LOGOTERAPIA PARA CASOS DE ADICCIN

Un manual de este tipo significa un apoyo a lo que ya se est trabajando en

terapias de adiccin desde los diferentes enfoques psicolgicos. Quizs qu
podra aportar a esta causa la logoterapia? Es el motor que mueve esta
investigacin. Sin embargo, la tarea es amplsima e imposible de cuadrar en
tan poco tiempo y sin la experiencia necesaria. El inters mo est puesto ms
en la construccin del cuadro terico y cmo sugiere, da pautas al
psicoterapeuta para enriquecer su trabajo en casos de adiccin.
Comenzar dando una descripcin de lo que es la logoterapia, la adiccin y
cmo se relacionaran ambas en el trabajo teraputico. La logoterapia es una
corriente psicoteraputica humanista-espiritual que tiene como base primordial
el trabajo del sentido de la vida para la sanacin psquica e introduccin
consiguiente en la sociedad del paciente. Si entresacamos palabras claves
resumimos as nuestra definicin: es una terapia que trabaja el sentido de la
vida para introducir nuevamente al enfermo a la sociedad.
De hecho, se parte de que el adicto es un enfermo fsico-psquico, que desde
un enfoque social, est fuera de la sociedad mientras es disfuncional a esta.
Por supuesto que hay grados de adiccin, unos menos graves que otros. La
adiccin, que es una dependencia a un frmaco, droga, persona, cosa,
alimento, sexo, juego, etc., est caracterizada por la modificacin del
comportamiento a tal punto que la persona se vuelve contra s misma, y contra
la sociedad consecuentemente. Fisiolgicamente, todas las personas, unas ms
que otras, estn predispuestas a cualquier adiccin. Psquicamente pasa del
mismo modo, nada ms que sta prima sobre cualquier injerencia fsica. Sin
embargo, las terapias estn desarrolladas entendiendo la adiccin como un
fenmeno comn. En este caso, la logoterapia da nfasis en la parte psquica,
espiritual, trascendental del individuo.
La logoterapia para adictos consistir, a grosso modo, en el dilogo con el
enfermo para que l redescubra el sentido de su vida, y cmo afectan sus
compulsiones su realizacin. De esta forma, crear una tencin existencial que
acabar por formar los valores necesarios para que el individuo trate su
enfermedad ms efectivamente. Es notable que la logoterapia sea una
herramienta solamente, sin embargo, a mi modo de ver, es como la llave para
todo posible saneamiento.
De esta forma comenzamos nuestro adentramiento a la logoterapia para casos
de adiccin. Nuestro principal objetivo es crear un marco terico
logoteraputico con insinuaciones prcticas que puedan ser tomadas en cuenta
en el tratamiento para adictos.

I. Importancia del aporte de la logoterapia.

Antes, quisiera hacer una breve presentacin de la logoterapia desde su
fundador, Vctor Frankl. La logoterapia no es simplemente una psicologa
alternativa, es considerada la tercera escuela de psicologa despus del
psicoanlisis de Freud y la Psicologa Individual de Adler. Frankl la hizo famosa

por ser una va de equilibrio entre los extremos de sus predecesoras. La

principal aportacin fue que abog por la libertad y la voluntad frente al
determinismo, por la espiritualidad frente al materialismo. Frankl tuvo un gran
xito y aceptacin porque su nueva orientacin psicolgica estaba sustentada
en su experiencia como judo en el campo de concentracin nazi de Auschwitz:
una experiencia de sobrevivencia extrema que fue posible soportarla gracias al
apoyo en su sentido de vida, frente a otros camaradas que lo perdan, llegando
a suicidarse o morir enfermos por la desmoralizacin. La mejor enseanza de
esta experiencia es: el hombre es siempre libre. Su mensaje est plasmado en
el libro: El hombre en busca de sentido, un libro conocido mundialmente.
A diferencia de las corrientes psicolgicas, como los distintos tipos de
psicoanlisis y de conductismos, en los cuales se le resta importancia a la
persona como ser volitivo, libre y responsable, la logoterapia exalta ms bien
dichas facultades y propone potenciarlas para curar al enfermo. El psicoanlisis
por ejemplo, busca descubrir lo que est reprimido en el inconsciente para dar
mejora al paciente. Lo que sucede es que intenta descargar de responsabilidad
a la persona objetivando el mal en un suceso del pasado y reprimido: el
sntoma es quien tiene que cargar con la responsabilidad de la compulsin
entonces, no la persona misma. De esta forma es ms difcil que el paciente
acepte el problema; cuando despersonaliza su afeccin, luchar contra algo
que no puede controlar, algo que le sobrepasa, mientras que si toma la total
responsabilidad sobre el problema, ser ms fcil combatirlo. Esto no es
desacreditar el psicoanlisis, que es muy vlido, sino, es darle una orientacin
que facilite o mejore la recuperacin del paciente. En otras palabras es,
cambiar el cmo o la manera de orientar la terapia. La logoterapia tendr que
hacer que la persona sea responsable de su compulsin. Esto parte de una
antropologa existencial que reza que: La conciencia y la responsabilidad
constituyen los dos hechos fundamentales de la existencia humana, esto se
traduce en una frmula antropolgica: Ser hombre equivale a ser consciente y
responsable. (Frankl, 1970)
Otro gran aporte es la importancia que se le dio ''al otro'' dentro de la
psicologa. Anteriormente, en la psicologa, ''el otro'' tiene un valor prctico,
simplemente para explicar ciertas patologas donde estn inmiscuidos roles de
otras personas sobre las conductas del paciente. Ejemplo: los padres y el
complejo de Edipo. En la logoterapia ''el otro'' es el que no solamente configura
mi ser y mi conducta, es ms an: ''el otro'' es el que me hace ser: soy en
cuanto t eres. T me haces ser. Todo ser es siempre substancialmente, un serotro, y slo mediante la referencia de un ser a otro ser podemos constituir
ambos, todo ser es un ser-en-relacin. (Frankl, 1970) Esta es una injerencia
antropolgica en la psicologa que no se haba planteado antes: el ser humano
no se explica como un ser individual, sino como un ser relacional. Esto
constituye un gran aporte porque el ser humano deja de entenderse como un
ser inmanente en s mismo, cerrado y absoluto, y se vuelve trascendente. La
ventaja es que se puede tratar al paciente desde otro medio, ms que por su
misma condicin psquica. Ya sea por su espiritualidad o por sus relaciones
interpersonales.

En el caso de la terapia dialgica, mientras se da la trasferencia, el ''yo'' no se

vuelve ''yo'' sino en el ''t''. El terapeuta es fundamental, ya que es el
motivador, de l depende mucho la sanacin del enfermo. Es la persona en la
cual el enfermo ver ms all de s mismo. En el enfermo promover un
cambio de perspectiva, lo cual permitir que el paciente aspire a algo nuevo,
que sobrepase sus mismos lmites; ser algo igual o ms valioso que su misma
vida, depender de cmo est su autovaloracin. En el caso de los adictos, que
tienen baja autoestima, habr que elevrselas proponindoles algo ms
valioso, y as superar su desvalorizacin. Es verdad que la persona valora tanto
como ella se valora a s misma, pero, es capaz tambin de trascender esta
ecuacin, si no, no hubiera nunca mejora alguna.

II. Trascendencia humana.

El ser humano es un ser trascendente porque es capaz de valorar ms y ms

all de s mismo. El problema de la trascendencia se resume de hecho en esta
pregunta: Es el hombre capaz dar ms de s? El mayor indicio para dar una
respuesta afirmativa es el amor. El amor entendido como la voluntad de querer.
Amor es voluntad de querer. Para Freud el amor es solamente un epifenmeno,
un fenmeno secundario producto de nuestra actividad cerebral, de nuestras
tendencias inhibidas, sublimaciones. Para la logoterapia es una experiencia
primordial y necesaria. El amor es una representacin de la voluntad de
sentido.
La meta del psicoanlisis es la de adaptar al individuo y sus instintos al mundo
exterior, reconciliarlos con la realidad, renunciando a los sentidos, a lo
instintivo, a los impulsos predecesores de la voluntad. En cambio, la
logoterapia desarrollar en el individuo ese querer impulsivo, la voluntad, el
querer por parte del ''yo''. Sin embargo, los impulsos no son entendidos como
meros instintos animales. Los impulsos o instintos se comunican con los
valores, con lo trascendental en el ser humano, con su espritu. En la terapia lo
que se hace entonces, es un salto de lo instintivo a lo espiritual, entendindolo
como una misma esencia. Partiendo de las dinmicas afectivas de las
patologas, la persona llegar a sus angustias espirituales, sobrepasando el
encierro obstinado racional-material en la cual se halla sumergida por la
dependencia o adiccin. La tarea del terapeuta ser pues, que el paciente
llegue a una visin de los valores y del mundo que sea de su propia autora,
pero a la vez, trascendente.
Frankl combate el materialismo y la reduccin sociocultural que se le ha dado
al hombre. Lo ms importante, y que define al hombre, es su libertad. Por eso,
antes de diagnosticar una patologa redujenendo al paciente a lo material o
sociocultural, la logoterapia antepone una frustracin existencial, que en s y
por s misma no tiene nada de patolgico. Tambin le llama neurosis nogena.
Esto supone una superacin del psicologismo: una captacin del problema a la
luz de la razn. Segn esta antropologa, la persona se vuelve transparente, y

se distancian emocionalmente del problema, lo que significa, que podra

combatir su complicacin en una mejor posicin.

III. Lugar de la logoterapia en las terapias con adictos.

Como decamos al principio, la logoterapia es un recurso, no puede ni debe
sustituir a la psicoterapia, sino slo complementarla. Se deben separar los
componentes logoterapeticos de los psicoterapeticos, pero sin olvidar que
ambos se combinan y forman una unidad de la accin mdica. (Frankl, 1970)
Cmo se hace? Creo que eso depender del terapeuta y del paciente. Lo que
se puede hacer, es plantear los dos tipos de terapias para que el terapeuta
discierna dnde y cuando intergrar ambas dinmicas en el paciente. En este
caso, explicaremos el papel de la logoterapia.
La logoterapia trabaja el espritu, y los resultados que se esperan del paciente,
seran creaciones del espritu. Una creacin espiritual es irreductible a lo
psicolgico, porque lo espiritual y lo anmico son magnitudes
inconmensurables Todo lo espiritual se rige por leyes propias. (Cfr. Frankl,
1970) El espritu es la capacidad que tiene el hombre para conservar su
libertad ante los extremos ms ''violentos''. Es cierto que el hombre est
determinado biolgica, psicolgica y sociolgicamente, en realidad no es libre
de algo dice Frank, sino para algo; es libre para tomar una posicin frente a
todos sus condicionamientos Debe ser emocionante que una persona adicta
que piensa que est condenada a seguir as por el resto de su vida crea esto:
que frente a esos condicionamientos enormes que tiene, es libre an para decir
basta. El hombre es un ser de posibilidades, y dentro de esas posibilidades est
el no dejar nunca de fabricarlas. La mejor posibilidad que podra cuajar un
adicto: la de dejar de ser dependiente.
La logoterapia para comenzar a funcionar en el tratamiento, requerira que se
realizara primero un diagnstico al paciente, una ''mirada-a-travs'', referida a
la razn que se esconde tras el mal, al sentido que tiene la enfermedad, al
sentido trascendental, existencial. En otras palabras, y ms concretamente,
que se le examine su sentido de vida. El problema del sentido de la vida no
debe interpretarse como un sntoma sino como algo que expresa lo ms
humano que tiene el hombre. El problema del sentido de la vida, planteado de
un modo radical, puede llegar a avasallar totalmente al individuo. (Frankl,
1970)
Luego, suponiendo efectivamente que el problema se deriva de una distorsin
o carencia en la voluntad de sentido, el terapeuta deber de redescubrir o
fortalecer esta fuente primigenia de la vida, recurriendo a la fe en un sentido
superior, valores, personas valiosas, ideales, Dios, etc. Esto tiene una
importancia psicoterapetica y psicohiginica invaluable. Frankl llama a esta
capacidad humana ''fe creadora'', hace al hombre ms fuerte, como autntica
fe que es, nacida de una fortaleza interior. Para quien se hace fuerte en esta fe
no existe nada carente de sentido. Por lo tanto, la historia interior de la vida
del hombre nunca acaecer en vano. (Frankl, 1970) Luego de recuperar la fe, la
''fe creadora'', el sentido de vida, viene la lucha entre la voluntad de sentido y
los condicionamientos, que en caso de los adictos, estn muy arraigados.

IV. El sentido de la vida frente a los condicionamientos biolgicos y sociales.

El sentido de la vida es el motor que hace que la persona funcione. Es el
motivo para seguir existiendo. Cada persona, indiscutiblemente, se formula un
sentido de vida con la cual regir su comportamiento; ste trasciende de tal
modo a la persona que es capaz de liberarla ante cualquier mal desvo de la
voluntad, regresndola a su camino original. En la espiritualidad jesutica el
sentido de la vida toma el nombre de ''principio y fundamento'', y tiene
diferentes nombres en otras espiritualidades o cosmovisiones, sin embargo el
significado es el mismo. El sentido de vida es el principio de la vida y el
fundamento de toda posibilidad de accin. El amor, cario, comprometimiento
a Dios, al mundo, a la vida, a la familia, a los hijos, etc., son innumerables e
irreducibles.
Los condicionamientos fisiolgicos y sociales pueden servir de ayuda o ser
impedimento para el desarrollo de la voluntad de sentido de las personas. Es
un hecho que el tener voluntad de sentido no significa que automticamente
se viva de ello, por lo que sobrepasa cualquier determinacin; se vive en
libertad. De ah que la voluntad de sentido exija un alto grado de
responsabilidad, por la capacidad creadora que posee.
Ante la indeterminacin de la voluntad de sentido se ciernen gran cantidad de
determinantes que se rigen por el principio de placer, y crean tencin en el
individuo. En la realidad, el placer no constituye la meta de nuestras
aspiraciones, sino que es la consecuencia de su realizacin dice Frankl.
Existen ciertos estados o circunstancias en los que el placer puede constituir la
meta de un acto de voluntad. En general, el hombre no quiere el placer, sino
que quiere lo que quiere, por lo tanto, si el placer fuese el real sentido de la
vida, habra que llegar a la conclusin de que la vida carece de todo sentido.
Por lo que el placer es slo un estado; es un proceso que se desarrolla en la
sustancia gris del cerebro. (Frankl, 1970) En los casos de las adicciones, de
cualquier tipo, el placer opera ms impetuosamente, doblegando ms
fcilmente a la voluntad, pero, igualmente no es un un acto en s mismo, sino
producto de un problema, principalemte de autoestima, generado por cualquier
tipo de situaciones en las que se mueve el individuo. Se puede decir que el
adicto no es adicto por el placer que causa su adiccin, sino porque genera
situaciones en los que puede escapar de su realidad, fugas existenciales.
Entonces el placer no es un fin en s mismo, es una consecuencia no ms de un
querer, de un ''yo quiero'' que lo sobrepasa. En otras palabras, el adicto se vale
del placer de su adiccin por tratar un problema ms personal. Esto no niega la
dependencia fsicoqumica de las drogas, de algunos alimentos o de acciones o
actos, sin embargo, reconoce que estn en segundo lugar. Por esto la
importancia que juega la logoterapia, en hacer redescubrir o revalorar el
sentido de vida del paciente, que s est en primer lugar.
En conclusin, el terapeuta debe superar el concepto del hombre presensista,
el hombre que se aferra a los estados de placer, sin salir para nada al reino de
los valores. Valores que son los motivos para vivir, el sentido de vida, y los
nicos que pueden ofrecer una vida realmente humana al individuo. Y a pesar

que el sentido de la vida est tambin condicionado a una situacin, la vida del
sujeto que es nica e irrepetible, los valores no dejan de ser universales. Es
ms, los valores amplan las posibilidades de los sentidos, de los placeres al
mximo. Los adictos pueden encontrar en los valores, mayores emociones y
mejores placeres.
V. El reencuentro del adicto con su sentido de vida.
Cmo el terapeuta puede generar el reencuentro del adicto con su sentido de
vida? Digo reencuentro porque el hombre necesariamente tiene formulado uno,
lo que no significa que sea el nico para toda la vida. El sentido de vida va
evolucionando mientras el individuo va desarrollado y siendo afectado por
factores externos e internos. Sin embargo, ste puede pasar de desapercibido
con o sin querer. Pues bien, qu puede esperar un adicto de la vida? El adicto
no deja de ser persona, no ms que su sentido de vida est ''agonizando'', el
adicto puede esperar mucho de la vida. Entonces, cmo hacer que la persona
vuelva a sentir?
Hay que transferir, lo que Frankl llama, ''valores de actitud'': el cmo debe
posicionarse el adicto ante su situacin, porque lo que importa es la actitud
que el hombre adopte ante un destino ''irremediable''. Lo importante es como
el hombre lo soporta. Se trata de actitudes humanas como el valor ante el
sufrimiento, o como la dignidad frente al fracaso. La posibilidad de llegar a
realizar esta clase de valores se da siempre que un hombre se enfrenta con un
destino que no le deja otra opcin que la de afrontarlo (Frankl, 1970) El
sufrimiento mismo vale mucho, lo que para el adicto quizs sea un infierno, el
terapeuta tendr que hacrselo ver como su mayor riqueza, lo que le hace ser
digno, y desde ah operar el tratamiento, con una revalorizacin de s mismo
que le acompaar en todo el proceso de recuperacin. y un instante por
ms fugaz que sea, puede proyectar retrospectivamente un sentido sobre la
vida entera dice Frankl.
Ese instante en que el individuo se recrea as mismo no puede ser superficial,
debe ser real, y para que sea de ese modo debe haber una aceptacin de s
mismo y todo lo que eso conlleve. El hombre no debe olvidar sus problemas, s
apartarse de ellos en el sentido que no los pone en segundo plano. En otras
palabras, reconocer que existe esa fuerte tencin entre su adiccin y los
valores que est asumiendo. Luego, lo ms relevante ser que poco a poco el
paciente vaya construyendo su camino de recuperacin, hacia el cumplimiento
de su propia misin. Cuanto mejor comprenda el carcter de ''misin'' que
tiene su vida, tanto mayor sentido tendr su vida para l. Misin no significa
solamente un objetivo, sino una responsabilidad. En esto se diferencia la
psicodinmica de la logodinmica o noodinmica, en que esta ltima
constituye una situacin de libertad: al mismo tiempo que impulsan los
instintos, los valores atraen, y la persona puede decidir entre ambas. Este
enfoque existencialista, cita Frankl a Rollo May, pone de nuevo la decisin y la
voluntad en el centro del cuadro. (Cfr. Frankl, 1970)
VI. La libertad humana.

El hombre es libre y sus condicionamientos son nicos e irrepetibles. En la

terapia esto tiene una gran repercusin, ya que el terapeuta no le puede dar el
sentido a la vida del paciente, sino que tiene que ser encontrado por la propia
persona, para que as pueda ser asumido con ms pertinencia y efectividad.
La libertad del hombre no significa ausencia de condicionamientos, sin ellos la
libertad fuera imposible, porque libertad de qu? La libertad slo puede ser
libertad frente a su destino, un comportarse con el destino. El hombre se
define como un ser que va liberndose en cada caso de aquello que lo
determina (como tipo biolgico, psicolgico y sociolgico); es decir, como un
ser que va trascendiendo todas estas determinaciones al superarlas o
conformarlas, pero tambin a medida que va sometindose a ellas. (Frankl,
1970) Y sin embargo, la libertad no significa que el hombre tenga una
predispocicin a elegir el ''buen camino'', al contrario, es una falta de
predisposicin intelectual sobre un destino biolgico, psicolgico y sociolgico.
El hombre es un ser indeterminado sobre factores determinantes. Esto significa
que la libertad no orienta al hombre hacia algo, ms bien, es la no orientacin
de nada. Por ello, el hombre, libremente, puede destruirse as mismo tambin,
como acurre con el adicto. Lo que s es enormemente importante, es que la
persona puede situarse entre los determinantes neutralmente, asumirlos o no,
superarlos o no. La persona trasciende todo tipo de circunstancias, con mucho
esfuerzo s, pero las trasciende.
En el caso del adicto, que se est destruyendo as mismo, est asumiendo
libremente dejarse al margen de sus determinantes y predisposiciones,
olvidarse en su destino somtico, psicolgico o sociolgico. Dejarse al margen
del destino somtico Tandler lo llama ''fatalidad somtica'' del hombre,
menciona Frankl. Y esta actitud es libre. Prueba de ello es que existe la
posibilidad de dar un viraje en la vida, cambiando de posicin en ella o ante
ella. El dejarse al margen del destino psicolgico significa el empearse en
creer, antes de intentar algo, que el intento est condenado necesariamente al
fracaso y se aferre a tal creencia, es evidente que fracasar en lo que se
proponga; porque nadie gusta de quitarse la razn, no siquiera ante s mismo
es lo que se llama un ''fatalismo neurtico''. Lo que el terapeuta tiene que
promover en estos casos es la reconciliacin con su destino. El paciente debe
aceptar su condicin, lo que le facilitar de gran modo el sobreponerse a sus
condicionantes y ganar mejora. El hombre lo que necesita es prever, poder
leer ms all de s, para poder aspirar a una meta, a una misin. Cuando la
mirada se dirige a un fin o meta, el hombre puede fortalecerse en ese punto de
apoyo espiritual, esto es lo que necesitaron los recluidos en los campos de
concentracin dice Frankl, y es lo que necesitan los adictos, que al igual que
los cautivos de Auschwitz: no aciertan a gozar, a vivir, a disfrutar; necesitan
hacer de nuevo el aprendizaje de la vida. (Cfr. Frankl, 1970)

VII. Amor y trabajo.

Por ltimo, quiero mencionar dos factores que pueden ayudar mucho en la
labor teraputica y que son bases fundamentales de la logoterapia: el amor y
el trabajo. Sobre el amor dice Vctor Frankl que, para el amante el amor

hechiza el mundo, lo transfigura, lo dota de un valor adicional. El amor no hace

al hombre ciego sino que le abre los ojos y le agudiza la mirada para percibir
los valores. Fomentar el amor en el paciente sera salvarlo. El amor salva, da
vida, la regresa. En este caso se debe ensear a amar al paciente. Cmo?
Creo que sincerndolo consigo mismo y el mundo, la misma dinmica del amor
har el resto.
Con respecto al trabajo, es evidente que lo que ms caracteriza al ser humano
es su capacidad para crear, su sentido de vida es una creacin profunda. El
terapeuta debe prestar atencin en este punto y fomentar valores creadores en
el paciente. Una estrategia es buscarle una ocupacin donde pueda ejercer al
mximo su capacidad creadora. El trabajo tambin puede representar el
espacio en el que la peculiaridad del individuo se enlaza con la comunidad,
cambiando con ello su sentido y su valor dice Frankl.
Para terminar trascribo algunas frases de Vctor Frankl que pueden orientar
terapias con adictos:
1. Ser hombre significa estar orientado y dirigido a algo o a alguien, estar
dedicado a un trabajo al que se enfrenta un hombre, a otro ser humano al que
ama, o a Dios a quien sirve.
2. Somos responsables de cada decisin para toda una eternidad; puesto que
en todo momento estoy realizando una posibilidad o la estoy perdiendo.
3. La imperfeccin es la que determina que cada individuo sea indispensable
o insustituible.
4. La vida no trasciende de s misma en longitud sino en profundidad.
5. El hombre, no se colma solamente creando y gozando, sino tambin
sufriendo.
6. Las cosas conservan su sentido, ms all del xito o del fracaso,
independientemente de todo lo que sea resultado.
7. No es el sacrificio de la propia vida lo que da a esta un sentido, sino que la
vida puede llegar a su colmo, en su propio fracaso.
8. El hombre madura en el dolor y crece en l y da ms de lo que pueden dar
los xitos. El hombre realiza en el sufrimiento los valores de actitud ante la
vida.

Bibliografa
- Frankl, V. E. (1970). Psicoanlisis y existencialismo. Mxico D. F.: Fondo de
Cultura Econmica