Albert Camus

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1913-2013

ilustracin: david nieto

L
A
B
M
E
U
R
S

ilustracin: david nieto

A
C
T
:

LO
QUE
EST
P E R M I T I D O
Marina Porcelli

oda la literatura de Albert Camus es, de


alguna manera, una literatura sobre la
tica, en el sentido en que coloca al otro en
el centro de su problemtica. Camus se pregunta
sobre cmo es estar con el otro, cuestiona, pone
a prueba y tantea, y quiz, estas formulaciones
tengan su origen o encuentren uno de sus
orgenes en esa sentencia famosa que estamp
en las notas finales de El primer hombre: Lo que
no queran de l, llega a decir, era el argelino.
Esta impresin de lejana, de un yo apartado
de los dems el africano en Francia es una
de sus tnicas. Da la impresin, en suma, de
que toda la literatura de Camus funciona como
hiptesis de comportamiento. En concreto, me
refiero a la enajenacin de El extranjero valga la
redundancia, la amargura y el cinismo de La cada,
la soledad emptica del mdico de La peste. En estas
novelas, no se trata nicamente de las elecciones
de una libertad individual puesta en situacin, como
postula el existencialismo francs, sino que Camus
piensa esta libertad en relacin con los otros. Esa
es la materia de su trabajo, al punto de que toda
accin de sus personajes puede ser concebida,
tambin, como accin poltica. El Camus
editorialista es el autor de las notas aparecidas en
Combat, durante la resistencia francesa, el Camus
ensayista escribi un trabajo largo sobre Nietzsche;
antes, el famossimo tratado El mito de Ssifo, y ese
libraco que le vali la polmica con Sartre, El hombre
rebelde. Vale decir, ya desde el vamos, nadie negara
la dimensin puramente poltica que Camus
sita en su escritura. Pero yo quiero hablar sobre

cmo opera esto en sus obras de ficcin, cmo los


personajes encaran a los otros habitantes de la polis.
No por nada, entonces, el existencialismo
articula gran parte de sus planteos a partir de los
cuestionamientos que inaugura Dostoievski con
el personaje de Ivn, en el captulo de El Gran
Inquisidor de Los Hermanos Karamazov, y no por nada,
el giro, si Dios no existe, todo est permitido, es una
de las sentencias de Los justos, la pieza teatral de Albert
Camus, estrenada en 1949, que cuenta la historia de
un grupo de rusos que, durante la Revolucin, decide
ejecutar al duque. No por nada, digo, ya que al margen
de las distintas posturas crticas sobre Dostoievski,
lo que Camus recoge es la idea de que si Dios no rige
nuestro comportamiento si nada ni nadie lo rige,
en realidad, ms que nuestra eleccin individual, si
solo nosotros establecemos parmetros para nuestro
comportamiento, cules son vlidos, y cules no, para
nuestra moral. O quin decide cules son vlidos, y
cules no, para nuestra moral. Y aclaro: no se trata
de una postura normativa, sino de cuestionar, en
definitiva, los fundamentos de estos parmetros. Y la
respuesta de Camus ser la rebelin.

Condicin de la literatura es ser poltica, habla desde


y hacia los habitantes de la polis, involucra al otro
en su contemporaneidad. De algn modo, siempre lo
refiere. Objetar una literatura por ser poltica supone
no entender que toda literatura es una cosmogona.
Objetarla por no ser poltica, tambin. En distintos
grados, lo poltico constituye la propuesta del autor,
su mirada de mundo. Cortzar, por ejemplo, para

salvar esta dualidad que se arrastra desde fines del


historias con buenas intenciones sociales. Y no hay
siglo XIX, opina que en los libros no hay frmulas,
reglas a priori. Calgula de Camus o la ya mencionada
solo soluciones individuales. Bien pensado, los
Los pichiciegos, muestran que la distancia histrica no
problemas aparecen realmente cuando la obra nos
da valor de obra. Que un hecho sea cercano o lejano
parece mala. A nadie se le ocurrira decir que Los
al momento en que se lo narra no decide si la obra es
pichiciegos, por poner un caso esa novela de Rodolfo
buena. Y paralelamente, los amplios temas populares
Fogwill, sobre la guerra de
que le gustaba trabajar a ese
Malvinas, escrita durante la Que un hecho sea genio escandinavo que fue
guerra, que es una suerte de
cercano o lejano al Pr Lagerkvist, o los casos
documental falso sobre un
de rebelin que re-elabora
grupo de adolescentes que va a momento en que se lo Carpentier sobre el Caribe
las islas, a nadie se le ocurrira narra no decide si la cuando los escribe para
decir, pienso, que la novela toca
volverlos cannicos
obra
es
buena.
un tema demasiado actual y que
demuestran que el tema tampoco
por eso mismo es imputable.
determina la calidad literaria.
Y a la vez, a nadie se le ocurrira objetar La edad de la
Pienso, en suma, que La plaza del diamante, sobre la
inocencia de Edith Wharton, de 1921, por no mostrar
guerra civil en Espaa, Los relmpagos de agosto, sobre
de forma ms explcita el comportamiento de una
la Revolucin mexicana, son obras tan valiosas como
clase, cuando el corazn de la trama se afinca en
los cuentos de Alice Munro, la narrativa suiza de Max
cmo, subterrneamente, el peso ideolgico de una
Frish, la buena poesa ertica.
clase destruye a los personajes. Solo puede hablarse,
entonces, sobre la manera en que opera la tensin
Zizek repara en que la cita de Dostoievski si Dios
entre las dos dimensiones y en cada obra en particular.
no existe, todo est permitido no es textual del autor
Eso que el crtico mexicano Gonzlez Torres resumi
ruso, sino que fue Sartre en El ser y la nada el que divulg
como hacer una literatura que no le d la espalda a la
esas palabras para la sentencia, y agrega Zizek, pero
Historia, pero tampoco se subordine a ella.
el hecho mismo de que esa atribucin errnea haya
El parteaguas por todos conocido sita, por un lado,
persistido por dcadas demuestra que () golpea el
a Rubn Daro, y su desafortunada declaracin, yo no
punto sensible de nuestra edificacin ideolgica. Zizek
soy juez de mi Historia, que fundamenta la frmula
considera una infamia el planteo de Dostoievski, y
arte por el arte. Por el otro, el editorial famoso de
siguiendo a Lacan, invierte los trminos si Dios no
Emile Zola, Yo acuso sobre el caso Dreyfus, y que
existe, todo est prohibido al hablar sobre La Ley.
Jean-Paul Sartre retoma al hablar de literatura
Por otro lado, gran parte de la crtica coincide en que
comprometida, para proponer una literatura
exista o no exista Dios, todo est permitido siempre,
explcitamente histrica, explcitamente poltica,
entendiendo por permitir todo lo que cabe en la
como es Los caminos de la libertad donde Mathew
dimensin de la posibilidad, todo lo que es posible que
no sabe qu hacer con su vida y su cotidianidad es
suceda. En cambio, para Camus, y esto se ve en Los justos,
arrasada por la segunda guerra. Aunque en rigor
lo permitido se enraza en el universo de lo legtimo:
las palabras de Sartre en la entrevista a Madeleine
lo que es vlido o no es vlido de acuerdo con la propia
Chapsal en 1960 fueron si la literatura no lo es todo
moral. Y subrayo propia, porque la moral, entonces, una
para un escritor, no vale la pena perder en ella ni una
vez que Dios ha muerto no es algo heredado, no son
hora. Eso es lo que yo entiendo por compromiso.
los preceptos de clase que debemos seguir, sino que
Yo pienso que lo poltico no es un mrito ni un
para Camus esas pautas pueden corregirse, cambiarse,
demrito de la literatura. Pienso que lo poltico la
amoldarse, deben, al fin de cuentas, ser elegidas. Eleccin
constituye. Est presente tanto en las novelas que
que implica necesariamente un cuestionamiento de lo
se jactan de su vaco ideolgico, a caballo de los
anterior. Se trata de una eleccin individual que apela a
argumentos tpicos de Fukuyama, como en aquellas
toda nuestra lucidez, a toda nuestra conciencia sobre la

por momentos la accin es


para Camus el centro del
debate: se opina sobre ella,
se analizan sus principios y
fundamentaciones.

distintos integrantes de un grupo que quiere atentar


contra un duque. Agrego que es esencial que se trate
de teatro, porque la factura dialgica habilita con ms
soltura la discusin, los distintos posicionamientos,
las argumentaciones. Muestra, en suma, las distintas
posibilidades de eleccin. La cita que sigue es del Acto
II, de la edicin de Losada:

situacin, y que exige ya de por s responsabilidad por la


eleccin misma. Ser libre, para Camus, es elegir. Y elegir
es, antes que nada, interrogar lo heredado.
Ahora si Sartre, en El diablo y el buen Dios, deja en
claro que tanto el bien como el mal son elecciones
posibles; en el mundo de dinmica absurda, tal como lo
concibe Camus, la rebelin es clave para no acatar estos
parmetros. Y aunque la accin puede en apariencia,
en la lgica arrolladora, disolverse del absurdo, no ser
lo mismo que el mdico de La peste siga ejerciendo su
profesin a pesar de los miles de muertos, o que elija
estarse quieto. Lo resume la cita famosa de El hombre
rebelde:

ANNENKOV: Stepan, aqu todo el mundo te


quiere y te respeta. Pero cualesquiera que sean
tus razones, yo no puedo dejarte decir que todo
est permitido. Cientos de nuestros hermanos
han muerto para que se sepa que no todo est
permitido.
STEPAN: Nada de lo que pueda servir a
nuestra causa est prohibido.
ANNENKOV (con ira): Est permitido entrar
en la polica y hacer doble juego, como lo propona
Evno? T lo haras?
STEPAN: S, si fuera necesario.
A N N E N K O V (levantndose) : S t e p a n ,
olvidaremos lo que acabas de decir en
consideracin a lo que has hecho por nosotros y
con nosotros.

Qu es un hombre rebelde? Un hombre que dice no.


Pero negar no es renunciar: es tambin un hombre
que dice s desde su primer movimiento. [] da
media vuelta. Marchaba bajo el ltigo del amo y he
aqu que hace frente. Opone lo que es preferible a lo
que no lo es.

La accin, entonces, y muy especialmente, la accinhacia-los otros, como anot al comienzo de este ensayo,
se ubica en el centro de las problemticas de Camus.
Por momentos, sin embargo, la propuesta de Camus
puede resultar paralizadora. Sucede en libros como El
exilio y el reino, donde los personajes de los cuentos, en
situaciones extremas, acaban por neutralizarse y no elegir,
y as finalmente el libro pierde su profundidad. Pero en
otros momentos la accin es para Camus el centro del
debate: se opina sobre ella, se analizan sus principios
y fundamentaciones. Esto sucede en Los justos, la pieza
que refer al principio, y aunque quiz sea finalmente
una obra menor, ah, el modo de actuar es sinnimo de
cmo se construye una moral.
Estrenada en el Thtre Hbertot en el Pars de
posguerra, Los justos sucede durante la Revolucin
rusa, en 1905, y despliega el comportamiento de los

Entonces resulta claro cmo lo permitido implica lo


moralmente legitimado, pero legitimado por el grupo,
consensuado en la discusin. Ah se interroga sobre
si el accionar debe seguir los fines de una causa, o si
debe valer por s mismo, por eso, durante el atentado,
un personaje abandona la accin a la mitad, y otros la
enfatizan.
Pero lo permitido no es solo lo que habilita el
comportamiento individual, tambin trata sobre lo
que cada uno permite que hagan los dems. Y frente a los
dems que oprimen, que destruyen, que creen que
pueden permitrselo todo, sin que exista el lmite
de la otredad, Camus responde con rebelin. Una
rebelin que se regula grupalmente y que opera en
consenso para establecer su propia moral. Insisto en
esto: en que Los justos es una obra menor, est ms
cerca de un ensayo argumentativo que de una pieza
teatral, y es una pieza a la que pueden impugnrsele
muchas cosas pero he querido sealar ese dilogo
porque retoma literalmente esa sentencia de
Dostoievski y demuestra as cmo el autor francs

STEPAN: Yo tambin tuve vergenza, una


sola vez, y por culpa de los dems. Cuando me
azotaron. Porque me azotaron. Sabis lo que es el
ltigo? Vera estaba a mi lado y se suicid en seal
de protesta. Yo he seguido viviendo.

La literatura de Albert Camus poco tiene que ver


con establecer una norma: plantea situaciones
extremas y plantea tambin algunas de las

reacciones posibles en esas situaciones. Por eso


ms arriba habl de sus novelas como hiptesis
de comportamiento, y por eso ms arriba indiqu
tambin que una literatura que coloca al otro en
el centro de su problemtica, en el centro de su
accionar, es una literatura que se inserta en una
dimensin tica.

Qu le pasa a un hombre que mata porque hace


calor, o cmo un mdico intenta rescatar a los
otros de una muerte inevitable. Estas preguntas de
Camus enlazan un cuestionamiento, un dinamitar
constante las reglas que heredamos, develan que
nuestro accionar es siempre un accionar elegido, y
que debemos responsabilizarnos por esta eleccin.
Y al margen de las objeciones o apegos que cada
lector tenga con los escritos de Albert Camus,
seguir dialogando con su obra, a ms de cien aos
del nacimiento del autor, es lo que vale.

The show is over /write / 2011 / Fotografa b/n

piensa la accin. Una accin que en l siempre ser


poltica, porque es entendida como accin-hacialos-otros.
Hay algo ms. El hecho de que Camus pone
literalmente en escena personajes que eligen la
muerte. Ya no se trata de elegir solo con el accionar
de la vida, sino tambin en operar sobre nuestra
muerte. La cita que sigue tambin es de Los justos y
el lector reconocer ideas que hacen eco con El mito
de Ssifo.

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