritos polticos, concretamente en el apartado 10 puntos de trabajo de un autor en el mundo dividido de la siguiente manera: han impregnado con sus

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puntos de vista todos los estratos de la poblacin. Dado que han neutralizado, en parte, a una oposicin de izquierdas o dicha oposicin, en virtud de unos xitos externos, se ha adaptado a la ilusin de prosperidad slo raras veces se pregunta qu hay detrs de dicha prosperidad y a qu precio ha sido conseguida. Si alguien lo pregunta, es objeto de los ms sucios insultos y viene a demostrarse hasta qu punto est desgastado el concepto de humanitarismo y de democracia en el escudo de armas de los poderosos. En este marco se inscribe la vida y la obra de Alfonso Sastre: en las tinieblas exteriores durante la dictadura de Franco y en el mismo lugar en la democracia. Su presencia en la cultura de Espaa, por decirlo con un trmino abierto que permita cierta generosidad de juicio sobre esa cultura, es irregular. No podr decirse que la vida cultural se halla normalizada mientras persistan situaciones como la de Alfonso Sastre. El trmino que mejor conviene a ste es el de ajenidad; Sastre, ajeno al teatro, Sastre ajeno a la poltica, Sastre ajeno al discurrir de la historia, pues teatro, poltica e historia, en Espaa, se desarrollan fuera del pensamiento sastriano. Lo cual configura una imagen de escritor en cierta medida trgica y en parte paradjica, pues justo en esos campos, es donde se siente ms directamente concernido. En realidad, el teatro de Sastre slo se concibe como una desesperada forma de intervenir en el arte, en la vida y en la historia. Y, sin embargo, una mirada sobre el autor madrileo permite reconocer al instante que siempre ha estado al otro lado del espejo; en otra dimensin y a la inversa de unos valores determinantes de pautas de conducta y de creatividad. Referirse a Alfonso Sastre como un marginado puede ser verdad, pero es una verdad incompleta, pues el concepto de marginacin es relativo y encubridor, con frecuencia, de una intencin integradora. Por eso, antes que de marginacin, yo prefiero hablar de esa ajenidad por parte suya y de exclusin permanente por parte del poder; Sastre, seducido por Cervantes, por la novela picaresca y por el Siglo de Oro, un excluido de la cultura espaola: del espacio oficial de la cultura espaola, usurpado ayer por autcratas represores y hoy por una progresa sedicente e infame. Hace apenas media docena de aos Vicente Molina Foix, en el El Pas, lanzaba, todava, anatema y excomunin a perpetuidad contra Alfonso Sastre. Hay, sin embargo, un mbito del que forma parte y en el que es acogido con naturalidad: una cultura de resistencia o, por lo menos, de progreso cierto; la prevencin contra Sastre halla aqu sus lmites y su frontera. Mas ello no expresa la autntica dimensin de su teatro, constreido a estudiosos y exgetas, ni le da el sitio natural que le

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corresponde: los escenarios. La situacin de Alfonso Sastre en la escena espaola, desde hace medio siglo, no es una marginacin pasiva; es una exclusin indecorosa. Esto es lo que configura su ser trgico; la voluntad de participacin despojada de voluntad de integracin. Su intencin es estar presente en los escenarios y a ello encamina su voluntad, pero sin someterse a imposiciones castradoras: posibilismo de la voluntad e imposibilismo de la inteligencia, pues sta niega las trampas acomodaticias que aquella le propone. En un momento de su vida, rememorando el viejo altercado dialctico con Buero, Sastre sospecha que a la postre, y a efectos prcticos de influencia en la marcha de la historia, da igual posibilismo que imposibilismo; la estrategia posibilista deja intacto el sistema y la resistencia imposibilista lleva al silencio y la inoperancia. Disiento en esto de Alfonso Sastre. Esa disidencia radical ha conferido a muchos de sus textos, varios de los cuales van en este libro, patente de inmortalidad. O, por lo menos, ha eliminado el peligro de la autocensura. Gran parte de su teatro tiene la audacia irrevocable de las cosas destinadas al destierro; como escrito al margen de la polucin ambiental de la historia o, mejor an, contra la historia misma. El teatro de Alfonso Sastre es un teatro incontaminado; estos textos, ledos aos despus de su redaccin purgatorio y mal menor de las obras no estrenadas, son de una sorprendente e irritante actualidad. Tienen pasado, tienen presente y tienen, sobre todo, futuro; aunque sea un futuro incierto que dependa siempre del toque escnico y, sobre todo, de la evolucin de la sociedad. No es, pues, un teatro imposible; es un teatro imposibilitado. Si hablramos de marginacin en trminos absolutos, estaramos hablando de una excepcin y, por lo tanto, de una normalidad, ms o menos confortable, de los autores espaoles. Y no es as. En Espaa no hay normalidad, excepto para los clsicos y los muertos; Sastre encarna en grado sumo una situacin anmala generalizada. Lo que singulariza su caso es la desproporcin entre la calidad de su obra y la escasa atencin que se le presta, entre el volumen de la misma y su poca repercusin en la sociedad.

SUBORDINACIN DE LA POLTICA AL ARTE


Evidentemente Alfonso Sastre no ha cambiado la sociedad en la que vive. Tampoco lo hubiera hecho de ser ms representado, pues ninguna fuerza individual puede hacerlo; pero ha transformado los fundamentos del teatro espa-

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ol. Pese a lo cual, su influencia en la escena espaola es nula. Su importancia real se ver cuando se represente, cosa un tanto aleatoria, pues la aceptacin de su dramaturgia sera sntoma inequvoco de una normalizacin general. Sastre sigue suscitando ms recelos que adhesiones y acaso por este extraamiento ha logrado esa difcil y fecunda unin entre compromiso y arte; entre revolucin esttica y pensamiento transgresor; y entre la insurgencia de un tiempo histrico y la fidelidad a algunos aspectos de la tradicin. Su dramaturgia est teorizada en libros como Drama y sociedad, Anatoma del realismo, La revolucin y la crtica de la cultura, Crtica de la imaginacin... La teora del realismo como vanguardia, aplicable al primer tramo de su produccin, es de indudable trascendencia. Se trata de un realismo estilizado, con fugas a sugerentes campos expresionistas. Niega el naturalismo, tan grato a la izquierda tradicional y mecanicista, y recupera la idea marxiana de la independencia del arte sobre el dirigismo doctrinal; una obra poltica no es nada si antes no es arte. Transformar el lenguaje teatral ha sido uno de los objetivos de Sastre a lo largo de su vida de escritor. Defiende el drama, pero desdea el naturalismo; defiende la ideologa, pero desprecia el discurso doctrinario. Y, aunque aspira a la dignidad de un hombre libre sobre la tierra, rechaza la propaganda pura y dura sin mediaciones artsticas. Su defensa del realismo ha sido siempre la de un realismo lejos de la realidad fotofonogrfica, el retrato y la cinta magntica, que recogen las imgenes y los ruidos inmediatamente. Sastre rechaza la realidad en crudo, sin mediaciones transformadoras, porque conduce a un teatro estticamente empobrecido y polticamente inoperante. Es fiel a un realismo de contenido, es decir, atento a la realidad trascendente; pero los procesos formales de la obra de arte son autnomos. Sastre reafirma la especificidad del lenguaje dramtico y con ello cambia las relaciones entre poltica y arte, al proclamar la autonoma de ste respecto a aqulla. El lenguaje es una de las grandes trampas que acechan todo proyecto transformador: no se puede negar el mundo, y menos transformarlo, con los mismos instrumentos que lo apuntalan desde hace siglos. La insurgencia iconoclasta de las vanguardias podra ser un punto de partida; pero, a menudo, la revolucin de los signos no est acompaada por la revolucin de las ideas. Y no es del todo cierto que el medio, el instrumento, sea el mensaje; un nuevo cdigo estilstico, asequible slo a unas minoras, no coadyuva a una nueva praxis social. Adems, a las vanguardias artsticas suele ocurrirles lo que a las revoluciones polticas: cuan-

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do no las destruyen otras fuerzas terminan por devorarse a s mismas. El absurdo pervive pese a momentos controvertidos; su incomunicabilidad, vilipendiada tantas veces como mscara antidialctica de una realidad, ha sido, a la postre, el realismo de un mundo irreparable y sin sentido: a travs de un lenguaje descoyuntado, el absurdo es la reprobacin de ese mundo insolidario. Pero al absurdo le ocurre, en lneas generales, lo que le ocurre al intelectual crtico: dan testimonio de una realidad indeseable sin indagar en sus causas. Puede que sa sea una responsabilidad excesiva para el teatro; pero es una responsabilidad deseable. La capacidad operativa del teatro, y del arte en general, en la marcha del mundo ha sido siempre relativa y, a estas alturas de la historia, puede que nadie se haga demasiadas ilusiones sobre ella. El objetivo podra ser ampliar los mrgenes de libertad creadora: corrosin del lenguaje, depuracin de elementos contaminados; y un cambio en la sentimentalidad de la expresin dramtica, que es lo que hizo Brecht con su revolucionaria potica teatral.

SEDUCCIN Y RECHAZO DE BERTOLD BRECHT


Si Alfonso Sastre no coincide plenamente con la dramaturgia de Bertold Brecht es sobre todo por las cuestiones, sin resolver de forma satisfactoria, que la tcnica actoral del brechtismo proyecta sobre la escena. Explica Sastre en Anatomia del realismo que puede ser explicable la separacin entre personaje y actor y su resultante, la distancia entre personaje y pblico; pero que eso no debe hacerse a costa de convertir al actor en un simple narrador. Su posicin respecto a Brecht es de cautelosa y progresiva aproximacin. En teora est de acuerdo con un teatro pico apuntalado por el materialismo dialctico, pero en la prctica se halla lejos. El autor madrileo se afirma y reconoce en la tragedia; y Brecht la niega. En Anatoma del realismo escribe: Brecht es el denunciador de las falacias sociales, el investigador de las verdaderas estructuras de las relaciones humanas a travs de un concepto profundo y matizado de la lucha de clases, el exaltador de la ciencia frente al oscurantismo, el acusador de los terrores nazifascistas, el defensor de la paz, el intelectual, el amante de su oficio y del pueblo. Admira, por lo tanto, al idelogo, al revolucionario y al poeta; pero se frena en los umbrales de su teatro, que es, precisa-

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mente, un teatro de lucha y revolucin. Y ello resulta comprensible. En la potica teatral de Bertold Brecht el personaje, como sujeto de la accin dramtica, se configura en un proceso narrativo y didctico. En Sastre, por el contrario, los personajes viven, sienten; son hroes perdedores, humanos y cotidianos. La esencia del teatro de Sastre es el drama y el teatro de Brecht, llevado a sus ltimas consecuencias, es la muerte del drama. Podramos imaginarnos a Javier, a Pedro, a Luis, de Escuadra hacia la muerte, disecados por el brechtismo? O a Isaias, el autoritario y cruel patriarca de La mordaza, o a Luisa, su nuera acosada, la delatora justiciera? O a Guillermo Tell que atraviesa con su flecha la cabeza del hijo en vez de la manzana? En La mordaza, a travs de un asfixiante proceso de odios familiares y delaciones, la libertad se impone al despotismo de un garan implacable, el viejo Isaas, un soldado de la Resistencia antinazi en la que ya mostr su lascivia y su crueldad; en Guillermo Tell tiene los ojos tristes el detonante de la revolucin no es tanto una idea salvfica, cuanto el dolor de un padre atormentado por la muerte del hijo. Los personajes de Sastre hacen la historia y la sufren, los de Brecht la cuentan; stos son los maestros de ceremonias, los enseantes; sustituyen la carne y la sangre del drama por una dialctica en la que las emociones no deben debilitar el raciocinio. Brecht habla por boca de ellos, pero en escena carecen de vida propia. En sus ensayos, Sastre llega a la conclusin de que ese teatro es ms propio de una sociedad evolucionada que de una sociedad oprimida; lo cual, en cierta medida, no deja de ser paradjico. En esas complejas disensiones con Brecht, de necesaria comprensin para entender el teatro de Sastre, late no slo el temor a la muerte del drama, sino a la muerte del hombre; el miedo a que las pasiones sean sustituidas por las ideas sin sentimientos: ideologa pura en el vaco, narratividad. En muchas ocasiones, los personajes del drama sastriano, en especial el detective Isidro Rodes y su ayudante Pepita de Los crmenes extraos, rompen la ilusin realista de la vivencia dramtica recordando al pblico que son actores, que nadie se haga la ilusin de estar viviendo una realidad, que todo es fbula e invencin. Sin necesidad de explicitarlo con tan machacona reiteracin como lo hace Brecht, sa es la naturaleza del teatro, una verdad fingida; cuestin resuelta hace aos por Diderot en La paradoja del comediante. Este distanciamiento supone una aproximacin a Brecht; pero supone, sobre todo, una personal reinterpretacin de Pirandello.

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DIALCTICA DE LA VOLUNTAD Y LA RAZN


La seleccin de obras recogidas en estos dos volmenes trata de fijar la evolucin formal de Sastre, su discurso escnico y su pensamiento. No son las nicas a travs de las cuales pueda trazarse ese recorrido; pero son, acaso, las ms significativas y ejemplares dentro de ese proceso. El significado de cada una est brillantemene explicado por cada prologuista. Si anoto brevemente alguno de sus aspectos es con nimo de establecer un todo orgnico y de extraer de ellas la coherencia de su discurso dramtico. Aqu se publica Cargamento de sueos, buen ejemplo de una precocidad germinal, estrenada en el 48 en un instituto de enseanza media y muestra de un difuso y compasivo cristianismo inicial. De aquellas fechas son tambin Comedia sonmbula y Uranio 235. Cargamento de sueos se alimenta de un existencialismo en carne viva y de llameantes figuraciones vanguardistas; es la expresin de las ilusiones del Arte Nuevo, un movimiento formado por un grupo de amigos de los que, en la memoria, perviven Jos Gordn, Medardo Fraile, Jos Mara de Quinto... Y Alfonso Paso, que ms tarde ira por caminos antagnicos a los de Alfonso Sastre. Arte Nuevo fue el primero de los movimientos teatrales en los que ha tratado de sistematizar una praxis de impulso colectivo: TAS (Teatro de Agitacin Social), GTR (Grupo de Teatro Realista), TURS (Teatro Unitario para la Revolucin Socialista). Lo efmero de estos movimientos por un teatro nuevo y, sobre todo, por una sociedad nueva ha llevado Sastre a confesar que son las siglas de un sueo, ya decididamente irrealizable. La creacin de movimientos teatrales, como si temiera verse atrapado por el teoricismo del ensayo y la incierta aplicacin del mismo a la prctica escnica, es una constante en Alfonso Sastre. Siguiendo con las obras elegidas, Escuadra hacia la muerte ya est definida como piedra angular del edificio sastriano y origen precoz de sus desgracias: antimilitarismo en un mundo groseramente militarizado. El informe del teniente general Carlos Asensio, razonando la necesidad de su prohibicin, captaba sagazmente esa cuestin. La mordaza es una respuesta, demasiado sutil quiz, a la censura castradora tan activa aquellos aos; y una muestra tambin del pensamiento libre de Sastre al sealar que causas nobles, como la Resistencia, no estn exentas de pecado. Ms que ejemplo de posibilismo, como se ha dicho en alguna ocasin, La mordaza es ejemplo de un imposibilismo posible y pudo estrenarse en 1954. Aunque no figure en esta seleccin, El pan

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de todos, de 1952, reelaborada y estrenada en 1957, evidencia esta posicin abierta a la autocrtica, con ms radicalidad que ninguna otra. El pan de todos es una de las obras ms pesimistas de Sastre; trata de la traicin a los ideales una vez alcanzado el poder, de la impostura, de la corrupcin y la complicidad culpable. David Harko, el incorruptible, es un personaje que recuerda, en un plano ms poltico, al Javier de Escuadra hacia la muerte. Como ste, acaba suicidndose en expiacin del sacrificio de la madre, inmolada en un ejercicio de ejemplarizante depuracin estril: la corrupcin seguir imperando como forma de poder. En plena lucha contra el franquismo, admitir que la izquierda tambin poda ser corrupta y la revolucin traicionada en beneficio individual, era una audacia peligrosa. Esta obra supuso a Sastre una dura crtica del Partido Comunista, del que acabara separndose, o separado, en 1974 mientras era husped involuntario de Carabanchel. En verdad, con el reformismo de los dirigentes del PCE a Sastre slo le unan crceles y persecuciones; y el antifranquismo, claro. La posibilidad de que las crticas a la izquierda rebajaran las tensiones con el sistema era una quimera. Probablemente los guardianes de la ortodoxia franquista vean en ello una analoga de la perversin del ideario falangista manipulado por Franco, lo cual agravaba las tensiones. Su teatro se prohiba y Sastre se iba ganando a pulso un lugar en el infierno de los malditos. Esa autocrtica, lejos de ser un signo de ambigedad, como se ha dicho en ocasiones, pone de relieve la dolorosa sinceridad de alguien que no cierra los ojos a los falseamientos de las ideas que defiende o a la forma de instaurarlas. Dentro del capitalismo, Sastre es un intelectual antisistema; dentro del socialismo sera un intelectual crtico. Y posiblemente censurado. Tiene asimilada la dialctica de contrarios; pero no es un autor asimilable desde supuestos partidistas. En un plano similar, en lo referido al falseamiento de la revolucin, se mueve Guillermo Tell tiene los ojos tristes: escepticismo del hroe y choque con los aparatos burocrticos; es una llamada a la insurreccin y el ser social acaba alzndose sobre el ser individual; pero el vilipendio y crtica de la burocracia es evidente; fue escrita en 1955 y es obra de buena fortuna; sobre todo por un memorable montaje de Gian Gianotti en Suiza. Malonda y el Grupo Bulul la representaron en Espaa. En la red, tambin de estos aos, es un texto poblado por los fantasmas cruentos de la clandestinidad y la tortura. Estructu-ralmente presenta algunos desajustes, pero los compensa la pasin que los personajes ponen en sus vidas; pasin en un doble sentido: padecer y sentir ardientemente. El padecer lo proporciona la tortura policial, la violencia

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institucional; el sentir ardiente es cosa de la lucha poltica. Aos ms tarde de En la red, surgi Askatasuna, una variante de la lucha clandestina situada en el Pas Vasco, que no acaba de solucionar esos problemas estructurales sealados anteriormente. Con el mismo tema y parecida estructura, Analisis espectral de un comando al servicio de la revolucin proletaria ausente tambin de este libro es una vuelta de tuerca a la radicalidad poltica, cercana al teatro documento con el que Sastre nunca se ha sentido plenamente identificado. Estas dos ltimas se publicaron junto con El camarada oscuro, en un volumen con el ttulo de Teatro poltico. Pero qu teatro de Alfonso Sastre no es poltico? No es partidista ni doctrinario, pues admite la controversia y la confrontacin de ideas; pero es, esencialmente, poltico. El ttulo de ese volumen y su contenido, salvo El camarada oscuro, pudiera ser una concesin a un teatro de circunstancias, como Cuatro dramas vascos, bastante alejados de los supuestos artsticos sastrianos. La taberna fantstica, escrita en 1966 fue, estrenada 19 aos ms tarde con gran xito en la sala Rojas del Crculo de Bellas Artes. La taberna fantstica, dirigida por Gerardo Malla y en la cual se revel un futuro figurn de las tablas, El Brujo, es el mayor xito de Alfonso Sastre; y una muestra de cmo trascender el naturalismo de una realidad lastimosa. En otras manos pudo haberse quedado en un sainete truculento de brillos de navajas, en costumbrismo barriobajero y etlico. En manos de Sastre, es la tragedia de hombres confinados en el submundo de la delincuencia como resultante social inducida; una tragedia en clave tragicmica, elemento distanciador que Sastre mete en muchas de sus obras; destreza lingstica y manejo de la jerga quincallera, lucha de clases dentro de la subclase del lumpen canalla. El nuevo cerco de Numancia, segunda parte de Crnicas romanas, adems de un claro homenaje a Cervantes, es la epopeya de un pueblo indmito contra el Imperio todopoderoso: patria o muerte; y antes que rendicin, autodestruccin. El nuevo cerco de Numancia es exponente de un teatro revolucionario ambicioso y de gran aliento, pero sentenciado: la imagen de un Viriato libertador muere y se desvanece. Esta dialctica entre la inteligencia y la voluntad, entre el pesimismo de la razn y el optimismo obligado de la accin, claves del mejor teatro sastriano y presente en muchas obras de esta seleccin, es el meollo de la accin, lo que da a sus obras carcter eminentemente dramtico. Y lo que define un rasgo especfico de su teatro, incluso del drama anterior a la tragedia compleja: y el nudo de la tragicidad. Esa confrontacin

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se mantiene a lo largo del devenir sastriano. En Han matado a Prokopius, aos 90, Isidro, el ex falangista dipsmano que investiga el asesinato de un dirigente abertzale, discute con un militante etarra y le dice que su revolucin est fracasando como fracas la revolucin socialfalangista. Qu ocurre, pues, con Sastre y sus paradojas? Ocurre que no hay tales paradojas, sino dialctica. Y ocurre que, siendo el autor madrileo un ser social y poltico, plantea un ordenamiento de la sociedad desde la heterodoxia y no desde las consignas, desde la resistencia antigregaria al estado policial. Sastre reclama constantemente un nuevo modelo de sociedad. Esto sirve de soporte a la tragicidad esencial; y resalta el conflicto dialctico, mdula de la tragedia compleja frente al determinismo irrevocable. En la tragedia compleja el hroe hace lo que debe y lo que quiere hacer; a diferencia de la, digamos, tragedia pura, en la que hace lo que tiene que hacer. El teatro de Alfonso Sastre, es siempre reconocible por la presencia de varios elementos recurrentes que ya estaban antes de la tragedia compleja a la que nutren. He aqu algunos: terrorismo como respuesta a una situacin social intolerable, ya presente en Prlogo pattico, obra no estrenada, que data de 1952; conflicto y tensin emocional entre violencia revolucionaria y humanitarismo, espacios cerrados, nocturnidad en espera del asalto policial y la detencin, tortura como instrumento de poder y control. El teatro de Alfonso Sastre empieza a definir sus seas de identidad en la dcada de los cincuenta y primeros sesenta, aos fecundos y germinales. En 1957 escriba en Primer Acto: Si toda revolucin es un hecho trgico, todo hecho social injusto es una tragedia sorda inaceptable. Trato de poner al espectador ante el dilema de elegir entre las dos tragedias. Parece evidente que la tragedia sorda del orden social injusto slo puede ser destruida por la tragedia revolucionaria. La esperanza est en el desenlace feliz de esta tragedia, que es, o debe ser, aguda y abierta frente a la otra: sorda, crnica, cerrada. Medio siglo tiene esta declaracin, a la vista de la cual no parece descabellado afirmar la coherencia sostenida de Alfonso Sastre. Su rechazo de un arte propagandstico y su defensa de la libertad de creacin ha sido siempre ntida. Frente a dogmatismos, asume con todas sus consecuencias que un arte as degrada el teatro y degrada la ideologa. En su condena de la burocracia y del dirigismo en el llamado socialismo real, cuando ste verdaderamente exista, no ahora a toro pasado, aparecen notables coincidencias con Peter Weiss. ste, en su Carta a Lew Ginsburg, lamenta que el arte

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tenga ms libertad creadora en Occidente que en los paises socialistas. Aqu podra aplicarse cierta escandalosa posicin de Sastre, que constituye una rotunda negacin del arte como propaganda unvoca: el teatro o es la propaganda de todos o no es nada. Lo cual pudiera ser asimilado a la teora marxista de que encubrir los problemas propios no ha beneficiado al socialismo; slo la discusin de los mismos conduce a su superacin. sta es la mdula, la savia, la sangre y la carne del teatro de Alfonso Sastre; lo que nutre su esencia dramtica; no son las ideas, sino la encarnadura de los personajes lo que determina la intensidad escnica del drama. Un drama no es una exposicin de ideas, sino un choque de sentimientos. Es esto lo que da perennidad a su teatro; un teatro de seres humanos sacudidos por la vida y no de hroes taumatrgicos posedos por una idea de verdades absolutas.

DE LA TRAGEDIA PURA A LA TRAGEDIA COMPLEJA


Llegar a la tragedia compleja que, segn los estudios ms solventes, se inicia con La sangre y la ceniza, es una consecuencia lgica del proceso esttico, vital y poltico de Alfonso Sastre. La formulacin de la tragedia compleja supone, en realidad, no slo una potica dramtica, sino tambin la clarificacin de un conflicto ideolgico: la oposicin entre el determinismo trgico y la dialctica marxista. La naturaleza de la tragedia compleja es, polticamente, la reafirmacin del hroe como dueo de sus actos en el contexto de una situacin social adversa. Formalmente supone la superacin de la antitragedia brechtiana y del teatro documento de Peter Weiss; conserva elementos aristotlicos propios del drama, e incorpora otros como disociacin del tiempo, invencin de espacios, fragmentacin narrativa, escenotecnia funcional; la contextura humana de los personajes Servet, Filo el Gordo, Moiss, Kant tiene algo de fatalidad; pero la hegemonia absoluta del destino no existe. Destruidos por situaciones lmites sin fuerzas para oponerse a ellas, estos seres patticos intensifican su patetismo con un humor sarcstico, de mueca deformada y no de sonrisa; seres risibles en cuyo destino influyen siempre condiciones sociales: hroes esperpnticos y dolorosos pasados por los espejos valleinclanescos del callejn del gato. En este caos de crispaciones convulsas, procedimientos bien visibles como el personaje-narrador, o la relacin pirandeliana entre personaje y autor, parecen sugerir una reconciliacin con Brecht.

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La fijacin de la tragedia compleja a partir de La sangre y la ceniza, 1965, puede ser vlida, pero cerrada en exceso. Dnde situar, por ejemplo, Asalto nocturno, de escritura anterior en seis aos a Miguel Servet? Asalto nocturno que, por razones de espacio, no aparece en esta seleccin, qu es? A efectos metodolgicos pudiera ser considerada una obra de transicin. Tiene un desenlace abierto, amenazado de fatalismo, pues que la venganza se perpete de generacin en generacin, es una posibilidad que el polica-narrador espera al abrir el peridico cada maana; por otra parte, el desenlace est cerrado, ya que, partiendo del crimen fro con que arranca la obra, de adelante haca atrs, el enigma policaco queda totalmente resuelto. De otro lado, el protagonismo del narrador de Asalto nocturno la aproxima a la antitragedia desfigurada por el odio entre dos familias y agravios de clase nunca perdonados. Obra construida con una precision de relojera que reconstruye una historia sombra de abuso de poder, una lucha de clases intensa y vivida sin declaraciones de manual. Y si Asalto nocturno, pese al desajuste cronolgico, pudiera ser incluida en el ciclo de la complejidad, cosa nada extravagante, dnde colocar Los hombres y sus sombras? Puede ser considerada tragedia compleja? Difcilmente; representacin fra y distanciada de los mecanismos cientficos policiales, como necesario apndice del poder, Los hombres y sus sombras es piedra angular de la dramaturgia sastriana; la que mejor define, acaso, la monstruosidad de un estado policial, bajo la mscara de la democracia. La precisin cientfica del control ideolgico, la deshumanizacin absoluta del poder y la indefensin de los ciudadanos edifican una arquitectura teatral con una complejidad distinta de la tragedia compleja. Tiene poco que ver con la pica de Crnicas romanas y con el sarcasmo de Demasiado tarde para Filoctetes, verdaderas tragedias complejas. En Los hombres y sus sombras el universo sastriano se congela en el fro entramado de un poder omnvoro con rostro de democracia o, si se quiere, sin rostro. Esta obra, sita a Alfonso Sastre, poltica y teatralmente, en una tierra de nadie habitable slo cuando cambien los cimientos de esta sociedad perversa. En la dramaturgia de Sastre Los hombres y sus sombras es obra acabada y capital. Por el uso represor de las modernas tecnologas enlaza con Demasiado tarde para Filoctetes, una pesadilla calderoniana, un desapacible Segismundo exiliado de la Dictadura, que la democracia quiere recuperar para maquillar su impostura. La rebelda del poeta Larrea, Filo el Gordo, insumiso e inadaptable, har fracasar trgicamente el

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invento; cual nuevo Segismundo, Larrea volver a su isla y a su bronca soledad incurable. Es fcil adivinar en este desapacible personaje rasgos bergaminianos o sutilmente sastrianos. La peripecia vital de Alfonso Sastre es inseparable de su dramaturgia. Pero nunca la autobiografa se convierte en autofagia ni en impdica suplantacin de los personajes. No hay disociacin entre los dos planos, mas tampoco identificacin o traslacin mecnicas. Con el tiempo, en algunas de sus obras el propio Sastre aparece como personaje y autor; Alfonso Sastre, personaje de s mismo en Los hombres y sus sombras, en La taberna fantstica, en la tetraloga de Los crmenes extraos; autor condenado al ostracismo y al olvido y a dejar memoria de s, por alusiones de sus criaturas: Sastre un ser trgico, sujeto de sus propias tragedias, personaje vivo de su dramaturgia. En Dilogo para un teatro vertebral, se evidencia con ms nfasis este extraamiento o, si se quiere, autorreconocimiento, a travs de la objetivacin personal. Pero este Dilogo no es exactamente una obra de teatro, sino eso, un dilogo: una conversacin entre Sastre, un personaje llamado Sastre, y un director que puede ser cualquiera de los que pueblan hoy la escena espaola; en este texto insiste en que la mejor forma de acercarse a la realidad es la modulacin artstica; y la subordinacin de la poltica a la fbula y a la invencin, el nico camino fecundo y creador. Publicado en el mismo volumen que El nuevo cerco de Numancia, Sastre parece querer apuntalar con l la insurgencia de un teatro de insumisin revolucionaria. Estando de acuerdo en los objetivos del teatro poltico de Piscator y del teatro documento de Peter Weiss, disiente de sus procedimientos. La realidad, para el teatro, no es un modelo esttico; es una referencia y una fuente de datos. Las afinidades con Weiss estn en la lnea del Marat-Sade, insigne obra sobre la degradacin de la revolucin, entre otras cosas, coincidente en muchos aspectos con la tragedia compleja. Ah radican, pese a la paternidad de Piscator, las limitaciones del teatro documento, una esencialmente: como expresin poltica nunca alcanzar la eficacia de una manifestacin pblica. Tiene por lo tanto la obligacin de dignificar su condicin agitadora, si quiere sobrevivir, con el arte. Donde a mi entender la tragedia compleja alcanza una mayor depuracin estrictamente humana, despojada hasta la extenuacin, temblorosa de dolor y purificacin es en Los ltimos das de Emmanuel Kant (1985) y en Dnde ests, Ulalume, dnde ests? (1990), pese a que en ambas, como creo haber dicho, hay ms patetismo y dolor personal que tragedia social. A travs

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de situaciones dolorosas el alcoholismo insoslayable de Poe en Ulalume, la decrepitud fsica de una mente luminosa en Kant Sastre accede a las cumbres de la tragicidad como expiacin. Ambos ttulos podran agruparse, soslayando distancias y diferencias, con Demasiado tarde para Filoctetes y ltimas revelaciones sobre Moiss, textos estos de resonancias ms polticas. A Emmmanuel Kant el propio Sastre la califica de drama, pero trminos como drama y tragedia tienen en Sastre frecuentemente parecida significacin. La base documental de Los ltimos das de Emmanuel Kant contados por Ernesto Teodoro Amadeo Hoffman es un texto de Thomas de Quincey que, a su vez, se basa en otro del profesor Wasiansky, al que Sastre convierte en personaje. Las referencias histricas quedan incorporadas como materia escnica viva. Pesadilla de la vejez, deterioro fsico, dolor sin lmites y terror de la muerte que no puede ser tapado por lo grotesco y lo irrisorio. Y presencia de lo fantstico y lo terrorfico. Precedentes? Acaso El cuervo, 1956, y Ejercicios de terror, 1970; y todas aquellas en las que la clandestinidad y el miedo a la Polica crea en los personajes ua situacin de desequilibrios e inestabilidad; y las prolongaciones posteriores de Jenofa Juncal, la roja gitana del monte Jaizkibel y Tragedia fantstica de la gitana Celestina.

CLANDESTINIDAD, ESPACIOS CERRADOS


En la obra de Alfonso Sastre hay una presencia, determinante en muchas ocasiones: la clandestinidad, la oscuridad, la doble faz. Esas zozobras no son slo una resultante poltica; tienen una profunda encarnadura humana y forman el nudo de un conflicto personal que es lo que da consistencia a los personajes, dinamismo a la trama, verosimilitud a la tragicidad. La tragedia de la clandestinidad es la falta de identidad, la identidad irreconocible y perdida: soledad absoluta. Muchos de los personajes de Sastre viven el conflicto de esa disociacin, en un ambiente de tensin y de dramatismo acongojantes e insuperables; no son arquetipos, sino singularidades. Sobre la clandestinidad, como factor dramtico, actan varias fuerzas que la tensan: el miedo a ser decubierto y detenido, los espacios cerrados; temor a la perdicin propia, a la propia fragilidad que pueden ser la perdicin de los camaradas: delacin por culpa de la tortura; sta es la verdadera materia teatral de la clandestinidad (En la red, Askatasuna, Anlisis espectral de un comando, El pan de todos, El camarada oscuro, Los hombres y sus sombras...).

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Por otra parte, un autor desterrado de los escenarios, aunque sea objeto de estudio y de exgesis, vive otra forma de clandestinidad; una clandestinidad mltiple. Primero, la de sus personajes, y luego, la propia, como autor, pues el silencio y el olvido no son sino una manera de clandestinidad que amenaza con anularlo. Una obra de teatro, viva y actuante, necesita confrontarse consigo misma, y ese autorreconociento slo lo adquiere a travs del espectador. El silencio de un dramaturgo, o el extraamiento, es una de las peores cosas que pueden ocurrirle a una cultura; evidencia la debilidad de esa cultura y su resistencia a ser cambiada. Una cultura dbil no soporta la controversia ni la disidencia, y es la prueba irrefutable de su falta de legitimidad moral y poltica. De esta circunstancia nace el sentido liberador del arte, tanto en el plano personal como en el colectivo. Cuando las posibilidades de expresarse pblicamente son reducidas, o inexistentes, la nica patria del hombre es el arte; el nico espacio desde el que puede ejercer y defender el derecho de la libertad.

COLOFN NEGRO Y POLICACO


Hubo un tiempo en que Alfonso Sastre, desalentado y harto, decidi clausurar su ciclo teatral. Despus de escribir Dnde ests, Ulalume, dnde ests?, tom la determinacin de que en teatro haba dicho todo lo que tena que decir y que su tiempo haba concluido. Afortunadamente Sastre rectific; Ulalume no fue un punto final, sino una cumbre trgica: Edgar Allan Poe vagando por una ciudad desierta, incapaz de escapar de la maldicin del alcohol, agonizante y presa del delrium trmens. Al desnimo y a cierta conciencia desolada de estar escribiendo para nada y para nadie, se impuso la entereza, la necesidad de estar y de ser; de seguir siendo, en ese territorio tan propio y tan hostil como es para Sastre el teatro. Y, tras la sombra desolacin de Poe, vino el cido humor de otro alcohlico, el detective Isidro Rodes; un falangista colgado de la revolucin pendiente, del pacharn y otras especies alcohlicas; un falangista que protege a Pepita, polica e hija de un rojo al que Rodes admiraba por la honradez de su vida sacrificada. As surgi la triloga de Los crmenes extraos, convertida hace muy poco en tetraloga con un nuevo ttulo: El extrao caso de los caballos blancos de Romersholm. Teatro policaco y teatro poltico, esencialmente poltico; dialctica de los contrarios. Resume esta tetraloga, iniciada con Han matado a Prokopius, muchos de los elementos

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esenciales del teatro sastriano: dialctica de los contrarios, relacin entre el personaje y el autor, complejidad ilimitada, preocupaciones polticas, autoidentificacin y desencanto, fantasa y terror, desdoblamiento y profundizacin en la teora del doble. Y, sobre todo, la firme decisin, nunca abandonada, de convertir las ideologas en sentimiento dramtico en vez de reducirlas a teora doctrinal: controversia, seres humanos en vez de abstracciones polticas. Pasan a travs del detective Rodes y de Pepita, su ayudante, todos los signos, contradicciones y paradojas de estos tiempos atribulados, sobre un fondo de melancola desencantada. El extrao caso de los caballos blancos de Romersholm es, adems, obra de extraa y fantstica perfeccin; pieza librrima en la que Alfonso Sastre, rene toda la sabidura escnica que ha ido acumulando en ms de medio siglo de experiencia. El esplndido fracaso de Alfonso Sastre halla aqu su cumbre. Vuelve Sastre a convertirse en personaje de s mismo, libre y, a la vez, temeroso de la posteridad. De regreso de los territorios de Ibsen, Isidro y Pepita son recibidos en el aeropuerto de Barajas por Alfonso Sastre: soy vuestro autor. Y la vida sigue entre la fantasa y la realidad. Qu vendr despus? No lo s. A todos los que admiramos esta frondosa y colosal obra nos bastara con su revelacin y reconocimiento en los escenarios. Siga o no siga escribiendo Alfonso Sastre, sus textos estn ah. Como un desafo.

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BIBLIOGRAFA

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BIBLIOGRAFA DE Y SOBRE ALFONSO SASTRE

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I. DE ALFONSO SASTRE 1. OBRAS DRAMTICAS


Comedia sonmbula. Escrita en 1945. Sin estrenar. Ha sonado la muerte (en colaboracin con Medardo Fraile). Escrita en 1946. Estrenada por Arte Nuevo en Madrid, 1946. Uranio 235. Escrita en 1946. Estrenada por Arte Nuevo en Madrid, 1946. Cargamento de sueos. Escrita en 1946. Estrenada por Arte Nuevo en Madrid, 1948. Comedia sonmbula (en colaboracin con Medardo Fraile sobre su obrita del mismo ttulo de 1945). Escrita en 1947. Sin estrenar. Prlogo pattico. Escrita en 1949-1950 y reelaborada en 1953. Sin estrenar. El cubo de la basura. Escrita en 1950-1951. Estrenada en la Universidad Obrera de Ginebra, 1966. Escuadra hacia la muerte. Escrita en 1951-1952. Estrenada por el Teatro Popular Universitario, con direccin de Gustavo Prez Puig, en Madrid, 1953. El pan de todos. Escrita en 1952-1953 y reelaborada en 1957. Estrenada, con direccin de Adolfo Marsillach, en Barcelona, 1957. La mordaza. Escrita en 1953-1954. Estrenada por la Nueva Compaa Dramtica, dirigida por Jos Mara de Quinto, en Madrid, 1954.
* Esta bibliografa, que recoge datos de otras que he preparado anteriormente, est actualizada en junio de 2006 y ha sido revisada por el autor. M. de P.

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Tierra roja. Escrita en 1954 y reelaborada en 1956. Estrenada en Montevideo. Ana Kleiber. Escrita en 1955. Estrenada en Atenas, 1960. La sangre de Dios. Escrita en 1955. Estrenada por Teatro de Arte, con direccin de Alberto Gonzlez Vergel, en Valencia, 1955. Muerte en el barrio. Escrita en 1955. Estrenada por el TEU del Colegio Mayor Francisco Franco en Madrid, 1959. Guillermo Tell tiene los ojos tristes. Escrita en 1955. Estrenada por el grupo Bulul en Madrid, 1965. El cuervo. Escrita en 1956. Estrenada por la Compaa del Teatro Nacional Mara Guerrero, con direccin de Claudio de la Torre, en Madrid, 1957. Asalto nocturno. Escrita en 1958-1959. Estrenada en el Teatro Club Iber de Barcelona, 1965. En la red. Escrita en 1959. Estrenada por el Grupo de Teatro Realista, con direccin de Juan Antonio Bardem, en Madrid, 1961. La cornada. Escrita en 1959. Estrenada, con direccin de Adolfo Marsillach, en Madrid, 1960. Oficio de tinieblas. Escrita en 1960-1962. Estrenada, con direccin de Jos Mara de Quinto, en el Teatro de la Comedia de Madrid, 1967. El circulito de tiza. Escrita en 1962. Este intento de teatro infantil consta de una Introduccin y dos partes: El circulito chino y Pleito de la mueca abandonada. La segunda de ellas se public de modo independiente con el ttulo Historia de una mueca abandonada y se estren en Alicante, en 1969, y posteriormente en diversos lugares de Europa. Strehler la represent en el Piccolo de Miln en 1976 y, sobre su dramaturgia, se present en 1989 en el Teatro Mara Guerrero de Madrid (Centro Dramtico Nacional) y se public con el ttulo de Mueca 88. La sangre y la ceniza. Escrita entre 1962 y 1965. Estrenada por el colectivo El Bho, con direccin de Juan Margallo, en la Sala Villarroel de Barcelona, 1976. El banquete. Escrita en 1965. Sin estrenar. La taberna fantstica. Escrita en 1966. Estrenada, con direccin de Gerardo Malla, en el Crculo de Bellas Artes de Madrid, 1985. Premio Nacional de Teatro 1985. Crnicas romanas. Escrita en 1968. Sin estrenar en espaol. Se ha representado en traduccin francesa, en el Festival de Avin de 1982 por el Thtre de lInstant. La segunda parte de esta obra se ha publicado en 2002 de manera independiente con el ttulo El nuevo cerco de Numancia.

BIBLIOGRAFA

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Melodrama (breve texto en forma de autobiografa para cantar en una fiesta). Escrita en 1969. Ejercicios de terror. Escrita en 1969-1970. Estrenada, en italiano, en Roma, 1978. En parte, junto con Las cintas magnticas, con el ttulo de Terrores nocturnos, por la compaa Julin Romea, con direccin de Csar Oliva, Murcia, 1981. Las cintas magnticas. Escrita en 1971. Retransmitida por France-Culture, 1973. Estrenada en Lyon, 1973. Askatasuna! Escrita en 1971. Emitida por televisin en varios pases escandinavos, 1974. El camarada oscuro. Escrita en 1972. Estrenada, por el grupo TBO (Teatro de Barrio Obrero), en Madrid, a finales de la dcada de los setenta. Ahola no es de leil. Escrita en 1975. Estrenada, en francs, en Burdeos, 1979. En castellano, por El Gayo Vallecano, con direccin de Juan Margallo, en Madrid, 1979. Tragedia fantstica de la gitana Celestina. Escrita en 1977-1978. Estrenada, con traduccin italiana de M. Luisa Aguirre dAmico y direccin de Luigi Squarzina, en Roma, 1979. En Espaa la estren el Grupo de Accin Teatral (GAT), con direccin de Enric Flores, en Barcelona, 1985. Anlisis espectral de un comando al servicio de la revolucin proletaria. Escrita en 1978. Sin estrenar. Las guitarras de la vieja Izaskun. (Drama basado en Los fusiles de la madre Carrar, de Bertolt Brecht.) Escrita en 1979. Sin estrenar. El hijo nico de Guillermo Tell. Escrita en 1980. Sin estrenar. Aventura en Euskadi. Escrita en 1982. Sin estrenar. Los hombres y sus sombras (Terrores y miserias del IV Reich). Escrita en 1983. Estrenada en el Centro Cultural Julin Besteiro de Legans (Madrid) por el grupo dramtico Alcores, dirigido por Csar de Vicente Hernando, 1991. Jenofa Juncal, la roja gitana del monte Jaizkibel. (Basada lejanamente en La serrana de la Vera, de Vlez de Guevara.) Escrita en 1983. Estrenada en la Universidad de Leeds por The Workshop Theatre, con direccin de Csar Oliva, 1988. Premio Nacional de Literatura Dramtica 1993. El viaje infinito de Sancho Panza. Escrita en 1983-1984. Estrenada en el ciclo de Teatro Espaol Contemporneo de la Exposicin Universal de Sevilla, dirigida por Gustavo Prez Puig, 1992.

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El cuento de la reforma o Qu demonios est pasando aqu? (Divertimento firmado por Sastre al redactarlo con el seudnimo Salvador Moreno Zarza.) Escrita en 1984. Sin estrenar. Los ltimos das de Emmanuel Kant contados por Ernesto Teodoro Amadeo Hoffmann. Escrita en 1984-1985. Estrenada en el Teatro Mara Guerrero de Madrid (Centro Dramtico Nacional), con direccin de Josefina Molina, 1990. La columna infame. (Pieza didctica.) Escrita en 1986. Sin estrenar. Revelaciones inesperadas sobre Moiss. Escrita en 1988. Sin estrenar. Demasiado tarde para Filoctetes. Escrita en 1989. Sin estrenar. Dnde ests, Ulalume, dnde ests? Escrita en 1990. Estrenada por Eolo Teatro, con direccin de Konrad Zschiedrich, en Alicante, 1994. Drama titulado A. Escrito en 1986-1990. Sin estrenar. Teora de las catstrofes. Escrita en 1993. Sin estrenar. Lluvia de ngeles sobre Pars. Escrita en 1993-1994. Sin estrenar. Los dioses y los cuernos. (Versin muy libre de Anfitrin, de Plauto.) Escrita en 1994-1995. Estrenada por Producciones , con direccin de Etelvino Vzquez, en el Teatro Principal de Alicante, 1995. Los crmenes extraos. (Triloga escrita en 1996): Han matado a Prokopius! Sin estrenar. Crimen al otro lado del espejo. Sin estrenar. El asesinato de la luna llena. Sin estrenar. Alfonso Sastre se suicida. (Drama en un eplogo.) Escrita en 1997. Sin estrenar. Indita. Un drama titulado No. Escrita en 2000. Sin estrenar. Dilogo para un teatro vertebral. Escrita en 2002. Sin estrenar. El nuevo cerco de Numancia. Segunda parte de Crnicas romanas, publicada de manera independiente en 2002. El extrao caso de los caballos blancos de Rosmersholm (Un episodio, extrao y desconocido, de las aventuras del hoy difunto inspector de polica Isidro Rodes y su gentil ayudante Pepita Lujn). Escrita en 20052006. Sin estrenar. Comedia sonmbula se ha publicado en Art Teatral (1, otoo 1987). Las dos obritas que Alfonso Sastre escribi con Medardo Fraile formaron parte, al igual que Uranio 235 y que Cargamento de sueos, de Teatro de vanguardia. Quince obras de Arte Nuevo, Madrid, Permn, 1949. Las Obras

BIBLIOGRAFA

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Completas, I, de Sastre, Madrid, Aguilar, 1967, recogen su produccin dramtica desde Uranio 235 hasta El circulito de tiza. (Este ltimo texto se incluye en Teatro para nios, Hondarribia, Hiru, 1993; la versin de la segunda realizada por G. Strehler figura en Mueca, 88, Hondarribia, Hiru, 1991.) La sangre y la ceniza y Crnicas romanas han aparecido en Madrid, Ctedra, 1979; El banquete, en Bilbao, Hiru, 1991; La taberna fantstica y Tragedia fantstica de la gitana Celestina, en Madrid, Ctedra, 1990; Melodrama, en Hondarribia, Hiru, 1995 (con El cuento de la reforma). En El escenario diablico, Barcelona, Los Libros de la Frontera, 1973, se incluyen Ejercicios de terror y Las cintas magnticas. Teatro poltico, Donostia, Hordago, 1979, rene Askatasuna!, El camarada oscuro y Anlisis espectral de un comando al servicio de la revolucin proletaria. Ahola no es de leil se ha publicado en la coleccin La Farsa, Madrid, Vox, 1980; Las guitarras de la vieja Izaskun, Aventura en Euskadi y La columna infame, en Hondarribia, Hiru, 1993 (en Cuatro dramas vascos); El hijo nico de Guillermo Tell, en Estreno (IX, 1, primavera 1983); Los hombres y sus sombras, en Antologa Teatral Espaola, Murcia, Universidad, 1988; Jenofa Juncal, la roja gitana del monte Jaizkibel, en Bilbao, Hiru, 1992; El viaje infinito de Sancho Panza, en Bilbao, Hiru, 1991; Los ltimos das de Emmanuel Kant, en Madrid, El Pblico Teatro, 1989; Revelaciones inesperadas sobre Moiss, en Bilbao, Hiru, 1991; Demasiado tarde para Filoctetes y Dnde ests, Ulalume, dnde ests?, en Bilbao, Hiru, 1990; Drama titulado A, en Art Teatral (5, 1993) y en su novela Necrpolis (1993); Teora de las catstrofes, Lluvia de ngeles sobre Pars y Los dioses y los cuernos, en Hondarribia, Hiru, 1995; Han matado a Prokopius!, Hondarribia, Hiru, 1996; Crimen al otro lado del espejo y El asesinato de la luna llena, Hondarribia, Hiru, 1998; Un drama titulado No, en AA. VV., La confesin, Madrid, Asociacin de Autores de Teatro, 2001; Dilogo para un teatro vertebral y El nuevo cerco de Numancia, en Hondarribia, Hiru, 2002. El extrao caso de los caballos blancos de Rosmersholm, Hiru, 2006 La mayor parte de estas obras se encuentran tambin en otras ediciones. La editorial Hiru est publicando en volmenes independientes la obra completa de Alfonso Sastre.

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2. TRADUCCIONES Y DRAMATURGIAS*
El cobarde, de Lenormand. Estrenada (1950). Tr. (Texto perdido.) El tiempo es un sueo, de Lenormand. Estrenada (1951). Tr. (Texto perdido.) Medea, de Eurpides. Estrenada (1958) y editada. Dr. La dama del mar, de Ibsen (1960). Editada. Dr. Los acreedores, de Strindberg (1960). Estrenada (1962) y editada. Dr. Mulato, de Hughes. Estrenada (1963) y editada. Dr. Persecucin y asesinato de Jean-Paul Marat (Marat-Sade), de Weiss (1966). Estrenada (1968) y editada. Dr. A puerta cerrada, de Sartre (1967). Estrenada (1968) y editada. Tr. La puta respetuosa, de Sartre (1967). Estrenada (1968) y editada. Tr. Las moscas, de Sartre (1968). Estrenada (1970) y editada. Tr. Los secuestrados de Altona, de Sartre (1968). Estrenada (1972) y editada. Tr. Muertos sin sepultura, de Sartre (1968). Editada. Tr. Las troyanas, de Sartre (1968). Editada. Tr. Rosas rojas para m, de OCasey. Estrenada (1969) y editada. Dr. Trotsky en el exilio, de Weiss (1970). (En colaboracin con Pablo Sorozbal.) Editada. Liol, de Pirandello (1970). (Sobre una traduccin de Natalia Calamai.) Editada con el ttulo de Amores sicilianos (2003). Dr. El seor Mockinpott, de Weiss (1970). (Traduccin de Pablo Sorozbal.) Editada. Dr. Noche de huspedes, de Weiss (1970). (Traduccin de Pablo Sorozbal.) Editada. Dr. El seguro, de Peter Weiss (1970). (Traduccin de Pablo Sorozbal). Editada. Rv. Asalto a una ciudad (sobre El asalto de Mastrique, de Lope de Vega) (1971). Estrenada (1992) y editada. Dr. Hlderlin, de Weiss (1972). (Traduccin de Pablo Sorozbal.) Editada. Rv. Historia de Woyzeck, de Bchner (1972) (Traduccin de Pablo Sorozbal.) Estrenada y editada. Dr. Irlanda, Irlanda!, de OCasey (1973). Editada. Dr. de La sombra de un guerrillero. Bnbury, opereta sobre La importancia de llamarse Ernesto, de Wilde (1983). Editada. Dr.
* (Tr. = Traduccin. Dr. = Dramaturgia. Rv. = Revisin).

BIBLIOGRAFA

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3. NARRATIVA
Las noches lgubres, Madrid, Horizonte, 1964; 2. edic., Madrid, Jcar, 1973; 3. edic., Hondarribia, Hiru. El Paralelo 38, Madrid, Alfaguara, 1965. (La edicin fue retirada por la censura antes de distribuirse.) Publicada en Suplementos Anthropos, 30, enero 1992. Flores rojas para Miguel Servet, Madrid, Rivadeneyra, 1967; 2. edic., Barcelona, Argos Vergara, 1982; 3. edic., Hondarribia, Hiru, 1997. El lugar del crimen Unheimlich, Barcelona, Argos Vergara, 1982. Necrpolis, Madrid, Grupo Libro 88, 1994. Historias de California. En traduccin al gallego (de Elvira Souto), Santiago de Compostela, Laiovento, 1994. En castellano, Hondarribia, Hiru, 1996. Traducciones de relatos de Jean Ray, publicados en Editorial Jcar: Terror en el teatro, 1972. Fbricas de muerte, 1973 (con Eva Forest). El jardn de las furias, 1973 (con Eva Forest). La piedra lunar, 1973 (con Eva Forest). La terrible noche del zoo, 1973 (con Eva Forest). Los terrorficos, 1973 (con M. A. Yez).

4. ENSAYO Y OPININ
Drama y sociedad, Madrid, Taurus, 1956; 2. edic., Hondarribia, Hiru, 1994. Anatoma del realismo, Barcelona, Seix Barral, 1965; 2. edic. ampliada, 1974; 3. edic., Hondarribia, Hiru, 1998. La revolucin y la crtica de la cultura, Barcelona, Grijalbo, 1970; 2. edic., Hondarribia, Hiru, 1995. Crtica de la imaginacin, Barcelona, Grijalbo, 1978; 2. edic., Hondarribia, Hiru, 1993. Lumpen, marginacin y jerigona, Madrid, Legasa, 1980. Escrito en Euskadi. Revolucin y cultura (1976-1982), Madrid, Revolucin, 1982. Prolegmenos a un teatro del porvenir, Hondarribia, Hiru, 1992. Dnde estoy yo?, Hondarribia, Hiru, 1994.

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MARIANO DE PACO

Los artculos determinados (publicados en el diario Egin, de carcter eutraplico, entre 1992 y 1998). Indito. El drama y sus lenguajes: I. Drama y Poesa; II. Gramaturgia y Textamento, Hondarribia, Hiru, 2000 y 2001. Ensayo general sobre lo cmico (en el teatro y en la vida), Hondarribia, Hiru, 2002. Limbus o los ttulos de la Nada, Hondarribia, Hiru, 2002. Los intelectuales y la utopa, Madrid, Debate, 2002. La batalla de los intelectuales. Nuevo discurso de las armas y las letras, La Habana, Ciencias Sociales, 2003 y 2. edic. ampl., 2004; Buenos Aires, CLACSO, 2005. Manifiesto contra el pensamiento dbil, Hondarribia, Hiru, 2003. Las dialcticas de lo imaginario, Hondarribia, Hiru, 2003. Grandes paradojas de teatro actual (2003). Indito. De la posmodernidad a la neohistoria y otras reflexiones circunstanciales, Hondarribia, Hiru, 2005. Crtica de la imaginacin pura, prctica y dialctica, triloga terica sobre la imaginacin compuesta por Crtica de la imaginacin, Las dialcticas de lo imaginario, ya publicadas, y la an indita Imaginacin, retrica y utopa. Artculos, conferencias, cursos, correspondencia y entrevistas de distintas pocas se recogen en otros volmenes an inditos.

5. POESA
Balada de Carabanchel y otros poemas celulares, Pars, Ruedo Ibrico, 1976. El Evangelio de Drcula, Camp de lArpa, 33, junio 1976. Y en Hondarribia, Hiru, 1997. El espaol al alcance de todos, Madrid, Sensemay Choror, 1978. TBO, Madrid Zero-Zyx, 1978. Vida del hombre invisible contada por l mismo, Madrid, Endymin, 1994. Residuos urbanos (poemas de diferentes aos de 1942 a 2002. Incluido en Obra lrica y domstica).

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6. CINE Y TELEVISIN
Guin de Amanecer en Puerta Oscura (1957. Con su director, Jos Mara Forqu). Guin de La noche y el alba (1958. Con su director, Jos Mara Forqu). Guin de Un hecho violento (1958. Con su director, Jos Mara Forqu). Dilogos espaoles de Tal vez maana/Lamore pi bello, dirigida por Glauco Pellegrini (1958). Historia de Carmen, argumento basado en Carmen, de Merime, para Carmen la de Ronda, dirigida por Tulio Demichelli (1959). Guin de Tres hombres (no rodado). Guin de A las cinco de la tarde, basado en su drama La cornada (1960. Con su director, Juan Antonio Bardem). Dilogos de Nunca pasa nada/Une femme est passe (1963. Guin de su director, Juan Antonio Bardem). Colaboracin en el guin de Jandro, dirigida por Julio Coll (1964). En el cuarto oscuro, siete historias para un cine de terror fantstico, no rodadas (1986). Las aventuras espaolas del Doctor Frankestein, guin basado en El Doctor Frankestein en Hortaleza (de Ejercicios de terror), que Jos Mara Forqu no lleg a rodar (1986). Guiones para los siete episodios de la serie de Televisin Espaola Miguel Servet. La sangre y la ceniza (1987-1988. Con Hermgenes Sinz y Jos Mara Forqu, su director). Colaboracin en el guin de La taberna fantstica, dirigida por Julin Marcos (1991).

7. RADIO, CINE Y TV SOBRE SUS TEXTOS


La mordaza (TVE) (no estrenado). El cuervo (Radio: SER, BBC) (Televisin: TVE, RAI). Asalto nocturno (RAI: Aggresione nella notte).

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La taberna fantstica, basado en el texto dramtico de ese ttulo (Televisin: 1987). Eternamente (rodado para TVE por Jos Luis Garci sobre El cuervo). Delirium (rodado para TVE por Jos Luis Garci sobre el relato del mismo ttulo de Las noches lgubres).

8. TESTIMONIOS AUTOBIOGRFICOS
En los libros de Caudet (1984), De Paco (1993) y Forest (1997) y en Anthropos, 126 (1991).

II. LIBROS Y ESTUDIOS SOBRE ALFONSO SASTRE


AA.VV., Alfonso Sastre. Teatro, Madrid, Taurus, col. El Mirlo Blanco, 1964. Anderson, Farris, Alfonso Sastre, New York, Twayne, 1971. Edicin, introduccin y notas de Escuadra hacia la muerte y La mordaza, Madrid, Castalia, 1975. Anthropos, 126, noviembre 1991 (monogrfico: Alfonso Sastre. Tragedia y realismo social); y Suplementos Anthropos, 30, enero 1992 (monogrfico: Alfonso Sastre. De la polmica al ensayo). Ascunce, Jos ngel, coord., Once ensayos en busca de un autor: Alfonso Sastre, Hondarribia, Hiru, 1999. Born, Atilio A., Prlogo a La batalla de los intelectuales o Nuevo discurso de las armas y las letras, Buenos Aires, CLACSO, 2005. Bryan, T. Avril, Censorship and Social Conflict in the Spanish Theatre: The Case of Alfonso Sastre, Washington, D.C., University Press of America, 1982. Caudet, Francisco, Crnica de una marginacin. Conversaciones con Alfonso Sastre, Madrid, Ediciones de la Torre, 1984. Cramsie, Hilde F., Teatro y censura en la Espaa franquista: Sastre, Muiz y Ruibal, Nueva York, Peter Lang, 1984. Cuadernos El Pblico, 38, diciembre 1988 (Mmnogrfico: Alfonso Sastre. Noticia de una ausencia). Donahue, Francis, Alfonso Sastre, dramaturgo y preceptista, Buenos Aires, Plus Ultra, 1973.

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III. ESTUDIOS QUE INCLUYEN A ALFONSO SASTRE


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IV. ARTCULOS SOBRE ALFONSO SASTRE


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