Apuntes Religión 1º Bachillerato
Apuntes Religión 1º Bachillerato
Apuntes Religión 1º Bachillerato
TEMA 1
INTRODUCCIN AL ESTUDIO DE LAS RELIGIONES
1. Algunas reflexiones sobre nuestra existencia.
Todos nosotros, se supone, sabemos qu hacer con esta vida o existencia
a la que nuestros padres nos han obligado (invitado).
Precisamente con este se supone, declaramos la no certeza de las
convicciones que guan las decisiones de las que depende dramticamente
nuestra vida, es decir, la posibilidad de su error o, al menos, de su no
comprobacin personal o racional; este es el tema bsico del que va a
tratar este primer tema de curso (y una de las principales preocupaciones
humanas de donde surgen las religiones).
Qu valen nuestras opiniones sobre los temas que ms nos importan en
la vida (la inmortalidad, la naturaleza del amor, la falta de autenticidad de
muchas personas y sus bsquedas, muchas veces frustradas, de felicidad o
vida placentera? Somos nosotros los verdaderos dueos de nuestras vidas?
Por qu nos comportamos como lo hacemos en nuestra relacin con los
dems? Estaremos pensando y tomando las decisiones correctas a la hora
de hacer y planear nuestras vidas? Cmo estamos tan seguros de que
nuestros proyectos obedecen a una genuina libertad nuestra o son, ms
bien, el resultado de un dejarnos llevar (y vivir) por las modas del
momento? Todas estas preguntas (y ms) han sido contestadas, para
muchas personas, por este conjunto de saberes y acciones tan peculiares
que se ha llamado clsicamente religin.
Una mirada general a nuestra vida hasta el momento presente (16-17
aos) nos descubrira que hay para todos nosotros, desde luego, en primer
lugar la entrada misma en la existencia, la llegada a ella, si as puede
decirse, que es inmemorial: nadie se acuerda de haber nacido.
Sigue una fase de acomodacin a la vida, de absorcin de hbitos que
ya estaban ah, desde antes de nuestro nacimiento, en la familia, el barrio,
la escuela.
Y a esta segunda fase le sucede un da una ruptura tajante, inopinada,
para la que no se estaba preparado. Esta sorprendente herida tan honda en
la existencia, este despertar a la seriedad y al inters autnticos de las cosas
que sobreviene (aunque no slo) cuando en la infancia tomamos conciencia
de la muerte de nuestros seres queridos y de la nuestra, no hay derecho a
que se nos olvide. Y, efectivamente, jams se nos olvida por completo.
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Una vez que esta crisis se ha producido, caben dos posibilidades: tratar
de hacernos incmoda y apasionadamente a la inquietud (situacin
fundamental), o tratar de acallarla distrayndonos de ella (situacin
superficial o primordial).
La religin, lo propiamente humano y racional de ella, es ahondar en lo
que nos pasa para descubrir el fondo de donde proviene. Es curioso (y
trgico) que la primera reaccin del hombre ante ese fondo de s mismo sea
huir de l y ocultrselo con toda clase de recursos. En el fondo de todos
ellos est muy probablemente el miedo a la soledad ya que es esta
experiencia de estar a solas con nosotros mismos la que pone al descubierto
el vaco de una vida superficial (nuestras vidas en casi todos los
momentos), la prdida del ser en la dispersin de los quehaceres, la
sustitucin del ser por el tener, etc. El ms importante de estos recursos ha
sido siempre el divertimento (o distraccin) como medio para el olvido
sistemtico de s.
En nuestro tiempo, esta capacidad de divertimento se ha multiplicado
prodigiosamente; pero el mecanismo que lo suscita y los efectos que
produce siguen siendo los mismos. Unamuno lo describa con verdadero
patetismo: la nica cuestin que vale la pena es la cuestin humana y la
cuestin humana se reduce a saber qu habr de ser de mi conciencia, de
la tuya, de la de otro, de la de todos, despus que cada uno de nosotros se
muera. Todo lo que no sea encarar esto, es meter ruido para no ornos y he
aqu por qu () buscamos la compaa de los otros. Se busca la
sociedad nada ms que para huirse cada cual de s mismo y as, huyendo
cada uno de s, no se juntan sino sombras varias, miserables, espectros de
hombres.
Albert Camus, filsofo y escritor francs, resuma todas estas
cuestiones en una. Lleg a afirmar que no hay ms que un problema
filosfico verdaderamente serio: si la vida merece la pena ser vivida.
Entramos, pues, sin ms dilacin en materia.
De qu mbitos o saberes, en la historia del ser humano y de las
civilizaciones, proceden (o han procedido) las posibles respuestas a esta
pregunta que tan claramente formul Camus?
Clasificacin.
Los seres humanos, ejercitamos y desarrollamos nuestra existencia espaciotemporalmente. Nos guste o no, habitamos un lugar que permite nuestra
localizacin en el espacio, y somos habitados por un misterioso
transcurrir temporal que nos va consumiendo sin apenas darnos cuenta.
Pero los seres humanos tambin disponemos de la actividad de otro
enigma: la conciencia. Ya estemos despiertos (perodo de vigilia) o soando
(perodo onrico), nuestra conciencia no deja de realizar actos mentales. La
psicologa y la filosofa los han distinguido en los siguientes tipos:
Actos mentales
pensadores europeos del siglo XX, Max Scheler como ya vimos el curso
pasado-, estableci la siguiente clasificacin:
Valores