Ministerio de Cristo en Palestina
Ministerio de Cristo en Palestina
Ministerio de Cristo en Palestina
de Cristo
en Palestina
Por Francisco Breisch. Jr.
EL MINISTERIO DE CRISTO EN
PALESTINA
Libro 1
Francisco Breisch, JR.
CAPITULO 1
INTRODUCCIN
Preguntas de Preparacin
1. Cmo sabemos que el Nuevo Testamento es la Palabra de Dios?
2. Qu relacin existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento?
3. Cmo presenta el Nuevo Testamento a Cristo?
4. Cmo debemos estudiar el Nuevo Testamento?
Todos sabemos que el Nuevo Testamento es un libro de suma importancia. Ha
cambiado la vida de millones de personas, y asta nuestra civilizacin occidental. Un libro
tan importante orno el Nuevo Testamento merece nuestra ms cuidadosa aten-in.
Debemos estar seguros de que lo entendemos. Por tanto, antes de emprender su estudio
aprenderemos algunas verdades nportantes acerca del libro mismo.
1. El Nuevo Testamento es la Palabra de Dios
Este encabezado expresa la ms importante verdad respecto al Nuevo Testamento.
Al decir que es la Palabra de Dios, damos entender que es la revelacin de Dios.
Revelacin viene de revelar. En el Nuevo Testamento Dios mismo se nos ha revelado.
El Nuevo Testamento fue escrito por hombres inspirados por Dios. Inspirado
viene del latn in, dentro; y spiro, soplar. Dios sopl en la mente de ciertos hombres los
pensamientos que l quera que escribiesen. Y adems, los gui en tal forma que las
palabras que ellos usaron expresan los pensamientos de Dios precisamente en la forma que
l quiso que fueran expresados.
Nos atrevemos a decir todo esto, porque el mismo libro dice ser inspirado. Jess
prometi a los apstoles que despus de u ida al cielo, l enviara al Espritu Santo para
guiarles a toda verdad (Jn. 16:13). Pablo explica cul fue el efecto de la ve nida del Espritu
sobre los apstoles. En 1 Co. 2:12-13 dice: No hemos recibido el espritu del mundo sino
el Espritu que viene de Dios para que entendamos las cosas que Dios bondadosamente nos
ha dado. Hablamos de estas cosas con palabras que el Espritu de Dios nos ha enseado, y
no con palabras que hayamos aprendido por nuestra propia sabidura" (Vers. Popular).
Pablo declara que no slo las ideas, sino an las pala bras usadas, son dadas por el Espritu
Santo. Esta misma verdad se aplica tambin a los dems autores de los libros del Nuevo
Testamento.
Podemos hacernos la pregunta: Cmo podemos saber que esto es cierto? Hay
varias caractersticas maravillosas de este libro que nos obligan a tomarlo en serio. La
Biblia glorifica no a ningn hombre, sirio a Dios. Nos ensea el nico camino hacia la
salvacin. Ha cambiado la vida de hombres, como de nacio nes enteras tambin. El nivel
moral de sus enseanzas es incomparable. Sin embargo, la nica razn segura de por qu el
creyente recibe al Nuevo Testamento como la Palabra de Dios es, "la obra interior del
Espritu Santo, quin da testimonio por medio de la Palabra en nuestros corazones"
(Confesin de Fe de Westminster, Cap. I Sec. 5). Dios Espritu Santo habla a nuestros
corazones por medio de las Escrituras. Esto nos da la seguridad de que es cierta la
declaracin que el Nuevo Testamento hace de s mismo, diciendo que es la Palabra de Dios.
2. El Nuevo Testamento es Infalible
Como el Nuevo Testamento es la Palabra de Dios, es infalible. Esto quiere decir que
no tiene error alguno. No puede tampoco tener algn error cuando habla sobre geografa,
historia o cualquier otro tema. Dios es el autor del Nuevo Testamento, y por eso es
infalible, porque Dios no puede equivocarse.
El hecho de que no haya error en el Nuevo Testamento no quiere decir que no
tengamos problemas en entenderlo. A veces o no sabemos cmo se debe interpretar algn
pasaje. Otras veces no vemos cmo dos pasajes pueden ser ciertos, cuando parecen
contradecirse uno al otro. Tambin suele haber ocasiones cuando no estamos seguros de
cules deben ser las palabras exactas de algn pasaje. Los eruditos cristianos
constantemente estn estudiando las copias de los manuscritos originales para resolver
estos proble mas. Se dedican a esto con confianza, sabiendo que los problemas vienen por
errores que han cometido los intrpretes y no de la Palabra de Dios.
3. El Nuevo Testamento Completa el Antiguo
El Nuevo Testamento es la Palabra de Dios, pero no es toda la Palabra de Dios. El
Nuevo sigue al Antiguo Testamento, y juntos forman la Palabra de Dios. Juntos nos
presentan el desarrollo completo del plan perfecto de Dios para la salvacin de los
pecadores.
Dios formul su plan de redencin an antes de haber creado los cielos y la tierra.
Primeramente, fue revelado a Adn y Eva en el Edn, despus de la cada. No les explic el
plan en muchos detalles, solamente los hechos bsicos.
Aquella primera promesa de Dios de salvar a los pecadores fue como una semilla
sembrada. Comenz a crecer y a desarrollar. El Antiguo Testamento nos relata este
desarrollo. El Nuevo Testamento es ya la descripcin de la planta madura, la redencin
cumplida. Por eso decimos que el Nuevo completa al Antiguo Testamento. En el Nuevo, ya
muchas de las profe cas del Antiguo son cumplidas, muchos tipos hechos realidad,
cumplindose el dicho:
"El Nuevo en el Antiguo est latente;
El Antiguo en el Nuevo est presente".
4. Cristo es el Centro del Nuevo Testamento
Todo el Nuevo Testamento habla acerca de Jesucristo, la Palabra viviente, por cuya
mediacin Dios otorga la redencin. En los Evangelios se haba de su ministerio terrenal.
En el libro de los Hechos se muestra su ministerio en su iglesia por medio del Espritu
Santo. Las epstolas explican su ministerio y repiten sus enseanzas. El Apocalipsis relata
su victoria final sobre las fuerzas del mal. La historia de Jess forma el centro de todo el
Nuevo Testamento, y al estudiar este libro, debemos encontrarnos cara a cara con Jess.
5. Cristo es el Siervo de Dios
La Biblia habla de la obra de nuestro Seor Jesucristo de muchas maneras. Jess se
llama a s mismo el Pan de Vida (Jn. 6:35), El Buen Pastor (Jn. 10:14). Y el Camino, la
Verdad y la Vida (Jn. 14:6). En el Catecismo de Heidelberg se le llama nuestro Profeta,
Sacerdote, y, Rey, que es el cuadro de la obra triple (los "oficios") de Cristo.
Sin embargo, hay una palabra, o idea, usada muchas ms veces en la Biblia, y que
incluye a todo lo arriba mencionado.
Es la idea, o concepto, de siervo o ministro. Ambas palabras "siervo" y "ministro",
hablan de uno que hace la obra de otra persona. La Biblia, pues, presenta a Jesucristo como
el Siervo del Padre.
En el Antiguo Testamento, el pasaje ms conocido que ensea esta idea es el de
Isaas 53. All se presentan el sufrimiento y la muerte de Cristo para salvar a su pueblo. En
la introduc cin de este pasaje (Is. 52:13-15), Dios habla acerca de Cristo como "mi Siervo".
En el Nuevo Testamento abundan las afirmaciones referentes a la obra de Cristo
como siervo. Pablo nos dice en Filipenses 2:7, que Cristo tom "la forma de siervo". En
Marcos 10:45, Jess mismo dijo, "no he venido para ser servido, sino para servir". En una
otra ocasin (Jn. 6:38), dijo, "Yo he venido de los cielos no para hacer mi voluntad, sino la
de Aquel que me envi".
Ahora bien, el servicio o ministerio de Cristo incluye no slo lo que ya hizo, sino
tambin lo que sigue haciendo. Por esta razn el ttulo de este libro es El Ministerio de
Cristo. Este ttulo nos hace pensar que su vida fue una vida de servicio. Nos recuerda que
no vino a darse gusto a s mismo, sino a agradar a su Padre Celestial. Puesto que l es
nuestro ejemplo, el estudio de su ministerio, tanto lo que hizo en vida terrenal como lo que
ha estado haciendo desde su ascensin, es para nosotros una enseanza de como entregar
nuestras vidas en servicio a l.
6. Cmo Estudiar el Nuevo Testamento
Antes de comenzar nuestro estudio, debemos pensar un momento en la manera de
estudiar el Nuevo Testamento. No debemos olvidar que la Biblia es la Palabra de Dios, y
siendo esto as, nos acercarnos a ella con determinadas actitudes.
1. La Biblia merece nuestro respeto. Hay que estudiarla con cuidado y afn, para
poderla entender correctamente.
2. Nadie puede entenderla por s slo. El Espritu Santo es el nico que puede
capacitarnos, y por eso es necesario siempre empezar nuestro estudio de la Biblia con una
oracin para que el Espritu Santo nos gue.
3. La Biblia no es slo una coleccin de las ideas de algunos hombres de la
antigedad acerca de Dios. Ms bien es el medio por el cual Dios nos habla hoy. Por eso, al
estudiarla, siempre debemos buscar el mensaje personal y aplicarlo a nuestra propia vida.
***
PARTE 1
LA ESCENA DEL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 2
LA HISTORIA DEL PUEBLO DE CRISTO
Preguntas de Preparacin
1. Cules imperios tuvieron dominio sobre Palestina durante los aos transcurridos
entre los dos Testamentos?
2. Qu aconteci a los Judos durante esos aos?
Introduccin
El Nuevo y el Antiguo Testamento estn ntimamente rela cionados. El Antiguo Testamento
provee la escena para el Nuevo. Sin embargo, el Antiguo Testamento termina en el cuarto
siglo a.C., y el Nuevo comienza sino cuatro siglos despus. Muchas cosas pueden suceder
en cuatro siglos y puede haber muchos cambios. Qu fue lo que ocurri durante los 400
aos?
La Palabra de Dios no guarda silencio absoluto sobre este perodo. En el libro de
Daniel hay varias profecas que se refieren a los cuatro siglos entre el exilio de Jud y la
venida de Cristo. Estas profecas nos ensean que Dios gui los asuntos internacionales
para preparar la venida de su Hijo. Estudiemos ahora una de estas profecas.
1. Un Sueo Proftico
En el segundo captulo de Daniel est escrito el sueo de Nabucodonosor, rey de
Babilonia. So una grande estatua que tena una cabeza de oro fino; su pecho y brazos
eran de plata; su vientre y muslos eran de bronce, y sus piernas eran de hierro, y los pies
eran de una mezcla de hierro y barro. Al tiempo que miraba la estatua, vio que "una piedra
fue cortada, no con mano, e hiri a la imagen en sus pies de hierro y barro cocido, y los
desmenuz. Entonces fueron desmenuzados tambin el hierro, el barro cocido, el bronce, la
plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llev el viento sin que de
ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hiri a la imagen fue hecha un gran monte
que llen toda la tierra (Dn. 2:34, 35 ).
Daniel explic el significado de este sueo a Nabucodonosor de esta manera: La
cabeza de oro representaba el imperio de Babilonia bajo Nabucodonosor. Las otras partes
de la imagen representaban 3 nuevos imperios que seguiran al imperio de Babilonia. Y la
piedra que destruy a la imagen representaba al Reino de Dios, el cual se establecera
durante el cuarto imperio.
Tanto del libro de Daniel como de la historia secular, aprendemos que la visin de
Nabucodonosor tuvo referencia a los siguientes imperios:
Babilonia (612-536 a.C.)
Medo-Persia (536-333 a.C.)
Grecia (333-146 a.C.)
Roma (146 a.C.-400 d.C.)
La cabeza de oro
El pecho y brazos de plata
El vientre y muslos de bronce
Las piernas y los pies de hie rro y barro
El Reino de Cristo
Arca del Pacto faltaba. Adems, no haba un rey del linaje de David ocupando el trono. De
hecho no haba trono. Los judos de Palestina estaban bajo el dominio del imperio Medo
Persa. Dios no restaur la misma clase de reino que haba existido antes del exilio.
4. El Vientre y los Muslos de Bronce Grecia
En el ao 333 a.C., un lder joven de Grecia, conocido como Alejandro el Grande,
comenz una serie de conquistas. En diez cortos aos logr conquistar la mayor parte del
mundo antes conocido. Conquist el Asia Menor, tom Palestina, forz la rendicin de
Egipto, derrot al ejrcito Medo Persa y march hasta cruzar las fronteras de la India. La
rapidez de sus conquis tas fue profetizada por Daniel, captulo 7, donde se representa a
Grecia en la figura de un leopardo veloz.
Alejandro destruy al imperio Persa, y organiz el imperio griego. A donde l iba,
fundada ciudades, y stas llegaron luego a ser centros de cultura griega. Tambin construy
carreteras por las que esa cultura logr extenderse. Su influencia perdur mucho despus de
haber terminado su corta vida, y aun cuando los griegos ya no dominaban en el mundo
mediterrneo, el idioma griego segua imperando en la vida nacional de muchas tie rras. Un
ejemplo de esto es que el Nuevo Testamento fue escrito en el idioma griego.
Al morir Alejandro, su imperio fue dividido entre sus cuatro generales. Ms tarde la
mayor parte de este imperio, incluyendo a Palestina, fue dividido entre dos de los generales,
Seleuco y Ptolomeo. Cada uno fund una lnea de reyes que reinaron durante varios siglos.
Primero, Palestina estuvo bajo el dominio de los Ptolomeos, que gobernaban a Egipto. Ms
tarde fue capturada por los Seleucos, cuya capital era Damasco, en Siria.
Los judos pudieron vivir en paz segn sus costumbres durante el reinado de los
reyes egipcios. Mas cuando los reyes de Siria tuvieron dominio en Palestina, en el ao 198
a.C., los judos comenzaron a sufrir. Su ms grande perseguidor fue Antoco Epfanes.
quien odiaba todo lo que era judo. El quiso eliminar completamente la adoracin a Jehov
e imponer la adoracin pagana en la vida de los judos. Fue tan malo, que Daniel en su
profeca lo compar con el Anticristo.
Los ataques terribles de Antoco Epfanes en contra de la adoracin a Jehov,
motivaron la resistencia de los judos. La encabez la familia de los Macabeos. Judas
Macabeo fue el principal dirigente en esta lucha. Lanz de Palestina a los gobernantes
paganos, y fue la primera vez en 450 aos en que los judos se vieron libres de la opresin
de los gentiles. Judas Macabeo tambin purific y reconsagr el templo, renovando la adoracin de Jehov. Los judos, hasta el da de hoy, celebran la ocasin en su Fiesta de
Dedicacin.
La familia de los Macabeos fue familia de sacerdotes. Comenzando con las guerras
de los Macabeos, esta familia comenz tambin a gobernar sobre el pas. En esta forma los
sumos sacerdotes lograron el control poltico de Palestina. El gobierno poltico de los
sumos sacerdotes fue efectivo, mientras los sacerdotes Macabeos fueron hombres piadosos
y amantes de la patria. Pero algunos de los postreros fueron dbiles y se dejaron dominar
por sus intereses personales. Esta flamqueza fue la que puso fin al estado judo
independiente.
5. El Reino de Hierro Roma
Durante el reinado de los Macabeos, los reyes sirios hicieron varios intentos para
reconquistar a Palestina. Y mientras esto aconteca, el imperio romano creca con rapidez, y
sus influencias se extendan en la regin de Palestina. En tiempos de peligro, cuando los
sirios atacaban, los Macabeos, a veces, solicitaban ayuda de parte de los romanos. En una
ocasin la familia de los Macabeos tuvo una lucha interna, y el emperador romano
Pompeyo intervino para definir el asunto. Pero en vez de resolver el problema, tom por la
fuerza Jerusaln y nombr como rey a un macabeo llamado Hircano; pero el verdadero
poder lo deposit en un hombre llamado Antpater. As fue como, en el ao 63 a.C.,
Palestina se convirti en una provincia Romana.
Estando Hircano en el poder, Herodes, el hijo de Antpater fue hecho gobernador de
Galilea. Este fue un perodo muy inestable y los dirigentes cambiaban con mucha
frecuencia. Pero Herodes result ser muy listo para identificarse con el partido vencedor.
Como resultado, lleg a ser Rey de Judea, y en la historia se le conoce como Herodes el
Grande.
Herodes fue un hombre cruel y ambicioso. No vacilaba en matar a miembros de su
propia familia, si esto le convena. Estaba en el poder cuando Jess naci, y orden la
muerte de todos los nios de Beln.
Despus de la muerte de Herodes el Grande en el ao 4 a.C., su reino qued
dividido entre sus hijos. El hijo mencionado con mayor frecuencia en los Evangelios es
Herodes Antipas, goberna dor sobre Galilea. El fue quien orden el encarcelamiento de Juan
el Bautista por sus poderosos y acusadores mensajes. Tambin a este Herodes fue enviado
Jess por Pilato.
En esta poca, en que los romanos gobernaban la tierra prometida, Dios cumpli las
promesas que haba hecho a los judos de la antigedad. La imagen del sueo de
Nabucodonosor quedaba cumplida histricamente en todas sus partes. La piedra cortada, no
con mano, estaba por aparecer para destruir esta imagen. El reino de Cristo se establecera.
"El cumplimiento del tiempo" haba llegado, cuando "Dios envi a su Hijo, nacido de
mujer y nacido bajo la ley, para que redimiese a los que estaban bajo la ley", (G.4:4, 5).
***
CAPITULO 3
forman el lado del mar Muerto se hundieron a mayor profundidad que todas las dems. El
agua naturalmente corri hacia estos niveles bajos, y entonces el ro Jordn y el Mar
Muerto comenzaron a formarse. Debido a que el Jordn se form de esta manera, su valle
es estrecho, sus mrgenes son muy empinadas y su corriente muy rpida. La profundidad de
este valle en relacin con el resto del suelo, convierte en tropical el clima del valle del ms
bajo Jordn.
Las montaas de Palestina parecen un anguloso espinazo que corre de norte a sur
por en medio de su territorio. Constituye un factor importante para el clima de Palestina.
Han tenido poderosa influencia en la historia del pueblo de Dios en aquella tierra.
3. Condiciones Atmosfricas y Clima de Palestina
Palestina est aproximadamente tan al sur, como los estados sureos de los E. U. de
A. En la mayor parte de su suelo no caen heladas, y las siembras crecen en el invierno. El
verano es demasiado caliente y seco para que algo pueda crecer. El mar, las montaas, el
valle y el desierto determinan el promedio de precipitacin pluvial en Palestina. Esta recibe
lluvia durante siete meses del ao, nada ms. En octubre hay fuertes aguaceros, a los que la
Biblia se refiere como las lluvias tempranas. Estas suavizan la tierra preparndola para arar
y sembrar. Las lluvias disminuyen durante el invierno; pero generalmente persisten con la
abundancia suficiente para que crezcan las siembras. A fines de marzo o en abril hay otra
temporada de lluvias fuertes, conocidas en la Biblia como las lluvias tardas. Estas dan a las
plantas el ltimo impulso de crecimiento. La cosecha tiene lugar en abril o mayo.
Palestina para su alimentacin depende mucho del ciclo pluvial. Si no llueve, viene
hambre. Si la lluvia llega con retardo, las cosechas son pobres y el pueblo lo resiente.
La lluvia no cae en igual cantidad en todos los sitios de Palestina. Algunos lugares
reciben mucha y otros muy poca. Esto, generalmente se explica por la situacin. Las
regiones norteas, casi siempre reciben ms lluvia que las sureas. Las montaas
constituyen un factor muy determinante. Las montaas obligan a las nubes cargadas de
lluvia a elevarse. Esto hace que las lluvias se descarguen sobre las vertientes oxidentales.
Cuando las nubes llegan a la parte oriental del pas ya han dejado caer la mayor parte de su
lquido. De ah resulta que la Palestina oriental sea muy rida.
4. Las Divisiones de Palestina
Los rasgos naturales de Palestina la dividen en secciones cla ramente definidas. La
planicie de la Costa se extiende a lo largo del Mar Mediterrneo y cubre toda la longitud de
Palestina. Es mucho ms ancha en el Sur que en el Norte. Con excepcin de una angosta
faja de arena a lo largo de la costa, la planicie es frtil y muy apropiada para la agricultura.
Sin embargo, la planicie de la Costa nunca fue efectivamente parte de Israel. En el sur,
donde su amplitud la haca particularmente deseable, la dominaban los filisteos. Slo
durante los reinos de David y Salomn pudo Israel, por algn tiempo dominar esta planicie.
Movindonos hacia el oriente de la planicie de la Costa llegamos a la zona de los cerros, o
de las tierras altas occidentales. Esta regin alta comienza al norte de Beerseba y se
extiende hacia el norte, hasta el lbano. Los cerros se interrumpen en un punto conocido
como la Llanura de Esdraeln, que se extiende desde el oriente del Monte Carmelo hasta el
ro Jordn. La regin de los cerros fue escenario de los ms importantes acontecimientos de
la historia de Israel. Galilea, Judea y Samaria ocupan esta regin.
La parte ms al norte de la regin montaosa se conoce como Galilea. En Galilea
vivi Jess hasta el comienzo de su ministerio. Por el norte comienza Galilea en los
bosques del Lbano y baja hasta la regin de las colinas boscosas y los campos frtiles que
yacen entre la costa y el mar de Galilea, conocida con el nombre de Baja Galilea. La regin
restante es la Galilea que con tanta frecuencia se menciona en los Evangelios. Es zona
pequea, "mide tan slo 19 millas de longitud por 12 de ancho; pero tienen una vista
placentera. Aqu no falta la lluvia, el desierto no se descubre, y en la primavera cada ladera
resplandece de flores y cada cuenca se enriquece con granos". (Denis Baly, The Geography
of the Bible (La Geografa de la Biblia), p. 190).
Galilea estaba separada de Judea por Samaria, y su posicin le permita comunicacin libre
con el mundo exterior. Esto motivaba que fuera despreciada por los judos escrupulosos de
Jerusaln y Judea, que decan de los galileos que eran demasiado independientes en su
modo de pensar, y demasiado fciles de influenciar por los gentiles. Pero fue una regin
bendecida por el ministerio de Cristo. Muchas de las ciudades y aldeas visitadas por Jess
en los das de su ministerio estaban en Galilea, por ejemplo: Nazareth, Cana, Capernaum y
Betsaida.
Entre el lado sur de Galilea, y separndola de Judea, se encuentra Samaria. Por el
norte de Samaria su suelo es muy bajo, estando constituido por la parte sur de la Llanura de
Esdraeln, al sur el suelo se levanta hasta las tierras altas que se internan en Judea.
Samaria resulta, comparativamente, de poca importancia para nuestro estudio del
ministerio de Cristo. El odio entre los judos y samaritanos se form y creci durante siglos
de resentimiento y luchas. Sin embargo, Jess no se consideraba atado por estos
resentimientos. A veces, en sus viajes, pas por Samaria. Un incidente de su ministerio
tuvo lugar en las afueras de la ciudad de Samaria de Sicar (Juan 4).
La regin ms al sur de las tierras altas era Judea. Aunque la provincia de Judea
cubra ms territorios, la parte de ella recorrida por Jess en su ministerio forma un valo
de aproximadamente 48 kilmetros de largo por 29 de ancho. El valo cuelga a travs de la
cordillera que corre por Judea de norte a sur. Esta cordillera divide el territorio. Ninguna
porcin de esta zona era muy frtil; pero las laderas occidentales reciban una buena
cantidad de lluvia, y podan producir granos, uvas y aceitunas.
Las faldas orientales de la cordillera reciban escasa lluvia. Eso las haca estriles y
rocosas, presentando sorprendente contraste con los huertos y viedos de las vertientes
occidentales. Por el sureste esta regin se interna en el desierto de Judea. En esta extensin
tuvo lugar la tentacin de Jess por Satans. Aqu nunca llueve lo suficiente para hacer
posible la agricultura. Era yermo y desolado; lugar muy adecuado para reunir las aguas sin
vida del Mar Muerto.
La parte ms importante de Judea era Jerusaln y las tierras aledaas. Jerusaln est
situada precisamente al lado oriente de la cordillera divisoria, y encaramada en el borde de
la bajada que llega hasta el Jordn, cerca del desierto. Originalmente, la ciudad fue
construida en el sitio de la meseta en donde las empinadas escarpaduras descienden por
todos lados. Esta sitacin la converta en una fortaleza poderosa. Sin embargo en el tiempo
de Jess la ciudad se haba extendido sobre toda la meseta, en los valles ms pequeos y
sobre los cerros cercanos. Jerusaln podra no ser hermosa; pero para los judos era la ms
gloriosa ciudad del mundo., porque en ella estaba el sitio del templo de Jehov. Para
nosotros es importante porque fue el centro del ministerio de Jess en Judea.
Al oriente de la zona montaosa se encuentra la profunda grieta del Valle del
Jordn. Comienza el Jordn en las vertientes de las montaas del Lbano, corre hacia el sur
y pronto queda atrapado entre grietas escalonadas cuya altura sobrepasa los mil doscientos
pies sobre la corriente. Esta encajonada corriente se abre en el mar de Galilea, cuya
longitud es de diez y nueve kilmetros y su anchura de ocho kilmetros. En la poca de
Jess este mar o lago fue escenario de gran actividad. Haba muchas aldeas en sus riberas y
veintenas de botes navegaban en sus aguas. Jess naveg muchas veces en este lago.
Abajo del Mar de Galilea los cerros se estrechan nuevamente sobre el ro, dando
lugar a un valle ms ancho precisamente antes del Mar Muerto. Este ancho valle era
adecuado para la agricultura y gozaba de un clima tropical. Dentro de este valle el ro
formaba otro valle como de cincuenta metros de profundidad, y en partes como de
kilmetro y medio de ancho. Este valle contena una enmaraada jungla. En el tiempo de
Cristo lo habitaban bestias salvajes. En tiempos antiguos hasta leones habitaban all. Eran
pocos los sitios en donde se poda atravesar la jungla y rodear el ro.
En el lado oriental del Valle del Jordn, empinadas crestas se alzaban hasta el
elevado altiplano. Cerca del valle la meseta estaba bastante bien regada y haba aldeas
esparcidas por los campos. Pero el rea que reciba lluvia suficiente era pequea, y los
sembrados pronto daban lugar al desierto estril. Esta parte de Palestina resulta importante
para nosotros, principalmente porque los judos viajaban sobre el lado oriente del Jordn,
ms bien que atravesar por Samaria, a la que odiaban. Y cuando los dirigentes judos
procuraban matar a Jess, l se retir al lado oriente del Jordn para encontrarse seguro por
algn tiempo.
La Tierra de Palestina era pequea, situada en la encrucijada del mundo y limitada
por el ocano y el desierto. Era escenario de numerosas variedades y sorprendentes
contrastes. Pero la gloria de Palestina no se funda en estos datos. La recordamos a causa de
Uno que recorri sus caminos, visit sus ciudades y naveg por sus aguas. La recordamos
como la morada de Dios en los das en que se hizo hombre.
***
CAPITULO 4
fariseos eran populares, muy influyentes, y la gente, especialmente en las sinagogas, los
aceptaban como sus dirigentes.
Otro partido, el de los saduceos, casi siempre se opona a los fariseos. El significado
del nombre "saduceo" y el origen del partido, son desconocidos para nosotros. Los
saduceos aceptaban nicamente a los cinco libros de Moiss como la Palabra de Dios, y
rechazaban las interpretaciones de los escribas. Su tendencia era creer slo lo que podan
entender, y as negaban las doctrinas de la resurreccin y de la existencia de los ngeles .
Tampoco guardaron los muchos reglamentos que eran de tanta importancia para los
fariseos.
Los saduceos eran mucho menos populares que los fariseos. sin embargo tenan
muchsima autoridad debido a que el sumo sacerdote y su familia eran saduceos. El sumo
sacerdote era el oficial religioso y poltico ms grande que tenan los judos. El era el
presidente del Sanhedrn, y estaba encargado de las relaciones polticas con los romanos.
Por lo tanto, los saduceos tenan mucha influencia con las autoridades romanas. Este poder
poltico obraba a su favor para que pudiesen dominar al Sanhedrn, y usaban ese poder para
su propia ventaja. Eran el partido que gobernaba entre los judos.
3. Su Literatura
Los judos eran un pueblo cuyas vidas se regan por un libro: el Antiguo
Testamento. Este libro era la base de su religin y la carta constitucional de la vida como
nacin. De l se desprendan las doctrinas que crean, el culto con el que adoraban y las
leyes que gobernaban la vida diaria. Por medio de este libro sealaban su ascendencia hasta
Abraham, el padre de los fieles. El Antiguo Testamento era el libro ms importante del
mundo. Era nada menos que la Palabra de Dios, escrita por hombres inspirados por Dios.
Los judos enaltecieron su Biblia, hacindola el centro de su adoracin, de su educacin, y
de sus vidas enteras.
Cuando algunos judos, por causa de la dispersin, se encontraron en un ambiente
griego, sintieron la necesidad de tener su Biblia en ese idioma. Algunos entre ellos an
hablaban y lean el hebreo, pero el griego era el idioma de la casa y del comercio. As fue
como la Biblia hebrea fue traducida al griego, conocindose esta traduccin con el nombre
de la Septuaginta. El uso de esta traduccin se extendi, y muchas de las citas del Antiguo
Testamento que encontramos en el Nuevo Testamento estn basadas sobre el texto de la
Septuaginta. De hecho, lo s cristianos usaron la Septuaginta a tal grado que los judos llegaron a considerarla como un libro cristiano, y tuvieron que ha cer otras traducciones
propias para no tener que usarla.
El Antiguo Testamento fue el libro religioso ms importante, pero no era el nico.
Cuando ya estaba completo el Antiguo Testamento, entre los Siglos III y I, a.C.,
aparecieron en Palestina otros libros religiosos escritos por judos. Algunos de ellos fueron
incluidos en la Septuaginta, pero los judos nunca los aceptaron como Palabra de Dios
inspirada. A estos libros se les llam "Apcrifos". Los libros Apcrifos reflejan el
pensamiento de los judos durante el perodo comprendido entre los dos Testamentos, y nos
ayudan a entender a los judos en el tiempo de Jess.
Adems, de estos libros, haba una "Tradicin de los ancianos" (Mr. 7:3). Esta se
compona de las interpretaciones del Antiguo Testamento hechas por los escribas. En los
das de Jess, estas tradiciones se transmitan en forma oral; no fueron recopiladas en forma
escrita sino hasta el segundo siglo, d.C. Se les conoca como el Alishna.
4. Su Religin
El credo religioso de los judos se tom del Antiguo Testamento. En lo particular
eran 4 las doctrinas muy importantes para ellos, y eran las siguientes:
(1) Jehov es el nico Dios vivo y verdadero. Slo Jehov ha hecho los cielos y la
tierra. Por lo tanto l es el nico a quien los hombres deben adorar.
(2) Dios hizo su pacto con Abraham, y escogi a Israel para ser su pueblo del pacto.
Por medio del pacto, Israel recibi las bendiciones de la salvacin y de la
comunin con Dios. Este pacto tambin estableci como el deber de Israel el
adorar nicamente a Jehov, y el obedecer sus leyes.
(3) El quebrantar este pacto constitua pecado. Cuando Israel no haca caso de las
leyes de Dios, o cuando adoraban a otros dioses, los profetas denunciaron estos
hechos como pecaminosos. Al persistir Israel en su pecado, Dios los castigaba.
(4) Las promesas del Pacto haban de ser cumplidas a perfeccin en una nueva era, en
la cual Dios borrara completamente el pecado y sus resultados. Esta nueva era
estaba relacionada con la venida del Mesas, quien sera el enviado de Dios para
gobernar sobre todo el mundo y para siempre.
Todas estas doctrinas eran verdaderas, enseadas por Dios en el Antiguo
Testamento. Pero los judos no retuvieron en esta forma estas doctrinas. Aadieron al
Antiguo Testamento un gran conjunto de tradiciones y as pervirtieron a tal grado las
enseanzas del Antiguo Testamento, que difcilmente habran podido reconocerse.
La religin que el Antiguo Testamento enseaba era una religin del corazn; mas
los judos de la poca de Jess la convirtieron en un simple rito. El Antiguo Testamento
demandaba el amor a Dios sobre todo lo dems; pero los judos creyeron que Dios slo les
peda que guardasen las leyes y las ceremonias. Antiguo Testamento enseaba que el
Mesas vendra para establecer un reino universal de justicia y de paz; los judos, en
cambio, creyeron que el Mesas habra de destruir a los romanos odiados para restablecer su
reino judaico de gloria y de poder. Los dirigentes judos se opusieron tenazmente a Jess,
debido a que l rechaz todas sus tradiciones que pervertan la Palabra de Dios.
5. Su Adoracin
La primitiva adoracin judaica tena que ver con el tabernculo y con el templo.
Dios haba dado a Israel mandamientos muy precisos sobre la forma de cmo deban de
adorarle, y donde le deban adorar. Primero adoraron a Dios en el tabernculo. Este era una
tienda de pieles y telas que podan llevar consigo en sus peregrinaciones. Cuando ya se
establecieron en la tierra de Canan, Dios dio las instrucciones para la edificacin del
templo. Este templo fue edificado Salomn y desde ese momento la adoracin a Jehov se
haca en el templo de Jerusaln.
Una de las formas de adoracin de mayor importancia en el templo era el
ofrecimiento de los sacrificios sobre el gran altar en el atrio. Estos se hacan diariamente en
favor de todo el pueblo. Tambin se poda ofrecer holocaustos personales, con la ayuda de
los sacerdotes. Como parte de la ceremonia diaria del holocausto, se haca un servicio de
oracin.
Los sacerdotes tenan que cumplir con ciertos ritos de adoracin dentro del templo.
Ofrecan incienso, aderezaban la lmpara de oro, y cuidaban de la mesa del pan. Leyendo el
relato acerca de Zacaras (Lc. l:8-10), notamos que la multitud congregada esperaba afuera
en el atrio mientras se cumplan algunas de estas ceremonias sacerdotales.
El templo fue destruido al ser capturado Jerusaln por los caldeos en el ao 586 a.C.
y el pueblo fue llevado cautivo. Los judos ya no adoran como lo hacan en Jerusaln. All
en las tierras de su exilio, no podan ofrecer los sacrificios, ni podan reunirse para sus das
de fiesta. Despus de estar viviendo siglos en un aislamiento religioso, se encontraban
rodeados de pueblos paganos y en un ambiente de costumbres y religiones paganas. Corran
el peligro de ceder a los modos de pensar paganos, y as perder su identificacin como el
pueblo de Jehov.
Este peligro cre la necesidad de algo que sirviera para unir a todos los judos. Y
esto lo hallaron en un nuevo estilo de adoracin que acentuaba el estudio del Antiguo
Testamento, especialmente de la ley. Los judos de cada ciudad y pueblo, donde se hallaban
exiliados, comenzaron a juntarse para el estudio de la Palabra de Dios. Esto lo s llev al
establecimiento de sinago gas, o locales para reunin. Poco a poco se desarroll una sencilla
forma de adoracin. Consista en la recitacin del credo judaico (Dt. 6:4,5), en la oracin,
en la lectura de las Escrituras y de un sermn. Tuvieron sus horas fijas para las reuniones, y
sus oficiales para atender los asuntos de la sinagoga. Las sinagogas, pues, llegaron a ser el
medio por el cual los judos en todos los pases de su exilio, se mantuvieron unidos como
un pueblo apartado.
Durante el reinado del gobernante medo persa Ciro, algunos de los judos
regresaron a Jerusaln para reconstruir el templo. Mas todos los que quedaron en sus tierras
de exilio continuaron su adoracin en las sinagogas. La reconstruccin del templo, pues, no
signific el fin de las sinagogas. Era todo lo contrario, pues aun en Jerusaln se
establecieron las sinagogas, y ambas formas de adoracin continuaron en uso. Leemos que
Cristo y los discpulos adoraron tanto en el templo como en las sinagogas.
6. Sus Das de Fiesta
Parte muy importante de la adoracin judaica, eran los das de fiesta, o los das
sealados para la adoracin y la alabanza de Dios. El ms frecuente de estos, era el sbado,
el sptimo da de cada semana.
Adems del sbado, haba siete fiestas anuales, marcadas en el calendario judaico,
el cual estaba basado en las fases de la luna. El ao judaico comenzaba generalmente en lo
que corresponde a nuestro mes de abril. Las fiestas eran: de la pascua, de Pentecosts, de
las trompetas, de la expiacin, de los tabernculos, de las luces y de purim. Las primeras
cinco de estas, fueron establecidas por Dios en el Antiguo Testamento. Dios haba dicho
que todo varn judo viniera a Jerusaln para las fiestas de la pascua, de Pentecosts y de
los tabernculos. La fiesta de las luces celebraba la reconsagracin del templo realizado por
Judas Macabeo (Vase la pgina 17). La fiesta de purm fue instituida para celebrar la
liberacin de los judos mencio nada en el libro de Ester.
LA fiesta de la Pascua era la ms importante para los judos. Se celebraba del catorce al
veintiuno del primer mes. Corresponde en nuestro calendario a la Semana de la
Resurreccin. En ella, se recordaba perpetuamente la liberacin de los israelitas de la
esclavitud de Egipto. Todo varn judo que viva cerca de Jerusaln deba entrar a la ciudad
para acudir a la fiesta. Muchos peregrinos llegaban de todas partes del mundo para
participar en esta gran celebracin.
La fiesta de Pentecosts se celebraba cincuenta das despus de la pascua. Esto es el
significado de su nombre, pues viene de la palabra griega que significa el "quincuagsimo
da".
Los judos la llamaban tambin la fiesta de las semanas, debido a que vena siete
semanas despus de la pascua. A veces se la llamaba la fiesta de las primicias., porque
vena cuando se comenzaba la cosecha de trigo. Se traan a esta fiesta dos hogazas de pan
hechas de trigo nuevo, las cuales se ofrecan al Seor. Esta fiesta de Pentecosts atraa
muchos visitantes a Jerusaln, y los peregrinos que haban venido de lejos para estar en la
pascua, muchas veces permanecan en Jerusaln para Pentecosts tambin. Para los
cristianos, esta fiesta es de importancia, porque fue el da cuando el Espritu Santo
descendi sobre la iglesia.
Los judos tenan un ao civil, que comenzaba con el primer da del sptimo mes de
su calendario religioso, correspondiente a nuestro mes de octubre. En este da los judos
celebraban su fiesta de las trompetas, y stas se tocaban en el templo desde la maana hasta
la tarde en este primer da del ao civil. Del libro de Nehemas (Neh. 8:1-12), notamos que
la celebracin" inclua la lectura de la ley y mucho regocijo. En los das de Jess, esta fiesta
se celebraba en las sinagogas por toda Palestina, por lo consiguiente, pocos peregrinos
venan a Jerusaln para celebrarla.
El sptimo da del sptimo mes era el da de la expiacin. Era un da de ayuno, y de
duelo nacional. En este da el sumo sacerdote ofreca holocaustos especiales por el pecado,
tanto de l como del pueblo, y llevaba la sangre hasta el Lugar Santsimo.
Esto se haca para hacer expiacin por todos los pecados de Israel de todo el ao
pasado. El sumo sacerdote luego pona sus manos sobre la cabeza de un macho cabro era
llevado despus al desierto, como seal de que Dios nunca ms se habra de acordar de los
pecados cubiertos bajo este acto de expiacin.
El da de la expiacin era el da de mayor importancia en el calendario religioso
judaico.
La fiesta de los tabernculos ocurra cinco das despus del da de la expiacin, y
duraba ocho das. Era un recordatorio de las bondades de Dios para con Israel cuando ste
haba estado en el desierto. La gente durante siete das viva en tabernculos, o chozas
hechas de ramas. Esto les recordaba la peregrinacin de sus antepasados en el desierto. Se
ofrecan muchos sacrificios durante estos das. El octavo da era para una asamblea grande
y santa del pueblo, y era la fiesta de mayor jbilo entre todas las fiestas de los judos.
La fiesta de las luces, que tambin se llamaba la fiesta de la dedicacin, era otra
fiesta de ocho das de duracin que comenzaba el da veinticinco del noveno mes.
Generalmente caa en la misma poca de lo que hoy es Navidad. Se estableci primero en
el ao 164 a.C., cuando Judas Macabeo purific y reconsagr el templo. Durante esta fiesta
se encendan muchas luces en los hogares de los judos, y se repetan a los nios todas las
hazaas de los Macabeos.
La fiesta de Purim se celebraba el da catorce del dcimo segundo mes del ao.
Como era una celebracin de liberacin de los judos de la pena de muerte en los das del
imperio persa, se converta en da de fiesta nacional, ms que festividad religiosa. Se haca
un servicio especial en la sinagoga, donde se lea todo el jibro de Ester. Pero todo lo dems
de la celebracin cobraba un tono patritico.
7. Su Educacin
Los judos daban mucho valor a la educacin, y especialmente a la educacin
religiosa. Su insistencia sobre el Antiguo Testamento haca necesario que se tuviese alguna
educacin. Otras religiones prosperan con la ignorancia, pero una religin que ensea que
Dios se revela por medio de un documento escrito, exige la educacin. La adoracin en la
CAPITULO 5
4. Las Caractersticas
Hay varias caractersticas del evangelio escrito por Mateo, que lo distinguen de los
dems.
a) Mateo cita al Antiguo Testamento con mayor frecuencia que cualquiera de los
otros autores evanglicos. Son unas 65 las citas o referencias que l hace.
b) Mateo utiliza frases muy conocidas por los judos. Habla del "reino de los cielos"
mucho ms que del "reino de Dios". Esto, probablemente porque los judos tenan
un prejuicio en contra del uso verbal o por escrito del nombre de Dios. Mateo se
refiere de Jess nueve veces como el "hijo de David", el cual es un ttulo judo.
Este ttulo se usa nicamente en otras seis ocasiones en los otros tres evangelios.
c) Mateo da mayor importancia a las palabras de Jess. Incluyeren su evangelio seis
de los discursos del Salvador Mateo 5-7; 10; 13; 18; 23; y 24-25. Adems incluye
diez parbolas que no se hallan en los otros evangelios.
El Evangelio Segn San Marcos
1. El Autor
Las tradiciones ms antiguas de la iglesia declaran en forma unnime que Marcos
fue el autor del segundo evangelio. Un escritor dice "que Marcos lleg a ser el intrprete de
Pedro, y. que escribi con precisin todo lo que recordaba, pero sin consignar en orden lo
que fue dicho o fue hecho por Jess". Otro padre de la iglesia dice que Pedro y Pablo
estuvieron en Roma, y luego aade que "despus de su partida, Marcos el discpulo e
intrprete de Pedro, nos dej en forma escrita lo que haba sido predicado por Pedro". As
que, desde el principio, la iglesia ha reconocido a Marcos como el autor del segundo evangelio.
Juan Marcos fue hijo de una mujer llamada Mara, avecindada en Jerusaln. Su
hogar era un lugar de reunin para los cristianos. Algunos creen que fue en el cuarto de
arriba de esta casa donde instituy Jess la Santa Cena. Posiblemente haya sido Marcos el
joven que huy desnudo del huerto de Getseman, CMr.l4^5jL-52^) puesto que slo su
evangelio menciona este incidente.
Marcos era primo de Bernab, y acompa a Pablo y a Bernab en el primer viaje
misionero. Sin embargo, los dej en Perge de Pamfilia, y regres a Jerusaln. Bernab
quiso llevarlo en el segundo viaje misionero, pero Pablo se opuso. Pablo y Bernab
tuvieron que separarse, y Bernab tom consigo a Marcos y regresaron a Chipre. Hacia el
fin del ministerio de Pablo, hubo una reconciliacin, tanto que Pablo lo menciona, "sindome til para el ministerio" (2 Ti. 4:11). La tradicin nos dice que Marcos fue ayudante de
Pedro, por lo tanto, cuando l no estaba con Pablo, debi haber estado con Pedro.
2. La Ocasin y el Propsito
A pesar de que "las buenas nuevas" llegaron primero a los judos pronto se
extendieron tambin entre los gentiles. El libro de los Hechos relata el extendimiento del
cristianismo desde Palestina a Samaria, a Siria y al Asia Menor, a Macedonia y a Grecia y
finalmente hasta Roma, la capital del mundo. Conforme avanzaba el evangelio, hubo mayor
nmero de conversiones entre los romanos. Cornelio, el primer gentil convertido, era un
centurin romano.^ El primero que se convirti en los viajes misioneros de Pablo, y que es
mencionado por nombre, fue Sergio Paulo, un procnsul romano. La carta de Pablo a la
iglesia de Roma indica que esa iglesia llevaba un buen tiempo de existencia anterior. As es
que hay suficiente razn para tener un evangelio escrito especialmente para los romanos.
Algunos escritores antiguos indican que Marcos escribi su evangelio como respuesta a una
peticin que le hicieron los creyentes en Roma, de que asentara en forma escrita las
enseanzas de Pedro.
Los romanos eran un pueblo muy activo, y el evangelio segn Marcos resalta la
actividad de Jess. Este pueblo conoca el sabor de la victoria, puesto que Roma haba
conquistado al mundo. El mensaje acerca de una Persona que logr la mayor de las
victorias por medio de la humillacin de s mismo como siervo, es algo que para ellos habr
sido de sumo inters. Por tal razn, Marcos muestra a Jess como el siervo de Jehov.
3. El Bosquejo
Marcos: El Evangelio del Siervo de Jehov
I. El Siervo presentado
II. El Siervo muestra sus credenciales
III. El Siervo se encuentra con oposicin
IV. El Siervo explica su cometido o encargo
V. El Siervo se encara a sus oponentes
VI. El Siervo se somete a la opresin
VIL El Siervo triunfa sobre la muerte
a)
b)
c)
d)
Captulos
1
2-5
6-7
8-9
10-13
14-15
-16
4. Las Caractersticas
El evangelio segn San Marcos tiene ciertas caractersticas que deben notarse:
Marcos presenta ms los hechos de Jess, y no tanto sus palabras. Esto no quiere
decir que haya hecho caso omiso de las enseanzas de Jess. Esto hubiera sido
imposible, ya que la enseanza de Jess es parte de su ministerio. Pero Marcos se
concentr ms en sus hechos, que demuestran que Jess fue siervo de Jehov.
Marcos registra diecinueve milagros y slo cinco parbolas en su libro.
Marcos usa la palabra que se traduce "en seguida", "luego" o "inmediatamente" en
cuarenta y una ocasiones. En contraste, Mateo la usa solamente siete veces, y
Lucas slo una vez. En esta forma Marcos acenta la actividad de Jess.
Marcos no incluye ningn relato del nacimiento de de Jess, ninguna genealoga,
ningn dato de su niez o juventud. No se registran tales datos si se trata de un
siervo.
El ltimo captulo del libro presenta un problema. Todos los antiguos manuscritos
incluyen los versculos 1-8 como parte del captulo. Pero algunos manuscritos
terminan con el versculo 8, mientras que otros incluyen los versos 9-20. La
mayora de los expertos creen que Marcos no escribi la seccin Marcos 16:9-20,
sino que este pasaje fue aadido desde una fecha muy temprana para reponer una
conclusin que por algn motivo se perdi.
Hechos fueron escritos por el mismo autor. Una comparacin de los versculos que inician
ambos libros lo muestra y se puede descubrir al autor de Hechos.
Hay tres partes del libro de los Hechos donde el autor utiliza la primera persona,
plural, ("nosotros"). En tales secciones el autor habla del grupo de Pablo diciendo
"nosotros". Esto indica que el autor acompaaba a Pablo en ciertas ocasiones. Eliminemos
a los que no estuvieron con Pablo en esas ocasiones, y concluimos que Lucas, fue el autor.
Adems, notamos que el autor demuestra mucho inters en los enfermos y en sus enfermedades, y por los trminos mdicos que se usan, es muy claro que Lucas, el mdico, fue el
autor del libro de los Hechos.
Lo que se sabe acerca de Lucas, es lo que se desprende del libro de los Hechos y de
las Cartas de Pablo. Era un gentil, y el nico gentil que escribi un libro del Nuevo
Testamento. La tradicin dice que era oriundo de Antioquia de Siria. Era un mdico que
probablemente serva a Pablo como consejero de salud. Se uni por primera vez con el
grupo de Pablo en Troas, durante el segundo viaje misionero. Fue con ellos hasta Filipos,
donde se qued cuando Pablo continu su viaje. Volvise a reunir con Pablo en el tercer
viaje misionero, y despus parece que continu a su lado. Estuvo con Pablo durante su
encarcelamiento en Cesrea, y durante los dos encarcelamientos en Roma.
2. La Ocasin y el Propsito
El Evangelio de Cristo Jess pronto se extendi ms all de los judos. Dentro de
tiempo muy breve, la iglesia contaba con muchas personas cuya lengua nativa era el griego.
Lucas tuvo a stos en mente al escribir su libro.
El Evangelio de Lucas est dirigido al "excelentsimo Tefilo" (Le. 1:3), que era un
griego de posicin elevada; pero a travs de Tefilo escribi para todo el mundo gentil de
idioma griego. La introduccin (Le. 1:1-4), explica que este evangelio fue escrito
primordialmente para instruir a aquellos que ya eran cristianos. Para estos creyentes
griegos, Lucas insisti en la universalidad de la obra de Cristo. En este libro Cristo queda
presentado como "el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen" (1 Ti.
4:10).
3. El Bosquejo
Lucas: El Evangelio del Redentor
I. El nacimiento del Redentor
II. La presentacin del Redentor
III. La autoridad del Redentor
IV. La compasin del Redentor
V. El propsito del Redentor
VI. La enseanza del Redentor
VIL Los conflictos del Redentor
VIII. Las instrucciones del Redentor
IX. La pasin del Redentor
X. La resurreccin del Redentor
Captulos
1-2
3-4
5-6
7-8
9-10
11-13
14-16
17-18
19-23
24
4. Las Caractersticas
Lucas tambin tiene ciertas caractersticas que lo distinguen de los dems
evangelios, y son las siguientes:
a) Lucas acenta la humanidad de Cristo. Da la descripcin ms completa del
b)
c)
d)
e)
tengis vida en su no mbre". Juan escribi su evangelio con el fin de que los hombres
puedan tener la fe que salva, y les presenta a Jess como el Hijo de Dios.
3. El Bosquejo
Juan: El Evangelio del Hijo de Dios
I. El Hijo de Dios mora entre los hombres
II. El Hijo de Dios se presenta a los hombres
III. El Hijo de Dios se muestra como nico
IV. El Hijo de Dios revela los corazones de los hombres
V. El Hijo de Dios instruye a sus discpulos
VI. El Hijo de Dios tiene comunin con su Padre
VII. El Hijo de Dios sufre y muere
VIII. El Hijo de Dios vence a la muerte y al pecado
a)
b)
c)
d)
e)
Captulos
1
2-5
6-8
9-12
13-16
17
18-19
20-21
4. Las Caractersticas
El Evangelio segn San Juan tiene ciertas caractersticas que deben notarse:
Juan insiste en las "seales" del ministerio de Jess. Seala l, que los milagros de
Jess tuvieron la finalidad de demostrar que l era el Hijo de Dios.
Juan acenta la divinidad de Cristo, y permite que su humanidad permanezca en
segundo plano.
Juan consigna los ttulos con los cuales se presenta Jess a los hombres o con los
que l mismo se presenta. Unos pocos de tales ttulos son: El Cordero de Dios, El
Pan Verdadero, El Buen Pastor, La Vid Verdadera, etc.
Ciertas palabras se repiten con frecuencia en el evangelio de Juan, tales como
"creer", "Padre" (como nombre de Dios), "gloria" y "amor".
Como en el evangelio de Marcos, el evangelio de Juan tiene una seccin que
probablemente no le corresponda. El relato de la mujer tomada en adulterio (Jn.
7:53-8:11), se halla nicamente en aquellos manuscritos que ( son dudosos.
Posiblemente haya sido algo que verdaderamente ocurri, pero no se encontraba en
el original del Evangelio de Juan. Por esta razn, algunas versiones de la Biblia lo
ponen entre parntesis.
***
PARTE 2
LA PREPARACIN DEL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 6
No ocurri sin amplia preparacin la venida del Verbo Encarnado. Dios envi a
Juan el Bautista para anunciar al mundo la venida del Verbo. Juan proclam a Jess como
el nico que era la Luz del mundo.
Pero esa no fue la nica preparacin que Dios tena hecha para la encarnacin de su
Hijo. Durante siglos Dios haba dado promesas de que Cristo vendra. Los profetas del
Antiguo Testamento haban hablado acerca de l. Y estas promesas y profecas haban
venido a un pueblo al cual Dios haba elegido y preparado, de tal manera que pudiera
recibir a Cristo cuando llegara. Lleg a una nacin que haba odo el anuncio de su venida.
4. La Recepcin del Cristo Encarnado
Aunque Israel estaba preparado para la venida de Cristo, cuando ste vino no fue
aceptado por los hombres. Vino al mundo que haba hecho; pero el mundo no reconoci a
su Creador. Vino al pueblo que haba sido preparado para su ve nida; pero su pueblo no
recibi a su Cristo. "Fue despreciado y desechado de los hombres" (Is. 53:3).
Fue rechazado, pero no por todos. Hubo algunos que lo reconocieron y lo recibieron.
Conocieron al Cristo y creyeron en l, Cristo les concedi el derecho de ser hechos hijos de
Dios.
***
CAPITULO 7
OS ENVIARE A ELIAS
Lase Lucas 1:5-25 y 57-80
Preguntas de Preparacin
1. Qu clase de padres tuvo Juan el Bautista?
2. Con qu finalidad fue enviado Juan al mundo?
3. Cmo fue anunciado el nacimiento de Juan y qu inslitos acontecimientos
acompaaron a su circuncisin?
Introduccin
El principio del Evangelio de Lucas enfoca nuestra atencin sobre los
acontecimientos que rodearon el nacimiento de Cristo. Como mdico, como artista y como
historiador Lucas encontrara mucho que era interesante en la historia del nacimiento de
Jess. Y como escritor evanglico que presenta a Jess como el Redentor de los hombres,
Lucas consider necesario explicar cmo se hizo hombre el Redentor. Por esto fue Lucas a
quien el Espritu Santo escogi para registrar los incidentes que condujeron al nacimiento
de Cristo.
1. Zacaras y Elizabet
Lucas nos presenta una piadosa pareja, Zacaras y Elisabet. Ambos eran miembros
de la tribu de Le v, y Elisabet era de la familia de Aarn. Zacaras era sacerdote y Elisabet
hija de un sacerdote. Cuando un sacerdote se casaba con la hija de otra familia sacerdotal,
el pueblo de Israel consideraba el matrimonio como una unin especialmente bendecida por
Dios. Zacaras y Elisabet "eran justos delante de Dios y andaban irreprensible en todos los
mandamientos y ordenanzas del Seor" (Lc. 1:16). Eran verdaderos israelitas que amaban a
Dios y lo servan con alegra.
Pero la felicidad de esta pareja estaba incompleta. No tenan hijos. Como israelitas
consideraban esto como un gran infortunio. Se consideraba como la extincin del nombre
de la familia. Adems, se pensaba que los hijos eran una bendicin del Seor y una seal de
su favor y que el carecer de hijos era seal de su desagrado. Zacaras y Elisabet haban
orado frecuentemente pediendo un hijo; pero en esta poca ya eran viejos y haban perdido
toda esperanza.
2. El Mensaje de Gabriel
Los sacerdotes de Israel estaban divididos en veinticuatro clases o grupos, y
Zacaras perteneca a la clase de Abas. Puesto que en esta poca haba millares de
sacerdotes, cada clase en su turno enviaba cierto nmero de sacerdotes a Jerusaln, por una
semana, para desempear los deberes sacerdotales en el templo. Los deberes que cada
sacerdote tena que desempear se determinaban por la suerte. Lleg la hora para que
Zacaras marchara a Jerusaln y mientras estaba all recibi un gran privilegio. Le toc
ofrecer incienso sobre el altar del lugar santo. Tan altamente apreciado era este deber que a
ningn sacerdote se le permita desempearlo ms de una vez en toda su vida.
Ofrecer incienso delante de Dios simbolizaba las oraciones del pueblo de Dios, y
mientras el incienso se ofreca la multitud se reuna afuera para orar. Mientras Zacaras
desempeaba su sagrada tarea se dio cuenta de la presencia de alguien ms en el lugar
santo. Parado junto al altar estaba el ngel Gabriel. Anunci al asustado sacerdote que Dios
haba odo sus oraciones pidiendo un nio, y que la contestara por fin, Zacaras y Elisabet
iban a tener un hijo.
El ngel dijo a Zacaras que el nio estaba destinado para llegar a ser un gran
hombre. Sera un segundo Elas, presentndose delante de Israel, para declarar el justo
juicio de Dios, volviendo a la nacin hacia Dios y preparando al pueblo para la venida del
Seor. El nio iba a ser "La voz de uno que clama: Preparad en el desierto el camino de
Jehov; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios" (Is. 40:3).
El nio tena que desempear un trabajo especial y su nombre deba reflejar su
ocupacin. Gabriel declar: "Llamars su nombre Juan". Por "Juan" significa que el Seor
es misericordioso. En su nombre Juan declarara el don de gracia de Dios, para el cual l
iba a preparar el camino. Tambin la vida de Juan debera reflejar su trabajo. El ngel
inform al anciano sacerdote que su hijo no debera beber vino ni bebidas fuertes.
Como los nazareos del Antiguo Testamento, Juan estaba separado para el servicio
de Dios.
Zacaras apenas crey las palabras del ngel. Pregunt. "En qu conocer esto?" En
respuesta, declar el ngel que l era Gabriel y que haba venido directamente de Dios.
Puesto que Zacaras no crea el mensaje que haba trado de Dios, la facultad de hablar le
sera quitada hasta que el nio prometido hubiera nacido. Con esto desapareci el ngel,
dejando al asombrado Zacaras que ponderara los sorprendentes acontecimientos.
Permaneci en el lugar santo tan largo rato que la multitud expectante comenz a
preguntarse que era lo que le detena. Y cuando finalmente apareci y abri su boca para
explicar lo que haba pasado, se dio cuenta de que no poda hablar. La mudez de Zacaras
testificaba la verdad de las palabras del ngel.
3. El Nacimiento de Juan
En la gratuita providencia de Dios, Zacaras y Elizabet recibieron la bendicin que
por tan largo tiempo haban deseado. Les naci un nio, y todos los vecinos se regocijaron
con ellos. En el da en que el nio haba de ser circuncidado, la familia y los amigos se
reunieron para celebrar la ocasin y darle nombre al nio. Todos estaban seguros de que el
nio se llamara como el pap; pero, para su sorpresa, Elizabet insisti en que deba
llamarse Juan. Zacaras la haba informado del mensaje del ngel, y ella era obediente al
mandato celestial.
Lo anterior asombr a todos, porque Juan no era nombre de la familia, y era
costumbre llamar al nio segn el nombre de alguno de la familia. Fueron, pues, a donde
estaba Zacaras y por seas le preguntaron qu nombre deba llevar el nio. Zacaras
escribi: "Juan es su nombre".
4. El Cntico de Zacaras (El Benedictus)
Aquel acto de obediencia al mandato de Dios puso fin a la prolongada mudez de
Zacaras. Qued libre su lengua y us la facultad de hablar elevando un cntico de alabanza
a Dios.
El canto est lleno de referencias al Antiguo Testamento y ste se refleja en su
lenguaje y estilo. Pero su tema es del Nuevo Testamento. Zacaras, inspirado por el Espritu
Santo mir hacia el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento y cant al
Redentor que vena.
En este canto (Le. 1:68-79), Zacaras nos presenta tres ideas:
1. Dios ha cumplido las promesas de un Salvador y trae salvacin a su pueblo.
2. Juan viene para anunciar la venida del Mesas a su pueblo.
3. Por la misericordia de Dios el Mesas viene a los que estn en las tinieblas del
pecado.
En esta forma el canto del anciano sacerdote conecta al Antiguo con el Nuevo
Testamento. El canto retiene delante de nosotros las promesas que Dios hizo a su pueblo
del Antiguo Testamento y el cumplimiento de ellas en Jesucristo. Para Zacaras el
cumplimiento estaba cercano; pero en el futuro todava. El tiempo de bendicin de que
hablaron los profetas llegara pronto. El nacimiento de Juan, el que vena a prepararle el
camino del Mesas, era semejante al tenue rayo de luz del cielo de oriente que anuncia el
amanecer de un nuevo da.
5. La Preparacin de Juan
Lucas registra con mucha brevedad el tiempo de la preparacin de Juan. De su desarrollo
fsico nada dice; pero llama la atencin a su desarrollo espiritual. Lucas nos dice que Juan
se "fortaleca en espritu". Joven todava, Juan dej el pueblo de su nacimiento y se retir al
desierto. All permaneci en solitaria comunicacin con Dios hasta que lleg el tiempo en
que haba de principiar su trabajo.
***
CAPITULO 8
alegra por la visita de Mara. Elizabet concluy: "Y bienaventurada es la que crey, porque
se cumplir lo que le fue dicho por el Seor" (Le. 1:45). Las palabras que habl Elizabet
debieron haber cado sobre el corazn de Mara como gotas de lluvia sobre tierra sedienta.
Mara haba credo, pero ahora reciba seguridad adicional de que la visita del ngel
no haba sido un sueo. Dios verdaderamente estaba trabajando en su vida. La bendicin
que ella estaba recibiendo ninguna mujer la haba recibido jams. En su gozo, Mara enton
alabanzas a Dios.
3. El Magnficat
El canto de Mara, comnmente llamado el Magnficat, est relacionado con las
obras maravillosas de Dios. Mara dice muy poco referente a ella misma, y nada acerca del
hijo que ella va a tener. En lugar de eso, enfoca su atencin en Dios por todas las obras
maravillosas que ha hecho.
"Un estudio cuidadoso de este cntico nos ayudar a evitar dos extremos en nuestra
actitud hacia Mara. La Iglesia catlico-romana ha exaltado a Mara a una posicin igual o
an superior a la de su Hijo. Se la considera la inmaculada Reina del Cielo, la nica por
cuya mediacin pueden orar los hombres para que Cris to los escuche. Algunos catlicos
romanos hasta piensan que Mara participa en la obra redentora de Cristo. Los protestantes
algunas veces han cado en el extremo opuesto. Han ignorado voluntariamente el lugar de
Mara en la venida de Cristo, y pasado por alto su grande fe y piedad. 'Mara dice en su
canto: "Engradece mi alma al Seor; y mi espritu se regocija en Dios mi Salvador" (Le.
1:46-47). Declarando que Dios es su Salvador, Mara confiesa su propia pecaminosidad. No
es ella la redentora de otros como afirma la iglesia catlica romana; sino que ella misma
necesita la redencin. Sin embargo, Mara tambin dice que todas las gene raciones la
llamarn bienaventurada debido a la obra que Dios est haciendo en ella. Los protestantes
tienden a olvidar esto.
El tema principal del canto de Mara es alabar a Dios. Lo alaba por lo que ha hecho
y por lo que har. En la primera parte lo alaba por revelarse como Salvador. En la segunda
por su misericordia y santidad, y por su potencia mediante la cual ha hecho grandes cosas.
En la tercera parte, Mara alaba la gracia de Dios porque ha cumplido su promesa de
salvacin.
4. El Nacimiento de Jess
El nacimiento de Jess en Beln nos muestra cmo Dios, en su providencia, opera
para el cumplimiento de su Palabra. El profeta haba declarado que el Mesas nacera en
Beln. (Mi. 5j_2). Pero Mara viva en Nazaret y estaba casada con Jos de Nazaret. Para
hacer que la pareja viniera de Nazaret a Beln, Dios us al emperador romano Augusto
Csar. Csar decret que se hiciera un empadronamiento o censo en todo el imperio,
probablemente para cobrar los tributos con mayor eficiencia. El censo haba de levantarse
de acuerdo a las costumbres de los diversos pueblos del imperio. Entre los judos era
costumbre que el censo se hiciera tomando en cuenta la tribu y familia. Esto significaba que
todo judo tena que volver a la ciudad de sus ancestros para ser empadronado. Puesto que
Jos era descendiente de David tena que dirigirse hacia Beln, la ciudad de David. Y
Mara, su esposa, fue con l.
Era difcil encontrar hospedaje en Beln, y no cuesta trabajo explicrselo. Muchos
se encontraban en Beln que, como Jos y Mara haban venido para empadronarse. El
mesn del pueblo estaba lleno, y posiblemente las casas que podan albergar huspedes ya
estaban llenas. En ninguna parte poda conseguirse posada, y la hora del nacimiento de
Jess se aproximada. En estas circunstancias, hasta el abrigo de un estato era mejor que
nada. Probablemente estaba oscuro, sucio y Heno del olor de los animales. Pero era abrigo,
y all fue donde naci Jess. Su madre lo acost en un pesebre del cual los animales haban
comido.
5. El Anuncio a los Pastores
Aunque el nacimiento de Jess tuvo lugar en el ms humilde ambiente, fue
anunciado por ngeles. El mensaje dado por los ngeles a los pastores es claro; pero el
canto de los ngeles, con frecuencia se malinterpreta. La primera parte, "Gloria a Dios en
las alturas", no ofrece dificultad. Pero la declaracin de Paz sobre la tierra se ha
malentendido frecuentemente. La muy conocida versin de "En la tierra paz, buena
voluntad para con los hombres", es hermosa y potica; pero implica la idea de que esta paz
y buena voluntad se extiende a todos los hombres, sin considerar su actitud hacia Jess. No
obstante, el Nuevo Testamento ensea con claridad que la paz que Jess trae es slo para
aquellos que lo aman. Lo que los ngeles dijeron realmente fue que esta paz era "Para
hombres agradables a Dios". Una, traduccin exacta sera Paz en la tierra a los hombres
para quienes ha descendido la buena voluntad de Dios. Esto molestar a algunos; pero
expresa la verdad de que la paz de Dios es un regalo de la gracia. Dios enva su paz sobre
aquellos a quienes ha amado desde la eternidad, y los cuales, por tanto, tambin le aman.
6. La Visita al Templo.
Jess naci judo. Eso significa, como lo dijo Pablo, que Jess "naci bajo la ley"
(G. 4:4). La ley de Dios gobern la vida de Jess, como gobernaba la vida de todo
israelita. La circuncisin de Cristo nos descubre que l voluntariamente se sujet a las
exigencias de la Ley. Hacindolo as se hizo como uno de los de su pueblo. Pero su pueblo
era incapaz de cumplir con todas las demandas de la ley. Jess habindose hecho ya como
su pueblo, cumpli perfectamente la ley a fin de redimirlo. Das despus de la circuncisin
de Jess, Jos y Mara lo llevaron al Templo para "entregarlo al Seor". Segn la ley cada
primognito de Israel perteneca a Dios. En esta ceremonia el primognito era entregado a
Jehov, y despus se le redima, es decir, se le compraba al Seor por la cantidad de cinco
siclos.
En esta ocasin Mara ofreci el sacrificio por su purificacin. Segn Levtico 12, la
mujer quedaba ceremonialmente impura cuando daba a luz un nio. Esta impureza duraba
cuarenta das, despus de los cuales vena al templo para ofrecer dos sacrificios: Un cordero
para holocausto y un palomino para expiacin. Los sacrificios presentados por Mara
revelan que ella y Jos eran pobres. El sacrificio ordinario eran un cordero y un palomino.
Sin embargo, los pobres podan traer dos palominos si sus medios no alcanzaban para un
cordero. El hecho de que Jos y Mara trajeran dos palominos indica que no pudieron
presentar ms que eso.
7. Simen y Ana
Hay evidencia de que la vida espiritual en los tiempos de Jess estaba a bajo nivel.
Pero Dios siempre tiene sus siervos verdaderos, y en aquellos das haba en Israel algunas
gentes piadosas. Entre ellos se contaban Simen y Ana.
Simen era un hombre que esperaba "la consolacin de Israel", es decir, la venida
de Cristo. Le haba dicho el Espritu Santo que no morira hasta que hubiera visto al
Redentor prometido, a quien esperaba. Aquel da, cuando Jess fue trado al templo, el
Espritu Santo condujo all a Simen, y lo dirigi hacia Jos, Mara y Jess. Simen tom al
nio en sus brazos y alab a Dios con un canto.
En su canto Simen piensa en s mismo como un siervo a quien se le ha encargado
que est esperando algo que reviste gran importancia. Cuando esa esperanza se cumple,
Simen se encuentra en paz y lleno de gozo, porque es sumamente maravillosa. Describe lo
que ha estado esperando. Es la salvacin prometida por Dios, y que alcanzar a todos los
pueblos, "luz para revelacin a los gentiles, y gloria de tu pueblo Israel" (Lc. 2:32).
Mara y Jos estaban conscientes de que Jess era el Mesas prometido. Sin
embargo, no entendan completamente lo que eso significaba, y las palabras de Simen los
llenaron de admiracin. Adems de su canto de alabanza, Simen invoc sobre ellos la
bendicin de Dios y profetiz respecto a los resultados de la vida de Jess. Dijo que Jess
sera un motivo de divisin entre los hombres. Por medio de l algunos se levantaran hasta
la gloria, y otros tropezaran para caer. Mara sufrira penas y angustias. "Una espada
traspasar tu misma alma" (Le. 2:35). \No es de admirar que palabras como estas hicieran
que Mara y Jos se maravillaran de las cosas que Dios estaba haciendo en sus vidas.
Todava hubo otro motivo de admiracin. Una anciana llamada Ana, viuda piadosa
que pasaba mucho tiempo en el templo adorando a Dios, vino conducida por el Espritu
Santo a donde estaba el nio Jess. Ella aadi su testimonio al de Simen, y les llev la
noticia a todos los que en Jerusaln esperaban la venida de Cristo, de que por fin haba
aparecido.
Resumen
En los evangelios se insiste en dos aspectos del nacimiento de Cristo: Los
preparativos para el nacimiento de Cristo, y en su nacimiento, el testimonio de que l era el
Cristo. Entre los preparativos encontramos la visita del ngel a Mara, la revelacin del
Espritu Santo a Elizabet y el censo o empadronamiento en Palestina. Las profecas del
Antiguo Testamento se cumplieron cuando Dios dispuso un censo para que Jos y Mara
estuvieran en Beln al momento en que Jess debera nacer.
Hubo abundante testimonio del nacimiento de Jess. Los ngeles, los pastores,
Simen y Ana, todos lo reconocieron como el prometido Redentor de Israel. Por ellos,
muchos otros supieron que por fin Cristo haba venido, que las palabras de los profetas
estaban definitivamente cumplidas. Y sin embargo siendo tan claramente anunciado el
nacimiento de Cristo, su propio pueblo, finalmente lo rechaz. Cuan grande es la
pecaminosidad del hombre!
***
CAPITULO 9
Y EL NIO CRECA
Lase Mateo 2:1-23; Lucas 2:40-52
Preguntas de Preparacin
1. Quines eran los sabios?
2. Qu aconteci cuando llegaron a Jerusaln?
3. Por qu Jos llev su familia a Egipto?
4. Qu aprendemos acerca de Jess por su visita al Templo?
Introduccin
En su evangelio Lucas se detiene sobre los detalles del nacimiento de Cristo y
registra un incidente de la niez de Jess. Pero Mateo trata muy rpidamente el nacimiento
de Cristo. El nos informa de la visita del ngel a Jos, que convenci a ste de que tomara a
Mara como esposa aunque sta estuviera encinta. Nos informa, adems, que Jos y Mara
se casaron y que ella permaneci virgen hasta despus del nacimiento de Jess. Ningn otro
acontecimiento registra Mateo, con excepcin de la visita de los magos. La historia de los
magos presenta a Jess como el Rey de los judos, y ese aspecto de Jess era precisamente
sobre el que Mateo quera insistir.
1. Los Magos
El Evangelio de Mateo dice que "cuando Jess naci en Beln de Judea, en das del
Rey Heredes, vieron del oriente a Jerusaln unos magos" (Mt. 2:1). Mateo no dice el
tiempo cuando arribaron, excepto que fue durante el reinado de Herodes el Grande.
Tenemos que comparar el relato de Mateo con el de Lucas para descubrir cuando ocurri la
visita.
Pronto se descubre que es errnea la acostumbrada escena navidea que presenta a
los pastores y a los sabios visitando a Jess al mismo tiempo. Los pastores llegaron a un
establo; los magos a una casa (Mt. 2:11). Los pastores hicieron un corto viaje atravesando
los campos; los magos viajaron cientos de kilmetros. Cuando Herodes trat de destruir al
Cristo, mat a todos los varoncitos de Beln menores de dos aos. Si los ms hubieran
entrevistado a Herodes cuando Jess estaba recin nacido, Herodes no hubiera considerado
necesario matar a todos los nios de edad hasta de dos aos. Parece que los magos deben
haber arribado muchos meses despus del nacimiento de Jess. En consecuencia,
colocamos la visita de los magos posteriormente a la presentacin en el templo.
Los magos eran, probablemente, miembros de una orden sacerdotal de alguno de
los pases del oriente. La religin persa, se haba extendido por todo el oriente, consideraba
que las estrellas eran de importancia en la vida humana. Los magos eran investigadores de
las estrellas, o astrlogos, y observaban minuciosamente el cielo, procurando descubrir
algn signo nuevo desacostumbrado que pudiera tener especial significacin.
Estos magos vieron aparecer una estrella rara. Algn detalle relacionado con esa
estrella los convenci de la importancia de ella. Pudo haber sido una estrella particular,
creada por Dios, precisamente con este propsito, o pudo haber sido una inusitada
combinacin de estrellas. De cualquier modo, Dios la us para anunciar el nacimiento de
Cristo.
El plan de Herodes hubiera tenido xito; pero Jos recibi aviso de Dios en un
sueo y huy con su familia a Egipto. All permanecieron hasta que muri Herodes. Otra
vez Jos recibi instrucciones de Dios y volvi con su familia a su tierra natal. Al llegar a
Judea, supo que Arquelao, el hijo de Herodes, que era casi tan malo corno su padre, reinaba
sobre el pas. Mientras dudaba sobre lo que deba hacer, Dios le dirigi nuevamente, Dar
que habitara en Nazaret de Galilea. All se instal la fa milia, y all pas Jess su niez y su
juventud.
5. Jess en el Templo
Lucas nos informa que "el nio creca, y se fortaleca, y se, llenaba de sabidura, y
la gracia de Dios era sobre l" (Le. 2:40). A semejanza de otros nios judos, Jess reciba
instruccin en la ley de Dios y asista a la escuela de la sinagoga. Su desarrollo segua la
misma norma que el caso de sus compaeros de juego; pero en toda la vida de Jess se
manifestaban bendiciones especiales de la gracia de Dios. Aunque participaba de nuestra
naturaleza humana, en l no haba pecado. Por tanto, su crecimiento y desarrollo no
quedaban sealados por la ruina del pecado y debi ser un nio muy agraciado. En lo fsico,
en lo mental y en lo espiritual llevaba la seal de las bendiciones de Dios.
Como era costumbre entre los judos piadosos, Jos y Mara salan a Jerusaln una
vez al ao, a la fiesta de la Pascua. Jess fue con ellos cuando tuvo los doce aos. Quiz ya
les haba acompaado antes, pero su viaje a los doce aos se menciona en el Evangelio
debido al notable evento que en l aconteci. Despus de la fiesta Mara y Jos
emprendieron el viaje a casa. Pensaron que Jess iba con ellos. Era costumbre que los
hombres y las mujeres viajaran por separado. Los nios viajaban con las mujeres. Jess
estaba en la edad en que todava poda considerrsele nio, o jovencito. Probablemente
Mara pens que iba con Jos, en tanto que Jos daba por hecho que iba con Mara.
Solamente hasta el fin del da, cuando las familias se reunan para acampar juntos durante
la noche, se dieron cuenta de que Jess faltaba. Al da siguiente viajaron de regreso a
Jerusaln, y un da despus lo encontraron en el Templo.
Los judos escribas acostumbraban permanecer en la ciudad durante algunos das
despus de la fiesta y trabarse en discusiones informales. A estas reuniones poda concurrir
cualquier varn judo, y fue a una de estas reuniones a la que Jess fue atrado. Ya que el
mtodo judo de instruccin consista, principalmente, en preguntas y respuestas, Jess
tena oportunidad de hablar. La claridad de su pensamiento y la exactitud de su expresin
asombraron a los eruditos escribas. Los padres de Jess llegaron cuando la discusin estaba
en su tercer da.
Las palabras de Mara dirigidas a Jess llevaban una amorosa reprensin (Lc. 2:48),
y Jess debi haberse entristecido por haber causado a sus padres tal angustia de espritu.
Sin embargo, su respuesta indica que tena conciencia de sus ms altas responsabilidades.
Haba sido enviado a la tierra por su Padre y senta la necesidad de estar en la casa de su
Padre (Le. 2:49). An siendo nio, Jess tena algn sentido de la obra que haba venido a
hacer. Pero todava estaba sujeto a sus padres, y obedientemente dej el crculo de los
escribas para volver a Nazaret con Jos y Mara.
***
PARTE 3
LA INICIACIN DEL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 10
en el poder de Elas, vesta tambin como aquel profeta. Aunque Juan predicaba en el
desierto, cerca del Ro Jordn, pronto atrajo a tal grado la atencin que las multitudes se
congregaron en el desierto para escucharlo.
Lucas menciona los gobernantes y sumos sacerdotes de Israel, en el tiempo en que
Juan empez a predicar (Lc. 3:1 y 2). Por eso sabemos que Israel estaba bajo el dominio de
Roma, y Roma estaba gobernada por un emperador desconfiado, vengativo e inmoral.
Israel haba sido dividido por los romanos en cuatro provincias que eran gobernadas por
paganos. Hasta el sumo sacerdote se haba degradado. Ordinariamente haba un solo sumo
sacerdote a la vez, y el que era ordenado sumo sacerdote permaneca como tal hasta su
muerte. Pero los romanos, por razones polticas, con frecuencia hacan nuevos sumos sacerdotes. As que, cuando Juan comenz a predicar, Anas haba sido depuesto por los
romanos y Caifas instalado en su lugar.
El largo silencio de Dios, el extrao aspecto de Juan y la esperada situacin de
Israel, hicieron que el pueblo saliera a escuchar el mensaje que Juan proclamaba.
3. El Mensaje Nuevo
Juan se present a Israel predicando "el bautismo de arrepentimiento para remisin
de pecados" (Le. 3:3). Los israelitas estaban familiarizados con el bautismo. Durante algn
tiempo haba sido costumbre bautizar a los gentiles que deseaban convertirse en adoradores
de Jehov. El bautismo significaba que los gentiles quedaban purificados de su paganismo.
Tal bautismo jams se haba exigido a los judos. Se consideraba que ellos estaban puros,
que eran ciudadanos del Reino de Dios. Pero Juan insista en que los judos tambin
necesitaban el arrepentimiento y el bautismo. Este bautismo haba de ser una seal; un
cambio de corazn, y una garanta de que Dios perdonaba los pecados del pecador
arrepentido.
El mensaje de Juan constitua un ataque a la idea juda de je todos los hijos de
Abraham seran salvos. Juan atac aque lla idea exigiendo que los judos se bautizaran, y
dicindoles bruscamente: "No comencis a decir dentro de vosotros mismos: tenemos a
Abraham por padre, porque os digo que Dios puede levantar hijos de Abraham an de estas
piedras" (Le. 3:8). Era la advertencia de que no era suficiente a los ojos de Dios, ser judo
simplemente; el arrepentimiento tambin era necesario. Era, adems, una insinuacin de
que Dios otorgara su salvacin a los gentiles tanto como a los judos, puesto que poda
levantar hijos a Abraham an de las piedras.
Junto con el llamamiento que Juan haca al arrepentimiento haba una advertencia
sobre el juicio venidero. Juan declaraba que el juicio estaba ya cercano y que no quedaba
mucho tiempo a los hombres para preparar sus corazones para ese juicio, deca: "Ya
tambin el hacha est puesta a la raz de los rboles; por tanto, todo rbol que no da buen
fruto se corta y se echa al el fuego" (Le. 3:9).
Cuando el pueblo de Israel pregunt a Juan sobre lo que deban hacer para
demostrar su arrepentimiento, Juan les dio la inesperada respuesta. A los judos se les haba
enseado ic guardar los ritos y ceremonias de la ley era la cosa ms importante de la vida.
Pero Juan nada dijo de eso. En cambio, dijo al pueblo que deban demostrar que estaban
verdaderamente tristes por sus pecados, dando ayuda a los otros. La obediencia al mandato
"Amars a tu prjimo como a t mismo" era el medio para mostrar que verdaderamente
amaban a Dios. El pueblo debe haberse estremecido an ms con las respuestas que Juan
dio a los publicanos o recaudadores de tributos, y a los soldados cuando le hicieron la
misma pregunta. Los publicanos y los soldados eran judos que servan a los odiados ro-
manos. Seguramente Juan les debera decir que el arrepentimiento poda demostrarse
nicamente rompiendo sus relaciones con los conquistadores paganos. Pero Juan no dio tal
respuesta. Dijo a los publicanos que no usaran su oficio para robar al pue blo. A los
soldados les dijo que no usaran su fuerza para extorsionar al pueblo. Pero ni a los
publicanos ni a los soldados les dijo que tuvieran que cambiar su trabajo para poder recibir
el bautismo de Juan.
El mensaje de arrepentimiento que Juan predicara sonaba revolucionario al pueblo
judo, especialmente a los escribas y fariseos, pero en esencia, era el mismo mensaje que
haban proclamado los profetas del Antiguo Testamento. Sin embargo, haba un elemento
nuevo en la predicacin de Juan. Otros haban llamado a los hombres al arrepentimiento;
pero ninguno haba declarado que "el reino de los cielos se ha acercado" (Mt. 3:2). Ninguno
de los profetas del Antiguo Testamento haba anunciado que el Mesas estaba para llegar.
4. La Llegada del Mesas
El extrao aspecto de Juan y el audaz mensaje nuevo que proclamaba indujo a los
hombres a preguntarse el uno al otro si Juan sera el Cristo. Juan no los dej con dudas.
Claramente afirm que l no era el Cristo; sino que haba sido enviado para hacer los
preparativos para la llegada del Cristo.
Juan habl al pueblo acerca del Cristo que vena, de su grandeza y del inmenso
trabajo que hara. Juan declar que aunque l haba bautizado con agua, Cristo bautizara
con el Espritu Santo y con fuego. Daba a entender que el Espritu Santo purificara los
corazones humanos.
Cuando Juan habl a las multitudes respecto al Cristo que vena, no les dijo que el
Cristo les dara la victoria sobre sus enemigos. No les prometi la libertad o la
independencia nacional. Les habl respecto a un Juez que vena. Compar al Cristo con un
labrador que trabaja en su era. El labrador usa el instrumento llamado aventador, para
lanzar a lo alto el grano mezclado con la cascarilla, de tal manera que el viento los separa.
As Juan presentaba al Cristo, como uno que vendra a parar los buenos y los malos; que
recompensara el bien y castigara el mal. Debido a que Cristo juzgara a los hombres era
esencial que stos se arrepintieran, de manera que estuvie sen listos para su llegada.
5. El Fin del Ministerio de Juan
Juan no limit su mensaje de arrepentimiento al comn del pueblo. Predic tambin
a los gobernantes. A los dirigentes religiosos que salieron a escucharlo, los llam
"generacin de vboras" (Mt. 3:7). Conden a Herodes Antipas por haberse casado con
Herodas, la que haba sido mujer de Felipe, el hermano de Herodes. La ley de Dios
prohiba matrimonios como ese, y Juan no vacil en hablar crudamente en contra de ese
pecado. El me nsaje de Juan fue escuchado por grandes multitudes y el hecho de que Juan
haba denunciado el pecado del rey, pronto fue comentado en voz baja por todas partes.
Accidentalmente lleg a odos del rey Antipas, como su padre Herodes el Grande, nadie le
permitira que amenazara su trono. Tema a Juan porque ste poda levantar la opinin
pblica en contra de l de manera que a todas las cosas malas que haba hecho, Herodes
"aadi" esta... encerr a Juan en la crcel" (Lc. 3:20).
***
CAPITULO 11
MI HIJO AMADO
Lase Mateo 3:13-17
Preguntas de Preparacin
1. Por qu fue bautizado Jess?
2. Qu significado tienen la voz y la paloma?
Introduccin
Juan fue enviado para ser precursor de Cristo. Predicando el arrepentimiento y
bautizando a los que se arrepentan, hizo la preparacin para la venida de Cristo. Pero
tambin hizo prevencin para recibir al Mesas, de otra manera. Dios le dio a Juan el
privilegio de dirigir la ceremonia en la cual Jess de Nazaret se convirti en el Cristo el
"Ungido".
1. La presentacin de Jess
Juan y Jess eran primos, pero no hay evidencia de que se hubieran conocido
durante su niez. Haba escasa oportunidad para que se encontraran. Juan creci en una
poblacin de Judea y pas su primera juventud en el desierto. Jess pas algunos aos en
Egipto y lleg a la juventud en la poblacin de Nazaret de Galilea.
Cuando Jess se acerc a Juan y le pidi el bautismo, Juan no quera bautizarlo. En
cambio, declar su necesidad de que Jess lo bautizara. Por qu dijo Juan esto? Cmo se
dio cuenta Juan de que Jess era diferente a las otras gentes que haba bautizado?
Juan tena requisitos estrictos para los que l bautizara. As que era probable que
comenzara por examinar a los que queran ser bautizados. Era as como descubrira si
estaban o no arrepentidos. Pero al hablar con Jess, Juan descubri que no tena de qu
arrepentirse, porque Jess era puro. Por lo tanto no quera bautizarlo.
Jess convino en que Juan estaba en lo correcto. Jess no necesitaba ser bautizado.
Pero Jess le pidi a Juan que de todos modos lo bautizara "porque as conviene que
cumplamos toda justicia" (Mt. 3:15).
2. El Cumplimiento de toda Justicia
Cmo fue el bautismo de Jess un medio para cumplir toda justicia? Jess haba
venido para "ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel
sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo" . A fin de
ser mediador entre Dios y el hombre, tuvo l que convertirse en hombre. Para poder
representar a su pue blo, tena l que identificarse con ellos. Para quitar la culpa de los
pecadores, Jess, el que "no conoci pecado, tuvo que ser hecho pecado en nuestro lugar"
(2 Co. 5:21 ). Su identificacin con su pueblo y su inculpacin por sus pecados, lleg al
clmax en la cruz, pero no comenzaba all. Tess tuvo que ser semejante a sus hermanos a
travs de su ministerio. Por eso fue bautizado. No tena pecados personales de los que
arrepentirse, pero tena que identificarse con su pueblo. En su bautismo Jess comenz su
obra como el Gran Portador de pecados.
CAPITULO 12
Dios en sus necesidades. No deben confiar en sus personales habilidades, ni en sus propios
recursos.
Aqu podemos dar un vistazo a la estrategia satnica. Satans estaba tratando de
apartar a Jess de una completa y continua confianza en Dios. Estaba tentando a Jess para
que confiara en su propio poder ms bien que en el de su Padre. Pero Jess no poda hacer
tal cosa. El haba venido para ser el siervo de su Padre, para hacer la obra de su Padre, y
para confiar en la provisin de su Padre. Por tanto, resisti la primera tentacin.
3. Arrjate hacia Abajo
La segunda tentacin fue muy sutil. Jess haba respondido a la primera con la
Escritura, y ahora lleg el diablo citndole la Escritura. Que esto nos recuerde que Satans
y sus sirvientes usarn la Palabra de Dios siempre que la puedan torcer para acomodarla a
su propsito.
Satans llev a Jess al pinculo del Templo. Pudo haberlo hecho por medio de una
visin, de manera que pareciera que l y Jess estaban en la cima del Templo. Entonces
tent a Jess a que se arrojara hacia abajo y que as comprobara la verdad de la promesa
espiritual: "A sus ngeles mandar acerca de t"; y "En sus manos te sostendrn para que no
tropieces con tu pie en piedra" (Mt. 4:6). Comp. con Salmo 91:11 y...12.
De nuevo la respuesta de Jess seala al pecado exacto, con el cual se le tentaba.
Otra vez cita un pasaje de Deuteronomio, en donde Moiss dice a Israel: "No tentaris a
Jehov vuestro Dios, como lo tentasteis en Masah" (Dt. 6:16). En Masah el pueblo se quej
por la falta de agua. Sus quejas comprobaban que no confiaban en Dios. En cambio, lo
tentaron o lo pusieron a prueba. Exigieron que probara que estaba presente con ellos y que
los cuidaba.
Citando Jess aquel pasaje ense que saltar desde el pinculo del Templo no sera
un acto de fe. Habra sido lo opuesto a la fe, porque se habra hecho el intento de probar si
Dios era fiel a su Palabra o no. Y de haber sucumbido Jess a la tentacin ya no habra
necesitado vivir por fe. Habra podido decirse a s mismo: "Yo s que Dios es mi Padre. Lo
prob arrojndome de lo alto del Templo". Pero Jess saba que "sin fe es imposible
agradar a Dios", (He. 11:6), y no dio entrada a esta tentacin.
4. Adrame
En la tercera tentacin Satans us su poder para mostrar a Jess una visin de
todos los reinos del mundo con sus riquezas, su esplendor, su potencia y su Gloria. Todo lo
ofreci a Jess si slo se inclinaba y lo adoraba.
Dios ya haba prometido el mismo regalo a Cristo. "Pdeme y te dar por herencia
las naciones, y como posesin tuya los confines de la tierra" (Sal. 2:8). Sin embargo, para
que Cristo recibiera esa recompensa como suya y de su pueblo, tendra que sufrir y morir.
Satans le ofreca el mismo premio sin el sufrimiento. Si Jess prefiriera ser siervo de
Satans ms bien que de Dios, podra evitar sufrir los tormentos de la muerte y del infierno
y gobernara el mundo inmediatamente. Satans le sugera a Jess que usara medios
perversos para alcanzar una buena meta.
Nuevamente cit Jess del Deuteronomio: "Al Seor tu Dios adorars y a l slo
servirs" (Mt. 4:10, comp. Dt. 6:13). Este fue el modo en que Jess le dijo a Satans su
decisin de recibir las bendiciones prometidas en la manera que era agradable a Dios. La
senda de la obediencia a su Padre celestial era el nico camino en que Jess quera andar.
CAPITULO 13
EL CORDERO DE DIOS
Lase Juan 1:29-51; 3:22-36
Preguntas de Preparacin
1. Cmo present Juan el Bautista a Jess ante sus discpulos?
2. Qu fue lo que hicieron los que encontraron a Jess?
Introduccin
Juan el apstol escribi respecto a Juan el Bautista como tambin lo hicieron los
otros evangelistas. Pero slo Juan regis tr el testimonio especfico dado por el Bautista
acerca de Jess como Mesas e Hijo de Dios.
1. He Aqu, El Cordero
Cuando Jess sali al desierto y reapareci en el sitio en donde Juan estaba
bautizando, ste al verlo dijo: "He aqu el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"
(Jn. 1:29). Juan ha ba pensado acerca del bautismo de Jess. Haba meditado en el
significado de la paloma que descendi sobre Cristo y en la voz que habl desde el cielo.
Esas palabras explican sus conclusiones.
Juan pudo haber adquirido la idea de la frase "Cordero de Dios" del Cordero de la
Pascua, de xodo 12 y del Cordero a que hace mencin en Isaas 53. El pensamiento de los
pasajes es casi el mismo. El cordero de la Pascua era sacrificado como el sustituto del
primognito de la casa. Su sangre salvaba de la muerte al hijo mayor. En Isaas 53, el
profeta nos dice que el Siervo de Jehov sufre debido a que lleva los pecados del pueblo de
Dios. Luego aade: "Como Cordero fue llevado a matadero, y como oveja delante de sus
trasquiladores, enmudeci y no abri su boca" (Is. 53:7). En los dos pasajes se implica la
idea de sufrimiento y muerte sustitutiva. Especialmente claro est en Isaas que este
sufrimiento es para la eliminacin del pecado. Juan se dio cuenta que el cordero de la
pascua y la profeca de Isaas 53 sealaba hacia Cristo. La paloma y la voz en el bautismo
de Jess convencieron a Juan de que Jess era el Cristo prometido. Por tanto, habl de
Jess como el enviado de Dios para quitar o cargar los pecados de los hombres.
2. El Hijo de Dios
Cuando habl de Jess, Juan us una declaracin que debi haber desconcertado a
muchos de sus oyentes. Dijo: "Despus de m viene un varn el cual es antes de m; porque
era primero que yo" (Jn. 1:30). Jess apareci en escena cuando Juan ya haba comenzado
su ministerio; en este sentido Jess era despus de Juan. Pero Jess, que es Dios, haba
existido siempre. Por tanto, Jess era antes que Juan. J. B. Phillips capta esta idea en su
traduccin de las palabras de Juan el Bautista: "Este es el hombre a quien me refer cuando
dije: un hombre viene despus de m que siempre ha estado delante de m, porque exista
antes de que yo naciera". Juan reconoci que Jess era Dios en forma de hombre y declar
que ya exista desde antes de Juan.
3. Los Primeros Discpulos
CAPITULO 14
agua se convirti en vino. Cambiar el agua en vino fue el primer milagro de Jess. Fue una
seal para el pueblo de que l era el Cristo, el Hijo de Dios. Y debido a esa seal la incipiente fe de sus discpulos fue fortalecida.
2. La Pascua
En este punto de su ministerio, Jess no haba roto los lazos del hogar y de la
familia. Fue a Capernaum con su madre y sus hermanos y vivi all por corto tiempo.
La boda en Cana de Galilea debe haber tenido lugar al principio del ao, y ahora la
llegada de la primavera traa consigo la gran fiesta juda de la Pascua. Se esperaba que cada
varn judo de doce o ms aos haba de concurrir a la fiesta que duraba siete das. Jess y
sus discpulos en obediencia a los mandamientos del Antiguo Testamento subieron a
Jerusaln para la Pascua.
La fiesta de la Pascua era una poca de muchos sacrificios. Se esperaba que cada
familia sacrificara un cordero y preparara con l la comida de la Pascua. Muchas otras
ofrendas voluntarias y de purificacin se hacan durante la Pascua. Para proveerse de una
fuente adicional de ingreso personales, los sacerdotes haban transformado el patio de los
gentiles en un mercado muy activo. En este patio, cuyo objeto haba sido de oracin, haba
ahora grande desorden. El balido de las ovejas y el mugido del ganado llenaban el aire, y
los cambistas de moneda manejaban un negocio prspero.
3. La Purificacin del Templo
Jess no tolerara tal perversin del verdadero propsito del templo de Dios. Con un
azote hecho de cuerdas ech del recinto del templo a los comerciantes y a sus animales.
Volc las mesas de los cambistas. Mientras los discpulos lo contemplaban, recordaron las
palabras de David: "El celo de tu casa me consume" (Jn. 2:17). Se dieron cuenta que esto se
aplicaba a las actitudes de Jess en ese da. Estaba celoso de la pureza del culto de Dios, y
como Jue z autorizado divinamente, enderez lo que encontr torcido. Mediante la limpieza
del templo, Jess le mostr al pueblo de Israel que necesitaban tambin ellos la purificacin
y se seal a s mismo como el Juez que la llevara a cabo.
Con referencia a la purificacin del Templo por Jess, dice Juan Calvino: "Todos
debemos poseer en comn el celo que tena el Hijo de Dios; pero no todos estamos en
libertad de coger un azote para corregir costumbres viciosas con nuestras manos, porque no
hemos recibido poder semejante, ni se nos ha confiado la misma comisin".
La purificacin del Templo se llev a cabo sin incidentes ni oposicin. Sin embargo,
cuando Jess la termin, se vio rodeado por judos, probablemente incluyendo sacerdotes y
guardias del Templo, los cuales exigieron saber con qu autoridad haba hecho esto. Era l
El Mesas de quien est escrito: ". . . el Seor a quien buscis, vendr repentinamente a su
Templo, . . . El purificar a los hijos de Lev"? (Mal. 3: 1 y 3). Exigan una seal como
prueba de su autoridad. Jess les contest: "Destruid este templo y en tres das lo
reedificar" (Jn. 2:19). Era una declaracin llena de misterio, y los judos pensaron que se
refera al Templo en que estaban. Pero Jess hablaba de su resurreccin, y quera decir que
su victoria sobre la tumba sera la seal que ellos pedan. Probablemente, en esta ocasin
ninguno entendi su significado; pero despus de la resurreccin los discpulos recordaron
estas palabras secretas, las entendieron y creyeron.
4. Otras Seales en Jerusaln
Jess hizo otras muchas seales en Jerusaln, y el nmero de los que crean en l
creca grandemente. Pero la fe de ellos creca por las seales que l haca, y Jess mantena
cierta reserva hacia tales creyentes. Conoca el corazn de los hombres, y saba cuan
fcilmente la fe fundada en los milagros se evaporara al levantarse la oposicin.
***
PARTE 4
LA AUTORIDAD DEL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 15
2. La Entrevista
Nicodemo comenz la conversacin con una corts declaracin en la que reconoca
la autoridad divina de Jess como Maestro. Los milagros que Jess haba hecho durante la
pascua lo haban convencido de que Jess era enviado por Dios, y l quera aprender ms
de las cosas de Dios.
Jess ataj la corts pero desviada introduccin de Nicodemo al contestar la
pregunta que an no formulaba, con estas palabras : "De cierto, de cierto te digo, que el que
no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios" (Jn. 3:3). Si un hombre ha de
experimentar la gracia de Dios y entrar en la vida eterna, debe primero sufrir un cambio
completo de corazn, que es como un nuevo nacimiento. Debe convertirse en persona
nueva.
Nicodemo no lo pudo entender. Quera saber cmo podra ser eso. Jess le explic
que se nace de nuevo por agua y por el Espritu. Jess se refera al bautismo, en el cual el
agua es smbolo de la purificacin efectuada por el Espritu de Dios.
El nuevo nacimiento es interno, no externo, y es un renacimiento del alma. Este
trabajo del Espritu es parecido al viento. No se puede fijar su origen, ni registrar en una
grfica; pero los resultados de su presencia son manifiestos y no pueden negarse.
Al decir Jess que el Espritu es parecido al viento, declaraba que no podemos saber
precisamente como trabaja. Sabemos nada ms que el Espritu obra. Pero Nicodemo
pregunt, "Cmo puede hacerse esto?" Su pregunta encerraba incredulidad. No estaba
dispuesto a creer que el Espritu pudiera darle un alma renacida.
A partir de este punto Juan registra solamente las palabras de Jess. Lo que haba
comenzado como entrevista terminar como instruccin.
3. La Instruccin
Jess dijo a Nicodemo que de seguro, siendo l un maestro de Jerusaln, entendera
sus enseanzas. Nicodemo y todos los que eran como l tenan que reprocharse por su
incredulidad. Nicodemo saba quin era el Espritu. Estaba familiarizado con Juan el
Bautista y sus enseanzas. El Antiguo Testamento que Nicodemo y los escribas estudiaban
y enseaban, predeca a Cristo. Y Cristo haba hablado muy sencillamente acerca de las
cosas terrenas y del nuevo nacimiento y, sin embargo, Nicodemo no poda entender a Jess.
Cmo poda esperarse que entendiera si Jess le revelara cosas celestiales?
Jess comenz explicando a Nicodemo el plan de la salvacin. Mencion del
Antiguo Testamento una referencia a la obra de Cristo registrada en Nmeros 21:4-9. Era la
historia de la serpiente de bronce levantada para curar a los israelitas. Como fue levantada
la serpiente en el desierto, as Cristo tena que ser levantado delante de los hombres para
que pudieran recibir vida eterna y entrar al Reino de Dios por la fe en Cristo.
A Nioodemo se le entreg una de las ms maravillosas declaraciones de la verdad
de Dios, la que se encuentra en Juan 3:16. All se da la razn que tuvo Dios para dar la vida
eterna. En este solo versculo se encuentra la razn por qu dio Dios la vida eterna; de qu
manera dio la vida eterna y a quines les da la vida eterna. A este versculo se le ha llamado
"el evangelio dentro de una cascara de nuez". Pero esa expresin del evangelio necesita
ampliacin y explicacin, y Jess continu su instruccin. Indic con toda claridad que l
mismo es el centro del evangelio. No puede haber otra entrada al Reino de Dios sino a
travs de l. Jess fue enviado de Dios mediante el cual el mundo podra ser salvo; l es
tambin el nico, que ha de juzgar al mundo. El es la luz del mundo. Los malos huyen de
l para esconderse en la oscuridad del pecado; pero los que nacen del agua y del Espritu
vienen a l para que se manifieste claramente que son de los hijos de Dios.
4. El Resultado
Nada escribi Juan acerca del fin de esta reunin y nada, tampoco, acerca de la
reaccin de Nicodemo. Pero lo menciona de cuando en cuando, en otras partes de su
evangelio. En una ocasin Nicodemo defendi a Jess en el Sanedrn y fue censurado por
haberlo hecho. Y cuando el cuerpo muerto de Jess colgaba de la cruz, Nicodemo se uni a
Jos de Arimatea para pedir a Pilato el cuerpo, y para depositarlo en la tumba. La
instruccin que Jess dio a Nicodemo haba tenido su efecto sobre l. El Espritu soberano
de Dios haba entrado en su corazn, y el nuevo nacimiento que al principio no pudo comprender, al fin se haba hecho una realidad en l. Nicodemo vino a la Luz "para que se
hiciera manifiesto que sus obras haban sido hechas en Dios" (Jn. 3:21).
***
CAPITULO 16
MUJER DE SAMARA
Lase Juan 4:1-42
Preguntas de Preparacin
1. Qu relaciones haba entre los judos y los samaritanos?
2. En qu sentido pueden compararse la salvacin y el agua?
3. Cul fue el resultado de la conversacin de Jess con la mujer samaritana?
Introduccin
Juan escribi su Evangelio para que los hombres creyeran que Jess es el Cristo.
Procur conducir a los hombres a esta convic cin presentndoles testigos de Cristo
gentes que se encontraron con El, que lo conocieron y que reconocieron su autoridad como
el Cristo, el Hijo de Dios. En el tercer captulo de su Evangelio present Juan el testimonio
indirecto de un gobernante de los judos. En el pasaje que estudiamos hoy, Juan presenta a
una mujer pecadora de Samaria para que sea testigo de Cristo.
1. Los Samaritanos
Jess haba estado en Judea desde la Pascua, enseando y bautizando. Saba que su
enseanza estaba en conflicto con la de los fariseos, y estaba consciente de que su
popularidad levantara fuerte oposicin de parte de ellos. Esa oposicin ya haba llegado.
Pero Jess an no est listo para esa lucha con sus oponentes, la cual le llevara a la cruz.
Por tanto, dej a Judea y volvi a Galilea.
En su viaje de Judea a Galilea atraves por Samara. Haba diversas rutas a Galilea.
Muchos judos preferan cruzar el Jordn y viajar por el lado oriental de este ro. El viaje
era ms largo; pero les haca posible evitar a Samara, la que odiaban. Una larga historia de
enemistad y lucha haba levantado fuertes murallas de prejuicios y odios en los corazones,
tanto de judos como de samaritanos.
La historia de los samaritanos comenz con la destruccin del o de Israel en el ao
722 a.C. El pueblo, en su mayor parte fue llevado en cautividad, y los asirios introdujeron
gente paga na para repoblar la tierra. Los israelitas que an quedaban se mezclaron,
matrimonialmente, con los inmigrantes paganos, y result una poblacin mixta tanto en lo
religioso como en lo racal. Su religin se convirti en una combinacin de culto a Jehov y
a los dioses de los paganos. Construyeron su propio templo en el Monte Gerizim,
establecieron su propio sacerdocio instituyeron su propio culto. Para una informacin ms
detallada de su religin, lase 2 de Reyes 17:24 y siguientes. La enemistad entre los judos
y los samaritanos comenz en tiempos de Esdras y Nehemas. Los samaritanos pretendan
ayudar en la construccin del Templo; pero los judos rehusaron ayuda debido a que haban
mezclado el paganismo con su culto a Jehov. Cuando fue rechazada su oferta de ayuda, los
samaritanos se convirtieron en enemigos de los judos. Desde aque llos orgenes creci el
rencor entre los dos pueblos.
El Pozo de Jacob
Jess condujo a sus discpulos a travs de Samaria. Llegaron al poblado pequeo de
Sicar a la hora sexta, la cual, probablemente corresponda al medio da. Fuera de la ciudad
haba un pozo, conocido como el pozo de Jacob. Haba sido cavado por el patriarca Jacob y
era parte de la porcin de tierra que Jacob dio a Jos. Aqu descans Jess mientras sus
discpulos iban a la ciudad a comprar alimento. Mientras Jess estaba sentado all, una
mujer samaritana vino de la ciudad para llevar agua. Jess que de veras estaba cansado y
sediento, le pidi a la mujer que le diera un trago de agua. Esto le molest a ella. El habra
tenido que beber de su cntaro, los judos nunca tocaban alimento ni beban agua que
hubiera estado en plato o copa de samaritanos. Podan pasar por Samaria. Podan comprar
alimentos de los samaritanos; pero nunca comeran del mismo plato.
Por supuesto que Jess no estaba ligado por prejuicios tan mezquinos. Era tolerante
con todo, excepto con el pecado, y poda libremente ignorar tales tradiciones judas. Sin
embargo, no desperdici tiempo tratando de explicrselo a la mujer. En cambio, le dijo que
l tena agua que ofrecerle a ella, y que era muy superior a la que l le estaba pidiendo.
Hablaba del agua espiritual, el don de la gracia de Dios, la cual puede satis facer las ms
profundas necesidades del alma humana.
Cuando la mujer le pidi a Jess que le diera de esta agua l le pidi que trajera a su
marido. Ella contest que no tena marido. Entonces Jess le demostr que l poda ver el
interior del corazn del hombre, dicindole que l conoca todo lo rela tivo a la vida de ella.
Haba estado casada varias veces, pero ahora haca vida marital con un hombre que no era
su marido. Puso Jess el dedo en la llaga de la vida de ella. Antes de darle el agua de la
vida que ella peda, l tena que mostrarle que de veras necesitaba aquella agua. Ella tena
que ver con claridad sus pecados antes de que estuviera lista para recibir la gracia de Dios.
Esta revelacin de su pecaminosidad hizo que la mujer cambiara de tema. Pudo
haber querido evitar un tema molesto para ella, o bien, honradamente pudo haber deseado
tener informa cin respecto a la manera de adorar a Dios y ser limpia de su pecado. Jess
respondi a su pregunta. Le dijo que los judos adoraban correctamente; pero que la
pregunta respecto al lugar adecuado no era muy importante, pues estaba por llegar el da
cuando los hombres adoraran a Dios en todas las naciones. Las ceremonias del Antiguo
Testamento que limitaban el culto slo a los judos tendran que pasar. Los hombres de
todas las na ciones adoraran a Dios en espritu y en verdad.
Cuando la mujer manifest que ella esperaba la venida del Cristo, quien revelara
todas las cosas, Jess le dijo con toda claridad que l era el Cristo. No tenemos otro registro
de una afirmacin tan clara de su carcter mesinico en una poca tan temprana de su
ministerio. Parece que Jess conoci que ella tena necesidad de una afirmacin as de
clara, para entender. Ella no estaba atada por los conceptos equivocados de los judos con
respecto al Cristo, y por eso ella no interpretara mal el concepto mesinico de Jess en
trminos materialistas o polticos como lo habran hecho por los judos.
3. Los Discpulos
Cuando los discpulos volvieron de la ciudad con los alimentos, se asombraron de
ver que Jess platicaba con una mujer sama ritana. Sin embargo, sentan tal reverencia de l
que ninguno hizo pregunta alguna al respecto.
La mujer dej a Jess y regres al pueblo para decirles a sus paisanos acerca de
Cristo. Entretanto los discpulos pusieron delante de Jess la comida que haban comprado
y le rogaban que comiese. Pero su mente se ocupaba de asuntos ms importantes que el
alimento. Estaba comprometido en cumplir la voluntad de su Padre. Tuvo que reprender a
sus discpulos por su falta de entendimiento espiritual. Saban cuando llegaba la hora de
cosechar las siembras; pero permanecan indiferentes a la rapidez con que se aproximaba la
cosecha espiritual.
La cosecha espiritual en realidad estaba cercana. La mujer haba hablado con todos
los que quisieran escuchar acerca de este hombre maravilloso. Deca: "Venid, ved a un
hombre que me ha dicho cuanto he hecho. No ser este el Cristo?" Jn. 4:29). Ellos
respondieron al testimonio de ella viniendo a ver y a or a Jess. El se qued en este
pueblo por dos das muchos creyeron en l. La conversacin de Jess con una pecadora dio
por resultado la salvacin de muchas almas.
***
CAPITULO 17
PESCADORES DE HOMBRES
Lase Mateo 4:12-25; Lucas 5:1-11; 6:12, 19
Preguntas de Preparacin
1. Qu es el reino de Dios?
2. Por qu siguieron a Jess los discpulos cuando l los llam?
3. Para qu trabajo llam Jess a sus discpulos?
Introduccin
Solamente el apstol Juan consigna para nosotros el temprano ministerio de Jess
en Cana de Galilea y en Jerusaln durante la Pascua. Los escritores de los evangelios
sinpticos comienzan la historia del ministerio de Cristo en la poca del encarcelamiento de
Juan el Bautista. Hasta aquel momento Jess haba estado en Judea. Pero "cuando oy que
Juan estaba preso, volvi a Galilea" (Mt. 4:12). En Galilea Jess desarroll un ministerio de
enseanza, predicacin y curacin. El pueblo se impresionaba profundamente y las
multitudes se unan a l.
El relato del ministerio en Galilea revela diversos modos en los que Jess ejerca su
autoridad. Ejecut muchos trabajos de curacin. Tambin ense, y ejecut otros milagros.
En este captulo estudiaremos la autoridad de Jess, al manifestarse en su predicacin
referente al Reino de Dios y en el llamamiento a sus discpulos
1. El Reino de Dios
Mateo compendia en pocas palabras el mensaje que Jess predicaba en Galilea:
"Arrepentos, porque el Reino de los cielos se ha acercado" (Mt. 4:17). Aqu se presenta la
frase "el reino de los cielos" que es sobresaliente en los evangelios sinpticos. Juan la
menciona nicamente al consignar la conversacin de Jess con Nicodemo. Jess mismo
debi haber usado frecuentemente la frase al describir su obra.
La frase "reino de los cielos" o "reino de Dios" presenta a Dios como soberano o
gobernante. El gobierna las vidas de los hombres. No slo domina todo el universo;
tambin gobierna las acciones y las relaciones de los hombres de modo que sean ms santos
y felices. Esta autoridad de Dios se llama su reino. Es un reino de poder, de justicia y de
bendicin. Decimos que el reino le Dios ha llegado, cuando el poder de Dios se hace sentir
a los hombres, su justicia se imparte entre ellos y sus bendiciones se derraman sobre ellos.
Esto se ve notablemente cuando Dios los redime del pecado.
Los profetas del Antiguo Testamento haban hablado de una poca nueva de
bendicin divina que estaba por llegar. Daniel profetiz de un tiempo cuando "el Dios del
cielo levantar un reino" (Dn. 2:44). Juan el Bautista declar que el reino de Dios estaba
cercano, y que los hombres deban arrepentirse. Lleg luego Jess con el mismo mensaje.
Lo que en el Antiguo Testamento fue predicho, estaba por cumplirse, y los hombres deban
preparar sus corazones para ello. Pero en tanto que Juan haba sido el precursor del rey
mesinico, Jess era el rey que anunciaba la llegada de su propio reino.
2. Venid en Pos de M
CAPITULO 18
Y SANO A MUCHOS
Lase Marcos 1:21-2:12; Juan 4:46-5:18
Preguntas de Preparacin
1. De qu curaba Jess al pueblo?
2. Cmo demuestran la autoridad de Jess los milagros de curacin?
3. Cmo reaccionaba el pueblo hacia Jess?
Introduccin
El ministerio de sanidad fue una parte importante del ministerio inicial de Jess.
Como ya vimos, Jess se present al pue blo mediante la ejecucin de milagros. Los
evangelistas regis tran diversos casos que demuestran que los milagros de curacin se
convirtieron rpidamente en una parte importante de su trabajo.
1. El Ambiente para las Curaciones de Jess
En los das de Jess haba pocos doctores, y quienes practicaban la medicina saban muy
poco de ella. Las enfermedades y las lesiones eran problemas verdaderamente serios.
Enferme dades que nosotros consideramos menores, eran mortales con frecuencia. Y
enfermedades curables para nosotros, frecuentemente eran incurables. De manera que haba
mucha gente enferma en los das de Jess, y tenan tanto anhelo de estar bien, precisamente
como lo tenemos nosotros cuando enfermamos.
Jess no curaba solamente a los que tenan dolencias corporales. Tambin curaba a
los que tenan un problema mucho mayor. En el tiempo de Jess haba hombres y mujeres
posedos por espritu malos. Para nosotros es difcil entender en qu precisamente, consista
"la posesin demonaca". Una persona que tena un espritu malo no estaba enferma
mentalmente. Ms bien, estaba bajo el dominio del espritu malo que habitaba en ella. La
nica ayuda posible para tales personas era lanzar fue ra de ellas el demonio. Jess poda
hacer eso. Arrojaba fuera los espritus malos y restauraba a sus vctimas a la vida normal.
2. Lecciones de las Curaciones de Jess
De las historias de curaciones hechas por Cristo podernos aprender diversas
lecciones.
1. Dios tiene inters en nuestros cuerpos tanto como en nuestras almas. El ministerio
de Jess estuvo dirigido hacia el hombre completo. No slo quitaba los pecados de
los hombres, sino que tambin curaba sus enfermedades.
2. Jess no hizo milagros de curacin para impresionar a los hombres, sino para
sustentar su enseanza. Los milagros son impresionantes. Las gentes quedan
admiradas cuando ven que alguien hace lo que consideran imposible. Y hay
hombres que nada ms para impresionar a la gente, con frecuencia han fingido
milagros. Pero Jess nunca us los milagros de esa manera. Sus milagros estuvieron
relacionados con su enseanza. No slo curaba a los hombres; tambin los instrua.
Por ejemplo, la curacin del hombre que tena la mano seca, condujo a la enseanza
respecto al sbado (Mr. 3:1-5). Jess nunca permiti que los milagros suplantaran a
la enseanza o la dejaran en la penumbra. En una ocasin, cuando las multitudes lo
buscaban debido a las curaciones que haba ejecutado, dej aquella zona para ir a
CAPITULO 19
obedecan estrictamente la ley. Sera que Jess arrojara ahora la ley a un lado y conducira
a los hombres a una vida ms fcil y ms feliz? La pregunta bien podan hacerla, tanto los
enemigos de Jess, como las multitudes que lo escuchaban.
Jess puso en claro que no se trataba de eso. "No pensis que he venido para
abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir" (Mt. 5:17).
Jess no ech a un lado la ley del Antiguo Testamento; l trajo el total cumplimiento a la
ley del Antiguo Testamento.
En los das de Jess la ley de Dios haba sido tristemente ultrajada. A pesar de que
los judos profesaban completa sumisin a la ley de Dios, la haban pervertido, y le haban
aadido muchas ordenanzas hechas por el hombre, las cuales obscurecer ran su verdadero
significado.
Jess se propuso remediar ese mal. Present una serie de afir maciones respecto a la
ley de Dios. Seal lo que "fue dicho a los antiguos" (Mt. 5:21, 33), incluyendo las
interpretaciones errneas de la ley de Dios y las adiciones humanas que se haban hecho.
En todos los casos las interpretaciones o adiciones haban tenido el efecto de hacer menos
rgida la ley. Jess barri con tales perversiones, y restableci el verdadero significado de la
ley.
Jess insisti particularmente en la amplitud de la ley. Los judos haban reducido el
significado de los mandamientos. Por ejemplo, del sexto mandamiento se deca que
prohiba solamente el asesinato. Jess dej bien claro que inclua hasta la malicia y la ira.
Puesto que el asesinato es el resultado de sentimientos de ira y odio, la prohibicin del
asesinato, dada por Dios, prohbe tambin aquellas emociones que puedan provocar el
asesinato. El mandamiento no slo examina nuestras acciones, sino que tambin tiene que
ver con nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras decisiones.
Si hemos de guardar la ley correctamente, debemos tener el motivo justo. Jess,
despus de explicar la ley, habl de este motivo. Dijo: "Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que est en los cielos es perfecto" (Mt. 5:48). Si amamos a Dios, arderemos
en deseos de ser como l. Nos esforzaremos en ser imitadores de Dios.
Despus de que Jess hubo corregido las perversiones de lo s judos a la ley de Dios,
seal los males que haban introducido en su culto a Dios. El gran error de los judos era la
hipocresa. Era particularmente comn entre los fariseos. Estos eran cuidadosos en la
observancia de todas las ceremonias y reglamentaciones, y pareceran ser muy piadosos.
Pero ellos estaban ms ansiosos de que los hombres vieran cmo adoraban, que de que Dios
aceptara su adoracin. Adoraban externamente; pero no con el corazn.
Jess pone muy en claro que Dios quiere adoracin sincera. Nuestras acciones
externas deben representar verdaderamente los sentimientos profundos de nuestros
corazones. No debemos dar limosnas para que los hombres sepan que las damos. No debemos orar para que nos vean o nos oigan. No debemos ayunar en forma tal que llamemos
la atencin hacia nuestro ayuno. Nuestra adoracin debe dar alabanza a Dios; no debe ser
para que los hombres nos alaben.
3. La Oracin del Seor
Al ensear a las multitudes acerca de la oracin, Jess les dio la Oracin del Seor.
Esta oracin es familiar a casi todos los que tienen un trasfondo cristiano; pero mucha gente
no entiende cmo debe usarse. Sin intentar explicar esta oracin, tomemos nota de algunas
de sus aplicaciones.
1. Es una forma adecuada para la devocin. El Salvador pretenda que su pueblo la
usara como medio para expresar los deseos de un corazn suplicante. Dijo: "Cuando
oris, decid..." (Le. 11:2).
2. Es un sumario de los asuntos por los que debemos orar. Cada peticin legtima
puede incluirse en una de las peticiones de la oracin del Seor. Por ejemplo, todas
nuestras oraciones porque Dios provea a nuestras necesidades fsicas, pueden
considerarse como una ampliacin de la peticin: "El pan nuestro de cada da
dnoslo hoy" (Mt. 6:11).
3. Es un modelo para nuestras oraciones. Al orar a "Nuestro Padre", se nos recuerda
que debemos orar por todos los hijos de Dios, y no slo por nosotros. La brevedad
de esta oracin nos recuerda que Dios no nos oye porque oremos con muchas
palabras. Puesto que las primeras tres peticiones se refieren directamente a Dios y a
su obra, aprendemos que debemos orar por las cosas de Dios antes de orar por
nuestras necesidades personales. La oracin debe centrarse siempre en Dios. Las
ltimas tres peticiones nos ensean que debemos presentar a Dios en oracin todas
nuestras necesidades del alma y del cuerpo. El hecho de que la oracin est centrada
en Dios no significa que, cuando oremos, tengamos que ignorar nuestros problemas
personales. Lo que es para la gloria de Dios, es tambin para nuestro bien.
4. La Vida Cristiana
Jess no limit sus instrucciones a aquellas actividades me diante las cuales
adoramos a Dios. Tambin instruy al pueblo acerca de la clase de vida que quiere que
vivamos. Sus lecciones sobre la vida cristiana pueden compendiarse en los siguientes
puntos:
1. La relacin de un hombre con Dios es personal. Por esa razn cada uno de nosotros
debe estar seguro de que ha entrado por la puerta estrecha que conduce a la vida
eterna. Y cada uno de nosotros debe interesarse por sus propias necesidades
espirituales. Nos debe interesar ms el mejoramiento de nuestra propia vida que
juzgar la vida de los otros. Prstese atencin a estas palabras de Jess: "; Hipcrita!
saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces vers bien para sacar la paja del
ojo de tu hermano" (Mt. 7:5).
2. La vida cristiana debe caracterizarse por una completa confianza en Dios. No
debemos tratar de alcanzar la seguridad acumulando una fortuna de bienes
materiales. Dios tiene cuidado de nosotros. Deberamos depositar en l nuestra
confianza ms bien que en las posesiones terrenales. Si confiamos en Dios,
oraremos, y Jess promete que si oramos, recibiremos. Debemos confiar en Dios
plenariamente, pues l es nuestro Padre Celestial.
3. La prueba efectiva de la vida cristiana es la obediencia a los mandatos de Cristo. No
nos da Dios su aprobacin porque escuchemos a Cristo, sino porque lo
obedezcamos. Solamente cuando nuestras vidas reflejan a Cristo, podemos estar
seguros de que le pertenecemos.
5. La Autoridad de Jess
Cuando en Capernaum Jess arroj un demonio fuera de un hombre, el pueblo de
aquella ciudad preguntaba: "Qu es esto? : Una nueva enseanza! Con autoridad ordena
aun a los espritus malos y lo obedecen" (Mr. 1:27). La reaccin hacia su enseanza es, en
mucho, la misma que haca sus milagros. "Y cuando termin Jess estas palabras, la gente
se admiraba de su doctrina; porque les enseaba como quien tiene autoridad, y no como los
escribas" (Mt. 7:28 y 29).
***
CAPITULO 20
4. El Regreso a Galilea
Cuando Jess volvi a Galilea se le acercaron algunos que lo necesitaban. Jairo, un
gobernante de la sinagoga, vino a Jess para suplicarle que curara a su hija enferma.
Jairo y el centurin romano forman un agudo contraste. El centurin, un gentil por
nacimiento, mostr una fe poderosa que hizo que el mismo Salvador se admirar. Jairo, un
judo muy respetado, tena nicamente un dbil principio de fe. Pensaba que Jess tena que
tocar a su hija para curarla. Pero Jess hizo honor aun a esta fe tan pequea, y fue con l.
En camino a casa de Jairo, tuvo lugar un incidente que presenta otro ejemplo de fe.
Haba entre la multitud una mujer cuyos ltimos aos haban estado colmados de tristeza.
Haba estado enferma durante doce aos; haba ido de doctor en doctor; haba gastado todo
su dinero y todava no haba encontrado alivio. Alguna vez quiz pudo haber sido mujer de
recursos y de posicin en la sociedad. Ahora estaba reducida a la pobreza, y su salud no
mejoraba. No se atreva a acercarse a Jess porque su enfermedad la haca inmunda, segn
la ley de Moiss.
La desesperada intencin de esta pobre mujer de recuperar su salud tocando el
manto de Jess, ilustra los efectos de la fe. Jess estaba en medio de una turba. Lo
empujaban constantemente a medida que la multitud se mova con lentitud camino
adelante. De los muchos que rozaban a Jess, alguien le toc con fe, y l san a esa
persona.
La pregunta de Jess, "Quin me toc?" (Mr. 5:31), no manifiesta ignorancia. Jess
pregunt porque quera dar a la mujer una oportunidad para confesar su fe y dar testimonio
de su curacin. Cuando se puso delante y reconoci abiertamente lo que haba sido hecho
en ella, la respuesta de Jess seala a su fe como la causa de su curacin: "Hija, tu fe te ha
hecho salva; ve en paz y queda sana de tu azote" (Mr. 5:34).
Podemos imaginar con qu impaciencia Jairo observaba esta interrupcin. Cada
momento le pareca valioso, porque su hija estaba muriendo. Y cuando alguien vino de su
casa con la noticia de que su hija haba muerto, la fe de Jairo se desvaneci.
Pero Jess lo fortaleci para creer, antes de que continuaran su camino.
La casa de Jairo estaba llena de los clamorosos lamentos orientales. Llanto, lamentos,
msica fnebre, y fuertes exclamaciones de dolor llenaban el air e. La serena confianza de
Jess de que la nia vivira, solamente levant burlas. Pero habiendo echado fuera del
cuarto a todos, excepto a los padres y a unos cuantos discpulos, Jess tom a la nia por la
mano y dijo: "Nia a t te digo, levntate" (Mr. 5:41). Al instante se levant y anduvo. Jess
mand a sus padres que le dieran algo de comer y les encarg que a nadie dijesen que ella
haba sido resucitada de los muertos. La dbil fe de Jairo tena necesidad de contemplar la
gracia de Dios y su poder. Posteriormente llegara el tiempo en que Jairo contara lo que
Dios haba hecho por l.
***
PARTE 5
LA OPOSICIN AL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 21
Jess conoci lo que pensaban. Queran ver una seal. Que ran que multiplicara el pan o
que sanara a los enfermos. Lo haban visto crecer hasta la juventud, sin encontrarlo
diferente de ellos. Queran pruebas de que ahora era de verdad diferente. Decan, "Mdico,
crate a t mismo" (Le. 4:23). En otras palabras, "Mustranos lo que puedes hacer, y
entonces creeremos en t".
Jess nunca hizo milagros nicamente para impresionar a la gente, ni siquiera a la
gente de su propio pueblo. Reconoci que en esta congregacin haba seales de
incredulidad. Saba que no estaban preparados para recibir el testimonio que diera de s
mismo. Por eso les trajo a la memoria algunos ejemplos del Antiguo Testamento en los que
la incredulidad de los israelitas haba provocado el derramamiento de la gracia de Dios
sobre gente pagana, mas bien que sobre los judos.
Los ejemplos del Antiguo Testamento que Jess us, tenan lecciones que los judos
no estaban dispuestos a escuchar. Enseaban que Dios no siempre se haba limitado al
pueblo judo; sino que tambin se haba revelado a los gentiles. Esto los hiri en el sitio
ms sensible. Jess estaba atacando sus ms hondos prejuicios en contra de los gentiles. Se
pusieron furiosos. Se apoderaron de l y lo llevaron a un precip icio cercano con el
propsito de despearlo de all. Pero ese no era el plan de Dios para Jess. Por eso, usando
su poder divino, Jess pas ileso por en medio de la amenazante multitud hasta encontrarse
en lugar seguro.
2. Los Sembrados
La historia del paso por entre los sembrados es un ejemplo de la oposicin de parte
de los fariseos. Al pasar Jess y sus discpulos por entre los sembrados, stos arrancaban
espigas y las coman. Los fariseos acusaron a los discpulos de violar el mandamiento del
sbado, por haber cosechado el grano.
En razn de que esta acusacin contra los discpulos iba dirigida realmente a su
Maestro, Jess les respondi a los fariseos. Seal dos ejemplos del Antiguo Testamento en
donde las reglas dadas divinamente para el culto, fueron violadas. En un caso, cuando
David necesit alimento, quebrant el mandato de la ley que prescriba que slo los
sacerdotes comiesen del pan de la proposicin. Jess dijo que la accin de David haba sido
correcta. Tambin seal Jess al trabajo de los sacerdotes que en el sbado trabajan mucho
ms que en cualquier otro da de la semana. Aqu tambin resultaba correcto que lo hicieran
as.
Jess us estas dos ilustraciones para que los fariseos vieran su error. Se permitieron
las acciones de David y de los sacerdotes porque se consideraron necesarias. Los trabajos
que ordinaria mente se consideran ilegales el sbado, son permisibles cuando son
necesarios. Esto haca la observancia del sbado por parte de Jess completamente
diferente de la manera en que los fariseos la consideraban. Los fariseos tenan reglas para
cada detalle de la vida. Estas reglas tenan que observarse estrictamente, o de otra manera,
uno resultaba culpable del quebrantamiento de la ley. Jess dio reglas amplias. Esperaba
que cada hombre aplicara estas reglas amplias a su propia vida y decidiera por s mismo lo
que Dios demandaba de l. Y Jess puso en claro que algunas veces los mandatos tienen
que aplazarse debido a circunstancias inslitas.
3. La Mano Seca
Otro conflicto con los fariseos sobre el asunto de la observancia del sbado tuvo
lugar en la sinagoga. Jess haba curado a un hombre que tena una mano seca, y los
fariseos le preguntaron si era lcito curar en da sbado. Jess contest la pregunta con una
ilustracin. Dijo que un campesino cuya oveja cae en un pozo en da sbado, no esperar
hasta el siguiente da para sacarla. De inmediato comenzar la operacin de salvamento
para rescatar a su animal, y nadie habr que se lo reproche. Y aadi Jess: Un hombre vale
ms que una oveja; por tanto, es lcito hacer bien a quienes necesitan ayuda, aun cuando sea
sbado.
4. El Odio de los Fariseos
Los fariseos odiaban a Jess porque disenta del concepto legalista que ellos tenan
del sbado; lo despreciaban por que los expona al ridculo ante la multitud, debido a que
ellos no podan contestar a sus argumentos. En consecuencia, despus de que Jess termin
de hablarles "salieron y tomaron consejo contra l, de cmo podran destruirle" (Mt. 12:14).
Marcos aade el hecho significativo de que tomaron consejo con los herodianos. Los
fariseos eran nacionalistas que despreciaban al gobierno romano. Los herodianos, como su
nombre lo indica, apoyaban a los Heredes y al gobierno romano. Estos dos partidos estaban
en desacuerdo bsico, se odiaban mutuamente, pero se unieron para luchar en contra de
Jess.
***
CAPITULO 22
Cristo, Juan era el Elas de quien Malaquas haba profetizado. Y si ellos no crean lo que
Juan haba dicho, no recibiran las bendiciones del Reino.
Muchos no aceptaban ni a Juan ni a Jess. Jess dijo: "Porque vino Juan que ni
coma ni beba y dicen: Demonio tiene. Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y
dicen: He aqu un comiln y bebedor de vino, amigo de publcanos y de pecadores..." (Mt.
11:18-19). Sus corazones se endurecieron contra el mensaje de Dios y no lo quisieron
aceptar, ya fuera que lo trajera Juan o Jess.
2. La Madre de Jess y los Hermanos de El
Ha de parecer extrao que la oposicin a Jess se hubiera levantado dentro de su
familia. Ciertamente no esperaramos que su madre, Mara, tuviera alguna participacin en
tal oposicin, porque se la presenta como mujer de grande fe. A pesar de eso, tenemos un
ejemplo de oposicin familiar, y Mara est involucrada en l.
La oposicin de la familia surgi no de un arraigado antago nismo a lo que Jess
estaba haciendo, sino de un deseo de ayudarlo. Sin embargo, se opona al programa que
Jess estaba cumpliendo, y debe haber sido una fuente de dolor para nuestro Salvador.
No estamos seguros en dnde tuvo lugar este incidente. Marcos 3:20 podra leerse,
"Y vino a una casa", o, "Y vino a casa". Ciertamente, estaba en algn lugar cercano a la
casa de su madre. Mara, probablemente, tena otros hijos que vivan con ella. Vean que
Jess estaba constantemente sitiado por muche dumbres, y que, por ensear al pueblo, se
quedaba sin tomar sus alimentos. Su familia tema por la salud de l; pensaron que estaba
fuera de s. Vinieron para librarlo de entre el gento que lo rodeaba.
Cuando trataron de acercarse a Jess, no pudieron a causa de la multitud. Por eso le
enviaron aviso a travs de la multitud que all estaban y queran verlo. No esperaron a que
terminara de ensear; sino que lo interrumpieron a mitad de su trabajo.
Cuando el aviso lleg a Jess, hizo una pausa para ocuparse de la situacin. Pregunt:
"Quin es mi madre y quines son mis hermanos?" Mirando sobre la multitud dijo, "He
aqu mi madre y mis hermanos! Porque todo aque l que hace la voluntad de Dios, ese es mi
hermano, y mi hermana y mi madre" (Mr. 3:33-35).
La respuesta de Jess contena una reprensin. No negaba sus lazos familiares, ni se
apartaba de aquellos que lo amaban. Su preocupacin por el bienestar de Mara, cuando l
colgaba de la cruz, lo deja comprobado. As tambin lo comprueba su aparicin a su
hermano Santiago, despus de la resurreccin. Pero ense que sus obligaciones eran ms
amplias que las me ramente familiares. As como interrog a Jos y a Mara, cuando lo
encontraron en el Templo, "No sabais que en los negocios de mi Padre me es necesario
estar?" (Le. 2: 49), as ahora ense a su familia que su responsabilidad en el trabajo que el
Padre celestial le haba dado era ms grande que la responsabilidad que pudiera tener hacia
ellos.
Hay otra leccin que puede derivarse de las palabras de Jess. Nos dice aqu que su
familia no est limitada a los que tienen relacin con l por lazos de sangre, sino que se
compone de todos los que hacen la voluntad de Dios. Los que creemos en l somos
miembros de su familia y estamos atados a l por lazos de amor, ms grandes que los que
unen a los miembros de la familia ms unida.
3. Ms Oposicin Familiar
Juan nos cuenta otro incidente de oposicin familiar. Sin embargo, en este caso no
podemos estar seguros de que realmente hayan sido sus hermanos los protagonistas. En la
Biblia, la palabra "hermanos" se usa frecuentemente para referirse a aquellos que tienen
parentesco cercano con una persona. Puede tratarse de sus primos, o de sus tos, como
tambin de sus hermanos.
Lleg el tiempo para la fiesta de los tabernculos, y los parientes de Jess
comenzaron a insistirle que fuera a Jerusaln, a la fiesta. En Galilea, decan ellos, Jess
nada podra hacer. Pero si l iba a Jerusaln, l y sus discpulos podran intensificar la
proclama mesinica de Jess.
Los parientes de Jess no podan entenderlo. Pensaban que deba usar sus talentos para
hacerse famoso. Tambin esperaban usar a Jess para hacerse populares ellos mismos.
Queran que l los acompaara a Jerusaln, de manera que pudieran estar con l en el
centro de las multitudes. Anhelaban poder decir al pueblo: "Somos sus parientes".
Dios no envi a Cristo al mundo para que los hombres lo usaran para su gloria
personal. Cristo es el Siervo de Dios; no es siervo de los hombres. Los parientes de Jess
mostraron por sus acciones lo que el evangelista Juan afirma con claridad, "sus hermanos
no crean en l" (Jn. 7:5). Cualquiera que trate de usar a Jesucristo para promover sus
propios intereses demuestra que no cree en Cristo.
Jess rehus ir a Jerusaln con sus parientes Les dijo: "Mi tiempo an no ha
llegado" (Jn. 7:6). As les indic que aunque haba lazos familiares que los unan a l, haba
una desunin bsica. Ellos eran del mundo; l no. El mundo odiaba a Jess; pero no poda
odiarlos a ellos porque ellos pertenecan al mundo. Esta diferencia entre los que son de
Dios y los que son del mundo es la ms profunda diferencia que pueda existir. Ni los lazos
familiares pueden destruirla.
***
CAPITULO 23
2. Beelzeb
Uno de los ms agudos choques entre Jess y los fariseos comenz cuando Jess
san a un hombre a quien un espritu malo haba enmudecido. Aunque la gente haba visto
a Jess hacer muchos milagros, ste los llen de pavor. Pero los fariseos que presenciaron
el milagro no estaban dispuestos a admitir que Jess haca sus milagros por el poder de
Dios. Algunos de ellos dijeron: "Por Beelzeb, el prncipe de los demonios, echa fuera los
demonios" (Le. 11:15).
Jess tuvo una respuesta sencilla para esta acusacin. Les indic a los fariseos que
Satans no luchara contra s mismo. Satans es demasiado astuto para hacer tal cosa.
Jess tuvo, adems, otra respuesta que debi haber puesto furiosos a los fariseos.
Dijo as: "Y si yo por Beelzeb echo fuera los demonios, vuestros hijos por quin los
echan?" (Le. 11:19). Los judos haban considerado que la capacidad de un rab para echar
fuera demonios, era la ms segura seal de que Dios estaba con l. Sin embargo, cuando
Jess ech fuera los demonios, los fariseos tuvieron la explicacin opuesta. La falsedad de
su cargo saltaba a la vista.
Jess poda echar fuera demonios porque haba vencido a Satans cuando resisti
todas sus tentaciones en el desierto. Poi el hecho mismo de arrojar los demonios, Jess
demostr ser ms fuerte que Satans. Y porque Satans qued vencido, Jess pudo traer el
Reino de Dios a los hombres.
Los fariseos no trataban de explicar el milagro, sino ms bien intentaban minar la
confianza del pueblo en Jess. Por consiguiente Jess advirti al pueblo que deba decir a
quin queran seguir. Nadie puede ser neutral respecto a Cristo. "El que no est conmigo,
est en contra de m; y el que no recoge conmigo, desparrama" (Le. 11:23). Luego les dio
un ejemplo para ilustrar el hecho de que es imposible ser neutral. Dijo que cuando un
demonio sale del hombre, si el vaco no se llena por un verdadero amor a Dios y una
devocin a su voluntad, el demonio regresar trayendo otros con l, de manera que el
ltimo estado del hombre vendr a ser peor que el primero.
3. La Seal de Jons
Despus de que Jess resolvi el cargo de que echaba fuera a los demonios por el
poder de Satans, volvi su atencin a aquellos que le pedan una seal del cielo que
probara que l era el Cristo. No dara tal seal. Haba hecho seales y maravillas tanto en
Galilea como en Judea. Creeran a una seal del cielo ms de lo que haban credo las
seales que ya haban visto? El problema no era falta de una evidencia; sino la negativa de
los fariseos para creer la evidencia que ya haban visto.
Pero Jess tena una seal especial para su generacin, la seal de Jons. "Porque
como estuvo Jons en el vientre del gran pez tres das y tres noches, as estar el Hijo del
hombre en el corazn de la tierra tres das y tres noches" (Mt. 12:40). La resurreccin de
Cristo, despus de que sus adversarios lo haban asesinado cruelmente, era la ltima y la
ms grande seal que Jess haba de dar. Jons, el profeta que lleg a Nnive despus de su
experiencia en el vientre del pez, fue el medio de Dios para predicar arrepentimiento a esa
gran ciudad. El Cristo resucitado, hablando por medio de sus apstoles, sera el medio de
Dios para llamar a esa generacin al arrepentimiento.
La gente que viva en Palestina durante la vida de Cristo tuvo una gran
responsabilidad. Pudieron escuchar la palabra de Dios de la boca del mismo Hijo de Dios.
Deberan haberse dado prisa para aceptar el mensaje que l trajo. Pero muchos de los judos
le dieron la espalda. En consecuencia, Jess les record su responsabilidad, y la
condenacin que estaban afrontando. Les dijo que otros, como los ninivitas en tiempo de
Joas, y la reina del Sur que vino para or la sabidura de Salomn, los condenaran en el
da del juicio. Aquellos gentiles haban odo la palabra de Dios por boca de hombres, y la
creyeron. A estos judos les toc el privilegio de orla de la boca del mismo Cristo, y la
estaban rechazando.
Jess prosigui dicindoles que era importante tener una mente y un corazn
abiertos a la verdad. El corazn del hombre (su ojo espiritual) es como una lmpara. Esta
ilumina espiritual- mente el cuerpo entero. El hombre que tiene "ojo bueno", es decir, que
busca la verdad, pronto la encontrar. Su cuerpo entero se iluminar. Pero el hombre que
tiene "ojo maligno", es decir, un corazn perverso, tiene la mente cerrada en contra de la
verdad. Su cuerpo entero est lleno de oscuridad. Jess vino a su generacin trayndoles la
verdad; pero mucha gente, particularmente los dirigentes religiosos, tenan corazones perversos y no pudieron ver la verdad que Jess proclamaba.
***
PARTE 6
EL DESARROLLO DEL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 24
OBREROS A SU MIES
CAPITULO 25
EL PAN DE VIDA
Lase Juan 6.
Preguntas de Preparacin
1. En qu forma impresion la alimentacin de los cinco mil a quienes estuvieron
presentes?
2. Qu esperaban los judos de Jess?
3. Por qu en esta poca muchos se apartaron de Jess?
Introduccin
Durante los primeros dos aos de su ministerio Jess atrajo mucho la atencin. Sus
enseanzas y sus curaciones haban impresionado la imaginacin del pueblo, y grandes
multitudes se haban reunido de todas las ciudades y aldeas para escucha rlo. Luego,
repentinamente, su popularidad comenz a declinar. El momento del rompimiento vino con
ocasin de la alimentacin de los cinco mil.
1. La Alimentacin de los Cinco Mil
El milagro de alimentar a los cinco mil tuvo lugar cuando se acercaba el tiempo de
la Pascua. La muchedumbre que rodeaba a Jess, probablemente inclua peregrinos que
hacan el viaje a Jerusaln para concurrir a la fiesta. Jess ense a las multitudes y cur a
los enfermos. Cuando lleg la tarde la gente tena hambre. Jess se dispuso a procurarles
alimento.
La historia de la multiplicacin de los panes y los peces es conocida. Jess dio de
comer a la multitud con cinco panes y dos peces que los discpulos consiguieron de un
muchacho. Todos comieron lo suficiente, y cuando terminaron, los discpulos pudieron
recoger hasta doce canastos llenos de pedazos. Jess haba ejecutado un milagro.
La multitud entendi el significado del acontecimiento. Comenzaron a decirse uno al otro
que Jess era el Profeta que ha ba de venir. Se referan a lo que Dios dijo a Moiss,
"Profeta les levantar de en medio de sus hermanos, como t; y pondr mis palabras en su
boca, y l les hablar todo lo que yo le mandar" (Dt. 18:18). Moiss haba provisto
alimento para los israelitas, mediante el man que caa diariamente. El milagro de Jess, de
multiplicar los panes y los peces, les pareci que era de la misma clase, y en consecuencia
compararon a Jess con Moiss. Su entusiasmo lleg a tal grado que muchos de ellos
quisieron hacer de Jess su rey, an cuando tuvieran que hacerlo por la fuerza. Haban visto
el poder de Jess, y queran que lo ejerciera a favor de ellos. Porque Jess entendi sus
intenciones se apart de ellos y subi a la montaa, despus de haber dado instrucciones a
sus discpulos, en donde lo habran de encontrar. La multitud estaba segura de que Jess
reaparecera. Pero cay la tarde y l no volvi. Los discpulos navegaron hacia Capernaum.
La desconcertada multitud esperaba que Jess regresara. Pero no lo vieron, pues en la
noche Jess baj de la montaa y camin sobre el agua hacia la barca de los discpulos.
2. El Pan del Cielo
Cuando por fin la multitud comprendi que Jess los haba rehuido, ellos tambin
abordaron barcas y llegaron a Capernaum. All encontraron a Jess y a sus discpulos.
CAPITULO 26
deberes establecidos en la Palabra de Dios. Como ejemplo de eso, Jess seal la prctica
del Corban.
Enseaban los fariseos que un hombre poda declarar que sus posesiones eran
Corban (estaban dedicadas a Dios). Por tanto, a nadie podra darlas, ni an a sus padres. Sin
embargo, la ley de Dios demanda que los hombres honren a sus padres. Esto implica
cuidarlos y ayudarlos cuando se encuentran en necesidad. Pero habiendo declarado que sus
posesiones son Corban, el hombre deja a sus padres sin sostn financiero, y echa a un lado
la ley de Dios.
3. La Fuente de ia Contaminacin
La enseanza de Jess era completamente opuesta a la de los fariseos. Deca que un
hombre no se contamina por lo que entra en l; sino por lo que sale de l. Ninguno se hace
moralmente peor por lo que entra en su boca. Eso simplemente llega al estmago y
posteriormente es evacuado. Realmente la contaminacin viene del corazn. La maldad que
se levanta del corazn. La maldad que se levanta del corazn es la verdadera fuente de
corrupcin.
4. Una Seal del Cielo
En otra ocasin, disputaron los fariseos con Jess y le pidieron una seal que viniera
directamente del cielo para probar que l era el Mesas. Por supuesto que haba a la mano
evidencia plenaria. Jess haba hecho muchos milagros, y algunos de ellos haban sido
presenciados por los fariseos. Pero pedan una seal "para tentarle" (Mr. 8:11). Buscaban
una oportunidad para atraparlo. Pero Jess rehus concederles la seal porque su razn para
pedirla era equivocada.
La incredulidad de los fariseos afect profundamente a Jess. Pero se conturbaba
ms an por la incomprensin e incredulidad de sus discpulos. Mientras cruzaban el Mar
de Galilea Jess les habl solemnemente. Les previno que se guardaran de la levadura de
los fariseos y de la levadura de Heredes. Jess quera decir que deberan estar prevenidos en
contra de la mala enseanza de los fariseos. Pero los discpulos no entendieron eso. Cuando
Jess mencion la levadura pensaron en el pan, y se decan: "'Jess est disgustado porque
se nos olvid traer pan para el viaje". Jess los reprendi por pensar as. Les record que no
le preocupaba el alimento. No haba alimentado a los cinco mil? "Entonces entendieron
que les orden cuidarse no de la levadura del pan, sino de la enseanza de los fariseos y de
los saduceos" (Mt. 16:12).
***
PARTE 7
LA CRISIS DEL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 27
TU ERES EL CRISTO
1. La respuesta a la pregunta: "Quin dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?"
indica que la popularidad inicial de Jess se haba fundado sobre un mal entendimiento de lo que Jess haba enseado respecto a s mismo. Tan pronto como la
gente se dio cuenta de que Jess no era el Mesas que ellos esperaban, lo rechaz.
Muchos ya lo haban dejado. Otros haran lo mismo.
2. La confesin de Pedro de que Jess era "el Cristo, el Hijo del Dios viviente",
demuestra que los discpulos s haban aprendido la verdad respecto a Jess.
Estaban preparados para recibir la nueva enseanza respecto a su prxima muerte.
Cristo declar que ellos eran bienaventurados porque el Padre celestial les haba
revelado quin era Jess. Slo Dios puede abrir los ojos de los hombres para que
sean capaces de entender la verdad acerca de Jess.
La confesin de Pedro y la respuesta de Jess, "t eres Pedro, y sobre esta
roca edificar mi iglesia" ha causado mucha controversia en la Iglesia. La Iglesia
Catlica Romana piensa que la respuesta de Jess prueba que Pedro fue el primer
Papa. Algunos protestantes piensan que Jess se refera a la confesin de Pedro mas
bien que al mismo Pedro. Sin embargo, con frecuencia actuaba Pedro como el
portavoz de los doce apstoles, y probablemente lo mejor sea pensar en l como el
representante de los 'doce. Pedro hizo esta confesin en nombre de todos ellos, y
Jess habl de todos ellos dirigindose a Pedro. Jess edific su Iglesia sobre "el
fundamento de los apstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la principal piedra
del ngulo" (Ef. 2:20).
3. El terna de la iglesia estaba relacionado directamente con el tema de la cruz. La
muerte de Jess dara por resultado la edificacin de su iglesia.
Jess prometi edificar su iglesia sobre los doce apstoles, con Pedro como
su dirigente. A ellos les dara las llaves del Reino, es decir, la autoridad en la iglesia.
Un ejemplo del ejercicio de esa autoridad se puede encontrar en Hechos 5.
4. Jess orden a sus discpulos que a nadie dijesen que l era el Cristo. Esta
advertencia acenta la importancia de la cruz para un entendimiento adecuado de la
obra de Jess. Si los discpulos hubiesen dicho al pueblo que Jess era el Cristo, sin
hablarle de la cruz, la gente hubiera considerado a Jess como el Cristo de la clase
que ellos esperaban. La doctrina de la cruz explicaba qu clase de Cristo era Jess.
5. Habiendo advertido a los discpulos, Jess comenz a ins truirlos respecto a su
muerte y resurreccin. Esta fue su primera enseanza franca sobre el tema. Indicaba
el principio de la segunda parte del ministerio de Jess.
6. Cuando Pedro reprendi a Jess por ensearles esto, demostr la forma tan limitada
en que entendan a Jess. Todava no saba que el Cristo tena que sufrir. Era por
esto por lo que Jess haba advertido a sus discpulos que no dijeran a nadie que l
era el Cristo. An no estaban listos para predicar el mensaje completo respecto a
Cristo.
7. Las palabras cortantes con que Cristo reprendi a Pedro indican la necesidad de la
cruz. Era esencial para su trabajo mesinico; era parte del plan de Dios para su vida.
Las palabras de Pedro representan otro intento de Satans para apartar a Jess del
camino de obediencia a su Padre.
Por medio de Pedro, Satans tent a Jess para que se convirtiera en la clase
de Mesas que el pueblo quera.
8. Despus de haber enseado acerca de su sacrificio, Jess habl del sacrificio que se
requera de sus seguidores. Dijo: "Si alguno quiere venir en pos de m, niguese a s
mismo, y tome su cruz, y sgame" (Mt. 16:24). Jess dio su vida en la cruz; es
necesario que sus seguidores den las suyas en el servicio de Dios.
***
CAPITULO 28
cercana muerte y resurreccin. Pero cuando los instruy no lo entendieron y tuvieron temor
de preguntarle.
Aqu vemos un verdadero punto crtico en el ministerio de Cristo. Su muerte y
resurreccin estaban frente a l, y haba declarado que iba a edificar su iglesia sobre los
discpulos. Pero stos no entendieron su enseanza. Si el trabajo de desarrollar el ministerio
de Cristo haba de caer sobre estos doce, el futuro de la iglesia de Dios apareca dudoso en
verdad.
***
CAPITULO 29
prefiere que se le amputen brazos o piernas para salvar su vida, deberamos estar dispuestos
a quitar de nuestra vida todo lo que pudiera apartarnos de Dios.
Tambin ense Jess respecto del amor que el Padre celestial tiene para los nios.
Indic que hay ngeles particulares que siempre ven la faz de Dios, los cuales se encargan
de cuidar a los nios. Jess aplic a stos la historia de la oveja perdida. "As, no es la
voluntad de vuestro Padre que est en los cielos, que se pierda uno de estos pequeos" (Mt.
18:14).
3. El Espritu Perdonador
Despus de que Jess advirti a los discpulos acerca del peligro de pecar en contra
de otros, les dijo lo que deban hacer cuando otros pecaran en contra de ellos. Jess les dio
un patrn definido de conducta que seguir. Este es el modelo que debemos seguir cuando
un cristiano comete contra nosotros un enorme pecado.
1. Debemos hablar a solas con el que nos ofendi y tratar de lograr que vea su pecado.
Si est dispuesto a escucharnos y se apena por su pecado, podemos resolver el
conflicto juntos. No necesitamos hacer alguna otra cosa.
2. Si no nos oye, tenemos que volver con uno o dos testigos, y nuevamente tratar de
hacer que se arrepienta.
3. Si esto falla, el caso debe presentarse a la iglesia. Si an as no quiere arrepentirse
de su pecado, es deber de la iglesia disciplinarlo. El acto final de la disciplina es la
excomunin, por la cual el pecador queda expulsado de la iglesia. nicamente debe
aplicarse la excomunin despus de mucha oracin y deliberacin.
Ser excomulgado es asunto muy grave. Jess dijo que al tomar la iglesia tal
determinacin, confirma el juicio del cielo. Por tanto, cuando alguien que no se arrepiente
queda excomulgado, damos por sentado que no es cristiano. El tal no ha dado evidencia de
su fe, y la fe sin obras est muerta.
El proceso arriba indicado es necesario para que los cristianos profesos que
pblicamente han pecado, se enfrenten con sus pecados y lleguen al arrepentimiento. Pero a
nosotros, individualmente, no nos es permitido emplear esos pecados en contra de la
persona. Aun cuando alguien pecara contra nosotros repetidamente, debemos perdonarle
cada vez. Dios nos ha perdonado todos nuestros innumerables pecados. Por tanto, debemos
perdonar a los que nos ofenden, ya que sus pecados en contra nuestra no son tan numerosos
ni tan graves como los nuestros en contra de Dios.
Si no perdonamos a otros, no podemos esperar que Dios nos perdone. Esto no
quiere decir que Dios nos perdone porque nosotros perdonamos a otros; pues Dios perdona
nuestros pecados a causa del sacrificio de Cristo a nuestro favor. Pero si carecemos del
espritu perdonador que Dios da a sus hijos, es dudoso que seamos hijos de Dios.
***
CAPITULO 30
Cristo se haban hecho notablemente claras. Ya el pueblo no estaba seguro de que Jess
fuera el Cristo que haban estado esperando.
Jess haba sealado la causa de la perplejidad del pueblo cuando dijo que era
necesario estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios. El pueblo se confundi respecto a
Cristo porque no estaban interesados, honradamente, en hacer la voluntad de Dios. Queran
ver que se cumplieran sus ideas y sueos, y se negaban a cambiar su mente para conformar
sus ideas a los planes de Dios. En consecuencia no podan decidir si Jess les hablaba la
Palabra de Dios, o no.
3. La Hostilidad de los Gobernantes
La oposicin de los principales sacerdotes que haba permane cido latente desde el
principio del ministerio de Jess, se inflam. Mientras Jess enseaba en el templo, los
gobernantes de los judos decidieron que haba llegado la hora para apoderarse de l. Pero
los guardias del templo, enviados para capturarlo, quedaron tan arrobados por su enseanza
que regresaron sin l. La nica excusa que dieron por el fracaso de su misin, fue: "Jams
hombre alguno ha hablado como este hombre" (Jn. 7:46).
La terminante oposicin de los dirigentes se manifest evidentemente por la
respuesta que dieron a los guardias: "Acaso ha credo en l alguno de los gobernantes o de
los fariseos? Mas esta gente que no sabe la ley maldita es". Cuando Nicodemo sugiri que
ellos mismos pudieran no estar guardando la ley, puesto que la ley demandaba que toda
persona fuera juzgada, se volvieron contra l salvajemente. Le dijeron que Jess era de
Galilea, y que ningn profeta podra venir de Galilea. Su explosin manifest su odio
profundo hacia Jess, y tambin el arraigado prejuicio que contra Cristo haban construido.
A causa de que era galileo ni siquiera haban querido considerar sus pretensiones. Pero los
judos no intentaron apoderarse otra vez de Jess, y l continu enseando en el templo.
4. Oposicin Creciente
Los eventos de esta fiesta nos indican que el ministerio de Jess se acercaba a su
climax en la cruz. La presentacin que Jess haca de s mismo como el Hijo de Dios, se
haba vuelto ms clara. El fuerte respaldo popular a Jess, que los gobernantes teman,
estaba declinando. Y la creciente oposicin de los gobernantes anunciaba la persecucin
que iba a llegar.
***
CAPITULO 31
3. El Mendigo Ciego
Cuando los judos atentaron contra la vida de Jess, l abandon el templo. Afuera,
l y sus discpulos vieron un ciego. Los discpulos preguntaron quin era el que haba
pecado para que este hombre naciera ciego. Jess les explic que la enfermedad no siempre
era resultado directo del pecado. El hombre haba nacido ciego para que Jess pudiera
curarlo. La verdad de que Jess es la luz del mundo, no poda ser demostrada de mejor
manera que dando la vista a uno que haba nacido ciego. Por tanto Jess le dio la vista a
este ciego.
El milagro atrajo mucha atencin. La gente apenas poda creer que aquel hombre
fuera el mismo que haba nacido ciego. Cuando les declar que Jess lo haba curado,
algunos de ellos lo condujeron ante los fariseos.
4. La Fe y la Incredulidad
Los fariseos comenzaron a examinar al hombre a quien se le haba dado la vista. Al
principio se dividieron en sus opiniones.
Algunos se opusieron a Jess porque curaba en sbado; otros admitieron que este
milagro era prueba de que Dios estaba con Jess. Pero a medida que continuaban su
investigacin se oper un cambio. Trataron de negar que hubiera habido un milagro. Los
padres del que haba sido ciego insistan en que su hijo deca la verdad al afirmar que haba
sido ciego y ahora poda ver. En seguida los fariseos trataron de negar que Jess hubiera
ejecutado el milagro. Pero el que haba sido ciego persista en afirmar los hechos, y los
fariseos no podan replicarle. Se enfurecieron hasta el punto de expulsarlo de la sinagoga.
En tanto que los fariseos se endurecan en su incredulidad, la fe del ciego iba
creciendo. Al principio saba muy poco. Crey en Jess, lo obedeci y qued curado. Pero
a medida que se defenda delante de los fariseos, se convenca ms y ms de que Jess era
alguien nico. Cuando despus de haber sido excomulgado lo encontr Jess, el hombre
estaba listo para creer que Jess era el Hijo de Dios.
Los fariseos y el que haba sido ciego representaban a los dos grupos de Jerusaln
incrdulos y creyentes. La fe de los que crean en Jess se iba robusteciendo. Aquellos
que no crean se hacan ms difciles de convencer. Cuando los hombres quedaban cara a
cara con las grandes declaraciones y las poderosas obras de Jess se producan el juicio. O
crean o lo rechazaban.
***
CAPITULO 32
EL BUEN PASTOR
Lase Juan 10.
Preguntas de Preparacin
1. En qu se parece Jess a un pastor?
2. Qu ense Jess respecto a su iglesia?
3. Qu afirmacin hizo Jess respecto a s mismo?
4. Cmo reaccionaron los judos a la enseanza de Jess?
Introduccin
Al final del captulo anterior pudimos notar un abierto conflicto entre Jess y los
dirigentes judos. En ste vamos a ver la continuacin del conflicto. Jess seal al pueblo
los fracasos de los dirigentes judos, y a stos les present sus propias demandas.
1. El Pastor
Jess compar a un pastor con los ladrones y los asalariados, para ensearles a los
judos cmo debe actuar un verdadero siervo de Dios. Un ladrn viene para "robar, matar y
destruir" (Jn. 10:10). Sus actividades estn marcadas por el engao y el fraude. Trata de
embaucar a todos y de robar las ovejas. El asalariado es alguien a quien se paga para que
cuide las ovejas. No ama a las ovejas. Slo le interesa el salario, y no arriesgar la vida para
proteger el rebao.
El pastor no emplea el engao ni el fraude. Entra por la puerta. Conoce sus ovejas y
ellas lo conocen. No huye cuando amenaza el peligro, ni deja desamparado el rebao.
Jess es el verdadero pastor, el pastor que Dios envi. Pero Juan 10:1-10 tambin
hace referencia a otros pastores. El Antiguo Testamento llama "pastores" a los que estn
encargados del pueblo de Dios (Jer. 23). Y cuando Jess ascendi al cielo, dej en pos de l
hombres que le sirvieran como pastores de su rebao. Por tanto, la descripcin se acomoda
tambin a quienes Jess llama para que sean sus pastores, o ministros. De este pasaje
podemos aprender la actitud que el ministro debe tener hacia el pueblo de su iglesia.
2. La Iglesia
En el debate de Jess respecto a las ovejas y los pastores, l nos dej algunas
verdades santas referentes a las ovejas, es decir, a su iglesia. Hay aqu una de las ms
maravillosas promesas que se nos dan en toda la Biblia: "Mis ovejas oyen mi voz y yo las
conozco y ellas me siguen: y yo les doy vida eterna; y nunca perecern, y ninguno las
arrebatar de mi mano" (Jn. 10:27-28). En estos versculos ensea Jess con toda claridad
que los que ya estn salvos nunca dejarn de creer. Tienen vida eterna y nunca la perdern.
A esta doctrina se le llama "perseveranc ia de los santos".
Tambin les ense Jess a los judos que la iglesia no estara limitada a ellos. Les
habl de "otras ovejas . . . que no son de este redil", las cuales l traer a su redil (Jn.
10:16). Estas otras ovejas eran los gentiles; y no eran contados en la iglesia del Antiguo
Testamento. Aquella iglesia se haba limitado a la nacin juda. Pero pronto iba a terminar
el tiempo en que slo los judos tuvieran lugar en la iglesia. Jess establecera una iglesia
universal en la cual seran bienvenidos los habitantes de todas las naciones.
CAPITULO 33
LZARO
Lase Juan 11:1-53
Preguntas de Preparacin
1. Por qu resucit Jess a Lzaro de entre los muertos?
2. Qu reacciones provoc la resurreccin de Lzaro?
3. Qu nos ensea este milagro acerca de Jess?
Introduccin
La resurrecci n de Lzaro fue el ltimo milagro pblico de Jess. Mediante este
milagro se revel al pueblo de Judea y Jerusaln como el Hijo de Dios; fortaleci a sus
discpulos, y con l seal hacia su propia muerte y resurreccin.
1. La Finalidad de Este Milagro
Jess poda haber evitado la muerte de Lzaro. Yendo a Betania de inmediato o aun
sin ir, poda haber curado a Lzaro. Pero permiti que Lzaro muriera. Dio la razn para
proceder as cuando dijo: "Esta enfermedad no es para muerte; sino para la gloria de Dios,
para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella" (Jn. 11:4).
De varios modos fue revelada la gloria del Hijo de Dios en este milagro. Despleg
su gloria ante sus discpulos cuando demostr su conocimiento sobrenatural. Les dijo:
"Nuestro amigo Lzaro duerme" (Jn. 11:11). Al entenderlo mal, les ha bl ms claramente:
"Lzaro ha muerto" (Jn. 11:14). Jess estaba a millas de distancia de Betania cuando lo
dijo; pero habl con toda la certeza de uno que est junto al hecho de muerte de Lzaro.
La gloria de Jess se revel ms plenamente en la ejecucin del milagro mismo. En primer
lugar, fue hecho en pblico. Cuando Jess se detuvo frente a la tumba de Lzaro, estaba
rodeado por sus discpulos y una multitud procedente de Jerusaln. Pronto supo toda
Jerusaln que Jess haba resucitado a Lzaro. En segundo lugar, era un milagro que
infunda pavor. Con frecuencia Jess haba curado a los enfermos. En diversas ocasiones
hasta haba levantado a personas de entre los muertos. Pero estas resurrecciones anteriores
haban tenido lugar poco despus de la muerte. Lzaro haba estado muerto durante cuatro
das, y cmo Marta lo indic, el cadver haba entrado ya en descomposicin. Por tanto,
cuando Jess resucit a Lzaro tan slo pronunciando una orden, ciertamente era un
milagro que revel el poder y la gloria del Hijo de Dios.
Esta manifestacin de gloria acrecent en gran manera la fe de los discpulos de
Jess. Les dijo: "Me alegro por vosotros, de no haber estado all, para que creis" (Jn.
11:15). La fe de ellos qued fortalecida por la resurreccin de Lzaro, mucho ms que si
Jess nada ms lo hubiera sanado de una enfermedad.
2. Las Lecciones de Este Milagro
La resurreccin de Lzaro ilustr la resurreccin de Jesucristo. Cuando Jess le dijo
a Marta, "Yo soy la resurreccin y la vida" (Jn. 11:25), declar que tena potestad sobre la
vida y la muerte. Por tanto, descubrimos que cuando l sufri la muerte, su muerte no poda
ser permanente. El, que es Resurreccin y Vida, tambin es Vencedor de la Muerte y del
Sepulcro.
PARTE 8
EL CAMBIO EN EL MINISTERIO DE CRISTO
CAPITULO 34
HABLABA EN PARBOLAS
Dicen que Jess no tuvo que morir en la cruz para pagar la pena que merece el pecado.
Pero hay muchos pasajes de la Escritura que ensean con toda claridad que Cristo
muri como sacrificio por el pecado, y que sin ese sacrificio no habra salvacin para
los pecadores. Jess no tuvo la intencin de que la parbola del hijo prdigo fuera un
cuadro completo de la salvacin. Su propsito fue ensear que el Padre da la bienvenida
a los pecadores arrepentidos, sin importar cuan pecadores hayan sido.
Estas reglas no nos garantizan que interpretaremos correctamente las parbolas.
Pero si leemos cuidadosamente, las parbolas y tambin aplicamos las anteriores reglas
cuidadosamente, podremos, en general, entender lo que Jess enseaba.
***
CAPITULO 35
CAPITULO 36
Santiago y Juan queran ser grandes en el Reino de Dios. Es bueno tener esa
ambicin. Les naca de la fe en Jess y en su reino, y del amor que tenan para l. Pero
estaba equivocada su peticin de ocupar los sitios de ms alto honor. Queran ser los
primeros. Tambin fundaban su peticin en un concepto equivocado del Reino de Dios.
Santiago y Juan todava pensaban que se trataba de un reino terrenal, cuyo rey concedera
favores a quienes se los pidieran.
Aunque Salom haba hecho la peticin para sus hijos, Jess se dirigi a ellos en su
respuesta. En su reino espiritual slo puede alcanzarse el honor bebiendo la misma copa
que Jess bebera, es decir, la copa del sufrimiento. Y los sitios de honor se concederan
nicamente a aquellos para quienes el Padre los haba preparado.
En esto, Jess sent un principio de la vida cristiana. Si he mos de recibir alguna
recompensa, aun las recompensas de gracia, debemos seguir el ejemplo de Jess. Tenemos
que ser obedientes como l fue obediente, aunque esto requiera sufrimiento.
3. Los Doce
Cuando los otros discpulos entreoyeron la conversacin de Jess y los hijos de
Zebedeo, se indignaron contra los dos hermanos. No es difcil encontrar la razn de su
indignacin. Cada uno de los doce tena la misma ambicin que tenan Santiago y Juan.
Cada uno abrigaba la secreta esperanza de ser el primero en el reino de Cristo. Pero
ninguno de haba atrevido a manifestarlo. Se enojaron, pues, porque Santiago y Juan haban
pedido a Jess lo que todos ellos deseaban.
Jess los reuni para corregirles su actitud y les dijo que estaban actuando como los
gentiles. A los gobernantes gentiles les gusta tener seoro sobre los que estn bajo su
mando. Les dijo que si queran ser grandes en su reino, deberan servirse uno al otro. Su
ejemplo era el que deban seguir. "Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino
para servir y para dar su vida como rescate en favor de muchos" (Mt. 20:28). En general, es
una seal de importancia el que tengamos a otros como nuestros servidores. Pero en la vida
cristiana es seal de grandeza el que nosotros sirvamos a los dems.
***
CAPITULO 37
A BUSCAR Y A SALVAR
Lase Lucas 18:35-19:27.
Preguntas de Preparacin
1. Qu podemos aprender acerca de la fe, en esta leccin?
2. Qu ensea la parbola de las minas?
Introduccin
Despus de que Jess resucit a Lzaro de entre los mue rtos, sali de Judea. La
oposicin de los dirigentes religiosos le haca imposible seguir trabajando en las cercanas
de Jerusaln.
Cuando se acercaba la Semana de la Pasin, Jess volvi a Judea y Jurasaln. Los
caminos estaban llenos de peregrinos que caminaban hacia Jerusaln para la Pascua. Jess y
sus dis cpulos probablemente siguieron una de las rutas de los peregrinos. Descendieron
por el lado oriental del Jordn, cruzaron ste en el vado cercano a Jeric, e iniciaron la
ascensin cons tante desde el Jordn, que est a ms de 300 metros bajo el nivel del mar,
hasta Jerusaln que est a ms de 600 metros sobre el nivel del mar. La primera ciudad de
importancia en el lado oeste del Jordn era Jeric. Los acontecimientos descriptos en esta
leccin tuvieron lugar cuando Jess atravesaba Jeric.
1. La Naturaleza de la Fe
Tanto la historia del mendigo ciego como la de Zaqueo, se refieren a personas que
entraron en contacto personal con Jess. Cada uno tena una necesidad particular. Cada uno
la encontr resuelta por el Salvador. Examinando a estos dos hombres podemos hacer
algunas observaciones acerca de la fe.
1. La fe en Cristo nace de un sentido de necesidad personal. El mendigo lo
comprendi y grit. Zaqueo sinti su necesidad tan ^profundamente que trep a un
rbol para ver a Jess.
2. La fe es persistente. La gente trat de callar al mendigo; pero l se neg a quedarse
quieto.
3. La fe no est limitada a personas de buena posicin. El mendigo perteneca a una
baja clase social, y Zaqueo, como publicano, era un proscrito social. Pero Dios dio a
ambos el don de la fe.
4. La fe siempre trae con ella el arrepentimiento. Zaqueo que se haba enriquecido, en
parte, cobrando tributos excesivos, estaba dispuesto y listo para deshacerse de su
dinero, devolviendo cuatro tantos a quienes hubiese defraudado. El hombre que
tiene fe aborrece el pecado.
2. La Parbola de las Minas
En esta parbola, muchos de los personajes, objetos y acontecimientos son
simblicos. En las preguntas para comprobacin se le pedir que interprete Ud. los
smbolos. Puede servirle mucho el que sepa Ud. lo que ensea la parbola.
1. El Reino de Dios no iba a manifestarse inmediatamente. Tenemos que recordar que
en los Evangelios, el trmino "Reino de Dios" se usa de dos maneras. Algunas veces
se refiere a la salvacin y a la comunin con Dios. Jess lo us en este sentido