Una Verdadera Maravilla
Una Verdadera Maravilla
Una Verdadera Maravilla
maravilla
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Pronto descubri Mara Villa que no tena mucha gracia vivir ah; uno
no se poda deslizar por los tallos, porque corra peligro de quedarse
enganchada en las espinas, y pap Botn de Rosa pona el grito en el
cielo cuando las geniecillos queran jugar al pillarse y entreabran los
ptalos rojos.
Cuidado! gritaba, impaciente. Se va a escapar el aroma.
La pequea Botn de Rosa era feliz all, pero Mara Villa decidi irse
donde otra de sus amigas.
La elegida fue la genio Hortensia Azul, quien de inmediato la invit por
todo el fin de semana. Mara Villa qued fascinada con las pequeas
flores que conformaban la residencia de su amiga. Sin embargo, hubo
un problema. Cuando lleg la noche, y los Hortensia Azul se fueron a
dormir, cada uno en una flor distinta, Mara Villa se sinti un poco sola.
Algunos das despus, Mara Villa acept la invitacin a tomar nctar
que le hiciera Diente de Len, una de las ms inquietas de la escuela. Al
llegar, crey, por fin, haber encontrado la casa soada, pero cambi de
opinin cuando una rfaga de viento arremeti contra la flor y todos
tuvieron que abrir sus paracadas para volar en bsqueda de otra flor.
Siempre lo mismo dijo la mam Diente de Len. Menos mal que
es solo en algunas pocas del ao.
A la semana siguiente, Mara decidi ir donde su amiga Nomeolvides, que
era muy calladita y algo tmida. La casa result ser muy hermosa, pero
un tanto pequea. Los genios Nomeolvides vivan bastante apretados y
una familia numerosa como la que tena ella no iba a caber en una flor
como esa.
Qu difcil era encontrar algo adecuado! Todas las casas eran bellas,
sus habitantes se vean contentos, sin embargo, la pequea Mara Villa
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siempre les encontraba un pero: las petunias eran muy pegajosas; los
lirios se marchitaban pronto; en las azucenas, se resbalaba; las violetas
eran muy oscuras, en fin, siempre haba algn problema.
Su pap, algo preocupado por esta hija que sala todos los das, le
pregunt qu haba decidido. Mara Villa le contest resignada:
Creo que no hay ms que hacer. Tendr que vivir aqu para siempre.
La mam intervino, y dijo:
Est bien, pero creo que es hora que t invites a todas tus amigas. Han
sido tan cariosas contigo.
Mara Villa arrisc la nariz Qu iban a pensar sus compaeras?
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