Veredicto Serenelli
Veredicto Serenelli
Veredicto Serenelli
C UE S T I O N E S
1) Atento el desistimiento de la acusacin formulado por el Sr. Agente Fiscal
Doctor Jos Alvite Galante en relacin a los hechos correspondientes a la causa
agregada N 79/2016, qu pronunciamiento corresponde dictar?
A esta cuestin el Doctor Esteban Melilli dijo:
En el marco de la audiencia de debate, y una vez clausurada la etapa de
produccin probatoria, el Sr. Agente Fiscal Dr. Jos Elas Alvite Galante formul
un contundente desistimiento de la acusacin en relacin a los hechos por los
cuales se sustanciara el proceso conexo N 79/2016, y que haban sido
presentados durante los lineamientos iniciales como constitutivos prima faciedel delito de Tenencia Ilegal de Arme de Fuego de Uso Civil, en los trminos del
art. 189 bis, inc. 2, prrafo 1 del C.P. Pues, manifest, no encontrar
elementos de prueba que habiliten el ejercicio pleno de la accin penal a su
cargo, por lo cual hizo uso de la previsin legal del art. 368 in fine del CPP.Ya cerrado el debate, y considerando que la posicin asumida por la fiscala se
encuentra prevista en el artculo 368 in fine del C.P.P., la misma debe
interpretarse como un deber para el Tribunal, quien en ningn supuesto podr
proceso principal. Con una mirada retrospectiva que se remont a los inicios de
la relacin que mantuviera con el sujeto activo, expres: A l lo conozco en un
baile, me lo presentaron. Cuando lo voy a saludar me mira y me dice Virginia
Bertulo?, y ah arrancamos a charlar. Cuando le pregunto de dnde me conoca
me dice que de toda la vida. Me llam la atencin que supiera muchas cosas
de mi vida. Me explic que me conoca desde siempre, que siempre le haba
gustado, que cuando yo era chica y jugaba al hockey en el Club Social l se
paraba afuera de la cancha, en la esquina a mirarme. Me llam mucho la
atencin, hasta se acordaba la ropa que usaba para jugar. La relacin empez
el lunes 17 de abril del ao 2015, pero si bien eso al principio me haba
llamado la atencin, no pas nada malo, es ms, yo pensaba qu bueno que un
hombre al que le he gustado ahora sea mi pareja, quin me va a cuidar ms
que l?. La relacin en total dur cuatro meses, hasta el da 2 de agosto en que
pas todo esto. Ya al mes y medio de salir con l empezamos a mostrarnos
juntos ante la gente. Y ah, cuando nos vean, la gente me empez a decir que
era un tipo loco, qu haca yo con l. Yo no lo crea porque hasta ese momento
estaba todo re-bien entre nosotros. Pero en un determinado momento, cuando
ya eran tantos los comentarios empec como a quererlo dejar, pero el me
deca que si yo lo dejaba l se iba a matar, pero que yo tambin iba a perder
con l, que me iba a matar. Un da me cans y le dije desaparec de mi vida',
y ah me respondi algo que me quebr: esta bien, pero te vas a enterar de mi
cuando te avisen que te mat a tus nenes. Ya senta que no haba manera de
cortar la relacin, era todo o nada. Yo a la vez quera como retenerlo para
asegurarme que no le hiciera nada a ninguno de mis tres hijos. Recordando
situaciones por ella vividas una vez que la relacin comenz a tener ribetes
ms violentos, seal Un domingo fuimos a comer a la Genovesa, y como
discutimos me hizo bajar del auto, y me oblig a irme caminando. Pero como l
saba el escondite donde yo dejaba la llave de mi casa, se fue hasta ah y
despus me pasaba por al lado con el auto, bien cerquita, y me mostraba la
llave como dicindome que no me iba a dejar entrar en mi propia casa; Otra
vez me reclam una batera de auto que me haba prestado, as de un
momento para el otro. Le dije que nos viramos en mi casa y cuando lleg me
pidi una pinza, y como yo se la alcanc a travs de la reja, por el temor que
ya le tena me dijo no puedo creer que me tengas miedo, y despus
directamente la arranc del auto a la batera, cortando los cables; En una
oportunidad venamos por la avenida de circunvalacin en moto, y como se
enoj conmigo me oblig a bajarme y volverme caminando, yo estaba
engripada y con fiebre; Lleg un momento que me cans, dije no lo llamo
ms, no lo atiendo ms, yo ya estaba con mucho miedo. Y as fue que no lo
atend el viernes, no lo atend el sbado. l pasaba por la puerta de mi casa y
me tiraba piedritas en la puerta como para que yo me asomara.Encuentro til contar con ese relato vinculado a los inicios y la culminacin de
la relacin que uniera por el lapso de unos meses a la vctima con su pareja,
vctima. Tras ello, y luego de lo que percibi como un forcejeo en la vereda, los
uniformados lograron aprehender al imputado.Preguntada por la defensa acerca de la botella con combustible, la Sra Bertulo
seal Era una botella de Sprite, de litro y pico, llena de naftaimaginen
para rociar como roci el auto, sobre todo en la parte de la caja de cambios,
mojarme a mi como me empap, l tambin todo mojado, y en la tierra
alrededor, poca nafta no pudo ser.Al interrogrsela sobre la maniobra especfica desplegada por el sujeto activo
con el encendedor, la vctima refiri que hallndose ya embebida en
combustible, al advertir que en su mano Serenelli tena el encendedor que
momentos antes haba pedido en la casa de Chiqui Daz en todo momento
intentaba alejarle esa mano de su cuerpo, como para evitar que si se produca
la llama su cuerpo se prendiera fuego. Ya en relacin al segundo tramo fctico,
que acaeci a unos metros de la casa de la mencionada Daz, especficamente
en cercanas al puente de la calle lvarez Rdrguez, y haciendo un claro
ademn para ilustrar sus palabras, la declarante refiri que de manera
intermitente su atacante accion infructuosamente en varias oportunidades el
encendedor contra su cuerpo y contra su vehculo.A pedido de la fiscala, se le exhibieron a la declarante Bertulo el encendedor
violeta incautado en autos, el cual reconoci como idntico al que el da del
hecho Pato Daz le entregara al imputado Serenelli, as como tambin
identific de manera inmediata sus prendas de vestir, las fundas de asiento de
su vehculo y una campera perteneciente a su agresor, elementos que la
polica incaut por encontrarse mojados con combustible. En cambio, al serle
exhibido por pedido de la defensa- un encendedor de color amarillo, la testigo
seal nunca antes haberlo visto.Finalmente, solicitando autorizacin para manifestar algo ms, la Sra. Virginia
Bertulo ya muy afectada emocionalmente expres: No le deseo a nadie en el
mundo que pase por el miedo de creer que va a morir. Se me pasaron en un
segundo las caritas de mis tres hijos, de mayor a menor. Tuve suerte que la
llama no sali y que esa chispa no prendi, si no otra sera la historia y yo no
estara ac contndoles esto.Dadas las caractersticas del hecho que se encuentra bajo juzgamiento, as
como su dinmica, no puede dudarse que existen porciones fcticas sobre las
cuales de modo directo- tan slo la Sra. Bertulo podr testificar, por haber
sido ella, junto a su agresor, las nicas personas que pudieron percibir lo
ocurrido. De all, la necesidad de extremar los recaudos en la realizacin del
juicio de credibilidad que sus dichos despierten.Aunque no resultara testigo directa de los hechos que aqu se juzgan,
encuentro til referirme a la declaracin rendida en la audiencia de debate por
(Zaffaroni, ob. cit. Pg. 350). En sentido contrario, otras posiciones asumen que
en la tentativa el elemento subjetivo es idntico al del delito consumado,
marcando la cuestin la falta de perfeccionamiento de algn elemento del tipo
objetivo (as, BACIGALUPO, Derecho Penal Parte General, 2 Edicin,
Hammurabi, Buenos Aires, 2009, pg.471 y ss.)Pero lo cierto e indiscutido es que en su faz subjetiva, el tipo de la tentativa
reclama el dolo como elemento constitutivo, toda vez que la tentativa no es
otra cosa que el comienzo de ejecucin dolosa de un injusto doloso, sin que
exista la tentativa imprudente, as como tampoco la tentativa dolosa de un
injusto culposo. El dolo en la tentativa se deduce en nuestra frmula legal en
cuanto prev el fin de cometer un delito (art. 42 C.P.).
El dolo es un fenmeno interno del sujeto y por esa razn no es posible acudir
exclusivamente a criterios externos, como el riesgo o la valoracin social, para
definir sus contornos. Y, porque se trata de un fenmeno interno del sujeto,
resulta indispensable acudir a "indicadores" que permitan afirmar la existencia
de dolo. Por eso y dado que resulta imposible ingresar a la mente del autor de
una conducta para poder determinar el componente subjetivo que domin su
obrar, debe recurrirse a parmetros o indicadores, extrados generalmente de
las normas de la experiencia, y como no existe un catlogo cerrado de
indicadores, resulta til acudir a la experiencia general para recoger elementos
objetivos que permitan afirmar si nos encontramos ante una situacin
peligrosa, si ello fue aprehendido por el sujeto y si ste en esas condiciones se
motiv en la concrecin del comportamiento contrario al bien jurdico.En otras palabras, similar idea ha expresado Bacigalupo al sealar los
elementos subjetivos no son cognoscibles directamente, sino a travs de los
elementos externos que objetivan un contenido psquico del comportamiento.
Al respecto es muy ilustrativa la elaboracin jurisprudencial del llamado animus
neccandi (dolo de homicidio). El Tribunal Supremo ha establecido en mltiples
precedentes que el autor dirigiese su accin a producir la muerte o slo a
lesionar a la vctima depende de una serie de factores externos que
acompaan la realizacin del hecho (ob.cit., p. 314).Esa bsqueda en la mente del autor, no puede basarse exclusivamente en las
manifestaciones del posible autor. Por el contrario, conforme lo afirma Claus
Roxin, necesariamente debe deducirse slo de indicios objetivos, entre los
cuales la mayora de las veces carecer de trascendencia decisiva la
declaracin del acusado condicionada por su tctica procesal. Lo contrario
tambin importara la derogacin de todos los delitos por la simple voluntad
del hipottico acusado; si no hay forma de demostrar ms que por su propia
versin el dolo o la culpa, nuestro sistema penal carecera de sentido; entonces
hay que tomar en cuenta lo que dice el imputado, pero tambin hay que
considerar elementos objetivos que nos permitan advertir la existencia de dolo
tambin deben sealarse las omisiones en que incurre, con un claro afn de
mejorar su posicin. Pues adems de haber desconocido el suceso relatado por
la vctima mientras sta se hallaba en un predio deportivo observando jugar al
ftbol a sus hijos, Serenelli esgrimi que la ltima vez que mantuvo contacto
con su pareja fue en casa de su amiga Daz, desconociendo de tal modo con su
silencio el encuentro que a unos metros de all volvieron a tener, antes de la
subida al puente de la calle lvarez Rodrguez. Y esto tambin, adems de
haberlo afirmado con detalles la denunciante, aparece corroborado por los
dichos de la testigo Adriana Chiqui Daz quien, pese a esgrimir problemas de
visibilidad por la distancia, de modo contundente seal haber visto que el
auto de Bertulo se detena a unos metros de su casa, para observar luego la
silueta de dos personas. De modo indirecto, tambin el testigo presencial Ariel
DErrico se refiri al segundo encuentro.Tambin desprendindose del anlisis de la declaracin del acusado Serenelli,
cabe mencionar que en relacin al encendedor que le fuera arrebatado por la
vctima en el segundo encuentro, cercano al puente, se ha realizado una
pericia sobre su funcionamiento, constando los resultados en el informe de
fs.272/273, incorporado por su lectura al debate, y reeditado a travs del
testimonio tcnico brindado en ese mismo mbito por el Licenciado en
criminalstica Alejandro Doro, profesional que revista en el Instituto de
Investigacin Criminal y Ciencias Forenses Norte dependiente de la Procuracin
General de la Corte Provincial. El objeto del peritaje resultaba determinar si el
encendedor remitido al hallarse mojado con nafta poda encender la llama. El
adminculo estudiado y que fuera presentado como evidencia en el juicio por
la parte acusadora- fue descripto como un encendedor marca MACAO, de color
violeta, con su cuerpo de plstico transparente que permite ver su carga de
gas, poseyendo un sistema de encendido por chispa mediante rueda dentada,
el cual funcionaba perfectamente al inicio del estudio pericial. Seal el
experto que puede afirmarse de manera terica que al estar la piedra del
encendedor mojada, con cualquier tipo de lquido, incluso uno combustible, la
friccin sobre la misma no generar la chispa que de inicio a la llama. Y que
luego de secada la misma, y producto de una nueva friccin s podr generarse
la chispa. Que en el caso de autos, al hallarse las manos del autor embebidas
en combustible se generaba la imposibilidad de que la piedra mojada se
secara, impidiendo la chispa y consiguiente encendido de la llama. Pero,
adems, se practic estudio prctico, mojndose el encendedor con
combustible (nafta sper), corroborndose empricamente que pese a girar
varias veces la rueda dentada, no se produca la chispa. Seal el Lic. Doro que
un lquido combustible como la nafta, por su consistencia oleosa, natural de un
derivado del petrleo, se impregna con mayor facilidad y perdura ms sobre
cualquier superficie, retrasando de tal modo el secado de la misma,
ejemplificando con el lavado de manos, sealando las diferencias en caso de
que el lquido sea oleoso a cuando se trata de agua.-
Debo dar aqu respuesta a un reparo opuesto por el Sr. Defensor Dr. Tun en
torno a que los dichos de la vctima se contraponen a la comprobacin emprica
realizada por el Lic. Doro. Pues, seal el letrado mencionado, la Sra. Bertulo
refiri haber visto cmo, en el fragor del forcejeo, su atacante en dos
oportunidades al menos accion el encendedor generando chispa sin que se
encendiera la llama. Y la generacin de chispa aparece como imposible
conforme las conclusiones periciales anteriormente citadas. No obstante,
entiendo que debe tenerse en cuenta el dinamismo y fragor con que los
sucesos se desenvolvieron, sin que resulte posible hoy saber si cuando el
sujeto activo gir la ruedilla del encendedor por primera vez el mismo ya se
hallaba mojado con combustible, ni en qu grado, as como tampoco es factible
hoy conocer si las manos del atacante se hallaban tambin mojadas en
combustible, tal como lo planteara el perito Doro como una de las posibles
hiptesis. Nada indica, por otro lado, que el sujeto activo obrara con el
conocimiento especulativo de que el encendedor, por las circunstancias antes
referidas, efectiva y seguramente no funcionara.De modo que no resulta aventurado sealar que el infructuoso accionamiento
plural del encendedor por parte del sujeto activo, se erige en una circunstancia
ajena a su voluntad que impidi la produccin de cualquier resultado que
pudiera esperarse de una llama en contacto con un cuerpo embebido en
combustible, a lo cual debe adunarse la presencia de Adriana Daz exigindole
que se detuviera o llamara a la polica.Otro de los motivos por los cuales la defensa de confianza de Esteban Serenelli
consider que no existi dolo homicida en su actuar, se encuentra vinculado a
la existencia en poder del nombrado de otro encendedor, diferente del que le
facilitara Jos Luis Daz DAnnunzio. Especficamente el Dr. Tuon refiri en su
alegato Serenelli tena otro encendedor en el bolsillo, por lo tanto, si
realmente la quera matar, hubiera usado el amarillo. Ciertamente, como lo
pusiera de manifiesto la defensa durante la sustanciacin de la audiencia de
debate, existe secuestrado como evidencia en autos otro encendedor, marca
Candela, de color amarillo fluorescente, el cual fuera incautado al acusado
Serenelli en ocasin de hallarse el mismo ya privado de su libertad en la
Comisara de Lincoln (cfr. acta de secuestro de fs. 48/vta.). Pero ms all de la
suspicacia con que, naturalmente, la defensa pone de resalto ese dato,
destacando que no habra motivo aparente como para que una persona que
posee encima un encendedor y quiera prender fuego a alguien o algo pida otro
prestado, cabe sealar que en primer lugar, y ms all de la pre-existencia o
no de un encendedor en poder del acusado al tiempo del hecho, ninguna duda
ha quedado de que las maniobras incendiarias realizadas por el mismo contra
la vctima fueron hechas con el encendedor violeta que momentos antes le
facilitara Jos Pato Daz en el interior de la vivienda. Pues en ello han
confluido sin fisuras los relatos de la propia vctima y, fundamentalmente, de
los hermanos Chiqui y Pato Daz, y DErrico. A lo dicho cabe adunar otras
roto Nunca sentiste nada por m, ya fue, igual hay que hacer un contrato
nuevo de la casa, as que figurs vos sola. Ya habiendo transcurrido varios
das del hecho, y entre medio de numerosos mensajes demostrando altibajos
en los sentimientos del sujeto activo, se hallan algunos que considero
ilustrativos del cuadro de situacin: Amor, hasta donde llegamos esto s que
no me lo creo. Vos ests acostumbrada. Si te arrepents llamame. Necesito
hablar con vos, un beso, te amo. Bomber Gracias. Present estos mensajes
tambin. Sos muy mala. Frente al ofrecimiento de Serenelli de acudir al
departamento a limpiar conforme el estado calamitoso en que quedara luego
de su incursin en el mismo, Mara Correa enva uno de los pocos mensajes
que le ha contestado dicindole Esteban, vos vas a Suiza y yo te llamo al
patrullero. ests avisado, obteniendo por respuesta de su ex pareja Y llam si
quers y tens huevos. Yo pagu eso para estar con vos Mandaste preso a tu
marido, yo no soy como el, no me voy a quedar de manos cruzadas. Probame
Ya me hiciste una denuncia.Rememoro en este punto del anlisis las conclusiones a las que arribara la
perito psicloga Beatriz Mara Zerillo en relacin a las particulares
caractersticas de la personalidad de Serenelli, siendo fcilmente advertible su
inmadurez emocional, su baja o casi nula tolerancia a la frustracin (ntese
que al igual que l acaecido con la vctima Bertulo, los problemas comienzan
una vez que sus parejas deciden no estar ms con l) y, finalmente, su
impulsividad que lo lleva a un irreflexivo pasaje al acto.En tal contexto resultan difciles de atender los reparos opuestos por el Sr. Codefensor Dr. de Narda en cuanto entendi que no se encuentra acreditada la
entidad de las amenazas, imputndolas al fragor de una discusin en que las
personas solemos decir cosas que realmente no pensamos ni sostendremos en
los hechos. Pues, lejos de compartir su reflexin, advierto que en el caso de
Serenelli, tomando una visin global de los tres hechos aqu presentados a
juzgamiento, todo indica exactamente lo contrario. Las amenazas de destruirle
la casa a su ex pareja evolucionaron hacia la efectiva destruccin de la misma
das ms tarde (HECHO III). Tal como lo acaecido con su siguiente pareja,
Virginia Bertulo, caso en el cual la amenaza de prenderle fuego el auto y a ella
misma progres hacia una tentativa de homicidio, luego de que la rociara con
combustible e intentara prender la llama de un encendedor (HECHO I).Y tanto es el temor que infundieron las amenazas del da 14/04/2015 a la
vctima, que logr en su favor el dictado de una orden cautelar de prohibicin
de acercamiento por parte de su ex pareja. De ello se deduce claramente el
efecto causado sobre la libertad psquica de la amenazada, afectando la
intangibilidad de sus determinaciones, con prdida de la seguridad y la
tranquilidad.-
5) Se verifican atenuantes?
A esta cuestin el Doctor Esteban Melilli, dijo:
Ninguna de las partes ha ponderado circunstancia alguna que con tal carcter
merezca ser tenida en cuenta al tiempo del diseo de la respuesta punitiva que
quepa imponer al acusado, sin tampoco hallarlas el suscripto.Consecuentemente, y a la cuestin planteada doy mi voto por la negativa por
ser mi sincera conviccin (Arts. 371 inc. 4, 373 y 210 del C.P.P).A la misma cuestin, el Doctor Miguel ngel Vilaseca ,por anlogos
fundamentos, vot en igual sentido, por ser ello su sincera conviccin (Arts.
371 inc. 4, 373 y 210 del C.P.P).A la misma cuestin, la Doctora Karina Lorena Piegari, por anlogos
fundamentos, vot en igual sentido, por ser ello su sincera conviccin (Arts.
371 inc. 4, 373 y 210 del C.P.P).-
6) Concurren Agravantes?
A esta cuestin el Doctor Esteban Melilli,dijo:
El Sr. Agente Fiscal solicit que en la mensura de la pena el Tribunal tuviera
presente, con carcter agravatorio la reiteracin de un patrn de conducta,
junto a la multiplicidad de hechos graves. Con esa sola mencin adelanto que
la mocin fiscal no puede prosperar. Pues sin perjuicio de una deficiente
fundamentacin (arts 56, tercer prrafo del C.P.P.), no advierto cul sera el
patrn de conducta al que alude y de qu modo debera ponderarse en
perjuicio del acusado sin incurrir en una prctica propia del derecho penal de
autor al condenarse a un sujeto por su forma de ser y no por la culpabilidad del
acto por el que se lo juzga.Y respecto de la multiplicidad de hechos graves cabe formular la misma
observacin referida a la nula fundamentacin de la mocin. No ha explicitado
el requirente cules seran los verdaderos motivos por los cuales ello debiera
ser tenido en cuenta y de qu manera resultaran atrapados por las pautas
mensurativas de los arts. 40 y 41 del C.P. No obstante ello encuentro ineludible
sealar, por un lado, que la multiplicidad delictiva ya se encuentra
contemplada en la especial escala penal aplicable conforme las reglas que
gobiernan la concurrencia material (art.55). Y, por otro, que la referida
gravedad de los delitos, a juzgarse por los trminos de la acusacin resulta
muy relativa si se tiene en cuenta que junto a un delito grave en grado de
conato concurren dos ilicitudes propias del fuero correccional, cuya menor
gravedad se advierte traducida en los exiguos montos que componen sus
respectivas escalas penales.El Acusador Privado, por su parte, ponder como circunstancias agravantes el
total desprecio por la vida en general de Serenelli, no slo de las mujeres, que
el mismo actu cosificando a la mujer, y que registra un antecedente
condenatorio anterior. Slo este ltimo merece recibir acogida favorable.
Cul es el alcance de la expresin vida en general? No advierto de qu
modo pueda hallarse una situacin en la cual un ciudadano acusado de haber
cometido o tentado un homicidio no trasuntara con su accin un desprecio por
la vida humana. Sera ello equivalente a buscar un ejemplo de un ladrn o un
estafador que no mostrara desprecio cierto por la propiedad ajena.Como lo adelantara, la nica circunstancia de las esgrimidas por el bloque
acusador que merece ser ponderada al momento de la individualizacin de la
pena que quepa imponer a Esteban Serenelli es la condena anterior que el
mismo registra, tal como surge acreditado del informe obrante a fs. 39/41. Y
sobre el punto, vale aclarar, ningn tipo de reparo opuso la defensa.No siendo cuestin pacfica la ponderacin de antecedentes anteriores como
pauta de mensura de la pena, me apresuro a sealar que en modo alguno ello
violenta la prohibicin de doble juzgamiento, as como tampoco importa la
asuncin de un derecho penal de autor. Sin importar desde qu posicin
dogmtica se considere a la finalidad de las penas, lo cierto es que tener en
cuenta una condena anterior al tiempo de medir la respuesta punitiva
necesaria en relacin a un nuevo delito responde antes que a cualquier otra
cosa al sentido comn y a la nocin de equidad. A mi modo de ver no puede
presentarse como lo mismo que Serenelli hubiera sido condenado tan slo dos
meses antes de cometer el hecho de estos autos principales por habrselo
encontrado autor responsable de la comisin de los delito de Desobeiencia y
Amenazas en C.R. Y ello en nada se yuxtapone con cuanto corresponda definir
en torno a la aplicabilidad del art. 58, pues sta ltima norma en realidad
regula lo referido al sistema de la pena total, sin guardar relacin estrecha con
la mensura del injusto.Al respecto, en un ya aoso pronunciamiento jurisprudencial mayoritario se ha
determinado que La unificacin de una pena anterior que registra el
procesado con la pena que se impone por el hecho en juzgamiento, no
quebranta los artculos 40 y 41 del Cdigo Penal al valorar como agravante la
condena anterior, puesto que esto no significa doble computacin de un mismo
antecedente, sino respeto por la regla constitucional de la igualdad que
descarta asignar mritos semejantes a quienes haban incurrido en conductas
ilcitas respecto de aquellos que mantuvieron conductas socialmente
intachables (T.C.P., Sala I, M, D.E. s/ rec. de casacin, Juez Piombo (MA).En este sentido, el Superior Tribunal Provincial, seala que: " Es improcedente
el agravio en el que se denuncia una hipottica doble valoracin de los
antecedentes penales como agravante a los efectos de los arts. 40 y 41 del
Cdigo Penal si luego se unifican las respectivas penas. Las reglas de los
artculos 40 y 41 hacen a la determinacin del reproche que corresponde frente
a un ilcito culpable, mientras que las que regulan la unificacin de la pena,
tienden a concentrar la reaccin estatal, sin exigir, con ello un mayor castigo.
(SCBA LP P 72580 S 17/09/2008 Juez NEGRI (SD) cartula:B.,M.yo.S/ Robo
Calificado Magistrados Votantes: Negri- Pettigiani- Genoud-de Lzzari).Consecuentemente, y a la cuestin planteada doy mi voto parcialmente y con
el alcance antes consignado- por la afirmativa, por ser mi sincera conviccin
(Arts. 371 inc. 5, 373 y 210 del C.P.P).A la misma cuestin, el Doctor Miguel ngel Vilaseca vot en igual sentido, por
anlogos fundamentos y por ser ello su sincera conviccin (Arts. 371 inc. 5,
373 y 210 del C.P.P).A la misma cuestin, la Doctora Karina Lorena Piegari vot en igual sentido, por
anlogos fundamentos y por ser ello su sincera conviccin (Arts. 371 inc. 5,
373 y 210 del C.P.P).VEREDICTO
Atento al resultado que arroja la votacin de las cuestiones anteriormente
planteadas y decididas, el Tribunal pronuncia:
VEREDICTO CONDENATORIO para Esteban Luis Sere-