Correspondencia Rimbaud
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APUNTES
PARA UNA LECTURA DE UNE SAISON EN E1VFER
RAMIRO MARTIN
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Confibamos encontrar en su correspondance, reiterativa hasta la saciedad, pero nunca aburrida quiz por una especie de morbo que el propio
lector se crea, una respuesta, un porqu, una explicacin, que evidentemente
nunca llega. Sus miserias, sus mezquindades, sus aspiraciones y frustraciones
se dicen alli, o se callan, se insin an y/o se ocultan. Correpondencia que, a
nuestro entender, poco tiene que ver con gran parte de la leyenda montada
en torno a Rimbaud.
Pero en esa correspondencia hemos podido percatarnos de algo que en
ella no se explica y que afecta a la dimensin literaria de Rimbaud, algo que
tiene que ver con lo que se ha denominado el primer Rimbaud y el segundo
Rimbaud. Consideramos que el impulso que mueve al Rimbaud literaria y
literalmente mudo de la segunda parte de su vida es el mismo que conduce
al Rimbaud poeta incontinente e iconoclasta de la primera. No es que al
primer Rimbaud lo muevan las musas y al segundo el deseo de hacer fortuna.
En ambos momentos quiere una sola cosa: la gloria; quiere ser alguien y por
ser alguien ser capaz de pasar temporadas en el infierno, en el suyo o en el
de frica, que tambin acabar siendo suyo. Por la gloria y por ser alguien2
Rimbaud ser capaz de prostituirse con Verlaine, con G. Nouveau o con
cualquier empresa colonialista y explotadora, traficante de armas o de negros.
Rimbaud vive y sobrevive mientras puede por una gloria, por un hacerse un
sitio al sol, que jams alcanzar. No slo no hay contradiccin entre la vida
y obra de Rimbaud, sino la ms absoluta y total coherencia. No pudo alcanzar
en vida su gloria literaria, porque ya conoce el lector la historia de la literatura
y la suerte de los literatos en los tiempos del hambre que si no fueron todos,
si fueron muchos. La otra gloria y fortuna tampoco le cupo en suerte... por
unas cuantas bagatelas.
Fueron, pues, sus cartas a la familia durante su estancia en Africa las que
motivaron con fuerza la necesidad de reflexionar sobre el qu, el cmo y el
porqu de un escritor que como Dante o Nerval desdichados cada uno a su
manera necesitan exorcizar el sentido o el sin sentido de la vida con la
terrible experiencia de une descente aux enfers. No parece que vivamos en
el mejor de los mundos posibles cuando hablamos de mundos nos referimos
al mundo exterior y al mundo interior, Marx y Freud nos lo demostraron ms
all de cualquier duda posible...
Las teoras psicoanalticas de Alfred Adler seran sumamente interesantes y pertinentes para
comprender el fenmeno del que estamos hablando. Al no ser este el objetivo del presente
artculo, invitamos al lector a consultar nuestros artculos: Psychanalyse et littrature I. Alfred
Adler, en Cuadernos de Filologa Francesa, n. 2 3, Cceres, Univ. de Extremadura, 1989. pgs.
110, y Psychanalyse et littrature II. La protestation virile de Thrse Desqueyroux. Pour une
lecture adlrienne de roman de Fr. Mauriac, en Anuario deEstudiosFilolgicos, XII, Cceres, Univ.
de Extremadura, 1989. pgs. 171-185.
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Unamuno es el filosofo espariol que reivindica la contradiccin y la paradoja como medio y posibilidad para conciliar lo aparentemente inconciliable
como son la ciencia la fe, la razn y los sentimientos. Recuerdese su Sentimiento trgico de la vida. El propio Unamuno reivindica para s la contradiccin
y la paradoja como la nica posibilidad de supervivencia vital e intelectual. En
La agona del cristianismo, este telogo laico y heterodoxo afirma que el Evangelio est henchido de paradojas, de huesos que queman8.
Eric Fromm, por su parte, en tica y Psicoanlisis9 , habla de las dicotomas
existenciales e histricas del hombre. Entre las primeras, las existenciales,
aquellas con las que el hombre debe enfrentarse y que en modo alguno puede
anular, est en primer lugar la dicotoma ms fundamental: la de la vida y la
muerte. El hombre es el ser vivo que tiene conciencia de su propia condicin
en lenguaje de Heidegger se definira como un-ser-para-la-muerte. Vida y
muerte son dos realidades incompatibles. La segunda de las dicotomas es que
cada ser humano es portador de todas las potencias humanas, pero el breve
lapso de su vida no permite la plena realizacin de ellas, ni siquiera en las
circunstancias ms favorables. Dicho de otro modo: el hombre es un ser-enel-tiempo. La tercera de las dicotomas consiste en que el hombre, al mismo
tiempo que est slo, no soporta la soledad, siente la angustiosa necesidad de
estar con los otros. Kant haba hablado de la insociable sociabilidad y Sartre
siempre tan optimista ide aquella terrible verdad de que el infierno son
los otros.
Finalmente y porque se ha dicho infinidad de veces que Une saison en enfer
es una especie de contra-evangelio, traemos a colacin la Biblia porque sta
coincidiendo con Unamuno nos parece estructurada sobre la contradiccin
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Por todo ello pensamos que no se puede entender Une saison en enfer sin
abordarla desde una perspectiva dialctica. Los conceptos de contradiccin,
dicotoma, paradoja, atraviesan de parte a parte la obra de Rimbaud. Sin tener
en cuenta esta dimensin proftica, luchadora y desmitificadora, el yo intimo
de Rimbaud y sus bsquedas, sus relaciones con los que le rodean y con el
mundo exterior seran ininteligibles.
Con las letras y con los negocios, con la poesa y con el silencio, Rimbaud
nos construye tambin una paradoja, una provocacin, nos arroja un puriado
de tierra a los ojos. Slo le falt ariadir, como el Cristo despus de una de sus
paradjicas parbolas, y el que tenga odos que entienda. Por supuesto que
podemos jugar a notarios y decir que Les Illuminations son su testamento
literario, podemos decir incluso que su silencio es explicable porque ya lo ha
dicho todo... Quizs Etiemble se enfade, y con razn porque eso es alimentar
el mito. Nosotros slo vemos una ltima provocacin, un ltimo desafo
Plus on me berce, moins je dors, esta frase, creo recordar, de Cirano de
Bergerac podra ser la divisa de Rimbaud. Tenemos la impresin de que
infaliblemente el escritor le ajusta las cuentas a la realidad, Ilmese sta sentido
comn, buen gusto, cnones establecidos..., Ilmese si es preciso Ren Descartes: C'est faux de dire: Je pense. On devrait dire: On me pense". Es verdad
que los poetas, la excepcin confirma la regla, son eglatras, y en el caso de
Rimbaud podra ariadirse que hace alarde de una muy notoria vanidad; basta
con leer esta carta a Izambard para que no nos quepa la menor duda. Pero
con razonamientos rayanos en el ms l cido cinismo no en el sentido peyorativo de la palabra Rimbaud le demuestra a su viejo profesor que como
ambos se deben a la sociedad, ambos se hacen mantener por ella, y con el
mismo derecho. Es en esta carta, decamos, en la que Rimbaud se atreve a
enmendarle la filosofa a Descartes. Pues bien, a pesar del anlisis certero que
hace G. Poulet en La posie clate12 , sobre el alcance de esta inversin hecha
por Rimbaud en el plano psicofilosfico, nosotros consideramos que el recurso
que Rimbaud hace al pronombre indefinido On por parte de alguien que
conoce perfectamente la etimologa on < homo, no es en absoluto una
obviedad. Quiere eso decir que el arrumbamiento del cogito de Descartes
implica, por supuesto, una puesta en cuarentena del racionalismo filosfico
y de sus secuelas, como en otros momentos lo ser de la ideologa dominante
o de la fe dominante o de las ideas recibidas, pero al mismo tiempo es una
puesta en tela de juicio de la autonoma, de la autosuficiencia y de una cierta
megalomana de ese yo. La metamorfosis que Rimbaud preconiza supondra,
por una lado, que mi yo es el objeto, el blanco, si se quiere, de la mirada, del
" Lettre a G. Izambard, en Arthur Rimbaud. Vie-Oeuvre, edit. du centenaire, op. cit., pg. 183.
12 Paris, P.U.F., 1980, pgs. 118 ss.
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sentir y del pensar de los otros, y por lo tanto que mi yo no es indiferente para
ellos; y, por otro lado, que mi yo se constituye gracias a la mirada, al pensamiento de los otros. En realidad yo no soy nada sin los otros que me piensan.
Aplquese ahora todo esto al axioma ya citado je est un autre y lase que
mi yo no es tal porque yo lo piense o lo quiera, sino que es ms bien el
resultado de lo que el otro, los otros piensan.
Sin querer nos adentramos ya en el mundo de la paradoja. Al movernos
en ese terreno, somos conscientes de que cabe la posibilidad de hacer decir
a Rimbaud lo que se nos antoje. As lo siente Etiemble: Avec un peu d'astuce
on peut, de Rimbaud, extirper, extorquer n'importe quel lment de sa fable,
ou de son mythe, tels que depuis des dcennies je les traque, les dtraque, les
matraque en vain' 3 . Eso es lo que se ha hecho con los paradjicos evangelios.
Cada cual deduce lo que le interesa y si es preciso lo contrario tambin.
Decamos antes que el escritor suele ajustarle las cuentas a la realidad.
Cuando la realidad se vuelve rugosa y hostil, las levitaciones poticas que
imaginbamos que podran predominar en poemas como Voyelles, se dan
el batacazo con les puanteurs cruelles o le sang crach. En La chanson
de la plus haute tour nos sorprende esta confesin: j'ai perdu ma vie. Todo
acaba en desilusin, fracaso, ira, agresividad, transgresin..., les haillons
pourris, le pain tremp de pluie, l'ivresse, les mille amours qui m'on
crucifi 14 ... un balance desolador.
Balance que no impide en absoluto que Rimbaud act e ua poco con el
sindrome de Nern, resumible en la famosa frase a l atribuida: qualis artifex
pereo y que parece vislumbrarse en el Adieu, de Une saison en enfer, cuando
Rimbaud dice o hace decir a su protagonista: Une belle gloire d'artiste et de
conteur emporte; lo que hace pensar a Christian Angelet que le conteur
en question pourrait bien dsigner l'histrion qui apparait un peu partout dans
la Saison 15 . Y es que el oficio de poeta, de profeta, de visionario que Rimbaud
reivindica para s, conlleva la puesta en escena, la liturgia y el ceremonial. El
escritor es consciente de la artificialidad que su ficcin implica. A lo largo de
la Saison no faltan indicios para demostrarlo, como veremos ms adelante.
Rimbaud, es verdad, se muestra como un vengador que le ajusta las cuentas
a la realidad. Al querer reinventar el amor, recuperar la inocencia, buscar el
desquiciamiento de los sentidos, est consciente o inconscientemente queriendo que su obra sea un anti-destino.
13 Rimbaud, systme solaire ou trou noir?, Pars, P.U.F., 1984, pg. 157.
Une saison en enfer, en A. Rimbaud, Vie-Oeuvre, edit. du centenaire, op. cit., pg. 451.
15 La tentation du roman chez Rimbaud, Baudelaire et quelques autres en Revue d'histoire
littraire de la France, n. 2 6, noviembre-diciembre 1992, Pars, A. Colin, pgs. 1017-1018.
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Jadis.... Nada mejor que remontar al pasado para comprender el presente. Siempre la idea de un paraso perdido. Poco se recrea en l nuestro autor.
Dos lneas ms lejos empieza su pelea personal y tenaz contra todo y contra
todos. Y toda la desgracia comienza porque: un soir, j'ai assis la Beaut sur
mes genoux. Et je l'ai trouve amre. Et je l'ai injurie. Por lo menos, esta
vez, se aducen motivaciones profesionales, y no amatorias.
Antes de entrar en materia, uno no entiende por qu textos ya enigmticos
y oscuros en s mismos, tienden a veces a ser a n ms oscurecidos con interpretaciones que, a nuestro entender, estn fuera de lugar. Como se parte de
que el texto rimbaldiano es un contra-evangelio, cualquier palabra que haga
eco a un texto evanglico parece obligar al exegeta de turno a aportar citas
del evangelio. Tal sucede con esta introduccin respecto a dos palabras que
aparecen en l: festin y trsor y que hacen que P. Brunel v7 traiga a colacin
a Mt. XXII, 2-10 y VI, 19-21, respectivamente. Cosa que nos parece desatinada,
ya que podra hacerse lo mismo con vins, justice, flaux, etc.
Por si fuera poco, en su comentario sobre crime en la frase: Je me suis
sch l'air du crime, se despacha as: La pratique du crime (ou le rve de
cette pratique) viole l'interdit de Jsus dans le Sermon sur la montagne: Vous
ne tuerez point (Matth. V,21) 18 y se queda tan fresco. Creemos que estas citas
bblicas, no aportan absolutamente nada y adems no vienen precisamente al
caso.
16 Rimbaud, op. cit., pg. 304.
Rimbaud, Une saison en enfer, libr. Jos Corti, 1987, pgs. 188 ss.
/ 8 Ibid., pg. 190.
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via de suerios, por via diablica o divina las respuestas no se hacen esperar.
La charit primera solucin apuntada es la virtud teologal, la virtud catlica
fundamental frente a la fe virtud teologal fundamental de los protestantes ?,
o es ms bien el simple y laico amor al prjimo, el equivalente de la fraternidad
humana, de la filantropia ?
La voz interna, el doble que llevamos dentro, por via demoniaca ahora, se
encarga de desanimarlo la palabra griega Daimon significa, entre los poetas,
un dios protector bien intencionado o tambin la voz interna del hombre el
cristianismo es contra natura. Nuestro deber es ganar la muerte con el egoismo, con nuestros apetitos, nuestros pecados capitales, cosas que explicitar
muy bien en Mauvais sang. Con ese bagaje debemos abordar todos los
alimentos terrestres Tambin Rimbaud es extremista, radical, pasional, alguien que es frio o caliente, pero nunca tibio. Gide hubiera dicho de el que
es fervoroso.
La satnica satn quiere decir adversario voz interior de Rimbaud parece
ser muy entendida en materia literaria, y parece gustarle l'absence des
facults descriptives ou instructives. Normas que Rimbaud sigue al pie de la
letra. Su estilo est hecho de frases cortas. Con escasez de subordinadas y sin
transiciones. Adems su mensaje, en verdad, dista mucho de ser instructivo o
edificante.
El propio P. Brunel" nos cita a Gilles Deleuze a propsito del sado-masoquismo de Rimbaud en La Saison. Lo que constituye un argumento ms para
este vaivn de elementos contrarios que nos interesa subrayar. Nosotros llamamos la atencin sobre estos otros: dicha/infelicidad, pasado/presente, festin/
boue, charit/goisme, Dieu /Satan...
Mauvais sang
Cada pueblo tiene sus fetiches y sus estereotipos culturales, los vicios y los
defectos suele reservrselos para sus vecinos o sus enemigos. Cada pueblo cree
ser el ms inteligente, el ms astuto, poseer el pais ms hermoso, etc., virtudes
que, por supuesto, aparecern y asi lo contarn las historias de la tribuencarnadas por nuestros antepasados con el aderezo de alg n vicio ms bien
simptico y que se nos inculca desde nuestra ms tierna edad.
Nous autres Franais, nous nous voyons en gneral malins, dbrouillards
et rleurs, et ce ne sont pas les abrutis qui abondent entre Dunkerque et
Ventimille, tous les empots indcrottables qui pour des raisons diverses se
dbrouillent peu prs comme des manches dans les situations les plus
"dlicates", qui feront changer quoi que ce soit notre image.
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Puesta, una vez ms, en escena y por ende ocultacin de unos supuestos
delirios y de unos supuestos personajes. Personajes anunciados ya en el ttulo
y confirmados al final del captulo con la expresin que lo cierra: DrOle de
mnage. La saison en enfer Rimbaud no la ha pasado slo, ha estado
acompariado de un compagnon d'enfer.
Las interpretaciones que los comentaristas suelen hacer cuadran perfectamente con la dimensin paradjica que tratamos de dibujar en nuestra lectura
de la obra. P. Brunel lo dice as: Rimbaud par lui-mme se prsente donc ici
comme un Rimbaud par l'autre. Mais ce Rimbaud par l'autre est imagin par
Rimbaud lui-mme. Tel est le paradoxe de ce texte tonnant". iQu bien
queda el rizo as rizado!
Pero nosotros nos preguntamos si en este drle de mnage no sera todo
intercambiable.
Y es que la experiencia vital que Verlaine y Rimbaud han compartido debe
haber supuesto como en cualquier pareja un proyecto com n, con un
comn sentir, pensar, actuar... Toda pareja remplaza al menos temporal y
ocasionalmente un yo y un t por un nosotros. Algunas expresiones del
texto lo confirmaran: Nous nous accordions. Bien mus, nous travaillions
ensemble34.
32 Ibid., pgs. 416-17.
33 OP. cit., pg. 264; cf. tambin pgs. 266 ss.
Rimbaud, op. cit., pg. 424.
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Si para que todo quede en su lugar y... los mitos tambin, hay que atribuir
a priori lo que a priari se ha decidido atribuir a Rimbaud, como aquello de
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sus artistas, sus inventores, sus saqueadores... todos en el mismo saco. Dicho
de otro modo, la religin, la ciencia recordemos que Nerval llega a decir:
L'arbre de science n'est pas l'arbre de vie 45, el arte, la economa, la poltica
y sus principios y valores constituyen para Rimbaud un Dchirante
infortune>>46.
L'clair
Frente a la sabidura oriental, la de la patria primitiva que dice que todo
es vanidad, la nueva y occidental sabidura del Eclesiasts moderno proclama
el valor del trabajo, de la ciencia, del progreso... Pero Rimbaud quiere ser
lcido y se pregunta para qu sirve todo eso.
El desorden, el sin sentido y el absurdo de la vida se pueden solucionar
falsamente ideando ces rcompenses futures, ternelles 47 . La salvacin y la
condenacin eternas. La actitud de Rimbaud es inequvoca: yo no juego. Quiz
cada ser humano tenga un papel que desemperiar en la sociedad. Pero
Rimbaud afirma taxativamente: On se passera de moi. J'ai mon devoir, j'en
serai fier la faon de plusieurs, en le mettant de ct48.
Puesto que la vida es un clair, una luz viva y de corta duracin, la opcin
de Rimbaud es eminentemente vitalista y creativa: Nous existerons en nous
amusant, en revant amours monstres et univers fantastiques, en nous plaignant
et en querellant les apparences du monde, saltimbanque, mendiant, artiste,
bandit, pretre!. Todos estos gerundios precisan el verbo existir y lo acaban
definiendo en sustantivos, definibles todos como modus vivendi ms que como
profesiones, caracterizadas todas por hacerlo a expensas de los dems, de la
sociedad. La paradoja reaparece una vez ms cuando Rimbaud en su listado
introduce, aunque marcando la ruptura con un guin, -prtre. Palabra que,
por otra parte, desencadena una red de asociaciones situadas en el pasado y
en las antpodas de su nueva actitud ante la vida. Esta serie asociativa,
hpital, encens, etc., son recuerdos de lo que l llama ma sale ducation
d'enfance. Que a su vez introduce la doble realidad del dolor y de la muerte,
frente a las cuales Rimbaud se posiciona con una actitud que nada tiene que
ver con el aistianismo: Je me rvolte contre la mort!.
Rimbaud cierra este captulo elaborado a modo de dilogo interior con
una nueva chanza sobre las creencias religiosas: chre pauvre me, l'ternit
serait-elle pas perdue pour nous!49.
Nerval, op. cit., pg. 161.
46 Rimbaud, op. cit., pgs. 40-41.
47 Ibid., pg. 445.
48 Ibid., pg. 445.
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Segn Bonnefoy, a pesar del titulo, este es le point le plus noir du livre5
Paradjico detalle que contribuye a confirmar nuestra propia lectura.
Matin, porque parece haber llegado, ,a1 final de su relato infernal.
En este capitulo el autor de Une saison e. enfer se pregunta qu ha podido
pasar para que a une jeunesse aimable, hroique, fabuleuse, ' crire sur des
feuilles d'or le suceda una situacin como la actual: par quel crime, par
quelle erreur, aije mrit ma faiblesse actuelle ?51.
Rimbaud precisa que el infierno del que sale es l'ancien, celui dont le fils
de l'homme ouvrit les portes. Y aqui tenemos que volver a contradecir a P.
Brunel, que dice asi: Si l'expression "le fils de l'homme" ne surprend pas [...]
en revanche il convient de rappeler que, selon l'Ecriture, le Christ n'ouvre pas
les portes de l'enfer, mais celles du paradis 52 . Pues bien, consultamos el
Vocabulario de Teologa Bblica de Lon-Dufour 53 , y en la entrada Infierno,
apartado II, que lleva por titulo: <Jesucristo descendi a los infiernos, podemos leer, entre otras cosas: La bajada de Cristo a los infiernos es un articulo
de fe y es, en efecto, un dato cierto del N. T., y ms adelante: Hasta la muerte
del Serior era el infierno "el punto de cita de toda carne", el trmino fatal de
llegada de una humanidad exilada de Dios, y nadie podia salir antes de Cristo,
"primicia de los que duermen" (1 Cor. 15, 20-23), "primognito de entre los
muertos" (Ap. 1,5). Para la humanidad condenada en Adn a la muerte y a
la separacin de Dios, la redencin es la abertura de las puertas infernales,
el don de la vida eterna.
Recordemos que en Mauvais sang Rimbaud declara: Je n'ai jamais t
chrtien. eQu puede, pues, querer decir con lo del infierno, .l'ancien? Se
nos ocurre pensar que l se considera uno de los justos, de los inocentes. Quiz
l se compara con un cristo que ha vivido su propia pasin y muerte y bajada
a los infiernos. Lo que si se dice claramente es que se est preparando una
nueva Navidad en la tierra que nada tiene ya que ver con los tiranos, los
demonios, las supersticiones...
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