Edith Stein - Finitud y Eternidad

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EdithStein:Finitudy

Eternidad
RobertRoda
Es un placer para mi y ocasin de gratitud,
especialmente para con los organizadores de la
exposicin,cuyasolicitudmehapermitidoajustar
mejor la charla, poder hablar hoy aqu en la
Universidad "San Pablo C.E.U.", sobre alguien
con una capacidad tan grande de avivar "los
deseosdelcorazn",comoEdithStein.
He tenido recientemente, la oportunidad de
comprobar el valor de su testimonio en el marco
de unas Jornadas que llevamos a cabo en
Tarragonaconelttulo:"TestimoniosdelsigloXX:
Literatura, Razn y Realidad". Se trataba de
realizar una aproximacin crtica al siglo que
despedimos, ayudados por la mirada de algunos
de sus autores ms relevantes. Pues bien,
mientrasautoresindiscutiblescomoKafka,Musil,
Rilke,Joyce,Machado,...identificabandediversas
formas, pero recurrentemente, la precariedad del
yo,sufragmentacin,ladificultaddeencontrarse
a s mismo, de entrar en realidad, de ser con los
dems, erigindose en sntomas del malestar de
nuestra poca E. Stein se agrandaba como
alternativa posible, incluso frente a la mayor
radicalizacindelmal.
Si "testigo", de acuerdo con su etimologa, es el
que ve y luego cuenta lo sucedido, el testimonio
de Edith Stein tiene un alcance muy especial
puestoquedafedeunapositividadltimaquelo
abrazatodo.

E. Stein, juda, nacida en 1891 en la en aquel


tiempo ciudad alemana denominada Breslau,
actualmente ciudad polaca rebautizada Wroclaw.
Filsofa asistente de Husserl, conversa al
catolicismo, profesa carmelita descalza, y
asesinadaporlosnazisenlascmarasdegasde
Auschwitz en Agosto de 1942. Escritora de obras
filosficas de difcil lectura y tratados de
espiritualidad mstica, fue canonizada en Octubre
delaopasado.
Subiografanosponefcilmentederelievehasta
que punto fue probada por la vida. Perdi a su
padre cuando todava no haba cumplido dos
aos.Padecieldesarraigodesupropiatradicin
religiosa,yportanto,siendocomoerajuda,desu
pueblo y de su propia familia. Vivi los
desequilibrios y las tensiones propias de la
industrializacin emergente, el hundimiento de
todoelequilibrioeuropeoconlascalamidadesde
la primera guerra mundial, la penuria de la
postguerra, la empinada cuesta hacia la
equiparacin social y poltica de la mujer, la
opresindelalibertadquesuponeelestatalismo,
y finalmente la barbarie de la segunda guerra
mundial,delaquefuevctima.
Ahora bien, con todo, encontramos en ella, una
mujer comprometida con la experiencia,
apasionada por ir al fondo de la realidad, por
encontrarlaverdad,enpalabrassuyas:"eldeseo
deverdaderamioracincontinua"(inclusocomo
atea), con un afecto por la vida y por los dems
capazdeafirmarseenlaspeorescondiciones.
Esta afirmacin de la vida, esta experiencia, es
profundamentehumanaporqueesprofundamente
racional, y por eso mismo es tambin
comunicable y en su caso tiene un alcance

especial por la expresividad de una vida ligada a


lareflexin,alafilosofa.
No me ha sido posible asistir a las conferencias
de los profesores Peter Schultz y Angela Ales
Bello, pero resulta significativo que, en el propio
ttulo de ambas, aparezca la referencia a la razn
comofactorclavedeunitinerariodeconciencia.
Este itinerario, este esfuerzo de expresin sin
duda suficientemente amplio como para que
pueda suscitar diferentes registros, me ha
parecidoconcentrarseconespecialintensidad,en
lascategorasde"finitud"y"eternidad".
De hecho, no es casual que su obra filosfica
principal se titule precisamente, "Ser finito y
eterno. Ensayo de acceso al sentido del ser" (
Endliches und ewiges sein). Versuch eines
Aufstiegs zum sinn des Seins), que data de 1936,
aunque las circunstancias sociopolticas no
permitieronsupublicacin,queviolaluzen1950,
ochoaosdespusdesumuerte.
"Ser finito y eterno" es una obra de madurez,
densa y a menudo de difcil lectura llena de
meticulosos anlisis ontolgicos, situada en una
autntica encrucijada entre fenomenologa y
neotomismo, busca el dilogo entre la tradicin
quevadeSanAgustnoelPseudoDionisiohasta
Duns Scoto ( y tal vez sin nombrarlo F. Surez)
pasando naturalmente, por Santo Toms, con la
modernidad que representan Husserl, Scheler,
Heideggeryotros.Sindifuminarlasdiferencias,y
sin desconocer la originalidad de cada uno, va
perfilandounaposicinpropia,unafilosofadela
esencia como signo de lo eterno, "de la esencia
encuantomisterio",quesinpretendererigirseen
sistema filosfico, paga un fuerte tributo a una

sistematizacinatravsdelacualpocosestaran
dispuestoaseguirlehoy.
Por eso lo que quiero hacer aqu, no es tanto el
anlisis de esta obra, cuanto recuperar, a travs
de ella, el plpito del itinerario de conciencia al
que responde, y en el cual alcanza su autntica
dimensineinters.Porquesobretodo"Serfinito
y eterno" traduce en clave filosfica la respuesta
clara y concisa a la cuestin vital, en cuyo
horizonteE.Steinsupovivirsiempre:quinsoy
yo?,qusoy?,enquconsisteelserdemiyo?,
cuandodigoyoqucosaestoydiciendo?,qu
es el hombre?, para qu vivimos?, cul es el
sentidodelser?.
Para desvelar la razonabilidad y el sentido de su
respuesta, se me han presentado, siguiendo el
intensoydramticoitinerariovitaldeE.Stein,tres
clavesdecisivasqueconvieneahoraadelantar:
La primera se remonta a 1911, a la poca de
estudiante universitaria en Breslau, cuando la
lecturadelas"Investigacioneslgicas"(Logische
Untersuchungen)deHusserl,lepermitensuperar
el atasco del materialismo, y con l, del
relativismo y del escepticismo, al mismo tiempo
que le abren el horizonte de un mtodo
convincentedeobjetividadenelsaber.
La segunda es el paso del idealismo propio de
Husserl a una posicin de realismo, vinculado a
su conversin en torno a 1920, y que esta en la
basedelplanteamientode"Serfinitoyeterno".
Ylatercera,queatravesaraalasotrasdoscomo
elhorizonteasupaisaje,seralacuestinsobrela
consistencia del yo, y la constatacin de que la
respuesta al problema de la constitucin de la
conciencia est ligado a la cuestin de la

intersubjetividad,deunmodoquefinalmenteuna
respuestaadecuadaalsentidodelserpasaporla
consideracindelsujetocomopersona.
Finalmente, la persona como vnculo especfico e
irreductible con el Misterio, se revelara el lugar
porexcelenciadeloeterno.
Pero no precipitemos desenlaces que suponen
demasiadosimplcitoscomoparapresentarsecon
claridad.
Vayamosalprimermomentoquehemossealado.
En 1911 encontramos a E. Stein estudiando
Germanstica e Historia en la Escuela de
Magisterio de la Universidad de Breslau. Se trata
de una joven de 20 aos, la nica mujer
matriculada aquel curso en la Universidad, con
una gran inquietud intelectual, que vive con
pasin sus jornadas repletas de estudio,
compromisosocialeinclusodeporte(legustaba
ladanza,remarysaliralcampoentrineo).
Est agradecida a la sociedad y al estado que le
permiten estudiar, y suea con corresponder
siendo una buena maestra. Pero adems, en un
tiempoenquelamayoradeestudiantesvegetaba
apticamente, y la causa del derecho de voto de
las mujeres no era en absoluto una cosa obvia
inclusodentrodel movimiento feminista burgus,
ellaseadhiere,liderandoaungrupodeamigos,a
la Liga prusiana, fundamentalmente socialista,
para conseguir la completa equiparacin poltica
delamujer.
Como ella misma cuenta, la continua solicitacin
de todas sus fuerzas, que le impona una vida
extremadamente intensa, le hacia sentirse "una
criaturaprivilegiada".

Sinembargo,elactivismodeesaateabiendotada
fsica y espiritualmente, autnoma y segura de s
misma, que "crea tener siempre la razn", no
consegua sofocar un sordo malestar, fruto de la
extraezaconrespectoasmismaenquelehaba
dejadosucrisisdefeensupropiatradicin.
Saboreabalaautonomamoderna,peroprontoya
nadalaprotegeradelaenormeproblemticaque
suponeparaelsujetomodernoencontrarlapropia
identidad.
Comoellamismaconfiesa:"habaperdidolafeen
las personas entre las que me mova
cotidianamente, y andaba como bajo la opresin
deunpesoenorme,incapazdealegra".
Pero le sostiene la confianza juvenil en sus
propias fuerzas, en los recursos humanos, en la
utopa: "ciertamente el mundo puede estar mal,
pero si reunimos todos nuestras fuerzas y las de
nuestros amigos conseguiremos cambiarlo. Y
ciertamentenolefaltabacoraje,habidacuentade
que la extrema inestabilidad internacional i la
conflictividad interna de la propia Alemania
anunciabanelinminenteconflicto.
Pero que la respuesta por el cambio de
estructuras nunca estuvo para ella desligada del
cambiopropio,loponeenevidenciasuinterspor
la clase de psicologa, a la que asista sin estar
matriculada.
Las ciencias positivas se presentaban por aquel
entonces como capaces de poder decir la ltima
palabra en todo, haciendo innecesarios a los
filsofos.
De hecho, despus del dominio por parte del
idealismo hegeliano, y frente a sus excesos

especulativos, se impuso la consigna: "kaine


Metaphysik mehr" ( no ms metafsica).
Nuevamente el movimiento pendular funcionaba
en la historia: de un espiritualismo absoluto, se
pasabaahoraaunmaterialismoradical.
Sinembargo,esa"nuevaciencia",lapsicologaen
particular, bien pronto pondra en evidencia su
limitacinalosojosdeE.Stein.
El experimentalismo de los profesores
Hniggswald y Stern estaba encuadrado en la
gnesisdelapsicofsicaalemana,quetenaenel
positivismo su referente cientfico legitimador.
Fuertemente
matematizada,
y
sostenida
metodolgicamente
por
la
fisiologa
(
especialmentelafisiologadelsistemanerviosoy
de
los
sentidos),
pretenda
asentarse
exclusivamente en "hechos" como los "umbrales
sensoriales", las percepciones y las relaciones
entreestadosfisiolgicosyestadospsquicos.
De este modo, se lleg a considerar cualquier
proceso psicolgico como una mera funcin
emanada del cerebro, de la misma manera que el
hgado segrega la bilis, y registrable en el
laboratorio.
En esta lnea, una formulacin especialmente
expresiva por su radicalidad fue la del francs
HypoliteTaine(18281898),quienafirm:"Tantosi
los hechos son fsicos como morales, siempre
tienen causas las hay para la digestin, para el
movimiento muscular, para el calor animal. El
vicioylavirtudsonproductoscomoelvitrioloyel
azcar, y todo dato complejo nace a causa del
encuentrodeotrosdatosmssimplesdelosque
depende".

Manifiestamenteestamosanteunmonismosegn
el cual existira una sola realidad material, de la
queelmundofsicoyelpsquicoserandoscaras
o manifestaciones distintas, observable a travs
de los sentidos, y reductible en ltimo trmino a
medida.
Elmtododeesta"psicologasinalma",eliminaba
as cualquier engorrosa "especificidad humana",
pero al propio tiempo manifestaba su
inadecuacin al objeto. Porque cmo negar, en
efecto, realidades tan elementales como la
aperturailimitadadelprocesomismodelconocer,
olanopredeterminacindelahistoriadelhombre
desdesusfactoresantecedentes.
Husserl (18591938), en sus "Investigaciones
Lgicas" (Logische Untersuchungen, 1900/01),
tuvo la grandeza de poner cientficamente en
evidencia el reductivismo propio del mtodo
materialista, su clamorosa inadecuacin al hecho
mismodelconocimiento,alarealidadhumana.
Asumiendo, frente al idealismo, la exigencia
materialista de atenerse a las vivencias (
Erlebnisse), de remitirse a los hechos mismos (
"zu den Sachen selbst! "), le echa en cara al
psicologismoelnohaberllevadocoherentemente
esaconsignahastasusltimasconsecuencias.Si
se va al fondo en el hecho mismo de la
consciencia, se constata la presencia de un
"factorintencional"nocuantificable,noreductible
amateria,dichoexplcitamente,espiritual.
Se trata de una relacin, un vnculo especfico
dado entre el hombre y el mundo, que est en la
basedetodaobjetividad,yqueestimplicadoen
el hecho mismo de toda medicin. Y esta
dimensin esencial exige desarrollar un mtodo
adecuado que lo desvele, como condicin para

una fundamentacin adecuada del saber, para el


desarrollo de una ciencia, no exacta, porque no
puedeserlodadalanaturalezadesuobjeto,pero
sestricta(StrengeWissenschaft).
Lafsica,laqumica,lafisiologa,lasociologa,....,
lapropiapsicologa,seacualseasumtodo,son
antes que nada un proyecto, una intencin de
conocer mejor la realidad, el hombre y su
comportamiento y dentro de sus lmites son
tiles,perocuandoquierenpronunciarsesobreel
hombre en su totalidad, entonces realizan una
extrapolacin infundada, puesto que ignoran
aquello de lo que en realidad dependen: esa
orientacin, tendencia o vnculo especfico cuya
naturaleza nicamente un mtodo adecuado,
comoelfenomenolgico,puededilucidar.
E. Stein estaba entusiasmada con la
fenomenologa porque, como ella misma escribe,
"consista en un trabaj de clarificacin ", una
"reflexin radical" que permita investigar lo que
otros dan por supuesto, poniendo entre
parntesis, superando mediante la abstencin
crtica ( epoj), los prejuicios y sedimentaciones
culturales que interfieren en la captacin de un
hecho,hastaalcanzarloesencial(Wesenschau).
Si Husserl no lo distingua de la filosofa, es
porque daba la posibilidad de abordar todas las
cuestiones filosficas. Pero en realidad, era muy
diferente de la doctrina abstracta sobre el ser
propiadelidealismo.Ytampocopretendareducir
los hechos a medidas, como el cientismo
naturalista, ignorando lo esencial del hecho
mismo de consciencia implicado en toda
medicin.
Laconsciencia,adiferenciadecualquierrealidad
material esencialmente divisible, se evidenciaba

por encima de una sucesin de estados y


acontecimientos, como un hecho unitario de
sentido,cuyasimplicacionesespiritualespodanir
siendo explicitadas. Y al propio tiempo, al
adentrarseenelfundamentodelaunidadsinttica
de la existencia, se iba consolidando la certeza
capaz de superar cualquier relativismo o
escepticismoenelsaber.
Husserl era aire fresco en el mundo filosfico
universitario alemn, dominado, en lo que
quedabadepensamiento,porlosepgonosdeun
idealismokantiano,quehabadegeneradoenpura
metodologadelacienciapositiva.
Para Edith Stein, el toparse con el libro de las
"Investigaciones Lgicas", cuya edicin en 1911,
estabayaagotada,yquetuvoqueleerdurantelas
vacaciones de Navidad en la Biblioteca de la
Universidad de Breslau, supuso un cambio de
vocacinhacalafilosofa,yconello,lanecesidad
detrasladoalauniversidaddeGotingaparapoder
estudiarconHusserl.
AbandonarsuBreslaunatalsuponadejaratrsel
mundo judo. El liberalismo, infiltrado ya incluso
en el ambiente familiar, iba a quedar sin ningn
contrapeso lejos de la influencia de su madre.
PeroEdithSteinestabatotalmentedecidida.
Ella misma explica cmo experiment este paso
de distanciamiento de la propia tradicin: "
Entonces, como ms tarde en la vida, pude
sacudirmelasaparentementeirrompiblescadenas
conunligeromovimientoyecharavolar,comoel
pajarilloqueescapadelajaula".
Enfilaba su destino, y a este pajarillo le esperaba
un largo camino, que pasaba entre otras cosas,

por la primera guerra mundial pero esto lo


recogeremosmstarde.
La segunda clave que hemos anunciado, es el
paso del idealismo, al que Husserl finalmente se
dobleg, a una posicin realista que, al decir de
muchos discpulos, el mismo maestro haba
alentado.
En un artculo titulado "La significacin de la
fenomenologa como concepcin del mundo" (
aprox. de 1932), Edith Stein hizo notar que
mientras Scheler, Reinach ( 1883 1917 ), ella
misma, y los "husserlianos" de Gotinga en
general, trabajaban, de acuerdo con la consigna
"zudenSachenselbst",enclaverealistaHusserl
realizunaregresinalidealismotrascendental.
Esta tendencia empez a ponerse de manifiesto
en "Ideas relativas a una fenomenologa pura y a
una filosofa fenomenolgica" ( Ideen zu einer
reinen Phnomenologischen Philosophie, 1913 ).
Fue una inmensa sorpresa para sus alumnos, y
rpidamente el objeto de una controversia que
todavadura.
"Tal vez, afirma Edith Stein, el hecho de que la
oposicin viniera de sus propios discpulos ,
empujara a Husserl a concentrar todos sus
esfuerzos en una justificacin radical del
idealismo,erigindoseenelcentrodesufilosofa,
cuando no era as en absoluto al principio. Por
otro lado, el incremento de preocupaciones de
orden metafsico en el curso de estos ltimos
aos,pudotambinhabercontribuido".
Respecto
al
idealismo,
digamos,
muy
sintticamente, que hay diversas modalidades,
peroquetodasellastienenencomnunmodode
entender la razn, que hace depender el

conocimiento,defactoresqueelsujetodeducede
suspropiosactosdeconciencia.
Es la posicin propia de una modernidad
racionalista y calculadora, que enjaula las cosas
de un sujeto que quiere constituirse a s mismo
desde el autocercioramento ( das Problem der
Selbstvergewisserung ), de una mentalidad
cerradaanadaquenoseaelpropioproyecto.
Para Edith Stein, conocer no poda reducirse a
unapuradonacindesentidoporpartedelsujeto,
einsisteenqueelmismoHusserlhabasealado
el factor de apertura y receptividad del
conocimiento.
Edith Stein, junto con Hedwig ConradMartius,
Scheler, Heidegger y otros, todos grandes
fenomenlogos,
siguiendo
este
camino,
comprendieron que lo razonable es someter las
ideasalaexperienciaynoalrevs.
Estabanconello,poniendoencuestinelprimado
moderno del conocer sobre el ser. Todos ellos
recuperaban, aunque de diversas maneras, el
sentido del "Kairs" ( Acontecimiento ) y del
concomitante "thaumazein" griego: la maravilla
anteeldarsedelserqueocupunlugarcentralen
latradicin.
LapasinporlaverdadconlaqueE.Steinvivila
disciplina del mtodo fenomenolgico, la fue
liberando de cualquier prejuicio o "a priori"
intelectualfrentealosdatosdelaexperiencia.Su
disposicin atenta y su actitud de compromiso
vital , le llevaron a reconocer el misterio como
fondodelser.Eltestimoniodealgunosamigos,y
algunossignoscircunstanciales,leharanvivirla
plenitud del conocimiento en la aceptacin de un
vnculo, una pertenencia, que supera la pura

correspondencia intelectual, y se manifiesta


totalizador, ontolgico. Con esto coinciden las
razones de su conversin, que nos llevan a
adentrarnos en la tercera clave anunciada: la
constatacindequelarespuestaalaconstitucin
de la consciencia, est ligada a la cuestin de la
intersubjetividaddeunmodoque,finalmente,una
respuestaadecuadaalsentidodelserpasaporla
consideracindelsujetocomopersona.
E. Stein no fue nunca una intelectual de
laboratorioodebiblioteca.Pensar,ensucaso,no
significaba abstraerse de lo concreto. Amaba la
razn porque le permita entender mejor la
experiencia,ysevolcabaenlaexperienciaporque
slo desde el compromiso se puede llegar a
comprenderdequesthechalarealidad,cules
su fondo. Si abraz con entusiasmo la
fenomenologa, fue porque vio en ella un mtodo
con el que ir ms al fondo de su propia
experiencia. Citando sus propias palabras: "el
conocimiento apareca de nuevo como un acoger
querecibasuleydelascosasmismas,ynouna
determinacin que constrea a las cosas a
aceptarsupropialey".
Por otro lado, su ascendencia juda debi
favorecer la comprensin de que la constitucin
delsujetovaligadaasupertenenciaaunpueblo
especfico, que no se puede desligar de su ser
social.
Como ella misma escribe respecto a su poca
universitaria:"meindignabalaindiferenciaconla
quelamayorpartedemiscompaerosdeestudio
afrontaba las cuestiones de carcter social: una
parte de ellos, durante el primer semestre,
persegua nicamente divertirse, otros se
preocupaban
nicamente
en
acumular

conocimientos de cara a los exmenes y


asegurarseunacolocacin".
Es este fuerte sentimiento de responsabilidad
social el que le impuls no slo a estudiar
intensamente, sino tambin a luchar por los
derechosdelamujeroaalistarsecomoenfermera
voluntariadelaCruzRojacuandoen1914estall
laprimeraGuerraMundial.
Elcontactocontantadesolacinnohizomsque
avivar la cuestin por el valor existencial y el
sentido del ser, en un corazn consternado pero
apasionadoporlavida.
Trasdejarelhospital,siguiaHusserlaFriburgo
y colabor con l, doctorndose en 1916 en esta
universidad con una tesis de ttulo significativo:
"Sobreelproblemadelaempata"(ZumProblem
derEinfhlung).
Enuntiempoenquelahostilidadparecadominar
las almas, ella se centra en la "empata", descrita
como una "participacin interna" de vivencias
ajenasyligadaalaposibilidaddeconstitucindel
propioyo.
Confrontando de manera crtica con las teoras
histricassobrelaconscienciadelotro,comolas
de Theodoro Lipps, las teoras genticas, la de
Max Scheler o Dilthey, E. Stein defini el espritu
nocomoalgoajenoalcuerpo,sinocomoaquello
quesedescubreenlasfuncionesdelalma,queno
puedeserexplicadorecurriendoexclusivamentea
claves psicofsicas. Insisti finalmente, en
presentar el proceso cognitivo del hombre, no
slo como un proceso lgicointelectual sino
como una realidad del espritu humano que se
conformayrealizaenlainterrelacinconlasotras
personas.

La tesis fue un xito y Husserl tena en gran


estima su vala intelectual y personal, que la
acreditaban para una ctedra pero todo, incluso
laoposicinsocialparaqueunamujerdieraeste
paso, estaba reclamando un cambio de horizonte
personal.
Nos situamos alrededor de 1920, cuando Edith
Stein regresa a Breslau. Todo su itinerario
intelectual, el haber compartido la vida con
amigos creyentes, y algunas escenas de fe ( lo
que podramos denominar experiencias de lo
Eterno en el tiempo), penetraron en su corazn
hastadesplegarprogresivamentetodosusentido.
Quisiera recordar en este momento tres de estas
experienciasbienconocidas:
La primera es el encuentro con una mujer
annimaenunaIglesia.
El ao 1916, de viaje a Freiburg, hizo una parada
en Frankfurt. Ms que Rmerberg y Grosser
Hirschgraben, donde naci Johann Wolfgang
Goethe, lo que le impact fue un encuentro que
hizo en una iglesia catlica que visitaba por
razones
puramente
estticas:
"Mientras
estbamos all contemplando en respetuoso
silencio,entrunasencillamujerconsubolsade
la compra y se arrodill para una breve oracin.
Parameraunacosacompletamentenueva.Enla
sinagogayenlasiglesiasprotestantesquehaba
visitado, se entraba nicamente para el servicio
religioso. Aqu en cambio, alguien haba entrado
enunaiglesiavaca,enmediodesusocupaciones
cotidianas, como para hacer de la manera ms
naturalunaconversacinconfidencial.Nolopude
olvidarnunca".

Era la premonicin de un Eterno que penetra


discretamente en la cotidianidad de la vida para
sostenerlayllevarlaadelante?.
La segunda experiencia, que podra ser titulada
como"elreclamodelabelleza",quedigualmente
indeleblemente impresa en la memoria de Edith
Stein.LeocurritambinenFrankfurt.
Una amiga la llev al Instituto Liebig para
mostrarlelaAteneadeMirn.Peroantesdellegar
a ella, pasaron por una sala en la que estaban
expuestas cuatro figuras de un descendimiento
flamenco del siglo XVI: La Virgen y San Juan
estabanenelcentro,MaraMagdalenaaunlado,y
Nicodemo en el otro. El cuerpo de Cristo ya no
estaba.
"Estas figuras, explica E. Stein, manifestaban un
dolortangrandequenosquedamosallinmviles
un buen rato. Cuando llegamos a Atenea, la
encontr s, de una gran belleza, pero fue el
descendimientoloquemeemocion".
Qu contena esa belleza que no tuviera la del
artistagriego?.Talvezunahumanidadenlaque
el dolor ante una prdida ilumina mejor an la
eternidad de una ternura y de un afecto que,
paradjicamente, la misma prdida hace
culminar....
Estonosllevaaltercerepisodio,dondetodoello
quedarecogidoconunamayortransparencia.
Afinalesde1917,llegalauniversidadlanoticia
de la muerte en el frente de Flandes, del amigo
Adolf Reinach. Este era el brazo derecho de
Husserl, una referencia fundamental en el crculo
de Gotinga. A Edith Stein le haba impresionado
siempre porque a la vez que un gran intelectual,

eraunhombrebuenoyconunbuengustoquese
reflejabatambinensucasa.
Conlamuertedelamigolepareciquesecerraba
elmundo.
EntonceslellegdesdeGotinga,elruegodeAnna
deencargarsedeordenarellegadodesumarido.
E. Stein se alegr, pero al mismo tiempo le daba
miedo volver a aquella casa que haba conocido
tan llena de vida. Y adems qu le dira a la
viuda, ella que era incapaz de creer en la vida
eterna?.
Nofuenecesarioqueledijeranada,esms,laque
recibiconsueloyesperanzafueellaalveraAnna
con un rostro marcado por el dolor, pero
sorprendentementetransfiguradoporlapaz.Estar
con ella ( que siendo juda como su marido, se
haba, como l, convertido al cristianismo) fue
paraE.Steinocasindeexperimentarlapresencia
de lo eterno en el tiempo, de experimentar un
vnculorespectoalcualnotienelaltimapalabra
lamuerte.
Pero todo lo dicho hasta aqu, no haca ms que
prepararundesencadenantefinal.
Aconteci aquella tarde de las vacaciones de
verano de 1921, cuando habindose quedado a
solas en la casa del matrimonio ConradMartius,
quelaalbergaba,fueabuscaralgoparaleerenla
librera de sus amigos y dio con una
autobiografa:"VidadeSantaTeresadeJess".
Sepusoaleeryleyyleydurantetodalanoche.
Cuando finalmente cerr el libro se dijo: " Aqu
estlaverdad!".

Qu encontr en el libro de la santa espaola


que le hiciera reconocer que su bsqueda haba
encontradorespuesta,quesuitinerarioenposde
laverdadhabaalcanzadosumeta?.
Podemos suponer, a falta de declaraciones ms
explcitas,quereconociahaunamujerdepiesa
cabeza, a una maestra del conocimiento de s
misma, a una pedagoga realista, con una
autenticidad de vida que corresponda y aclaraba
la suya propia y sobre todo pudo comprobar,
segn dej escrito, que lo ms ntimo y propio
"del alma no es una incgnita, sino algo que
puede iluminarnos y hacerse experimentable an
cuandopermanecesiempremisterioso".
Ahora bien, Qu es ese "algo" a lo que se
refiere?Laclavequedarespuestafilosficaaesta
pregunta hay que ira a buscarla en un escrito
titulado "La filosofa existencial de Martin
Heidegger"
(
Martin
Heideggers
Existenzialphilosophie Werke VI ), realizado en
1936 y que, significativamente, deba aparecer
como anexo a "Ser finito y eterno. Ensayo de
accesoalsentidodelser".AhE.Steinmanifiesta
una preocupacin concordante con Heidegger
respectoalolvidodelacuestinporelsentidodel
ser.
Ambos experimentan a la vez la necesidad de
superar, en buena medida gracias al maestro
comn,peropordelantesuyo,cualquierrestode
prejuicio racionalstico, por el camino hacia lo
esencial de la experiencia que el mismo Husserl
leshabainducidosiemprearecorrer.
Paraello,sideloquesetrataesdeencontraruna
respuestaalapreguntaporelsentidodelser,hay
que bajar del "yo abstracto", de donde parte
Husserl,parainterrogaralenteynoacualquiera,

sinoaaquelquesecaracterizaporinterrogarsey
por tener una cierta precomprensin (
preontolgica) del ser. Hay que interrogar a ese
que Heidegger denominar "Dasein" ( el hombre
en ltimo trmino), y que aparecer a los ojos de
E. Stein como "persona", concretando as una
disparidad de respuestas frente a una exigencia
comn.
No podemos ahora seguir pormenorizadamente
unaseriedeanlisisagudsimos,quemerecensin
duda toda la atencin. Pero s que muy
sintticamente puedo avanzar, de cara a lo que
aquestoytratandodemostrar,quelaencrucijada
donde los caminos se bifurcan se concentra
precisamente en la incapacidad por parte de
Heidegger de atender adecuadamente a la
dimensin de autenticidad del yo, que l mismo
nopuedeprivarsedereconocercomo"smismo"
frente a la impropiedad del impersonal "se" (
"uno","todos","nadie").
En efecto, el "serparalamuerte" es para
Heidegger el distintivo ms propio del Dasein, su
sentidoltimo,pero...cmopuedeserreferencia
desentidoalgoquenotieneotrasignificacinque
serelfindelDasein?Slounarespuestanegativa
respecto al darse del sentido puede mantenerse
enestaposicin,reduciendolavidaaunacarrera
de la nada a la nada. Una forma de nihilismo
trgico que halla su dignidad en la grandeza de
afirmartaninsoportablecondicin.
Sinembargo,lamismaexperienciadelaangustia
comotestimonioemotivodeunpodernoser,no
ponedemanifiesto,alavezqueaquelloporloque
el hombre se angustia, lo que ms le importa al
hombre en su ser, es decir, una posesin que se
querra,simsno,conservarynoperder?.

Silaangustiaanticiparanicamenteelserparala
muerte,sifueranicamente,comodiceHeidegger,
una"precursin"delmorir,dedndearrancara
lacomprensindelamuertecomoposibilidaddel
propio noser, de dnde la intuicin de su
ineluctabilidad?.
Racionalmentenosepuedededucirdelanadade
nuestrosermsquelaposibilidaddenoser,pero
nolanecesidaddeunseralaesperadeunfin.Y
en la precomprensin ontolgica del ser, que
pertenece al ser del hombre en cuanto a tal, la
certezadeser,apesardelaangustia,estanfuerte
que no creeramos en la muerte si no hubiera
testimonios.
Es preciso verificar si el Dasein no presenta a
vecesunserautntico(loquesignificamslleno
y no ms vaco). Se encuentran en Heidegger
sesgosquemanifiestannetamentequelaideade
serautnticoabarcaalgomsquelaprecursin(
laanticipacin)delamuerte.
La misma resolucin propia del actuar humano
implica la comprensin del propio poderser, que
hacealhombrecapazdeproyectarseasmismo,
a la vez que comprende la situacin dada,
imprevisible,yloqueestaexige.Realmente,vivir
significa realizar las posibilidades propias y
correspondientes a las exigencias del instante,
unas condiciones de vida dadas. Cmo
comprender esto de otra forma que en el sentido
delarealizacindeunaesencia(Wesen),odeun
vnculoespecfico,queescodonadoalhombre(
esdecir,conlacualesarrojadoelDasein,alser),
peroque,paradesplegarse,tienenecesidaddesu
libreparticipacin.
Heidegger evita a toda costa asumir una lgica
as no es por casualidad que sus anlisis den la

espalda a todo lo concerniente a la plenitud del


ser humano: la belleza, la alegra, la felicidad, el
amor,lapaz.
Pero todava resulta ms revelador que le resulte
imposible tratar el "serconlosdems" de otro
modo que como una forma de inautenticidad o
decadenciades.
E. Stein recuerda que el primer "serah" del
hombrenoseencuentracomosoledadsinocomo
sercon, insiste en que el desarrollo individual se
da dentro de un mbito social, y que sin ningn
reclamo, es impensable que se produzca el
despertardelserpropioyautntico,al"smismo"
delpropioyo.
Sin todo ello, la temporalidad misma como
horizonte del ser se queda en una mera
absolutizacin de los instantes como simples
hechos puntuales, como cortes entre dos
segmentos de pasado y porvenir, ciegos y
cerradossobres.
Frente a esto E. Stein recuerda las palabras de
Nietzche: "El dolor dice: desaparece. En cambio
toda voluptuosidad exige la eternidad, quiere una
profunda, profunda eternidad!". Y explica
"voluptuosidad no debe entenderse aqu en un
sentido banal o vulgar. Es preciso pensar en la
satisfaccin profunda que procura la realizacin
de un deseo, la recepcin renovada del ser que
permita poder agotar lo que el instante a la vez
nosdaynosquita.Aquelloquecolma,elhombre
desea que permanezca: querra no tener fin ni
lmitesparapoderloposeertotalyeternamente".
El presente se manifiesta as como "aparicin
fugazdelaluzeterna".Hayalgoeneltiempoque
corresponde como promesa a la naturaleza, a la

esencia (Wesen), ms profunda del Dasein. Hay


tiempoporquehayeternidad,cmosinopodra
existir la comprensin del instante, de la
situacin, y del propio morir?. "La comprensin
delserdeunespritufinitoyaessiempre,entanto
quetalcomprensin,(afirmaE.Stein)unhacerse
presente de lo eterno en lo finito". La
comprensin humana del ser no es posible ms
quecomounabrirsedelserfinitoalsereterno.El
serfinitocomotalexigesercomprendidoapartir
delaeternidad.
El tiempo supone un vnculo con un ser que no
genera el hombre, pero que recupera para l la
historia, al introducir en ella la eternidad, el
autntico acontecimiento ( Kairs). En Cristo se
halla la manifestacin plena de este vnculo
creador, se halla la manifestacin plena del
hombre al propio hombre, al serle revelado el
misterio del Padre y su amor. La razn alcanza
cumplimiento al reconocer, a travs de la
experiencia,loadecuadodelaaceptacindeeste
misteriosoorigen.
Esto es lo que revela al Dasein como persona: el
signodeunvnculo,deunapertenenciaesencial,
que corresponde porque, de modo sobrenatural,
liberael"smismo"alliberarel"sercon".
SindudaestaeslaclavequeE.Steinreconocie
hizo suya en la autobiografa de Santa Teresa. Y
aquello de lo que no se puede disociar el modo
como vivi la educacin, particularmente la
educacindelasmujeres,nielalegatoafavorde
la libertad personal frente al estatalismo de
diferentesigno,desustrabajossobre"Individuoy
comunidad" y sobre el Estado, que son toda una
premonicin de los males que se cernan sobre
Europa.Aellorespondesinduda,suprofesinen

elCarmelodescalzoyelmisticismoexpresadoen
sulibro"CienciadelaCruz".Ytambinallestla
clave que le permiti abrazar la suerte de su
pueblocomolohizo.Yahestfinalmentelaclave
desde la que transmiti eternidad a nuestro
tiempo, concentrando todo un testamento en una
frase cargada de esperanza, incluso frente a la
aparentevictoriadelhorror:"Bastaqueexistauna
solapersonadignadeserllamadatal,parapoder
creer en los hombres, para poder creer en la
humanidad"

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