Las Preciosas Rídiculas de Moliere
Las Preciosas Rídiculas de Moliere
Las Preciosas Rídiculas de Moliere
unas ridculas y pretenciosas mujeres que slo se fijan en las apariencias. Ya veo
lo que
hay que ser para que le reciban a uno bien; les prepararemos una jugarreta que
les har
ver su necedad y podr ensearles a conocer un poco mejor el mundo.
DU CROISY.- Y cmo, pues?
LA GRANGE.- Tengo un criado, llamado Mascarilla, que es un snob. Es un
manitico a quien se le ha metido en la cabeza alardear de hombre distinguido. Se
cree,
galn y poeta, y desdea a los otros criados, hasta llamarlos bestias.
DU CROISY.- Y qu pretende que haga?
LA GRANGE.- Qu pretendo que haga? Es preciso... salgamos de aqu.
Escena II
GORGIBUS, DU CROISY y LA GRANGE.
GORGIBUS.- Qu, han visto a mi sobrina y a mi hija? Marcha bien el negocio?
Cul es el resultado de esta visita?
LA GRANGE.- Eso es cosa que sabr mejor por ellas que por nosotros. Todo lo
que podemos decir es que estamos agradecidos por el favor que nos ha
dispensado y
seguimos siendo sus muy humildes servidores.
GORGIBUS.- (Solo.) Parece que salen disgustados de aqu. De dnde podr venir
su descontento? Hay que enterarse de lo que pas. Marotte!
Escena III
GORGIBUS y MAROTTE.
MAROTTE.- Qu desea, seor?
GORGIBUS.- Dnde estn las seoritas?
MAROTTE.- En su recmara.
GORGIBUS.- Qu hacen?
MAROTTE.- Se estn pintando.
GORGIBUS.- Ya es demasiado unto; diles que bajen.
Escena IV
GORGIBUS, solo
GORGIBUS.- Esas bribonas tienen ganas de arruinarme con su maquillaje. No veo
por todas partes ms que sombras, labiales y mil otros chismes que no conozco.
desde
que estamos aqu, han gastado lo suficiente como para que vivan cuatro criados.
Escena V
MADELN, CATHOS y GORGIBUS.
GORGIBUS.- Es muy necesario, hacer tanto gasto para pintarse el hocico?
Dganme, por favor: Qu le han hecho a esos caballeros que salieron con tanta
frialdad? No les haba dicho que los recibieran como a sus futuros maridos?
MADELN.- Pap! No se puede empezar por el casamiento.
GORGIBUS.- Y por dnde quieres entonces que empiecen? Por vivir juntos?
MADELN.- Ah, padre mo, lo que dices es propio del siglo pasado! deberas
ponerte al da con nuevas ideas.
GORGIBUS.- No necesito nuevas ideas. Te digo que el matrimonio es una cosa
santa y sagrada.
MADELN.- Dios mo! Si todo el mundo pensara as, se acabara muy pronto
una
telenovela! Bonita cosa si los enamorados se casan sin dificultad
GORGIBUS.- Qu dices?
MADELN.- Pap , aqu est mi prima, que te dir igual que yo: que el
matrimonio
no debe nunca llegar sino despus de las otras aventuras. Es preciso que un
amante, para
ser agradable, sepa declamar los bellos sentimientos, exhalar lo tierno, lo delicado
y lo
ardiente, y que su esmero consista en las formas. Debe haber aventuras, rivales
que
se atraviesan ante una inclinacin arraigada, persecuciones de los padres, los
celos, las
quejas, las desesperaciones, los raptos y todo lo dems. El llegar de buenas a
primeras
a la unin conyugal, hacer al amor tan solo al concertar el contrato matrimonial y
empezar justamente la novela por la cola, pap no hay nada ms vulgar que ese
proceder, y me dan nuseas solo de pensar en eso.
nada de todas esas tonteras; quiero ser amo absoluto, y para cortar toda clase
de
discursos, o se casan las dos muy pronto, o que sern monjas; lo juro de verdad.
Escena VI
CATHOS y MADELN.
CATHOS.- Dios mo, qu padre ms terco tienes!
MADELN.- Qu quieres? Me da pena. Me cuesta trabajo convencerme que
yo pueda ser realmente hija suya, y creo que, un buen da, alguna aventura
vendr a
revelarme un origen ms ilustre.
CATHOS.- Sera muy de creer, y tiene todas las apariencias de ello; en cuanto a
m,
cuando me contemplo...
Escena VII
CATHOS, MADELN y MAROTTE
MAROTTE.- Hay alguien que quiere verlas.
MADELN.- Quin es?
MAROTTE.- Un tal Mascarilla dice que de la alta socialit.
MADELN.- Es, sin duda, un ingenio que habr odo hablar de nosotras.
CATHOS.- Seguramente, querida.
Escena VIII
MAROTTE y MASCARILLA.
atento...
CATHOS.- Qu cancin, provoca la muerte.
MASCARILLA.- No encuentran bien expresado el pensamiento en la cancin?
Al ladrn!... Y luego, como si se gritara muy fuerte: Al, al, al, al, al ladrn. Y
sbitamente, como una persona sin aliento: Al ladrn!.
MADELN.- Eso es saber la entraa de las cosas, la verdadera entraa, la entraa
de
la entraa. Todo es maravilloso, me entusiasman la msica y la letra.
CATHOS.- No he visto nunca nada de tal vigor.
MASCARILLA.- Todo lo que hago se me ocurre espontneamente, sin estudio.
MADELN.-qu afortunado!
MASCARILLA.- Y ustedes que hacen?
CATHOS.- Nada.
MADELN.- Ni estudiamos, ni trabajamos y tampoco nos divertimos.
MASCARILLA.- Me ofrezco para llevarlas al teatro.
MADELN.- Nos encantara.
MASCARILLA.-Pero aplaudan con fuerza aunque no les guste la obra, todas las
personas importantes aplauden y elogian la obra aunque no le entiendan nada.
Ustedes
parecen actrices.
MADELN.- Hicimos una obra en la escuela.
MASCARILLA.- Habr que verla. Yo escrib una que quiero hacer representar.
CATHOS.- Vaya! Y a qu comediantes se las dars?
MASCARILLA.- Linda pregunta! A los grandes comediantes; solo ellos son
capaces de dar valor a las cosas; los otros son unos ignorantes, que recitan como
si
hablaran; no saben hacer sonar los versos y detenerse en el buen momento. Y
cmo se
podra saber dnde se halla el bello verso, si el comediante no se detiene en l y
no nos
advierte as que hay que provocar el murmullo?
CATHOS.- En efecto, hay maneras de hacer percibir a los oyentes las bellezas de
una obra.
MASCARILLA.- Qu les parecen estos calcetines? Combinan con el traje?
CATHOS.- Por completo.
MASCARILLA.- Est bien escogida la bufanda?
MADELN.- Furiosamente bien.
MASCARILLA.- Qu opinan de mi pantaln?
MADELN.- Tiene un aspecto soberbio.
MASCARILLA.-Qu les parece mi locin?.
MADELN.- Huele rabiosamente bien.
CATHOS.- No he respirado nunca un olor tan bien acondicionado.
MASCARILLA.- Tengo la mana de proveerme generalmente de todo lo ms bello.
MADELN.- Somos iguales, tengo una delicadeza furiosa por todo lo que uso; y
desde mi pelo hasta mis calcetines, no puedo tolerar nada que no provenga de
una mano
maestra.
MASCARILLA.- (Con bruscas exclamaciones.) Ay, ay, ay! Con cuidado! est
muy mal tratar as; su comportamiento no es honrado.
CATHOS.- Qu sucede?
MASCARILLALas dos al mismo tiempo contra mi corazn! Atacarme a derecha
y a izquierda! Ah! Eso es opuesto al derecho de gentes; no es igual la partida, y
voy a
gritar que me matan.
CATHOS.- Hay que confesar que dice las cosas de una manera especial.
MADELN.- Tiene un estilo de una expresin admirable.
CATHOS.- Sientes ms miedo que dao, y tu corazn grita antes de que lo
destrocen.
MASCARILLA.- Cmo, diablo!... Est destrozado desde la cabeza a los pies.
Escena XI
CATHOS, MADELN, MASCARILLA y MAROTTE.
MAROTTE.- Tiene visita.
MADELN.- Quin?
MAROTTE.- Un seor Jodelet.
FIN