Casa de Muñecas Estudio
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Casa de Muñecas Estudio
estticamente los conflictos del siglo XIX, y a la vez parecen escritos ayer.
Sentimos a Ibsen ms que nuestro contemporneo, nuestro coetneo, un
compaero en la experiencia del presente, y vamos a su obra para entender lo
que nos pasa hoy. Pero adems le atribuimos un pensamiento oracular, que no
acontece en el presente sino en el porvenir: la suya es una obra-esfinge que
fascina como presencia del futuro. La vigencia del drama moderno de Ibsen
hoy, y especialmente la vigencia de la proyeccin de las estructuras del drama
moderno en el cine mundial, invita a revisar otra vez qu es eso que llamamos
familiarmente postmodernidad.
Una casa de muecas es un ejemplo notable del uso dramtico del tiempo en
los dramas ibsenianos. El pasado resulta absolutamente relevante para la
definicin de las decisiones del presente y el perfil que la vida de Nora asumir
en el futuro. Nada menos que Arthur Miller, quien ha reconocido en mltiples
ocasiones su deuda con Ibsen, reflexiona sobre la estructura temporal de su
teatro:
Hay un elemento en el mtodo de Ibsen que no debera dejarse de
lado, ni desecharse como se hace frecuentemente hoy en da. Sus obras,
y su mtodo, no hacen ms que revelar la evolucin cualitativa de la
vida. Mirando sus obras, uno est informado permanentemente de un
proceso, de un cambio, de un desarrollo. (...) Sus obras son
profundamente dinmicas, porque ese enorme pasado finalmente
estuvo pesadamente documentado, de manera tal que el presente puede
ser comprendido en la totalidad, como un momento en el fluir del
tiempo, y no como pasa en muchas obras modernas- como una
situacin sin races.
Para dar cuenta del pasado, Ibsen recurre de diferentes maneras al
procedimiento del narrador interno, aquellos personajes que cuentan a otros
personajes, como al espectador, lo que ha sucedido antes de que demarre la
accin). Es magistral su dosificacin, su distribucin estratgica de esa
informacin, que se va revelando progresivamente al servicio de la
dramaticidad. Los datos del pasado tienen el valor de una epifana: revelan
todo un mundo, son mucho ms que meros datos informativos. Ibsen equilibra
la tensin entre la curiosidad por el pasado y el suspenso, la inminencia de un
nuevo acontecimiento ligado al conocimiento de lo sucedido aos atrs. El
pasado nunca regresa sin modificar profundamente la situacin presente. Y
George Bernard Shaw descubre una singular vuelta de tuerca sobre este
procedimiento: la accin interna del personaje no se hace visible directamente
en forma externa en el momento en que se produce, sino que se recupera como
pasado cuando es advertida en los acontecimientos externos que el cambio
interno genera ms tarde. El dilogo final entre Nora y Torvald, y la decisin
de alejarse de su casa, slo son posibles gracias a todo lo que ha pensado,
sentido y resuelto Nora en su interior a lo largo de la pieza. Como seala Mario
Parajn, los sucesos del presente hacen que Nora est permanentemente
cambiando su manera de entender el mundo y el pasado, sus relaciones con su
marido y con sus hijos, sin que esto se refleje en sus acciones externas hasta el
final del Acto III. Las escenas del Acto I se leen de otra manera, en sus matices
no advertidos, recin en y desde el Acto III.