Giuseppe Moscati
Giuseppe Moscati
Giuseppe Moscati
Materia: Jesucristo y la persona de hoy Carrera: Medicina Fecha: 09/04/2013 TEMA: Giuseppe Moscati
Giuseppe Moscati desde siempre tuvo una visin por querer ayudar a la gente ya que practiaba la religin catlica muy a fondo y conforme paso el tiempo, lo logr. Se convirti en uno de los mejores doctores de la comunidad donde viva en Italia y dicha pelcula desarrolla claramente en cada una de sus escenas la manera en que este mdico invierte completamente su tiempo, amor y dinero para curar a los pobres, sin nada a cambio. Este increble hombre pensaba que la salud del cuerpo dependa del alma en gracia, es decir, l pensaba que las enfermedades no solo se curaban con medicamentos si no que dependa mucho en que disfrutaras por ejemplo la naturaleza, el amor de unos a otros o hacia las cosas, o simplemente disfrutando la vida para as curar los males; el amor que cura siempre fue su pensamiento, mientras muchos otros doctores pensaban que era una tontera. Moscati nunca perdi las esperanzas de sus propias creencias, ya ni siquiera cuando profesores mejor estudiados que l, le decan que todo era una irona. Siempre tuvo fe en s mismo. Orando por los dems y salvando vidas ajenas, antes que todo, es como Moscati encontr su paz interna y felicidad eterna porque en cada uno de sus pacientes es como vea a Dios reflejado, siendo as que senta una extrema necesidad de ayudar al prjimo, no perdiendo ni un segundo de tiempo mientras haba tantos enfermos por curar. l estaba enamorado de su vocacin y sin duda totalmente entregado a ella. La presencia de Dios en la vida de Moscati, claramente fue ms de una vez. Como por ejemplo al darle la oportunidad de convertirse en un gran doctor y alcanzar esa felicidad, al momento en el que se muri el nio en sus brazos; aunque fue un momento muy triste,
Dios le dio las fuerzas para seguir adelante e impulsarse aun ms por completo a ayudar a los pobres, hasta llegar al corazn de cada uno y sanarlos desde ah profundamente hasta su cuerpo.
La vida de Moscati ayuda a entender mejor que nuestro mundo necesita urgentemente mdicos y enfermeras de otro tipo. Que traten a sus pacientes como un padre o una madre lo hace con sus hijos enfermos. No basta que sean hombres sabios y expertos, o premios Nobel y nos hagan trasplantes de todo. Ni que tapicen sus consultorios de diplomas y ttulos para impresionarnos. Y aunque nos apliquen su ciencia con instrumentos preciosos de tipo digital, computarizado, con lser y nos metan otros novedosos rayos en nuestros enfermitos cuerpos tienen que ser, antes que todo, hombres que curan a otros hombres.