El Que Se Enoja Pierde
El Que Se Enoja Pierde
El Que Se Enoja Pierde
CUENTO MAYA
Recopilacin de: Elisa Ramrez y Ma. ngela
Rodrguez
HACE TIEMPO, VIVAN TRES HERMANOS
hurfanos con su abuelita. Vivan pobres, torciendo
hilo. El mayor quiso probar su suerte y salir.
Voy a buscar trabajo, abuelita.
Pero, a dnde vas a ir, hijo? Podemos vivir bien,
torciendo nuestro hilo.
El muchacho insisti y la viejita no pudo convencerlo;
viendo que de cualquier manera se ira, le alist su
bastimento de posol. Y el muchacho se fue.
Caminando, caminando, lleg hasta la casa de un rey.
Pregunt si acaso tenan trabajo para l.
Cmo no, hay varios: chapear el jardn (o sea
arreglarlo), trabajar en el huerto o cuidar a un
chamaquito.
Escojo cuidar al chamaquito dijo el muchacho. Se
le hizo lo ms fcil. Y cules son las condiciones?
El que se enoje, pierde.
Bueno, est sencillo.
Comenz a trabajar. En la maana sac al nio. A la
hora del almuerzo, al chamaquito se le antoj ir al
patio y le ordenaron al muchacho para eso lo estaba
cuidando que lo sacara. Y as, se qued en ayunas.
Se aguant: "Al fin que al rato como", pens. Pero a la
hora de la comida, se le antoj al nio de nuevo ir a
otra parte y, por acompaarlo, volvi a quedarse sin
probar bocado. Tampoco en la noche lo dej comer el
Y le dijeron la condicin:
El que se enoja pierde.
Parejo para todos?
Parejo.
Bueno.
Le entregaron al nio, para que se encargara de
atenderlo.
Tienes que darle todo lo que quiera, llevarlo a donde
te pida. Que est contento le recomendaron.
Al otro da sirvieron el desayuno. No se acababa de
sentar cuando el chiquito quiso salir al patio.
Joven, lleva al nio al patio.
Cmo no!
Carg la mesa con todo y comida, agarr al nio y lo
sac al patio, arrastrndolo. Ya en el patio, lo avent en
un rincn y se sent, sin pena, a desayunar. Acab, dej
tirados los platos sobre la mesa y, jalando al nio de la
oreja, lo llev de regreso a la casa.
Lo mismo sucedi a la hora de comer, y por la noche.
Si sigue as nos va a matar al nio protest la reina
. Regalo.
Mand llamar al muchacho. Con voz calmada le dijo:
Mira, joven, el chiquito creci muy rpido; yo creo
que mejor te vas para la hacienda, all tenemos
muchos peones.
Qu, ya te enojaste, rey?
No, no es eso. El chiquillo ya creci, te digo, y te vas
a ir para la hacienda.