Sindicatos Blancos en Monterrey PDF
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Resumen
Abstract
Mexican white unions are the equivalent to the so-called yellow unions of Spain and France
and employee representation plans (company unions) in the United States and Canada. All
of them are usually conceived as employer-prone labor organizations. Until recently, Mexican
white unions were just regional phenomena, being restricted to the industrial city of Monterrey,
where they have been an important force. Yet, in agreement with the crisis and reorganization
of Mexican trade unionism and the opening of the Mexican political system, they are becoming
an important force at the national level.
Keywords: 1. Trade unionism, 2. employee representation plans, 3. industrial relations, 4. paternalism, 5. Monterrey
Frontera Norte, Vol. 23, Nm. 46, julio-diciembre de 2011, pp. 177-210
Los sindicatos blancos son el equivalente mexicano a los sindicatos amarillos de Francia y Espaa y a los planes de representacin del empleado de Estados Unidos y Canad. De ellos se dice
que son organismos obreros sometidos a la voluntad de los patrones, que los crean y dirigen.
En Mxico, esta clase de sindicatos eran hasta hace poco un fenmeno regional, restringido a
la ciudad de Monterrey, donde han tenido su mayor desarrollo. Sin embargo, coincidiendo con
la crisis y reorganizacin del sindicalismo mexicano y la apertura del sistema poltico nacional,
han crecido en nmero e influencia poltica. En este artculo se ofrece un resumen histrico de
este movimiento.
Palabras clave: 1. Sindicalismo, 2. sindicatos blancos, 3. relaciones laborales, 4. paternalismo,
5. Monterrey.
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Introduccin
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Un apunte previo
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de su filiacin propatronal. La forma en que se les conoce es un membrete impreciso. Su significado es ambiguo y cambiante. Para ms detalles, los planes de
representacin (Kaufman, 2000) fueron rebautizados despus de su prohibicin
en 1935 como sindicatos locales independientes (Jacoby, 2001) y ahora mismo se
habla de ellos como parte de un moderno movimiento libre de sindicatos (Logan,
2002), y a veces se les describe como formas de representacin no sindical (Tara
y Kaufman, 2006). A los sindicatos blancos se les da ese nombre desde su origen,
pero ellos mismos se autonombran sindicatos independientes, autnomos, libres
o progresistas. Ciertamente, unos y otros comparten la caracterstica de ser una
creacin patronal. Pero, al menos en Estados Unidos, el verdadero significado de
esta intervencin es objeto de un movimiento de revisionismo histrico, que trata
de rehabilitar a estos sindicatos como autnticos organismos de representacin
obrera (Jacoby, 1989; Kaufman, 2000; Rees, 2007).
En medios internacionales se confunde a los sindicatos blancos con los sindicatos fantasmas, tambin conocidos como sindicatos de proteccin, una clase diferente pero igualmente anmala de sindicato propatronal. Estos sindicatos
usurpan, en complicidad con los patrones, derechos de negociacin colectiva que
no les pertenecen, aprovechando un vaco legal que permite que los dirigentes de
un sindicato acuerden con el patrn la firma de un contrato colectivo de trabajo
sin necesidad de consultar a sus supuestos representados (Quintero, 1989; Lpez, 2000; Bouzas, 2007). El resultado es un extrao sindicalismo de trabajadores
legalmente representados por sindicatos cuya existencia ignoran. Los sindicatos
blancos, en cambio, son conocidos por los trabajadores que dicen representar.
De la Garza (2003) propone cuatro criterios como base de una tipologa del sindicalismo mexicano donde puedan clasificarse la variedad completa de modelos
sindicales que existen o que pudieran impulsarse en la coyuntura actual. Estos criterios son: 1) estructura y funcionamiento interno del sindicato, 2) relaciones del
sindicato con el trabajo y la empresa, 3) relacin entre sindicato y Estado y 4) relaciones sindicato y sociedad. Visto a contraluz de estos criterios, e interpretando
y ampliando o corrigiendo los argumentos e indicaciones de Enrique de la Garza,
los sindicatos blancos de Monterrey podran ser descritos como: 1) organismos
complejos, manejados de acuerdo con doctrinas gerenciales de calidad en el servi-
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cio, con burocracias profesionales, que ofrecen a sus lderes naturales una carrera
en la organizacin sindical, pero una muy corta, limitada al mbito de la propia
empresa, porque las cpulas federativas de estos sindicatos son muy cerradas y
acostumbran a perpetuarse en el cargo. Su cultura sindical es respetuosa de las formas, incluyendo el puntual cumplimiento de un calendario de asambleas, eleccin
de delegados, revisin salarial y otras tareas. Pero todo ello con un frreo control
de la cadena de mando. La revisin contractual, por ejemplo, depende, en todos
los casos conocidos, de un grupo de asesores designados por la cpula sindical de
forma permanente a plantas o empresas determinadas. 2) En sus relaciones con el
trabajo y la empresa, el sindicalismo blanco de Monterrey puede calificarse como
subordinado a la empresa coadyuvando en tareas de gestin de recursos humanos. De la Garza recuerda aqu el concepto de microcorporativismo y aunque
lo ajusta a las particularidades del caso mexicano incluye en el mismo concepto
a los sindicatos blancos que no slo negocian sino hacen tareas de gestin de
mano de obra (de la Garza, 2003). En este punto coincide Palacios (2003 y 2004),
quien aplic ya este concepto a los sindicatos blancos de Monterrey. 3) Tratndose de la relacin con el estado, de la Garza afirma que los sindicatos blancos han
estado ausentes de la arena estatal. En contra de esta opinin, en las siguientes pginas trato de mostrar que la participacin de los sindicatos blancos en la poltica
ha sido discreta, y la mayora de las veces lo han hecho a travs de sus patrones o
prestando un servicio a sus patrones; pero existen varios ejemplos histricos que
refutan su celebrada imagen apoltica. Su misma circunstancia actual y su acercamiento a la presidencia de la republica y a la Secretara del Trabajo los define cada
vez ms como un actor poltico. 4) En el ltimo criterio de su propuesta analtica,
de la Garza omite toda referencia a los sindicatos blancos, pero la relacin con la
sociedad, sobre todo local, es uno de los elementos distintivos del sindicalismo
blanco de Monterrey. El vnculo con la comunidad en la que viven sus trabajadores no es el que tradicionalmente juega un organismo sindical, de movilizacin y
protesta, es ms el de un organismo intermedio que propone reformas a las leyes,
opina del manejo de las ciudades y del ltimo acontecimiento de la poltica local,
mantiene presencia en ceremonias cvicas y que sobre todo trata de imitar al modelo de los clubes sociales o las asociaciones mutualistas organizando el tiempo
libre de sus agremiados con actividades deportivas y recreativas.
En resumen, los sindicatos blancos de Monterrey son burocracias grandes y
eficientes, con una visin pragmtica y limitada de su papel de representacin de
los intereses de sus agremiados, a los que considera clientes, como dicta la ideologa
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gerencial en boga, controlados de arriba abajo, subordinados a la empresa, pero interesados en el trabajo como tal, que participan en la res publica, pero con una visin
conservadora del orden social, alindose en diferentes momentos de su historia a
partidos polticos de corte conservador, como el Partido Accin Nacional (pan),
ahora en poder de la presidencia de la repblica.
La dimensin poltica de este movimiento no debe subestimarse. Si las fuentes de poder del sindicalismo son el control del mercado de trabajo y su acceso
al poder poltico (Zapata, 2004), la reciente expansin de los sindicatos blancos
puede verse como el resultado, entre otras causas, de un mayor acceso a los rganos de decisin del Estado. El relevo del Partido Revolucionario Institucional (pri)
en la presidencia por parte del pan, en 2000, abri a los blancos la puerta de Los
Pinos. Ciertamente, el significado de este acercamiento est por verse. En su larga
historia, este movimiento no ha influido en la orientacin ni en la ejecucin de la
poltica econmica del Estado mexicano, y su poltica social: vivienda, transporte,
salud, educacin y recreacin, que s ha desarrollado, ha tenido como interlocutor
a los patrones, no al Estado.
Las dos imgenes opuestas del sindicalismo blanco
183
que los sindicatos blancos son impostores que no representan a quienes afilian
porque son dirigidos a trastienda por el patrn. Esta impostura tiene la funcin de
aparentar que el patrn cumple la ley reconociendo el derecho de sindicacin de
sus trabajadores, cuando lo que hace es colocarse en los dos lados de la mesa de
negociacin, anulando de facto la posibilidad de cualquier acuerdo bilateral con sus
trabajadores. El patrn que controla a la representacin colectiva de sus trabajadores no tiene motivo para negociar sus condiciones, le basta comunicar al lder
sindical su voluntad para que ste se encargue de obligar a los trabajadores a hacer
o dejar de hacer lo que desea. La historia apoya este estereotipo. En Monterrey,
los sindicatos blancos ayudaron a los patrones a detener a otros sindicatos que los
amenazaban. Los sindicatos blancos restaron fuerza y finalmente derrotaron a los
sindicatos aliados al gobierno, de filiacin primero cromista y despus cetemista,
que aparecieron en la ciudad de Monterrey en las dcadas 1920 y 1930 del siglo xx.
184
Como era de esperarse, el apoyo que los blancos reciben de sus agremiados ha
dado lugar a un estereotipo de signo positivo en el que se celebra la generosidad de
los patrones y la responsabilidad de los dirigentes blancos. El prototipo del paternalismo regiomontano es la poltica de beneficios de la Cervecera Cuauhtmoc y
sus empresas asociadas. Es explicable que esa empresa sea el ejemplo ms acabado
del paternalismo pues Cervecera fue durante todo el siglo xx el negocio ms exitoso de la ciudad. El estereotipo dice que los patrones regiomontanos concedieron
beneficios antes de que se los exigieran sus trabajadores o el gobierno. Nemesio
Garca Naranjo, cronista de la ciudad por muchos aos y uno de los publicistas ms
activos del mito del buen patrn, resume el estereotipo en pocas palabras:
Los fundadores de la Cervecera Cuauhtmoc no fincaron la empresa sobre cimientos de extorsin ni de injusticia [...] Los directores no esperaron a las leyes en pro de
los obreros, que ya se presentan. Todo lo contrario, se adelantaron para conceder
voluntariamente, lo que despus se iba a otorgar por obra de la nueva legislacin [...]
En resumen, la Cervecera Cuauhtmoc se adelant a las demandas del proletariado y
dio y sigue dando una ctedra de industrialismo comprensivo y humanitario (Garca
Naranjo, 1965).
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El paternalismo a debate
El paternalismo de que se ufanan los patrones y promueven sus panegricos tiene,
no obstante, sus crticos. Mximo de Len (1968:165) advierte que el paternalismo de Cervecera fue posible por una serie de circunstancias especiales, pues no
todos los patrones pueden recurrir a este tipo de medidas. Concretamente, la
Cervecera y sus mltiples negocios conexos rendan y rinden un alto nivel de utilidad, lo que permiti a sus dueos distraer una pequea cantidad para financiar estas
medidas comprensivas y humanitarias. Otras industrias, como el caso tal vez de la
Fundidora de Fierro y Acero, no tenan ese ligero margen de utilidades disponibles
para estos menesteres. Ya todava con ms razn las empresas pequeas o medias (de
Len, 1968:166).
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El segundo trauma es un intento fallido de sindicacin en la Cervecera Cuauhtmoc. A principios de 1917, obreros de la Cervecera comunicaron al gobernador del estado, Alfredo Ricaut, la constitucin de la Alianza Emancipadora de
Obreros de la Cervecera Cuauhtmoc (Rojas, 1992:96). La conspiracin fue socavada con el despido fulminante de los miembros fundadores del sindicato.
En respuesta a este primer brote de inconformidad, el gerente Luis G. Sada promovi la formacin de una sociedad cooperativa que inicia formalmente sus funciones
el mes de marzo de 1918, llamada primero Sociedad Cuauhtmoc y despus, cuando se form la filial Fbricas Monterrey, Sociedad Cuauhtmoc y Famosa (Rojas,
1992:54).
Esta sociedad, que ha sido descrita como una especie de beneficencia (Fuentes, 1976:68), cumpli con creces las expectativas de sus creadores. Rojas recoge
una nota del diario El Porvenir, de fecha 16 de abril de 1920, en la que se informa
que hasta entonces los operarios de Cervecera no han secundado ninguna huelga ni han odo a los agitadores que han venido a Monterrey (Rojas, 1992:55).
scar Flores agrega que esta sociedad es el embrin de los sindicatos blancos. La
Sociedad Cuauhtmoc y Famosa represent la nica organizacin aceptada por
la administracin para plantear inquietudes de mejoramiento de vida que pudieran
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tener tanto empleados como obreros. He aqu el embrin de los sindicatos blancos consolidados en los aos treinta (Flores, 1987:249).
El siguiente trauma por el que pasaron los industriales de Monterrey fueron
las huelgas generales que los metalrgicos estallaron en 1918 y 1920 en las tres
mayores fundidoras de la ciudad. La sucesin de huelgas demostr una creciente
y ms eficiente organizacin de la protesta obrera. La primera huelga metalrgica
fue iniciada en solitario por los Gremios Unidos de Fundidora Monterrey y la
segunda estall simultneamente en las tres fundidoras bajo el mando nico de la
Conferacin Regional Obrera Mexicana (crom), la ms grande y organizada central
nacional de ese momento. La duracin de la huelga metalrgica de 1920 parece haberlos convencido de la urgencia de acabar con los motivos de descontento antes
de que aparecieran nuevas amenazas en forma de sindicatos oficialistas, anarquistas o comunistas. Las movilizaciones obreras tuvieron una impresin significativa
en los industriales regiomontanos, dice Snodgrass, quien agrega que a partir de
1918, ellos tomaron medidas para inhibir la militancia obrera y evitar los costosos paros de produccin (Snograss, 1996:7-8). Los industriales no cedieron a las
principales demandas de los huelguistas: el reconocimiento de las organizaciones
sindicales y el fin de los despidos cclicos que se acostumbraban en las fundidoras
y otros negocios de la ciudad; pero a cambio alentaron en las principales fbricas
regiomontanas el modelo mutualista de cervecera. La estrategia de control de
daos tambin inclua comits obrero patronales en cada departamento, llamados
comits de ajustes, que funcionaban como pequeas juntas de conciliacin precedidas por un representante patronal, el jefe departamental. Estos comits permitieron a los industriales descargar en los jefes intermedios la responsabilidad de
los despidos, pues estos rganos decidan quines eran desocupados al escasear las
ventas y reducirse la produccin. Pero hasta aqu los industriales regiomontanos
nada tenan que ver con los sindicatos. Lo que los convenci de dar el siguiente
paso fue la promulgacin de la Ley federal de trabajo. Hasta el ltimo momento se
opusieron a la ley, pero cuando fue aprobada decidieron prevenirse. Temiendo que
una ola de sindicatos rojos invadiera sus negocios decidieron responder al fuego
con fuego, alentando a sus obreros ms leales a formar sus propios sindicatos y
ganando para su causa a los lderes sindicales menos radicales. As surgieron los
primeros sindicatos blancos.
188
El origen
Hasta la promulgacin de la Ley federal del trabajo, en 1931, los sindicatos no haban
prosperado en Monterrey a pesar de que su historia en la regin se remontaba
a 1874, cuando se form el Gran Crculo de Obreros de Monterrey (Vellinga,
1989:134). La oposicin de los industriales, la antipata de los sucesivos gobernadores y la inestabilidad del mercado de trabajo lo impedan (Snodgrass, 1996:11).
Para mantener a raya a insumisos y agitadores, los empresarios usaron como castigo disciplinario los despidos punitivos, los frecuentes recortes de personal y la
reduccin de das de trabajo; ni siquiera la Constitucin de 1917 quebr la oposicin
de los industriales regiomontanos. En 1917, los trabajadores de Cervecera se organizaron en su primer sindicato, pero los propietarios de la fbrica acabaron con
la insubordinacin despidiendo a los fundadores. En 1923, un grupo de despedidos form un sindicato en Vidriera Monterrey, filial de Cervecera Cuauhtmoc,
pero la empresa nunca los reconoci ni los reinstal en el trabajo como demandaban (Ramrez, 2009). Aos despus, en 1929, los propietarios canadienses de
la Compaa de Tranvas, Luz y Fuerza Motriz, Agua y Drenaje y Gas de Monterrey, se negaron a reconocer al primer sindicato organizado por sus trabajadores y despidieron a 30 de sus fundadores (Arenal, 1988:39). Con la nueva ley se
abran mejores perspectivas, pero en muchos casos los industriales se adelantaron
a los obreros organizando sindicatos blancos bajo la direccin de los empleados
de confianza (Snodgrass, 1996). Aprovechando la escasez de trabajo provocada
por la depresin econmica mundial, los industriales alentaron la afiliacin de los
obreros a estos sindicatos con la promesa de empleo estable en lugar de jornadas
reducidas (Snodgrass, 1996). Estos sindicatos fueron tcitamente autorizados por
los capitanes de la industria, que alabaron pblicamente la responsabilidad de sus
dirigentes por declararse anticomunistas, enemigos de las huelgas y dispuestos a
cooperar con los patrones en busca de la armona. Inmediatamente despus de
la promulgacin de la Ley federal del trabajo fueron creados numerosos sindicatos
blancos. El primero de ellos fue su modelo original. El 5 de noviembre de 1931
fue fundado el sindicato blanco por excelencia: la Unin de Trabajador de Cuauhtmoc y Famosa (en adelante citada como utcyf o Unin). Una momia de mutualismo resucitada la llama Abraham Nuncio (1984). La Sociedad Cuauhtmoc
no fue sustituida por la Unin. La Unin fue ms bien un membrete sobrepuesto
a la Sociedad. Los jefes de la Cervecera consideraron conveniente conservar la
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190
191
Al triunfo de los blancos colaboraron sus enemigos. En los llamados sindicatos rojos se registraron, a mediados de la dcada de 1940, dos procesos que
terminaran de hundirlos. Uno fue la lucha por sacar a los comunistas del movimiento sindical y otro fue la corrupcin de los lderes sindicales que se acercaron
al gobierno para ponerse a su servicio. Muy pronto a los inicios de la dcada de
los cincuenta los comunistas estaban ya excluidos del movimiento sindical regiomontano (de Len, 1968:234). En 1953 los comunistas fueron expulsados de
Fundidora Monterrey y perdieron su influencia sobre el movimiento organizado.
Ese ao ocurri el despido, de una manera arbitraria y con la complicidad del
gobierno y el comit ejecutivo charro del sindicato, de un grupo de trabajadores
entre los cuales estaban los principales dirigentes comunistas de entonces, con lo
que suprimieron al ncleo ms consciente y combativo del sindicato, as como
atemorizaron al resto de los trabajadores (de Len, 1968:142).
De esta poca datan las primeras incursiones de los sindicatos blancos en la
poltica partidista. En 1947 los blancos fueron convocados por sus patrones a votar por los enemigos de la revolucin. Ese ao, Antonio L. Rodrguez, un rico
192
banquero de la ciudad, fue elegido diputado federal con los votos de los blancos.
El prista y cetemista Blas Chumacero se quej en la Cmara de Diputados que
Rodrguez haba llegado a su curul gracias a que el presunto diputado y sus aliados
obligaron a los sindicalistas blancos a votar por l: Son los sindicatos blancos de
Monterrey, engaados miserablemente, los que han sido presionados para ir a depositar su voto en favor del seor Rodrguez, o caso de negarse seran separados
del trabajo; y si iban a votar, en cambio por ese da se les pagara salarios dobles
(Cmara de Diputados, 1946).
Con Morones Prieto, el gobierno del estado de Nuevo Len fue entregado a
los industriales. Desde entonces el gobernador en turno impide que los sindicatos
oficialistas sustraigan trabajadores a los blancos (de Len, 1968:253). No obstante, a pesar del poder de sus patrocinadores, la hegemona de los blancos nunca ha
sido bien aceptada por las centrales oficialistas. Cada cierto tiempo surgen problemas. En las dcadas de 1940, 1970, 1980 y 1990, la Confederacin de Trabajadores
de Mxico (ctm) intent desfondar a los blancos, quitndoles trabajadores, demandando la titularidad de contratos colectivos de trabajo y reclamando para s la
sindicacin de nuevas empresas. Los blancos enfrentaron un desafo ms grande
cuando sus patrocinadores salieron de Nuevo Len y los llevaron consigo a sus
nuevas fbricas. Los trabajadores de las empresas filiales del Grupo Monterrey
193
en otros lugares del pas fueron encuadrados en sindicatos similares a los creados
en Monterrey. As cuando se constituy hylsa en Puebla, fueron enviados desde
Monterrey dirigentes sindicales para organizar el sindicato de la filial poblana
(Toledo y Zapata, 1999:I/226). La estrategia de exportar sus sindicatos a la par
que ampliaban sus empresas en territorio nacional provoc choques con las centrales oficialistas que dominaban cada lugar.2
Los sindicatos blancos estn organizados en varias federaciones y confederaciones. Las principales son cuatro: la Confederacin de Trabajadores de Sindicatos
Independientes (ctsi), la Federacin de Trabajadores de Sindicatos Autnomos
(Fetsa), la Federacin Nacional de Asociaciones Sindicales Autnomas (Fenasa), y
la Confederacin de Agrupaciones Sindicales Mexicanas (Conasim).
Agremiados
Confederacin de Trabajadores de Sindicatos Independientes (ctsi)
Federacin de Trabajadores de Sindicatos Autnomos (Fetsa)
Federacin Nacional de Asociaciones Sindicales Autnomas (Fenasa)
Confederacin de Agrupaciones Sindicales Mexicanas (Conasim)
360 000
30 000
40 000
70 000
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honor a la verdad debera hablarse nicamente de dos ramas, porque los sindicatos
libres son apenas desprendimientos de independientes y autnomos. El sindicalismo blanco naci como un movimiento descoordinado de sindicatos de empresas. Pero bien pronto los sindicatos blancos se agruparon. Los independientes
fueron los primeros en federarse en 1936, luego los autnomos que crearon dos
federaciones, una en 1943 y otra en 1976; y por ltimo los sindicatos libres, que
se agruparon en su propia confederacin hasta 2003. El tronco del que provienen
estas ramas es la Unin de Trabajadores de Cuauhtmoc y Famosa (utcyf), primer
sindicato blanco en Monterrey. Casi todas las federaciones blancas se dicen herederas de su legado. La Federacin Nacional de Sindicatos Independientes (fnsi),
la mayor federacin de la Confederacin de Trabajadores de Sindicatos Independientes (ctsi), presume que la utcyf es uno de los sindicatos que fund, en 1936,
la Federacin de Sindicatos Independientes de Nuevo Len (fsinl), la primera
federacin blanca en Monterrey y antecedente de directo de fnsi. Por su parte, la
Fenasa declara en su portal (www.fenasa.org) que su propia historia comienza con
esta unin (utcyf), a pesar que Fenasa no fue creada hasta 1976, con otro nombre,
Alianza Sindical Alfa (asa). No obstante, la utcyf no pertenece a fnsi ni a Fenasa,
la utcyf forma parte de la recientemente formada, en 2001, Conasim. La divisin
del sindicalismo blanco en estas federaciones y confederaciones no es ideolgica; se debe al inters de sus patrocinadores, las empresas del grupo Monterrey,
que alentaron la formacin, divisin y reagrupamientos de estas federaciones y
confederaciones conforme ampliaron sus negocios y desarrollaron su presencia
fuera de Monterrey. Las diferentes centrales sindicales son ms parecidas de lo
que sugiere la variedad de sus nombres. Varios sindicatos grandes y emblemticos
han pasado de una central a otra. Como el Sindicato General de Trabajadores
de la Industria del Vidrio y Conexas, que fue uno de los fundadores de la fsinl,
y ahora forma parte de fetsa. O el mismo caso de la utcyf, que primero form
parte de los independientes y ahora es la cabeza de la Conasim. Las principales
empresas tratan con ms de una federacin, y no guardan una fidelidad especial
por ninguna. No es infrecuente que una misma empresa prefiera en Nuevo Len a
un sindicato de fnsi y en el resto del territorio nacional a otra federacin. Como el
Instituto Tecnolgico y de Estudios Superiores de Monterrey (itesm), que tiene un
sindicato de fnsi (Sindicato de Trabajadores del itesm) en su campus Monterrey
y un sindicato de Conasim (la Asociacin Nacional de Empleados y Trabajadores
en Instituciones Educativas, Culturales y Recreativas en General, Similares y Conexas) en sus otros campus. El criterio por el cual las empresas seleccionan una
195
federacin o confederacin blanca no est del todo claro. fnsi presume tener entre
sus filas a uno de los primeros blancos, el Sindicato de Obreros y Empleados de
Cementos Mexicanos (soecm), pero un sindicato de fetsa (Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Industria Cementera y sus Derivados, Similares y Conexos de la
Repblica Mexicana-snticdscrm) afilia a los trabajadores de Cementos Mexicanos
(ahora Cemex) en sus plantas de Torren, Huichapan, Monterrey, Hermosillo/
Yaqui, Ciudad Valles, Tamuin y Tepeaca.
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198
Fuente: dgra/styps, Padrn actualizado de agrupaciones de la Federacin de Trabajadores de Sindicatos Autnomos (ftsa), 8 de diciembre de 2005.
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200
201
sindicatos blancos ha mejorado y ahora cuentan con un aliado en Los Pinos. Primero con Vicente Fox (2000-2006) y luego con Felipe Caldern (2006-2012), los
blancos han dejado de ser tratados con la frialdad que los trataron los presidentes
pristas y ahora son inclusive apoyados. Apenas Fox lleg a la presidencia, fenasa
y fnsi fueron invitados por el entonces secretario de Trabajo Carlos Abascal al
Consejo Nacional para el Dilogo de los Sectores Productivos, foro creado por el
gobierno federal para discutir la reforma a la Ley federal del trabajo, molestando de
paso a centrales oficialistas a quienes incomoda compartir la mesa con los blancos.
El mismo Carlos Abascal, quien tambin lleg a ser secretario de Gobernacin, ha
sido sealado como el verdadero impulsor de la Conasim y otras centrales cercanas al partido en el poder, el pan.
202
203
Tabla 7. Recuento por la titularidad de contratos colectivos de tres empresas del Grupo
Minera Mxico, celebrado el 5 de septiembre de 2007
Empresa
Total
Votos Votos
de
para
para
votantes
fnsi
sntmmsrm
Minerales Metlicos del Norte, S.A. de C.V., Unidad Santa Brbara
764
Industrial Minera Mxico, S.A. de C.V., Planta Nueva Rosita
235
Industrial Minera Mxico, S.A. de C.V., Planta San Luis
243
Industrial Minera Mxico, S.A. de C.V., Refinera Electroltica de Zinc 434
Industrial Minera Mxico, S.A. de C.V., Unidad Charcas
729
Mexicana de Cobre, S.A. de C.V., Beneficiadora de Concentrados
786
Mexicana de Cobre, S.A. de C.V., Unidad La Caridad
658
Mexicana de Cobre, S.A. de C.V., Planta de Cal
16
Gran total
3 865
764
185
243
386
687
780
655
16
3 716
0
50
0
48
42
6
3
0
149
Fuente: Organizacin Internacional del Trabajo, Comit de Libertad Sindical, , Informe # 350 (caso 2478), vol. xci,
2008, Serie B, nm. 2.
204
Este sindicato contaba al 30 de junio de 2008 con 309 agremiados de la empresa hylsa S.A. de C.V., en
su complejo industrial de Las Encinas, Colima. La sede oficial del sindicato es Pihuamo, Jalisco (dga,
styps, Toma de nota de padrn de socios actualizado, 30 de junio de 2008).
8
Al momento de su registro el sindicato cetemista contaba con 192 trabajadores en dos empresas mineras
que operan en el suroeste del estado de Sonora: 59 trabajadores en Operadora Minera de Navojoa, S.A.
de C.V. y 133 trabajadores en Mayoson, S.A. de C.V. (dgra/styps, 25 de octubre de 2007). Por su parte,
el sindicato en Cananea afiliaba, al momento de su registro, a 85 trabajadores de Mexicana de Cananea,
S.A. de C.V. (dgra/styps, 25 de octubre de 2007). En su primer ao de vida el sindicato cetemista firm
cuatro contratos colectivos con Mayoson, S.A. de C.V. (jfcya, 30 de octubre de 2007), Operadora Minera
de Navojoa, S.A. de C.V. (jfcya, 30 de octubre de 2007), Cobre de Mayo, S.A. de C.V. (jfcya, 30 de
octubre de 2007), Ocotillo Desarrollos Industriales y Extractivos, S.A. de C.V. (jfcya, 20 de octubre de
2008). El sindicato en Cananea, en cambio, no parece tener ninguna posibilidad de disputar la titularidad
del contrato de Mexicana de Cananea a la seccin 65 del sntmmsrm.
7
205
Conclusiones
La historia del sindicalismo blanco de Monterrey es la historia de un pequeo grupo de choque que se convirti, gracias a sus patrocinadores, en una gran masa de
sindicatos locales y nacionales, que afilian en los principales puntos del territorio
nacional a los trabajadores de un grupo heterogneo de grandes empresas y poderosos empresarios. De su evolucin histrica pueden extraerse varias conclusiones. Primero, ya no es como lo fueron en su inicio, un movimiento descoordinado
de sindicatos locales de empresas, ahora son, en su mayora, sindicatos nacionales de industria, agrupados en federaciones y confederacin. Aunque desde la
dcada de 1950 afiliaron trabajadores fuera de Monterrey, es ahora cuando se han
convertido en una verdadera fuerza nacional. Segundo, su pretendido rechazo a
la poltica es un malentendido histrico. Primero contra el pri, luego con el pri y
ahora con el pan, hay ejemplos del activismo poltico de los blancos, aunque ciertamente son discretos y no se mezclan en escndalos como acostumbran hacer
sus adversarios. Ms recientemente, la cercana de los blancos con los gobiernos
de extraccin panista los ha llevado a participar y definirse en temas de poltica
electoral y laboral. Tercero, actualmente el sindicalismo blanco se encuentra en
una etapa de expansin que a mediano plazo les puede redituar fuertes ganancias
en sindicatos y afiliados arrebatados a sindicatos ligados al viejo rgimen, como ha
sucedido en el choque del fnsi con el sindicato minero.
Estas tres conclusiones dan argumentos a quienes especulan que los sindicatos blancos podran desempear un papel central en el arreglo institucional que
surja de la ya larga recomposicin del corporativismo mexicano. Naturalmente,
como apunta De la Garza (2003), aunque el sindicato de las preferencias histricas de las empresas haya sido el blanco, tampoco resultar fcil y sin conflictos la
sustitucin de los corporativos por aqul.
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