El Huerto Escolar
El Huerto Escolar
El Huerto Escolar
Son áreas que se encuentran dentro, alrededor o cerca de las escuelas primarias o
secundarias, que pueden emplearse fundamentalmente con fines didácticos, pero que
también pueden producir algunos alimentos e ingresos para la escuela.
El huerto escolar es un espacio pequeño donde se cultivan hortalizas, frutales y plantas
medicinales para consumo de la comunidad escolar.
Los huertos escolares, tanto urbanos como rurales, pueden tener diversos objetivos
interrelacionados:
• Lograr que la educación de los niños de zonas rurales y urbanas sea más
pertinente y de mejor calidad mediante un aprendizaje activo y la
integración en el plan de estudios de conocimientos teóricos y prácticos
sobre agricultura y nutrición, incluidos conocimientos de preparación para
la vida.
• Proporcionar a los escolares experiencia práctica en materia de producción
de alimentos y ordenación de los recursos naturales, lo cual actúa como
fuente de innovación que pueden transmitir a sus familias y aplicar en sus
propios huertos y granjas familiares.
• Mejorar la nutrición de los escolares complementando los programas de
alimentación escolar con diversos productos frescos ricos en
micronutrientes y proteínas, y aumentar los conocimientos de los niños
sobre nutrición, en beneficio de toda la familia.
• Escoger el terreno que esté disponible dentro de la escuela. Preferiblemente debe estar
retirado de los árboles para que la sombra de ellos no impida el crecimiento de las
plantas y hortalizas.
• Limpiarlo eliminando cualquier material de desecho, piedras, maleza u otros.
• Labrar el terreno, unos 20 o 25 centímetros de profundidad, utilizando implementos de
labranza (Piocha, Azadón, Chuzo, Pala, Rastrillo, otros).
• Desmoronar y triturar muy bien la tierra.
• Fertilizar el terreno preferiblemente con abono natural. Es recomendable utilizar
fertilizantes naturales, para evitar la contaminación de la tierra.
• Después de que el terreno está preparado, se hacen surcos y se colocan en ellos las
semillas previamente seleccionadas, dejando el espacio necesario entre ellas. (Investigar
lo que necesita cada planta, según la especie a cultivar).
• Regar con abundante agua pero sin excederse, de preferencia en horas de la tarde o en
la mañana antes de que salga el sol.
• Cercar el huerto para que algunos animales no lo destruyan.
Es recomendable cambiar cada año el tipo de planta que se va a cultivar, proceso que se
conoce como rotación de cultivos. Consiste en que un año se siembran plantas con
raíces largas y otro año plantas de raíces cortas, así las capas del suelo se aprovechan y
se utilizan mejor sus componentes, ya que los nutrientes se agotan cuando se mantiene
por mucho tiempo el mismo cultivo. Es importante dejar descansar el suelo y abonarlo.