Poemas Ecuatorianos
Poemas Ecuatorianos
Poemas Ecuatorianos
Amargura
Por qu florece la infernal mentira y, con el torpe vicio en alianza , de triunfo en
triunfo por el mundo avanza y su reinado a eternizar aspira?Por qu el humano
corazn delira ,y, en tanto juzga que la dicha alcanza ,solo, en verdad, columbra
su esperanza que brilla, lo enloquece, y se retira?Por qu el dolor mortal se
encruelece y el negro tedio, de la vida plaga ,cual nunca en este siglo, medra y crece?Ay!
Porque la impiedad desoladora toda sublime aspiracin apaga , y ya no hay fe, ni
se medita ni ora!
Madrigal
Dios me hizo, nia ma, algo divino .Quieres que te revele una secreta sentencia que
yo s de tu destino ?Pues sabe que a un poeta entregars tu corazn amante .
Quieres que te diga ms...? La poesa es mi tesoro y yo... Pero es bastante lo dicho a que
me entiendas, nia ma...
BIOGRAFA
Juan Len Mera
Juan Len Mera
Martnez
(Ambato, 28 de junio de
1832 Ambato, 13de diciembre de 1894), fue un ensayista, novelista,
poltico, y pintor ecuatoriano. Entresus obras ms destacadas se
encuentra la letra del Himno Nacional del Ecuador y lanovela
presidenteGabriel Garca Moreno.
[1
"Cumand"
(1879). Adems, en su vida poltica fue partidario del
JUNTO AL FUEGO
Esta noche sal a mirarte en la distancia,
desde la lejana me penetre en tus ojos,
con atisbo al cielo, lleno de inocencia;
oteando a las estrellas de hinojos...
Mientras agitaba el fuego, invadiste mi memoria
acompaado de un jilguero, ms su dulce armona.
Rozaron tus labios en los mos con euforia
te sent pernoctada en mi almohada y mi sinfona...
Arrodillado a la orilla de ese fuego fresco;
sise al aura enloquecido por tus besos,
reclinando mi dorso a un tronco seco;
grite tu nombre en mi silencio en rezos.
Agite el fuego mientras respiraba,
desesperado por tus fragantes lirios,
sent tu palpitar cada vez que suspiraba,
sent tu boca ardiente cual llamarada de sirios.
El calor era ms fuerte mientras te deseaba,
estuve seguro que me adentraba entre tus sueos.
Hice del fuego un verso mientras se apagaba,
Pero no pude apagar las llamas de este ensueo.
Recogiendo las cenizas en un recipiente,
las beb en tu nombre con la fuente de tu ocaso.
Y ese fuego de amor que mi corazn siente
marchitara cual cenizas con el viento a su paso..
LAUREADA
Mujer gloriosa y laureada con alma sumisa,
tan pura como el viento, cristalina como el mar.
Devrame con tus labios, fecndame con tu brisa,
condname en tu crcel, djame en tu silencio gritar.
Purifica mis pecados, con tu sabidura de profeta,
djame arrodillar al frente; de tu sagrado altar.
Llvame a tu cielo, donde descansa toda alma honesta,
inventa mi paraso, cerquita; donde te pueda amar
Adntrame en tus venas y tu corazn ferviente,
hechzame con tu voz, aguda y agitada.
Enrdame en tu cabello, sutil y radiante,
acurrcame en tu pureza, en tu alma bendecida
Has que tu inmensa luz, resplandezca en mi esencia,
cual estrella gigante alumbra el firmamento.
Que tu sonrisa pura, cautive mi inocencia
y que me embriague de amor tu grcil aliento.
2
Plaidera
Plaidera
Lamentos, sollozos,
son los aires que respira
la joven plaidera,
se alejaron los besos
Al cielo dirige sus ojos,
espera que alguien le oiga,
que en su hermosa cab ...
Cadenas
Si se pudiera
romper las cadenas
que , desde el principio
de los tiempos
han mantenido al hombre
como esclavo del destino
y, as escuchar
El sonido de millones de seres
En una voz .
y dormir
Risas que no podemos compartir,
llantos que quedaron en nada,
solo cinco das para vivir
y dejar huellas en la playa.
Desayunos al sol,
risas y mucho caf,
solos, dndonos a ...
ESTANCIAS
Seor, no ha recorrido mi planta ni siquiera
la mitad de la senda, de que habl el Florentino,
y estoy en plena sombra y voy a la manera
del nio que en un bosque no conoce el camino.
De profundis clamavi Pastor de corazones,
da a mi alma el fuego que hizo de la hetaira una santa;
renueva los milagros de las resurrecciones;
espero, como Lzaro, que me digas: Levanta!
***
Esposa Inevitable, dulce Hermana Tornera,
que al llevarnos dormidos en tu regazo blando
nos das la clave de lo que dijo la Quimera
y en voz baja respondes a nuestros cmo y cundo;
apenas si fulgura mi lmpara encendida,
derroch mis tesoros como una reina loca,
me adelant a la cita y, al margen de la vida,
ha dos siglos que espero los besos de tu boca!
***
No dicen los inviernos que no haya primavera;
en la noche ms negra palpita el alba pura:
lo sabio es esperar; es fuerte quien espera
-buen sembrador- velando la cosecha futura.
Las horas en su danza llevan tan loca prisa,
que a la risa y al llanto ofrecen pronto fin:
feliz quien pueda ver con la misma sonrisa
la serpiente del bosque y el lirio del jardn.
DETALLE NOCTURNO
Un gato, grave y fro, sobre el vecino alero,
en yo no s qu fina meditacin se pierde,
contemplando la rosa de la luna de enero
con la viva esmeralda de su pupila verde.
Inclinada la testa como un Platn idelogo
e inmvil, en hiptesis magnficas se abstrae...
y slo turba el hondo silencio del monlogo
la cancin olorosa que alguna brisa trae.
4
OFRENDA A LA MUERTE
Muda nodriza, llave de nuestros cautiverios,
oh, T, que a nuestro lado vas con paso de sombra,
Emperatriz maldita de los negros imperios,
cul es la talismnica palabra que te nombra?
Puerta sellada, muro donde expiran sin eco
de la humilde tribu las interrogaciones,
as como no turba la tos de un pecho hueco
la perenne armona de las constelaciones...
Yo cantar en mis Odas tu rostro de mentira,
tu cuerpo melodioso como un brazo de lira,
tus plantas que han hollado Erebos y Letheos,
y la serena gracia de tu mirar florido
que ahoga nuestras almas, exentas de deseos,
en un mar de silencio, de quietud y de olvido.
ALMA EN LOS LABIOS
Cuando de nuestro amor
la llama apasionada
dentro tu pecho amante
contemples extinguida.
Ya que solo por t
la vida me es amada
el da en que me faltes
me arrancar la vida.
Por qu mi pensamiento,
lleno de este cario
que en una hora feliz
me hiciera esclavo tuyo
lejos de tus pupilas
es triste como un nio
que se duerme soando
con t acento de arrullo
que se duerme soando
con t acento de arrullo .
Para envolverte en besos
quisiera ser el viento
y quisiera ser todo
lo que t mano toca
6
2. Tres cosas...
Baltasar del Alczar no est entre los cinco poetas ms famosos del siglo de
oro. Pero slo porque el nivel de competencia en aquellos siglos era altsimo.
He aqu algunas de sus redondillas ms graciosas.*
3. La ms bella nia...
Y me cautivastes
De quien hoy se va
Y lleva las llaves
De mi libertad,
Dejadme llorar
Orillas del mar.
En llorar conviertan
Mis ojos, de hoy ms,
El sabroso oficio
Del dulce mirar,
Pues que no se pueden
Mejor ocupar,
Yndose a la guerra
Quien era mi paz,
Dejadme llorar
Orillas del mar.
Vyanse las noches,
Pues ido se han
Los ojos que hacan
Los mos velar;
Vyanse, y no vean
Tanta soledad,
Despus que en mi lecho
Sobra la mitad.
Dejadme llorar
Orillas del mar.
no lo es la esperanza larga.
Quteme Dios esta carga,
ms pesada que el acero,
que muero porque no muero.
Slo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;
mira que slo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
Vida, qu puedo yo darle
a mi Dios, que vive en m,
si no es el perderte a ti
para mejor a l gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
6. Cntico espiritual
Juan de Yepes, San Juan de la Cruz, fue nombrado en 1952 patrono de los
poetas en lengua espaola. Como dijimos arriba, mantuvo amistad con Santa
Teresa y al igual que ella intent reformar a los carmelistas y fund la orden de
los carmelistas descalzos. Tuvo numerosos problemas con las autoridades
eclesisticas y con los poderosos de su poca. Sufri la crcel, y all compuso
su poema ms famoso, El Cntico espiritual, que, a falta de papel y lpiz en la
prisin, escribi verbalmente mientras iba memorizndolo. Al igual que en el
11
Cntico espiritual*
Esposa:
Adnde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste
habindome herido;
sal tras ti clamando, y eras ido.
Pastores, los que fuerdes
all por las majadas al otero,
si por ventura vierdes
aqul que yo ms quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.
Buscando mis amores,
ir por esos montes y riberas;
ni coger las flores,
ni temer las fieras,
y pasar los fuertes y fronteras.
Pregunta a las criaturas:
Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del Amado!
Oh prado de verduras,
de flores esmaltado!,
decid si por vosotros ha pasado.
Respuesta de las criaturas:
Mil gracias derramando
pas por estos sotos con presura,
y, yndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dej de fermosura.
14
16