Interculturalidad y Educacion, Dietz
Interculturalidad y Educacion, Dietz
Interculturalidad y Educacion, Dietz
Intercultural en mxico
Un anlisis de los discursos nacionales e internacionales
en su impacto en los modelos educativos mexicanos
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La teora antropolgica tiene que tomar en consideracin todo un abanico de
limitantes contextuales (tales como condiciones socioeconmicas, polticas
gubernamentales y discursos pblicos), trayectorias histricas, variables
grupales, prcticas institucionalizadas y posibles senderos de acciones
individuales o colectivas y cmo stas se enmarcan unas dentro de otras
(Vertovec, 2007: 969).
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Por consiguiente, y en reaccin a prolongadas presiones, reclamos y luchas legales por parte de organizaciones minoritarias y de sus coaliciones y
alianzas supra-nacionales tales como la Red Europea Contra el Racismo
(enar) y la Red de Informacin Europea sobre Racismo y Xenofobia (raxen),
la legislacin de antidiscriminacin introducida recientemente por la Unin
Europea particularmente la llamada Directiva de Raza (ec Directive,
2000/43) y la Directiva de Empleo (ec Directive, 2000/78) difiere del
prototipo estadounidense, en el sentido de que se enuncian y consideran
de manera explcita mltiples formas de identificacin o discriminacin.
En general, en su artculo 13 el Tratado de msterdam se centra en la discriminacin en los mbitos del gnero, la etnicidad, la raza, la religin, la
orientacin sexual, la edad y la discapacidad.
Para poder implementar este artculo, las directivas mencionadas enfatizaron diferentes esferas. Por un lado, la Directiva de Raza se centr nicamente en la etnicidad y la raza como posibles fuentes de discriminacin,
pero lo hizo extendiendo su rango a todos los contextos pblicos y privados
en los que la discriminacin de una minora puede suceder; por otro lado, la
Directiva de Empleo, que slo se aplic a contextos relacionados con lo laboral, extendi su definicin de discriminacin mucho ms all de la raza y
la etnicidad, incluyendo la edad, la discapacidad y la religin como fuentes de
discriminacin o como mbitos de medidas antidiscriminatorias. Ambas directivas se encontraron respaldadas por un programa de accin para combatir la
discriminacin y por una campaa poltica para obligar, en consecuencia, a los
Estados miembros a adoptar las previsiones legales y a crear agencias independientes de antidiscriminacin (Niessen, 2001; ecri, 2002; enar, 2002).
Estudios como el de pls Ramboll Management (2002) demuestran que el
grado de implementacin legal difiere de manera sustancial de un Estado
miembro a otro. Aquellos Estados-nacin que han estado adaptndose directamente a las exigencias del multiculturalismo y de las minoras, como el Reino
Unido, Irlanda, los Pases Bajos y Blgica, ya han incluido los contenidos
y procedimientos de las directivas de la Unin Europea (ue) en sus leyes y
polticas nacionales; mientras que Francia y los pases mediterrneos de la
ue, caracterizados por una fuerte influencia francesa, todava se resisten a la
introduccin de indicadores de diversidad como prerrequisitos de polticas
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y etnicidad ser posible distinguir conceptual y empricamente entre fenmenos interculturales e intraculturales. Gracias a la distincin sincrnica entre
cultura e identidad (Gimnez Montiel, 2006; Gimnez Romero, 2009), entre
praxis habitualizada y discurso identitario (Bourdieu, 1991; Jimnez Naranjo
2009b), as como a su deconstruccin diacrnica como producto culturalmente
hbrido de procesos continuos y concatenados de etnognesis y rutinizacin
intracultural, se logra analizar las llamativas coincidencias y similitudes que
a nivel estructural expresan los nacionalismos hegemnicos y las etnicidades
contrahegemnicas (Gonzlez Apodaca, 2008a; Dietz, 2009b).
Ambos discursos constituyen polticas de identidad que recurren a estrategias de temporalizacin, territorializacin y sustancializacin (Alonso, 1994;
Smith, 1997; Dietz, 2009b) para instaurar, mantener y legitimar fronteras
entre ellos y nosotros. Como conclusin de un anlisis ms extenso de
tipo comparativo, acerca de las similitudes entre los desafos supranacionales,
subnacionales y transnacionales a los que actualmente se enfrenta el Estadonacin de cuo europeo, sostenemos que estas coincidencias estructurales
no slo son compartidas por el nacionalismo nacionalizante del Estado y las
etnicidades contestatarias formuladas desde abajo (Dietz, 2009b).
La muy frecuente distincin poltica y acadmica entre fenmenos de etnognesis aborigen, por un lado que da lugar a movimientos tnico-regionalistas o nacionalistas, y fenmenos de etnognesis migrante, por otro lado
la constitucin de disporas y comunidades transnacionales, reproduce
nuevamente la sesgada distincin entre nosotros y los otros, haciendo
as caso omiso de las evidentes similitudes que comparten ambos tipos de
etnognesis: se trata de movimientos de identificacin colectiva que se apropian del espacio, del tiempo y de la sustancia de su respectiva comunidad
imaginada (Anderson, 1988) y que convierten la praxis cultural habitualizada, propia y ajena, en una red de significados y marcadores de identidad
y alteridad (Medina Melgarejo, 2007). En suma, se trata de fenmenos que
Bartolom (2006) clasifica como conciencia tnica, definida por l como
[] la manifestacin ideolgica del conjunto de las representaciones colectivas derivadas del sistema de relaciones interiores de un grupo tnico, las que
se encuentran mediadas por la cultura compartida (Bartolom, 2006: 71).
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caso. Los autores identifican en cada caso la cultura civil imperante como
nexo indispensable que enlaza y cohesiona estas dimensiones:
La cultura civil combina tres elementos: competencia en relacin al funcionamiento de la sociedad civil de un determinado pas; competencia en relacin
a las convenciones nacionalmente especficas de cultura cvica y normas de
civilidad; y cierta familiaridad, sea conformista, sea en el mejor de los
casos crtica, con las correspondientes autorrepresentaciones nacionales
(Baumann, 2004: 4).
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Reflejando esta contextualizacin intrnseca del discurso intercultural, emprendemos un proceso de anlisis que permita recoger, clasificar y entender
tanto las divergencias como confluencias que se tienen de la interculturalidad.
Lo anterior se logra poniendo en dilogo las dimensiones tanto tericas como
prcticas, tanto prescriptivas como descriptivas del discurso intercultural
el poner en dilogo ambas dimensiones posibilita descubrir una gramtica
discursiva de ste. Para elucidar cmo determinados actores se apropian
del discurso intercultural y lo importan y aplican a su respectivo contexto
acadmico, poltico y/o pedaggico, en primer lugar, recurrimos a dos distinciones conceptuales, propuestas por Gimnez Romero (2003) y retomadas en
Mateos Corts y Dietz (2009a, 2009b) as como en Dietz y Mateos Corts
(2009). Es preciso, primero, distinguir entre el plano de los hechos y el
plano de las propuestas sociopolticas y ticas, para separar conceptualmente los discursos descriptivos o analticos de la inter o multiculturalidad de
los discursos propositivos o ideolgicos acerca del multiculturalismo o del
interculturalismo. Como analiza Grillo para el caso del multiculturalismo
britnico, las ansias normativas sesgan la realidad emprica:
El hablar y escribir acerca del multiculturalismo (incluyendo los escritos
acadmicos de orientacin filosfica o normativa) a menudo se basa ms
bien en un multiculturalismo imaginario (fuerte) que en su realidad. Ello
se debe a que el multiculturalismo realmente existente es escasamente
documentado (Grillo, 2007: 993).
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y modelos que hacen nfasis en la interaccin entre miembros de los diversos grupos que componen una determinada sociedad. El cuadro 1 ilustra la
concatenacin de ambos ejes de distinciones conceptuales.
En los aos noventa, los discursos inter y/o multiculturales comienzan a
migrar no slo entre sus contextos de origen anglosajn (y de orientacin
multiculturalista; cfr. Modood, 2007; Dietz, 2009b) y continental-europeos
(de tendencia interculturalista, cfr. Abdallah-Pretceille, 2001; Aguado Odina,
2003), sino tambin entre stos y los nuevos contextos de importacin discursiva en el caso de la Amrica Latina postindigenista (Lpez y Kper, 2000;
Antolnez Domnguez, 2010), como en el caso de la Europa meridional, que
repentinamente se ve desafiada por las nuevas migraciones de origen extraeuropeo y extracomunitario (Garca Castao y Granados Martnez, 1999).
Cuadro 1. Pluralismo, multiculturalismo e interculturalidad
Plano fctico
o de los hechos
= lo que es
Plano normativo
o de las
propuestas
sociopolticas
y ticas
= lo que debera
ser
Multiculturalidad
I nterculturalidad
Diversidad cultural,
lingstica, religiosa
Relaciones intertnicas,
interlingsticas,
interreligiosas
Multiculturalismo
I nterculturalismo
Reconocimiento de la
diferencia
Convivencia en la diversidad
1. Principio de igualdad
2. Principio de diferencia
1. Principio de igualdad
2. Principio de diferencia
3. Principio de interaccin
positiva
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Comunidades acadmicas, tradiciones intelectuales y pautas de comunicacin son analizables y han sido analizadas desde esta perspectiva
comparativa (Crossley, 2008) como productos de las transferencias internacionales o interculturales para casos franceses, alemanes, rusos, espaoles y chinos. ltimamente, este enfoque tambin se est comenzando
a desarrollar en los contextos latinoamericanos; una renovada historia
de las ideas (Klengel, ed., 1997) estudia los procesos de transmisin del
conocimiento cientfico en Amrica Latina (Priego y Lozano, 2007) y su relacin con discursos provenientes de Espaa (Simson, ed., 2007) o de otros
pases europeos (Beneyto et al., 2006). Por su parte, OPhelan Godoy et al.
(2005) resaltan el papel de mediadores culturales que las lites espaolas
y criollas jugaron en la primera globalizacin durante la poca del imperio
hispnico en las Amricas.
Como esta breve revisin del estudio de las transferencias interculturales
ilustra, por la cercana temtica con las disporas migratorias contemporneas, las nociones aqu empleadas son perfectamente compatibles con la
conceptualizacin que proponen hoy los estudios migratorios. El proceso de
transnacionalizacin de los conocimientos (acadmicos o no acadmicos) est
generando nuevas constelaciones migratorias, que Meyer y Wattiaux (2006:
4) denominan diaspora knowledge networks. Tanto los migrantes como sus
respectivos conocimientos y saberes se mueven entre Estados, naciones y
culturas cada vez ms entrelazadas. A lo largo de estos procesos migratorios,
al inicio son frecuentemente intelectuales marginales (Lemonik Arthur,
2009) los que generan una accin colectiva contenciosa con el estatus quo
acadmico, impulsando con ello nuevos campos y disciplinas acadmicas,
pero sobre todo nuevas vetas interdisciplinarias.
Por esta cercana emprica tanto como terica entre el estudio de las migraciones transnacionales, por una parte, y de las transferencias discursivas
igualmente transnacionales, por otra, proponemos en este anlisis enlazar
ambos campos conceptuales. Como han demostrado con mucho detalle los
anlisis de las migraciones transnacionales (Levitt, 2001), de los nuevos
sujetos transmigrantes (Glick Schiller, Basch y Blanc-Szanton, 1999) y de
Cfr. Espagne (1994), Schriewer (1997), Seigel (2005), Schriewer y Martnez Valle (2007);
una primera aproximacin a casos mexicanos la proporciona Gonzlez Rub (2007).
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las ideologas que definen a cada uno de los actores acadmicos tanto como
polticos implicados (Mateos Corts, 2009, 2011).
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Los intermediarios
Para aclarar quines son los intermediarios y el papel que juegan en el proceso de migracin del discurso intercultural, distinguimos a los emisores
de los receptores del discurso. Denominamos emisores a los sujetos que
tienen la autoridad o el poder de teorizar acerca de la interculturalidad; en
cambio, los destinatarios son aquellos que acogen dicha teorizacin. En el
primer caso, ubicamos a los protagonistas intelectuales o idelogos principales de la interculturalidad; sujetos que cuentan con una gran trayectoria
acadmica, que gozan de una autoridad y tienen un prestigio institucional.
En el segundo, incluimos a los actores que acogen o reciben dicha teorizacin
a travs de cursos de formacin y actualizacin relacionados con la interculturalidad. Los intermediarios, en cambio, son aquellos sujetos que obtienen
la teorizacin de los emisores y la ofrecen a los destinatarios o receptores,
realizando un proceso de traduccin debido a que aprehenden e interpretan
lo emitido por los emisores originales:
Bsicamente los intermediarios juegan tres papeles caractersticos: primero,
importan o exportan conocimientos, nociones y mtodos; segundo, ensean
o transmiten tal conocimiento, nociones y mtodos [] finalmente, adaptan
las nociones y los mtodos a la cultura local para asegurar una implantacin
fructfera y duradera (Charle, Schriewer, Wagner, 2006: 177).
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La pantalla lingstica
Para Charle, la pantalla lingstica es el vocabulario adecuado para transportar los conceptos y el conocimiento novedoso a un ambiente cultural
diferente (Charle, Schriewer, Wagner, 2006: 177). De no existir este
vocabulario o pantalla lingstica en el proceso de recepcin del discurso
migrado, las teoras o conceptos transferidos no tendran sentido. Por ello,
los intermediarios o traductores del nuevo discurso
[] se pueden ver obligados a inventar nuevos trminos [significados o definiciones de trminos migrados] mediante la combinacin de otros ya existentes
(Charle, Schriewer, Wagner, 2006: 177).
Ellos generan as un sentido para stos en el contexto de acogida. Las pantallas lingsticas son producidas de forma consciente e inconsciente, tanto
de manera individual como colectiva: si se originan de manera consciente e
individual, producen un proyecto de identidad; en cambio, si son producidas
de forma inconsciente y colectiva, son habitualizadas y rutinizadas.
En este anlisis de la interculturalidad mexicana, recurrimos a esta categora para mostrar las diversas significaciones o conceptualizaciones que
los sujetos proyectan, de forma individual y colectiva, respecto a la interculturalidad. Estas significaciones son construidas o delimitadas a partir de
los intereses o modelos culturales internos de los actores. As, para algunos
lo intercultural est relacionado con el empoderamiento de minoras y/o
el orgullo indgena o en otros casos con la educacin intercultural para
todos (cfr. captulo 6).