Concepto de Matriz de Aprendizaje
Concepto de Matriz de Aprendizaje
Concepto de Matriz de Aprendizaje
A partir de los aportes de Margaret Mead nos planteamos la relacin entre algunos
aspectos de las culturas primitivas que ella estudiara y ciertos modelos de pensamiento, formas de
sensibilidad, de interpretacin del mundo caractersticos de los sujetos de esas culturas. Luego
seguimos a Reich en el anlisis de la relacin entre estructura familiar y regmenes autoritarios.
Nos introducimos as a temas centrales de la psicologa social. Intentamos fundamentar y
desplegar la concepcin de sujeto que sostiene este modelo terico, que permite definir a la
psicologa como social. Apuntamos a profundizar en la caracterizacin de sujeto como ser
esencialmente social, configurado en una complejsima trama de vnculos y relaciones sociales. Se
nos plantea, entonces, como tarea analizar las instancias y los procesos por los que se determina
ese sujeto. Investigar la complejidad de las mediaciones y articulaciones que se dan entre las
relaciones sociales que inauguran un orden especficamente humano, orden del lenguaje, de la
praxis, orden simblico- y formas del psiquismo.
Como lo hemos sealado en exposiciones anteriores, en esta indagacin hemos elegido
una va de anlisis, un hilo conductor: el de los procesos de aprendizaje, y ms an un efecto
particular de estos procesos: la construccin de modelos o matrices de aprendizaje y vnculo, de
modelos internos -ntimamente ligados a la identidad- de relacin consigo mismo y con el mundo,
y de interpretacin de lo real.
A riesgo de ser reiterativos, insistiremos en una pregunta y en la tentativa de
fundamentacin de una respuesta. Esta insistencia encuentra a nuestro entender su justificacin
en el carcter central que estas cuestiones tienen en tanto abren la problemtica de la psicologa
social, de la constitucin social del sujeto.
Por qu el aprendizaje? Porque si el sujeto, si cada uno de nosotros se constituye en una
praxis, en una dialctica de transformacin de s y de lo real, o sea, en aprendizaje, somos
esencialmente no slo seres sociales sino sujetos cognoscentes. Y somos tambin en cada aqu y
ahora el punto de llegada de una historia social y vincular que puede ser caracterizada como una
trayectoria de aprendizajes. Es en esa trayectoria en la que hemos ido construyendo un modelo
interno o matriz de encuentro con lo real: hemos ido aprendiendo a aprender.
En tanto proceso, el aprendizaje tiene en cada uno de nosotros una historicidad con
continuidades y discontinuidades. Y esto qu quiere decir? Que existe una relacin, no lineal, no
unidireccional sino dialctica entre las formas que aprendimos a respirar, a mamar, a caminar, a
discriminar yo-no yo, a jugar, a trabajar, cmo aprendimos la ciencia, la historia, la geografa. Esta
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relacin estara dada porque ante cada contacto con el objeto de conocimiento, ante cada
exigencia adaptativa hemos ido elaborando, construyendo, afianzando o modificando un modelo,
una actitud de encuentro con el objeto, un estilo de aprendizaje que, como decamos, se
constituye en nuestra modalidad cotidiana de relacin con la realidad, con nosotros mismos y con
los otros.
En cada experiencia puede haber un aprendizaje explcito que se objetiva y condensa en
un contenido o una habilidad. Aprendemos, por ejemplo, que los animales se reproducen en
forma vivpara y ovpara, o aprendemos a sumar, restar, escribir o juga a la pelota. Pero la
experiencia en la que se realiza eses aprendizaje explcito es a la vez fuente de otro aprendizaje.
Esa experiencia deja en nosotros una huella, se inscribe en nosotros de determinada manera,
afianzando o inaugurando una modalidad de ser-en-el-mundo y de ser-el-mundo- para nosotros.
De interpretar lo real. Este es un aprendizaje implcito, profundo, estructurante de la subjetividad.
Es un aprender a aprender como una forma particular de constituirnos como sujetos de
conocimiento.
Cuando decimos que aprendemos a aprender estamos sealando que aprendemos a
organizar y significar nuestras experiencias, sensaciones, precepciones, emociones, pensamientos.
Construimos as hbitos de aprendizaje, maneras de percibir secuencias de conducta. Por ejemplo:
integrar afecto, accin, pensamiento o disociarlos constituyen modalidades diferentes de ordenar
y significar la experiencia, de aprender a aprender.
Esos modelos, por qu estn tan ntimamente ligados a nuestra identidad? Porque an
cuando tienen rasgos comunes, tienen tambin particularidades que surgen de nuestra historia
como sujetos, de la peculiaridad de nuestras experiencias y de los mbitos vinculares y sociales
que son su escenario.
Cada acto de conocimiento es el eslabn de una cadena, es la fase de un proceso en el que
cada uno configura una actitud de aprendizaje, es decir, modalidades relativamente organizadas y
estables de pensamiento, sentimiento y accin frente al objeto de conocimiento y ante el acto de
aprender. Construimos permanentemente una actitud de aprendizaje, un estilo de sensibilidad, de
accin, de pensamiento. Como ya hemos dicho: un modelo o matriz de contacto con el mundo.
Ese mundo se nos presenta como multiplicidad de objetos, como una secuencia
ininterrumpida de procesos que tienen sus leyes propias. Esos procesos y potencialmente para
nosotros estmulos y objetos de conocimiento.
Remarco lo de potencialmente porque cada uno de nosotros como sujeto del conocer no
registra todo lo que hay en nuestro campo posible de experiencia, ni se pierde en un caos de
estmulos. Esa situacin catica, confusional, es quizs una experiencia al inicio de la vida, por la
inmadurez del sistema nervioso y lo desconocido de los estmulos. He trado varias veces una frase
de Piaget, una metfora con la que l designa el proceso de construccin de la visin del mundo
en el desarrollo de la inteligencia: del caos al cosmos. Cuando digo que aprendemos a aprender
me refiero a ese pasaje, porque hago referencia al hecho de que aprendemos a organizar y darle
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crisis, personal o social. La crisis introduce una discontinuidad, quiebra la coherencia interna de
ese modelo, moviliza la forma hasta all vigente de relacionarnos con el mundo. Nos permite
tomar cierta distancia de ella, extraamos, y la pone y nos pone en cuestin.
Cuando ante una situacin de angustia, de crisis vital, buscamos un apoyo teraputico, esa
matriz est problematizada. Cuando ante situaciones familiares o sociales nos impactamos y no
encontramos respuesta para dar cuenta de nuestra experiencia cotidiana, esto es un indicador de
que nuestra matriz est en crisis y puede ser problematizada. Cuando los sujetos buscan, por
ejemplo, una experiencia de aprendizaje grupal en la que puedan compartir, intercambiar, ocupar
un rol activo, integrar la prctica, la accin con el pensamiento y la emocin, esta bsqueda revela
que han realizado un trabajo de crtica de esos modelos internos y de los sistemas de aprendizaje
en los que han aprendido a aprender. Estn introduciendo as una modificacin significativa en
esos modelos.
La crisis es fundamental, en tanto posibilidad de crecimiento, porque rompe la
familiaridad encubierta con nuestros modelos internos de aprendizaje y vnculo. Se abre desde all
un espacio para el cuestionamiento y revisin de nuestros modelos internos, la reflexin crtica y
el cambio. El aprender y la relacin con el otro pierden su carcter de obvio, natural, y se
transforman en objeto de interrogantes. Se inaugura desde esa reflexin crtica la posibilidad de
desarrollo de nuevas formas de aprender a aprender, de constituirnos como sujetos de
conocimiento.