Anibal Viguera
Anibal Viguera
Anibal Viguera
JUNIO
1998
ESTADO,
EMPRESARIOS
Y REFORMAS ECON~MICAS:
E N BUSCA DE UNA PERSPECTIVA ANALITICA
INTEGRADORA
Anibal Viguera*
PERFILES LATINOAMERICANOS
acerca de los factores que permiten explicar la adopcin de ciertas polticas econmicas en determinadas circunstancias, dar cuenta de sus
rasgos y alcances especficos en cada caso, y comprender los xitos
y fracasos de su implementacin efectiva. Ms all de los eventuales
impulsos "globales" hacia la liberalizacin, el anlisis concreto de la
politics de las reformas econmicas se constituy en un objeto privilegiado de atencin que puso en juego viejas y nuevas perspectivas
acerca de las causas de la puesta en marcha de los sucesivos "modelos de crecimiento" en la regin.
La problemtica se ubica en el cruce de teoras y enfoques que
hacen a la definicin misma de las relaciones entre el Estado y la
sociedad, y sobre todo, del papel relativo de las lites estatales y los
agentes econmicos en la definicin de las polticas pblicas. Preguntarse por los determinantes polticos de las orientaciones ms
generales de la poltica econmica implica en efecto insertarse en
debates que giran en torno a clivajes (cleavages) analticos bsicos
que por otra parte se superponen entre s: autonoma del Estado o
poder de los grupos sociales,determinaciones estructurales o interaccin estratgica entre actores, factores internacionales o poltica domstica, ideas o intereses. En este trabajo me propongo presentar
algunos aspectos relevantes de los debates tericos en torno a estas
cuestiones que me parecen pertinentes para orientar la investigacin y la bsqueda de factores explicativos de la formulacin de las
polticas econmicas en general, y ms especficamente, de la relacin entre Estado y empresarios en torno a dicho proceso.
Si algo caracteriza al estado actual de estas discusiones es una
tendencia creciente a reconocer la necesidad de una convergencia
entre las perspectivas que enfatizaban demasiado unilateralmente
alguno de los polos de los clivajes mencionados ms arriba, y a
asumir que unos u otros factores explicativos pueden tener un peso
diferente y variable en distintas circunstancias y contextos histricos. Esto ha incrementado el "pluralismo" imperante en el campo de
la poltica comparada y hace difcil la identificacin y denominacin
misma de los enfoquesexistentes (Geddes, 1991).Confines operativos
organizar este artculo apelando a una clasificacin convencional
que me permita ordenar las cuestiones y perspectivas tericas involucradas, partiendo de la postulada dicotoma entre autonoma del
Estado y determinaciones societales o estructurales de las polticas
PERFILES LATINOAMERICANOS
PERFILES LATINOAMERICANOS
PERFILES LATINOAMERICANOS
"
PERFLES LA TINOAMERKANOS
decisiones que de influir positivamente en la definicin de las polticas. Como afirma K. Sikkink, la posicin privilegiada de los capitalistas ayuda a explicar por qu ciertas alternativas que son directamente perjudiciales para los capitalistas son excluidas de la
agenda, pero no tanto a comprender el contenido de las polticas que
efectivamente se adoptan (Sikkink, 1991).Incorporando todas estas
salvedades y matices, entonces, la nocin del poder estructural resulta una herramienta analtica imprescindible para indagar acerca de las distintas alternativas de la relacin entre Estado y sector
privado en torno a las polticas econmicas; puede decirse que su
mrito ms claro es que permite incorporar el peso de las "estructuras" sin reducir la poltica a ellas.
Un eventual corolario de esta tesis sera que los capitalistas no
necesitan organizarse y actuar colectivamente para ver satisfechos
sus intereses; les basta con calcular racionalmente si bajo las polticas imperantes su tasa de beneficio es suficiente o no y actuar microeconmicamente en consecuencia (Lindblom, 1977; Offe, 1990).
En realidad, formulado en esos trminos, este razonamiento no resulta sostenible, pero s es cierto que en un sentido ms amplio la
situacin estructural de los capitalistas tiene derivaciones analticas claras respecto a las condiciones de su accin colectiva, ya que
tienen tres formas diferentes de accin para influir sobre las polticas: la,de la propia firma, la cooperacin informal entre empresas o
empresarios y la asociacin corporativa formal (Offe y Wiesenthal,
1985).La posibilidad misma de ejercer influencia por contactos individuales, que depende ciertamente tambin de las instituciones polticas vigentes, se constituye a su vez en un obstculo para emprender acciones y organizaciones colectivas; de la misma manera el
poder estructural diferenciadocontribuye a disminuir los incentivos
para la accin colectiva formal, ya de por s obstaculizada por la
compleja diversidad de intereses que caracteriza a los capitalistas.
Las coaliciones
En suma, los empresarios capitalistas tienen cierto poder para condicionar las polticas estatales, a veces de acuerdo con lo que desean,
a veces a pesar o en contra de ello. Pero en cualquier caso, eso no elimina la alternativa de la accin e influencia especficamente polti-
cas, lo que nos remite a explorar mediante qu enfoques o perspectivas resulta conveniente incorporar este otro elemento al esquema
de anlisis.
La participacin e influencia de los empresarios en relacin con
las polticas econmicas generales es analizada muchas veces en trminos de la conformacin de "coaliciones de polticas", ya sea entre
determinados sectores capitalistas y el Estado, o incluyendo adems
a otros grupos o actores sociales. Me refiero aqu en sentido estricto a las alianzas concebidas en trminos estructural-sectoriales: se
visualizan ciertos intereses comunes a uno o varios sectores de una
determinada estructura econmica y se analiza su relacin con la
adopcin de un rumbo particular en la poltica econmica.14Ahora
bien, cabe preguntarse de qu manera esta nocin de coaliciones
puede ser utilizada productivamente, ya que la misma lleva implcito el riesgo de caer nuevamente en determinismos estrechamente
instrumentales o estructurales.
Esta perspectiva tiene una utilidad indudable en lo que hace a
identificar las posibilidades estructurales que en cada situacin y
momento histricos son ms proclives a sustentar -poltica y microeconmicamente- polticas estatales orientadas hacia el fomento de un determinado modelo de crecimiento.En este sentido pueden
explorarse en cada caso los eventuales clivajes de potenciales alianzas y conflictos que, dada la conformacin e influencia relativa de los
sectores econmicos, cabran articularse en torno a distintas alternativas de poltica econmica. La predictibilidad de las eventuales
coaliciones supone asumir que ciertos sectores en determinadas
circunstancias adquieren un "poder estructural" ms decisivo. En
general, en efecto, la coalicin exitosa aparece de alguna manera
predeterminada: se forma con aquellos sectores que resultan "ganadores" en las circunstancias impuestas por la economa internacional, ya que son ellos los ms capacitados para impulsar el crecimiento de la economa.15
Pero cmo debe entenderse la eventual conexin causal entre
esos clivajes identificables estructural o sectorialmente y la forl4 Son las que Gourevitch denomina coaliciones de "actores societalesn, diferencindolas
de las aoaliciones de partidos, grupos de inters, etctera. Cf Gourevitch, 1986.
l5 Cf esta observacin e n Haggard, 1994.Conceptualizaciones de este tipo pueden verse
claramente e n Frieden, 1991;Gourevitch, 1986 y Silva, 1993.
PERFILES LATINOAMEMCANOS
mulacin e implementacin de polticas? En principio cabe identificar en la literatura por lo menos dos maneras de hacerlo, en parte
distinguibles ntidamente aunque a veces en una relativa tensin no
resuelta entre s. Una de ellas es la que ms claramente queda incluida dentro de las perspectivas sociocntricas que estamos analizando aqu: es la que, presentada de manera esquemtica, supone
que los intereses sectoriales se manifiestan "naturalmente" como actores colectivos en la arena poltica presionando por las polticas afines a sus intereses, y que las orientaciones ms generales de la poltica econmica corresponden a la coalicin que resulta exitosa en
imponer sus preferencias. Puede decirse que el anlisis de las polticas de los estados latinoamericanos ha estado particularmente orientado por los enfoques basados en la identificacin de la coalicin o
alianza de clases predominante en cada momento. Una combinacin
de argumentos instrumentales y estructurales es la que en el fondo dio lugar a ese modelo analtico, que predominara hasta los aos
ochenta y que aun no ha sido claramente desplazado en el sentido
comn acadmico y poltico. En sus trminos ms clsicos, esta visin entenda a las grandes lneas de poltica econmica como el
producto de "alianzas de clases" que en etapas sucesivas iban imponiendo determinados "modelos de desarrollo" segn los intereses -muy gruesamente definidos- predominantes en cada una de
ellas. l6
Las "coaliciones"seran as el producto de claras coincidenciasde
intereses surgidas y construidas en el seno de la sociedad y con la
capacidad de imponer sus proyectos a un Estado cuyo eventual papel
propio se ignora. Existe sin embargo otra versin que combina este
nfasis estructural con una mirada que incluye mejor al Estado, y
que permite una mejor aproximacin a la politica "realmente existente": en ella el punto de partida es que "las polticas requieren portadores", y que los agentes estatales -tratando de atender al poder
l6 Una sntesis de este modelo puede verse e n Collier, 1985. Entre las versiones ms complejas y elaboradas de este paradigma pueden citarse los trabajos de Cardoso y Faletto, 1992
[19691, y l a obra temprana de O'Donnell (especialmente 1977b y 1979). Ejemplos ms "mecanicistasn son Cueva, 1990; Ianni, 1984; Peralta Ramos, 1972, entre otros. E n algunos textos
existe una cierta tensin entre las "alianzasn pensadas como "mapa estructuraln de potenciales
coaliciones que condicionan el accionar estatal, y s u presentacin implcita como actores directamente en el plano de la poltica; tal es el caso por ejemplo de O'Donnell, 1977a.
PERFILES LATINOAMERICANOS
(Haggard, 1990:34-35).Una falacia de este tipo subyace en muchas explicaciones de la adopcin de las polticas de industrializacin sustitutiva en Amrica Latina, al verlas como el "producto" de una coalicin o "alianza de clases" encabezada por la "burguesa industrialn.Son diversos los estudios que directa o indirectamente invalidan esa interpretacin: vase por ejemplo Hirschman, 1972;Kaufman, 1990 (para una critica general sobre ese punto); Torre, 1989
(para el caso del peronismo); Murilo de Carvalho, 1982 (sobre los ms complejos orgenes de
la poltica proindustrial en Brasil en los aos treinta); Cavarozzi, 1975 (para el caso de Chile).
Una critica a la postulada relacin entre el "desarrollismony ciertas fracciones de la burguesa
industrial en Sikkink, 1991.
20 Una interpretacin de este tipo sobre las polticas de reforma econmica tendena a
explicar a stas como resultado de una coalicin foj a d a en torno a un "modelo de crecimiento
orientado por las exportaciones industrialesn,en cuya lgica entraria la apertura comercial.
21 Cf. Hirschman, 1963. Este argumento es retomado tambin en Haggard, 1990 y Torre,
1997.
PERFILES LATINOAMENCANOS
junta para demandar por ellos, y a no considerar cmo las instituciones conforman distintos incentivos y opciones para esa accin colectiva.
Sin embargo, el hecho de que existen "grupos de inters" que
ejercen presin e influencia sobre las polticas pblicas no puede negarse. Y a pesar de que el comportamiento poltico y el poder de influencia de los capitalistas estn, como vimos, condicionado~por ciertos factores especficos, los empresarios pueden y suelen tambin
actuar como los clsicos grupos de presin con niveles de agregacin
diversos y cambiantes. Entre las asociaciones formales - q u e no necesariamente coinciden en sus lmites y lgicas con los clivajes sectoriales- y la accin individual, el lobby empresarial puede asumir
formas diversas y tener distintos grados de influencia efectiva sobre
las decisiones de polticas. Tanto la forma, como el alcance y efectividad de esas acciones estn fuertemente condicionadas por el marco
institucional en el que se inserta la relacin poltica entre el sector
privado y el Estado, y pueden variar a su vez segn la arena de polticas de que se trate. La formulacin de polticas puede darse en
trminos ms o menospluralistas -en el sentido de estar sujeta al
resultado de las presiones cruzadas de grupos especficos- segn los
casos. La mayor o menor fragmentacin del poder poltico y de las
esferas de decisin puede dar lugar a distintas formas y grados de influencia sobre las polticas. En las arenas ms especficas, los procesos sistemticos de toma de decisiones pueden ser captados a travs
del concepto de "redes de polticas". En cuestiones globales, y tambin en decisiones de alcance ms especfico, la existencia de mecanismos de intermediacin corporativos puede condicionar el tipo de
participacin e influencia de los diversos grupos de inters. El arraigo de modalidades ms o menos acentuadas de clientelismo puede a
su vez generar otros tipos de accin,ms particularistas, que a su vez
obstaculizarn en muchos casos las formas ms integradas de accin
colectiva.
La forma y el grado en que los grupos de inters influyen como
tales sobre los contenidos de las polticas son entonces variables. En
el caso de las polticas de ajuste y reestructuracin de los aos ochenta, la bibliografa disponible sugiere que su participacin directa como impulsores de las mismas no ha sido muy relevante. Muchos estudios especficos muestran en efecto una fuerte coincidencia respecto
PERFILES LATINOAMERICANOS
El nfasis "estadocntrico"
La "autonoma del Estado" y los alcances de la postura
stadocntrica"
El anlisis crtico de.las perspectivas societalistas conduce en varios
puntos a la necesidad de incorporar en el anlisis el rol de los agentes
e instituciones estatales, lo que me lleva a plantear la cuestin ms
general de la "autonoma del Estado", para desembocar nuevamente
a partir de ella en la necesidad de articular ambas dimensiones.
Pensar en la potencial autonoma del Estado supone distinguir
dos dimensiones fundamentales, estrechamente relacionadas pero
analticamente separables (Skocpol,1985).Por un lado, implica concebir a ste como un actor a travs de la accin de los colectivos de
funcionarios que ocupan el aparato estatal; esta dimensin remite
a pensar al Estado en uno de sus aspectos, que podra denominarse
"el Estado como gobierno". Por otra parte, la autonoma puede entenderse tambin en el sentido de considerar que las instituciones
estatales, en s mismas, tienen una influencia decisiva sobre los procesos econmicos, socialesy polticos. En este trabajo me ocupar exclusivamente de algunas cuestiones relacionadas con la posibilidad
25 Esta conclusin es subrayada particularmente por Geddes, 1995,y Bates y Krueger,
1993.Una excepcin importante en este sentido es Silva, 1993.
26 Cf:
Nylen, 1992;Conaghan y Malloy, 1994;Schneider, 1989;Diniz, 1991.
PERFILES LATINOAMERICANOS
sociales o de inters sobre otros, y as imponer sus polticas. Sin embargo, estas fuentes de poder autnomo son compartidas con otras
organizaciones: lo distintivo del Estado, y por lo tanto la clave para
dar cuenta de su autonoma, es que l constituye la nica organizacin que tiene un poder centralizado y vinculante sobre un territorio
dado. En esto se diferencia cualitativamente de los otros tipos de
instituciones, las que no pueden proveer la utilidad social que el Estado implica; por lo tanto, "el poder autnomo del Estado es el producto de la utilidad de la centralizacin territorial ampliada para la
vida social en general" (Mann, 1984: 211).
En tanto fuente de poder y tipo de poder, el Estado debe entonces
ser concebido como una fuerza independiente, es decir, no reductible
por definicin a otras fuerzas sociales. Pero ello no implica que deba
verificarse en todos los casos que su poder se imponga efectivamente
sobre el conjunto de la sociedad; el Estado es una de las cuatro fuentes del poder social -ideolgica, econmica, militar y poltica- que
este autor identifica como constantemente entrelazadas (entwined)
en el desarrollo histrico de la humanidad, y cuyos pesos relativos
varan segn las etapas y segn factores contingente^.^^ La existencia y el carcter especfico del Estado remiten entonces a la afirmacin de su autonoma; supeso ypoder concretos respecto a otrospoderes sociales son sin embargo relativos y variables. La reivindicacin
terica de la autonoma estatal no implica necesariamente afirmar
el poder e independencia absolutos del Estado en el plano de sus
relaciones con la sociedad; pero, podramos adelantar, s es la condicin analtica necesaria para constituir a esta relacin e n objeto de
estudio.
Otra serie de autores se presentan a s mismos como encarnando
una perspectiva "Estadocntrica" a la que presentan como reaccin
necesaria frente a las visiones "centradas en la sociedad" que minimizaran la autonoma y el papel del Estado. Dicha reaccin tiene
en comn precisamente la intencin bsica de reivindicar la posibilidad de concebir analticamente la existencia del Estado como entidad autnoma, en contraposicin con las vertientes que la negaban
implcita o explcitamente; en ese sentido rescata una postura que
por cierto tena ya sus antecedentes en las ciencias sociales (en ge29
Mann, 1991,1993.
PERFILES LATINOAMERICANOS
PERFILES M TINOAMERICANOS
PERFILES LATINOAMERICANOS
considerar por separado las acciones de los presidentes, los legisladores, los lderes partidarios, y los burcratas estatales, dado que los
incentivos institucionales son distintos para cada caso. Mediante este enfoque que otorga un peso sustancial al marco institucional, la
autora se propone superar el hiato existente entre los argumentos
estructurales y aquellos exclusivamente intencionales derivados de
la teora de la eleccin racional. La parsimonia terica es sin duda
una virtud de una propuesta de este tipo, pero en tanto tal deja planteada la cuestin de si los intereses racionales individuales de los
polticos agotan la explicacin de la accin estatal; no obstante, el
libro muestra claramente que ese factor analtico no puede dejar de
ocupar un lugar central en cualquier exploracin acerca de aqulla.
PERFILES LATINOAMERICANOS
110sanalticos vinculados al rol de la ideologa en el marco de la economa poltica. Como se ha sealado, los trabajos que hacen hincapi
en el rol de las ideas no permiten sostener que ellas efectivamente
den cuenta de manera unilateralmente decisiva de las disposiciones
estatales aun en los casos estudiados bajo esa ptica (Jacobsen, 1995);
y en cualquier caso, discriminar y evaluar el alcance del papel independiente de las ideas con respecto a otras variables es siempre extremadamente
En el caso especfico de las reformas econmicas de los aos
ochenta, la consideracin del papel de las ideas puede implicar ciertos riesgos que vale la pena despejar. En primer lugar, puede caerse
en una explicacin demasiado teida por supuestos normativos, en
cuyo caso el peligro es que ello implique ocultar el verdadero proceso
por el cual se originaron las polticas. Me refiero al frecuente implcito de que las polticas de liberalizacin eran "las correctas" y por
lo tanto la aparicin de las mismas en la agenda resulta simplemente de que los polticos "se dieron cuenta de lo que haba que hacer".40
Independientemente de qu fuera o no lo correcto, se desestima de
esta manera muy rpidamente la posibilidad de que no fuera slo la
conviccin sinopor lo menos tambin otros factores, presiones y constreimiento~los que definieron el rumbo elegido. Por otra parte, si
bien es cierto que en cada caso algunos idelogos y tcnicos tienen
una perspectiva liberal ortodoxa y consistente acerca del contenido
que debe tener la reforma econmica, se no ha sido necesariamente
el tipo de "consenso reformista') predominante entre las lites polticas latinoamericanas, que suele presentar en cambio un amplio
margen de duda acerca de cul es el rumbo "correcto" a seguir.
El segundo riesgo, derivado de lo anterior, es el de concebir la
existencia a priori de un paquete homogneo y consistente de poli39 Especialmente cuando, como por ejemplo en los aos ochenta en varios pases en desarrollo, diversos factores -la crisis de la deuda, las presiones internacionales y las ideas predominantes confluyen para impulsar determinadas decisiones de poltica econmica. Sobre este
punto vanse Haggard, 1990 y Mahon, 1996.
40 Este implcita permea a los anlisis de Edwards sobre la liberalizacin comercial (vase
Edwards, 1995).Un sesgo similar aunque ms matizado podra sealarse en trabajos que,
como los de Joan Nelson et al., procuran explicar por qu las reformas recientes tuvieron un
carcter ms o menos "ortodoxo": all la explicacin recae fuertemente en factores que hacen
a la capacidad de los estados y gobiernos para avanzar ms consistentemente hacia la
liberalizacin econmica, quedando muy en segundo plano la cuestin depor qu se eligi ese
rumbo. Cf.Nelson, 1990.
ticas cuya aceptacin y puesta en marcha por los gobiernos respectivos define y explica las reformas estructurales emprendidas por
varios pases. Algunos anlisis de la poltica de las reformas estructurales parecen dar por sentado que stas suponen "por definicin"
la implementacin de una nueva estrategia de crecimiento que deliberada y efectivamente se propone promover un desarrollo "hacia
afuera" basado en la exportacin de artculos internacionalmente
competitivos de creciente valor agregado; en estas visiones la apertura comercial se inserta lgicamente como un medio para eliminar
el sesgo antiexportador de la industrializacin sustitutiva y el proteccionismo. Esto puede llevar a la falacia ya sealada de deducir
"coaliciones de polticas" identificando como portadores de las reformas a los sectores interesados en ese modelo de crecimiento. De
hecho, en varios pases latinoamericanos la "estrategia" resultante
fue ms el producto de un complejo entrelazamiento de respuestas
pragmticas a desafos macroeconmicos concretos que de la puesta
en marcha de un claro "modelo" de ~recimiento.~~
Los gobernantes y sus juegos encadenados
En suma, la consideracin del papel del autointers de los agentes
pblicos y de las ideas contribuye a iluminar cmo puede surgir una
formulacin autnoma de polticas desde el aparato estatal. Aun as,
sin embargo, esto no excluye, sino que reintroduce desde otra perspectiva, la necesidad de atender tambin los impulsos y demandas
provenientes de la sociedad. En qu medida los polticos y burcratas tengan en cuenta las demandas de los grupos sociales es entonces una cuestin variable y contingente a diversas circunstancias que deben investigarse en lugar de darse por sentadas apriori.
La accin de los agentes estatales puede estudiarse a partir de la idea
de que ellos manejan diversos "juegos encadenado^",^^ entre los cuales puede incluirse, aunque no de manera exclusiva, la intencin de
atender a determinadas demandas, por ejemplo las de ciertos sectores econmicos; en esos juegos las ideas e intereses se entrelazan a
41 Cf:Torre, 1997. Haggard advierte que la idea de una "estrategiade desarrollo"supone
una accin deliberada por parte del Estado que puede no existir;las estrategias emergen ms
bien por defecto, por ensayo y error, y por compromiso (Haggard, 1990).
42 El desarrollo de este til instrumento analtico puede verse en Tsebelis, 1990.
PERFILES LA TINOAMERICANOS
su vez de manera compleja con la naturaleza de los problemas a abordar a travs de las polticas y con los variados constreimientos econmicos y polticos que operan en cada circunstancia.
Grindle y Thomas han propuesto un esquema de anlisis que
pone el acento en la efectiva influencia que las lites estatales ejercen por s mismas en la definicin de las polticas y en la posibilidad
de su implementacin,pero sin ignorar el papel que diversos factores
contextuales - e n t r e ellos las demandas societales- desempean
en sus decisiones, y sin subordinar la explicacin de stas a un nico
. ~ ~autores construyen su modelo en discusin
tipo de m ~ t i v a c i nLos
con las posturas sociocntricas, pero tambin con las perspectivas
que restringen el foco de anlisis al inters maximizador de los agentes estatales, y a las perspectivas excluyentemente centradas en el
Estado como generador unilateral de decisionesen funcin de sus intereses como entidad. El resultado es una enumeracin de variables
que deben tenerse en cuenta en cada caso para explicar la formulacin
de las polticas, y sobre todo para identificar las fuentes de los cambios sustanciales en la orientacin de las mismas, partiendo de los
Lo que aqu se pierde
desafos que se presentan a lo~policymakers.~~
sin duda en "parsimonia" se gana en cambio en una til complejizacin del esquema de interrogacin a travs del cual puede captarse
la multiplicidad de factores en juego en procesos como los de las reformas econmicas.
Entre los problemas, condiciones y desafos que se presentan a
los agentes estatales como parte de esos juegos entrelazados a los
que deben atender en la formulacin de las polticas econmicas
deben mencionarse indudablemente los que podemos denominar
"factores externos". El hecho de que en los ltimos aos se verifique
una generalizada coincidencia en la adopcin de polticas liberales
y de ajuste estructural en la mayora de los pases en desarrollo ha
llevado a algunos autores a enfatizar el papel de los constreimientos
; ~profundizacin
~
de esexternos como explicacin p r e p ~ n d e r a n t ela
43
PERFlLES LATINOAMERICANOS
te durante los aos ochenta. La manera y el grado en que estos elementos han influido sobre lapolitics de la reforma econmica, aunque
la direccin en que lo hacen no es unvoca, puede ser observada directamente como parte del proceso de interaccin entre agentes estatales y actores societales.
Pero la cuestin de la influencia externa tiene otra dimensin
que resulta mucho ms inasible: me refiero a las eventuales "exigencias" del contexto productivo y comercial internacional respecto a
qu polticas aseguraran una insercin eficiente en el mismo. Aqu
el problema se confunde con el del papel de las ideas (es se, precisamente, uno de los temas en discusin en el mbito acadmico y poltico) y con el de las presiones internas de los sectores productivos
que a su vez exigen polticas diversas para sobrevivir y10 competir
en un mundo globalizado. En este sentido, paradjicamente, esta segunda arista del asunto acta de manera mucho ms mediatizada
por los distintos componentes de la poltica domstica, y por lo tanto
resulta ms difcil identificar su influencia independiente sobre el
rumbo de la reforma econmica. Por eso mismo, las alternativas de
la poltica domstica resultan centrales para entender en todo caso
cmo y en qu medida se verificara una convergencia generalizada
en las polticas econmicas.
46
49
PERFILES LATINOAMERICANOS
El nfasis en la capacidad de operacin poltica de los funcionarios podra llevar implcita la idea, bastante difundida, de que las
posibilidades de la accin autnoma de los funcionarios son una funcin de su aislamiento (insulation) con respecto a los intereses y demandas de la sociedad y a la consiguiente posibilidad de imponer su
voluntad sobre los mismos. Sin embargo, Peter Evans ha planteado
agudamente que dicho aislamiento puede en realidad resultar contraproducente en cuanto a la capacidad efectiva de los funcionarios para implementar sus polticas, y esto lo ha llevado a sugerir el
concepto de "autonoma imbricada" (embedded autonomy) para dar
cuenta de las condiciones en que la autonoma puede estar ligada a
la eficiencia y la efectividad. Dicho concepto alude a que la implementacin de las polticas pblicas (Evans se refiere especficamente
a las polticas de desarrollo industrial) requiere no tanto del aislamiento sino, por el contrario, de estrechas conexiones con el capital
privado, dentro de un marco en que el Estado conserva su autocoma; slo as el Estado puede responder efectivamente a los requisitos de una cambiante realidad econmica: "las conexiones con la sociedad civil devienen parte de la soluciny no del problema" (Evans,
1992).
Ahora bien, si es cierto que existe un espacio para la estrategia
y la accin poltica de funcionariosy polticos, su capacidad de accin
autnoma puede a su vez verse incrementada o disminuida por el
marco institucional en el que se desenvuelven. Una de las principales tendencias de la ciencia poltica actual es precisamente la que se
define por hacer hincapi en el papel que las "instituciones" desempean en la explicacin de diversos fenmenos econmicos, sociales
y polticos. En un sentido restringido y especficamente ligado al
problema que nos ocupa, las instituciones, consideradas como el
marco de "reglas del juego" en el que se desarrolla la interaccin entre los actores socialesy estatales, constituyen un condicionante fundamental a tener en cuenta al estudiar la relacin entre el Estado
como actor y el resto de la sociedad; aqu este concepto remite bsicamente a la estructura del Estado y de la organizacin de la vida poltica.
En sus trminos ms generales esta postura analtica es defendida por varios autores frente a quienes estudian la relacin entre
funcionarios y actores sociales como un "intercambio" presidido por
los intereses recprocos de cada uno, sin atender a los constreimientos irnpuestos a ellos por los factores institucionales. Robert Bates,
por ejemplo, ha criticado la aplicacin de los mtodos de la economa
a la poltica que se limita a interpretar a sta como un "mercado
poltico" subrayando la necesidad de estudiar cmo las instituciones
polticas crean incentivos, opciones y lmites para la accin de los
agentes estatales y sociales.50En este sentido, trabajos ms especficos procuran, a partir de la idea inicial expuesta, mostrar de qu
manera, en casos concretos, el entramado institucional puede incrementar o disminuir las capacidades del Estado para implementar
sus polticas. As algunos apuntan a las caractersticas e integracin
del aparato burocrtico como factor explicativo del mayor o menor
xito de aqullas;51de la misma manera puede explorarse el impacto
que sobre las decisiones de polticas y la posibilidad de irnplementarlas
pueden tener las caractersticas del rgimen poltico y de los sistemas de representacin y de intermediacin de intereses.52
51
PERFILES LATINOAMERICANOS
Respecto a cmo operan y se interrelacionan estos factores explicativos,la primera observacinque debe rescatarse de lo expuesto en
este trabajo es que ello es una cuestin que vara histricamente,
segn los casos y los momentos, y en funcin tambin de la arena de
polticas de que se trate. Aunque aparentemente trivial, esta afirmacin merece resaltarse en contraste con los enfoques que tienden
a deducir la explicacin de las polticas a partir de identificar la presencia de cierto factor al que consideran como preponderante en
toda circunstancia: este tipo de resultado puede darse cuando, por
ejemplo, se busca en cada momento la "coalicin ganadora", cuyos
intereses determinarn las polticas que se adopten.
Ahora bien, puede surgir aqu una tensin entre la parsimonia
terica y la necesidad de atender a una multiplicidad de variables a
la vez y sobre todo a la contingencia histrica de su peso relativo
en la explicacin. El riesgo de simplificacin que supone la parsimonia puede contraponerse en el otro extremo a la inexistencia misma
de construccin terica. Debe considerarse, sin embargo, que la tensin mencionada tiene que ver en parte con la diferencia de perspectivas que suponen la realizacin de estudios de caso y los anlisis
comparados, y con la mutua realimentacin entre ambos tipos de
investigacin. Los primeros requieren de un enfoque que permita
captar toda su complejidad especfica -histrica-,
generando insumos para que las investigaciones comparativas busquen establecer en qu modos, circunstancias y condiciones resulta especialmente importante el papel de cada variable en particular. A su vez estas
generalizaciones pueden revertir sobre la manera de utilizar los diversos factores en la explicacin de cada caso. Teniendo en cuenta
esta ltima afirmacin, la "ausencia de teora" en una perspectiva
que atiende a una multiplicidad de variables puede ser slo aparente, ya que en cada momento el "estado del arte" correspondiente permite avanzar respecto a de qu manera ellas deben articularse enun
lente analtico que permita una adecuada observaciny explicacin
de cada caso.
En tal sentido el recorrido realizado hasta aqu sugiere, como estrategia para entender los procesos de adopcin e implementacin
de polticas econmicas, atender prioritariamente a la interaccin,
en el mbito de la poltica, entre lites estatales y actores sociales y
polticos, teniendo en cuenta cmo se entrelazan los objetivos, intere-
ses y recursos relativos que cada uno deriva del contexto estructural,
ideolgico e institucional en el que se desarrolla su accin. A su vez,
las consideraciones realizadas acerca de la cuestin de la autonoma
del Estado avalan la introduccin de un cierto sesgo "estatista" en
la organizacin analtica de las variables. En cuanto resultado, la
mayor o menor autonoma del Estado (y simtricamente, el condicionamiento ejercido por los actores sociales) es histricamente variable, pero comopunto departida terico es ineludible tener en cuenta
que, en tanto locus especfico de las decisiones polticas vinculantes,
la esfera estatal debe ser el mbito privilegiado de atencin para
explorar cmo ellas son elaboradas. Por ello, y retomando la propuesta de Grindle y Thomas, puede decirse que la perspectiva ms
til es la de comenzar por losproblemasy asuntos que se lesplantean
a los polticos y burcratas en el contexto en el que se ven llevados a
tomar decisiones, y desde ah incorporar cmo ellos interactan con
los otros actores relevantes y cmo en ese proceso influyen los distintos factores intervinientes.
Este punto de partida es diferente a proponer una "suma" de factores que indiscriminada o alternativamente daran cuenta, en cada
caso, del giro hacia la liberalizacin econmica:partir de la interaccin
poltica dados ciertas oportunidades y constreimientos implica
una decisin terica y conlleva una determinada jerarquizacin y ordenamiento en cuanto al esquema de interrogacin que sugiere, a
las miradas que elige y las que descarta. Es en el anlisis de esa
interaccin, y partiendo de las lites estatales y su contexto, en el
que adquieren su significacin especfica los diversos factores identificados a lo largo de este trabajo.
recibido en febrero de 1998
aceptado en abril de 1998
RICARDO
TIRADO
(ed.),Los empresarios ante la globalizacin, Mxico,
1994.
. .
UNAM,
PERFILES LATINOAMERICANOS
BATES,ROBERTH. ~ A N NO.
E KRUEGER
(eds.),Political a n d Economic Interactions in Economic Policy Reform, Oxford-Cambridge, Blackwell, 1993.
y DONALD
LIEN,'A Note on Taxation, Development, and Representative Government", Politics a n d Society, vol. 14, nm. 1, 1985.
, "Beyond Relative Autonomy: State Managers a s Historical Sub(eds.), Socialist Register, Londres,
jects", en R. MILIBANDy J. SAVILLE
Merlin Press, 1980.
CAMOU,ANTONIO,"Los consejeros del prncipe. Saber tcnico y poltica e n
los procesos de reforma econmica en Amrica Latina", Nueva Sociedad,
nm. 152,1997.
CARDOSO,
F. H. y E. FALETTO,
Dependencia y desarrollo en Amrica Latina,
Mxico, Siglo XXI Editores, 1992 [19691.
CAVAROZZI,
MARCELO,
"The Government and the Industrial Bourgeoisie in
Chile: 1938-1964", tesis de doctorado, Berkeley, University of California,
1975.
COLLIER,DAVID,'Visin general del modelo burocrtico-autoritario", en
DAVIDCOLLIER(ed.),E l nuevo autoritarismo en Amrica Latina, Mxico,
Fondo de Cultura Econmica, 1985.
MALLOY, Unsettling Statecraft. Democracy
CONAGHAN,
CATHERINE
y JAMES
a n d Neoliberalism in the Central Andes, Pittsburgh, Pittsburgh University Press, 1994.
T. y DOUGLASS
NORTH,"Shared Mental Models: Ideologies
DENZAU,
ARTHUR
and Institutions", Kyklos, vol. 47, nm. 1, 1994.
DINIZ,ELI, "Empresariado e Projeto Neoliberal n a Amrica Latina: uma
avaliacao dos anos 80", Dados, nm. 34, 1991.
DOMHOFF,G. WILLIAM,"State Autonomy and the Priviledged Position of
Business: An Empirical Attack on a Theoretical Fantasy", Journal of
Political a n d Military Sociology, nm. 14, 1986.
JORGE
I., "Technopols: Ideas and Leaders in Freeing Politics
DOMNGUEZ,
1. DOMNGUEZ
and Markets in Latin America in the 1990'sn, en JORGE
GOUREVITCH,
PETER,Politics in Hard Times. ComparativeResponses to International Economic Crises, Ithaca-Londres, Cornell University Press, 1986.
GRINDLE,MERILEE,"The New Political Economy: Positive Economics and
Negative Politics", e n GERALDM. MEIER(ed.), Politics a n d Policy Mak-
PERFILES LATINOAMERIC~OS
HAGGARD,
STEPHAN,Pathways from the Periphery. The Politics of Growth in
the Newly Industrializing Countries, Ithaca, Cornell Univemity Press, 1990.
, "La economa poltica de la industrializacin a travs de la sustitucin de importaciones en Amrica Latina", en A. HIRSCHMAN
(ed.),
Desarrollo y Amrica Latina. Obstinacinpor la esperanza, Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1972.
IANNI,OCTAVIO,L a formacin del Estado populista en Amrica Latina,
M&co, E r a (Serie Popular), 1984.
JACOBS,DAVID,"Corporate Economic Power and the State: A Longitudinal
Assessment of Two Explanations", American Journal of Sociology, vol.
93, nm. 4,1988.
JACOBSEN,
JOHN
KURT,"Much Ado About Ideas. The Cognitive Factor in
Economic Policy", World Politics, vol. 47, nm. 2, 1995.
KAUFMAN,ROBERTR., "How Societies Change Developmental Models or
Keep Them: Reflections on the Latin American Experience in the 1930's
and the Postwar World", en GARYGEREFFIy DONALDWYMAN(eds.),
Manufacturing Miracles: Paths of Industrialization in Latin America
a n d East Asia, Princeton, Princeton University Press, 1990.
LINDBLOM,
CHARLES,
Politics a n d Markets: The World's Political-Economic
Systems, Nueva York, Basic Books, 1977.
E. Jr., Mobile Capital a n d Latin American Development,
MAHON,JAMES
University Park, Pennsylvania State University Press, 1996..
MANN, MIGHAEL,"The Autonomous Power of the State: Its Origins,
Mechanisms and Results", Archives Europennes de Sociologie, vol.
XXV, nm. 2, 1984.
, Las fuentes del poder social, Mxico, Alianza Editorial; 1991.
,The Sources of Social Power. Vol. II: The rise of classes a n d nationstates, 1790-1914, Cambridge, Cambridge University Press, 1993.
W S , DAVIDR., "State Leadership in Economic Policy. A Collective Action
Framework with a Colombian Case", Comparative Politics, vol. 25, nm. 4,
1993.
MITCHELL,TIMOTHY,'The Limits of the State: Beyond Statist Approaches and
their Critics", American Political Science Review, vol. 85, nm. 1, 1991.
MURILODE CARVALHO,
JOS&
"Arrned Forces and Politics in Brazil, 19301945", Hispanic American Historical Review, vol. 62, nm. 2, 1982.
PERFILES LATINOAMERICANOS
NELSON,JOAN,"Introduction: The Politics of Econornic Adjustment in Developing Nations", en JOAN NELSON(ed.), Economic Crisis a n d Policy
Choice, Princeton, Princeton University Press, 1990.
NORDLINGER,
ERIC,On the Autonomy of the Democratic State, Cambridge,
Harvard University Press, 1981.
NYLEN, WILLIAMR., "Liberalismo para tudo mundo, menos eu: Brazil and
the neoliberal solution", en DOUGLASA. CHALMERS,WIA
DO CARMO
CAMPELLO
DE S O U Z A
ATILIO
~
A. BORON(eds.), The Right a n d Democracy
in Latin America, Nueva York, Praeger, 1992.
~'DONNELL,
GUILLERMO,
"Estado y alianzas e n l a Argentina, 1956-1976",
Desarrollo Econmico, nm. 64, 1997a.
, "Reflexiones sobre las tendencias de cambio del Estado burocrtico-autoritario", Revista Mexicana de Sociologa, nm. 39, 1997b.
OFFE,CLAUS,Contradicciones en el Estado del bienestar, Mxico, Conaculta1
Alianza, 1990.
y H. WIESENTHAL,
"Two Logics of Collective Action: Theoretical
Notes on Social Class and Organizational Form", e n J. KEANE (ed.),
Disorganized Capitalism, Cambridge, MIT Press, 1985.
PERALTA RAMOS, M ~ N I C AEtapas
,
de acumulacin y alianzas de clases en
la Argentina, 1930-1970, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 1992.
'
PRZEWORSKI,
ADAM,The State a n d the Market Under Capitalism. LondresPars-Nueva York-Melbourne, Hamood Academic Publishers, 1990.
"Structural Dependence of the State on
y MICHAELWALLERSTEIN,
Capital", American Political Science Review, vol. 82, nm. 1, 1988.
,"Las capacidades y la autonoma del Estado en Brasil y la Argentina. Un enfoque neoinstitucionalista", Desarrollo Econmico, nm. 128,
1993.
SILVA,EDUARDO,
"Capitalist Coalitions, the State, and Neoliberal Economic
Restructuring. Chile, 1973-88", World Politics, vol. 45, nm. 4, 1993.
SKOCPOL,
THEDA,"Bringing the State Back In: Stategies of Analysis in
Current Research", en PETEREVANS, D. RUESCHEMEYER
y T. SKOCPOL
(eds.), Bringing the State Back In, Nueva York, Cambridge University
Press, 1985.
y MARGARETWEIR, "State Structures and the Possibilities for
'Keynesian' Responses to the Great Depression in Sweden, Britain, and
the United States", en PETEREvANs, DIETRICH
RUESCHEMEYERY
THEDA
SKOCPOL(eds.), Bringing the State Back In, Cambridge, Cambridge
University Press, 1985.
STALLINGS,
BARBARA,
"International Influence on Economic Policy: Debt,
Stabilization, and Structural Reform", en STEPHANHAGGARD
y ROBERT
KAUFMAN(eds.), The Politics of Economic Adjustment. International
Constraints, Distributive ConfZicts, and the State, Princeton, Princeton
University Press, 1992.
SWANK,DUANE,"Politics and the Structural Dependence of the State in
Democratic Capitalist Nations", American Political Science Review, vol.
86, nm. 1, 1992.
CARLOS,"Interpretando (una vez ms) los orgenes del peroTORRE,JUAN
nismo", Desarrollo Econmico, nm. 112, 1989.