Las Actitudes Nuevas o Valores Que Exige La Resurreccion
Las Actitudes Nuevas o Valores Que Exige La Resurreccion
Las Actitudes Nuevas o Valores Que Exige La Resurreccion
1. LA VIDA: Es un don y tarea, un regalo y una responsabilidad que Dios nos concede a cada
uno de nosotros como jóvenes para ser felices y disfrutarla al máximo. Necesitamos cuidar
nuestra vida, valorarla y amarla, luchando por ella desde sus inicios hasta su término natural
(Cf. PDP # 374), buscando la mejor calidad de la misma (Cf. PDP # 350). Como iglesia
diocesana, confesamos que la resurrección da nuevo sentido a la vida del hombre y le
anima a alcanzar la vida plena (Cf. PDP # 402 y 392). Nuestra vida debe ser digna, alegre,
comprometida, sencilla, respetuosa, solidaria y amable.
2. EL AMOR: Si Jesús soportó los insultos, los burlas, las blasfemias y murió en la cruz por
nosotros fue solo por amor. El amor nos hace hermanos, nos hace solidarios, nos hace
vernos iguales y defendernos unos a otros. El amor está al servicio de la persona (perdona,
cree y soporta sin límites) y supera todo aspecto negativo (no es egoísta, no es descortés, no
tiene envidia). El amor busca ser una actitud de servicio, de entrega, de donación total de
sentimientos, de ideas, de sueños y de los proyectos más nobles y gratificantes para la
persona. El amor eleva la dignidad de la persona y la enriquece cuando es mutuo. El amor
tiene que ser un compromiso diario, constante y eficaz. Como iglesia diocesana, afirmamos
que Dios nos creó para vivir en comunión de amor, cuya fuente y culmen es el mismo
misterio trinitario (PDP # 347).
3. LA LIBERTAD: Si Cristo murió fue para hacernos libres, para quitarnos las ataduras del
pecado, de la muerte, del mundo y del mal. Así mismo quiere que nos mantengamos libres:
lejos del alcohol, las drogas, la prostitución, las mentiras, los robos, las hechicerías, los
amuletos, etc. En este sentido, no hay libertad sin conciencia, y por ello para ser
auténticamente libres debemos estar concientes de esta libertad, creérnosla y llevarla a cabo
(Cf. PDP # 398). Es una libertad no ilimitada sino encauzada, orientada y elevada por los
valores del bien, la verdad y el amor. Como iglesia diocesana, creemos que Jesucristo fue
enviado para anunciar la buena nueva a los pobres y la liberación a los oprimidos (Cf. PDP
394).
4. LA JUSTICIA: Es la lucha por la vida y el respeto de los derechos del otro (Cf. PDP # 374).
La justicia es la igualdad en dignidad como personas. Todos valemos lo mismo, todos somos
importantes, todos somos libres, todos tenemos los mismos derechos, todos debemos ser
aceptados y tomados en cuenta. Nadie es superior a otro, nadie está por encima de los
demás, todos somos iguales y somos hijos de Dios. Como iglesia diocesana, creemos que la
justicia va de la mano con la solidaridad y el amor (PDP # 376).
5. LA VERDAD: La verdad los hará libres, esa verdad que brota de la Cruz y se confirma en
la Resurrección, la verdad sobre el amor, el respeto y la justicia, es una verdad que
incomoda a muchos pero que hace vivir una vida plenamente humana y digna. La verdad
sobre la vida, la persona y la familia alimenta y fortalece la misión de la Iglesia y nos
impulsa humanizar y cristianizar el mundo inmerso de mentiras. La mentira destruye y
debilita, la verdad construye y fortalece las relaciones humanas, potencia la amistad y la
confianza. La verdad se define en orden al bien y al amor por las personas. Como iglesia
diocesana, creemos que Jesucristo es la única verdad que salva, ilumina y hace libre a todo
el hombre (PDP # 392).
7. LA ALEGRÍA: Es una emoción que brota del corazón y te hace sentir bien por algo
positivo que ha pasado. Es aquella situación emotiva que surge de una buena noticia
recibida, por haber terminado satisfactoriamente algo o por haber alcanzado un bien tan
esperado. Nosotros estamos felices porque Cristo está vivo, porque nos comunica su vida,
nos da la libertad y nos concede el perdón, es una gran noticia la que hemos recibido y
tenemos que decir, junto con María y los apóstoles: ¡ES EL SEÑOR! Esa alegría no sólo es
nuestra, tenemos que comunicarla a los demás jóvenes, tenemos que decirles que Jesús
quiere darnos una vida plena y en abundancia, alejada de las drogas, la pornografía, la
prostitución y el alcohol. Como iglesia diocesana, creemos en las buenas noticias de
salvación para los pobres, noticias que dan alegría y sentido a nuestra vida. (Cf. PDP # 394)
10. LA LUZ: Dios nos invita a brillar en las tinieblas, a ser luz con nuestra vida de los misterios
de Cristo resucitado. No tengamos miedo de arriesgar nuestra vida por el proyecto de amor
más grande que pueda ser realizado: Cristo Jesús. Que alumbremos a nuestros hermanos
todavía en la oscuridad de las cartas, de los amuletos, de los signos zodiacales, de los
hechizos, de la guija... con nuestra alegría, la verdad y la justicia. Como iglesia diocesana,
creemos que a partir de la resurrección se comprende mejor el misterio del hombre y de la
mujer (PDP # 397).