Foto2 - El Retrato Como Medio de Conocimiento
Foto2 - El Retrato Como Medio de Conocimiento
Foto2 - El Retrato Como Medio de Conocimiento
Ese equilibrio entre la personalidad del artista, la personalidad del personaje y los
condicionamientos artsticos y sociales de la poca en que se realiza el retrato no solo es
ciertamente difcil, sino que es vulnerado sistemticamente pora artistas que modernizan, alteran,
transgreden todos estos conceptos seguramente guiados por la necesidad de ser sinceros y de
buscar mas all del modelo, mas ac de si mismos, dando un giro imposible a su mirada. Pero el
retrato se basa tericamente al menos, en el parecido con la realidad, con el modelo
representado. Ah radica la excelencia del retrato y tal vez por eso se acogi con tanta
expectacin la llegada de la fotografa como tcnica reproductora de una fidelidad innegable.
August Sander
Para entender la claridad con que la fotografa ha asumido un papel develador de la actitud del
individuo y de las caractersticas de la relacin que ese individuo mantiene consigo mismo y con
el entorno, hay que conocer la historia del arte, muy especialmente, del arte como representacin
de valores y de unas figuras sociales y humanas, antes de la llegada de la abstraccin.
Hablar de fotografa es en cierto modo hablar de retrato. El retrato es la palabra que
popularmente define una fotografa. Es el gnero ms extensamente trabajado y ha superado la
pura representacin fsica de una persona o de su personalidad hecha smbolo. Hoy en da la
fotografa de moda ofrece el retrato de un gusto social, de una clase social concreta.
El reportaje es el retrato colectivo de un lugar, una sociedad, de un pueblo en conflicto. Pero es
cierto que con la llegada de la fotografa el genero se populariza, todo el mundo puede tener su
retrato, igual que los reyes, igual que los hombres importantes.
El documentalismo se ha entendido siempre como un gnero fotogrfico al margen del arte, una
especie de subgnero dentro de unas inclasificables categoras fotogrficas. La obra de August
Sander es un ejemplo de retrato documental. Retrat arquetipos de individuos que se convertan
en la propia metfora de si mismos. El maestro de escuela, la enfermera, el albail, oficios y
topologas fsicas, ejemplos sociales de la individuacin del sujeto y jerarqua fisonmica. Cada
persona se retrataba con los elementos reconocibles de su oficio.
Aos despus, en 1980; el fotgrafo alemn Thomas Ruff realizar durantes aos una serie de
retratos en color a gran escala en la que todos los personajes son alemanes de su misma
generacin, la nacida a mediados de los aos 50. Hombres y mujeres que no tienen ningn
atributo exterior ms que sus ojos azules y su pelo rubio, sus granos, su mirada firme: son la
generacin del momento.
Thomas Ruff
Hombres y mujeres normales que vemos por la calle. No hay nada que los identifique, ni la ropa, ni
el decorado, nada. Solamente se pueden identificar como ellos mismos, no representan nada ms
que a un individuo concreto, ni clases sociales ni jerarquas. Se trata de catalogaciones por medio
del retrato fotogrfico, una de ellas abiertamente admirada como retrato documental, otra como
trabajo artstico. Todo retrato muestra la obsesin por saber quienes somos, como somos.
Es decir, la bsqueda de un conocimiento personal sobre el individuo y sobre el otro.
Este trabajo est compuesto por una serie de fotografas en las que retrata a conocidos suyos de
medio busto y con una luz frontal. Este trabajo le proporcion fama internacional. En una segunda
tanda de retratos, fechada en 1986, Thomas Ruff cambi el fondo de color neutro que haba
utilizado en un primer momento, por uno blanco. Ese mismo ao, el artista decidi ampliar de
manera considerable el formato de sus obras, lo que provoc un punto de inflexin en el panorama
fotogrfico de ese momento.
Los recursos que utiliza Thomas Ruff para despersonalizar a los sujetos que retrata son el
encuadre fijo, una iluminacin plana, y un vestuario y un fondo neutros. Sus obras son fotos
directas, que igualan de forma repetitiva a los modelos que posan para l.
Otra de las caractersticas su obra es la ausencia de expresin de los retratados, y es que las
personas a las que fotografa nunca sonren, algo que el propio artista solicita a los modelos.
Los rostros que fotografa son inexpresivos e impenetrables al no transmitir al espectador ninguna
emocin o informacin sobre los retratados. Como espectadores, nadie nos devuelve nuestra
mirada, por lo que no hay contacto posible con el retratado.
Segn dice el propio Thomas Ruff: la fotografa que tomo a una persona ya no tiene nada que ver
con ella. La imagen adquiere una realidad propia, es independiente de la persona fotografiada.
Las caractersticas que un retrato debe tener se basan en el parecido fsico, la representacin del
orden social que se manifiesta atravs de las poses y la indumentaria, la evidencia del carcter o la
personalidad del retratado y el sentido artstico de la obra. Tambin es evidente que la actuacin
creativa del fotgrafo actual altera parcialmente cualquiera de estas premisas.
Quiz por eso la verdad, aun sin que tengamos toda la certeza
de su existencia, nos asalta instintivamente cuando
reconocemos en los retratos de Andrs Serrano al autentico
vagabundo de las sociedades ricas de hoy; en sus cadveres,
la realidad de la muerte, en sus retratos de los Klansmen (foto
a la izq.) el autentico miedo ante la violencia organizada, el
terror ante la persecucin del hombre por el hombre.
Andrs Serrano
Algo similar se puede decir de las series de religiosos. Es sabido que en la Iglesia se adopta un
nombre diferente al real, al de la otra vida; es otra forma de ocultar su identidad, de transformases
en otro, igual que adoptar un uniforme, unos smbolos que te integran en una sociedad paralela y
te apartan, te aslan de la sociedad global a la que a partir de entonces vigilas y culpas, y trata de
salvar. Sus caras estn tapadas por capuchas, pasamontaas, por la simple vergenza, y estn
representndoos por los smbolos de su rango: capirotes, cruces, bculos, uniformes, manos
cruzadas. Sin embargo los otros, los que no pertenecen a nada ni nada les pertenece, se
presentan con los rostros descubiertos: son los pobres y los muertos, o esos ancianos que
realmente solo se tienen a ellos y a sus decrpitos y gloriosos cuerpos.
Hasta donde un retrato puede no ser la representacin de una cara? Despus del triunfo
terico y prctico del Deconstructivismo todo es posible; adems, en el arte actual todo es
admisible. Pero si buscamos en la historia del arte descubriremos, recordaremos, la importancia
del retrato simblico, la estricta necesidad de los smbolos para reconocer al personaje. Los
apstoles, de los que no queda al parecer ninguna fotografa de carnet. Han sido siempre
representados no ya con el fsico de algn anciano adecuado, sino con el smbolo caracterstico: el
len par demostrar la fortaleza, las llaves para indicar cual era San Pedro, y as todos y cada uno.
De igual forma, ms all de unos cuerpos y unos rostros, la justicia es una mujer ciega y para todo
hay un objeto que se ha convertido en un smbolo. De esta manera, para retratar a un obispo,
puede ser suficiente retratar su bastn, el signo de su poder. La cara adems de ser el espejo del
alma es poco mas y a veces no es el alma exactamente lo que se quiere retratar sino el poder
poltico o social de ese individuo. O la presencia moral, como en las manos de una monja o en la
postura de una persona que reza. Este es el retrato simblico.
Un rostro puede devenir en smbolo tan rpida como sutilmente. Hasta que punto nosotros nos
sentimos representados por nuestras caras? Quin no reconoce a un medico en un hombre
metido en una bata blanca? Sin embargo, ese mismo hombre de traje o en baador, es de
imposible reconocimiento en lo que concierne a su profesin, oficio o habilidades. Es entonces,
solo l. Un hombre annimo para todos los que no estn en su crculo ntimo. Nosotros
espectadores no conocemos a las personas cuyos retratos vemos en los museos, en las
exposiciones o en los libros. Simplemente creemos ciegamente en quienes son o nos han dicho
que son. Pero su fsico trasciende a su personalidad civil para convertirse en el smbolo de lo que
representan. Y representan una tradicin cultural, una forma de pensamiento, una actitud poltica y
social. Nos representan a todos nosotros cuando se convierten en Nadie, en un depsito de
caracteres.
cd
2. Auras y otras invisibilidades:
I. La prdida del aura en la obra de arte.
En su ensayo "La obra de arte en la poca de la reproductibilidad tcnica" (1935) Walter Benjamn
reflexiona en torno a las nuevas formas de experiencia esttica y su potencial enorme y
desconocido para un predominio de la funcin poltica de la obra de arte. En relacin a ste
propsito utiliza como categora central el concepto de aura, categora sobre la cual -segn el
autor- se puede construir toda una historia social del arte.
Dicha nocin le permite observar como en ciertas formas estticas se da una relacin antagnica,
contradictoria en apariencia, entre una infinita lejana y una infinita cercana.
El aura es para Benjamn una forma de la experiencia esttica que se da en el contacto o en la
visin de la obra original. A dicha experiencia esttica la califica como la aparicin irrepetible de
una lejana que le confiere a la obra un carcter inaccesible.
El ensayo es una reflexin sobre la funcin histrica, social y simblica del aura.
El autor explica como el carcter aurtico de la obra de arte tradicional clsica - es eliminado por
la reproduccin tcnica. La reproduccin tcnica de alguna manera neutraliza esa distancia infinita
y acerca la obra al espectador. Con las tcnicas de reproduccin la obra de arte es un objeto
manipulable con el cual el espectador puede tener una relacin cotidiana ms activa en el sentido
de que ya la experiencia no queda limitada a la pura contemplacin.
Para comprender stas observaciones debemos entender que las nuevas formas de experiencia
esttica que aparecen con las nuevas tcnicas de reproduccin, no es una experiencia que proviene
de la invencin de un mero artificio tcnico - si bien este lo hace posible - ya que la tcnica es vista
aqu como una relacin social.
Se trata de mostrar el desplazamiento del valor cultural que tena el arte aurtico tanto en las
sociedades tradicionales como en las modernas al valor de pura exhibicin que trae la
reproduccin tcnica. En sta nueva experiencia el centro ya no est en la obra misma, ni en la
pura subjetividad del espectador, sino que se ubica en el punto de interseccin entre ambos. La
reproduccin tcnica suprime entonces aquella lejana imaginaria y acerca la obra a la multitud
tanto como acerca la multitud a la obra.
*
La obra de arte ha sido siempre fundamentalmente susceptible de reproduccin. Lo que los
hombres haban hecho, poda ser imitado por los hombres. Los alumnos han hecho copias como
ejercicio artstico, los maestros las hacen para difundir las obras, y finalmente copian tambin
terceros ansiosos de ganancias. Frente a todo ello, la reproduccin tcnica de la obra de arte es algo
nuevo que se impone en la historia intermitentemente, a empellones muy distantes unos de otros,
pero con intensidad creciente. Los griegos slo conocan dos procedimientos de reproduccin
tcnica: fundir y acuar. Bronces, terracotas y monedas eran las nicas obras artsticas que
pudieron reproducir en masa. Todas las restantes eran irrepetibles y no se prestaban a reproduccin
tcnica alguna. La xilografa hizo que por primera vez se reprodujese tcnicamente el dibujo,
mucho tiempo antes de que por medio de la imprenta se hiciese lo mismo con la escritura. Son
conocidas las modificaciones enormes que en la literatura provoc la imprenta, esto es, la
reproductibilidad tcnica de la escritura. Pero a pesar de su importancia, no representan ms que un
caso especial del fenmeno que aqu consideramos a escala de historia universal. En el curso de la
Edad Media se aaden a la xilografa el grabado en cobre y el aguafuerte, as como la litografa a
comienzos del siglo diecinueve.
Con la litografa, la tcnica de la reproduccin alcanza un grado fundamentalmente nuevo. El
procedimiento, mucho ms preciso, que distingue la transposicin del dibujo sobre una piedra de
su incisin en taco de madera o de su grabado al aguafuerte en una plancha de cobre, dio por
primera vez al arte grfico no slo la posibilidad de poner masivamente (como antes) sus
productos en el mercado, sino adems la de ponerlos en figuraciones cada da nuevas. La litografa
capacit al dibujo para acompaar, ilustrndola, la vida diaria. Comenz entonces a ir al paso con
la imprenta.
Pero en estos comienzos fue aventajado por la fotografa pocos decenios despus de que se
inventara la impresin litogrfica. En el proceso de la reproduccin plstica, la mano se descarga
por primera vez de las incumbencias artsticas ms importantes que en adelante van a concernir
nicamente al ojo que mira por el objetivo. El ojo es ms rpido captando que la mano dibujando;
por eso se ha apresurado tantsimo el proceso de la reproduccin plstica que ya puede ir a paso
con la palabra hablada. Al rodar en el estudio, el operador de cine fija las imgenes con la misma
velocidad con la que el actor habla. En la litografa se esconda virtualmente el peridico ilustrado
y en la fotografa el cine sonoro. La reproduccin tcnica del sonido fue empresa acometida a
finales del siglo pasado. Todos estos esfuerzos convergentes hicieron previsible una situacin que
Paul Valry caracteriza con la frase siguiente: Igual que el agua, el gas y la corriente elctrica
vienen a nuestras casas, para servimos, desde lejos y por medio de una manipulacin casi
imperceptible, as estamos tambin provistos de imgenes y de series de sonidos que acuden a un
pequeo toque, casi a un signo, y que del mismo modo nos abandonan. Hacia 1900 la
reproduccin tcnica haba alcanzado un standard en el que no slo comenzaba a convertir en tema
propio la totalidad de las obras de arte heredadas (sometiendo adems su funcin a modificaciones
hondsimas), sino que tambin conquistaba un puesto especfico entre los procedimientos
artsticos. Nada resulta ms instructivo para el estudio de ese standard que referir dos
manifestaciones distintas, la reproduccin de la obra artstica y el cine, al arte en su figura
tradicional.
*
Conviene ilustrar el concepto de aura, que ms arriba hemos propuesto para temas histricos, en el
concepto de un aura de objetos naturales. Definiremos esta ltima como la manifestacin
irrepetible de una lejana (por cercana que pueda estar). Descansar en un atardecer de verano y
seguir con la mirada una cordillera en el horizonte o una rama que arroja su sombra sobre el que
reposa, eso es aspirar el aura de esas montaas, de esa rama. De la mano de esta descripcin es
fcil hacer una cala en los condicionamientos sociales del actual desmoronamiento del aura.
Estriba ste en dos circunstancias que a su vez dependen de la importancia creciente de las masas
en la vida de hoy. A saber: acercar espacial y humanamente las cosas es una aspiracin de las
masas actuales tan apasionada como su tendencia a superar la singularidad de cada dato acogiendo
su reproduccin. Cada da cobra una vigencia ms irrecusable la necesidad de aduearse de los
objetos en la ms prxima de las cercanas, en la imagen, ms bien en la copia, en la reproduccin.
Y la reproduccin, tal y como la aprestan los peridicos ilustrados y los noticiarios, se distingue
inequvocamente de la imagen. En sta, la singularidad y la perduracin estn imbricadas una en
otra de manera tan estrecha como lo estn en aqulla la fugacidad y la posible repeticin. Quitarle
su envoltura a cada objeto, triturar su aura, es la signatura de una percepcin cuyo sentido para lo
igual en el mundo ha crecido tanto que incluso, por medio de la reproduccin, le gana terreno a lo
irrepetible. Se denota as en el mbito plstico lo que en el mbito de la teora advertimos como un
aumento de la importancia de la estadstica. La orientacin de la realidad a las masas y de stas a la
realidad es un proceso de alcance ilimitado tanto para el pensamiento como para la contemplacin.
*
II. Aura, riesgo de la distancia (fuente: La Invencin de la Histeria Georges Didi -Huberman)
Riesgo de fascinacin. Cuasi-rostro, neutro, apariencia, disolucin de lo definido de la imagen: es
todo esto lo que realmente nos fascina porque al mismo tiempo subsiste un contacto, la
autenticidad indiscutible del Parecido. Fascina porque manifiesta la intimidad por excelencia de los
rostros y porque esta intimidad siempre est en situacin de parapetarse. Porque este contacto es la
experiencia misma de un movimiento hacia el contacto, es decir, de una distancia. El rostro
fotogrfico siempre queda en suspenso, sin reposar antes esta alternativa. La distancia siempre es
exorbitante, el encuentro siempre inminente. Estamos destinados segn un tiempo siempre
sometido a intervalos, siempre urdido entre la manifestacin y la desaparicin, de lo cercano y lo
lejano: porque la desaparicin se encuentra aqu en el meollo del asunto. Es la razn por la que el
parecido no tiene a que parecerse, aunque el Parecido se emita y cuestione en toda fotografa.
Me refiero a un peligro que la fotografa pudo poner en prctica, de forma ejemplar, en tanto que
manipulacin temporal y que tambin tuvo ocasin de suprimir en tanto que tcnica de
reproductibilidad de esa misma manipulacin. Walter Benjamin la llam el aura. Es algo dentro de
la imagen que se trama- deca: Una trama singular de espacio y tiempo, aparicin nica de un
tiempo pasado, por muy cercano que est; el aura sera aquello por lo que esperamos, ante las
cosas visibles que el instante o momento tome parte de la manifestacin.
Walter Benjamin aade lo siguiente:
Con la fotografa, el valor de exposicin empieza a empujar a un segundo plano, en todos los
ordenes, al valor de culto. Este ltimo, no obstante, no cede sin resistencia. Su ltimo baluarte es el
rostro humano. No se debe de ninguna manera al azar que el retrato haya desempeado un papel
central en los primeros tiempos de la fotografa. En el culto del recuerdo dedicado a los seres
queridos, que estn lejos o han desaparecido, es donde el valor cultural de la imagen encuentra su
ltimo refugio. En la expresin fugitiva de un rostro de hombre, las antiguas fotografas dejan
paso al aura, una ultima vez. Es lo que les otorga esa belleza melanclica que no se puede
comparar con ninguna otra cosa.
Y Benjamin habla de imgenes rodeadas de silencio, portadoras de funestas lejanas, pero tambin,
justamente frente al retrato de una mujer, se detiene antes ese algo que es imposible reducir al
silencio y que reclama con insistencia el nombre de aquella que ha vivido ah, que ah es todava
real y que nunca pasar de forma absoluta al campo del arte. Y esto se encuentra en el ncleo
mismo de mi propio planteamiento.
El aura denominara, pues, aquello por lo que el tiempo quema y resuena y ensordece la imagen, Y
nos asigna nuestro riesgo y peligro, a eso que Benjamin denominaba un inconsciente de la vista:
el punto de ceguera del contacto y de la distancia en lo invisible.
Contactos de la Distancia
Pero aura designaba tambin, en el siglo XIX, cierto problema tcnico de la fotografa, y no de los menores.
Problema que en el fondo, concierne exactamente a aquello sobre lo que quera hablar Benjamin. Es el
problema de las veladuras y de las aureolas: todos esos fenmenos lumnicos o paraluminicos, que nimbaban
accidentalmente sin que se supiese todava muy bien por qu, tal sujeto fotografiado. Estaba este problema
relacionado con una excesiva aparicin de lo lejano en la imagen? A veces se pensaba que era as, y
buscando las razones de ese exceso, se preguntaban: por qu lo
lejano se presenta tanto en la fotografa?
Tambin se trata de todo el problema de la especialidad
fotogrfica, problema de la trama y el revelado, mas all de la
veladura; es decir, que todo el carcter mgico, ya diablico,
blasfematorio del a fotografa. Se trata finalmente, del problema
del contacto a distancia, en tanto que la fotografa desbarata todos
los datos, puesto que con la fotografa, los toques o marcas de luz
ya no son palabras vanas. Y representar esto detenindome un
minuto en la obra del doctor Hipolyte Baraduc, ya que esta obra, en
cierto sentido muy restringida, me parece, no obstante que ya era
ejemplar, pero ejemplar hasta la locura, del movimiento que
cuestiono en lo que respecta a la iconografa fotogrfica de la
Salptrire: ese discreto paso al lmite, discreto pero asombroso,
por el que una practica medica relativa a la histeria se convierte en
invencin figurativa, merced a ese diablico instrumento del
conocimiento que es la cmara fotogrfica. Pero, Por qu Baraduc
se interes por la Histeria? Porque la histeria es una enfermedad
del contacto, de la impresin.
Ahora bien, los nios, no menos que las mujeres nerviosas, son seres impresionables, Un da, Baraduc
fotografi a su propio hijo. El nio se encontraba justo, en ese momento, sujetando entre sus manos a un
faisn muerto, muerto haca poco. De que le pusiese ese cadver en sus brazos, el padre no nos dice nada, lo
cierto es que la imagen aparece velada, si se me permite la expresin.
El psiquiatra Baraduc vio la veladura y el aire de estado de nimo, grafiados en la placa por alguna otra luz. Y
fue as como el aura se revel ante sus ojos por primera vez. A partir de ese da, no ces en el intento de que
el aura le fuese totalmente desvelada.
Evidenci experimentalmente las diferencias de las rfagas elctricas y otros magnetismos susceptibles de
impresionar la placa. Intent una descripcin segn la forma de su trazo. La llamo fuerza curva. Reconoci
en ella la explicacin de todo lo inexplicable, de las influencias ocultas, de las visiones msticas, de las
impresiones inconscientes. La subsumi como categora de los movimientos y luces del alma.
Movimientos del alma porque esta es la que permite el movimiento sin recorrido, esto es, la distancia sin
separacin, luego el contacto a la distancia; luces del alma porque es intrnseca, cobijada e invisible pero
susceptible de representacinsiempre que se le otorgue una placa muy sensible.
Iconografa del aura
No es indiferente que Baraduc llegase a denominar Iconografa y en otras, Radiografa, la facultad que posee
el aura de manifestarse en las pruebas. La Iconografa dependa de una instrumentalizacin cientfica, al igual
que ocurre con los mtodos grficos, la de un Marey, por ejemplo. Se trataba de registrar movimientos y
contactos cada vez ms sutiles. Por otro lado, presentaba todos sus trabajos ante las sociedades ms eruditas,
de las que siempre era un miembro muy honorable; someta sus descubrimientos precisando: Hoy la placa
fotogrfica nos permite a todos entrever esas fuerzas ocultas y somete as lo maravilloso a un control
irrecusable, hacindolo entrar en el dominio natural de la fsica experimental.
Y efectivamente, su mtodo fue de la ms pura ortodoxia experimental: su captura del aura fue muy
reglamentado, muy progresivo con lo intrnseco de la luz. Es decir, con la tiniebla.
Baraduc reedit su experimento fotogrfico originario: un retrato afectado por el tiempo critico; para obtener
de nuevo los efluvios vitales infantiles, reuni a dos chiquillos ante la cmara, esper y cuando sus pequeos
modelos empezaron a hartase, se impacientaron, se pusieron a causar desorden, incluso a rerse a carcajadas,
una palmada que les para en seco en sus jugueteos con una orden seca, fijamente instantnea, y clic, foto.
ahora bien! He aqu que se produce una veladura que los esconde y cubre el clich. Aura: trama luminosa del
tiempo, la luz intrnseca a la emocin de un sujeto fotografiado.
Despus de las histricas y los nios, encontr un abad, sin duda alguna impresionable, y colg su cmara
encima de la cabecera de su cama, mientras dorma en la oscuridad. Y la nube negra que obtuvo, como por
casualidad, sobre la prueba, le hizo comprender que se
trataba realmente del aura de una pesadilla.
Finalmente, Baraduc pudo prescindir de la cmara: le
bastaba con presentar al frente de su modelo, en la
oscuridad, una sencilla placa sensible y la grafa del
alma se obraba espontneamente: tal tempestad de las
formas de tal aura, por ejemplo, equivala a una ira
contenida. La iconografa pudo tambin mediatizarse
por contacto o simple imposicin de la mano, el rgano
ms noble despus del cerebro y espejo del alma, con
la placa, en el bao de revelado.
Fotografa sin cmara y en la oscuridad de los psiconos
de la obsesin. Baraduc
Recuerden los espectros de Balzac o de Nadar. Pues bien. Baraduc fue una vez a casa de Nadar para
encontrarse con ellos. La quinta lmina de la obra de Baraduc est firmada por Nadar: se trata de un fantasma
luminoso, o alma sensible, o semifantasma, de una cierta dama, inmersa en catalepsia hipntica y que haba
logrado el objetivo de exteriorizar su doble, su aura o vapor luminoso intrnseco, y hacerlo posar para la foto a
su lado, en la oscuridad. Los pocos accidentes, manchas, puntos luminosos sobre la prueba fueron
considerados por nuestro psiquiatra como puntos hipngenos sobre el rostro de la dama, al tiempo que se
dejaba ver un perfil
del doble, como cada
uno podr o no
comprobar. Despus,
Baraduc traspas otros
lmites
en
su
indefinida obsesin:
oper, por ejemplo,
durante el da de los
muertos, feliz al ver
revelarse la firma de
algn
fantasma
autntico.
Desde su nacimiento, la fotografa mantuvo con las ciencias unos lazos de unin muy estrechos, y la primera
evocacin de la fotografa post-mortem se sita en este contexto.
El 14 de octubre de 1839, es decir algunos meses ms tarde de la presentacin del proceso daguerriano en la
Acadmie des Sciences, les Comptes rendus de lAcadmie des Sciences dan lugar a la lectura de una misiva
firmada por el doctor Alfred Donn diciendo:
Tengo el honor de remitirles nuevas imgenes Daguerrianas grabadas por el procedimiento al que he
sometido los primeros ensayos para la Acadmie. He obtenido ya un resultado muy bello tomando la imagen
de una persona muerta.
Por desgracia, no se conserva esta imagen pero la carta permite situar cronolgicamente uno de los primeros
usos del daguerrotipo. Hasta entonces, era posible realizar un molde del rostro o un retrato pictrico del
difunto; pero la fotografa va a integrar de forma inmediata esta tipologa y contribuir a aumentar el pblico
potencial (no slo destinada a la nobleza y a personajes ilustres como hasta ahora). Sin embargo, en un primer
momento su uso va a servir como apunte para los pintores, como se ha visto, que, hasta ahora, trabajaban de
memoria o gracias a los esbozos tomados.
En la poca en la que nace la fotografa, la sociedad occidental mantiene un dilogo estrecho con todo lo
relacionado con la muerte. Es en la era victoriana, cuando surgen los grandes cementerios europeos y
norteamericanos, las grandes esculturas como memorials, y, como no, la fotografa post-mortem.
Sin embargo, todas estas prcticas artsticas (arquitectura, escultura, pintura, fotografa) responden a una
misma actitud y necesidad frente a la muerte, a un mismo propsito y, por ello conocen un gran desarrollo y
su mximo apogeo en este siglo. Esta disposicin del hombre decimonnico por mostrar y embellecer todo lo
relativo a la muerte, es fruto de esa actitud que, a su vez, surge de un nuevo concepto de la muerte. Hay que
destacar que una de las actividades de ocio, en cierto modo, del ciudadano parisino, por ejemplo, era el de la
visita a la morgue parisina, como si de un paseo dominical se tratara.
La Morgue era un espacio pblico en el siglo XIX, cuyo origen estaba en la basse-gele, es decir el depsito
de cadveres de las crceles de Chtelet. Si bien era un lugar privado en un primer momento, fue necesaria la
identificacin de los cadveres y, por esta razn, se abri al pblico que vena a morguear, es decir a mirar
desde las alturas, de ah la palabra basse-gele. En 1804, el depsito de cadveres nuevo se inaugura en la
isla de la Cit y se abre al pblico todos los das de la semana sin excepcin desde por la maana hasta por la
noche de forma ininterrumpida. El acomodamiento garantizaba la visibilidad de los cuerpos, situados en la
sala de exhibicin, mientras que el pblico se paseaba por una segunda sala separada de la primera por una
pared de vidrio. Se habl incluso de casa de cristal (maison de verre), recordando una vez ms la similitud
con el estudio de un fotgrafo que necesitaba de techumbres de vidrio para dejar pasar la luz que cubran con
cortinones para tener la posibilidad de ir tapando dichas techumbres en funcin de la intensidad lumnica y de
las necesidades a la hora de realizar la toma fotogrfica.
De esta manera, los muertos se presentaban como si fueran maniqus, en vitrinas. Esta prctica se mantendr
hasta 1907, momento en que se prohibi esta actividad con carcter pblico. Todo estaba organizado de forma
racional: los cuerpos aparecan desnudos (aunque las partes sexuales permanecan ocultas), echados sobre
unas mesas algo inclinadas, de manera que el pblico pudiera observarlos mejor; sus ropas estaban colgadas
sobre una percha y sus rostros iluminados mediante una luz cenital. Para asegurar una mejor conservacin de
los cuerpos, cada mesa estaba equipada de un grifo que arrojaba agua sin cesar, hasta que en 1883, una
instalacin frigorfica resolva estas dificultades. De esta manera, la Morgue permiti la identificacin de
numerosos cuerpos, pero fue, ante todo, una atraccin gratuita y espectacular del Pars del siglo XIX.
Sin embargo, no todo el mundo estaba a favor de este tipo de atracciones. En 1877, tras una campaa de
prensa, los cadveres fueron vestidos de nuevo; y, en 1887, despus de las instigaciones de un magistrado,
que se senta sobresaltado por la inmoralidad del lugar, se solicit de forma oficial el cierre al pblico del
recinto. En realidad esta higiene moral coincida con las preocupaciones de las autoridades sanitarias al
respecto. La llegada de la medicina legal, dotada ya de medios cientficos que permitan la identificacin de
los cadveres (como la fotografa), llev al cierre definitivo para el pblico a travs del decreto del 15 de
marzo de 1907, firmado por el prefecto Lpine.
En The British Journal of Photography del 5 de Mayo de
1865, en el apartado de Miscellanea, aparece una pequea
crtica sobre una exposicin que se celebraba en Pars de un
fotgrafo al que no se cita, que est especializado en
fotografas de difuntos. Dicha resea resulta curiosa ya que
hace referencia y compara esta muestra con la prctica de
visitar la Morgue:
Fotografiando a los muertos Una curiosa exposicin
agolpa a una muchedumbre en las ventanas de un estudio
fotogrfico en uno de los bulevares de Pars, debido a una
exhibicin de fotografas de personas muertas. Como el
trabajo habitual del artista es el de tomar imgenes de los
queridos difuntos para sus familiares, ste se dedica por
completo a esta especialidad, y no tomar imgenes de
vivos, bajo ningn concepto, ya que esto arruinara su
negocio. Es, realmente, una exposicin horrible, ms
desagradable que la Morgue, pues este fotgrafo ha
representado la ltima agona de la muerte en todas sus
espantosas formas ojos hinchados, mandbula cada,
evidente considerar este mismo hecho en el caso de los retratos post-mortem. Sin embargo, si bien la
pintura poda permitirse transformar en cierto modo la imagen real del difunto hacindola ms
delicada, incluso representando al modelo como vivo; la fotografa deber encontrar sus propios
artilugios para conseguir unos resultados similares, al menos en los primeros aos.
A finales de la dcada de 1840, el
proceso del daguerrotipo, que era ms
rpido y econmico que en sus
inicios, estaba permanentemente
suplantando la prctica tan extendida
de realizar un retrato pictrico. No
obstante,
algunas
familias
protestantes de clase media y
media-alta todava encargaban
retratos de sus difuntos como si
estuvieran vivos, hecho que confirma
la importancia de estas imgenes para
el familiar y el significado que
adquiran en el rito funerario.
En las primeras dcadas del siglo
XIX, el negocio que tena que ver con
la muerte comienza a reclamar su
propio espacio, sobre todo en Estados Unidos. La clase media americana iba creciendo y deseaba ser
enterrada con toda la pompa requerida para demostrar su situacin social. Este siglo se caracteriza
por ser un momento donde las epidemias fueron abundantes y donde exista un pnico generalizado
de ser enterrado vivo, inventando para evitarlo artilugios que se incorporaban a los atades para
poder avisar en el caso de convertirse en muerto viviente. Dos imgenes permiten demostrar estos
sentimientos: una es un grabado de aguatinta coloreada con acuarela de Henry Wigstead y publicada
en julio de 1805; la otra es un grabado de 1910 que representa un diseo de un mecanismo que se
incorporaba al atad para prevenir los entierros prematuros y que incorporaba un tubo a la manera de
telescopio con un visor de cristal. La primera es una suerte de caricatura donde un hombre
supuestamente muerto surge de su atad y sorprende a su mujer; mientras que la segunda muestra
uno de los variadsimos diseos de atades que a travs de visores o campanillas procuraban
tranquilizar a una poblacin atemorizada por la falsa muerte.
La preparacin del cuerpo y del atad era
sencilla, en regla general. A finales del siglo
XIX, cuando el rol de la familia fue sustituido
por el del undertaker, los preparativos, el
atad y la exposicin del cadver se convirti
en algo mucho ms elaborado. Hay que
destacar que en Estados Unidos se dej de
usar la palabra coffin por la de casket. Ambas
significan lo mismo, atad; sin embargo,
casket, tambin quiere decir estuche o cofre.
Por lo tanto parece que el hecho de que el
atad y todo el entorno fuera ms elaborado,
conllev a cambiar el vocabulario aadiendo a
la idea de caja para conservar el cuerpo, la de
cofre que contiene un tesoro. Por otro lado,
surgi un comercio: los coffin stores, o tiendas
de atades regentadas por los directores de pompas fnebres que exhiban los atades ms refinados justo
enfrente de sus establecimientos.
En 1847, el Scientific American describe un nuevo invento respecto a la conservacin del cadver y otros dos
relacionados con el atad: un procedimiento qumico que permita preservar el cuerpo tras la muerte e
inventos como el del atad de vidrio o de lminas gruesas de china: ensambladas gracias a un cemento
duradero; [o el de] una caja de madera forrada con placas de vidrio, unidas con una mezcla de cristal y brax
fundidos, estaban enfocados tanto para la preservacin de los restos como para la fcil exhibicin durante el
funeral. Por lo tanto, el atad de vidrio que favoreca la visualizacin del rostro a travs del cristal del atad (o
el sellado) permita preservar los restos mortales del difunto hasta la llegada de los familiares ms alejados
geogrficamente, son las dos lneas de investigacin en este mbito: preservacin y exposicin que se
mantendrn hasta el tercer cuarto del siglo XX.
El seor T. B. Rapp de Philadelphia, Pennsylvania, invent y mejor, en 1852, un atad de vidrio, destacando
las ventajas de su nuevo producto:
Estn hechos de forma hermtica y con suficiente resistencia para prevenir el abombamiento. La
longevidad del vidrio es bien conocida, y los restos del fallecido estn totalmente protegidos, la
descomposicin transcurre muy lentamente.
Ciertamente, en una poca donde se estaba trabajando desde la ciencia en el problema que supona la
descomposicin del cuerpo, James S. Scofield, qumico neoyorquino, descubri, en 1847, un proceso para
preservar el cuerpo tras la muerte. l tambin anunci su nuevo invento diciendo: el cuerpo puede ser
conservado el tiempo que sea necesario, permitiendo as la llegada de los familiares ms alejados.
En 1848, un atad hermtico con un molde de metal, recordando los sarcfagos egipcios, fue patentado por
Almond D. Fisk. Hubo una gran competencia en cuanto a atades de metal se refiere, sin embargo, el Fisk
Metallic Cases fue el ms popular durante la dcada de los cincuenta. En 1860, ya se ofreca un servicio
completo del entierro. El depsito de cadveres anunciaba coches fnebres, carruajes, sudarios, sombreros,
etc. En estos momentos se puso de moda el atad de forma hexagonal que era habitualmente utilizado en
Norteamrica.
En ocasiones el fotgrafo tambin era llamado para tomar imgenes de monumentos, de enterramientos y de
retratos conmemorativos de las madres enlutadas y viudas. La costumbre de fotografiar al muerto y a sus ms
allegados se convierte en una prctica de lo ms extendida, de tal manera que las casas que suministran el
material fotogrfico ofrecen un stock ya estandarizado, como marcos tapizados de negro para encuadrar el
retrato, etc. En realidad se trataba siempre de embellecer la imagen: o bien creando un decorado para
favorecer la escena (decoraciones florales, representaciones como si el difunto estuviera vivo, etc.); o bien
ornamentando todo lo que rodeaba la imagen final como la iluminacin manual de algunos elementos
(pmulos sonrosados, joyas doradas, juguetes, etc.), los marcos tapizados que no slo sirven para proteger
sino tambin para adornar, las cajas daguerrotpicas que estn en alguna ocasin trabajadas con una gran
minuciosidad, mostrando unos diseos que responden a una iconografa sentimental como podan ser los
ngeles, las composiciones florales, etc. La Scovil Manufacturing Company de Waterbury, Connecticut,
acaba presentando, en 1852, un tipo determinado de cajas exclusivamente diseadas para los retratos
pstumos. Fueron descritas como:
Una nueva y hermosa caja para daguerrotipo estas son para la representacin de personas difuntas, y
para los daguerrotipos sepulcrales sta diseada especialmente para este tipo de retrato. Los diseos son
nicos, el conjunto apropiado, rico sin ser llamativo.
Esta especialidad fue floreciendo y, en 1856, un establecimiento se anunci como Mausoleum Daguerreotype
Case Company, en Estados Unidos. Otras compaas, como la Scovil Manufacturing Company, vendan y
estaban especializadas nicamente en cajas daguerrotpicas. La costumbre se generaliz en la dcada de los
cincuenta, y los estudios ofrecan, como parte de su stock habitual, estuches de daguerrotipos con diseos
sentimentales, destinados a este tipo de imgenes.
El propio proceso con su forma de presentacin tiene mucho que ver con la muerte. Me refiero a que el
sistema inventado para proteger la placa de plata, nica y por lo tanto valiosa de por s, era la de encajar dicha
imagen fotogrfica sobre placa argentea en un bastidor de madera tapizado y decorado adems por otros
elementos como el separador y la placa de vidrio que adems de embellecer sellaban el conjunto,
convirtindose en uno de los mejores procesos fotogrficos referentes a la conservacin de la imagen. As
pues, esa cajita que se abra para poder contemplar la imagen del difunto funcionaba a la manera de cofre no
slo del tesoro que custodiaba sino tambin a la manera de fretro. De la misma forma que se abran los
fretros para poder ver por ltima vez al ser querido que se marchaba, el daguerrotipo funciona a su vez como
atad de la propia imagen. Esta equivalencia es llamativa para una poca en la que esta prctica estaba tan
extendida.
En definitiva, se puede afirmar que, desde la dcada de 1840, se incorpora la fotografa de difuntos, como la
ltima imagen del ser querido, que se poda conservar y atesorar como recuerdo para la memoria. Es en
Estados Unidos donde ms ejemplos y mayor desarrollo tuvieron este tipo de imgenes. Unos de los estudios
ms destacados fue el de Southworth and Hawes. Estos fotgrafos declararon en 1846:
Tomamos miniaturas de nios y adultos instantneamente, y de personas difuntas tanto en nuestro estudio
como en la residencia particular [] Hacemos muchos esfuerzos por obtener miniaturas de las personas
difuntas que resulten agradables y satisfactorias; y suelen ser, con frecuencia, tan naturales que incluso
llegan a parecer que estn en un sueo tranquilo.
Ms adelante, Southwork en el Philadelphia Photographer en 1873, explicaba y recordaba aquella
experiencia de tomar imgenes de difuntos en los inicios de la fotografa:
Tenamos que salir entonces ms de lo que lo hacemos ahora y este era el modo, que no era fcil, para
arreglrnoslas; pero si trabajaba con cuidado ms all de las diversas dificultades, aprender muy pronto a
fotografiar cuerpos sin vida disponindolos a su gusto [] La manera que tuve para hacerlos vestir y
colocarlos en el sof, era slo dejndolos como si estuvieran dormidos, ste era mi primer esfuerzo []
Puede hacer como le plazca en lo que respecta al manejo e inclinacin del cadver. Puede inclinarlos
mientras y ponerlos en una posicin natural y fcil.
Por lo tanto, estas imgenes se convertan en objetos de culto, fetiches familiares con un carcter privado e
ntimo. Pero la gran cantidad de retratos postmortem infantiles no se justificaban slo por el elevado
porcentaje de muerte infantil que no empezar a reducirse hasta bien entrado el siglo XIX, sino tambin al
hecho de que no todas las familias podan permitirse el lujo de solicitar un encargo de este tipo, en vida. Por
lo tanto, slo cuando ya era irremediable, se requeran los servicios de un profesional para conservar el
recuerdo en imagen del ser querido. En consecuencia, los bebs y nios por debajo de los cinco aos fueron
los ms representados en ese momento, como una manera de vencer a la propia muerte.
Los daguerrotipos eran manejados por parte de los artistas con el fin de crear una imagen del natural. Pero
sta, an siendo una de las funciones del retrato fotogrfico no fue la principal: en realidad se trataba de una
imagen para ser conservada como tal por los familiares del difunto que incluso en ocasiones solicitaban un
daguerrotipo de un retrato pictrico
finalizado. Segn Burgess, salen mucho
mejor los retratos tomados en la casa
del fallecido. l traa todos los aparatos
que necesitaba para su realizacin:
antes de marcharse, Burguess preparaba
de ocho a diez placas, es decir que las
limpiaba
hasta
dejarlas
como
superficies espejeantes y listas para el
bao de sensibilizacin. Una vez en la
casa, retocaba sus placas para no dejar
ninguna mota de polvo. Algunos
fotgrafos, declara Burgess, aplican el
bao antes de salir de su estudio pero se
arriesgan a que en la imagen final
aparezca una mancha debido a la
suciedad depositada entre el momento
del bao y el de la toma.
Para este fotgrafo, las poses deban ser normalizadas: si el retrato era de un nio, l sugera que ste se
dispusiera sobre las rodillas de su madre como si estuviera dormido, utilizando una luz lateral para ello; un
nio pero ya mayor se fotografiara sobre una mesa o una cama con su cabeza orientada hacia la luz,
ligeramente levantada y en diagonal a la ventana con sus pies orientados hacia sta.
Para el fondo, Burguess aconseja utilizar una manta de lana, que puede ser sostenida por dos asistentes
situados detrs del cuerpo; una sbana puede ser utilizada tambin a la manera de reflector, sujeto por unos
asistentes o a la pared del fondo. Es importante, explica Burgess, que la mesa o la cama sobre la que est
apoyado el cuerpo est dispuesta de manera que la luz no caiga sobre el rostro y las sombras aparezcan debajo
de la nariz y de las cejas. Un efecto de tragaluz podra excluir la luz en la parte inferior de la ventana gracias a
un pao oscuro. Si fuera necesario, sta podra aumentarse abriendo la parte superior de la ventana.
En realidad, cada daguerrotipista tena sus propias ideas respecto a la escenografa utilizada para el retrato
post-mortem. En ocasiones, el cuerpo estaba dispuesto sobre un sof cubierto por un tejido estampado con
colores vivos; otras lo sentaban sobre un silln, posando como si estuviera dormido. Tambin aparecan en los
brazos de sus padres (como ya informa Burgess para los nios muy pequeos), e incluso podan ser
fotografiados en sus cunas como declaran Jaap Boerdam y Warna Oosterbaan Martinius en su artculo
dedicado a este tema en Holanda o incluso en el pesebre o sobre una almohada, como afirma Darrah.
Con frecuencia, una flor (o un ramo) u objetos simblicos eran colocados entre sus manos; estos elementos
eran ocasionalmente coloreados con tonos vivos una vez obtenida la imagen. Aunque siempre se hable de
Estados Unidos, ya que los estudios publicados suelen centrarse en este mbito por su gran cantidad de
ejemplos, en Europa, adems de Francia, se daba esta prctica de manera habitual. El historiador de fotografa
holands Jan Coppens, indica que en los pequeos pueblos holandeses el enterrador sola ser, a su vez, el
fotgrafo. Otra historiadora alemana, Ellen Maas, afirma que en Austria, en una poca, mucha gente iba a los
estudios fotogrficos con sus nios difuntos aunque esto constituyera una amenaza para la salud pblica,
provocando la prohibicin gubernamental de realizar fotografas de difuntos, si bien muchos de ellos
continuaron su labor.
Las razones por las cuales se realizaban este tipo de retratos son bastante evidentes, como podemos constatar
en el testimonio de Burguess:
Todos los retratos tomados tras la muerte solo se parecern, como no, al cuerpo inanimado, ni aparecer en
el retrato nada semejante a la vida en s misma, excepto, efectivamente, el nio dormido, en cuyo rostro surge
a veces la sonrisa juguetona de la inocencia incluso despus de muerto. Esto puede suceder y es a menudo
traspasado a la placa de plata. Sin embargo, todos los retratos tomados de esta forma, sern modificados por
lo que seran si fueran tomados en vida todos seran cambiados por el color sombro de la muerte. Que
cierto es, que es demasiado tarde para atrapar la forma viva y el rostro de nuestros queridos amigos, e ilustran
bien la necesidad de procurar aquellos ms que los [parecidos] del natural de nuestros amigos, [ya] es
demasiado tarde ya la mano de la muerte ha arrebatado aquellos que estimamos tanto en la tierra.
Todos estos preciados testimonios revelan no slo el mtodo de trabajo, los diferentes tipos de representacin,
sino tambin las enormes dificultades tcnicas que tenan en la poca y que se vean incrementadas por la
evidente complicacin de no poder colocar al modelo con facilidad debido a la rigidez cadavrica. Por lo
tanto, y como se ha podido comprobar a travs de los ejemplos tanto en los testimonios como en las propias
obras, uno de los propsitos principales de estas primeras fotografas ser el de procurar que dichos modelos
no parezcan muertos, que estas imgenes no figuren como post-mortem. Por un lado, se van a ocultar los
signos de la muerte como atades, vestimenta tpica (mortajas por ejemplo), velas, etc. Y por otro, se tiende a
que el modelo se muestre bajo una apariencia vital. No obstante, este tipo de representacin va a ir cambiando
a lo largo del siglo XIX, para mostrarse bajo una apariencia totalmente diferente ya en el siglo XX. Tambin
hay que destacar que los avances tcnicos van, poco a poco, a permitir al fotgrafo olvidarse de la tcnica
para centrarse en representaciones mucho ms estticas. Ejemplo de ello sera el uso de la luz artificial ya en
la dcada de los ochenta. De hecho, en 1891, en el American Journal of Photography se publica:
Segn el British Journal of Photography, la luz de flash es ahora utilizada con xito en fotografiar a los
muertos. La luz artificial supera las dificultades hasta ahora experimentadas al fotografiar un cadver.
Las imgenes de Memento Mori, que significa recuerda la muerte del otro, el momento de su muerte, hace
referencia a las imgenes grabadas, dibujadas, pintadas o, dicho de otra manera, inscritas que indujeron a
los europeos de finales de la Edad Media a producirlas. Como se ha podido observar, podan personificar la
muerte como esqueleto humano, o mostrando el cuerpo humano en avanzado estado de descomposicin. Sin
embargo lo que se deduce es que cualquier forma de representacin no es ms que el intento de recordar al
que contempla que la muerte es inevitable. No se trataba slo de representarla, sino de formular una
concepcin de sta, como explica Meinwald. Ejercicio de autoconciencia o ejercicio autobiogrfico, lo que no
cabe duda es que, en el siglo XIX, la tendencia era la de retener en la mente el recuerdo y, as, mantener la
presencia del difunto de la mejor manera posible. Las imgenes visuales, en especial las fotogrficas por lo
que tienen de duplicado exacto de la realidad, proporcionan algunos de los significados ms efectivos y
emocionalmente satisfactorios para este propsito:
No es solo el parecido lo que es apreciado sino la asociacin y el sentido de cercana envuelto en el objeto
[] El hecho de que la misma sombra de la persona yaciendo quede fijada para siempre!
[] Preferira tener semejante recuerdo de alguien al que he querido mucho, que el trabajo ms noble que un
artista haya alguna vez realizado.
cd