Prelot - La Ciencia Política
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Prelot - La Ciencia Política
POLTICA
Marcel Prlot
103
CUADERNOS
^ucleba
320
PRE
INTRODUCCIN
Prlot, Marcel
La ciencia poltica.- 1 ed.- Buenos Aires :
Eudeba, 2002.
112 p. ; 11x18 cm.- (Cuadernos)
1'
ISBN 950-23-1229-5
I. La poltica
Eudeba
Universidad de Buenos Aires,
,ir,
LA FOTOCOPIA
MATA AL LIBRO
Y ES UN DELITO
La definicin de poltica que adoptaremos se apoya tanto en la historia de las palabras como en la
historia de las ideas, se inspira ampliamente en las
concepciones y el vocabulario actuales.
En las ciencias humanas es necesario remitirse a
la opinin general. Los socilogos han observado una
correspondencia directa entre la formacin del lenguaje y la creacin del derecho. Lo mismo se aplica
a los conceptos polticos. Con frecuencia basta aclarar
la posicin tradicional y medir exactamente su valor
para que se desvanezcan numerosos equvocos. En lugar de soluciones diversas y controvertidas, prevalece
la que goza de la ms amplia aceptacin.
La palabra "poltica" se origina en las palabras
griegas polis, politeia, politica, politik.
e polis: la Ciudad, estado, el recinto urbano, la comarca, y tambin la reunin de ciudadanos que
forman la ciudad;
e politeia: el Estado, la Constitucin, el rgimen poltico, la Repblica, la ciudadana (en el sentido
de derecho de los ciudadanos)
ta po. litica: plural neutro de politicos, las cosas polticas, las cosas cvicas, todo lo concerniente al
Estado, la Constitucin, el rgimen poltico, la Repblica, la soberana;
e politik (techn): el arte de la poltica.
Para los antiguos, la poltica pragmateia es el estudio o el conocimiento de "la vida en comn de los
hombres segn la estructura esencial de esta vida,
que es la constitucin de la ciudad" 1 .
1
ERIC WEIL,
pg. 11.
El hombre antiguo, tal como lo defini Aristteles, aparece as como un ser o "animal cvico". Se disminuye enormemente el alcance de la definicin al
traducir zoon politikon por "animal social". El animal
es tambin social, pero solo el hombre es poltico. El
hombre no vive en manadas o en hordas; su carcter
especfico es vivir insertado en el organismo social
que constituye la Polis, la Ciudad, y sta es para l
tanto una necesidad natural como ideal.
La Polis no es solo la ciudad como planta urbana.
Atenas como Ciudad-estado es mucho ms vasta que
la Atenas como recinto urbano. No solo incluye la
metrpoli, sino tambin un territorio agrcola, la
campaa circundante, sembrada de granjas y pequeos pueblos, y un puerto: el Piro. Es todo esto lo que
constituye el Atica. Su estructura poltica integra un
conjunto complejo, como el de un cantn suizo. El
, cuJo
'recr^to urbanoe^, .^fn,`d^t^a,.'esn^i T es "Msculo
cardaco", al decir de Maurice Defourny, 2 pero no es
toda la Ciudad-estado.
Hay pues correspondencia, en cuanto al concepto
mismo, entre la Ciudad antigua y el Estado moderno.
An hoy empleamos a veces el trmino "Ciudad" en
el sentido antiguo. R. Poincar ha escrito hace poco
una obra de vulgarizacin titulada: Ce que demande
la Cit, 3 donde se considera las exigencias del Estado
francs y no las necesidades de Pars.
La correspondencia verbal entre la Ciudad y el
Estado se halla asegurada, en latn, mediante la palabra respublica. A ta politika las cosas cvicas, lo que
concierne a la ciudad corresponde res publica: la
:
cosa pblica. Segn Quicherat, de Republica erit silentium se traduce por "no hablaremos de poltica";
y accedere ad Rempublicam por "intervenir en poltica" (Cicern) . Como adjetivo, "repblico" es equivalente a `cvico". El eco de esta equivalencia llega
hasta el siglo XVIII, en las expresiones revolucionarias "juramento cvico" y "espritu cvico".
El latn clsico no utiliza la palabra politicus
(a, urn) ms que como adjetivo. Si bien Cicern toma directamente del griego la palabra politeia para
designar la Repblica, usa una perfrasis para designar el conocimiento poltico: civilis scientia, y tambin rerum civilium scientia. Quintiliano dice civilitas, y Tito Livio ars reipublicae gerendae.
Ms tarde la palabra "Estado" une a la expresin res publica. La conjuncin "estado de la cosa
pblica" , aparece en la definicin del derecho propuesta por [ilpian: Ijs` -studii .duae `sunt ' positiones: publicum et privatum. Publicum jus est quod
ad statum re romanae spectat; privatum, quod ad
singulorum utilitatem ("En el estudio del derecho
hay dos aspectos: el pblico y el privado. El derecho
pblico concierne al estado de la Repblica; el privado, a la utilidad de los particulares.") 4
En s mismo, el trmino status solo significa una
posicin, una actitud, el estar de pie. Da la idea de
una cierta estabilidad. Pero adquiere un sentido poltico con el determinativo "la cosa romana" o "la cosa pblica". Con el correr del tiempo la palabra
status y la expresin res publica fueron adquiriendo
poco a poco, y separadamente, el mismo sentido.
La latinidad media y baja desconoce la palabra
politica, que no figura en el glosario de du Cange
(1678) . En francs, en cambio, la palabra "politique"
se emplea desde el siglo xiii en el sentido griego del
trmino. En el Livre de toutes choses (Libro de todas
las cosas) , Brunetto Latini observa que poltica es
el gobierno de las ciudades, que es la ciencia ms
alta y ms noble y comprende los ms nobles oficios
,
Jure, IV.
del mundo, de modo que la poltica comprende generalmente todas las artes que ocupan a la comunidad
humana". De igual modo, en la lengua erudita de los
siglos xv y XVII se usa politie por gobierno, y policien
para referirse al ciudadano y al 'hombre de Estado;
durante un tiempo an ms largo y ms corrientemente, police design la forma establecida de gobierno.
Durante el siglo xvi, la palabra Politica pertenece
al latn de los humanistas. Tal es el ttulo de la gran
obra de Johanes Althusius (1557-1638) : Politica met-
lo
nan, de manera tan agradable para el odo corno fcil para la lengua, lo que se relaciona con el Estado..
Pero el uso ha dado a la palabra "estadstica" un sentido diferente del que an en el siglo xix se expresa
a travs de Carnot, para quien la estadstica es "la
recopilacin de los hechos originados en la aglomeracin de los hombres en sociedades polticas Pero
en "estadstica", status en el sentido de situacin,
prevalece sobre status en el sentido de Estado. Hoy
da designa una ciencia o un mtodo que puede aplicarse no solo a los asuntos de Estado, en lo referente
al gobierno y la conduccin de los asuntos pblicos,
sino tambin a las otras ramas de la sociologa: la
economa y la psicologa. Todas las relaciones sociales pueden ser consideradas en su aspecto numrico,
y registrarse as en las estadsticas. Si el trmino ha
desbordado la poltica, se ha hecho tambin demaiado restringido .en relacin con ella, porque la estadstica solo atiende a lo, que puede formularse en
cifras. En consecuencia, no es ms que un aspecto,
sin duda importante, fundamental para algunos, pero
sin embargo parcial, del conocimiento poltico. 8
En lugar de "estadstica", un profesor de la Escuela francesa de Derecho de El Cairo propuso la
palabra statologie (estadologa) , en un artculo titulado: Une science sociale nouvelle, la statologie, son
caractre, son objet. 7 (Una nueva ciencia social, la
.
11
12
bien elegido para designar el conocimiento sistemtico de la cosa pblica o del Estado.
La iniciativa de este neologismo viene de Alemania, donde su introduccin responde ante todo a
ciertas dificultades autctonas.' En efecto: la traduccin directa de "ciencia poltica" por la expresin
alemana politische Wissenschaft puede implicar un
cierto matiz peyorativo que no tiene su equivalente
castellano, y significar "la ciencia politizada", o sea
la ciencia utilizada con fines polticos. Ahora bien; es
ste un punto sobre el cual, al salir del rgimen hitleriano, la sensibilidad de los universitarios alemanes
estaba particularmente alerta. Tambin se prefiere
decir "ciencia de la poltica", Wissenschaft der Politik. Pero esta expresin demasiado larga y bastante
pesada se hace ella misma anfibolgica, pues el plural "las ciencias de la poltica" designa para algunos
las disciplinas .cientficas al servicio 'de la ,pol.itica.10
Adems, Wissenschaft der Politik no permite satisfacer la costumbre alemana de nombrar a los profesores, y ms an, a los estudiantes, por su especialidad. El que se dedica a esta nueva disciplina que
es la Poltica no puede ser llamado Politiker, que
corresponde "poltico". En cambio, politlogo suena
bastante bien. Recuerda a socilogo, fillgo, etnlogo, etc. 11
La objecin ms seria que podra hacerse a "politlogo" es que no se forma directamente a partir de
polis (la Ciudad o el Estado) sino de su derivado polites (el ciudadano) . En consecuencia, la politologa
9 Propuesto por M. Eligen Fischer Baling, el trmino
"politologa" encontr la adhesin del Pr. Gert von Eynern
en un artculo breve pero muy denso titulado "Politologie",
que se public en el nmero inaugural de la Zeitschrift
fr Politik (1954, pg. 83 y siguientes).
10 Cf. H. LASSWFLL, D. LERNEa y otros. Les sciences de
la politique aux Etats-Unis, Do?naines et techniques, cuaderno 19 de la Fundacin Nacional de Ciencias Polticas,
Pars, Armand Colin, 1959.
11 Desde 1952, la Universidad de Berln Oeste otorga
el grado de Doctor en Letras y de Doctor en Ciencias polticas con la mencin "Politologa". Desde 1955 se confiere un ttulo de "Politlogo diplomado".
13
societologa.
Por ello, atendiendo al uso y deseando contribuir a crearlo, hablaremos aqu de politQloga cada
vez que el trmino permita designar brevemente lo
que requerira una expeesini ms larga, o sea, cada
vez que consideremos el conocimiento sistemtico y
ordenado de lbs fenmenos relativos al Estado.
14
CAPITULO
LA POLITOLOGIA CLSICA
I. El nacimiento de la politologa
La politologa o sea el conocimiento sistemtico y ordenado del Estado ha constituido una ciencia desde sus orgenes.dj los griegos son a la ve_ i 1cis
creadores de la poltica_y._de_la ciencia . =poltica.' "La
Grecia antigua dice Edmond Goblot, madre y rectora de la civilizacin europea, le imprimi su carcter dominante: la ciencia". 2
Y, entre los griegs, ~les) fue no solo el,
principal _promotor d el conocimiento cientfico, sino
tambin el autor de un gran descubrimiento: F
q`e d ciencia tiene su ihdividualid E L debmos
c
a - l la poltica, la ciencia poltica - yla situacion de
sta en el seno de las ciencias._
La clasificacin aristotlica se apoya en la distincin de tres operaciones del espritu: saber (threin)
J.acer--(-prattein) y crear (poiein) . ni Consecuencia,
de acuerdo con el Estagirita existen tres grandes
categoras de ciencias: las ciencias tericas, las ciencias prcticas y las ciencias poticas. Las ciencias te1 Una parte de los estudiosos contemporneos solo llama Ciencia poltica a lo que es ciencia positiva. Pero histricamente la ciencia corresponde al "conocimiento" sin
especificacin. Tal es el sentido de la palabra griega episteme y de la alemana Wissenschaft. Para una distincin
aqu intil o ms bien prematura entre la poltica como
arte, sabidura o ciencia, remitimos a nuestros estudios:
Ampleur et limite de la cration dans I'Art et la Science
politique, en "Mlanges Jamati", Pars, C.N.R.S., 1956, pg.
269 y siguientes; Morale et Politique en "Universitt und
Christ", Zurich, EVZ, 1960 pg. 64 y sig., y al opsculo prximo a aparecer en la coleccin "Mesop": Connaissance de
la politique.
2 Le systme des sciences, Pars, A. Colin, 1922.
17
18
pgs. 240-241.]
19
Uiibv
AGUSTN RENAUDET,
23
-{'
1853.
10
24
Cr.
H.BAUDRILLARD,
Apareci en Herborn en 1603. Fue reditada en Groninga en 1610, y nuevamente en Herborn en 1614.
En cada edicin aument el nmero de pginas, hasta
duplicar su volumen. Althusius define all la poltica
como el arte de constituir, cultivar y conservar la
vida .social. Le da, el nombre .de
simbitica, que toma dl 'griega.
La palabra simbitica muestra bien la concepcin fuertemente articulada que Althusius posee del
Estado. El Estado es, en la cspide, una comunidad
poltica superpuesta a las comunidades ms simples,
a las familias, a las corporaciones, despus a las sociedades ms complejas, las comunas y las ciudades.
Siguiendo el mtodo que ms tarde se llamar gentico, Althusius llega a una concepcin contractual, y
sin embargo orgnica, de la soberana. Se pasa por
gradaciones de las sociedades ms simples a la sociedad estatal. Por ello se puede considerar a Althusius
como el precursor de las doctrinas polticas que ms
tarde sern calificadas de federalistas o aun de corporativas. Otto Gierke, , quien en el siglo xix hizo
conocer a Althusius, el cual fue casi ignorado durante largo tiempo, hizo de l el fundador del derecho
social, del Genossenscha f tsrecht.
Con l se comienzan ,a advertir tambin las bifurcaciones posibles del Estado. Mientras qu Althusius considera al Estado como una federacin de
grupos ligados por un contrato del que surge la soberana, Bodin afirma el carcter unitario e indivisible
de esta soberana. Mientras que Althusius es un "organicista popular", para quien la autoridad reside en
25
1!
contrato social mismo, ofrece las siguientes explicaciones acerca de su vocabulario: "La persona pblica
que se constituye as mediante la unin de todos los
11 BOSSUET, Politique tire des propres paroles d
l'criture sainte, libro V, art. 4 l a proposicin.
;
26
y se la denomina actualmente repblica o cuerpo poltico, al cual sus miembros llaman Estado cuando
es pasivo, soberano cuando es activo, y potencia al
compararla con sus semejantes." Y Rousseau protesta contra las desviaciones que ha sufrido el trmino
Ciudad. "La verdadera significacin de esta palabra
advierte hase casi perdido entre los modernos:
la mayora de ellos confunde el recinto urbano con
una Ciudad y a su habitante con el ciudadano. Ignoran que las casas constituyen el mero poblado y que
los ciudadanos conforman la Ciudad." El ginebrino
es de este modo fiel a la tradicin helnica. Sin embargo, hace de "social" el equivalente de politikos y
no de koinnikos. En el "contrato social" la palabra
;
"social" se refiere a la sociedad civil, o sea a la Ciudad, la Repblica, el Estado. Rousseau mismo entiende que realiza una obra de poltico. Nos ofrece el
Contrato social como un extracto de una obra ms
amplia dedicada a las "instituciones polticas",y en
Les con f essions (Las confesiones) afirma que hubiera querido trabajar en ella toda su vida. El Contrato social se llam durante algn. tiempo De la
socit civile. (De la sociedad civil) (se conserva un
manuscrito en el cual este ttulo fue preferido momentneamente). En cuanto al subttulo conservado,
es todava ms revelador: Principes de droit politique (Principios de derecho poltico) . Anteriormente
Rousseau haba dudr,do entre Essai constitution de l'tat (Ensayo sobre la constitucin del Estado) ; .. , sur la formation du corps politique (sobre
la formacin del cuerpo poltico) ... sur la formaion de l'tat (sobre la formacin del Estado) ..., sur
la forme de la Rpublique (sobre la forma de la Re-
pblica) .
Pero estos tanteos terminolgicos traducen simplemente matices y no una incertidumbre sobre el
fondo de las cosas. De Aristteles aT siglo XVIII, la
tradicin es una y segura. Hay, como lo expresa muy
bien Paul Janet, quien escribi la historia de este
periodo, "una ciencia del Estado, no de tal o cual
Estado en particular, sino del Estado en general con-
27
siderado en su naturaleza, en sus leyes y en sus formas principales". 12 Es la ciencia poltica, y nadie
deriv entonces de ella otra rama del conocimiento
de la vida social.
CAPITULO II
LA SUSTITUCIN DE LA POLITOLOGA
I. La politologa sustituida
por la ciencia econmica
28
do domsticas, polticas y militares, 1634). Transportada del hogar al Estado, la economa se convierte en
el arte de la administracin de las cosas materiales.
Unido a "economa", que es el sustantivo, el adjetivo . `'poltica" es equivalente a estatal. En su original
obra dedicada' a los Trois ages de l'conomie (Tres
edades de la economa) , M. Andr Piettre dice muy
acertadamente: "el carcter nacional de la economa
sobrepasa en mucho su carcter crematstico". 1 Ms
adelante da a esta economa el calificativo de "monarquizada", invocando a Hauser, para quien el rey
es "el legislador y el regulador de la vida poltica".
Y aun, en quien es considerado el primero de los
grandes economistas modernos, en Adam Smith, la
economa poltica conserva su dependencia tradicional respecto de la poltica. Esta es entendida como
"una rama de los conocimientos del legislador y del
hombre de Estado, que se propone enriquecer a la
vez al pueblo y al soberano, particularmente con el
objeto de proporcionar al Estado renta suficiente para el servicio pblico".
Pero la posicin de Adam Smith aparece pronto
como una supervivencia. Desde la segunda mitad del
siglo xviir la economa se aleja de la poltica. Se convierte en un sistema lgico de asuntos econmicos
que deben ser "considerados en s mismos, por ellos
mismos y para ellos mismos", segn una frmula de1
30
PARiS,
En lo que se refiere al antipoliticismo, en el fondo el socialismo se halla de acuerdo con su adversario. Los reformadores franceses casi no se parecen
en nada, pero tienen un punto en comn: todos desean la desaparicin del poder poltico, pero no solo
tal como existe, con sus accidentes actuales, sino en
s mismo, en su esencia. Hay sin duda un socialismo
partidario de la conquista del poder. Pertenece, con
Blanqui, a la filiacin de Babeuf. Tal es tambin la
posicin que tomar Luis Blanc. Pero no se trata de
pensadores de envergadura, y sus teoras tendrn
menos importancia que su accin.. La primaca de lo
econmico, la desvalorizacin y la exclusin de lo
poltico se expresan en la famosa parbola de SaintSimon. Pero es sobre todo Proudhon quien le dio un
extraordinario relieve. El sptimo estudio de L' ide
gnrale de la rvolution au xix sicle (La idea general de la revolucin en el siglo xix) se titula: "Disolucin del gobierno en el organismo econmico".
Para el autor, la nica y verdadera revolucin es la
revolucin "social", que opone a las seudorrevoluciones "polticas" de 1830 y 1848. Ella remplazar el
Gobierno por el Taller: "Ponemos la organizacin
industrial en lugar del Gobierno, y las fuerzas econmicas en lugar de los poderes polticos",r3
La idea de la disolucin ilel gobierno en la sociedad no es menos fundamental en Marx, al menos en
cierto Marx, porque sus concepciones variaron mucho. Es sin embargo innegable que su pensamiento,
tal como se lo comprendi hasta el da en que fue
revisado y corregido por Lenin, es antipoltico. La
forma actual de los regmenes y el Estado mismo son
superestructuras que deben ser completamente eliminadas por la evolucin econmica, que conduce a
2 GEORGES Lavan, "Science politique et sciences de
l'homme", Esprit, abril 1956, pg. 506.
3 Pars, Garnier, 1851, pg. 283.
32
la revolucin social. La nica realidad es la economa, y en este punto Marx se halla muy cerca de las
concepciones de los reformadores franceses, en las
que se apoy considerablemente. Su visin del porvenir es la de un "languidecimiento del Estado".
Cuando el proletariado sea dueo del poder, no habr
ms poder ni habr ms Estado, porque la autoridad
poltica es la consecuencia de la lucha de clases.
En sus rasgos fundamentales, la economa poltica de los siglos xix y xx ya nada tiene que ver con
la poltica, ni tampoco con la economa en el sentido
etimolgico del trmino. Las nuevas definiciones la
califican, de acuerdo con la concepcin francesa clsica de J. B. Say y de Pellegrino Rossi, de "ciencia de
la riqueza"; segn autores ms recientes es la "ciencia del cambio", y M. F. Peroux agrega a la palabra
"cambio" el adjetivo "oneroso". Al mismo tiempo
se le busca un nuevo nombre. Algunos proponen el
de "crematstica", que se encuentra ya en Aristteles;
otros, "plutologa", y algunos, particularmente los
ingleses, catalctica. En Francia, bajo la influencia
de A. Landry, se ha vuelto a "econmica" simplemente como sustantivo, pero se dice con ms espontaneidad "ciencia econmica", entendindose que el
mrito principal del trmino es sancionar palabra
y cosa la ' desaparicin de la poltica.
II. La politologa sustituida por la
sociologa
34
elacin cualitativa. El orden de la sociedad es considerado infinitamente ms rico que el orden jurdico
del Estado, tanto desde el punto de vista de su contenido espiritual como de su capacidad de vida es-
pontnea. Ya sea conjuntamente, ya en forma paralela a la corriente econmica, el flujo social .desvaloriza tambin a la politologa.
Las exaltaciones de lo social son mltiples: unas
veces se convierten en sistema, como en las escuelas
sociales de inspiracin cristiana; 5 otras, constituyen
una reaccin difusa de los medios burgueses, que
sienten que la conduccin de los asuntos pblicos
pasa a nuevas capas sociales; o, inversamente, proceden de la afirmacin nueva de que la "cuestin
social" predomina sobre los problemas polticos.
Charles Pguy hace de todo esto una especie de ramo lrico cuando escribe: "La vida privada transcurre
bajo la vida pblica, conserva, lleva, sostiene y nutre
la vida pblica. Las virtudes privadas se desarrollan
bajo las virtudes pblicas. Lo privado es el tejido mismo. Pblica: las actividades pblicas no son ms que
islotes; es lo privado lo que constituye el mar profundo". Pero es mucho ms grave para la integridad de la
poltica la pretensin de lo social de convertirse en ciencia autnoma y global, bajo el nombre de sociologa.
Como todo el mundo lo dice, Augusto Comte es
el inventor del trmino. "Creo que debo aventurar
desde ahora este trmino exactamente equivalente
a mi expresin ya introducida de fsica social. "Ahora bien, aunque la expresin "fsica social" no tuvo
aceptacin alguna, la palabra "sociologa". fue adoptada en la mayor parte de las lenguas con el sentido
s Tal es la posicin de Le Play y tambin de una parte
35
AUGUSTO COMTE,
8 JEAN LACROIX,
1956, pg. 65.
36
La economa se desarrollo bajo la influencia inglesa, y la sociologa naci en Francia; de all que la
cial en lo poltico.
Este nfasis en la idea del Estado como un "conjunto que domina a los individuos y aun a las generaciones" se debe a la obra de Adam Muller. 11 Pero
la influencia de este autor se origina en el hecho de
que sintetiza una triple corriente jurdica, lingstica y filosfica, que a las tres tendencias de la economa clsica: el individualismo, el cosmopolitismo y
39
co del Estado y la vida pblica en movimiento, sin distinguir Staatsrecht y Politik. Treitschke publica en
1859 una Ciencia de la sociedad, donde el Estado es
"la sociedad organizada unitariamente".
Sin dejar de ubicar en la base de su construccin ms a la Nacin (Volk) que al Estado (Staat),
la escuela alemana sostiene o redescubre la concepcin global de la poltica formulada por Aristteles.
En el sentido helnico, "politologa" significaba "conocimiento 'de la polis"; en el sentido germnico, se
convierte en la teora general del Estado, la Allge-
meine Staatslehre.
110,
y explica las reglas que deben seguirse en el gobierno de los pueblos, y analiza el espritu de las instituciones y la actividad de la nacin en el Estado.
Este relegamiento de la poltica es todava en
Johann Bluntschli lo suficientemente discreto para
no romper la unidad de una politologa global. Hay
distincin, pero no separacin. El derecho pblico y
la ciencia poltica surgen de un tronco comn. Pero
la teora general del Estado domina a la vez el derecho y la poltica. El Estado real vive y la vida
vincula el derecho con la poltica. El derecho, sobre
cuyo carcter esttico los sucesores de Bluntschli
insistirn ms que l, no permanece, sin embargo,
invariable. Por su parte, la poltica busca un punto
de equilibrio y de reposo. El derecho posee una historia, y hay una poltica de la legislacin. El derecho
procede de la poltica, y la poltica presupone el
derecho como condicin fundamental de la libertad.
sta se desarrolla en lmites que traza el derecho.
De todos modos, la autoridad de J. C. Bluntschli
logr que desde ese momento la doctrina alemana
aceptase la idea de que la poltica no es ms que una
parte del dominio de los conocimientos sobre el Estado. As, von Holtzendorff, en sus Prinzipien der
Politik (Principios de la Poltica, 9 ed., 1879) , ve
en la ciencia del derecho el ejercicio de la voluntad
colectiva del Estado, en tanto que es voluntad general, o sea voluntad independiente, suprema, soberana. La poltica, en cambio, es la misma voluntad
actuante, pero dentro de los lmites prescriptos por
las circunstancias y los antecedentes, y determinada
en sus resoluciones por la ocasin y la historia.
Mucho ms radicales y sonoras son las tesis de
Georg Jellinek. Ya al principio de su libro Allgemeine Staatslehre 14 (Teora General del Estado) ,
observa que la palabra "poltica" significa en griego
"doctrina de la Polis", y que se debe traducir por
14 Traducido al francs con el ttulo poco satisfactorio
l'Etat
moderne et son droit, Pars, Fiard & Brire, 1911,
de
FER2 vol. [Trad. esp.: Teora General del Estado, trad. de
NANDO DE LOS Ros,
41
"doctrina del Estado". Pero abandcna inmediatamer.. minacin del Estado sobre los hombres exteriores
te esta posicin lgica para dejar la poltica fuera a l, eine Herrscha f t ber fremde Personen. Lo dogde la "doctrina del Estado". Ciencia descriptiva s mtico termina sustituyendo a lo sociolgico, para
explicativa del Estado, la Allgemeine Staatslehre es- Llegar a la creacin de un derecho pblico que nada
tudia la nocin del Estado bajo todas las formas ee debe a ninguna disciplina, salvo al derecho mismo.
El sucesor de Gerber ser Paul Laband, uno de
que manifiesta su actividad. Se divide, por una parlos
maestros ms reputados de la Universidad de
te, en una doctrina "social" del Estado, y por otra.
Estrasburgo
durante el perodo de la anexin. P. Laen una doctrina "jurdica" del Estado o derecho pband
exige
que
el anlisis del sistema constitucional
blico en general. Por lo tanto, y a diferencia de J. C.
Bluntschli, G. Jellinek no concibe ninguna doctrina de un pas determinado sea puramente jurdico. Hay
general del Estado que abarque a la vez el derecho que establecer, ante todo, las relaciones de derecho
pblico y la poltica. sta solo examina la manera que constituyen el derecho pblico; fijar luego con
en que el Estado puede realizar sus fines y aprecia precisin su naturaleza jurdica; descubrir despus
sus actitudes. Se convierte en un estudio accesorio los principios jurdicos generales a los que se hallan
subordinados, y desarrollar, finalmente, las consede carcter prctico y crtico.
Como consecuencia directa de este "etroceso y cuencias que se desprenden de ellos. Partiendo de
de esta subordinacin, queda asegurada la hegemo- las reglas inscriptas en los textos, nos remontamos
hasta los principios,Frente
desde, los cuales
descendemos finia del derecho piblico en .1a teoxa>general
,
a la ` plit ca, y ' ".asla d y circunscripta, brilla con nalm nt^ "m^dante el razonamiento lgico, Para- des cubrir las aplicaciones no formuladas.
todo el prestigio que su rigor le confiere.
Este mtodo es exclusivamente, y, como lo ha
Menos de diez aos antes de que J. C. Bluntschli
el profesor Lexis, "intensivamente" -jurdico.
desmantelara la politologa, el "venerable" Gerber,
a quien los alemanes consideran el padre del dere^ Los autores que se inspiran en l "hacen derecho
cho publico, haba publicado sus Grundzge eines pblico" y no ciencia poltica, disciplina inferior, inSystems des deutschen Staatsrechts (Fundamentos digna de las ctedras universitarias. P. Laband y sus
de un sistema del Derecho Poltico alemn, 1865) . discpulos no solo descartan las consideraciones polDeplora all que sus predecesores hayan considerado ticas como extraas a su disciplina, sino que mani'que la tarea de determinar los principios constitucio- fiestan repecto a ellas una hostilidad caracterstica,
nales modernos es ms de naturaleza filosfica (la- en tanto que sirven con demasiada frecuencia para
se "poltica") que jurdica. Se esfuerza por clarificar disfrazar la ausencia de anlisis y de trabajo conslos principios del derecho sobre los cuales debe edi- tructivo. Es, dicen, "literatura de peridico".
Algunos juristas alemanes son menos despectificarse el derecho pblico, y se propone eliminar las
vos
y 'se esfuerzan (como lo hace, por otra parte, el
tendencias polticas, histricas o doctrinarias que
eran precisamente las de los autores alemanes que mismo Laband) por dar a la poltica un contenido;
hemos mencionado. Inspirndose en concepciones del pero la determinacin de este contenido queda como
derecho privado entonces dominantes, Gerber se apo- algo abstracto y sin real importancia prctica. Como
ya en las teoras de la personalidad y de las relacio- la sociologa, y an ms, puesto que es ms antigua
nes jurdicas y las aplica al dominio del derecho y ms rentable, la ciencia jurdica detenta las ctepblico. Para l, el derecho pblico es exclusiva- dras y mediante la preparacin de exmenes ocupa
mente el derecho del Estado concebido como sujeto los espritus.
de derechos. Los derechos estatales mismos se ,oponen a los derechos privados. Son los derechos de do49
43
CAPITULO ID
LA POLITOLOGIA DESMEMBRADA
Y ABANDONADA
Pars,
46
1956.
de grailue J
Sin duda que este perodo no carece
corresponde ya al ideal clpolticas, 2 pero ninguna
sico, de acuerdo con el cual el autor
onsi por u
conjunto del fenmeno poltico yrepiensa
de su gocuenta todo el problema de la ciudad y
bierno.Ue Andr
Cuando Marcel Waline sostiene que
politiquea
con su famoso Tableau de forces
ll'ouestCuadiaz
el
po
France
de
de la
ticas del oeste de Francia), es en Franc
que
dadero creador de la ciencia poltica md ocup el
Tocqueville es el precursor y que
lugar entre Tocqueville y Siegfried,3 ofrece en este
breve resumen una imagen exacta de la poca y co
decir sobre el
firma con ella lo que acabamos
adelante las
carcter especializado que adquieren
5+.
publicaciones.
Hay pocas "Polticas" escritas durante tal perodo, y las que existen corresponden raramente a las
promesas contenidas en sus ttulos. Casi todas . han
sido olvidadas actualmente, y exigen difciles investigaciones. No puede decirse que stas sean compensadoras. Despus de sacudir el polvo que cubre los
t
de hoejemplares descubiertos con gran esfuerzo y
sus pginas amarillentas, se comprueba que no
jear
contienen casi nada de lo que se esperaba de ellas, o
una definicin segura, hiciesen
sea que, partiendo
de
sistemtica ciencia poltica Es
una exposicin
des p
cierto que no todo carece de inters omediados del
visto de talento, pero el hombre de
exige algo
siglo xx, con su gusto por la precisin,
ms que reflexiones bastante deshilvanadas acerca
de una actualidad perimida.
politique (la ciencia
As ocurre con la science
se public en
poltica) , de Ivan Golovine, cuya obra
Histoire des ides politiquea, op.
2
cit., libros IV y V.
Influencia de Duguit sobre el derecho constitucional
du
3
ue
y la ciencia poltica, en Rev
i
em
co
m
o
Congreso
nmeros 3 y 4, 19591 1ridiqu
Sud-Ouest,
del centenario del nacimiento del den Len Duguit, Burdeos, mayo 29-30 de 1959.
47
48
riencia la que invoca Len Donnat, con quien pasamos del lirismo del 48 al positivismo de fines del
Segundo Imperio y de comienzos de la Tercera Repblica. La politique experimentale (La poltica experimental) , sostiene como divisa este aforismo:
"Solo la experiencia nos debe dirigir; ella es nuestro
nico criterio." L. Donnat juzga, en efecto, que la
simple observacin es insuficiente; la experimentacin, tal como Aristteles la ha reclamado para la
medicina, es tambin indispensable para la poltica.
Len Donnat ha hecho la demostracin mediante la
ciencia, la historia, la situacin poltica de Francia,
la observacin comparada de los pueblos libres. El
uso de esta ltima frmula muestra claramente que
L. Donnat ha sufrido otra influencia: la de Le Play,
a quien conoci bien y de quien habla con simpata,
aunque l mismo sea furiosamente anticlerical. Sin
embargo, Donnat `_desarrolla menos las reglas de una
poltica que las de una legislacin experimental, y
su obra, finalmente, se dirige ms hacia la prctica
que hacia la ciencia.
Sin duda, La politique: princpes, critiques, rforme (La poltica: principios, crticas, reforma),
simple recopilacin de artculos publicada por Th.
Funck-Brentano (Pars, 1892) , posee una textura dbil y un inters precario. Los principios se reducen
a algunas afirmaciones triviales, y las reformas consideradas parecen hoy da tan anacrnicas como antes pudieron parecer novedosas. Es por otra parte
probable que Th. Funck-Brentano no se hiciera ilusiones respecto de su obra, y que el sentimiento de
su insuficiencia no haya estado ausente en la fundacin, tres aos ms tarde, del College libre des Sciences sociales (Colegio libre de Ciencias sociales) , cuyos servicios a la ciencia poltica, en el momento
mismo en que reinaba todava la desconfianza hacia
la enseanza pblica, habran de ser considerables.
Aunque netamente superior a la obra de Th.
Funck-Brentano, tampoco se puede clasificar entre
Reinwald
7 Publicada en 1885 y reeditada en 1891, Pars,
(Bibliotheque des Sciences contemporaines) .
49
^;
:y
Coleccin "La vie nationale", Bibliothque des Sciences sociales et politiques, Len Chailley, Pars. 1894.
50
CAPITULO IV
LA POLITOLOGIA RENACIENTE
I. El nuevo clima
53
159.
54
ra obra francesa que hace poca en materia constitucional. Contiene un estudio de los regmenes de
libertad en que se le concede espacio considerable a
la historia de las ideas, a la comparacin de las instituciones y al examen del juego de fuerzas.
Durante el primer tercio del siglo xx el contacto
con la vida pblica anima las obras de Joseph Barthlmy, que en su gran Trait de Droit Constitutionnel (Tratado de Derecho Constitucional, 1933) ,
y en numerosas monografas registra su experiencia
electoral y parlamentaria.
Entre las dos guerras, J. J. Chevallier publica
dos volmenes sobre L'volution de l'Empire britannique (La evolucin del Imperio britnico, 1931)
y un Barnave ou les deux faces de la Rvolution
(Barnave o las dos caras de la Revolucin, 1936) ,
cuya influencia se :comprueba' en Gouv'erneur Morris
(Gobernador Morris), de Adhm.ar Esmein. 6 El. autor
de estas lneas public en 1936 L'Ernpire fasciste (El
Imperio fascista), y, en 1939, un cuadro de L'volution politique du socialisme f rangais (La evolucin
poltica del socialismo francs) .
El mismo ao se distingue en particular, entre
las tesis de la generacin siguiente, 'L'instbilit ministrielle en France sous la IIIe. Rpublique (La
inestabilidad ministerial en Francia bajo la Tercera
Repblica) , de Auguste Soulier. 7
Debe observarse, sin embargo, que en estas obras
la ciencia poltica presente en todas partes, no se
afirma a cara descubierta, sino que toma la apariencia del "punto de vista". En la Conferencia de agregacin, Luis Rolland us este recurso con virtuosismo, rehaciendo las lecciones, ms o menos logradas,
de los candidatos, segn dos planos alternativos: uno
En espera de la tesis (de. Letras) de PAUL BASTID soSieys
et sa pense, Pars, Hachette, 1939.
bre
7 Hay que considerar tambin, durante la misma poca,
la accin perseverante y fecunda de Boris Mirkine-Guetzvitch. Cf. M. PRLOT, "Adieu a Boris Mirkine- Guetzvitch",
en Revue Internationale d'histoire politique et constitutionnelle, Pars, P.U.F., 1955, pg. 1; y Prefacio a CARL FRICDRICH, La dmocratie constitutionnelle, Pars, P.U.F., 1958.
6
55
56
en los programas de enseanza figuraban nominalmente como jurdicos. Al mismo tiempo, esta teora
abre intelectualmente el camino a una nocin autnoma de la ciencia poltica: la de inters selectivo.
Es propio del espritu humano elegir en el seno
de la realidad, en s misma indiferenciada, aquello
que desea conservar. Intereses muy distintos pueden
manifestarse con respecto a los mismos datos globales. Un paisaje no es en s mismo ms que un conjunto de elementos diversos, entre los cuales solo
la persona del observador establece una conexin. No
tiene el mismo sentido para el pintor que ve en l
un conjunto de colores y de lneas, para el poeta que
lo siente como la traduccin de un estado de alma,
para el general interesado en la mejor utilizacin tctica del terreno, para el gelogo que adivina bajo el
suelo las capas rocosas, para el agricultor, en fin, que
se pregunta cuntas .bolsas de trigo podr recoger.
Todas estas elecciones son legtimas e igualmente
vlidas.
De igual modo, el politlogo no se considera como
el propietario de un dominio medido y limitado, sino
como un investigador a travs de todo lo social. Como otros adeptos de las ciencias humanas, lo que l
descubre es la realidad social; pero la considera de un
modo diferente, y le concede un inters que es el
nico en experimentar.
A lo que la nocin de punto de vista tena de pasividad, al ligero perfume de diletantismo que todava conservaba, la teora del inters selectivo opone
una concepcin activa, un espritu de investigacin y
de descubrimiento. Siente predileccin por los fenmenos constitucionales, pero tiene sin embargo una
curiosidad mucho ms vasta. Ningn asunto que pueda aportar algo al conocimiento poltico es dejado de
lado a priori. Un examen metdico elige en las ciencias ya existentes todo lo que puede ser utilizado,
y los vacos se llenan con nuevas investigaciones. Pe.
57
10 Nos proponemos dedicar prximamente a esta discutida cuestin un pequeo volumen de la coleccin "Mesop":
58
("...todas las realidades, nociones y valores que implica la cosa poltica, relacin poltica, agrupamientos polticos, poder poltico, instituciones polticas,
partidos polticos, acontecimientos polticos, ideas polticas, fuerzas polticas, vida poltica, revoluciones
polticas") , no hace ms que establecer un vnculo
beneficiarse con aportes exteriores diversos. Mediante un reagxupamiento homogneo que se adapta a la
naturaleza de los elementos considerados, elimina las
tendencias centrfugas hacia la dispersin, y permite
que, dentro de los temas bsicos propuestos, toda la
ciencia poltica pueda ser tratada a travs de grandes
estructuras fundamentales.
Es posible, no obstante, y sin dejar de ser fiel a
la lista-tipo, racionalizar an ms sus divisiones (como lo haremos nosotros) , sustituyndolas por una
clasificacin ternaria en ideas, instituciones y vida
polticas, que es aproximadamente la conservada en
la enseanza francesa de la ciencia poltica. 12
61
CAPITULO V
62
63
64
tica incluye as textos de toda especie; no solo tratados o ensayos, sino tambin novelas, piezas de teatro
y hasta poemas. Desde el punto de vista literario, la
poltica es un tema como cualquier otro y aun mejor,
dada su particular importancia y su enorme repercusin. Se pueden citar tanto el teatro de Aristfanes
como Les tragiques (Los trgicos) de Aubign; tanto algunos sermones de Bossuet como los panfletos de
P. - L. Courrier; tanto los alegatos judiciales de Berryer como las novelas de Balzac o de Barres. Chateaubriand, Hugo y Lamartine son grandes poetas o
novelistas cuya obra poltica hubiera bastado para
darles fama.
Naturalmente, el estudio que efecta el polit-.
logo no es el que realizan otros especialistas. Un politlogo no es un fillogo. La publicacin' de la misma
obra en una coleccin de ciencia poltica y en una
coleccin de literatura son cosas diferentes. La coleccin Guillaume Bud, que comenz la edicin de La
poltica de Aristteles, reproduce el texto del modo
ms exacto posible. Entre las diversas versiones busca la ms segura y saca de ella el mayor provecho.'
La posicin del crtico poltico es diferente. Se interesa, sin duda, por tener un buen texto, pero esto no
65
66
Ieciendo. En la expresin historia de las ideas politicas, la palabra poltica nos parece ms importante
que la palabra historia. 8 La fecha de aparicin y el
medio tienen su importancia, pero estos aspectos colaterales son menos interesantes que las concepciones
polticas mismas. Son ellas las que debernos colocar
en primer plano. Esto parece obvio, pero es frecuentemente olvidado. As, debemos liberarnos de conceptos como la actualidad o la vejez de una obra. Intelectualmente, ha dicho A. Sudre, historiador de las
doctrinas de la Antigedad, "la historia no comienza
ni termina en ninguna parte". No hay doctrinas que
se hayan hecho verdaderamente antiguas, ni doctrinas enteramente nuevas. Entre las doctrinas existen
puntos de contacto, puntos de oposicin en virtud de
los cuales las doctrinas reaparecen no idnticas a lo
que eran, sino con ciertas modificaciones que les dan
un aire .de novedad:. ` Eh sntesis, Sufren .procesos ;.de
desaparicin y de retorno comparables con los de la
moda. Se vinculan entre s por su analoga o 'su contraste; se suceden con rapidez, pero su originalidad
o su carencia de ella no son necesariamente cronolgicas. Con frecuencia hay ms relacin entre las ideas
de dos pocas muy alejadas que entre las de dos
perodos histricos ms prximos. 1
El criterio del inters selectivo debe aplicarse
aqu plenamente. Para evitar la dispersin en lo "circunstancial", el estudio de las ideas se apoyar en los
datos ofrecidos por las otras partes de la politologa:
las instituciones y la vida poltica.
67
C..
11 Sobre la descripcin literaria de los fenmenos polticos, ver las interesantes reflexiones de JEAN MEYNAUD,
La science politique: Fondement et perspectives, Lausana,
ed. del autor, 1960, pg. 194.
68
el autor y la obra. La Ciudad-estado es para Aristteles tanto real como ideal. El Estagirita usa ampliamente el mtodo comparativo. Nos queda un fragmento de la Politeiai: la monografa constitucional
de Atenas, que constituye una obra prodigiosa, pues
sigue el mtodo de exposicin que nosotros practicamos hoy da. En cuanto a La poltica, obra doctrinaria, M. Glotz ha podido aclarar mediante ella la multitud de datos sobre la Ciudad griega obtenidos mediante los otros mtodos histricos. Santo Toms razona en gran parte apoyndose en elementos que no
corresponden a su siglo, ya que se basa en las concepciones polticas legadas por Aristteles; pero en
De regimine principum se dirige al joven Lusignan
que deba ser rey de Chipre, y le propone el ideal de
una monarqua moderada, anloga a la concebida por
un San Luis. Bodin, que fue diputado en los Estados
generales, nos ofrece indicaciones preciosas sobre el
Estado moderno naciente. Su anlisis es rico en datos concretos, por ejemplo sobre la naturaleza del
dominio real. Bossuet, bajo el velo de las Santas Escrituras, como Racine bajo el disfraz de los griegos,
los romanos o los turcos, nos presenta a los hombres
de su tiempo. Hay en ambos numerosos elementos
susceptibles de aclararnos aspectos de la monarqua
absoluta en su modalidad francesa. El escritor puede
hallarse an ms estrechamente ligado a los acontecimientos. Cuando el barco lleva a la reina Mara de
regreso a Inglaterra, cerca de ella se encuentra un
hombre con un manuscrito. Es Locke, quien escribi
su Gobierno civil para la defensa e ilustracin del
nuevo rgimen. No carece de importancia que J. - J.
Rousseau sea ciudadano de Ginebra y que se considere tal. Sus concepciones son frecuentemente la idealizacin de la realidad de su pas de origen. Se ha
discutido su fidelidad, pero los reflejos de la imagen
helvtica son claramente perceptibles. Los revolucionaress y los reformadores franceses nos han explicado el gobierno de su tiempo; su hostilidad aguzaba
muchas veces su clarividencia.
As, no hay obra poltica que no proporcione, en
alguna medida, los elementos de un conocimiento de
69
las instituciones y de los hechos polticos contemporneos, y que, de acuerdo con el genio o el talento del
autor, no contribuya a la formacin de la ciencia
poltica
IV. Las ideas como creadoras de instituciones
y de acontecimientos polticos
70
14 A. FOUILLE, L'ide moderne du droit, Pars, Hachette, 1878, pgs. 235 y 236.
15 Denominamos "ideologa", en el sentido objetivo del
trmino, a un conjunto de "tesis polticas relacionadas entre
s y vinculadas a un principio cuando han adquirido la conssistencia de un sistema" (HENRY MICHEL, "Lecon d'introduction un cours d'histoire des ides politiques", Revue bleue,
19 de dic. 1896, separata, pg. 8).
16 F. GUIZOT, Histoire de la civilisation en France, Pars, Bichon, 1829-1830, pgs. 16 y 17.
71
72
salles, que ha sido presentada como vctima exclusiva del oportunismo, fue inspirada directamente por
el duque de Broglie, por Prvost-Paradol o Laboulaye, y, de una manera ms general, por la Escuela
liberal clsica de Benjamn Constant o por la Escuela
liberal catlica del Correspondant.
A las doctrinas preparatorias se oponen las doctrinas apologticas, o sea las que vienen despus para
justificar el rgimen existente. Son numerosas las
obras escritas para defender a los hombres y las
situaciones imperantes, en particular los tratados
para la educacin de los prncipes. Tal es el caso de
La politique tire des propres paroles de l' criture
sainte (La Poltica segn las propias palabras de la
Santa Escritura), que es una ilustracin del rgimen absoluto. En un sentido completamente opuesto,
Of civil Government (Del gbierno civil) de Locke
fue escrito esencialmente para consolidar al nuevo
trono del prncipe de Orange.'
Julien Benda dio a la historia de las ideas creadoras de hechos el nombre de historia democrtica
de las ideas. Ensayista a veces irritante, pero por lo
general sugerente, el autor de la famosa Trahison
des clercs (La traicin de los intelectuales) ha visto
muy bien que para toda doctrina existe una expresin autntica, que es la formulada por el autor en
su obra, y una expresin derivada, o, por as decir,
dirigida, que difunden el periodista, el orador callejero, el. militante. De este modo ha ocurrido que
obras pobres por su pensamiento y mediocres por su
forma, como L'organisation du travail (La organizacin del trabajo) , de Louis Blanc, alcanzaran gran
influencia. En cambio, obras importantes fueron casi
completamente ignoradas. -Vico, por ejemplo, no fue
reconocido hasta el momento en que inspir a Michelet; Cournot tuvo desde su poca solo un pblico
reducido, que apenas aument en nuestros das.
Julien Benda deja de lado la historia de las grandes obras, "historia aristocrtica", que compara con
la historia poltica que se ocupa de los reyes. "Las
ideas solo desempean un papel cuando son previamente deformadas con el fin de llegar a la multitud,
.
73
CAPTULO VI
I. Primaca de la institucin
A diferencia del nombre dado al primer tema, el
ttulo del segundo: Las instituciones polticas, no
provoca objeciones. Lo hallamos tanto en la nomenclatura de la Unesco como en el nombre de varias
materias de la Licenciatura en Derecho de 1954: "Derecho Constitucional e Instituciones polticas", "Historia de las instituciones y de los hechos sociales",
"Instituciones judiciales", "Instituciones internacionales", "Instituciones financieras".
La invariabilidad del vocabulario corresponde al
hecho de que las instituciones son la parte ms slida de la ciencia poltica. Como se apoyan en los
textos y las cosfumbres jurdicas, ofrecen una indicacin ms precisa en lo que se refiere a las fuentes,
y poseen un aspecto ms definido que los otros fenmenos de los que se ocupa la ciencia poltica. Son
tambin la parte ms elaborada de la politologa,
puesto que, con el nombre de Derecho Constitucional, las instituciones fueron estudiadas oficialmente
durante largos aos desde la monarqua de Julio,
y sobre todo desde la Tercera Repblica, lo que
dio origen a grandes obras tanto en Francia como
en el extranjero.
Por otra parte, y ms recientemente, fue elaborada una teora de las instituciones que, a pesar de
algunas oscuridades iniciales, logr ser ampliamente
aceptada en los medios ms diversos, en particular los
movimientos juveniles y las organizaciones sindicales.
Con las instituciones llegamos as al ncleo duro
resistente
del conocimiento poltico. La politologa
y
no es, al menos de manera directa,, el conocimiento
de los hombres, ni tampoco de las relaciones entre
1910.
74
75
4
Sobre la institucin se hallarn indicaciones generales, pero suficientes, en el libro de PAUL ROUBIER, profesor
de la Facultad de Derecho de Lyon: Thorie gnrale du
droit, Pars, Sirey, 1946, pgs. 12 y sigs. Los lectores que
deseen ir a las fuentes consultarn, si no los ensayos publidos en 1906 en Recueil de lgislation de Toulouse, y despus
en otras obras de Maurice Hauriou, al menos la disertacin
difundida en 1925, fuera del mundo de los juristas, por los
Cahiers de la Nouvelle Journe dirigidos por PAUL ARCHAMBAULT (fascculo iv): La cit mocierne et les transfbrmations du droit: "La Thorie de l'institution et de la fondation, essai de vitalisme social". Es un texto difcil, inclusive.
pero de una excepcional riqueza de pensamiento, que ser
vira de estmulo para toda una serie de publicaciones e
investigaciones, en particular las de GEORGES RENARD, La
thorie de l'institution, essai d'ontologie juridique, Pars,
Sirey, 1930; La philosophie de l'institution, Paris , Sirey,
1939, y las de J. T. DELOS, "La thorie de l'institution (Archives de philosophie du Droit, 1931). En su tesis de doctorado M. A. Desqueyrat se esforz por presentar un cuadro
2
77
3 La teora de la institucin puede ser integrada perfectamente reduciendo a su justa medida la oposicin fundamental de la sociologa de Ferdinand Tnnies, Gemeinschaft
y Gesel .lschaft (cf. J. LEIF, La sociologie de Tnnies, Pars,
P.U.F., 1946).
4 Paralelamente, la teora de la institucin puede acep
tar la parte de verdad contenida en el antagonismo amigoenemigo, criterio de lo poltico, segn CARL SCHMITT, "Der
Begriff des Politischen", en Archiv, fr Sozial Wissenschaft
und Sozialpolitik (t. 56, 1927).
i`.CUL AJ;
79
. rii r
rrt
nes vnculos susceptibles de ser a su vez institucionalizados, caso en que la nueva institucin estar
compuesta de otras instituciones anteriores a ella.
III. La institucin de las instituciones:
el Estado
81
82
solo hay Estado donde la autoridad ha sido institucionalizada, o sea all donde "hay una diferenciacin
de funciones pblicas que las separa de las otras formas de la vida social, que las instituye, y rganos
83
propios que las centralizan para hacer surgir la unidad del Estado soberano." 8
Como la idea de este fenmeno se produce en el
vaco fuera del marco social que lo sita en el lugar
y el momento en que aparece, resulta ser estrictamente inconcebible, y la separacin del Estado-poder
del Estado-sociedad no es, all donde se efecta, ms
que un accidente patolgico, calificado justamente
de "crisis del Estado". 9
Desde el punto de vista cientfico, la colocacin
de la sociedad fuera del Estado, efectuada de modo
diferente por la concepcin de la poltica como ciencia del poder, tiene consecuencias ilgicas. Quita a
priori a la politologa dos de sus conceptos esenciales: el de legitimidad' y el de nacionalidad.
En su A Grammar of Politics (Gramtica de la
poltica) , Harold J. Laski observa muy bien que histricamente el: 'Estado': present siempre . "el ,;. aspecto
asombroso de una vasta Multitud que debe obediencia a un nmero relativamente reducido de hombres". 10 En lo que a esto se refiere, el primer fenmeno poltico no es el poder sino la obediencia.
Bertrand de Jouvenel, uno de los raros escritores
polticos de nuestro tiempo, comienza su libro Du
pouvoir. Histoire naturelle de sa croissance (El poder, historia natural de su crecimiento) , con un captulo dedicado precisamente a la "obediencia civil". Y
la califica de "misterio", de acuerdo con la terminologa de Gabriel Marcel. 11 Contrariamente a lo pretendido por cierta "fsica social", el fenmeno del
poder no se apoya, en su conjunto, en la fuerza de
los que lo detentan. La fuerza de los poderosos no
;
84
85
forma de instituciones de autonoma ms o menos En cuanto al lmite superior, se halla constituido por
amplia. La lista de la Unesco acenta esta orienta- la Ciudad-Estado. Creemos que de La Bigne de
Villeneuve comete un error al descartarlo, por concin al hablar del "gobierno regional y local".
siderar imprudente la asimilacin del Estado griego
al Estado moderno. Es cierto que hay diferencias
IV. Las instituciones polticas cualitativas y cuantitativas, intelectuales e instituno estatales cionales, particularmente en el plano espiritual, pero
estas particularidades deben examinarse dentro y
Si bien la politologa estudia, como lo acabamos no fuera de la categora de Estado.
de ver, la institucin estatal en su totalidad, no se
Los fenmenos para-estatales pueden considelimita a ella. La toma como punto de partida y de rarse como fenmenos de reemplazo. Hay pocas sin
referencia para el estudio de los fenmenos que por Estado, pero donde, a diferencia de los tiempos priser preestatales, paraestatales, infraestatales y supra- mitivos, reemplaza al Estado una organizacin social
estatales se relacionan tambin con el Estado.
poderosa que asegura las funciones que en la civiliA este respecto, la politologa evita el erri or me- zacin estatal sern competencia del Estado. El feutodolgico de la sociologa, qu comienza el estudio dalismo constituye uno de los ejemplos nis acabados
de los fenmenos polticos por el de las manifesta- de estos tipos de reemplazo. P. C. Timbal lo desciones de autoridad, todava mal diferenciadas, y cribe como "una' organizacin de un tipo especial
sobre las cuales nuestro conocimiento es con frecuen- que aparece cada vez que el Estado, al debilitarse y
cia conjetural. Si. bien los considerables esfuerzos no ser ya capaz de dar cumplimiento a sus deberes,
efectuados por los autores de trabajos en este dominio termina por perder la conciencia de su papel". 13 Este
merecen respeto, no podemos evitar la comprobacin "relevo del Estado", para expresarnos con palabras'
de su relativa esterilidad. Para llegar a resultados fe- de P. C. Timbal, es caracterstico, en particular,
cundos es necesario proceder en el orden inverso, par- de dos sociedades consideradas tan perfectas como
tiendo de los conocimientos seguros que ofrece el el Estado mismo:ala familia y la Iglesia. Durante la
Estado. 12
Edad Media la Iglesia goza de un perodo de hegeEntonces hallarn su ubicacin correcta los fe- mona; sobreviene luego un perodo de equilibrio,
nmenos preestatales, o sea los fenmenos relativos seguido a su vez por la declinacin de su actividad
a pocas o lugares en que el Estado an no existe. temporal. En 1789 el Estado adquirir en Francia, en
En la medida en que se relacionan con los comienzos
calidad de servicios pblicos, funciones consideradas
del Estado, forman tambin parte de la poltica. En
hasta entonces propias de la Iglesia, como las funtodas las ciencias se admiti siempre que los orgeciones asistenciales y las relativas al estado civil.
nes, por inciertos y brumosos que fueren, dependen
Aunque la politologa no se ocupa directamente de
de la ciencia misma, al menos como introduccin a
la sociedad familiar o eclesistica, las incluye en su
ella. Naturalmente, el lmite inferior de lo pre-estadominio cuando cumplen funciones que en nuestros
tal se ubica en un perodo donde los descubrimientos
das atribuimos al Estado.
ya nada pueden aportar al conocimiento del Estado.
Los fenmenos intra-estatales pertenecen tambin, en virtud de una extensin anloga, al dominio
12 En esta perspectiva fue . instituido por el D.E.S. de
del conocimiento poltico. Pueden definirse como las
86
87
instituciones y las relaciones propias de colectividades a las que se les reconoce carcter poltico, pero
se les niega la calidad de Estado. Entran en este cuadro los Estados denominados semiindependientes o
ciertas situaciones "coloniales". No podemos entrar
aqu en el anlisis de fenmenos sobre cuya calificacin ha dudado mucho el Derecho internacional. Algunos autores consideran que no es posible atribuir
a estas colectividades el carcter de Estado, ya que
su soberana no es completa; pero otros sostienen,
en cambio, que si poseen la estructura del Estado y
ejercen sus prerrogativas puedei ser consideradas tales. En nuestra opinin, los fenmenos infra-estatales
poseen tambin carcter estatal. El Estado vasallo,
protegido, o interiormente autnomo, se halla en el
dominio de los conocimientos polticos, porque, o bien
de acuerdo con la teora generalment admitida
los Estados semi-soberarios siguen siendo Estados, o
bien no lo son, y constituyen entonces elementos de
otro Estado complejo y diversificado. Sea cual fuere
el modo en que se los estudie, considerados en s
mismos, o integrados en una estructura estatal global, siguen perteneciendo a la categora de . lo estatal,
o sea de lo politolgico.
Los fenmenos inter-estatales, supra-estatales y
trans-estatales, por razones no menos lgicas, se hallan en la misma situacin. Un reparo hecho con frecuencia a la politologa como ciencia del Estado es
que en nuestros das el Estado clsico habra entrado
en decadencia; de acuerdo con este punto de vista, el
Estado clsico, tal como se lo conoce en la Antigedad, y ms tarde, de modo ms perfecto, en la poca
moderna, habra agotado en el siglo xix todas sus
posibilidades. Los fenmenos polticos que interesan
a los hombres de nuestra poca sobrepasaran al Estado. Seran universales o regionales (en el sentido
que posee este trmino en Derecho internacional) .
Pero la formacin de instituciones internacionales.
transnacionales o supranacionales no implica en absoluto, hasta ahora, la desaparicin del Estado. El
Estado mismo sigue siendo la institucin principal
de la vida poltica. Las estructuras adicionales, lejos
88
14
89
Finalmente, vida implica, a travs de la multiplicidad de aspectos, una cierta unidad del devenir
LA VIDA POLTICA poltico que puede reducirse a una dialctica del poder y la fuerza, efecto ella misma del juego cte fuerzas, de las influencias y de los comportamientos.
CAPITULO VII
Con "los partidos polticos, los grupos, las asociaciones, la opinin pblica y la participacin de los ciudadanos en el gobierno y la administracin", la lista
de la Unesco forma un tercer apartado que lleva el
nombre de "partidos, grupos y opinin pblica".
Este ttulo, que en realidad es una simple enumeracin, es incompleto a pesar de su longitud. en1 'de las ideas y de las institciones, que ya'limos
tomado en cuenta, queda todava sin explorar todo
un mundo qu sobrepasa los partidos, los grupos y
las manifestaciones de opinin.
A pesar de los esfuerzos ulteriores de sntesis.
este tercer grupo conservar contornos mucho ms
desdibujados y un carcter mucho menos homogneo
que los dos precedentes. 'Es tiniendo en cuenta el
carcter indeterminado de sus fronteras y la fluidez
de su contenido que proponernos designarlo con la
palabra vida. Otra justificacin para el uso de este
trmino es que, como ya lo hemos dicho, fue elegido
para designar un curso optativo de tercer ao y un
curso del doctorado: Instituciones y vida polticas.
Puede objetarse que este trmino es demasiado
general; se lo puede rechazar tambin por sugerir c
contrario que no hay vida en las ideas o en las instituciones. Pero esta interpretacin sera demasiado
tendenciosa. La palabra vida indica, en cambio, que.
en el estudio de la ciencia poltica, el tercer tema es
la parte dinmica, opuesta a lo organizado y estabilizado por el derecho, aspecto del que se ocupa la parte titulada instituciones. De igual modo, vida contrasta con ideas por abarcar numerosos elementos no intelectuales.
,
90
conocimiento poltico, hemos puesto de relieve la primaca que tiene para el politlogo el poder estabilizado, organizado e impersonal. Lo mismo vale para
la vida poltica, donde toda fuerza individual o colectiva tiene el designio inconsciente o confesado de
detentar el poder. Como es lgico, un movimiento
hacia el poder atrae a los hombres animados por el
impulso del ,inters individual o 'colectivo. Queriendo.
servir o servirse a s mismos, son arrastrados directa o indirectamente a apropiarse del poder o al menos
a influir sobre l. Si la historia estrictamente poltica
no se reduce a un mero anecdotario, traduce la tendencia fundamental, que es condicin de la existencia de todo Estado, hacia la retencin conjunta del
poder y la fuerza.
Bajo todo poder, potestas, existe una fuerza, potentia, y generalmente varias. Un texto no basta para conferir autoridad a un jefe de Estado, para dar
fuerza a una asamblea. Detrs de la institucin de la
C orona se hallan una persona fsica y una dinasta
que, de acuerdo con la situacin y el individuo, representan una fuerza variable. Detrs de una asamblea hay una opinin. Una cmara es ella misma un
irgano que el derecho instituye, pero si no tuviera
ms que una base jurdica no sera una fuerza. Es
necesario que sea tambin representativa, en el sentido sociolgico del trmino. El pas debe encontrar
en ella su verdadera imagen, sus preocupaciones ntimas, su voluntad profunda. Debe ser al mismo tiempo el "pas legal" y el "pas real".
La politologa descubrir bajo cada una de las
instituciones polticas las fuerzas que las animan ac91
tualmente, y, ms all de stas, las fuerzas exteriores a la institucin que algn da vendrn a instalarse en ella o a provocar la formacin de instituciones nuevas.
La dinmica poltica consiste en continuos cambios de fuerzas en el seno del poder. El poder debe
renovar y conservar su fuerza. Por lo tanto, necesita incorporar toda fuerza que llegue a la madurez
poltica, comprendindose que hay fuerzas que nunca alcanzan la madurez y otras que llegan al poder
pero no pueden conservarlo. La vida poltica, entre
dos hiptesis extremas, implica toda una serie de
situaciones intermedias.
En el punto de partida, la fuerza existente se halla estrechamente integrada en el poder. En ese momento las fuerzas polticas se ajustan de manera perfecta a las formas institucionales. Esta situacin se
encuentra en la historia no exactamente durante el
nacimiento de nuevas formas institucionales, sino en
el momento en que formas y fuerzas han logrado una
adaptacin recproca. Pero el agradable perodo de
pleno equilibrio termina necesariamente. Llega el
momento en que salen a luz fuerzas nuevas, mientras
que el poder ha perdido en parte .su antigua fuerza.
Tal es la situacin que existe en la vspera de una
revolucin, aquella que Sieys evoca en Qu es e'
Tercer Estado? ste no es nada como poder, pero lo
es ya todo como fuerza. Titulares del poder --la
monarqua, las clases privilegiadas se han visto debilitados, y la fuerza ya no se encuentra en sus manos. El rgimen entra entonces en decadencia. Se
llega a la situacin extrema en que la fuerza se halla
de un lado y el poder de otro. . La consecuencia de esta situacin es generalmente la conquista del poder
por una fuerza nueva, mediante un despliegue de
mayor o menor violencia. Pero, tambin es frecuente
que la ascensin al poder de nuevas fuerzas y el retiro de las antiguas se efecte de modo lento e imperceptible.
El anlisis de este fenmeno ha constituido siempre una preocupacin de los escritores polticos. Aristteles dedic un notable y profundo estudio al man92
94
96
Junto a las fuerzas propiamente dichas, individuos o colectividades humanas, se ejercen influencias que condicionan en grado variable las instituciones y la vida poltica.
Las influencias se distinguen de las fuerzas en
que no son susceptibles de convertirse en poder poltico. En s mismas son inertes, pero a su contacto los
elementos humanos se modifican, los comportamientos se transforman.
El primer factor es la influencia tnica. Ya en
97
Nl siglo XVIII, Montesquieu puso bien de relieve la una economa que a su vez depende directamente de
incidencia poltica del temperamento de los pueblos. un cierto instrumental. Aqu hay tambin mucho de
Los suizos, los holandeses y los ingleses poseen un exageracin, de sistematizacin a priori. Sin embarsentido cvico muy desarrollado, y adems una men- go, es indiscutible que existe una correlacin entre
talidad pragmtica, debido a lo cual su vida pblica ciertas fuerzas econmicas y ciertas fuerzas polticas.
excluye generalmente la violencia. En cambio, otros En particular, son claramente perceptibles las afinipueblos poseen un espritu difcilmente disciplinable. dades entre el rgimen parlamentario clsico y la
Cuando desaparecen sus estructuras tradicionales, el economa liberal. La crisis de sta provoca con fremantenimiento de un poder regular presenta difi- cuencia la decadencia del rgimen parlamentario.
Las influencias ideolgicas desempean tambin
cultades enormes; la muerte poltica, en particular,
se convierte en un hecho comn, como ocurre en el un papel que en ciertos casos es fundamental. Anteriormente hemos hecho una distincin entre las ideas
Cercano Oriente.
La influencia geogrfica tiene importancia sufi- polticas consideradas en s mismas y los factores
ciente como para que una disciplina cientfica, la geo- ideolgicos, y con Julien Benda establecimos una opopoltica, haya tratado de establecer una correlacin sicin entre dos tipos de historia de las ideas: la dedirecta entre la estructura del. suelo y los fenmenos mocrtica y la aristocrtica. La segunda es un elepolticos. Algunos autores, como Ratzel entre los ale- mento del conocimiento poltico, la primera, el estumanes, y entre nosotros la Escuela de Ciencia Social dio de las influencias motrices. Los acontecimientos
y la Escuela de Geografa humana de Jean Brunhes recientes incitan a pensar que los factores intelecy Camille Vallaux, creyeron en un determinismo geo- tuales tienen con frecuencia ms peso que los magrfico de las estructuras y del comportamiento pol- teriales. Nada en el terreno de los hechos, ni siquieticos. Las caractersticas geogrficas crearan una ra sus millones de desocupados, oblig a Hitler a depredisposicin favorable para la formacin de Esta- sencadenar la segunda guerra mundial. Hubiese podos, algunas formas institucionales y a ciertas prc- dido obtener sin guerra una serie tal de satisfaccioticas de la vida poltica. Hay sin duda algo de ver- nes que el Tercer Reich habra logrado sin duda la
dad en estas explicaciones, pero la leccin de los hegemona mundial, simplemente debido al desarroacontecimientos seala, en conjunto, el predominio llo de sus fuerzas de expansin. Pero, tanto en el rdel factor humano. Algunos de los autores que aca- gimen hitleriarpo como en el rgimen fascista, la ideobamos de citar haban considerado imposible que loga no permita una evolucin pacfica prolongada.
ciertas zonas del planeta tuvieran Estados. Sin em- U reducir toda la poltica a la antinomia amigo-enebargo, los acontecimientos actuales, con la formacin nigo, el nacionalsocialismo deba concluir en la, guede un Africa negra independiente, sealan que esta ;ra total por razones irle lgica intelectual.
pretendida imposibilidad geogrfica no era ms que
un prejuicio.
V. Los comportamientos
Las influencias econmicas son particularmente
El juego de las influencias que actan sobre las
activas. Para algunos son inclusive las que determinan el espritu y la forma de los regmenes polticos_ erzas, o sea el juego de los factores citados sobre
La economa es la estructura profunda, la infraestruc- os individuos y las colectividades, tomados separatura, mientras que las instituciones polticas solo mente o en grupos, engendra los comportamientos
constituyen la superestructura, en dependencia direc- lticos.
Los comportamientos polticos son muy numerota de la primera. La teora marxista hace de la sociedad feudal o de la sociedad burguesa el resultado de s y diversos; desde el punto d vista moral sus dos
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polos son la lealtad y la traicin. La primera es la dice muy bien Jean Meynaud puede tomar camidedicacin espontnea o cultivada del ciudadano a =nos esencialmente diversos. El grupo puede combatir
la vida del Estado; la segunda es el incumplimiento directamente a aquellos cuya conducta es necesario
de las obligaciones vitales con respecto al Estado en'`modificar para obtener una victoria: sindicatos de
'beneficio de otro Estado o de otro rgimen. La leal- trabajadores que afrontan a los patronos con el obtad puede tomar en el ciudadano una forma activa y jeto de fijar condiciones de trabajo, adversarios de
consciente, que es el civismo, pero tambin puede ser un culto que intervienen para dificultar o impedir
alterada por algunos comportamientos patolgicos, su ejercicio... Una modalidad particular de accin
como el fenmeno de la corrupcin. Se abre as un consiste en ejercer presin sobre las autoridades, pavasto campo a los psiclogos y a los moralistas. Nos ro fijar un salario, por ejemplo, o lograr que se prodebemos limitar a sealar su existencia, no solamen- hba una manifestacin. 2 A nuestro parecer la presin
te por razones de espacio, sino tambin porque faltan es un "comportamiento" que puede ser asumido por
en este campo trabajos suficientes como para permi- cualquier individuo o grupo. La frmula "grupo de
fir la deduccin de conclusiones generales. presin" tiene la desventaja de que solo se aplica esLa importancia de las influencias que se ejercen trictamente a algunas formaciones, mientras que
sobre los comportamientos vara enormemente, se- `desde este punto de vista es imposible establecer
gn que resulten del azar o que sean estimuladas por una diferencia entre los grupos de inters, porque
la . propaganda. Como ya lo-hemos observado- en rela- todo organismo de esta categora . puede transformarcin con "la historia democrtica de las ideas"; algu- se en cualquier momento en un grupo de presin:
nas representaciones del porvenir poseen tanta ms basta que el camino gubernamental aparezca como
fuerza impulsora cuanto ms indecisos son sus con- el mtodo nico, o el ms eficaz, para tratar una detornos, porque solo crean fuerzas y ejercen influen- terminada dificultad o problema". 3
Lo que el grupo de presin se propone fundamencias mediante la vulgarizacin, a travs de las tcni-
la
televisin,
la
radio,
los
peridi.almente
es incidir en el comportamiento poltico de
cas de sugestin:
cos, la noticia que se transmite de puerta en puerta. os gobernantes, que tienen monopolio de la decisin
A este nivel los movimientos polticos no son general- )oltica. sta depende, en la cspide, del jefe de Esmente de carcter racional, sino pasional. Pueden ser ado, de los gobiernos, de los ministros, de los parlaen gran medida provocados, y esto nos conduce a un nentos, y de los electores en la base. La politologa
dominio en el que la ciencia poltica actual tiene an encuentra aqu problemas que comienzan a ser estumucho que descubrir: el de la persuasin no solo in- liados cada vez ms de cerca: los relativos a los orculcada sino arrancada a los espritus rebeldes, hasta lenes, composicin, hbitos y mtodos de trabajo del
un punto tal que ha podido hablarse de la "violacin )ersonal gubernamental. Hace ya medio siglo Gaetade las multitudes". lo Mosca dedic toda su Scienza politica al estudio
lel fenmeno
de de
la claseindividuos
poltica, que anticip una
La propaganda puededeser
obra
y
-'xplicacin
profunda
del
advenimiento
del fScismo. 4
am
grupos privados, pero solo revela su novedad y su
plitud cuando es obra de un Estado o de un partido
convertido en rgano del Estado. Lo inverso de la
propaganda es de este modo la presin. sta es exte- 2 J EAN MEYNAUD, Les groupes de pression en France,
rior al Estado. No se propone conquistar el poder, si-, ars, Armand Colin, 1958, pg. 21.
no, ms sutilmente, utilizarlo para sus fines, median- 3 Ibid., pg. 22.
te hbiles intervenciones, frecuentemente discretas y 4 GAETANO MOSCA, Eiementi di Scienzap olitica, 1 a ed.,
a veces hasta clandestinas. "La accin el-Aprendida toma, 1896; 4^ ed., Bari, 1947.
100
101
pg. 683.
102
103
La tesis separatista se halla tambin mal fundada en el plano terico, cuando se considera la estructura de la politologa. El objeto "de las relaciones
internacionales dice muy bien W. A. Robson
no es diferente del de la poltica. Se trata de relaciones entre Estados, grupos e individuos. Si no existieran Estados nacionales, no podra haber relaciones
internacionales para estudiar. La naturaleza del Estado, de la soberana, del nacionalismo, del derecho
y de la organizacin poltica y social constituyen la
esencia misma de la ciencia poltica". 2 Las relaciones
internacionales, confirma J. B. Duroselle, son ante
todo "las relaciones polticas de Estado a Estado, y
despus las relaciones de grupos o individuos de una
parte y de otra de una frontera; el primer aspecto, la
poltica exterior, es el ms importante y accesible". 3
Las relaciones internacionales son, pues, polticas por naturaleza, porque aun cuando se trata de
vnculos privados, dependen del fenmeno de la existencia de los Estados. En el captulo dedicado a las
instituciones hemos situado fcilmente las instituciones internacionales entre las instituciohes polticas
agregativas. No hay ninguna dificultad en aplicar el
mismo criterio a los fenmenos internacionales no
institucionalizados. La vida internacional es tambin
un juego de fuerzas y de influencias, que se traducen
2 No se haba secado an la tinta con que se escribi la
lista-tipo cuando se discuta ya su existencia. Sobre este
punto la UNESCO provoc una clara investigacin, bajo los
auspicios no de la Asociacin internacional de Ciencia poltica, sino de la Conferencia permanente de Altos Estudios
internacionales. Primero tuvo lugar una reunin preparatoria en Utrecht, y luego, en abril de 1950, otra ms importante en Windsor. En setiembre de 1952, en La Haya W.
A. Robson retomaba la cuestin ante la Asociacin internacional.de Ciencia poltica. Robson diriga all una tendencia
disidente o fraccionista, segn la cual las relaciones internacionales constituyen una disciplina independiente de hi
ciencia poltica. Retom los argumentos contenidos en su
opsculo, perteneciente a la serie de monografas de la
UNESCO, sobre Les sciences sociales dans l'enseignement
suprieur: la science politique (1955).
a J. B. DUROSELLE, "L'tude des relations internationales", ibid.
104
en comportamientos. Separar las relaciones internacionales y la ciencia poltica, hacer de ellas dos dominios, dos materias separadas, es por lo tanto un
error de principio: implica por una parte, privar - de
la integridad de su contenido a los temas normales
de la ciencia poltica; y, por otra, transgredir el principio lgico fundamental en virtud del cual no deben
crearse ms categoras distintas de las que sean rigurosamente indispensables.
Por el momento, las categoras constituidas por
las ideas, las instituciones y la vida parecen irreductibles. Es posible, sin embargo, que dentro de algunos
aos . comprobemos que este esquema que hoy nos
satisface contiene divisiones demasiado estrechas o
mal construidas, que algunas cuestiones entran a la
vez en varias categoras, mientras que otras no son
consideradas en ninguna parte. Pero aun suponiendo
que el futuro nos reserve tal comprobacin, sta no
constituira actualmente una condena. El da en que
el esquema propuesto se halle superado deberemos
buscar otro. En estos continuos descubrimientos consiste precisamente el progreso cientfico. 4
No por ser una hiptesis de trabajo, la nomenclatura revisada de la Unesco deja de constituir hoy
da un instrumento indispensable, en especial para la
redaccin de los programas de enseanza e investir
gacin.
II. La unidad de la ciencia poltica
105
racin misma. Bertrand de Jouvenel la ha plan- multiplicidad de enfoques cara a los anglosajones y
teado con claridad tanto a los dirigentes del Instituto algunos franceses que siguen su escuela, sino partir
de estudios polticos de Pars como a los miembros del de un punto central de referencia. Por otra parte, la
Instituto internacional de Filosofa poltica. "La defi- lgica de todo buen mtodo indica que se debe partir
dice ! de lo conocido para ir hacia lo menos conocido, y descon elegancia evoca un trbol de cuatro hojas don- pues hacia lo ignorado. La observacin misma debe
nicin
debien
la ciencia
poltica
por
enumeracin
sobre los datos seguros para comparar con
de se ven
las hojas
pero se
busca
en vano el apoyarse
tallo comn." Una ciencia no puede ser el resultado de ellos lo probable o lo incierto.
una adicin; sus diversos elementos deben integrar- Es por eso que en este pequeo volumen nuestro
poltica
se ra "la teora
pura".5
mayor
cuidado
ha
sido "volver a centrar" la ciencia
se
en una teora
general, que
poltica, de acuerdo con su concepcin tradicional, esNo discutiremos aqu las ideas personales formu- forzndonos por impedir su desviacin o dislocacin.
ladas a este propsito por Bertrand de Jouvenel; Para que exista una politologa es necesario, en efecya las hemos considerado parcialmente en las pginas to, que sea duea de s misma, que no sea derivada
anteriores. Como se comprende, stas han sido re- hacia otra disciplina o dividida en disciplinas diverdactadas con un espritu de fidelidad a la ciencia. po- sas que no le dejan nada propio..
ltica tradicional, y expresan una reaccin tanto con- Tal haba sido, segn lo hemos comprobado, su
tra la atribucin a sta de un objeto indito como desgracia desde el fin del siglo xvIII; tal derivacin
contra la .increble dispersin de las investigaciones o divisin conduce lgicamente a la desaparicin de
actuales. la poltica como ciencia autnoma.
Georges Lavau quien no pertenece ms a la Este riesgo fundamental no ha desaparecido com"nueva ola" ha descripto muy bien su estado ca- pletamente en nuestros das. As, el Dr Francesco
tico. Como el renacimiento de la ciencia poltica tiene Vito, de la. Universidad catlica del Sagrado Corazn
su origen en una "mirada a la realidad", en una vo- de Miln, afirma en su discurso inaugural del seluntad de "captar los problemas en toda la densidad gundo Congreso italiano de Ciencias polticas y sode sus mltiples tejidos y en la red de sus interac- cales (Palermo, 5 de abril de 1956) que la mayor
ciones", sta multiplica los interrogantes numerosos parte de los estudiosos italianos no aceptaran la conpero desordenados. Sus investigaciones no siguen cepcin unitaria dela ciencia -poltica, cuya paternidad
ningn plan definido ni conocen lmites: el politi- atribuyen a los anglosajones: "Ante todo, es inacepcal scientist reivindica un derecho de curiosidad casi sable la idea de una ciencia que representara la sinunversal".e tesis de las variadas disciplinas cuyo objeto es el esEsta actitud ha originado numerosos trabajos, in- ;udio del proceso poltico. Esta idea sera tan engateresantes y hasta pintorescos, pero que son con fre- fosa como la que en el siglo pasado prometi hacer
cuencia puramente informativos, de modo que no le la sociologa la sntesis de todas las ciencias sopuede afirmarse que hayan hecho avanzar sensible- dales.. No se puede efectuar la sntesis de componenmente la politologa. Para ser fecundos, los anlisis es que se hallan en continuo desarrollo. Reservas
no deben ser efectuados desde el exterior, con esa inlogas deben expresarse respecto de una ciencia
initaria entendida como la suma de disciplinas que
politi ,bedecen a diversos mtodos de investigacin. Tal
5 BERTRAND DE JOUVENEL, "Invitation a la thoric
que pure", Rev. intern. d'hist. pol, et const., P.0 F., enero- oncepcin excluye de entrada la posibilidad de forjunio de 1957, pg. 86.
nular proposiciones que tengan el carcter de leyes
O GEORGES LAVAU, Sciences politiques et science
de ientficas. Puede ayudar a describir los hechos en
l'homme, op. cit., pgs. 504 y 505.
-
106
107
B.
DE JOUVENEL,
108
F.
VITO,
109
Las publicaciones francesas aparecidas desde el renacimiento de la ciencia poltica han sido catalogadas por
JEAN MEYRIAT, La science politique en France (1945-1958),
prefacio de JACQUES CHAPSAL, edicin de la Fundacin nacional de Ciencias polticas, Pars, 1960. Esta bibliografa
casi exhaustiva orientar al lector deseoso de profundizar
sus conocimientos sobre aspectos determinados.
Para una visin de conjunto de la ciencia poltica, considerada en sus tres grandes temas y en el espritu de nuestro propio estudio, aconsejamos la lectura total o parcial de
las tres sntesis siguientes:
-- sobre las ideas polticas: MARCEL PRLOT, Histoire des
ides politiques, Pars, Dalloz, 2 3 ed., 1960;
sobre las instituciones polticas: MARCEL PRLOT, Institutions et droit , constitutionliel,; Pars, Dalloz 2 3
ed.,.1960; Introdueciii y retenes ip tte "Th ir'I ri `raIe
. des institutions politiques";
sobre la vida poltica: G. BURDEAU, Mthode de la science politique, Pars, Dalloz, 1959, 3 3 parte: "La dynamique
politique".
Los problemas de la politologa sern ubicados provechosamente, en sus orgenes y en nuestros das, si se lee,
por una parte, La politique d'Aristote, ed. Prlot, P.U.F.,
1950, y, por otra, los principales captulos de la Science politigue confemporaine, Pars, UNESCO, 1950, as como las
obras de M. JEAN MEYNAUD, Introduction a la science politique, Pars, A. Colin, 1959 (Cuaderno NQ 100 de la Fundacin de Ciencias polticas) , y La science politique, fondements et perspectives, Lausana, ed. del autor, 1960.
Sobre los mtodos llamados `nuevos" se consultar:
MAURICE DUVERGER, Mthodes de la science politique, Pars,
P.U.F., col. "Thmis", 1959.
PALACIO, ERNESTO,
110
111
11 LP1l..J.
INTRODUCCIN
I. La politologa clsica
II. La sustitucin de la politologa
III. La politologa desmembrada y abandonad i' f
, .... ......
17
29
44
62
75
90
CONCLUSIN
102
BIBLIOGRAFA SUMARIA
110