1) Sócrates fue acusado falsamente de no creer en los dioses de Atenas e introducir nuevas divinidades, así como corromper a los jóvenes. Sin embargo, era evidente que practicaba los sacrificios religiosos tradicionales.
2) A pesar de ser una persona austera, también resulta sorprendente que fuera acusado de corromper a los jóvenes.
3) Sócrates no merecía la pena de muerte ya que no había hecho nada malo, sino que era digno del mayor honor.
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1) Sócrates fue acusado falsamente de no creer en los dioses de Atenas e introducir nuevas divinidades, así como corromper a los jóvenes. Sin embargo, era evidente que practicaba los sacrificios religiosos tradicionales.
2) A pesar de ser una persona austera, también resulta sorprendente que fuera acusado de corromper a los jóvenes.
3) Sócrates no merecía la pena de muerte ya que no había hecho nada malo, sino que era digno del mayor honor.
1) Sócrates fue acusado falsamente de no creer en los dioses de Atenas e introducir nuevas divinidades, así como corromper a los jóvenes. Sin embargo, era evidente que practicaba los sacrificios religiosos tradicionales.
2) A pesar de ser una persona austera, también resulta sorprendente que fuera acusado de corromper a los jóvenes.
3) Sócrates no merecía la pena de muerte ya que no había hecho nada malo, sino que era digno del mayor honor.
1) Sócrates fue acusado falsamente de no creer en los dioses de Atenas e introducir nuevas divinidades, así como corromper a los jóvenes. Sin embargo, era evidente que practicaba los sacrificios religiosos tradicionales.
2) A pesar de ser una persona austera, también resulta sorprendente que fuera acusado de corromper a los jóvenes.
3) Sócrates no merecía la pena de muerte ya que no había hecho nada malo, sino que era digno del mayor honor.
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MEMORABLES
Muchas veces me pregunt con sorpresa con qu
razones convencieron a los atenienses los que acusaron a Scrates de que era digno de muerte para la ciudad. Pues la acusacin pblica contra el era una de esta clase: Scrates es culpable por que no cree en los dioses en los que la ciudad cree y tambin por que introduce , en cambio, otras divinidades nuevas Y es culpable tambin por que corrompe e a los jvenes. Por lo tanto en cuento al primer punto de que no crea en los dioses en los que la ciudad cree, De qu prueba se valieron entonces? Por que era evidente que haca michos sacrificios muchas veces en su casa y muchas veces tambin sobre los altares pblicos de la ciudad, y no era un secreto que utilizaba la adivinacin.
I 1,16 Scrates siempre conversaba sobre temas
humanos
l mismo siempre conversaba sobre temas humanos,
examinando qu es piadoso, qu es impo, qu es bello, qu feo,(vergonzoso), qu es justo, cul injusto, qu es la prudencia, cul la locura, qu es la valenta, cul la cobarda, qu es la ciudad, qu es un poltico(hombre de estado), qu es un gobierno de hombres y cul un gobernante de ellos, y sobre las dems cosas, a los que las saban pensaba que eran hombres de bien, en cambio a los que las desconocan crea que con razn deberan ser llamados esclavos. I 2, 1 Tambin es sorprendente que Scrates fuera acusado de corromper a los jvenes , pues era una persona austera frente a los placeres
Y sorprendente tambin me parece el hecho de que algunos
se dejasen convencer (fueran persuadidos) de que Scrates corrompa a los jvenes , el cual, adems de lo que ya se ha dicho, era en primer lugar el ms austero de todos los hombres en cuanto a los placeres amorosos y de la comida,, y en segundo lugar era dursimo frente al fro y al calor y a todas las fatigas, por ltimo tambin estaba educado de tal manera para estar necesitado de lo justo, que a pesar de haber adquirido una pequesima fortuna , le bastaba para vivir con mucha facilidad. I, 2 62 Scrates era digno del mayor honor y no mereca la pena de muerte, ya que no haba hecho nada malo.
Por una parte me parece que Scrates siendo de tal
condicin era ms digno de respeto para la ciudad ms que de muerte, y con relacin a las leyes, en cambio, si alguien examinara esto lo descubrira. En efecto en relacin a las leyes, si alguien resulta evidente que es un patente ladrn , un robador de vestidos, cortador de bolsas, o rompe paredes, traficante de esclavos o saqueador de templos, para estos la pena es la muerte, pero aqul estaba muy alejado de aquellos delitos de entre todos los hombres.
I 6 14 Scrates explica a Antifonte que el mayor
beneficio de las conversaciones con sus discpulos es hacer amigos
Y yo mismo, por tanto, oh Antifonte! lo mismo que
cualquier otro se siente a gusto con un caballo un perro o un pjaro, as tambin an ms me siento a gusto con los buenos amigos, y si s algo bueno, se los enseo y a los dems los pongo en relacin con aquellos que pienso que ellos mismos podrn sacar algn provecho para su virtud, y a los tesoros de los hombres sabios de antao, los que aquellos dejaron escritos en libros, desenrollando en comn con mis amigos los escritos en los libros, desenrollndolos en comn con mis amigos los recorro y si vemos algo bueno , lo seleccionamos y consideramos que es una gran ganancia si nos hacemos amigos unos de otros.
II, 1 13 Scrates y Aristipo discuten sobre la vida de
libres y esclavos, sobre el abuso de la fuerza por parte de los fuertes
O te pasan desapercibidos los que cortan el trigo y
los rboles, cuando otros los siembran y los plantan y los que asedian de todas maneras a los ms dbiles y que no quieren servirles, hasta que los convencen de elegir ser esclavos en lugar de hacer la guerra a los ms poderosos? Y en su vida privada en cambio No sabes que los valientes y los poderosos sacan provecho y esclavizan a los cobardes y a los dbiles?
II 4,4 Scrates expone variados argumentos sobre el valor
de la amistad y la pondera por encima de cualquier otra adquisicin
Y an adems de estas cosas, dijo que vea que muchos
saban el nmero del resto de sus bienes, aunque fueran muy numerosos para ellos, en cambio de los amigos aunque fueran pocos, que no solo desconocan su nmero, sino que adems intentaban registrarlos los para los que les preguntaban esto, y a los que pusieron entre sus amigos , de nuevo a estos los cambiaban de sitio.
Scrates refiere a Critbulo que la amistad es necesaria por
naturaleza y que disipa todo mal
Por naturaleza , en efecto tienen los hombres unas partes
amistosas: Pues necesitan unos de otros y se compadecen y colaboran entre s y se ayudan y conscientes de esto estn agradecidos unos con otros. Pero tienen otra parte belicosa: pues cuando creen que las mismas cosas son hermosas y agradables luchan por estas cosas y cuando son de diferente opinin se enfrentan entre s y tambin es cosas de guerra la discordia y la ira.
II 7, 13 LA fbula del perro y las ovejas
Y Scrates dijo: Por qu no les cuentas a ellas la fbula del
perro? Pues dicen que cuando los animales estaban hablando, que la oveja dijo a su amo: Es extrao lo que haces porque a nosotras que te proporcionamos lana , corderos y queso, no nos das nada que no tomemos nosotras de la tierra, y en cambio al perro, que no te procura nada parecido, le haces partcipe de tu propia comida. Y que el perro al orlo dijo: S por Zeus!
LA fbula del perro y las ovejas (continuacin)
pues soy yo el que os salva a vosotras para que no seis
robadas por los hombres ni arrebatadas por lobos, pues vosotras, al menos, si yo no os protegiera, no podrais pastar, estarais temerosas de que os mataran, Y as se dice que tambin los rebaos de ovejas estuvieron de acuerdo en que el perro fuera el preferido. Y t, por lo tanto, diles a aquellas que en lugar del perro eres su guardin y cuidador, y que gracias a ti sin ser agraviadas por alguien viven trabajando con seguridad y a gusto. III, 1, 7-9 Un ejrcito bien ordenado es muy diferente de otro muy desordenado Mucho se diferencia en efecto un ejrcito ordenado de otro desordenado, lo mismo que las piedras, ladrillos y maderas y tejas arrojados desordenadamente no son nada tiles; pero en cambio cuando se ordenan debajo y en la parte de arriba los materiales que no se pudren y no se estropean, las piedras y las tejas, y en medio los ladrillos y la madera, como estn colocados unos con otros en la construccin, entonces resulta de mucho valor la propiedad, la casa. Pero, perfectamente, dijo el joven, oh Scrates! Has dicho lo mismo, pues tambin en la guerra es preciso que los mejores se ordenen los primeros y en retaguardia(los ltimos), y en medio se coloquen los peores, para que sean guiados por los primeros y en cambio sean empujados por los ltimos. III 5, 1-2 Scrates conversa con Pericles sobre el cargo de estratego
Y dijo Scrates: Oh Pericles! Yo ciertamente tengo la
esperanza de que siendo t general la ciudad ser mejor y ms famosa en las artes de la guerra y que dominar a sus enemigos. Y Pericles dijo: Ya me gustara Oh Scrates! lo que dices, y cmo pudiera ocurrir esto, no puedo llegar a comprenderlo.
Quieres por tanto , dijo Scrates, que conversemos sobre estos
mismos asuntos y examinemos dnde est ya la posibilidad?Quiero, dijo.
III 7-9 Scrates aconseja a su interlocutor inspeccionarse
mejor a s mismo y servir a la ciudad
Oh buen amigo!, no te desconozcas a ti mismo, ni te equivoques
en aquellas cosas en las que la mayora se equivoca, pues muchos cuando se lanzan a examinar los asuntos de los dems no se vuelven sobre si mismos a examinarse. Por lo tanto no te dejes arrastrar por esta molicie, sino que esfurzate ms en poner atencin a ti mismo y no te descuides de los asuntos de la ciudad, si hay alguna posibilidad de que vayan mejor , gracias a ti, pues si estos asuntos van bien, no slo los dems ciudadanos, sino tambin tus amigos y t mismo no poqusimo provecho sacaris.
III, 9, 8 Scrates reflexiona sobre la envidia
Y al examinar la envidia, en qu consiste, descubri que era un
mismo dolor, producido, sin embargo, no por las desgracias de los amigos, ni por la felicidad de los enemigos, sino que dijo que los nicos que tenan envidia eran los que se afligan por la prosperidad de los amigos. Y como algunos se admiraban de que alguien pudiera afligirse por la felicidad de alguno de los amigos de uno mismo, les recordaba que muchos, as tienen envidia hacia algunos de tal manera que cuando les van mal las cosas no pueden mirar con indiferencia, pero que les ayudan cuando son desgraciados, pero , en cambio, cuando son felices se afligen.
III 12, 4-5 Scrates describe la ventaja de estar en buen forma
fsica
Y ciertamente a los que tienen el cuerpo bien les ocurre todo lo
contario que a los que lo tienen mal. Y en efecto tienen salud y son fuertes los que tienen el cuerpo bien, y muchos por este motivo se salvan honorablemente de los combates blicos y escapan de todos los peligros, y muchos ayudan a sus amigos y hacen el bien a su patria y por estas causas son considerados merecedores de agradecimiento y adquieren una gran fama y alcanzan los ms hermosos honores y por estos motivos pasan el resto de su vida ms agradable y mejor y dejan a sus hijos los mejores medios para la vida.
IV 2, 39.40 Eutidemo reconoce su propia estupidez y
que si quiere ser digno de consideracin debe tratar a Scrates.
Y dijo Eutidemo: es evidente que mi propia estupidez me obliga
a reconocer esto y pienso que sea par mi lo mejor callarme, pues corro el peligro de no saber nada simplemente, y se march muy desanimado y desprecindose a s mismo y creyendo que en realidad era un esclavo. Por lo tanto muchos de los que haban sido puestos as en esa situacin por Scrates, ya no se acercaban ms a l, a los cuales les consideraba bastante torpes. Eutidemo, sin embargo, comprendi que no podra llegar a ser un hombre digno de consideracin de otra manera si no trataba lo ms posible con Scrates.
IV 3, 15-16 Eutidemo y Scrates debaten sobre la
conveniencia de honrar a los dioses
Yo, oh Scrates, dijo Eutidemo, s claramente que no me
descuidar ni un poco de la divinidad, pero estoy desanimado por aquello, de que me parece que no hay un solo hombre
que pueda corresponder con el merecido agradecimiento a los
favores de los dioses; pero esto no te desaliente, dijo, oh Eutidemo!, pues ves que el dios de Delfos, cuando alguien le pregunta cmo podra dar gracias a los dioses les responde : con la ley de la ciudad. Y la ley es sin duda , en todos los sitios en la medida de las fuerzas de cada uno el agradar a los dioses con ofrendas.
IV, 4,6-7 Scrates defiende ante Hipias que sigue hablando de
los mismos tpicos
Y dijo Hipias: oh Scrates!Pues an tu dices aquellas
mismas cosas que yo hace mucho tiempo te escuch? Y Scrates dijo: oh Hipias! y lo que es ms sorprendente que esto es que no slo siempre digo las mismas cosas, sino que adems hablo de las mismas cosas: en cambio, t , por el hecho de ser un erudito nunca dices lo mismo sobre los mismos temas. Descuida, dijo, intento siempre decir algo nuevo. Y cual de las dos cosas, dijo Scrates, sobre aquellas que conoces? Como por ejemplo, sobre las letras, Si alguien te pregunta que cuntas y cules son las letras de la palabra Scrates, primero intentas unas veces una cosa y ahora otras veces otras?
IV 4, 15-16 Scrates intenta convencer a Hipias de la
importancia de obedecer a las leyes
No te has enterado, dijo Scrates, de que Licurgo, el
lacedemonio, no habra hecho a Esparta nada distinta de las otras ciudades si no le hubiera infundido el obedecer a las leyes por encima de todo? Y de entre los gobernantes que hay en las ciudades, no sabes que algunos podran ser los responsables para los ciudadanos de que obedezcan a las leyes, estos son los mejores, y tambin la ciudad en la cual los ciudadanos ms obedecen a las leyes, y que en tiempos de paz viven lo mejor posible, y en la guerra es una ciudad irresistible? Y en efecto me parece que la Concordia es el bien ms grande para las ciudades.
IV 6, 2-3 Scrates y Eutidemo examinan el concepto de piedad
En primer lugar examinaba el concepto de piedad, as poco ms
o menos : Dime, oh Eutidemo!, de qu clase crees que es la piedad? Y aquel dijo: S. Por Zeus!, es lo ms hermoso. Por tanto , puedes decirme de qu clase es el hombre piadoso?. A mi me parece, dijo, que es el que honra a los dioses. Es posible que alguien quiera honrar a los dioses de cualquier manera? No; sino que hay leyes , segn las cuales es preciso honrar a los dioses. Por lo tanto el que conoce estas leyes sabra que es preciso honrar a los dioses? . Yo creo que s, dijo.