Seminario de Vida en El Espiritu
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El amor de Dios
Desarrollo
QUIN ES DIOS PARA MI?
En qu Dios creemos?
Todos tenemos, ya sea guardado o manifiesto explcitamente, un deseo profundo por
conocer a Dios, y de conocerlo tal como es. Aqu estamos, entonces, dispuestos a
conocer a este Ser del cual nos han hablado mucho o poco, algunas veces acercndonos
a l, y en otros, mostrndonos a un Dios muy diferente al que es en realidad, causando
en nosotros que en algunos casos nos alejemos atemorizados o decepcionados del Seor,
y en otros, que vivamos venerando una imagen equivocada de Dios; es decir, creyendo
en otro dios que nada tiene que ver con el verdadero Dios que nos presenta la Biblia, y
en especial el Evangelio que nos predic su Hijo Jesucristo.
a) Unos lo imaginan como una fuerza difusa que se extiende por doquiera. Quienes lo
imaginan as hacen de todo el cosmos una materializacin del ser divino al modo del
pantesmo.
Sin embargo, los cristianos rechazamos esa identificacin de la creacin con el Creador.
l esta en todas partes pero pero es ditinto de las cosas y no se agota en ellas, para
nosotros hay un solo Dios, el Padre: todo viene de El y nosotros vamos hacia El (1 Co
8,6).
b) Otros, imaginan a Dios como un ser majestuoso, inmenso, augusto, soberano de todo
cuanto existe, una especie de Rey Sol del universo, completamente despreocupado de
sus sbditos, infinitamente lejano de nuestra diarias inquietudes y necesidades. Un dios
insensible, extrao a la historia o en el mejor de los casos, un dios-abuelo de barba
blanca que se entretiene jugando con el globo de la tierra
Efectivamente, Dios es Rey pero a la vez se hizo siervo, se redujo a la nada, tomando la
condicin de servidor y se hizo semejante a los hombres (Flp 2,7)
c) Por otro lado hay una serie de imgenes que aproximan al Seor plano humano de
nuestra existencia pero de modo poco grato para nosotros. Estas imgenes equivocadas
son
1. La del dios vigilante, estricto que controla todo lo que hacemos los
vivientes.
2. La del dios sdico, slo atento a las faltas para castigarnos y
demostramos as lo imperfectos y limitados que somos.
3. La del dios contador, que lleva la cifra precisa de nuestros pecados
anotndolos en su libreta, para pesarlos el da del juicio final en una
balanza exactsima e imponer inflexiblemente las condenas
correspondientes cuando la aguja se inclina al lado de las malas obras
porque estas fueron mas numerosas que las buenas obras.
4. La del dios polica, que nos reprime como a nios inquietos y
desobedientes.
5. La del dios dspota, que prohbe hacer lo que nos place y nos impide ser
nosotros mismos y alcanzar la felicidad
6. La del dios colrico, vengativo, celoso del progreso de los hombres.
7. La del dios caprichoso, que a uno salva y a otro condena sin aparente
razn.
8. La del dios permisivo, que nos consiente en todo porque en el fondo
no le preocupan nuestras faltas, ya que est demasiado ocupado en
otros asuntos ms importantes que nosotros.
9. Esas figuras son totalmente opuestas al Dios que dijo: No temas, yo soy
tu Escudo (Gn 15, 1). Se deben, generalmente, a experiencias
desagradables que hayamos podido tener principalmente con nuestros
padres, en especial nuestro padre natural, o con quien en nuestra infancia
o juventud ejerci el papel de autoridad de manera inadecuada,
asociando nosotros inconscientemente esta imagen del padre
humano a la del Padre celestial.
10. Otra serie de falsas imgenes nos presenta a un dios domesticado por
el hombre, a un dios tapa huecos o curandero.
11. El dios curandero, al que acudimos en busca de alivio slo cuando algo
nos duele o aflige.
12. El dios bombero, dispuesto a extinguir los incendios que estallan y que
se esfuma discretamente despus de cumplir su labor.
Dios es Amor
La primera carta de san Juan, captulo cuatro, versculo ocho, es clara y afirma sin
rodeos: Dios es Amor.
Hoy todos hablan del amor. Es una palabra tan frecuente en el lenguaje de los hombres,
que corre el peligro de devaluarse. El amor no es algo que se hace, sino que se entrega
de una manera libre y total de una persona a otra. Es un don de s, ddiva al otro.
El amor es algo que no slo se afirma con palabras y frases poticas, sino que se
demuestra con hechos, porque es una decisin. As lo entiende el Seor, y as nos lo
demostr dando a su Hijo Jess por todos nosotros: as am Dios al mundo! Le dio al
Hijo nico, para que quien cree en l no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3,
16). Por amor a cada uno de nosotros entreg a la muerte a su Hijo amado en quien
tanto se complaca (Cf. Mc. 1, 11).
Para el Seor, el amor es darse, y darse totalmente, hasta el punto de dar la propia vida
por sus amigos, que es la forma ms perfecta de amar (Cf. Jn 15, 13). l nos am hasta
el extremo (Jn 13, 1). Y amar es tambin ser alguien.
La Biblia nos presenta al Seor como el Padre que se lanza al cuello de su hijo prdigo
para cubrirlo de besos; nos dice que el Padre da cosas buenas a quienes se las piden (Cf.
Mt 7, 711; Jn 16, 23), porque es ms generoso que cualquier padre de la tierra (Cf. Lc
11, 1113), para que comprendamos que Dios no slo nos ama como un padre, sino
que nos ama porque l es nuestro Padre. Veamos algunas de las caractersticas de este
Amor del Padre:
a) Es un amor PERSONAL
Y ahora, as te habla Yav, que te ha creado (...) No temas, porque yo te he rescatado;
te he llamado por tu nombre, t me perteneces (...) Porque t vales mucho ms a mis
ojos, yo te aprecio y te amo mucho (Isaas 43, 1.4).
Mira cmo te tengo grabada en la palma de mis manos (Isaas 49, 16).
Dios ama a todos los hombres, pero tambin ama a cada uno de una manera personal,
como cada uno necesita ser amado. Nos ama como si furamos sus nicos y preferidos
hijos, que se alegra con nuestras alegras y se compadece con nuestras penas.
b) Es un amor INCONDICIONAL
Pero, puede una mujer olvidarse del nio que cra, o dejar de querer al hijo de sus
entraas? Pues bien, aunque se encontrara alguna que lo olvidase, yo nunca me
olvidara de ti! (Isaas 49, 16).
Los cerros podrn correrse, y moverse las lomas; mas yo no retirar mi amor... (Isaas
54, 10).
Esto es de suma importancia para todos nosotros, pues en cuntas oportunidades nos
podemos haber sentido alejados del Seor luego de haber cometido un gran pecado o
falta, y hemos pensado que l ya no quiere saber nada de nosotros porque le hemos
fallado, y que por lo tanto no merecemos ni siquiera invocarle porque estamos
manchados. Pues as le hayas fallado a l y a los dems una y mil veces, el Seor
nunca dejar de amarte. l no te ama por lo que haces, sino por lo que eres, y t eres su
hijo.
En realidad, incluso todo fracaso, problema y hasta pecado en tu vida puede convertirse
en una oportunidad para ti a fin de que experimentes el amor que te tiene Dios y que es
siempre fiel.
No necesitas aparentar algo diferente de lo que t eres para que Dios te ame. l te ama
como eres. No te pide cambiar o ser santo para amarte. Es su amor el que te har
cambiar y ser santo. Dios te ama con tus cualidades y defectos. l no te ama o te deja
de amar por tus cualidades y defectos, por tus triunfos, o por tu santidad, sino con tus
cualidades y defectos, porque en su infinita omnipotencia, hay una sola cosa que l no
puede hacer, y esa es dejar de amarte. l es AMOR.
Quin nos separar del amor de Cristo? Acaso las pruebas, la afliccin, la
persecucin, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? (...) Pero no; en todo
esto saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos am. Yo s que ni la muerte ni la
vida, ni los ngeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas
espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrn
apartamos del amor de Dios (Romanos 8, 35.3739).
A Dios, cuya fuerza acta en nosotros y que puede realizar mucho ms de lo que
pedimos o imaginamos... (Efesios 3, 20).
Porque te ama, Dios quiere lo mejor para ti y tiene un proyecto para tu vida que hizo
con toda sabidura y amor.
Te has preguntado alguna vez qu es lo que el Seor espera de ti? Cul es la misin
que l te quiere dar?
La riqueza del amor de Dios por nosotros es tan grande que l ya nos tiene preparado
para nosotros un camino lleno de bendiciones, porque en su misericordia no se ha fijado
en nuestras limitaciones, pecados e infidelidades, sino que nos ha tomado en cuenta para
realizar su obra en el mundo. No lo merecemos, pero l ha decidido llamamos a
nosotros. Por eso es que estamos aqu.
Este plan supera ampliamente lo que t te imaginas o puedas pensar para tu bien, y lo
irs descubriendo en la medida en que vayas caminando por esta nueva vida en el
espritu, y que se inicia precisamente en el momento en que experimentamos el amor de
Dios.
Porque aquel que experimenta en su vida el amor de Dios, no puede ser ya la misma
persona. Su vida es transformada radicalmente. Ha nacido de nuevo, y descubre
entonces toda esa inmensa riqueza de gracias y bendiciones que el Seor le tiene
preparado en esta vida como anticipo de la gloria eterna que disfrutar en su presencia.
Por ello san Pablo rogaba al Seor que sean capaces de comprender, con todos los
creyentes, cun ancho, y cun largo, y alto y profundo es, en una palabra, que conozcan
este amor de Cristo que supera todo conocimiento (Ef 3, 1819).
La pregunta que deberas hacerte en este momento es: Y cmo puedo yo conocer a
Dios?
De lo que se trata aqu es de encontrar, no ya pruebas de que el Seor nos ama, sino de
encontrar el camino para recibir el Amor del Padre. Puede haber varias o muchas formas
de recibir este supremo, incondicional y personal Amor de Dios, pero todas pasan
necesariamente por la experiencia personal.
Nadie puede conocer a Dios sin haber experimentado su amor. Por ello, bien nos dice
san Juan: El que no ama no ha conocido a Dios, pues Dios es amor (1 Jn 4, 8).
Busca tener esa experiencia propia del amor de Dios,. de cunto te ama el Seor, y
ella te convencer ms que mil palabras y testimonios. Y esa experiencia marcar tu
vida para siempre.
Muchos de nosotros nos hemos ido formando, quizs durante aos, una imagen
totalmente distorsionada de Dios.
Pero debemos descubrir, a travs de nuestra propia experiencia el verdadero
rostro de Dios, nuestro Padre: Dios nos ama personal e incondicionalmente, no
por nuestros mritos, sino porque l es Amor.
Citas Bblicas
EL AMOR DE DIOS
"Que as puedan comprender con todo el pueblo santo cual ancho, largo, alto y profundo
es el amor de Cristo, pido pues que conozcan ese amor que es mucho ms grande que
todo cuanto podemos conocer para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios"
Ef 3, 18-19
En lo religioso y.-
Dios muerto, no existe, si no por que ocurren las cosas que pasan en nuestra
vida.
En lo personal.-
Dios inconsciente, que hace lo que le da la gana y juega con su creacin (Fil.
2,7)
Dios es amor.
Is 43, 1
Dios dijo a Moiss: "Yo soy: YO SOY." "As hablars al pueblo de Israel: YO-SOY me
ha enviado a ustedes.
Ex 3, 14
1 Jn 4,8
Pero puede una mujer olvidarse del nio que cra, o dejar de querer al hijo de sus
entraas? Pues bien, aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidara de ti.
Is 49, 15 - 16
Mira cmo te tengo grabado en la palma de mis manos. Y nunca dej de pensar en tus
murallas: Yo me aparec a l de lejos. Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo
tratando con bondad.
Jer. 31, 3
Den gracias al Seor, porque l es bueno, porque su amor es eterno.
Salmo 136. 1
Porque tu vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti
entregara pueblos, porque te amo y eres importante para m.
Is 43, 4
Y, sin embargo, Yav, t eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron,
todos nosotros fuimos hechos por tus manos.
Is 64, 7
Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todava ramos pecadores, Cristo muri
por nosotros.
Rom 5,8
Cmo voy a tener este gusto, ahora que mi esposo y yo estamos tan viejos? Pero el
Seor le dijo a Abran Porque se re Sara? No cree que pueda tener un hijo a pesar de
su edad? Hay acaso algo tan difcil que el Seor no pueda hacerlo? El ao prximo
volver a visitarte y para entonces Sara Tendr un hijo.
Y Dios le dijo "Toma a Isaac tu nico hijo al que tanto amas, y vete a la tierra de Moria.
Una vez all, ofrcelo en holocausto sobre el cerro que Yo te sealar"
Gen 22,2
El ngel le dijo: No le hagas ningn dao al muchacho porque ya se que tienes temor
de Dios, pues no te negaste a darme tu nico hijo
Gen 22,12
Mientras se escuchaban estas palabras del Cielo: "T eres mi Hijo, el Amado, mi
Elegido."
Mc 1, 11
Dios mostr su amor hacia nosotros al enviar a su Hijo nico al mundo para que
tengamos vida por l. El amor consiste en esto: no es que nosotros hayamos amado a
Dios, sino que l nos am primero y envi a su Hijo como vctima por nuestros
pecados.
1 Jn 4, 9-10
As am Dios al mundo! Le dio al Hijo nico, para que quien cree en l no se pierda,
sino que tenga vida eterna. [17].Dios no envi al Hijo al mundo para condenar al
mundo, sino para que se salve el mundo gracias a l.
Jn 3, 16 - 17
Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jess que le haba llegado la hora de salir de este
mundo para ir al Padre, como haba amado a los suyos que quedaban en el mundo, los
am hasta el extremo.
Jn 13,1
Jn 15,9
El nos arranc del poder de las tinieblas y nos traslad al Reino de su Hijo amado.
Col 1.13
Como Padre
Como la ternura de un padre con sus hijos es la ternura del Seor con los que le temen.
Sal 103, 13
1 Cor 8, 5-6
Como esposo
Como un joven se casa con una muchacha virgen, as el que te reconstruy se casar
contigo, y como el esposo goza con su esposa, as hars las delicias de tu Dios.
Is 62, 5
Como novio
Como amigo
Jn 15, 13
Pero puede una mujer olvidarse del nio que cra, o dejar de querer al hijo de sus
entraas? Pues bien, aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidara de ti.
Is 49, 15 - 16
Pidan y se les dar: busquen y hallarn; llamen y se les abrir la puerta. Porque el que
pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrir la puerta al que llama. Acaso alguno
de ustedes dara a su hijo una piedra cuando le pide pan? O le dara una culebra cuando
le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
con cunta mayor razn el Padre de ustedes, que est en el Cielo, dar cosas buenas a
los que se las pidan!
Mt 7, 7 - 11
Cuando llegue ese da ya no tendrn que preguntarme nada. En verdad les digo que todo
lo que pidan al Padre en mi Nombre se lo conceder.
Jn 16, 23
Habr un padre entre todos ustedes, que d a su hijo una serpiente cuando le pide
pan? .Y si le pide un huevo, le dar un escorpin? Si ustedes, que son malos, saben dar
cosas buenas a sus hijos, cunto ms el Padre del Cielo dar Espritu Santo a los que se
lo pidan!
Lc 11, 11 - 13
Personal
Is 43, 1
Mira cmo te tengo grabado en la palma de mis manos. Y nunca dej de pensar en tus
murallas: Yo me aparec a l de lejos. Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo
tratando con bondad.
Jer. 31, 3
Porque tu vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti
entregara pueblos, porque te amo y eres importante para m.
Is 43, 4
Incondicional
Voy a hacer como en el diluvio de No, cuando jur que las aguas no pasaran ms sobre
la tierra. As, juro yo no enojarme ms contigo ni amenazarte nunca ms. Los cerros
podrn correrse y bambolearse las lomas; mas yo no retirar mi amor, y mi alianza de
paz contigo no se bambolear dice Yahv, que se compadece de ti.
Is 54, 9 - 10
Quin nos separar del amor de Cristo? Acaso las pruebas, la afliccin, la
persecucin, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada? Pero no; en todo eso
saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos am. Yo s que ni la muerte ni la vida,
ni los ngeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el futuro, ni las fuerzas
espirituales, ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podr apartarnos
del amor de Dios, manifestado en Cristo Jess, nuestro Seor.
Rom 8,35.37-39
Que sean capaces de comprender, con todos los creyentes, cun ancho, y cun largo, y
alto y profundo es, en una palabra, que conozcan este amor de Cristo que supera todo
conocimiento. En fin, que queden colmados hasta recibir toda la plenitud de Dios. A
Dios, cuya fuerza acta en nosotros y que puede realizar mucho ms de lo que pedimos
o imaginamos.
Ef 3, 18 - 20
En esto est el amor: no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que l nos am
primero y envi a su Hijo como vctima por nuestros pecados.
1 Jn 4,10
Ustedes no me eligieron a m; he sido yo quien los eligi a ustedes y los prepar para
que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. As es como el Padre les conceder todo
lo que le pidan en mi Nombre.
Jn 15, 16
Encuentro personal con Dios
T crees que hay un solo Dios? Pues muy bien, pero eso lo creen tambin los
demonios y tiemblan".
Stg 2, 19
Sal 33.5
De lejos Yahv se le apareci: Con amor eterno te he amado, por eso prolongar mi
cario hacia ti.
Jr 31, 3
Porque esto dice Yav: Aqu estoy, soy yo! Vengo en busca de las ovejas, yo me
ocupar de ellas como el pastor que se ocupa de su rebao el da en que se encuentre en
medio de sus ovejas en libertad. Yo tambin me ocupar de mis ovejas y las sacar de
todos los lugares por donde se dispersaron ese da de negras nubes y tinieblas. Har que
salgan de los otros pueblos, las reunir de diferentes pases y las conducir a su propia
tierra. Har que ramoneen por las montaas de Israel, en los valles y en todas las
praderas del pas. S, har que ramoneen en un buen potrero, en las altas montaas de
Israel, descansarn en un buen corral y se alimentarn en frtiles praderas de las
montaas de Israel; yo mismo me preocupar de mis ovejas, yo las llevar a descansar,
palabra de Yav. Buscar a la que est perdida, volver a traer a la que est extraviada,
curar a la que est herida, reanimar a la que est enferma, velar por la que est sana;
las cuidar con justicia.
Ez 34, 11 - 16
Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos credo en l.
Dios es amor: el que permanece en el amor permanece en Dios y Dios en l.
1 Jn 4, 16
En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde
hay castigo. Quien teme no conoce el amor perfecto.
1 Jn 4, 18
Yahv, tu Dios, est en medio de ti el hroe que te salva! l saltar de gozo al verte a ti
y te renovar su amor. Por ti danzar y lanzar gritos de alegra como lo haces t en el
da de la Fiesta.
Sof 3, 17 y Lucas 15
Qu ms podemos decir? Si Dios est con nosotros, quin estar contra nosotros?
[32].Si ni siquiera perdon a su propio Hijo, sino que lo entreg por todos nosotros,
cmo no nos va a dar con l todo lo dems? [33] Quin acusar a los elegidos de
Dios? Dios mismo los declara justos. [34] Quin los condenar? Acaso ser Cristo, el
que muri y, ms an, resucit y est a la derecha de Dios intercediendo por nosotros?
Rom 8, 31 - 39
Sigan el camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos am y se entreg por nosotros,
como esas ofrendas y vctimas cuyo olor agradable suba a Dios.
Ef 5.2
Oseas 6, 3
20. [6]. Pero me muestro favorable hasta mil generaciones con los que me aman y
observan mis mandamientos.
Ex 20.6
34. [6] y El pas delante de Moiss diciendo con voz fuerte: Yav, Yav es un Dios
misericordioso y clemente, tardo a la clera y rico en amor y en fidelidad.
Ex 34. 6
Dios es amor
1 Juan 4,8
Testimonio
La casa de mis abuelos maternos, quedaba en un barrio muy peligroso, donde abunda el
alcohol, la droga y es habitado mayoritariamente por gente de mal vivir, pues a
determinada hora, ya no es factible circular por las calles libremente.
Mi madre se uni a otro hombre y mi padre dej el trabajo y se fue a vivir a otra ciudad
distante a ms de mil Km. de Lima.
Mi abuelita lo acepto y habl con mi abuelo y convinieron que para ellos seria como su
hijo, y finalmente a los 5 aos de edad pude tener un hogar y unos padres que me
quisieran como a un hijo, en efecto, y dado que ya haban criado a mis tos, me dieron la
mejor educacin que pudieron, escuela primaria y colegio secundario pagado y
finalmente una profesin en la Universidad Catlica de Lima.
A los quince aos mi madre trat de hablar conmigo pero le ped que se retire de mi
presencia que yo no tena nada que hablar con ella y que me deje en paz.
Mis abuelitos (mis Padres) fallecieron cuando ya era profesional y tena un trabajo que
me permita viajar por gran parte del Per, ganaba mucho dinero y a pesar de haber
recibido una piadosa educacin religiosa de mi abuelita, me olvid de Dios y me
dedique a ser el dios de mi mismo.
En determinado momento de mi vida, perd el trabajo y vi una propaganda en la que
invitaban a esas misas carismticas, de los locos que saltan y bailan en los templos, pero
ms pudo mi curiosidad y asist.
A pesar de haber tomado las precauciones del caso, llegue dos horas tarde, solo a la
oracin con imposicin de manos, sent que mi cuerpo vibr y una corriente elctrica
recorri todo mi ser.
Al salir del templo, comprob que no tena necesidad del tabaco, pues mi organismo lo
rechazaba, y al llegar a mi casa en la noche, me arrodille a los pies de mi cama y sin
saber que pasaba llore y le entregue mi vida a nuestro Seor Jess. Puedo decir que fue
algo espontneo, pero la paz de Dios inund mi corazn.
Poco a poco empec a tomar confianza en Jess, encontr nuevo trabajo y en algn
tiempo deje de tomar licor sin que nadie me obligue a hacerlo, por donde caminaba lo
haca con mi Biblia en la mano, empec a orar por las necesidades de los hermanos, a
hablar del amor de Dios, de sus maravillas, a transmitir la buena noticia que Dios est
vivo y que hoy hace los mismos milagros que haca en Palestina.
Un da una amiga me invit a ir a una casa a orar por la necesidad de una persona, pero
no vea que nadie quisiera hacerlo, me miraban raro y tenan los ojos llorosos,
finalmente no pudieron mas y me dijeron yo soy tu ta y yo soy tu hermana de madre, la
verdad que la cabeza empez a darme vueltas, Qu hacer? Salir de ah o, de acuerdo a
la Biblia que tena en mi mano perdonar siete veces siete?, me dijeron tu mam est en
Estados Unidos y queremos decirle que te hemos encontrado.
Convers con mi madre, y ella viaj a Lima para encontrarse conmigo, hoy da ella es
mi madre y el trato con mi nueva familia es de lo ms cordial, con mis tres hermanas de
madre, mis nuevas tas y sobre todo al amparo del amor de Dios. Conversando con ella
me enter que haba tratado de comunicarse conmigo varias veces pero sin resultado.
Pues Dios nunca se olvid de mi, me consigui un hogar, me cri, educ, me rescat del
desenfreno y finalmente me reconcili con mi madre dndome una nueva familia, en el
momento que mas lo necesitaba.
Pues si mi madre se olvid que tena un hijo, Dios nunca lo hizo, cuid de m y me
rescat.
Honor y Gloria al misericordioso nombre de Jess, nuestro Salvador y Seor, que nunca
se olvida de sus hijos.
Oracin
Sana en m, Padre amado, las ideas erradas que me dieron de ti o que yo me fui
formando durante todo este tiempo.
Sana Seor esa imagen errnea que tuve de ti, quizs porque mi padre era
excesivamente duro conmigo, y pensaba que T tambin eras as.
Rompe, Seor, todas las ataduras que no me dejan ser la persona que T quieres que yo
sea.
Renueva en m tu Vida,
Seor S T mi dueo y mi Seor.
Amn.
Cuestionario
A los y a los
A los y a los
(Juan 3, 16)
4. Dios es (1 Juan 4, 8)
6. En qu consiste el amor?
(1 Juan 10)
7. Si Dios es Amor, escribe de Dios lo que San Pablo dice sobre el amor (caridad) en 1 Co 13,
4-8:
Dios es Dios no es
Dios es Dios no es
Dios es Dios no
Dios se
Reflexiones
Isaas 49, 14 - 16
1 Juan 4, 8 - 10
Ezequiel 34, 11 - 16
Salmo 103
Juan3, 16 17
Isaas 54, 6 - 10
Romanos 8, 3 1 - 39
Medita y Aprende
Porque tanto am Dios al mundo que dio a su Hijo nico, para que todo el que crea en
l no muera, sino que tenga vida eterna
(Juan 3, 16).
Tema 02
EL MAL Y EL PECADO
UN REINO SIN DIOS
Desarrollo
[19]. De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. [20]. Por lo
tanto, si hago lo que no quiero, eso ya no es obra ma sino del pecado que habita en
m.
Rm 7, 19 20
Nuestras continuas faltas contra la justicia y la caridad nos hacen sentir lo muy
necesitados que estamos de esa misericordia divina.
Precisamente, este encuentro con Dios-Perdn, nos permite darnos cuenta de quines
somos y cun alejados hemos estado de l. Nos permite ver la raz de nuestros
problemas: el pecado en s.
La luz de Dios nos hace reaccionar; como cuando un ciego empieza ver y con ello a
reconocer todo lo que hay a su alrededor. As, nosotros, iluminados y sin vendas en los
ojos, podemos ser conscientes de quines somos, de nuestra realidad y de las miserias
que llevamos dentro. El ser conscientes de todo esto nos permite damos cuenta de todo
lo que nos aleja de la experiencia del amor de Dios, porque el pecado nos aleja de Dios.
Pero el hombre, ya desde el comienzo, rechaz el amor de su Dios; no tuvo inters por
la comunin con l. Quiso construir un reino en este mundo prescindiendo de Dios. En
vez de adorar al Dios verdadero, ador dolos, las obras de sus manos, las cosas del
mundo, se ador a s mismo. Por eso, el hombre se desgarr interiormente. Entraron en
el mundo el mal, la muerte, la violencia, el odio y el miedo. Se destruy la convivencia
fraterna (Puebla 185).
El mal est tan extendido en el mundo, que al pecado le damos poca importancia.
Inclusive, para muchos simplemente no existe, habiendo esa palabra desaparecido de su
conciencia. Lo que es pecado, lo es aqu y en todas partes, ahora, hace dos mil aos y
dentro de tres mil. En vez de perder nuestro tiempo buscando excusas que aparenten
tener algn sentido y lgica, reconozcamos la verdad: hemos rechazado a Dios, le
hemos dado la espalda. Y este pecado es rebelda: El que peca demuestra ser un
rebelde; todo pecado es rebelda (1 Jn 3, 4).
Hasta nos hicimos una imagen de ser muy religiosos y devotos, y logramos engaar a
muchos que crean que ramos un ejemplo digno de seguir. Pero en realidad todo no era
ms que apariencia, una mscara que encubra nuestra actitud de rebelda hacia Dios.
Decamos que Dios existe pero no le quisimos servir ni obedecer. Con los labios le
decamos t eres Dios , pero con nuestros hechos le decamos no te servir . Ni
siquiera le quisimos agradecer por lo que nos daba. Todo el amor que nos dio y todo lo
que hizo nos pareci poco, y le respondimos con nuestra cruel indiferencia.
Hoy encontramos personas que dicen que todo lo que tienen lo han logrado por s
mismos, por su talento, inteligencia, creatividad, pensando que todo eso es muy suyo y
que nadie se lo puede quitar. No tienen nada de qu arrepentirse. Qu lejos estn de
pensar que en cualquier momento, si Dios quiere, o como consecuencia de sus propios
errores, lo pueden perder todo: un infarto, un derrame cerebral, un fracaso econmico,
un accidente grave, la infidelidad o alejamiento de quien ms queramos y ponamos
nuestras esperanzas, una catstrofe de la naturaleza... pueden hacer que todo se venga
abajo como un castillo de arena, y con l, toda nuestra seguridad.
Hay una lucha dramtica dentro de ti, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas,
entre la vida y la muerte.
El pecado no nos hace felices ni nos da la paz que necesitamos. Ms bien nos somete,
nos pone fuertes cadenas de las que nos es cada vez ms difcil libramos.
Sufrimos cuando experimentamos cualquier mal. Y el peor mal que podemos sufrir es
el provocado por el pecado, pues nos aleja de Dios. Divididos e incapaces de resistir
solos, andamos sumisos y resignados por la senda que nos conduce a la esclavitud del
pecado. Se cumplen entonces las palabras de Cristo: El que vive en el pecado es
esclavo del pecado (Jn 8, 34).
Nada de lo que hemos logrado apartados de Dios nos da felicidad. Interiormente nos
sentimos insatisfechos con nosotros mismos y con lo que logramos, a pesar de la
acumulacin de bienes, riquezas, fama, xitos, etc. Despus de todo, nos volvimos a en-
frentar con nuestra miseria.
Finalmente, llegamos al momento de recibir nuestra paga por lo que hicimos. Y nuestro
salario justo y merecido, es la muerte:
El pecado
Al meditar sobre el problema del mal en el mundo, encontramos que la causa primera,
lo que impide que en nosotros se manifieste el amor de Dios y se realice su plan de
felicidad, es el PECADO. Es como si el pecado fuera un paraguas que no nos permite
mojamos con el agua viva del amor de Dios. Cierra la puerta al amor y a la bendicin
de Dios, y no conforme con eso, hace entrar por l en el mundo el mal, la muerte, la
violencia, el odio y el miedo.
Qu es el pecado? Es una falta contra la justicia o el amor o ambas a la vez, hacia
Dios, nuestro prjimo o hacia nosotros mismos. Es seguir el camino equivocado,
sabiendo o suponiendo que lo es. Es preferir las tinieblas y aborrecer la luz (Cf. Jn 3, 19
20).
Es un acto humano voluntario que produce dao, no slo contra la persona hacia la que
va dirigido el mal, sino contra el mismo que peca. Precisamente, por ser un acto
voluntario, es que decimos por mi culpa, por mi gran culpa .
Lo grave est no tanto en los pecados aislados o crnicos que vamos cometiendo, sino
en que en la medida en que llevamos esa vida, nos vamos alejando del plan de Dios
para nosotros. Su proyecto para cada uno se deja de cumplir, porque nos salimos de su
camino para escoger ir solos por la senda que nos atraa ms, y que finalmente nos
conduce hacia la muerte y la soledad. La gracia que dejamos de recibir y el bien que
dejamos de hacer, es lo que ms debe entristecemos.
A menudo, apenas hemos cometido una falta, nos arrepentimos y sentimos haberla
realizado; en cambio, vivir en el pecado es vivir en la mentira, es guardar
porfiadamente un orgullo, un apego a nuestros criterios personales y egostas que no
nos permite entrar en los caminos de Dios, an cuando llevemos una vida exteriormente
correcta.
En el Antiguo Testamento vemos el drama del amor de Dios que promete al hombre un
nuevo espritu, una nueva alianza escrita, no sobre tablas de piedra, sino en su corazn
de carne; es decir, el Seor intenta vivir con su pueblo una bella relacin de amor, la
cual es rota una y otra vez por el hombre por medio del pecado. El Seor se convierte
entonces en el marido engaado por su pueblo, que somos nosotros.
He pecado mucho...
Decimos en el acto penitencial de la Eucarista que hemos pecado mucho, y eso es
cierto. Lamentablemente cierto.
Para ser conscientes de ello tampoco necesitamos escarbar mucho en nuestra memoria.
Slo nos basta con recordar nuestras malas acciones recientes. Cada vez que hemos
sido injustos con Dios, con los dems y con nosotros mismos, que no dimos a otros la
ayuda que necesitaban, cada ofensa, desprecio, maltrato, burla, cada vez que jugamos
con los sentimientos de quienes nos aman, cada acto violento, de palabra o de obra...
La palabra de Dios en ese sentido es clara: Pues todos pecaron y estn faltos de la
gloria de Dios (Rm 3, 23). No llamemos pecado slo a aquello que nos parece muy
feo y que los otros hacen pero nosotros no. Dejemos de construimos una religin a
nuestra medida, como si nos estuvisemos haciendo un traje, tomando del Evangelio
slo lo que nos conviene. Si tenemos una doble moral, complaciente con nosotros
mismos, til slo para tapar nuestras suciedades, pintndolas exteriormente con el
barniz del cumplimiento, estaremos consumando la obra del maligno en nosotros: no
darnos cuenta ni de lo malo que hacemos. Y lo peor no es el caer, sino el permanecer
all, en el suelo, sin querer levantarse.
Hemos pecado mucho, s, pero eso significa -gloria a Dios por ello-, que necesitamos
mucho de la misericordia y del perdn de Dios. La gracia de Dios no est tan lejos.
Como dice el Pregn Pascual: Feliz la culpa que mereci tal Redentor! .
De pensamiento...
Cada uno tiene sus debilidades propias y por las que ms frecuentemente cae en
pecado. Y eso, el diablo muy bien lo sabe. Algunos, pecan preferentemente con el
pensamiento; otros, de palabra; otros, de obra y tambin hay los que mayormente pecan
por omisin.
Pecamos tambin con nuestro pensamiento cuando, arrastrados por nuestra malicia,
pensamos siempre lo peor de las dems personas. Cualquier cosa que los otros hacen, le
vemos el lado malo y perverso, la segunda intencin. En vez de ver a los dems con
corazn limpio, nos decimos al ver pasar a alguien: Ah va fulanita, la que hace aos
hizo tal cosa... , o all est zutano, el borracho... o se es mengano, el que engaa
a su mujer... . De esta forma, no vemos a las personas como tales, sino que les
ponemos adjetivos, las calificamos, les aadimos nuestro prejuicio y as quedan
marcadas para nosotros.
En fin, cuntos de nuestros conocidos nos ven actuar siempre tan correctamente, sin
saber lo que en realidad llevamos en mente?, pues muchos hemos desarrollado la
habilidad de aparentar virtudes que no tenemos y de camuflar nuestras verdaderas
intenciones. Pidamos perdn al Seor por ello.
De palabra...
La lengua puede servir para mucho bien, pues por el Bautismo fuimos llamados a
anunciar el Evangelio a toda la creacin (Cf. Mc. 16, 15), pero tambin puede tomarse
muy peligrosa y ser capaz de iniciar un incendio de pasiones y divisiones.
La carta de Santiago es muy clara en ese sentido. Nos llega a decir que el que no peca
en palabras es un hombre perfecto de verdad, pues es capaz de dominar toda su
persona (Stg. 3, 2). Y aade que con la lengua bendecimos a nuestro Seor y Padre y
con ella maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. De la misma boca salen
la bendicin y la maldicin. Hermanos, esto no puede ser as. Es que puede brotar de
la misma fuente agua dulce y agua amarga? (Stg 3, 911).
Las palabras hieren muchas veces ms que los golpes. Cada vez que alguien esperaba
quizs una palabra de aliento o felicitacin de nuestra parte, y recibi a cambio nuestro
insulto, una grosera, una injusta recriminacin, o le hemos dicho a alguien, por un
error cometido, que no serva para nada, hemos pecado con la lengua.
La murmuracin es otra debilidad de muchos y que el diablo tambin conoce muy bien.
Es el arma que ms frecuentemente utiliza para dividir familias, amigos, grupos de
oracin o comunidades de todo tipo. Slo tiene que utilizar a quienes tienen esta
debilidad y la divisin est garantizada. Con nuestras palabras podemos sembrar la
desconfianza de alguien ante terceras personas, dicindoles cosas falsas o parcialmente
ciertas, pero que igualmente daan y dividen.
Sigamos el consejo de la palabra de Dios: Sean prontos para escuchar, pero lentos para
hablar y enojarse (Stg 1,19). Hagamos como nos pide Pablo: Bendigan a quienes los
persigan; bendigan y no maldigan (Rm 12, 14). No salga de sus bocas ni una palabra
mala, sino la palabra que haca falta y que deja algo a los oyentes (Ef. 4, 29).
Pero pecar con las palabras no slo es decir groseras. Es tambin decir palabras
hirientes y proponer cosas indecentes a los dems. Cada vez que tratamos de convencer
a otro de hacer lo malo, hablndole suavemente al odo, hacindole creer que no es
pecado, que es algo normal o una debilidad sin importancia, le estamos conduciendo
al pecado, y debemos pedir perdn al Seor por ello.
Cada vez que formamos mal a un nio o un joven, que puede ser incluso un hijo o
familiar nuestro, y les dijimos: Si alguien te hace algo malo, devulveselo peor, o
haz con tu vida lo que quieras, y t no te metas en la ma, o trastocamos los valores
en la mente de alguien que es muy joven, hacindole creer que eso es algo permitido e
incluso aconsejable, hemos pecado y debemos pedir perdn al Seor.
Debemos pedir perdn igualmente al Seor por las mentiras que decimos. Por las veces
que engaamos a los dems, incluso haciendo nacer en otras personas una ilusin, y
luego las defraudamos, hacindoles luego perder la confianza en las palabras de las
personas, pidamos perdn al Seor.
De obra...
Es tanto lo que podemos hacer y que ofende a Dios, a nuestro prjimo como a nosotros
mismos, que la lista sera interminable.
Reflexionemos simplemente sobre la armona que debe haber entre lo que creemos y lo
que hacemos. Si decimos que creemos en Dios, por qu con nuestros hechos no lo
demostramos a los dems? Acaso no nos hemos dado cuenta de la importancia del
testimonio de vida, de que nuestro comportamiento habla muchas veces ms que mil
palabras?
No desliguemos nuestra fe, nuestra vida religiosa, de nuestra vida diaria, de lo que
hacemos cotidianamente. No pongamos una frontera entre nuestra fe y nuestra vida,
pues la fe debe impregnar toda nuestra vida. No existe razn para este divorcio.
Recordemos que lo que es pecado siempre lo es. No creamos que porque otros tambin
lo hacen es menos malo, o llega Dios a aceptarlo por mayora de votos.
Tampoco pensemos que por ejercer determinada profesin u oficio, estamos exentos de
hacer una valoracin moral de lo que hacemos, como si estuvisemos ms all del bien
y del mal.
Hay trabajadores de la salud, por citar un ejemplo, que dicen que cuando estn en el
quirfano, ejercen la ciencia, y por tanto, no cabe emplear en ese caso la moral y la fe,
por lo que practican sin remordimientos abonos. No podernos decir en ningn caso:
se es mi trabajo, mi profesin , como si ello nos justificara para hacer cualquier tipo
de dao a los dems. No somos mquinas insensibles. Por el contrario, el trabajo debe
dignificar al hombre y conducirlo a su plena realizacin como persona y como
cristiano.
Un pecado grave contra la fe es el acudir a fuentes ocultas. Hay quienes por ignorancia
piensan que no es malo consultar las cartas, ir donde los brujos para averiguar su
destino, llevar amuletos, participar de prcticas de hechicera, y lo hacen porque
tienen quizs miedo al futuro y ese temor no es otra cosa que el resultado de vivir lejos
de Dios y sin confiar en l.
De omisin...
Pero no slo hay pecados de accin, sino tambin de omisin, es el bien que
voluntariamente dejamos de hacer.
La mano que dejamos estirada, la persona desesperada que qued sin nuestro consejo,
el testimonio que dejamos de dar, el error que no hicimos ver, la necesidad de otros que
no cubrimos pudiendo hacerlo, simplemente por mantenemos tranquilos y apacibles, lo
cual tambin indica temor de nuestra parte.
Recordemos la parbola de Lzaro y el rico (Cf. Lc. 16, 1931). Qu pecado cometi
este rico que fue a dar al infierno, mientras Lzaro estaba feliz cerca de Abraham? Fue
el pecado de omisin. El rico, segn la parbola, fue indiferente a ese hombre que vea
todos los das delante de la puerta de su casa, pudiendo darle aunque sea unas migajas
de pan. Ese es el gran pecado de omisin, que podemos estar cometiendo al ser
indiferentes, indolentes a las necesidades de los dems, consintiendo el pecado y la
injusticia en vez de luchar por cambiar esa situacin.
As tambin el pecado afecta a todo el entorno social del hombre. Por eso, no podemos
decir: Yo hago lo que quiero y porque quiero .
El pecado hace que la familia y la sociedad entera paguen las consecuencias del
drogadicto, del borracho, del corrupto, del egosta, del avaro, del usurero, del libertino,
del machista que abandon a su familia, del empresario que paga mal a sus
trabajadores, etc., cumpliendo as la conocida frase: Justos pagan por pecadores .
La misericordia de Dios
El Seor nos dice en su palabra que donde abunda el pecado, sobreabunda tambin la
gracia de Dios (Cf. Rm 5, 20). La misericordia es una cualidad dominante de Dios,
incluye en ella la compasin, la ternura, la tolerancia, la paciencia, clemencia, piedad.
En Dios encontramos a ese Padre bondadoso que est esperando con los brazos abiertos
nuestro retomo a la casa paterna a travs de la conversin. Pero para ello es necesario el
arrepentimiento de nuestra parte.
La prueba de que Dios nos ama es precisamente que envi a su Hijo Jesucristo, quien
muri por todos, no porque seamos santos, sino por todo lo contrario: Dios nos ha
mostrado su amor ya que cuando an ramos pecadores Cristo muri por nosotros
(Rm 5, 8).
Por mucho que le hayamos fallado al Seor, no pensemos que El nos rechazar;
conozcamos por ello las promesas que nos hace en su palabra:
Aunque tus pecados sean de un rojo intenso, se volvern blancos como la nieve;
aunque sean rojos como la prpura, quedarn como lana blanca
Is. 1,18
Citas Bblicas
[19]. De hecho no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. [20]. Por lo tanto,
si hago lo que no quiero, eso ya no es obra ma sino del pecado que habita en m.
Rm 7, 19 20
Rm 3, 23
Sociedad.-
Familia.-
Personal.-
Jr. 2, 13
El pecado.-
Sal 51,6
[14]. Jess volvi a llamar a la gente y empez a decirles: Escchenme todos y traten
de entender. [15]. Ninguna cosa que de fuera entra en la persona puede hacerla impura;
lo que hace impura a una persona es lo que sale de ella.
Mc 7, 14 15
[19].Del corazn proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual,
robos, mentiras, chismes. [20].Estas son las cosas que hacen impuro al hombre; pero el
comer sin lavarse las manos, no hace impuro al hombre
Mt 15, 19 20
Gal 5, 19 21
[9] No saben acaso que los injustos no heredarn el Reino de Dios? No se engaen: ni
los que tienen relaciones sexuales prohibidas, ni los que adoran a los dolos, ni los
adlteros, ni los homosexuales y los que slo buscan el placer, [10].ni los ladrones, ni
los que no tienen nunca bastante, ni los borrachos, ni los chismosos, ni los que se
aprovechan de los dems heredarn el Reino de Dios.
1 Cor 6, 9 10
Ef 5, 3 5
.Por tanto, hagan morir en ustedes lo que es terrenal, es decir, libertinaje, impureza,
pasin desordenada, malos deseos y el amor al dinero, que es una manera de servir a los
dolos. [6].Tales cosas atraen los castigos de Dios. [7].Ustedes siguieron un tiempo ese
camino, y su vida era as. [8].Pues bien, ahora rechacen todo eso: enojo, arrebatos,
malas intenciones, ofensas, y todas las palabras malas que se pueden decir.
Col 3, 5 8; [5]
[9].La Ley no fue instituida para los justos, sino para la gente sin ley, para los rebeldes,
impos y pecadores, para los que no respetan a Dios ni la religin, para los corrompidos
e impuros, para los que matan a sus padres y para los asesinos; [10].para los adlteros y
los que tienen relaciones sexuales entre hombres o con nios, para los mentirosos y para
los que juran en falso. Habra que aadir todos los dems pecados que van en contra de
la sana doctrina,
1 Tim 1, 9 10;
Mc 10, 19
[15]. Yav Dios tom al hombre y lo puso en el jardn del Edn para que lo cultivara y
lo cuidara.
Gn 2, 15 17
[7].Hijitos mos, no se dejen extraviar: el que acta con toda rectitud es justo como l es
justo. [8].En cambio quienes pecan son del Diablo, pues el Diablo peca desde el
principio.
1 Jn 3, 7-8A
(7) Despus hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ngeles lucharon contra en
dragn. El dragn y sus ngeles pelearon (8) pero no pudieron vencer, y ya no hubo
lugar para ellos en el cielo. (9) As que fue expulsado el gran dragn aquella serpiente
antigua que se llama diablo y satans y que engaa a todo el mundo. El y sus ngeles
fueron lanzados a la tierra.
Ap 12, 7-9
Pecado Original.-
(1)La serpiente era ms astuta que todos los animales salvajes, que Dios el Seor haba
creado, y le pregunt a la mujer: As que Dios les ha dicho que no coman del fruto de
ningn rbol del jardn? (2) y la mujer le contest: podemos comer del fruto de
cualquier rbol, (3) menos del rbol que est en medio del jardn. Dios nos ha dicho que
no debemos comer ni tocar el fruto de ese rbol porque si lo hacemos, moriremos. (4)
pero la serpiente le dijo a la mujer: no es cierto. No morirn (5) Dios sabe muy bien que
cuando ustedes coman del fruto de ese rbol, podrn saber lo que es bueno y lo que es
malo, y que entonces sern como Dios. (6) La mujer vio que el fruto del rbol era
hermoso, y le dieron ganas de comerlo, y de llegar a tener entendimiento. As que cort
uno de los frutos y se lo comi. Luego le dio a su esposo y l tambin comi. (7) En ese
momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos.
Entonces cocieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.
Gn 3, 1-7
(16) A la mujer le dijo: aumentar tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor les dars
a luz pero tu deseo te llevar a tu marido, y l tendr autoridad sobre ti (17) Al hombre
le dijo: como le hiciste caso a tu mujer, y comiste del fruto del rbol del que te dije que
no comieras, ahora la tierra, va a estar bajo maldicin por tu culpa; con duro trabajo la
hars producir tu alimento durante toda tu vida. (18) La tierra te dar espinos y cardos, y
tendrs que comer plantas silvestres. (19) Te ganars el pan con el sudor de tu frente
hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra
te convertirs.
Gn 3, 16-19.
Principales pecados
Contra Dios
Idolatra.-
[31].Al volver Moiss donde Yav le dijo: Este pueblo ha cometido un gran pecado
con estos dioses de oro que se hicieron.
Ex 32.31
Soberbia.-
[5].Es que Dios sabe muy bien que el da en que coman de l, se les abrirn a ustedes
los ojos; entonces ustedes sern como dioses y conocern lo que es bueno y lo que no lo
es.
Gn 3, 5
[21].El que desprecia a su prjimo comete un pecado; feliz el que tiene piedad de los
desgraciados.
Pr 14. 21
Envidia.-
(23) En verdad, Dios cre al hombre para que no muriera, y lo hizo a imagen de su
propio ser; (24) Sin embargo, por la envidia del Diablo entro la muerte en el mundo, y
la sufre los que del diablo son.
Sb 2, 23-24
Mentira -
Jn 8,44
Desobediencia.-
(8) El hombre y su mujer escucharon que Dios el Seor andaba por el jardn a la hora en
que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de l entre los rboles del jardn
(9) Pero Dios el Seor llam al hombre y le pregunt: Dnde ests? (10) El hombre
contest: Escuch que andabas por el jardn y tuve miedo, porque estoy desnudo, por
eso me escond. (11) Entonces Dios le pregunt: Y quien te ha dicho que ests
desnudo? Acaso has comido del fruto del rbol del que te dije que no comieras? (12) El
hombre contest, la mujer que me diste por compaera me dio de ese fruto y yo lo com.
(13) Entonces Dios el Seor le pregunt a la mujer: Porque lo hiciste? Y ella
respondi: la serpiente me enga y por eso com del fruto (14) Entonces Dios el Seor
dijo a la serpiente por esto que has hecho maldita sers entre todos los dems animales.
De hoy en adelante caminars arrastrndote y comers tierra.
Gn 3, 8-14
[32] Al que calumnie al Hijo del Hombre se le perdonar; pero al que calumnie al
Espritu Santo, no se le perdonar, ni en este mundo, ni en el otro.
Mt 12, 32;
[29].En cambio el que calumnie al Espritu Santo, no tendr jams perdn, pues se
queda con un pecado que nunca lo dejar
Mc 3, 29
[10].Para el que critique al Hijo del Hombre habr perdn, pero no habr perdn para el
que calumnie al Espritu Santo.
Lc 12, 10;
Blasfemia.-
(15) Entonces dirs a los hijos de Israel: cualquier persona que maldiga a su Dios
cargar con su pecado; (16) El que blasfeme el nombre de YAHVEH ser castigado de
muerte, toda la comunidad lo apedrear.
Lev 24, 16
Contra tu prjimo
Lujuria.-
(2) Una tarde al levantarse David de su cama, y pasearse por la azotea del palacio real,
vio desde ah a una mujer muy hermosa que se estaba baando. David mando que
averiguaran quien era ella, y le dijeron que era Betsab hija de Eliam y esposa de Uras
el itita. David orden entonces a unos mensajeros que se la trajeran y se acost con ella,
despus de lo cual ella volvi a su casa (5) La mujer qued embarazada y as se lo hizo
saber a David.
(14) David escribi una carta a Joab y la envi por medio de Uras (15) en la carta deca
pongan a Uras en las primeras lneas donde sea mas dura la batalla, y luego djenlo
solo para que caiga herido y muera (26) Cuando la mujer de Uras supo que su marido
haba muerto, guard luto por l (27) pero despus que paso el luto, David mand que la
trajeran y la recibi en su palacio, la hizo su mujer y ella le dio un hijo. Pero al Seor no
le agrad lo que David haba hecho.
[13].David dijo a Natn: Pequ contra Yav. Natn le respondi: Yav por su parte
perdona tu pecado y no morirs.
2 Sam 12.13
Acaso no saben ustedes que su cuerpo es parte del cuerpo de Cristo? Y habr de
tomar yo esa parte del cuerpo de Cristo y hacerla parte del cuerpo de una prostituta?
Claro que no! (16) No saben ustedes que cuando un hombre se une con una prostituta,
se hacen los dos un solo cuerpo? Pues la Escritura dice: Los dos sern como una sola
persona (17) Pero cuando alguien se une al Seor, se hace espiritualmente uno con l.
1 Cor 6, 15
Ira y celos.-
(8) Un da Can invit a su hermano Abel a dar un paseo y cuando los dos estaban ya en
el campo, Can atac a su hermano Abel y lo mat (9) Entonces el Seor le pregunt a
Can Donde est tu hermano Abel? Y Can contest no lo s Acaso es mi obligacin
cuidar de l? (10) El Seor le dijo Porque has hecho esto? La sangre de tu hermano,
que has derramado en la tierra me pide a gritos que yo haga justicia. (11) Por eso
quedars maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a
quien t mataste.
Gen 4, 8-11
Avaricia.-
[19].Haba un hombre rico que se vesta con ropa finsima y coma regiamente todos los
das. [20].Haba tambin un pobre, llamado Lzaro, todo cubierto de llagas, que estaba
tendido a la puerta del rico. [21].Hubiera deseado saciarse con lo que caa de la mesa del
rico, y hasta los perros venan a lamerle las llagas. [22].Pues bien, muri el pobre y fue
llevado por los ngeles al cielo junto a Abraham. Tambin muri el rico, y lo sepultaron.
[23].Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levant los ojos y vio a lo
lejos a Abraham y a Lzaro con l en su regazo. [24].Entonces grit: Padre Abraham,
ten piedad de m, y manda a Lzaro que moje en agua la punta de su dedo y me
refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas. [25].Abraham le respondi:
Hijo, recuerda que t recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lzaro recibi
males. Ahora l encuentra aqu consuelo y t, en cambio, tormentos. [26].Adems, mira
que hay un abismo tremendo entre ustedes y nosotros, y los que quieran cruzar desde
aqu hasta ustedes no podran hacerlo, ni tampoco lo podran hacer del lado de ustedes
al nuestro. [27].El otro replic: Entonces te ruego, padre Abraham, que enves a
Lzaro a la casa de mi padre, [28]. A mis cinco hermanos: que vaya a darles su
testimonio para que no vengan tambin ellos a parar a este lugar de tormento.
[29].Abraham le contest: Tienen a Moiss y a los profetas; que los escuchen. [30].El
rico insisti: No lo harn, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera
donde ellos, se arrepentiran. [31].Abraham le replic: Si no escuchan a Moiss y a
los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencern
Lc 16, 19 31;
[10]. Que no haya en medio de ti nadie que haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego;
que nadie practique encantamientos o consulte a los astros; que no haya brujos ni
hechiceros; [11]. Que no se halle a nadie que se dedique a supersticiones o consulte los
espritus; que no se halle ningn adivino o quien pregunte a los muertos. [12]. Porque
Yav aborrece a los que se dedican a todo esto, y los expulsa delante de ti a causa de
estas abominaciones. [13]. T, en cambio, te portars bien en todo con Yav, tu Dios.
[14].Esos pueblos que vas a desalojar escuchan a hechiceros y adivinos, pero a ti, Yav,
tu Dios, te dio algo diferente.
Dt 18, 10 14
Gula.-
(29) No abuses de todo lo que te gusta, no te abalances sobre la comida, (30) porque
comer demasiado enferma y la gula produce indigestin (31) mucha gente se ha muerto
por estos excesos, mientras que los que se moderan prolongan su vida.
Pereza.-
Jr 48,10
(10) Cuando estuvimos con ustedes les dimos esta regla: el que no quiera trabajar, que
tampoco coma (11) Pero hemos sabido que algunos de ustedes, llevan una conducta
indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada (12) A tales personas, les mandamos y
encargamos, por la autoridad del Seor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para
ganarse la vida.
2 Tes 3, 10-12
Impureza.-
[26].Por esto Dios dej que fueran presa de pasiones vergonzosas: ahora sus mujeres
cambian las relaciones sexuales normales por relaciones contra la naturaleza. [27].Los
hombres, asimismo, dejan la relacin natural con la mujer y se apasionan los unos por
los otros; practican torpezas varones con varones, y as reciben en su propia persona el
castigo merecido por su aberracin
Ro 1. 26 27
(5) As tambin la lengua es algo pequeo, pero puede mucho; aqu tienen una llama
que devora bosques (6) La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro
organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo trasmite
a toda nuestra vida (8) Pero nadie ha sido capaz de dominar la lengua. Es un azote que
no se puede detener un derrame de veneno mortal, con ella bendecimos a nuestro Seor
y Padre y con ella maldecimos a los hombres hechos a imagen de Dios. (10) De la
misma boca salen la bendicin y la maldicin.
Stg 3, 5-10
(10) El que de veras quiera gozar la vida y vivir das felices, guarde su lengua del mal y
que de su boca no salgan palabras engaosas
1 Pe 3, 10
Mc 10, 19
Oprimir al prjimo.-
Ex 22, 20 22
[14].No explotars al jornalero humilde y pobre, ya sea uno de tus hermanos o un
forastero que se encuentre en tu tierra, en algunas de tus ciudades. [15].Le pagars cada
da, antes de la puesta del sol, porque es pobre y est pendiente de su salario. No sea que
clame a Yav contra ti, pues t cargaras con un pecado.
Dt 24, 14 15
Esclavitud.-
[34]. Jess les contest: En verdad, en verdad les digo: el que vive en el pecado es
esclavo del pecado.
Jn 8, 34
[2]. Sino que las maldades de ustedes han cavado un abismo entre ustedes y su Dios.
Sus pecados han hecho que l vuelva su cara para no atenderlos.
Is 59, 2
Muerte.-
[36]. Pero el que me ofende atenta contra su vida, todos los que me odian eligieron la
muerte"
Pr 8, 36
Rm 6, 23
[20].Dijo entonces Yav: Las quejas contra Sodoma y Gomorra son enormes, y su
pecado es en verdad muy grande. 19. [13].Vamos a destruir esta ciudad, pues son
enormes las quejas en su contra que han llegado hasta Yav, y l nos ha enviado a
destruirla
Gn 18, 20;
1 Cor 15. 56
[2]. Aunque pequemos, somos tuyos, pues reconocemos tu poder; pero, sabiendo que
somos tuyos, evitaremos el pecado.
Sb 15, 2
[1]. En cuanto a ti, hijo, que tu fuerza sea la gracia que tienes en Cristo Jess. [3].
Soporta las dificultades como un buen soldado de Cristo Jess. [4]. El que se alista en el
ejrcito trata de complacer al que lo contrat, y no se mete en negocios civiles. [5]. El
atleta no ser premiado si no ha competido segn el reglamento.
2 Tim 2, 1.3 5
[41]. Jess les contest: Si fueran ciegos, no tendran pecado. Pero ustedes dicen:
"Vemos", y esa es la prueba de su pecado
Jn 9, 41
[8]. Cuando l venga, mostrar claramente a la gente del mundo quien es pecador, quien
es inocente, y quien recibe el juicio de Dios
Jn 16, 8
Te perdona y te da su Amor.-
[8]. El Seor es ternura y compasin, lento a la clera y lleno de amor; [9] si se querella,
no es para siempre, si guarda rencor, es slo por un rato. [10]. No nos trata segn
nuestros pecados ni nos paga segn nuestras ofensas.
Sal 103, 8 - 10
[9]. Pero si confesamos nuestros pecados, l, que es fiel y justo, nos perdonar nuestros
pecados y nos limpiar de toda maldad.
1 Jn 1, 9
[31].Vendrn a este lugar los que son acusados de algn crimen y juran que son
inocentes. Cuando se presenten en esta Casa ante tu Altar, [32]. Escucha t desde los
cielos y haz justicia. Castiga al malo, haciendo recaer sobre l todo el mal que hizo;
pero declara inocente al que obr rectamente, premindolo segn tu justicia. [33].Si los
israelitas son derrotados por sus enemigos por haber pecado contra ti, pero luego
vuelven a ti y confiesan su pecado, rogando y suplicando en esta Casa, [34]. Escchalos
desde el cielo y perdona el pecado de Israel. Devulvelos a la tierra de sus padres.
1 R 8, 31 34
Confesin
Sal 51.4 51
Testimonio
Jn 10, 10
Ustedes hermanos me conocen y saben de donde vengo y como hasta hoy ha sido mi
vida, a pesar de esto y para la gloria de Dios, quiero compartir con ustedes todo lo que
ltimamente me ha ocurrido.
Ingres a trabajar a los 20 aos, desde esa poca, la empresa donde actualmente trabajo,
era de mucha influencia en la vida del pas, y la paga era muy buena.
Me cas, pero mi esposo viajaba mucho y por trabajo lleg a vivir en otra ciudad, lo que
me hizo sentir sola y por lo tanto libre de hacer con mi vida lo que se me viniera en
gana.
Dado que la paga en la empresa era buena, cada fin de semana, se reunan los
compaeros de trabajo para festejar cualquier acontecimiento hubiere o no razn para
ello.
Poco a poco me hice de amigas y amigos muy prximos y cercanos con los que todo
comparta, en especial el alcohol y el sexo.
La situacin cada vez fue mas fuerte y lleg el momento en que las reuniones de fin de
semana se ampliaron a cada da de la semana y mi rutina era ir a trabajar a las 7 de la
maana, salir a las 4 de la tarde, ir con el hombre que haba escogido pasar el resto del
da, tomar licor e ir a un hotel a pasar la noche con el.
Habr estado en esta vida mas de 20 aos, en alguna oportunidad me hicieron ver mi
mal comportamiento a lo que contestaba que cuando muera iba a "violar al demonio con
su trinche mas", pues la vida es para vivirla y para gozarla.
Ya se imaginarn hermanos los problemas que les traa a mis hijos, su madre siempre
con alcohol encima y llevando a casa a todos mis amantes, que ejemplo que les he dado
y en que abandono los he tenido.
Una vez, vino un hermano y me habl de Dios, que me amaba as como era, con mis
problemas; y me invit a asistir al grupo de oracin, esto me llam la atencin por lo
que hace unos das fui a su casa donde me esperaron 4 hermanos que oraron por mi, en
ese instante llor, sud, vi, mi vida como en una pelcula y la verdad que nada de lo que
vi, me gust.
A gritos ped perdn a Dios por todo lo que haba hecho, por haberme acostado con
hombres casados, por destruir hogares, por las orgas, por el alcohol, por el maltrato a
mis hijos.
Una vez que me seren, me invitaron a rendir mi vida a Cristo, lo hice y despus me
llevaron ante un sacerdote confesando mis pecados, finalmente me regalaron una Biblia.
Ese fue el primer da en muchos aos en que llegue temprano a casa (10 de la noche) y
no saba como entrar al barrio, tena vergenza de ver a los vecinos y a mis hijos.
Al da siguiente, fui a trabajar con mi Biblia en la mano, no tena otra defensa que esa,
me dedique a leer la Biblia, era como si hubiera despertado de una noche obscura.
Mi anterior vida no me dejaba tranquila, pues mis antiguos amantes me llamaban para
decirme que me haba pasado, para invitarme a salir a tomar y a "estar juntitos".
Todos ellos se molestaron cuando les dije que ya no poda seguir as, e incluso cuando
llego a trabajar los obreros me gritan obscenidades, lo que me hace sufrir mucho.
Doy gracias a Dios que me rescat de las garras del pecado, a los hermanos que oraron
por m y pido a ustedes sus oraciones para no caer nuevamente en mi vida pasada.
Oracin
4.- Segn lo que has escuchado en el tema, cules son las cuatro maneras en que
faltamos a Dios?
9.- Une las dos columnas indicando a qu pecado corresponde la cita bblica:
De pensamiento Rm 1, 18
De palabra Lc 6, 46
De obra Jn 8, 15
De omisin Ef 4, 29
10.- Has puesto tu confianza alguna vez en la lectura de las cartas, curanderismo,
brujera, horscopos, amuletos, adivinacin o cualquier otra forma de ocultismo, aunque
sea por curiosidad o por juego?
Este buen hombre probablemente se fue a casa ese da muy satisfecho con la afirmacin
del Seor. Pero l tena en realidad un pequeo problema: Jess le dijo que no estaba
lejos del Reino de Dios, pero tampoco le haba dicho que estaba adentro. Ese malen-
tendido podra costarle mucho, lo mismo que a nosotros.
Nosotros podemos estar en la puerta del Reino de Dios, asomarnos y ver lo que
ocurre dentro. Podemos incluso contagiarnos del ambiente de fiesta reinante y hasta
imitar muy bien lo que hacen los invitados a la fiesta de las bodas del Cordero, pero en
realidad lo que cuenta es estar adentro. No vale quedarse en el umbral y estar a slo un
paso...
Salvados! De qu?
La salvacin. Esta es una palabra que para la mayora est asociada a un futuro
extremadamente lejano y apartado por tanto de la propia experiencia. Es ms,
simplemente, la vemos como algo que disfrutaremos en el ms all, es decir, despus de
la muerte.
Por ello muchos prefieren no escuchar sobre el tema porque lo ven semejante a aceptar
un cheque en el que dice: pguese despus de muerto.
Es cierto que la mejor parte de la salvacin que gan Cristo para nosotros se va a hacer
efectiva cuando participemos de su gloria como coherederos que somos con l (Cf. Rm
8, 17). Pero es igualmente cierto que Jess nos quiere liberar y salvar de muchsimas
situaciones que se convierten aqu en este mundo (en el ms ac) en ataduras para
nosotros.
Y de qu ataduras terrenales nos salva Jess?
De todas, para empezar. Jess nos salva es decir, nos hace libres de nuestros
temores, que pueden ser a muchas cosas; por ejemplo, al futuro, o a perder algo que
consideramos valioso, de dejar cosas y hbitos a los que nos sentimos apegados. De
qu temes actualmente desprenderte?
Tambin nos libra el Seor de nuestro egosmo, de ese Yo que nunca est satisfecho y
pide cada vez ms. Jess nos salva adems del mundo de las apariencias y la mentira en
que muchas veces vivimos, y que nos obliga a llevar siempre mscaras puestas: mscara
de ser fuertes, exitosos, felices, alegres, santos, ejemplares... Jess es la Verdad y har
que nos aceptemos, que seamos nosotros mismos y vivamos as en la Verdad.
Nos salva tambin Jess de nuestra vida sin sentido, sin lmites, sin dignidad, dominada
por el deseo de placer, de acumular poder y dinero, dioses que nos ofrecen una
ilusoria felicidad y seguridad, que terminan por esclavizamos y nos llevan irremediable-
mente a la muerte:
Otros la reciben [la Palabra] como entre espinos: stos han escuchado la Palabra, pero
luego sobrevienen las preocupaciones de esta vida, las promesas engaosas de la
riqueza y las dems pasiones, y juntas ahogan la Palabra, que no da fruto
Mc 4, 1819
Pero no slo son las ataduras personales y terrenales las que nos afectan. Jess, a travs
de su muerte en la cruz y de su gloriosa resurreccin, venci a los enemigos ms
terribles que tenemos: el pecado, la muerte y Satans.
a) El pecado. El que comete pecado termina volvindose su esclavo. Slo Jess puede
libramos de este enemigo que nos acecha y domina, y que no podemos vencer por
nuestras propias fuerzas:
En verdad, en verdad les digo: el que vive en el pecado es esclavo del pecado. Pero el
esclavo no se quedar en la casa para siempre; el hijo, en cambio, permanece para
siempre. Por tanto, si el Hijo los hace libres, ustedes sern realmente libres (Jn 8, 34
36).
El Hijo del Dios vivo tuvo que pasar por la muerte misma para poder derrotarla y anular
su efecto y dominio sobre nosotros:
Cuando nuestro ser corruptible se revista de su forma inalterable y esta vida mortal sea
absorbida por la inmortal, entonces se cumplir la palabra de la Escritura: Qu victoria
tan grande! La muerte ha sido devorada. Dnde est, OH muerte, tu victoria? Dnde
est, OH muerte, tu aguijn? El aguijn de la muerte es el pecado... Pero demos gracias
a Dios que nos da la victoria por medio de Cristo Jess, nuestro Seor (1 Cor. 15, 2 1
22.5457).
Su sangre derramada por todos nosotros es la gran arma que tenemos los creyentes en
Cristo para vencer al Maligno y librarnos de su opresin:
Pues echaron al acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba da y noche ante
nuestro Dios. Ellos lo vencieron con la sangre del Cordero, con su palabra y con su
testimonio, pues hablaron sin tener miedo a la muerte
Ap. 12, 1011.
La salvacin es algo serio
Hablar de salvacin eterna suena para algunos, ya lo hemos dicho, como algo muy
distante y adems es una expresin que ya hemos escuchado cientos de veces, que a
algunos ya casi no les conmueve orla porque se han habituado a ella.
As pasa con alguien cuando se enfrenta con la muerte cara a cara y siente el peligro
como algo real, palpable. Proclama as, como el salmista: Yo te alabo, Seor, porque
me has librado... Me libraste del abismo, me reanimaste cuando estaba a punto de
morir... T cambiaste mi luto en danzas, por eso te canto sin descanso: Seor, Dios mo,
te dar gracias por siempre (Salmo 30).
Si pretendisemos calcular el valor de esta redencin realizada por Cristo, tenemos una
parbola que nos puede ser til. Es la parbola del funcionario que no quiso perdonar
(Cf. Mt 18, 23 35).
En ella, resumiendo, Jess nos dice que el Padre nos perdon una deuda de diez mil
talentos. Hay que tener en cuenta que el salario diario en ese entonces era de un denario,
y que un talento corresponda a seis mil denarios, es decir, seis mil das de trabajo. Diez
mil talentos, pues, equivala a 60 millones de das de trabajo (ms de 164 mil aos), que
es lo que tendramos que trabajar si quisiramos pagarle al Seor la deuda de la que
nos redimi, lo que significa en realidad que es algo incalculable e imposible para
nosotros.
Somos realmente conscientes de lo que Cristo logr para nosotros, de lo que significa
su salvacin?
Cmo sera de inmenso nuestro pecado y nuestra miseria humana, que fue necesario
que el mismo Hijo de Dios se encarnara y diera su vida en una cruz como si se tratase
de un criminal, y resucitara al tercer da, para que pudisemos ser salvos. Jess nos
salv de la muerte eterna, consecuencia de nuestro pecado. Por voluntad del Padre,
Cristo nos ha liberado del pecado, del poder del mal y de la muerte al convertimos de
simples criaturas en verdaderos hijos de Dios, y por lo tanto herederos de la gloria
eterna:
En Cristo Dios nos eligi antes de que creara del mundo, para estar en su presencia
santos y sin mancha. En su amor nos destin de antemano para ser hijos suyos en
Jesucristo y por medio de l Ef 1,4-5
Slo Jess puede llenar el vaco que hay en nuestro ser: Les dejo la paz, les doy mi
paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes
angustia ni miedo (Jn. 14, 27).
A lo largo de nuestra vida quizs hemos buscado todas las alternativas posibles para
llenar nuestro vaco. Hemos acudido a tantas fuentes, intentando los medios ms
diversos para obtener a un precio muy bajo nuestro ansiado bienestar. Lo buscamos en
la tranquilidad, las comodidades, el dinero, la buena vida, en la seguridad que
significaban las amistades poderosas e influyentes. Acudimos quizs a curanderos,
brujos, al ocultismo y otras fuentes opuestas a la voluntad de Dios. Cualquier cosa antes
que rendir nuestra vida al Seor.
No fue fcil por ello para los israelitas emprender su camino hacia la libertad. Ellos
vivan como esclavos en Egipto, sometidos a trabajos forzados: Los egipcios los
sometieron a una dura esclavitud y les hicieron la vida imposible (Ex 1, 1314).
Cuando Moiss y Aarn, por orden del Seor, se presentaron ante el Faran y le dijeron
que deje ir a su pueblo escogido, ste respondi: Quin es el Seor para que yo le
obedezca y deje salir a Israel? Ni conozco al Seor ni dejar salir a Israel (Ex 5, 2).
Ante su negativa, el Seor realiz grandes prodigios y seales, y tras ellas, libr a su
pueblo de la esclavitud en que haban cado. Sin embargo, una vez ya libres, en el
desierto, sintieron hambre, y murmuraron contra Moiss y Aarn, dicindoles:
Ojal el Seor nos hubiera hecho morir en Egipto, cuando nos sentbamos junto a las
ollas de carne y nos hartbamos de pan Ex. 16, 3
El Seor les dar carne para comer. Ms an, no la comern un da, ni dos, ni cinco, ni
diez, ni veinte, sino un mes entero, hasta que les produzca asco y la vomiten, por haber
despreciado al Seor que est en medio de ustedes, y haber llorado en su presencia,
diciendo: i,Por qu hemos salido de Egipto?
Nm. 11, 1820.
Sin embargo, ese pueblo tuvo que aprender a tener fe en su Dios, de tal manera que
tuvieron que vivir de esa fe. Andaban por un desierto donde no haban caminos
trazados, donde no podan sembrar ni criar ganado, esperando cada da su racin de
man, la cual tampoco podan ni siquiera juntar para el da siguiente, si es que algo
sobraba, porque se podra
Cf. Ex 16, 1920.
La libertad se conquista a fuerza de sacrificios, y es ms difcil an mantenerla.
Cuntas veces hemos querido romper las cadenas de nuestro egosmo, orgullo,
resentimientos, hbitos descontrolados, supersticiones, y no lo hemos logrado? Es que
hemos sido nosotros mismos los que quisimos libramos! Y eso no era posible. Para
nadie lo es.
Slo Jess salva: Si el Hijo los hace libres, ustedes sern realmente libres (Jn 8, 36).
Crees verdaderamente que Cristo es el nico que puede salvarte? Ests dispuesto a
permitirle hacerte libre y aventurarte a iniciar el camino de tu salvacin?
Jess es el nico que puede romper tus cadenas, y eso t lo sabes. Si no le permites
liberarte de ellas, eso significar que ests renunciando a tu dignidad como hijo de Dios
y prefieres seguir con esas cadenas, quizs porque son tus excusas para no servirle.
Pero tampoco cabe slo sentir una gran admiracin y emocin: , Qu gran acto de
amor el de Jess, cunto me quera! .
Por nuestro Bautismo, todos recibimos nuestro boleto ganador. No son slo unos
suertudos los beneficiados, sino todos los bautizados: De modo que ya no eres
esclavo, sino hijo, y siendo hijo, Dios te da la herencia (Gal 4, 7).
Alcanzar esta salvacin requiere entonces de nuestra fe decidida, creer que Jess nos
salv y pelear si es preciso para alcanzarla, pues la poca de la Ley y de los Profetas se
cerr con Juan. Desde entonces se est proclamando el Reino de Dios, y cada cual se
esfuerza por conquistarlo (Lc 16, 16). San Agustn deca al respecto: Dios, que me
cre sin mi, no me salvar sin m.
Con la fe de Mara
En esta escuela de fe que es la vida misma, tenemos que aprender a tomar decisiones:
saber decir s cuando el Seor necesita nuestra aceptacin, y tambin saber decir no
cuando la tentacin del pecado y el desaliento nos acechen.
La vida de Mara fue siempre un darse por completo y sin dudas a hacer la voluntad de
Dios. Ella, a pesar de su juventud, supo decir que s al llamado de Dios, conociendo la
tremenda responsabilidad que su aceptacin significaba. Su respuesta humilde permiti
que el plan de Dios se realice en su vida: Hgase en m tal como has dicho (Lc 1, 38).
Por ello, inmediatamente se puso en marcha para ir en busca de su prima Isabel, quien,
reconociendo su fe, exclam a Mara: Dichosa t por haber credo que se cumpliran
las promesas del Seor! (Lc 1, 45).
Ella estuvo, por su fe, firme al pie de la cruz de su Hijo, soportando esos terribles
momentos en que una espada atravesaba su alma (Cf. Lc 2, 35). Y con esa misma fe
permaneci junto a los discpulos alentndolos en el cenculo: Todos ellos
perseveraban juntos en la oracin en compaa de algunas mujeres, de Mara, la madre
de Jess...
Hch 1, 14
La Iglesia por ello ve a Mara como un autntico modelo de fe vivida. Aprendamos de
su fe y de sus respuestas a los llamados del Seor.
Tampoco son solucin a nuestros problemas las fuerzas ocultas. A travs del ocultismo,
lo nico que lograremos es ponernos argollas de hierro y pesadas cadenas que nos
reducirn a una condicin infra -humana.
De nada te servir ser muy religioso si adems te haces leer las cartas, consultas a los
muertos, acudes a brujos, hechiceros o chamanes para practicar conjuros, mesadas,
amarres, limpias, o portas amuletos y ekekos, o te involucras en falsas religiones como
el Mahikari o la Nueva Era.
Slo Jess salva. l no puede ser uno ms, y ni siquiera el primero. Jess tiene
que ser tu nico Salvador, o no lo es. Slo Jess puede salvarte integralmente; es
decir, salvar tu cuerpo, alma y espritu. Recin cuando la salvacin es integral, de todo
el ser, entonces es real.
Por ello, el Seor te reclama el da de hoy que renuncies a cualquier otro medio de
salvacin, y te invita a que recibas la salvacin que slo Cristo Jess puede darte. El no
te obligar a hacerlo.
Es una decisin que t mismo, como persona libre, gracias a Cristo, debes tomar. Recibe
esa vida en abundancia que te ofrece Cristo, para que as puedas dar autnticas seales
de vida.
No te quedes en el umbral. Crzalo. Dale a Cristo la gran alegra de ver que en ti, su
sacrificio, muerte y resurreccin no fueron en vano, sino que lograron el efecto tan
esperado por El: tu salvacin, pues habr ms alegra en el cielo por un solo pecador
que vuelve a Dios que por noventa y nueve Justos que no tienen necesidad de
convertirse (Lc 15, 7).
Mira que estoy a la puerta y llamo: si uno escucha mi voz y me abre, entrar en su casa
y comer con l y l conmigo
Ap 3, 20
As am Dios al mundo: le dio al Hijo nico, para que quien cree en l no se pierda,
sino que tenga vida eterna
Jn 3, 16
Porque te salvars si confiesas con tu boca que Jess es Seor y crees con tu corazn
que Dios lo ha resucitado de entre los muertos
Rm 10, 9
Conclusin del tema
Todos necesitamos de la Salvacin que slo Jesucristo nos ofrece.
Esta salvacin se empieza a manifestar en nuestra vida desde el momento en que lo
recibimos como nuestro Salvador, liberndonos de todas las ataduras que nos
impiden ser verdaderamente libres.
Para ello, tenemos que proclamarlo por la fe como Salvador nuestro.
Citas Bblicas
3. (16) Pues tanto am Dios al mundo, que dio a su Hijo nico, para que todo
aquel que cree en El no muera, sino que tenga vida eterna, (17) Porque Dios no
envi a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de
l.
Jn 3, 16-17
Desobediencia
1 Cor 15. 56
12. [7].Entonces se desat una batalla en el cielo: Miguel y sus ngeles combatieron
contra el dragn. Lucharon el dragn y sus ngeles, [8].Pero no pudieron vencer, y ya
no hubo lugar para ellos en el cielo. [9].El dragn grande, la antigua serpiente, conocida
como el Demonio o Satans, fue expulsado; el seductor del mundo entero fue arrojado a
la tierra y sus ngeles con l.
Ap. 12, 7 9
(4) Pero la serpiente le dijo a la mujer; no es cierto, no morirn. (5) Dios sabe muy bien
que cuando ustedes coman del fruto de este rbol podrn saber lo que es bueno y lo que
es malo y que entonces sern como Dios. (6) La mujer vio que el fruto del rbol era
hermoso y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. As que cort
uno de los frutos y se lo comi. Luego le dio a su esposo y el tambin comi (7) En ese
momento se les abrieron los ojos, los dos se dieron cuenta que estaban desnudos.
Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.
Gen 3, 4 -7
Promesa
[15].Har que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te
pisar la cabeza mientras t herirs su taln
Gn 3, 15
Cumplimiento de la promesa
Lc 2.11
[21].T eres el que pondrs el nombre al hijo que dar a luz. Y lo llamars Jess, porque
l salvar a su pueblo de sus pecados. [23].La virgen concebir y dar a luz un hijo, y
le pondrn por nombre Emmanuel, que significa: Dios-con-nosotros.
Mt 1, 21, 23.
Jn 18, 37
24. [5].Estaban tan asustadas que no se atrevan a levantar los ojos del suelo. Pero ellos
les dijeron: Por qu buscan entre los muertos al que vive? [6].No est aqu. Resucit.
Acurdense de lo que les dijo cuando todava estaba en Galilea: [7].El Hijo del Hombre
debe ser entregado en manos de los pecadores y ser crucificado, y al tercer da
resucitar.
Lc 24,5 - 7
[21].Dios hizo cargar con nuestro pecado al que no cometi pecado, para que as
nosotros participramos en l de la justicia y perfeccin de Dios.
2 Cor 5, 21
3. [17].Dios no envi al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve
el mundo gracias a l.
Jn 3.17
[36] Sepa entonces con seguridad toda la gente de Israel, que Dios ha hecho Seor y
Cristo a este Jess a quien ustedes crucificaron.
Hch 2, 36.
[9].Por eso Dios lo engrandeci y le dio el Nombre que est sobre todo nombre, [10]
para que al Nombre de Jess se doble toda rodilla en los cielos, en la tierra y entre los
muertos, [11].y toda lengua proclame que Cristo Jess es el Seor, para gloria de Dios
Padre.
Flp 2, 9 11
15. [55] Dnde est, OH muerte, tu victoria? Dnde est, OH muerte, tu aguijn?
1 Co 15, 55
Col 2, 14.
6. [6].Como ustedes saben, el hombre viejo que est en nosotros ha sido crucificado con
Cristo. Las fuerzas vivas del pecado han sido destruidas para que no sirvamos ms al
pecado. [7].Hemos muerto, no es cierto? Entonces ya no le debemos nada. [8].Pero si
hemos muerto junto a Cristo, debemos creer que tambin viviremos con l. [9].Sabemos
que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere ms; desde ahora la
muerte no tiene poder sobre l. [10].As, pues, hay una muerte y es un morir al pecado
de una vez para siempre. Y hay un vivir que es vivir para Dios. [11].As tambin ustedes
deben considerarse a s mismos muertos para el pecado y vivos para Dios en Cristo
Jess. [12].No dejen que el pecado tenga poder sobre este cuerpo -es un muerto!- y no
obedezcan a sus deseos. [3].No le entreguen sus miembros, que vendran a ser como
malas armas al servicio del pecado. Por el contrario, ofrzcanse ustedes mismos a Dios,
como quienes han vuelto de la muerte a la vida, y que sus miembros sean como armas
santas al servicio de Dios. [14].El pecado ya no los volver a dominar, pues no estn
bajo la Ley, sino bajo la gracia.
Rom 6, 6 - 14
1. [18].Porque el lenguaje de la cruz resulta una locura para los que se pierden; pero
para los que se salvan, para nosotros, es poder de Dios. [21].Pues el mundo, con su
sabidura, no reconoci a Dios cuando pona por obra su sabidura; entonces a Dios le
pareci bien salvar a los creyentes con esta locura que predicamos.
1 Co 1.18, 21
[1].Cristo nos liber para ser libres. Mantnganse, pues, firmes y no se sometan de
nuevo al yugo de la esclavitud. [5].A nosotros, en cambio, el Espritu nos da la
conviccin de que por la fe seremos tales como Dios nos quiere. [13].Nuestra vocacin,
hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne,
sino del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros.
Gal 1, 5, 13
[12].Y que den gracias al Padre que nos prepar para recibir nuestra parte en la
herencia reservada a los santos en su reino de luz. [13].El nos arranc del poder de las
tinieblas y nos traslad al Reino de su Hijo amado.
Col 1, 12-13
[15].Y les dijo: Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la
creacin. [16].El que crea y se bautice se salvar; el que se niegue a creer se condenar.
[17].Estas seales acompaarn a los que crean: en mi Nombre echarn demonios y
hablarn nuevas lenguas; [18] tomarn con sus manos serpientes y, si beben algn
veneno, no les har dao; impondrn las manos sobre los enfermos y quedarn sanos.
Mc 16, 15 18.
[19] No saben que su cuerpo es templo del Espritu Santo que han recibido de Dios y
que est en ustedes? Ya no se pertenecen a s mismos. [20].Ustedes han sido comprados
a un precio muy alto; procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la gloria de Dios.
1 Cor 6, 19 20
12. [3].Ahora les digo que ninguno puede gritar: Maldito sea Jess! si el espritu es
de Dios; y nadie puede decir: Jess es el Seor!, sino con un espritu santo.
1 Cor 12, 3
Del pecado
3. [25].Dios lo puso como la vctima cuya sangre nos consigue el perdn, y esto es obra
de fe. As demuestra Dios cmo nos hace justos, perdonando los pecados del pasado
Rm 3, 25
Hb 4, 15.
[16].Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que sean
sanados.
Stg 5, 16.
8. [34].Jess les contest: En verdad, en verdad les digo: el que vive en el pecado es
esclavo del pecado. [35].Pero el esclavo no se quedar en la casa para siempre; el hijo,
en cambio, permanece para siempre. [36].Por tanto, si el Hijo los hace libres, ustedes
sern realmente libres.
Jn 8, 34 36
Mi 7, 19.
19. [25].Los discpulos, al escucharlo, se quedaron asombrados. Dijeron: Entonces,
quin puede salvarse? [26].Fijando en ellos su mirada, Jess les dijo: Para los
hombres es imposible, pero para Dios todo es posible.
Mt 19.25-26
[3] Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jess nuestro Seor, que nos ha bendecido en el
cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales! [4].En Cristo Dios nos eligi
antes de que creara el mundo, para estar en su presencia santos y sin mancha. En su
amor [5] nos destin de antemano para ser hijos suyos en Jesucristo y por medio de l.
As lo quiso y le pareci bien [6].Sacar alabanzas de esta gracia tan grande que nos
haca en el Bien Amado. [7].En l y por su sangre fuimos rescatados, y se nos dio el
perdn de los pecados, fruto de su generosidad inmensa [8].- [9].que se derram sobre
nosotros. Ahora nos ha dado a conocer, mediante dones de sabidura e inteligencia, este
proyecto misterioso suyo, fruto de su absoluta complacencia en Cristo. [10].Pues Dios
quiso reunir en l, cuando llegara la plenitud de los tiempos, tanto a los seres celestiales
como a los terrenales.
Ef. 1, 3 10.
1 Cor 6, 12 20
[26].Llegaron a la tierra de los gerasenos, que se halla al otro lado del lago, frente a
Galilea. [27].Acababa Jess de desembarcar, cuando vino a su encuentro un hombre de
la ciudad que estaba posedo por demonios. Desde haca mucho tiempo no se vesta ni
viva en casa alguna, sino que habitaba en las tumbas. [28].Al ver a Jess se puso a
gritar y se ech a sus pies. Le deca a voces: Qu quieres conmigo, Jess, hijo del
Dios Altsimo? Te lo ruego, no me atormentes. [29].Es que Jess ordenaba al espritu
malo que saliera de aquel hombre. En muchas ocasiones el espritu se haba apoderado
de l y lo haba llevado al desierto. En esos momentos, por ms que lo ataran con
cadenas y grillos para someterlo, rompa las ataduras. [30].Jess le pregunt: Cul es
tu nombre? Y l contest: Multitud. Porque muchos demonios haban entrado en l;
[31].y rogaban a Jess que no les ordenara volver al abismo. [32].Haba en ese lugar un
gran nmero de cerdos comiendo en el cerro. Los demonios suplicaron a Jess que les
permitiera entrar en los cerdos, y l se lo permiti. [33].Salieron, pues, del hombre para
entrar en los cerdos, y toda la piara se precipit de lo alto del acantilado, ahogndose en
el lago. [34].Al ver los cuidadores lo que haba ocurrido, huyeron y llevaron la noticia a
la ciudad y a los campos. [35].La gente sali a ver qu haba pasado y llegaron a donde
estaba Jess. Encontraron junto a l al hombre del que haban salido los demonios,
sentado a sus pies, vestido y en su sano juicio. Todos se asustaron. [36].Entonces los que
haban sido testigos les contaron cmo el endemoniado haba sido salvado. [37].Un
miedo muy fuerte se apoder de ellos y todo el pueblo del territorio de los gerasenos
pidi a Jess que se alejara. Cuando Jess subi a la barca para volver, [38].el hombre
del que haban salido los demonios le rogaba que lo admitiera en su compaa. Pero
Jess lo despidi dicindole: [39]. Vulvete a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha
hecho por ti. El hombre se fue y public en la ciudad entera todo lo que Jess haba
hecho por l.
Lc 8, 26 39
3 [16] No saben que son templo de Dios y que el Espritu de Dios habita en ustedes? Si
alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruir a l. El templo de Dios es sagrado,
y ese templo son ustedes.
1 Cor, 16 -17
5. [3] Al mismo tiempo nos sentimos seguros incluso en las tribulaciones, sabiendo que
la prueba ejercita la paciencia, [4] que la paciencia nos hace madurar y que la madurez
aviva la esperanza, [5] la cual no quedar frustrada, pues ya se nos ha dado el Espritu
Santo, y por l el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.
Rom 5,3 -5
[8].Pero Dios dej constancia del amor que nos tiene: Cristo muri por nosotros cuando
todava ramos pecadores. [9].Con mucha ms razn ahora nos salvar del castigo si,
por su sangre, hemos sido hechos justos y santos. [10].Cuando ramos enemigos,
fuimos reconciliados con l por la muerte de su Hijo; con mucha ms razn ahora su
vida ser nuestra plenitud.
Rom 5, 8 10
Rom 8, 31 39
Renovacin interior
12. [1].Les ruego, pues, hermanos, por la gran ternura de Dios, que le ofrezcan su propia
persona como un sacrificio vivo y santo capaz de agradarle; este culto conviene a
criaturas que tienen juicio. [2].No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino
ms bien transfrmense a partir de una renovacin interior. As sabrn distinguir cul es
la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.
Rom 12, 1 - 2
3. [21].Ustedes reconocen en esto la figura del bautismo que ahora los salva; no
esperaban de l una limpieza corporal, sino que pidieron a Dios una renovacin interior
por medio de la resurreccin de Cristo Jess.
1 P 3.21
14. [7].De hecho, ninguno de nosotros vive para s mismo y ninguno muere para s
mismo. [8].Si vivimos, vivimos para el Seor, y si morimos, morimos para el Seor.
Tanto en la vida como en la muerte pertenecemos al Seor. [9].Por esta razn Cristo
experiment la muerte y la vida, para ser Seor de los muertos y de los que viven.
Rom 14, 7 9
Te da su amor
1. [5].y de parte de Cristo Jess, el testigo fiel, el primer nacido de entre los muertos, el
rey de los reyes de la tierra. El nos ama
Ap. 1, 5
Te libra de la muerte
56 [13].No me olvido, OH Dios, de mis promesas, te ofrecer sacrificios para darte
gracias, [14] porque me sacaste de la muerte; no dejaste que diera un paso en falso. En
presencia de Dios seguir caminando a la luz de los vivos.
Te da gozo y alegra
25. [9].Entonces dirn: Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperbamos que nos
salvara; ste es Yav, en quien confibamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos
porque nos ha salvado;
Is 25.9
45. [17].Israel en cambio ser salvado para siempre, y sus hijos no sufrirn ms
vergenza ni deshonra, nunca jams.
Is 45.17
Te da prosperidad
60. [16].Te alimentars con la leche de las naciones y sers amamantada con la riqueza
de los reyes. Y conocers, entonces, que yo, Yav, soy tu Redentor, y que el Campen
de Jacob es tu Salvador.
Is 60.16
Te da la victoria final
10. [22].Ustedes sern odiados por todos por causa ma, pero el que se mantenga firme
hasta el fin, se se salvar.
Mt 10.22
Te da certeza
Jn 4.42
Te da el Pan de vida
10. [9].Yo soy la puerta: el que entre por m estar a salvo; entrar y saldr y encontrar
alimento.
Jn 10.9
No te condena
12. [47].Si alguno escucha mis palabras y no las guarda, yo no lo juzgo, porque yo no
he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo.
Jn 12.47
Te da la proteccin de su Nombre
4. [12].No hay salvacin en ningn otro, pues bajo el cielo no se ha dado a los hombres
ningn otro Nombre por el que debamos ser salvados.
Hch 4.12
Te da la conversin
5. [31].Dios lo exalt y lo puso a su derecha como Jefe y Salvador, para dar a Israel la
conversin y el perdn de los pecados.
Hch 5.31
Te da su Gracia
2. [5].Estbamos muertos por nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: por pura
gracia ustedes han sido salvados!
Ef 2.5
Da salvacin a su Iglesia
Ef 5.23
Te da Fe
10. [10].La fe del corazn te procura la verdadera rectitud, y tu boca, que lo proclama,
te consigue la salvacin.
Ro 10.10
11. [26] entonces todo Israel se salvar, segn dice la Escritura: De Sin saldr el
libertador que limpiar a los hijos de Jacob de todas sus faltas. [27].Y sta es la alianza
que yo har con ellos despus de borrar todos sus pecados.
Ro 11.26-27
Te da conocimiento de la verdad
2. [3].Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador, [4]. Pues l quiere que todos los
hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
1 Ti 2. 3-4
2. [10].Por eso lo soporto todo por el bien de los elegidos, para que tambin ellos
alcancen la salvacin que se nos dio en Cristo Jess y participen de la gloria eterna.
2 Ti 2.10
5. [9].Y ahora, llegado a su perfeccin, es fuente de salvacin eterna para todos los que
le obedecen,
Heb 5.9
Te da su Palabra
1. [21].Por eso, rechacen la impureza y los excesos del mal y reciban con sencillez la
palabra sembrada en ustedes, que tiene poder para salvarlos.
Stg 1.21
[1].Carta de Simen Pedro, servidor y apstol de Cristo Jess, a todos aquellos que
tuvieron la suerte, como la tuvimos nosotros, de recibir una fe tan preciosa y de ser
renovados por nuestro Dios y Salvador Jesucristo. [11].y se les facilitar generosamente
la entrada al reino eterno de nuestro Seor y Salvador, Cristo Jess.
2 P 1.1, 11
Qu hacer
10. [9].Porque si confiesas con tu boca que Jess es Seor y crees en tu corazn que
Dios lo resucit de entre los muertos, sers salvo.
Rom 10, 9
1. [25].Al nico que nos salva por medio de Cristo Jess nuestro Seor, a l sea gloria,
honor, fuerza y poder desde antes de todos los tiempos, ahora y por todos los siglos.
Amn.
JUD 1, 25
Testimonio
2. [5].Estbamos muertos por nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: por
pura gracia ustedes han sido salvados!
Ef. 2, 5
Hermanos, quiero dar gracias a Dios nuestro Seor, por lo que ha hecho por mi la
semana pasada, hasta ahora se me hace difcil comprender como ocurri todo, pero
estoy muy agradecido a Dios por salvar no solo mi vida, si no la de toda mi familia.
Mi vida no ha sido fcil, desde nio tuve muchos problemas lo que marc mi vida, me
case, ingres a trabajar en la empresa y he venido llevando una vida normal, si es que
por normal se entiende que tena esposa, dos hijos, y simultneamente un compromiso
con otra mujer con la que tambin he tenido un hijo.
Mis relaciones familiares con mi esposa, mis hijos; mi amante y mi hijo, han sido
gobernadas por la violencia, el licor y la poca atencin que les he brindado. Cuando
tomo licor me vuelvo muy violento, no respondiendo de mis actos, pagando las
consecuencias mis familias.
Siempre he sido muy catlico, muy creyente, en el trabajo siempre celebraba cuanta
fiesta religiosa hubiera oportunidad, era el primero en organizar la fiesta, en llamar al
sacerdote, mandar hacer una misa y al finalizar sta, comprar licor y emborracharme
con los compaeros de trabajo, agredir a alguno de ellos porque me mir mal, para
despus ir a los burdeles o salir con alguna "amiga", y finalmente escoger si ir a mi casa
o a "visitar" a mi amante, total la vida es para vivirla.
En una oportunidad lleg de otra sede de la empresa uno de mis jefes que por razones
de trabajo se ha quedado con nosotros por algn tiempo, l le hablaba del amor de Dios
a cuanta persona se le cruzara por su camino, y entre ellos yo escuch lo que el deca
pero no le tom mayor importancia.
Un da a eso de las 10 de maana tom conocimiento que mi amante me era infiel, pues
mantena una relacin amorosa con otro hombre y eso no poda ser, ella debera ser fiel
a mi, su hombre. Dado lo violento que era, tom una rpida determinacin que ella
debera morir por infiel, pero lgicamente, yo debera salir libre de toda sospecha.
Ya eran las 2 de la tarde, cuando me dirig a las oficinas donde trabajaba el jefe del que
les he hablado, y me le acerque y me puse a conversar con el, me pregunt que era lo
que me pasaba, que me vea muy tenso, le dije que nada que yo era as, y finalmente le
pregunt que deba hacer un hombre al cual su amante le haba sido infiel.
Su respuesta fue simple, dejarla ya era casado, me hablo de la fidelidad, del amor; le
replique que exista un hijo me dijo que lo atienda pero que deje la doble vida, me
pregunt si era mi caso, le dije que no, que era el caso de un amigo.
En ese instante la mente se me "ilumin" y le pregunt que a que hora sala del trabajo,
me dijo que a las 4.30, por lo que le pregunt si le poda decir loquito, que eso era mas
familiar, me dijo que no tena ningn problema, entonces invit al loquito a ir a una
cantina despus de la hora de salida.
Ante esto l me dijo que de acuerdo, pero en un sitio donde haba gente muy
alegre, donde se bailaba mucho, le pregunt si haban mujeres, si, me dijo, hay muchas
mujeres, todas alegres, hay licor? pregunt, mucho me dijo, entonces me frot las
manos, y le dije correcto all estoy a las 4.30
Todo estaba hecho, mi plan estaba saliendo de maravilla, como me haba dado las
seales de donde quedaba ese lugar de diversin, fui pero no ingres, si no que miraba
de lejos, mas o menos a las 4.45 lleg, mir, no me vio, e ingres por una puerta que
queda cerca a un convento.
Cruce la calle para esperar un carro, pero la mirada se me iba hacia la puerta, algo me
llamaba, como si me dijeran, ven, pas un carro de servicio pblico, par y lo dej ir,
esto me ocurri como tres o cuatro veces, y nuevamente el impulso de ir hacia la puerta
por donde haba entrado el loquito.
Pude ver al loquito, quien me invit a sentarme al costado suyo, para esto los bailes
haban cesado y empezaron a concentrarse y hablar de Dios, cada uno en su sitio, le
daban gracias, le pedan cosas y de repente los que dirigan el grupo se me acercaron y
pusieron sus manos en mi cabeza.
Los que dirigan el grupo pidieron que se de testimonio de lo que Dios haba hecho en
ese instante, el loquito se me acerc y me dijo; cuando fuiste a mi oficina estabas tenso,
ahora estas feliz, como si todo fuera distinto, debes dar tu testimonio, casi lloro y le dije
que no, no estaba preparado.
El loquito solo me dijo, mira cuanto te ama Dios que no ha permitido que hagas todo
eso, eres como Moiss, salvado de las aguas de un ro de pecado.
Esa noche, fui a mi casa y me sent a ver televisin con mis hijos, ellos me miraban con
temor, yo los llam y los abrace, y llorando los besaba y daba gracias a Dios por
haberme salvado de hacer todo lo que tena pensado, mis hijos me preguntaron que me
pasaba, por que lloraba, y solo poda decirles Dios nos ha salvado.
Si con tu boca reconoces a Jess como El Seor, y con tu corazn crees que Dios lo
resucit de entre los muertos, sers salvo.
ROM 10, 9
Hoy da reconozco que sin merecerlo y por amor, Dios Padre re envi para
redimirnos del pecado, reconozco tambin que solo por accin del Espritu Santo,
podr lograr mi conversin.
Hoy da Seor, renuncio al mal, a sus obras, y te pido de corazn no me dejes caer en
tentacin y me liberes del demonio y de sus asechanzas.
Hoy da Seor, te entrego mi vida, mis problemas, mis gozos, mis necesidades, mis
carencias, mis temores, mi familia, mis capacidades, mi trabajo, mis sueos, mi
pasado, mi presente, mi futuro, te entrego todo lo que soy y todo lo que tengo, me
consagro a tu servicio, y como Mara te digo; hgase en mi segn tu voluntad.
Te pido Seor que como alfarero, me hagas de nuevo, te invito a que mores en m y
me hagas templo de tu Santo Espritu.
Gracias Seor porque s que desde hoy, cambia mi vida, a partir de hoy nazco de
nuevo, porque por tu Sangre has perdonado mis pecados y los has clavado en la
Cruz, y me das la condicin de Hijo de Dios.
Por todo esto, te doy gracias, gracias Seor, bendito, alabado, adorado y glorificado
seas por toda la eternidad, gracias por tu perdn, por tu comprensin, por tu
misericordia, por tu amor.
Gracias, Seor.
Cuestionario
8. Responde:
La fe no espera ver para creer
La fe es no entender las cosas que creo
La fe no tiene que ver con la vida diaria
La fe es una ideologa o filosofa
10. Qu debemos hacer para ser salvados y recibir el don del Espritu Santo? (Hch 2,
38)
FE Y CONVERSIN
Tema 04
Sabemos que Jess ya nos salv, pero no hemos experimentado todos los frutos de la
salvacin en nuestra vida y en el mundo.
l ya nos salv y nos dio la Nueva Vida, lo que hace falta es que nosotros aceptemos y
recibamos lo que Jess ha ganado para nosotros.
Qu debemos hacer para vivir la vida de Jess? Le pregunt aquella multitud a Pedro
la maana gloriosa de Pentecosts (Hch 2,38). La fe y la conversin es lo nico que
nosotros necesitamos para vivir la nueva vida de Dios que nos trae Jess.
LA FE
Ciertamente slo Jess salva, pero el medio por el cual esa salvacin llega hasta
nosotros es la fe: Rm 5. 1-2; Hch 10,43
Y la palabra de Dios nos dice que "la fe es la garanta de lo que se espera: la prueba de
las realidades que no se ven" (Hb 11.1).
Hemos sido salvados por gracia, mediante la fe, y esto no viene de nosotros mismos,
sino que es un don de Dios: "Pues habis sido salvados por la gracia mediante la fe; y
esto no viene de vosotros, sino que es don de Dios" (Ef 2,8).
Todo el que cree, obtiene por Jesucristo, la total justificacin; "Tened pues, entendido,
hermanos, que por medio de ste os es anunciado el perdn de los pecados; y la total
justificacin que no pudisteis obtener por la Ley de Moiss la obtiene por El todo el que
cree" (Hch 13, 38-39). Esta fe, don de Dios, es al mismo tiempo la respuesta a su
iniciativa, que te dice: "S, te creo, y acepto cien por ciento al que T enviaste a este
mundo para salvarme ".
Esta es la Palabra de la fe que proclamamos: "Si confiesas con tu boca que Jess es
Seor, y crees en tu corazn que Dios lo suscit de entre los muertos, sers salvo ()
Porque todo el que invoque el Nombre del Seor encontrar salvacin" (Rm 10, 9-
10.13).
De pequeos, fuimos bautizados, quiz llevamos una vida cristiana de rectitud moral y
cumplimiento religioso; pero es necesaria una fe viva fruto del encuentro personal con
Jess; que lo reconozcamos, lo aceptemos, lo confesemos y lo recibamos en nuestro
corazn y en nuestra vida como Salvador.
El cristianismo no es slo una doctrina, es ante todo entrar en una doctrina, es ante todo
entrar en una relacin personal con Jess vivo como Dios y Seor.
Como a los discpulos, Jess nos hace a cada uno de nosotros esta pregunta: "Para ti
Quin soy Yo?".
Cul es nuestra respuesta personal? La respuesta que debe brotar de nuestra propia
experiencia y no como repeticin de una leccin aprendida.
Una religin de prcticas exteriores, a las que se les da valor por s mismas, de
donde se saca una ilusin vana de haber cumplido, o una satisfaccin de
tranquilidad de conciencia o de cumplimiento con cierto sentido mgico y
supersticioso de carcter utilitario o de temor a lo divino.
Una moral restrictiva, que limita la libertad e impide vivir una vida basada en
prohibiciones. Un cristianismo de legalismo sin vida, o una vida triste, apagada,
con alma de esclavos.
Una ideologa humanista que ve en Cristo slo un hombre extraordinario y al
evangelio como un ideal y un programa de rectitud, justicia o liberacin social.
Por eso el Papa nos dice: "A veces nuestra sintona de fe es dbil y yo les propongo esto
para reavivar su fe: un encuentro personal, vivo, de ojos abiertos y corazn palpitante
con el Seor resucitado"
Se inicia una vida nueva que se expresa con gozo y alegra, una vida de oracin,
sacramental y de servicio a los dems, un comportamiento moral y en una vida cultural
y religiosa como fruto y consecuencia normal de la presencia viva de Jess y de la
accin poderosa del Espritu Santo.
"Mira que estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entrar
en su casa y cenar Yo con l y l conmigo" (Ap. 3, 20).
Cristo es el que est a la puerta y llama al corazn de todo hombre, sin coartar su
libertad, tratando de sacar de esa misma libertad el amor (Documento de Medelln 5, 8).
LA CONVERSION
A comienzos del siglo XIII, un joven acaudalado se hizo soldado, soaba con proezas
heroicas, fama, romances, pero Dios tena otros planes. El joven Francisco Bernardone
fue capturado y encarcelado, para regresar finalmente a casa, como un decepcionado
aspirante a hroe. Pero despus, se dedic a reparar "iglesias destruidas". Ahora lo
conocemos como San Francisco de Ass.
A mediados del siglo XIV, hubo en Jerusaln una prostituta, que siguiendo a un grupo
de peregrinos lleg a las puertas de la Iglesia del Santo Sepulcro; pero cuando trat de
entrar, una fuerza invisible se lo impidi. Despus de tres frustrados intentos, se retir
llorando a una esquina del patio de la Iglesia y comenz a orar. A instancia de una voz
interior, se arrepinti y abandon la vida de pecado.
Santa Mara de Egipto, nombre por el cual fue conocida, pas el resto de su vida en
retiro y oracin, adorando a quien la haba rescatado.
Estas dos personas, cada una a su manera, experimentaron una conversin a Cristo.
Tocados por la gracia de Dios decidieron seguirlo y recibir la salvacin en Jess,
mediante su muerte y resurreccin.
Del mismo modo el joven Francisco de Ass se convirti a Dios y decidi abandonar a
juergas, aventuras y romances, se dio cuenta de sus antiguos pecados y frecuentemente
oraba para nunca ms volver a caer en lo mismo. Eligi a cambio lo mejor: pasar el
resto de su vida imitando la humildad y pobreza de Cristo.
ARREPENTIRSE Y CREER
Jess se fue a Galilea, predicando el evangelio de Dios y deca: "Ha llegado el tiempo.
El Reino de Dios est cerca; arrepintanse y crean el evangelio" (Mc 1, 15).
Dios quiere darnos una nueva vida con su propia presencia en nuestros corazones, y su
amor que nos mueve a vivir de acuerdo a su voluntad. Y al experimentar este amor,
veremos en nuestra vida rasgos parecidos a los de Francisco y Mara en su nueva
conciencia personal.
NACER DE NUEVO
El Seor dijo a Nicodemo "Te aseguro que a menos que uno nazca del agua y del
Espritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, y lo que
nace del Espritu es espritu". (Jn 3, 3-6).
Esta es la esencia del Sacramento del Bautismo. En este Sacramento se nos da todo lo
que necesitamos para una vida plena con Cristo. En las aguas del bautismo morimos
con Jess y resucitamos a una vida nueva con El; el pecado original es borrado; se nos
da el Espritu Santo y somos incorporados al Cuerpo de Cristo, su Iglesia. Pero
tenindolo todo a nuestra disposicin, ello se nos da precisamente con el fin de que
tomemos una decisin libre y consciente de entregarnos a Dios por medio de
Jesucristo.
Es importante reconocer el aspecto humano de la conversin. Todos somos criaturas
nicas de Dios, con personalidad, historia y futuro propios. En consecuencia, ninguna
conversin ser exactamente igual a otra. Mientras unos tienen un abrumador sentido
de pecado (como Mara de Egipto), otros pueden sentirse impresionados por el inmenso
amor de Cristo (como San Francisco de Ass). Incluso otros pueden llegar a comprender
que es imposible vivir santamente sin la gracia y el perdn de Dios.
Por la gracia de Dios podemos recibir la plenitud de vida que hay en Cristo, sin que
nada lo impida. Con una fe segura, pidmosle a Dios que se nos manifieste; seamos
dciles al Espritu y permitamos que la revelacin de Jesucristo crucificado y
resucitado traspase nuestro corazn. Rebosantes del conocimiento de su amor y
misericordia, convirtmonos a Cristo.
La conversin es cambio total: dar la espalda, dejar atrs, abandonar todo lo que es
incompatible con Dios y su plan de amor para nosotros, romper con el pecado y los
dolos como rechazo y sustitucin de Dios, rechazar a Satans como instigador para el
mal y cortar con sus ataduras.
PASOS DE LA CONVERSIN
Reconocer nuestro pecado: Slo el Espritu Santo puede darnos conciencia de pecado
(Jn 16, 8-9); de otra manera se reduce a un sentimiento de culpa o a la simple
confrontacin de nuestras acciones con la lista de pecados.
Dolor y tristeza, de haber lastimado y ofendido a quien amamos; pero tristeza, no como
la del mundo que produce muerte, sino tristeza segn Dios que lleva a la conversin:
"Ahora me alegro. No por haberos entristecido, sino porque aquella tristeza os movi a
arrepentimiento. Pues os entristecisteis segn Dios, de manera que de nuestra parte no
habis sufrido perjuicio alguno. En efecto, la tristeza segn Dios produce firme
arrepentimiento para la salvacin; mas la tristeza del mundo produce la muerte" (2 Co
7, 9-11).
"Si confesamos nuestros pecados, fiel y justo como es El, nos perdonar nuestros
pecados y nos limpiar de toda maldad" (1 Jn 1, 9).
Necesitamos adems hacer una renuncia explcita a Satans y a todas sus obras
incluyendo en ellas todo tipo de ocultismo, esoterismo y supersticin, con la voluntad
firme de abandonarlo definitivamente.
Reparacin y reconciliacin: Restaurar la unin de amor con Dios, exige resarcir los
daos causados y reconciliarse con el hermano, como hizo Zaqueo ante Jess:
"Mira Seor voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo
a alguien, le devolver cuatro veces ms" (Lc 19, 8) (ver adems Hch 26, 20; Lc 3, 10-
14).
Citas Bblicas
FE Y CONVERSION
55. [7].Que el malvado deje sus caminos, y el perverso sus ideas; vulvanse al Seor, y
El tendr compasin de ustedes, vulvanse a nuestro Dios, que siempre est dispuesto a
perdonar.
Is 55,7
Mc 1, 15.
Vida religiosa
Por obligacin
Miedo
Costumbre
Vaca
Inexistente
Indiferente
Salvacin
1. [9]. La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad, vena a este mundo.[10].
Aquel que es la Palabra estaba en el mundo, y aunque Dios hizo el mundo por medio de
l, los que son del mundo no lo reconocieron. [11].Vino a su propio mundo, pero los
suyos no lo recibieron.
Jn 1, 9-11
Jn 9, 5
[19].Esto requiere un juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas
a la luz, porque sus obras eran malas.
Jn 3, 19
2. [1].Ustedes estaban muertos a causa de sus faltas y sus pecados. [4].Pero Dios es rico
en misericordia: con qu amor tan inmenso nos am!
Ef 2, 1
3. [21].Ahora se nos ha revelado cmo Dios nos reordena y hace justos sin hablar de la
Ley; pero ya lo daban a entender la Ley y los profetas. [22].Mediante la fe segn
Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe. No hay distincin
de personas, [23]. Pues todos pecaron y estn faltos de la gloria de Dios. [24].Pero todos
son reformados y hechos justos gratuitamente y por pura bondad, mediante la redencin
realizada en Cristo Jess. [25].Dios lo puso como la vctima cuya sangre nos consigue el
perdn, y esto es obra de fe. As demuestra Dios cmo nos hace justos, perdonando los
pecados del pasado [26].que haba soportado en aquel tiempo; y demuestra tambin
cmo nos reforma en el tiempo presente: l, que es justo, nos hace justos y santos por la
fe propia de Jess.
Rom 3,21-26
4. [8].Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de
ustedes, sino que es un don de Dios
Ef 4, 8
2 [1] Por esta causa, debemos prestar mucha mas atencin al mensaje que hemos odo,
para que no nos apartemos del camino. [2] Los mandamientos que Dios dio en otros
tiempos por medio de los ngeles, tenan fuerza de ley, y quienes pecaron y los
desobedecieron fueron castigados justamente, [3] Cmo pues, escaparemos nosotros, si
descuidamos una salvacin tan grande? Pues el mismo Seor fue quien anunci primero
esta salvacin, la cual despus confirmaron entre nosotros los que oyeron este mensaje.
Heb 2,1-3
Mc 6.12.
11. [21].La mano del Seor estaba con ellos y fueron numerosos los que creyeron y se
convirtieron al Seor.
Hch 11, 21
10. [9] Si con tu boca reconoces que Jess es el Seor y con tu corazn crees que Dios
lo resucit de entre los muertos, sers salvo [10]. Pues con el corazn se cree para
alcanzar la justicia, y con la boca se reconoce a Jesucristo para alcanzar la salvacin.
Rom 10, 9 10
Rom 10, 11
Rom 10, 13
FE
En Cristo
2. [16].Sin embargo hemos reconocido que las personas no son justas como Dios las
quiere por haber observado la Ley, sino por la fe en Cristo Jess. Por eso hemos credo
en Cristo Jess, para ser hechos justos a partir de la fe en Cristo Jess, y no por las
prcticas de la Ley. Porque el cumplimiento de la Ley no har nunca de ningn mortal
una persona justa segn Dios.
Gal 2,16
4. [4].Un solo cuerpo y un mismo espritu, pues ustedes han sido llamados a una misma
vocacin y una misma esperanza. [5].Un solo Seor, una sola fe, un solo bautismo, [6].
Un solo Dios y Padre de todos, que est por encima de todos, que acta por todos y est
en todos.
Ef 4.4-6.
4. [1].El Espritu nos dice claramente que en los ltimos tiempos algunos renegarn de
la fe para seguir espritus seductores y doctrinas diablicas.
1 Ti 4,1
Fuente de bendicin
Gal 3,6-9
Rom 9,32.
Da amor
1. [3]. Recordamos ante Dios, nuestro Padre, su fe que produce frutos, su amor que sabe
actuar, su espera de Cristo Jess, nuestro Seor, que no se desanima.
1 Ts 1.3
Da paz
5. [1].Por la fe, pues, hemos sido reordenados, y estamos en paz con Dios, por medio de
Jesucristo, nuestro Seor. [2].Por l hemos tenido acceso a un estado de gracia e incluso
hacemos alarde de esperar la misma Gloria de Dios.
Rom 5. 12
Da certeza
Hb 11,1
Da seguridad
116. [10]. Tena fe, aun cuando me deca: "Realmente yo soy un desdichado".
Sal 116.10
Da fortaleza
Stg 1,3
Da la victoria
1 Jn 5.4.
2. [14].Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene con obras, de qu le sirve?
Acaso lo salvar esa fe? [15].Si un hermano o una hermana no tienen con qu vestirse
ni qu comer, [16].y ustedes les dicen: Que les vaya bien, calintense y alimntense,
sin darles lo necesario para el cuerpo; de qu les sirve eso? [17].Lo mismo ocurre con
la fe: si no produce obras, muere solita. [18].Y sera fcil decirle a uno: T tienes fe,
pero yo tengo obras. Mustrame tu fe sin obras, y yo te mostrar mi fe a travs de las
obras. [19].T crees que hay un solo Dios? Pues muy bien, pero eso lo creen tambin
los demonios y tiemblan. [20].Ser necesario demostrarte, si no lo sabes todava, que
la fe sin obras no tiene sentido? [21].Abrahn, nuestro padre, no fue reconocido justo
por sus obras, cuando ofreci a su hijo Isaac sobre el altar? [22].Ya ves que la fe
acompaaba a sus obras, y por las obras su fe lleg a la madurez. [23].Esto es lo que
recuerda la Escritura: Abrahn crey en Dios, y por eso fue reconocido justo, y fue
llamado amigo de Dios. [24].Entiendan, pues, que uno llega a la verdadera rectitud a
travs de las obras y no slo por la fe. [25].Lo mismo pas con Rahab, la prostituta: fue
admitida entre los justos por sus obras, por haber dado hospedaje a los espas y porque
los hizo partir por otro camino. [26].Porque as como un cuerpo sin espritu est muerto,
as tambin la fe que no produce obras est muerta.
FUENTES DE LA FE
La Palabra
Rom 10,17
1. [14].Finalmente, lean este libro que les mandamos para que sea ledo en el Templo
del Seor en da de fiesta y en los das que conviene.
Bar 1,14
Rom 1,16
La oracin
Mt 21.22.
[6].Pero hay que pedir con fe, sin vacilar, porque el que vacila se parece a las olas del
mar que estn a merced del viento. [7].Esa gente no puede esperar nada del Seor,
[8].Son personas divididas y toda su existencia ser inestable.
Stg 1, 6 8
Frutos de la fe
1 [2]Siempre damos gracias a Dios, por todos ustedes, y los recordamos en nuestras
oraciones, [3] continuamente recordamos que activa ha sido su fe, que servicial su amor,
y que fuerte en los sufrimientos su esperanza en nuestro Seor Jesucristo delante de
nuestro Dios y Padre.
1 Ts 1,3
Mt 9,2
Mt 9,22;
15. [28].Entonces Jess le dijo: Mujer, qu grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo.
Y en aquel momento qued sana su hija.
Mt 15.28
13. [13].Ahora, pues, son vlidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de
estas tres es el amor.
1 Co 13.13
CONVERSION
1 Jn 2, 10 -11
26. [18].Te mando a ellos para que les abras los ojos y no caminen mas en la oscuridad
sino en la luz, para que no sigan bajo el poder de satans, sino que sigan a Dios, y para
que crean en mi y reciban as el perdn de los pecados y una herencia en el Santo
Pueblo de Dios[19].As que Oh rey Agripa, no desobedec a la visin del cielo, [20]
sino que primero anunci el mensaje a los que estaban en Damasco, luego a los de
Jerusaln y de toda la regin de Judea, y tambin a los no judos invitndolos a
convertirse, y a volverse a Dios y hacer obras que demuestren los frutos de esa
conversin.
Hch 26,18 20
Nacer de nuevo
3. [3].Jess le contest: En verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no
nace de nuevo desde arriba. [4].Nicodemo le dijo: Cmo renacer el hombre ya
viejo? Quin volver al seno de su madre? [5].Jess le contest: En verdad te digo:
El que no renace del agua y del Espritu no puede entrar en el Reino de Dios. [6].Lo que
nace de la carne es carne, y lo que nace del Espritu es espritu.
Jn 3, 3-6
Ap. 3, 19
QUE HACER
3. [2].ste era su mensaje: Renuncien a su mal camino, porque el Reino de los Cielos
est cerca.
Mt 3.2
Mt 4,17
33. [11].Les responders: "Tan cierto como que soy vivo -palabra de Yav- que no deseo
la muerte del malvado sino que renuncie a su mala conducta y viva. Dejen, dejen el
camino que han tomado: para qu morir, casa de Israel?"
Ez 33.11.
Arrepentirse
2. [38].Pedro les contest: Arrepintanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar
en el Nombre de Jess, el Mesas, para que sus pecados sean perdonados. Entonces
recibirn el don del Espritu Santo.
Hch 2.38
Volverse a Dios
Jr 15, 19
1. [2].Yav estuvo muy enojado con los padres de ustedes; pero ste es el recado de
Yav de los Ejrcitos: [3].Vuelvan a m y yo me volver a ustedes.
Zac. 1.2-3
3. [7].En efecto, desde los tiempos de sus antepasados, ustedes se han apartado de mis
ordenanzas y no las han practicado. Vuelvan a m y yo volver a ustedes, dice Yav de
los ejrcitos. Pero ustedes preguntan: Por qu tenemos que volver?
Mal 3.7
Pasos
Jn 16, 8-11
b. Arrepentimiento
11. [20].Entonces Jess comenz a reprochar a las ciudades en que haba realizado
la mayor parte de sus milagros, porque no se haban arrepentido: [21].Ay de ti,
Corozain! Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y Sidn se hubiesen hecho los
milagros que se han realizado en ustedes, seguramente se habran arrepentido,
ponindose vestidos de penitencia y cubrindose de ceniza.
Mt 11,20-21
12. [41].Los hombres de Nnive resucitarn en el da del juicio junto con esta
generacin y la condenarn, porque ellos cambiaron su conducta ante la predicacin
de Jons, y aqu ustedes tienen mucho ms que Jons.
Mt 12,41
7.[9].Ahora me alegro, no por su tristeza, sino porque esa tristeza los llev al
arrepentimiento. Esa tristeza vena de Dios, de manera que ningn mal les sobrevino
por causa nuestra. [10]. La tristeza que viene de Dios lleva al arrepentimiento y
realiza una obra de salvacin que no se perder. Por el contrario, la tristeza que
inspira el mundo provoca muerte. [11]. Su tristeza, que fue segn la voluntad de
Dios, miren que resultados ha dado! Los hizo tomar es serio el asunto y
defenderme, los hizo enojar y tambin sentir miedo. Despus tuvieron deseos de
verme, sintieron celos por m y castigaron al culpable. Con todo lo cual han
demostrado ustedes que no tuvieron nada que ver en este asunto.
2 Co 7, 9-11.
Hch 17.30
Hch 3.19
2. [5].Date cuenta, pues, de dnde has cado, recuprate y vuelve a lo que antes
sabas hacer; de lo contrario ir donde ti y cambiar tu candelero de su lugar. Eso
har si no te arrepientes.
Ap. 2,5
[21].Le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere dejar su prostitucin.
Ap. 2, 21
c. Confesar el pecado
Hch 2, 37-38
10. [43].A El se refieren todos los profetas al decir que quien cree en l recibe por su
Nombre el perdn de los pecados.
Hch 10, 43
Esd 9, 6-9.
[15].Yav, Dios de Israel, t eres justo; mira que somos un resto de sobrevivientes.
Estamos aqu en tu presencia llevando nuestros pecados, pero no podemos
permanecer as en tu presencia.
Esd 9, 15.
Dan 9, 4-8
[17].Ahora, pues, Oh Dios nuestro, escucha la plegaria y las splicas de tu siervo,
y, por amor de ti mismo, haz brillar tu rostro sobre tu santuario devastado. [18].Dios
mo, inclina tus odos y escucha. Abre tus ojos y mira cmo est arruinada la ciudad
sobre la cual ha sido pronunciado tu Nombre. No nos apoyamos en nuestras buenas
obras, sino que derramamos nuestras splicas ante ti, confiados en tu gran
misericordia.
Dan 9, 17-18
Bar 3,2.
Lc 7,48-50
Jn 8, 11
5. [16].Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que
sean sanados. La splica del justo tiene mucho poder con tal de que sea
perseverante:
Stg 5, 16.
20. [23].a quienes descarguen de sus pecados, sern liberados, y a quienes se los
retengan, les sern retenidos.
Jn 20, 23
d. Reparacin y reconciliacin
1 Jn 1, 5-7
1. [17].El mismo abrir el camino al Seor con el espritu y el poder del profeta
Elas, reconciliar a padres e hijos y llevar a los rebeldes a la sabidura de los
buenos. De este modo preparar al Seor un pueblo bien dispuesto.
Lc 1, 17
e. Conversin
Ap. 3, 20
5. [8].En otro tiempo ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Seor. Prtense
como hijos de la luz.
Ef 5,8
f. Frutos de la conversin
5. [14].Ustedes son la luz del mundo: cmo se puede esconder una ciudad
asentada sobre un monte? [15].Nadie enciende una lmpara para taparla con un
cajn; la ponen ms bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que estn en la
casa. [16].Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas
obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que est en los Cielos.
Mt 5, 14-16.
1 Tes 5, 4-5.
Te hace justo
Lc 3, 10-14
19. [8].Pero Zaqueo dijo resueltamente a Jess: Seor, voy a dar la mitad de mis
bienes a los pobres, y a quien le haya exigido algo injustamente le devolver cuatro
veces ms.
Lc 19, 8
2 Co 3, 16
Jess es tu Pastor
2. [25].Pues eran ovejas descarriadas, pero han vuelto al Pastor y Guardin de sus
almas.
1 P 2, 25.
Ap. 3,3
15. [7].Yo les digo que de igual modo habr ms alegra en el cielo por un solo
pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de
convertirse. [10].De igual manera, yo se lo digo, hay alegra entre los ngeles de Dios
por un solo pecador que se convierte.
Lc 15.7,10
Testimonio
Is 55,7
Mc 1, 15.
Por lo dems mi vida ha sido normal, mi trabajo, mis amigos, las reuniones sociales, las
prostitutas, y el licor han sido mis compaeros durante todos los meses del ao, excepto
el mes de Octubre en el cual por ser cargador de las andas del Seor de los Milagros,
suspenda mis actividades sociales para asistir a los cultos, pero una vez que stos
concluan todo regresaba a la normalidad.
Hace un tiempo, vino a la ciudad uno de los jefes de la empresa en la que trabajo, y se
qued por un buen tiempo con nosotros, y me enter que fuera de las horas de trabajo,
se dedicaba a orar por las necesidades de quien se lo solicitaba, sent curiosidad pero no
me atrev a pedirle que ore por mi.
Llegu al hotel y desde las 2,30 hasta las 5.30 de la tarde, me hablaron de Dios, me
hicieron reflexionar sobre mi vida, les cont algunos pasajes de mi vida, hicimos una
oracin de sanacin interior y finalmente me impusieron las manos, que cosa para mas
extraa, pude percibir el dolor de mi esposa por los golpes que le daba y el dolor de mis
hijos cuando presenciaban estos maltratos.
Ese sbado se repiti la oracin pero con mi esposa, ella llor delante de los hermanos
cuando le impusieron las manos, me perdon, pero dudaba de mi conversin y de mi
cambio, adems mencion el problema de mi mala relacin con mis hijos, a lo que
quedamos que el siguiente sbado ellos tambin iran a orar.
Solo asistieron mi segundo hijo y mi hija la menor, con mucha paciencia oraron por
ambos, y todos oramos por mi hijo mayor, al finalizar la tarde, los cuatro, mi esposa,
mis hijos y yo terminamos abrazados, les ped perdn a todos por la mala vida que les
haba dado, mi vida cambiaba radicalmente.
Dej las malas compaas, nos entregaron una Biblia y me leyeron aquella parte del
Evangelio que dice Id y predicad a todas las naciones, nos invitaron a asistir a un
grupo de oracin al cual asist por algn tiempo, pero como la Palabra de Dios dice Id
y predicad form un grupo de oracin en mi barrio, el que se desintegr por algunos
malos entendidos de quienes no comprenden la accin del Espritu Santo.
Hoy mi vida ha cambiado, mi esposa ya se ha convencido que ya no soy yo, mas Cristo
vive en m, ya no tomo licor, no frecuento a las prostitutas, ni a las malas amistades.
No solo doy gracias a Dios por este cambio en mi persona, doy gracias a Dios por los
cambios en mi familia, en mis hijos, todo ha cambiado, hasta las relaciones con mi hijo
mayor, han mejorado; pues ha visto el cambio en mi vida.
Finalmente tambin doy gracias a Dios, pues mi segundo hijo, aquel que tena ciertos
complejos por el accidente que sufri de pequeo, ya se encuentra en el Seminario de
Lima, pues Va a ser sacerdote ya est en su primer ao de novicio y como se
desenvuelve en su comunidad.
Y la sorpresa es que mi hija la menor, quiere ser religiosa, y aunque esto como padres
nos da pena, solo nos queda decir; Seor que se haga tu voluntad.
CEREMONIA DE LA LUZ
Ser igualmente importante contar con un Cirio Pascual, cuyo significado y simbolismo
tambin deber ser explicado ( Ejem: El Cirio Pascual representa a Cristo que es la Luz;
las letras "" (alfa) y "" (omega) se inspiran en Ap. 22, 13: "Yo soy el Alfa y la
Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin"; tambin figura el ao en que fue
bendecido; mencionar la ocasin en que fue consagrado: dentro de la Misa de Vigilia
Pascual de Semana Santa). En caso de no poder contar con uno, se podr utilizar un
cirio de misa y un crucifijo.
Todos los participantes debern poseer una vela. Ser sumamente importante que la
persona encargada de dirigir la Ceremonia vaya explicando claramente a los
participantes cules van ser los pasos que tiene que cumplir, y cmo hacerlo, a fin de
evitar en ellos confusiones.
PASOS:
2. Se apaga la luz elctrica y se inicia la oracin del perdn por nuestros pecados.
Quien dirige la Ceremonia va haciendo una oracin al Seor pidindole perdn por
nuestros pecados, mencionndolos especficamente, tomando en cuenta diferentes
etapas de la vida (Ejemplo: "Perdn Seor, por las veces que me resent con mi mam
pensando que no me quera y me enviaba al colegio durante mis primeros aos...")
Mientras va diciendo la oracin, al identificarse con lo que se dice o escucha, cada
participante va apagando sus velas. Esto se har hasta que el saln quede a oscuras,
nicamente con la luz proveniente del Cirio Pascual.
3. En la sala slo brilla el Cirio Pascual. Todos pueden irse acercando luego a
encender sus velas directamente del Cirio mientras hacen una confesin de Jess como
su Salvador y Seor, a la vez que le expresa su compromiso de brillar con la Luz de
Cristo en el mundo. Cuando todos hayan terminado de encender sus velas se puede
tener un buen rato de oracin de alabanza comunitaria, dando gracias a Dios por los
beneficios recibidos.
Oracin
(cita introductoria)
Oracin
Hoy, como el hijo prdigo quiero voluntariamente reconocer que he pecado contra el
cielo y contra ti, que me arrepiento de haberte ofendido con la vida de miseria que llevo.
Por eso ante ti Seor confieso mi pecado, reconozco que no soy digno de ser llamado
hijo tuyo, pero se y creo que por tu infinita misericordia y por la Salvacin que me ha
dado Jess en la Cruz, me reconcilias contigo.
Por eso Seor, en este instante quiero renunciar pblicamente a todo aquello que me ha
separado de ti.
Renuncio a todo dolo que yo mismo me haya forjado durante mi vida, posicin social,
hijos, esposa, mascota, bienes, y otros; creencias opuestas al cristianismo, rosacruz,
masonera, control mental, meditacin trascendental, hinduismo, y dems; prcticas de
ocultismo, brujera, cartas, satanismo, ouija, espiritismo, budu y otros similares.
Seor, habiendo renunciado a satans padre y prncipe del pecado, al cual en este
instante repudio y expulso de mi vida, me pongo al lado de Jess mi Seor y Salvador
para declarar pblicamente con mi boca, que:
Creo en Jesucristo tu nico hijo, que naci de Santa Mara Virgen, muri y fue
sepultado, resucit entre los muertos, y est sentado a tu derecha Padre Santo, a quien
desde ahora declaro mi Seor y Salvador, el que en la Cruz pag con su sangre por
todos mis pecados, dndome as la libertad de los Hijos de Dios.
Gracias Seor por perdonar mis pecados, y acogerme en tu casa como al hijo prdigo,
Gloria y Honor a tu Santo Nombre; Amn.
CUESTIONARIO
Reflexin en grupos
Medita y Aprende
Indica en el espacio en blanco que sigue a cada cita bblica, en qu consisti el cambio
en la vida de cada personaje:
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Tema 05
SANACION INTERIOR
Mt 11, 28 -29
Todos los que estamos participando en este Seminario, y todos los hombres en general,
hemos sido llamados por el Seor a vivir en plenitud y en paz toda nuestra existencia,
con esa paz que slo Cristo nos puede dar. Quizs alguno de nosotros lleg a este
Seminario creyendo que el Evangelio era una opcin desalentadora que nos lleva al
conformismo frente a nuestra situacin y la adversidad, pero hemos venido
descubriendo a lo, largo de estos temas que es todo lo contrario. Las palabras con que
Jess inici su predicacin resuenan de manera cada vez ms ntida y fuerte en nuestro
corazn:
Estamos viviendo esa vida en plenitud que Jess nos ofrece y nos da?
Pero cuando nos disponemos a orar, o a dar testimonio ante los dems de lo que Jess
ha hecho en nuestra vida, o tenemos que realizar algn servicio que en principio nos
pareca fcilmente realizable, nos encontramos con que no podemos hacerlo como
queremos, estamos limitados y nos sentimos como atados. La oracin no brota como
quisiramos, nos cuesta mucho para alabar al Seor, o no nos salen las palabras a la
hora de testificar. Esa es la sensacin de bloqueo que experimentamos en ocasiones y
que tiene una razn de ser.
Todos los seres humanos estamos expuestos a contraer una serie de enfermedades
corporales, ya sea por contagio, una herida mal curada, o por el mal funcionamiento de
algn rgano o sistema de nuestro cuerpo. De la misma manera, nuestro interior -alma y
espritu- es sumamente sensible (por ms que algunos nos consideremos muy fuertes), y
estamos sujetos a sufrir males interiores; esto es, heridas espirituales, emocionales, de
nuestra vida afectiva, voluntad, recuerdos, actitudes, etc.
Las enfermedades interiores que pude sufrir cualquier persona en algn momento de su
vida comprende las siguientes reas enfermedades psquicas, morales y espirituales.
Las enfermedades psquicas son las que nos hacen obrar con temor, o que dejan librados
nuestros sentimientos a un complejo de culpa o al complejo de inferioridad, o a
cualquier otro complejo, o que nos impulsan a tener un odio, o que nos hacen decir o
pensar "no sirvo", "no soy amado" , "debera hacerlo pero no me animo".
Las enfermedades morales son aquellas que traban la moral realizacin de actos
virtuosos y que tambin impulsan a vicios contrarios. Por ejemplo, la gula, que adems
de ser un vicio, es tambin fuente de otras debilidades para el organismo interno, afloja
la voluntad y llama a un cierto desprecio hacia si mismo. Tambin es el caso del
alcoholismo. Hay algo superior al esfuerzo del hombre, algo que no depende slo de
ste.
Las enfermedades espirituales son las que impiden relacionarse eficazmente con Dios,
por s mismas. Por ejemplo, un fuerte bloqueo a tener fe, o una vez que adviene la fe y
se realizan los actos consecuentes, puede haber cierta frialdad y de fuerza para la
realizacin de los mismos.
El ser humano est hecho para vivir y andar en el amor, y es por eso que la base afectiva
es de suma importancia para el crecimiento sano de la persona en todos los niveles.
Las heridas pueden producirse debido una inesperada frustracin o fracaso; un fuerte
golpe emocional, una situacin traumtica provocada por un grave accidente o una
violacin; un largo perodo de soledad; una decepcin causada por un ser querido o
cercano en quien tanto confibamos y que traicion dicha confianza; la separacin
repentina de aquel ser a quien mucho ambamos y que se march de nuestro lado sin
explicacin; un severo regao que nos hicieron siendo pequeos nuestros padres o
alguna persona adulta que representaba en ese momento la autoridad, un error o pecado
grave que cometimos y que no nos perdonamos a nosotros mismos; un defecto o
limitacin fsica que poseemos y que ha sido motivo de continuas burlas o desprecios
por parte de los dems.
Estos y otros muchos casos son ejemplos de situaciones que en nosotros pueden
ocasionar heridas interiores debido a conflictos no resueltos, heridas que a veces se
tornan muy serias, dolorosas y prcticamente imposibles para nosotros de superar, en
especial aquellas producidas desde hace mucho tiempo. Hoy se sabe que las heridas
ocurridas a ms temprana edad, incluso las que se produjeron an antes de nuestro
nacimiento, cuando captbamos y asimilbamos las reacciones e impresiones ms
fuertes de temor, rechazo y dolor de nuestra madre, son las ms difciles de superar y las
que ms nos afecta en nuestro comportamiento actual.
La manera en que todos estos conflictos no resueltos repercuten en nuestra forma de ser
y vivir es muy notoria, pues pueden llegar a afectar nuestros sentimientos y relaciones
con los dems, nuestro estado de nimo, nuestras actitudes frente a la vida y las dems
personas y la forma como reaccionamos ante determinadas situaciones repentinas que se
nos presentan.
Los conflictos y problemas no se pueden "Tapar" o postergar, porque peor va a ser para
nosotros. Los conflictos que no podemos manejar, aquello que no aceptamos, aquello
que rechazamos, termina transformndose con el tiempo en nuestro enemigo. Tenemos
por ello que enfrentarlos y buscar su solucin.
La Psicologa muchas veces nos ayuda vivir con nuestro problema; es decir, que no nos
cura interiormente, sino que nos hace aceptar la situacin y nos ayuda a sobrellevarla
mejor para que no nos cree ms conflictos. Pero hay Alguien que si puede sanar por
completo y de raz todos nuestros males fsicos y espirituales. l es Jess.
Ante nuestra notoria limitacin e impotencia muchas veces para sanar por nosotros
mismos de estas heridas, sobre todo cuando nuestra voluntad ha sido mellada por la
angustia, el dolor y el pecado, se alza el amor y la misericordia de nuestro Seor
Jesucristo. La misericordia de ese mismo Jess que nos am "hasta el extremo.
El slo hecho de experimentar el gran amor que nos tiene Jess ya produce en nosotros
un efecto salvador sobre muchas de nuestras heridas que producan, por ejemplo,
temores y fobias. Y es que, como lo dice la Palabra del Seor, "Donde hay amor no hay
miedo. Al contrario, el amor perfecto echa fuera el miedo " (I Jn 4, 18).
Cuntos de nosotros, al sentirnos por primera vez inundados por el infinito amor del
Seor hemos experimentado que ese amor nos iba sanando y nuestros temores a su vez
iban desapareciendo? Y es que en esos momentos Jess conoce cules son nuestras
necesidades y se manifiesta en nosotros como cada uno requiere y nos ama como cada
uno necesita ser amado. A quienes necesitan perdn, se les revela como un Dios de
Misericordia. A quienes sufren de angustia, los llena de su paz; a los temerosos los llena
de su amor y a los enfermos los sana.
Pero quizs nos habremos preguntado alguna vez: El Seor quiere realmente que nos
sanemos o nos prefiere enfermos para que as nos "Purifiquemos" y santifiquemos?
Para quienes piensan lo segundo, tendramos que decirles que en toda la Biblia no
encontrarn ni un solo versculo en que el Seor nos diga que su voluntad es vernos
dolientes y sufridos, tristes y abatidos. En cambio, las pginas del Evangelio, en
especial, estn llenas de narraciones de curaciones realizadas por el Seor del cuerpo y
del alma, liberaciones de la accin de los espritus malignos y tantos mensajes en que
nos decan que l nos quiere libres de todas la ataduras.
Cuando Jess afirma, en Juan 10, 10: "Yo he venido para que tengan vida, y que la
tengan en abundancia", nos est diciendo que l quiere que vivamos en plenitud, en
todo orden de cosas, incluyendo por supuesto la salud interior y corporal. Jess nos da
vida plena y abundante, vida nueva en el Espritu, y en ella no caben la enfermedad ni la
muerte. "Cristo es nuestra paz" nos dice Pablo (Ef 2, 14), y nos repite: "Cristo mismo
es la vida de ustedes" (Col 3, 4).
l mismo toma incluso nuestros cansancios y cargas cotidianas, de las cuales nos quiere
aliviar: "Vengan a m todos ustedes que estn cansados de sus trabajos y cargas, y yo
los har descansar" (Mt 11, 28).
Es cierto que nuestra fe ha de ser probada por el fuego muchas veces (ver 1 Pe 1, 6-7), y
el Seor espera que pasemos por diversas pruebas y dificultades para que, al ser
superadas, nuestra voluntad y nuestra fe se fortalezcan y purifiquen. Pero las heridas y
enfermedades interiores, como el temor, el rencor, un trauma, vicio o complejo, no nos
permiten vivir plenamente ni desarrollamos. Son ataduras, y Jess no nos quiere con
ataduras de ningn tipo; l nos hizo y nos quiere libres y por ello es capaz de romper
toda atadura de nuestro corazn y de nuestro cuerpo: "Cristo nos dio libertad para que
seamos libres" nos recuerda san Pablo (Ga 5, 1).
Jess quiere que enfrentemos las pruebas, pero quiere que lo hagamos con las manos
libres para poder luchar y emplear las armas que l nos dio. La enfermedad es enemiga
de Dios, por ello en la primera curacin que hizo, Jess reprendi la fiebre de la suegra
de Pedro, y ella qued sana (Lc 4, 39).
Para todos nosotros no debe quedar ninguna duda de que Jess quiere librarnos de toda
atadura, no slo del pecado y de la muerte, sino tambin de nuestras enfermedades
fsicas e interiores, de nuestros temores y complejos, de nuestros sentimientos de
culpabilidad y resentimientos, de nuestros recuerdos dolorosos y traumas, de nuestros
sentimientos de soledad y de vaco interior. Todo aquello que nos afecta y preocupa, le
preocupa e interesa tambin a l.
Incluso, nuestras necesidades interiores son ms importantes para Jess que las fsicas y
materiales. Cuando aquella vez le bajaron a un paraltico en una camilla desde el techo
de una casa (Ver Lc 5, 17-26), en ste, antes de sanarle del cuerpo, vio primero su
necesidad interior y le perdon sus pecados, para posteriormente sanarle de su parlisis.
Pero es importante que entienda que Jess no slo quiere sanarle, sino que adems L
puede hacerlo. "Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo
conforme a su voluntad l nos oye nuestras oraciones, tambin sabemos que ya
tenemos lo que le hemos pedido" (1 Jn 5, 14-15). S hermanos, sabemos que ya tenemos
lo que le hemos pedido; es decir, que Jess ya nos lo ha dado. Y as nos ense L
mismo a orar, cuando nos dijo: "por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en
oracin, crean que ya lo han conseguido y lo recibirn" (Mc 11, 24). sta es la
condicin para recibir sus gracias: creer que ya lo hemos conseguido de parte del
Seor. Esta es la fe.
Jess nos ense tambin dos formas en que nuestra oracin ser ms poderosa y
efectiva: La primera, pedir en nombre "Les aseguro que el Padre les dar todo lo que le
pidan en mi nombre. Hasta ahora, ustedes no han pedido nada en mi nombre: pidan y
recibirn, para que su alegra sea completa" (Jn 16, 23-24).
La segunda forma es ponernos de acuerdo para pedir: "S dos de ustedes se ponen de
acuerdo aqu en la tierra para pedir algo en oracin, mi Padre que est en el cielo se lo
dar. Porque donde dos o tres se renen en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos"
(Mt 18, 19-20).
Hermanos, aqu somos ms de dos y nos vamos a poner de acuerdo para pedirle al
Seor que nos sane de todas aquellas heridas que an nos oprimen, y sabemos que l
nos va a or, porque nos ama ms que nadie y la oracin hecha con fe tiene mucho
poder.
Jess no slo realiz estas curaciones mientras estuvo en la tierra, y las que aparecen
escritas en la Biblia no fueron las nicas que hizo. Jess vive hoy, hermanos, y est
presente y sanando hoy a todo aquel que acude a l, porque "Jesucristo es el mismo
ayer, hoy y siempre" (Hb 13, 8).
De todas partes escuchamos los testimonios de lo que Jess est haciendo en su Iglesia,
que como Cuerpo suyo que es, tiene que estar sana y llena de vida, y t eres parte de su
Iglesia y, por tanto, parte de su Cuerpo e hijo de Dios, tienes pleno derecho a reclamar
que en ti se cumplan sus maravillosas promesas.
"Que Dios mismo, el Dios de paz, los haga a ustedes perfectamente santos, y les
conserve todo su ser, espritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para la venida de
nuestro Seor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel, y cumplir todo esto" (1 Tes. 5,
23-24).
Citas Bblicas
Sanacin Interior
Ga 5, 1
24 el mismo que, sobre el madero, llev nuestros pecados en su cuerpo, a fin de que,
muertos a nuestros pecados, viviramos para la justicia; con cuyas heridas habis sido
curados.
1 Pe 2, 24
1 Jn 4, 18
As pues, si habis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde est Cristo
sentado a la diestra de Dios. 2 Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. 3
Porque habis muerto, y vuestra vida est oculta con Cristo en Dios. 4 Cuando aparezca
Cristo, vida vuestra, entonces tambin vosotros apareceris gloriosos con l.
Col 3, 4
6 Por lo cual rebosis de alegra, aunque sea preciso que todava por algn tiempo seis
afligidos con diversas pruebas, 7 a fin de que la calidad probada de vuestra fe, ms
preciosa que el oro perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de
alabanza, de gloria y de honor, en la Revelacin de Jesucristo. 8 A quien amis sin
haberle visto; en quien creis, aunque de momento no le veis, rebosando de alegra
inefable y gloriosa; 9 y alcanzis la meta de vuestra fe, la salvacin de las almas.
1 Pe 1, 6-7
Mt 11, 28
Ef. 2, 14
1 Jn 5, 14-15
Ten fe y pdeselo
Jn 16, 23-24
Mt 18, 19-20
Lc 4, 39
Lc 5, 17-26
Hb 13, 8
Testimonio
Conocen ustedes al caracolito del mar? Es un molusco pequeito, que vive dentro del
agua salada, que puede salir a la intemperie, y si lo tocas, inmediatamente se mete
dentro de su caparazn, protegindose del intruso, y solo vuelve a salir cuando ste se
va. Slo saca su cabecita cuando est en confianza, o dentro del agua del mar cuando
est muy seguro de no ser atacado por los dems.
Este es el testimonio del amor de Dios en una persona que tena una vida como la del
caracolito, del prrafo anterior.
Desde muy chiquita era lder, tanto que ms o menos a los cinco aos destacaba en las
artes y en los nmeros, incluso lleg a salir en la primera pgina de los peridicos de la
poca.
Pero lleg una tarde que la marc, cuando tena 5 aos, durante 3 das seguidos un
familiar toc su cuerpo, esto la aterr y se sinti sucia, ella no se lo dijo a sus padres, y a
partir de all todo cambi, el carcter, se volvi introvertido, no deseaba la compaa de
ninguna persona y determin estar siempre sola y borrar todo de su mente.
El saln de clases era de menos de 8 varoncitos y ella la nica nia, as que opt por
seguir haciendo lo del caracolito, vivir dentro de s construyendo su propia vida. Luego
vino otra niita, pero no vari mucho la vida.
En la cabecita de la nia, daba vuelta la idea que haba que ser fea, y listo, se convirti
en fea. Ya ms jovencita, a los 11 aos aproximadamente, fue obligada por su mam ha
asistir a una fiesta, donde no acept seguir un juego de nios de ir a una habitacin
con un varn, por lo que fue insultada y marginada totalmente por todos los asistentes.
Como la nia senta no ser capaz de soportar todo esto, una noche de las que como
siempre se quedaba sola, agarr un cuchillo y pens que mejor era terminar con todo, y
la voz del Seor la detuvo, por lo que no pudo concluir con su propsito.
En su cuarto haba un cuadro del ngel de la Guarda con una niita. La vecina de la
casa donde viva le regal una perrita recin nacida.
Bajo estas circunstancias la nia construy su mundo, ella, el ngel del cuadro y la
perrita, ante cada problema, recurra a su compaa, lo que continu hasta adulta.
Pas el tiempo y haba que seguir estudios en otra escuela, pues en el poblado no exista
escuela secundaria para continuar. As que la mandaron a un internado de seoritas.
Donde se tena horario para todo, menos para hablar ni jugar. El dormitorio tena tres
sistemas de seguridad, con candado incluido, las ventanas estaban pintadas de blanco
para no ver la calle. Y haba que decir el rosario 4 veces al da obligatoriamente.
Continu sus estudios de msica y solo poda practicar en la iglesia en ocasiones
especiales. As fue como en lugar de vivir en un internado para seoritas, viva en una
crcel.
Segua siendo caracolito, las alumnas externas crean que llevaba el chisme de lo que
pasaba en clase, lo cual no era cierto, y se acentu la fijacin de ella con el asunto de los
chismes.
Fue tanta la decepcin, que se enferm. El mdico asust a la familia, diciendo que la
enfermedad ira en aumento hasta llegar a todo su cuerpo, que haba que hacer una
operacin de alto riesgo. Y aceptaron. Se perdi el ao, estuvo en terapia todo ese ao.
No qued bien. Cualquier tensin, acentuaba el resago de la enfermedad y lo nico que
generaba era desagrado en los dems. Se pas a otra universidad y termin la carrera
que nunca quiso.
En su primer trabajo, un trabajador la encerr y quiso abusar de ella. Dio tales gritos que
permitieron que vinieran en su auxilio. Otra vez caracolito construyendo una vida en su
interior totalmente diferente a la caradura que se iba construyendo poco a poco por
fuera.
Se cambi de trabajo. Sigui otros estudios en lo que le gustaba, los nmeros. Sin
embargo, all se repiti la misma situacin del colegio, todos varones y la nica mujer o
a veces en otras clases otra mujer ms. Los profesores dispusieron la conformacin de
grupos de trabajo, ella no fue aceptada pues decan que con ella no, (se lo dijeron
directamente) y solo lo hicieron cuando el profesor determin el nmero de personas
que conformara cada grupo.
Para ser aceptada en el grupo y poder continuar en los estudios ella les haca las tareas,
les haca el trabajo ms pesado, hacindose la fama de chancona. Solo pudo hacer un
amigo sincero. Ella termin los estudios con sobresaliente, y fue a trabajar en un puesto
bastante importante donde continu con la misma fama, dura y distante, caracolito.
En el trabajo, un grupo de hombres hizo una apuesta para que uno de ellos fuera su
enamorado. Esta relacin dur una semana, pues ella se enter del motivo de la apuesta.
As que caracolito. Uno de los jefes le indic que haba que hacer un trabajo urgente en
un da no laborable, (situacin normal en el centro de trabajo) en que no haba nadie,
tratando de abusar de ella, as que hizo uso de todo lo que encontr para tirrselo, y
poder escapar, nuevamente caracolito y decidi no tener relacin amorosa alguna.
De cuando en cuando su amigo de los estudios la llamaba para que lo ayudara en esto o
en lo otro, y lo ayudaba. Una tarde en la oficina de l, le coment estar separado de su
esposa y le confes su amor, le coment que nunca haba pensado enamorarse de ella
porque siempre se aprovechaba de las mujeres, y simplemente no le crey.
Ella termin en la iglesia, otra vez hablando con el Seor, dicindole que ya basta de
estar siempre decepcionada de la gente, otra vez caracolito, pero con un agregado mas,
se endureci mas, y no quiso saber mas de Dios, con El mejor de lejitos.
Y pasaron los aos, mas amargada, ms fea, mas enferma. Los mdicos le
diagnosticaron que tena un problema en el corazn. En algn momento se lleg al
extremo de ponerle un aparato todo el da para monitorearla. No poda caminar, tena
que estar sentada en la cama, no respiraba bien. Tena diabetes, colesterol, dolores muy
intensos de cabeza, ginecolgicamente irregular, y se le detect asma.
A pesar de esto, ella constituy una empresa y se hizo cargo de sus padres y su
hermano, Todo aquel que la conoca simplemente se formaba la imagen de que era una
amargada, dura pero que saba de su tema. As que opt por no dar la cara a los clientes.
Trabajo tras bambalinas como quien dice.
Fue un golpe tremendo, ella vea a Dios de lejos y ah se vea a gente bailar
alegremente, sin respeto sin guardar las formas. Y esto llam su atencin. O mejor
dicho el Seor les dijo hola
A partir de ah ella se empez a reunir con el hermano que los llev por primera vez, y
otros hermanos mas. En una oportunidad, salieron a cenar, y la conversacin fue
llegando a convertirse en oracin de sanacin interior para ella, el hermano empez a
orar y sin mas ni mas, le pregunt si ella haba sido violada, lo que trajo a su memoria
los recuerdos anteriormente contados, tratando de desviar el rumbo de la oracin, pero
el Espritu Santo ya haba empezado a hacer su trabajo de sanarla a pesar de ella misma.
Finalmente quedaron en continuar la oracin al da siguiente con la recomendacin del
hermano para que ella ore al Espritu Santo para que le recordara cada instante difcil de
su vida.
En la noche del da siguiente, continu la oracin, a pesar que antes de asistir a los
grupos de oracin ella se haba impuesto la determinacin de no recordar nada de lo
ocurrido en su vida, ella con la gua del Espritu Santo, pudo volcar todo lo que contena
su caparazn, en la oracin empez no solo a recordar si no hasta revivir cada instante
difcil de su vida, pero esta vez acompaada de Jess e invocando el poder de su sangre
para ser sana interiormente y poco a poco, el Seor ha ido sanando cada parte daada de
su vida, sanndola, con paciencia, poquito a poquito como para que ella no se asuste y
corra al caparazn otra vez.
Est aprendiendo a sonrer y a hablar con los dems. Poco a poco. Est comenzando a
confiar en los dems. Est empezando a sentir. Est comenzado a esperar algo en la
vida. Est esperando amar y ser amada. Est confiando en que el Seor le d aquello por
lo cual la guard, le indique el camino a seguir y el esposo en el cual ser uno para servir
a Jess.
Esto es as, tanto que ya empez a salir con otras personas, hombres y mujeres y ya no
tiene miedo, asiste a reuniones, ha asistido a vigilias de la Renovacin durante toda la
noche (diariamente se acostaba a las 8 de la noche), todo gracias a nuestro Seor
Jesucristo.
Ella ya entreg su vida la Seor, todo lo que tiene y tendr. No slo sus bienes fsicos,
sino su vida familiar y su futura familia propia. Y sabe que fue el amor de Dios quien la
puso en este mundo. Y sabe que fue el amor de Dios hacia ella, la que la perdon. Y
sabe que fue el amor de Dios hacia ella quien la cuid, la cuida y la cuidar. Y le pide
que le ensee cada da a amarlo mas a El.
Tambin sabe que lo que vendr no solo sern flores, pero que junto a El todo ser ms
llevadero y que su gracia algn da permitir que sea acogida en su Reino. Tambin sabe
que todava no ha culminado su crecimiento, pero confa en que el Seor la ir sanando
cada da ms.
Oracin
INTRODUCCIN
LA SANACIN DE PEDRO
El Seor quiere a sus hijos sanos y libres de toda carga y atadura, y quien dude de esto,
debe meditar sobre el caso de Pedro, pues su comportamiento, no corresponda a la
confianza que desde un principio Jess deposit en l (Mt 16, 16 - 19), ni realmente
crea en todo lo que Jess le deca (Mt 26, 34 35),
En efecto, no se poda decir que Pedro era un modelo de discpulo, era evidentemente el
primero que generalmente tomaba la palabra, (Mt 16, 15 19) pero tena, como
cualquiera de nosotros, sus propios planes e intereses que lo llevaron incluso a
reprender a Jess (Mt 16, 22 23) tentndolo para que no realice su obra redentora.
Es dentro de este contexto, que ante la prediccin de la pasin del Seor, Pedro
proclama que aunque todos se escandalicen de Ti, yo nunca me escandalizar, lo que
tal como lo haba profetizado Jess, Pedro no cumpli.
Como es conocido, Pedro neg a su maestro tres veces, e incluso cruz su mirada con la
de Jess en dicho trance.
No es difcil darse cuenta de que manera se habr sentido Pedro, no solamente mal si no
un fracaso y un cobarde completo, ni siquiera ante la mirada de Jess, pudo rectificar su
negacin y gritar que si lo conoca, lo nico que atin a hacer fue huir y llorar
amargamente.
Bajo estas circunstancias, poda Pedro realizar la obra que Jess le haba
encomendado?, evidentemente no, siempre quedara en l la marca psicolgica de la
cobarda de la negacin y la mirada de Jess.
Requera ser sano de este profundo dolor que implica el haberle fallado al Maestro, el
haberse fallado a si mismo y el haber fallado a los otros discpulos a quienes haba
dirigido a decir no te negar.
Y esa sanidad lleg a l, y lleg de aquel a quien haba negado, lleg de Jess, pues el
Maestro, lo san para que Pedro pudiera cumplir eficazmente con la misin encargada,
para esto Jess escogi el lugar y circunstancias similares a las que rodearon a la
negacin, con algunas variantes, veamos:
Tanto el ambiente de la negacin como el del lugar donde se efectu la sanacin fueron
similares; haba penumbra, una de madrugada y otra al amanecer.
En ambos casos, los asistentes estaban alrededor de fuego, en un caso eran los
acusadores de Jess (hostiles a El), y en otro sus discpulos (los que lo amaban), los
primeros dispuestos a matarlo y los segundos para tener una comunin con El (violencia
v/s amor).
A todo esto, Jess agrega ciertos factores que le dan seguridad y confianza a Pedro, esto
es un compartir un pez y un pan, y la pregunta va acompaada de un mas que estos?
Y una confirmacin de su liderazgo apacienta mis ovejas
Solo as puede Pedro salir fortalecido del tremendo dolor de haber negado al Maestro y
cumplir con el encargo que tena de predicar la buena nueva por todo el mundo
Al igual que Jess san a Pedro, Jess te puede sanar a ti, solo tienes que permitirle que
El haga lo mismo, recorrer contigo los momentos dolorosos de tu vida, de su mano,
sintiendo todo el amor que desde la eternidad tiene para ti, djate amar y sanar por tu
creador, quien mas que El para conocer y comprender toda tu vida y todas tus
experiencias, el no ha venido a juzgarte, ha venido a sanarte, no ha venido por los sanos,
ha venido por los que tienen necesidad de El, por los pecadores, por los que con
sinceridad reconocen sus problemas ante El
Deja que entre en tu vida, rinde tu vida a El, entrgale tus cargas, tal como El te lo pide:
Sintense cmodos, relajados, con los ojos cerrados para no distraerse. La espalda
derecha y las manos con las palmas hacia arriba en actitud receptiva. A medida que te
relajas, percibe tu respiracin. Tu corazn late normalmente dentro de ti. Te das cuenta
de que dentro de ti hay vida. Es la vida de Dios mismo que un da sopl sobre ti. T eres
presencia de Dios. Dios te ama. Piensa en el amor de Dios por ti. Si slo supieras cunto
te ama l (SILENCIO).
Procura verte como en una pelcula. All ests en un ambiente tranquilo, tibio, te mueves
con libertad y te sientes seguro. Jess quiere sanar cualquier influencia negativa que
puedes haber recibido en el tiempo del embarazo de mam l es el dueo del pasado
y hoy puede tocarte
Tal vez tu mam no quera que vinieses a este mundo y esto dej en ti un sentimiento de
rechazo. Tal vez la inseguridad te afect. Tal vez mam se cay o fue golpeada, Jess
toca ese momento Cualquier impresin fuerte que tu mam haya tenido durante el
tiempo de tu gestacin pude haberte afectado y en este momento Jess te est sanando.
Gracias Jess por tu Luz y tu Amor. Gracias por tu Luz que sana todas las huellas de
circunstancias negativas en esa etapa antes de nacer Seor, que fluya tu poder sanador
en forma de Luz. (SILENCIO)
Ahora, piensa en momentos antes de nacer. Es posible que hayas estado en una posicin
no adecuada l sana lo traumtico de ese momento por los sufrimientos de tu mam.
Ahora, imagnate que desciendes para venir a esta tierra por un tiempo Jess te recibe
en el momento de nacer te levanta en sus manos llenndote de cario l llena todos
los vacos de tu corazn con su Amor L sana los traumas de golpes involuntarios
que puedes haber recibido Gracias, Seor, Por tu Amor a la criatura pequea que soy.
Gracias porque en este momento suples todo el Amor que falt de mam o de pap
(SILENCIO).
Escoge uno de los cuartos de cuando tenas esa edad. Imagnate que ests con Jess. l
se sienta en la cama y te levanta en sus rodillas, te llena de Amor y t te sientas bien. Te
gusta que te acaricien Sientes su Amor (SILENCIO).
Lleno del Amor de Dios, sientes que puedes Amar y dejarte Amar. Ahora, Jess invita a
tu pap a que entre al cuarto y t dejas que l te levante en sus brazos y puedes decirle...
"Pap, yo te perdono. Yo te quiero mucho". La Luz de Dios te rodea (SILENCIO).
Jess invita tambin a tu mam y ella se agacha para ponerse a tu altura y tambin te
levanta en sus brazos. Tocando su rostro, t puedes decirle... "Mam yo te perdono. Yo
te quiero mucho". La Luz de Dios te rodea. Ves como Jess bendice a tu Pap, a tu
Mam y a ti. (SILENCIO).
A medida que crecas, el mundo empez a darte experiencias negativas que hoy estn en
tu mundo subconsciente como cuadros viejos y llenos de polvos que por lo doloroso que
son, ni quisiera recordar. Las heridas eran tan profundas que jams te atreviste a
comunicarlas a nadie; el solo pensar lo que pas te hace sentir culpable. Tal vez huiste
de una situacin o tal vez viste, tocaste u oste algo chocante para tu mente de criatura
pequea. Ahora, Jess est contigo en esos momentos, El te toma de la mano y te llena
de confianza. Mrate en las manos de Jess... (SILENCIO).
No hay nada que temer, nadie te culpa. Su amor y su calor te rodean y ahora puedes ver
esas circunstancias con paz. Jess bendice ese momento y a las personas, sanado los
recuerdos dolorosos. Siente su poder sanador y su amor que penetra tu mundo
subconsciente, desplazando toda oscuridad. El es luz y quita todo temor.
Como adulto, tal vez experimentas en ti fuerzas que te llevan a las drogas, alcohol, sexo,
etc. Sientes que ni esto te satisface plenamente... Tal vez hay un vaco en ti por falta de
amor y ternura en la niez.
Aunque fluyen recuerdos dolorosos, el Seor te dice: "No temas, Yo estoy contigo". El
toca an las cicatrices que esto dej en ti... Tu corazn se llena de gozo disponindose a
recibir nuevas fuerzas para vencer todo lo negativo en ti...
Su Luz se desplaza por tu sistema nervioso quitando toda tensin. Percibe Su presencia,
Su luz y Su calor... Jess te dice: "Yo te amo y acepto tal como eres".
El Seor sana toda incertidumbre por el futuro. El aumenta tu confianza en El. Jess te
dice: "No temas, Yo estoy contigo".
Ahora, t puedes sentir el amor del Padre, su presencia y escuchar que te dice: "Recibe
mi amor y el poder de mi Espritu... Estoy despertando en ti capacidades nuevas que
tena para ti desde toda la eternidad pero que estaban como dormidas en ti. T eres mi
hijo".
Sufre Crcel.-
1 Por aquel tiempo el rey Herodes ech mano a algunos de la Iglesia para maltratarlos. 2
Hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan.3 Al ver que esto les gustaba a
los judos, se atrevi a prender tambin a Pedro. Eran los das de los zimos. 4 Le
apres, pues, le meti en la crcel y le confi a cuatro escuadras de cuatro soldados para
que le custodiasen, con la intencin de presentarle ante el pueblo despus de la Pascua.
5 As pues, Pedro estaba custodiado en la crcel, mientras la iglesia oraba
insistentemente por l a Dios.
Hch. 12, 1 - 5
b)
e)
2. Cules pueden ser las causas de las heridas interiores? Cita ejemplos.
b)
c)
7. Quien odia a su hermano est en _______________y anda en _____________sin
saber a dnde va, pues las lo han cegado (1 Jn 2, 11).
8. El________ perfecto echa fuera el___________ (1 Jn 4, 18).
9. Con l tenemos ___________________________de que si le pedimos algo
conforme a ___________________, nos escuchar.
Y si , sabemos
que_____________________ lo que le hemos pedido (1 Jn 5, 1415).
1. INTRODUCCION
Hemos compartido en el tema anterior acerca de las heridas interiores que requieren a
menudo de oracin de sanacin interior para ser superadas definitivamente. El amor
sanador de Jess puede actuar en cada uno de nosotros si se lo permitimos y lo sabemos
invocar.
Pocas veces somos ofendidos en realidad, aunque son muchas las veces que nos
sentimos ofendidos por los dems. Por ello, la causa ms frecuente de heridas interiores
que ocasionen fuertes bloqueos en las personas, es la falta de perdn.
2. QU ES EL PERDON?
Es una gracia que viene de Dios, el fruto de ella nos hace entrar en una actitud de
perdonar a quienes nos ofendieron, pero es tambin necesaria nuestra decisin para
poder lograrlo. Perdonar es abandonar o eliminar todo sentimiento adverso contra el
hermano.
Cuando no tomamos esta decisin, seguimos en las tinieblas del pecado, mas Dios
Padres, rico en misericordia nos regala esta promesa: "Aunque tus pecados como la
nieve, aunque sean rojos como prpura, se volvern como lana blanca" (Is 1, 18).
La gracia de Dios es como esa nieve blanca que l nos quiere regalara, si tomamos la
decisin de perdonar. Al dar este paso pidmosle a Jess que venga a fortalecer con su
presencia esta decisin, que no debe estar apoyada nicamente en el sentimiento.
Hay que pedrselo no slo un da, sino todos los das, para ser empapados por su gracia,
ya que solos no podemos, nuestra naturaleza humana es muy compleja y lenta para
comprender.
En la base de toda herida hay un perdn que dar o recibir, porque frecuentemente nos
herimos unos a otros, ya sea con: palabras, respuestas bruscas, reacciones toscas,
preguntas impertinentes, gestos, miradas, tambin cuando por egosmo usamos a las
personas (ellas se dan cuenta y se sienten lastimadas), al disponer a las personas con
calumnias, chismes, engaos, mentiras, hipocresas y ni qu decir de las infidelidades.
Las ofensas nos causan profundas heridas, que se traducen en ira, falta de paz,
resentimientos y enemistades, odio y venganza, y hasta pueden enfermarse fsicamente
(artritis reumatoide, lceras, hipertensin, dolores de cabeza constantes, malestares y
desencadenar hasta ciertos tipos de cncer), psquicamente (nerviosidad, depresiones,
angustias, susceptibilidad) y espirituales (falta de paz). Para estos casos, no hay terapia
ms sanadora y liberadora que el perdn.
Al ser ofendidos se lo guardan, aparentan ante los dems que todo est bien
mientras van maquinando su venganza hasta lograrla. Los vengativos actan con
astucia e hipocresa.
Son personas que acaparan la atencin de los dems hacia ellos, son
desconfiados. Tienen una personalidad conflictiva, slo se llevan bien con
aquellos que hacen lo que ellos quieren.
d.- Los que Odian.- Las personas que odian estn llenas de resentimiento y de
rencor, viven a la defensiva con una agresividad franca o disimulada, llegan a
desear que la otra persona desaparezca, que se muera. "Todo el que aborrece a su
hermano es un asesino". (1 Jn 3, 15). Toda el que odia tiende a rechazar a Dios y
a las personas que tengan similitud con quien las hiri.
Tambin existen los casos de quienes, sin adoptar ninguna de estas cuatro
reacciones, s se proponen perdonar, pero no pueden hacerlo. Esto se debe a que
la herida que sufrieron fue tan grande, que perciben que el resentimiento es ms
fuerte que ello, aunque en realidad no es as.
Humanamente lo lgico es que pida perdn quien ha ofendido, pero el ofendido, como
hijo de Dios, debe ser instrumento de unidad, de amor, de paz y reconciliacin. A
nosotros, no slo nos cabe determinar quin caus la ofensa o quin la recibi, sino la
iniciativa para que se produzca la reconciliacin. Cmo podemos orar el Padrenuestro
y decir: "perdona nuestras ofensas, como tambin perdonamos a los que nos ofende", si
nosotros no hemos perdonado? El Seor har lo mismo con nosotros.
a.- El Ofensor.- Es la persona que lastima, hiere y causa dao "Por eso cuando
presente una ofrenda al altar, si recuerdas all que tu hermano tiene alguna queja
en contra tuya, deja ah tu ofrenda ante el Altar, anda primero a hacer las pacer
con tu hermano y entonces vuelve a presentarla "(Mt 5, 23-24)
b.- El Ofendido.- Es quien recibe la ofensa, el maltrato verbal y/o fsico. Si bien
es cierto que el ofendido recibe toda la ira, amargura, prepotencias,
frustraciones, etc., del ofensor; la palabra de Dios hoy no slo invita al ofensor a
hacer las paces sino, tambin al ofendido; "Si tu hermano ha pecado contra ti,
anda a hablar con l a solas, si te escucha, has ganado a tu hermano".
Es como si Jess te dijera: ve habla con tu hermano, pero no vayas con la actitud de una
persona ofendida sino de alguien que ha perdonado. Con tu actuar podrs ayudarle a que
l reconozca su error. La palabra de Dios Dice: "El que se humilla ser ensalzado"(Lc.
18, 14b). T no tienes la culpa, pero si tu vas y te humillas ante tu hermano lo habrs
ganado. Dios con su gracia los unir y manifestar su Gloria.
6. A QUIENES PERDONAR?
A travs de la experiencia se ha podido comprobar que existen tres niveles del perdn,
los cuales son:
Perdonar a Dios
a.- Perdonar a Dios.- Parece ilgico perdonar a Dios y decirle "yo te perdono
Dios", ya que l no ofende a nadie porque Dios es Amor (1 Jn 4, 8), sino porque
nosotros lo necesitamos. Quizs desde nios nos han dicho: "Si no te portas bien
Dios te va a castigar; si no comes Dios te va a castigar; si no cuidas a tu
hermanito Dios te va a castigar, etc.".
A veces pensamos que todo lo malo que nos sucede es culpa de Dios,
reaccionamos como Adn cuando le ech la culpa a la mujer, as, si perdemos el
trabajo, ni nacimos con algn defecto o limitacin fsica, si muri algn ser
querido, si tenemos alguna enfermedad, si pensamos que es culpa de Dios o que
El Seor me est castigando y le preguntamos "Por qu a m?", llenndonos de
rencor y de amargura contra Dios. Nuestra naturaleza humana tiende siempre a
echarle la culpa a alguien y en este caso a dios.
Perdonar a Dios es arrancar del corazn sentimiento de rencor que hemos nacer
dejado por un castigo inexistente. Por eso al perdonar a Dios, l sana la herida
causada por el castigo que nunca existi, nos ayuda a comprender su amor, a
entender nuestra torpeza humana y a restablecer los lazos de amistad con l.
"Tambin sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo
aman, a quienes l ha llamado segn su propio designio"(Rm 8,28).
La culpabilidad nos corroe y nos destruye, porque somos muy crueles para juzgarnos a
nosotros mismos.
Nosotros al recibir la ofensa o ser causante de la misma, necesitamos que el blsamo del
perdn nos restaure.
Perdonar las ofensas es ser el canal por donde pasa la gracia de Dios. La mejor medicina
para sanar las heridas del corazn es perdonar a los dems; es desatarnos ambos, porque
al perdonar somos libres y damos libertad al hermano.
El perdonar a los dems debe abarcar a todos sin excepcin desde los padres, hijos,
esposos, sacerdotes, vecinos, compaeros de trabajo, jefes, etc.
Este perdn a los dems no debemos darlo nicamente a aquellos que lo merecen, es
decir, a aquellos que nos pidieron perdn o que descubrimos que en realidad no fue su
intencin daarnos. El perdn cristiano debe llegar tambin a aquellos que nos daaron
con toda la intencin de hacerlo, y que hasta ni siquiera se han tomado la molestia de
pedirnos perdn o de explicarnos al menos las razones de su comportamiento.
Cuando la herida provocada por otros se ha hecho tan grande que humanamente nos
sentimos impotentes de lograr perdonarle, debemos comprender ante todo que la
sanacin de esta herida y el completo perdn se dar a travs de un proceso, que
implicar, como suele ocurrir en estos casos, un esfuerzo de nuestra parte si queremos
vernos verdaderamente librados de la atadura de la resentimiento.
Fundamentalmente, podemos hablar de tres pasos o etapas en del proceso del perdn,
para estos casos difciles:
Citas Bblicas
34. [7].El mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebelda y
el pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la falta de los padres pide cuentas a
sus hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta generacin. [9].y dijo: Seor, si
realmente me miras con buenos ojos, ven y camina en medio de nosotros; aunque sea un
pueblo rebelde, perdona nuestras faltas y pecados, y recbenos por herencia tuya.
Ex 34. 7, 9
Mc 1.4
Mt 26.28
1. [7].En l y por su sangre fuimos rescatados, y se nos dio el perdn de los pecados,
fruto de su generosidad inmensa.
Ef 1.7
5. [18].Todo eso es obra de Dios, que nos reconcili con l en Cristo y que a nosotros
nos encomienda el mensaje de la reconciliacin. [19].Pues en Cristo Dios estaba
reconciliando el mundo con l; ya no tomaba en cuenta los pecados de los hombres, sino
que a nosotros nos entregaba el mensaje de la reconciliacin. [20].Nos presentamos,
pues, como embajadores de Cristo, como si Dios mismo les exhortara por nuestra boca.
En nombre de Cristo les rogamos: djense reconciliar con Dios! [21].Dios hizo cargar
con nuestro pecado al que no cometi pecado, para que as nosotros participramos en
l de la justicia y perfeccin de Dios.
2 Co 5, 18 21
1. [18].Ahora Yahv les dice: Vengan, para que arreglemos cuentas. Aunque sus
pecados sean colorados, quedarn blancos como la nieve; aunque sean rojos como
prpura, se volvern como lana blanca.
Is 1, 18
8. [28].Tambin sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman,
a quienes l ha escogido y llamado.
Rom 8, 28
1 Jn 4, 8
13. [38].Sepan, pues, hermanos, cul es la promesa: por su intermedio ustedes recibirn
el perdn de los pecados y de todas esas cosas de las cuales buscaron en vano ser
liberados por la Ley de Moiss. [39].Quien cree en este Jess es liberado de todo esto.
Hch 13.38-39
1 Jn 3, 15
2. [11].En cambio, quien odia a su hermano est en las tinieblas y camina en tinieblas; y
no sabe adnde va, pues las tinieblas lo han cegado.
1 Jn 2, 11
18. [14].Yo les digo que este ltimo estaba en gracia de Dios cuando volvi a su casa,
pero el fariseo no. Porque el que se hace grande ser humillado, y el que se humilla ser
enaltecido.
Lc 18, 14b
51. (3) Ten piedad de m, OH Dios, en tu bondad, por tu gran corazn, borra mi falta.
[4].Que mi alma quede limpia de malicia, purifcame t de mi pecado.
2. [38].Pedro les contest: Arrepintanse, y que cada uno de ustedes se haga bautizar
en el Nombre de Jess, el Mesas, para que sus pecados sean perdonados. Entonces
recibirn el don del Espritu Santo.
Hch 2.38
20. [21].Jess les volvi a decir: La paz est con ustedes! Como el Padre me envo a
m, as los envo yo tambin. [22].Dicho esto, sopl sobre ellos y les dijo: Reciban el
Espritu Santo: [23].a quienes descarguen de sus pecados, sern liberados, y a quienes se
los retengan, les sern retenidos.
Jn 20.21-23
1. [77].para decir a su pueblo lo que ser su salvacin. Pues van a recibir el perdn de
sus pecados,
Lc 1.77
1 Jn 5.16
3. [29].En cambio el que calumnie al Espritu Santo, no tendr jams perdn, pues se
queda con un pecado que nunca lo dejar. [30].Y justamente se era su pecado cuando
decan: Est posedo por un espritu malo.
Mc 3. 29-30
6. [7].toc con l mi boca y dijo: Mira, esto ha tocado tus labios, tu falta ha sido
perdonada y tu pecado, borrado.
Is 6.7
Sal 79.9
32. [1]. Dichoso el que es absuelto de pecado y cuya culpa le ha sido borrada. [2].
Dichoso el hombre aquel a quien Dios no le nota culpa alguna y en cuyo espritu no se
halla engao.
Sal 32.1b, 2
Pecados
Contra Dios
1 Dios pronunci estas palabras: 2 Yo soy Yahv, tu Dios, que te he sacado del pas de
Egipto, del lugar de esclavitud. 3 No tendrs otros dioses fuera de m. 4 No te hars
escultura ni imagen alguna de lo que hay arriba en los cielos, abajo en la tierra o en las
aguas debajo de la tierra. 5 No te postrars ante ellas ni les dars culto, porque yo
Yahv, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos
hasta la tercera y cuarta generacin de los que me odian, 6 pero tengo misericordia por
mil generaciones con los que me aman y guardan mis mandamientos. 7 No pronunciars
el nombre de Yahv, tu Dios, en falso; porque Yahv no dejar sin castigo a quien
pronuncie su nombre en falso. 8 Recuerda el da del sbado para santificarlo. 9 Seis das
trabajars y hars todos tus trabajos, 10 pero el da sptimo es da de descanso en honor
de Yahv, tu Dios. No hars ningn trabajo, ni t, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu
sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. 11 Pues en seis das hizo
Yahv el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el sptimo descans; por eso
bendijo Yahv el da del sbado y lo santific.
Ex 20, 1 - 11
Rom 12, 11
Contra ti mismo
No sabis que sois templo de Dios y que el Espritu de Dios habita en vosotros? 17 Si
alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruir a l; porque el templo de Dios es
sagrado, y vosotros sois ese templo.
1 Co 3, 16 - 17
9No sabis acaso que los injustos no heredarn el Reino de Dios? No os engais! Ni
impuros, ni idlatras, ni adlteros, ni afeminados, ni homosexuales, 10 ni ladrones, ni
avaros, ni borrachos, ni ultrajadores, ni explotadores heredarn el Reino de Dios. 11 Y
tales fuisteis algunos de vosotros. Pero habis sido lavados, habis sido santificados,
habis sido justificados en el nombre del Seor Jesucristo y en el Espritu de nuestro
Dios.
1 Co 6, 9 11
Os digo esto: proceded segn el Espritu, y no deis satisfaccin a las apetencias de la
carne. 17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espritu, y el espritu contrarias a la
carne, como que son entre s tan opuestos, que no hacis lo que queris. 18 Pero, si sois
guiados por el Espritu, no estis bajo la ley.19 Ahora bien, las obras de la carne son
conocidas: fornicacin, impureza, libertinaje, 20 idolatra, hechicera, odios, discordia,
celos, iras, ambicin, divisiones, disensiones, 21 rivalidades, borracheras, comilonas y
cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen
tales cosas no heredarn el Reino de Dios. 22 En cambio el fruto del Espritu es amor,
alegra, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, 23 modestia, dominio de s; contra
tales cosas no hay ley. 24 Pues los que son de Cristo Jess, han crucificado la carne con
sus pasiones y sus apetencias. 25 Si vivimos por el Espritu, sigamos tambin al
Espritu. 26 No seamos vanidosos provocndonos los unos a los otros y envidindonos
mutuamente
Ga 5, 16 25
20 Y deca: Lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. 21 Porque de
dentro, del corazn de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos,
asesinatos, 22 adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia, injuria,
insolencia, insensatez. 23 Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al
hombre.
Mc 7, 20 - 23
Contra el prjimo
Lc 17, 1 - 3
Mt 6.12, 14-15
Mt 5, 23 24, 43 44
Eclo 28.2
18. [21].Entonces Pedro se acerc con esta pregunta: Seor, cuntas veces tengo que
perdonar las ofensas de mi hermano? Hasta siete veces? [22].Jess le contest: No te
digo siete, sino setenta y siete veces.
Mt 18. 21-22
El perdn, Sana!
1 Jn 1.9
103. [12]. Como el oriente est lejos del occidente as aleja de nosotros nuestras culpas.
Sal 103, 12
10. [17].No volver a acordarme de sus errores ni de sus pecados. [18].Pues bien, si los
pecados han sido perdonados, ya no hay sacrificios por el pecado.
Hb 10, 17-18
[40].Pero Jess, tomando la palabra, le dijo: Simn, tengo algo que decirte. Simn
contest: Habla, Maestro. Y Jess le dijo: [41]. Un prestamista tena dos deudores:
uno le deba quinientas monedas y el otro cincuenta. [42].Como no tenan con qu
pagarle, les perdon la deuda a ambos. Cul de los dos lo querr ms? [43].Simn le
contest: Pienso que aquel a quien le perdon ms. Y Jess le dijo: Has juzgado
bien. [44].Y volvindose hacia la mujer, dijo a Simn: Ves a esta mujer? Cuando
entr en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los
pies con sus lgrimas y me los ha secado con sus cabellos. [45].T no me has recibido
con un beso, pero ella, desde que entr, no ha dejado de cubrirme los pies de besos.
[46].T no me ungiste la cabeza con aceite; ella, en cambio, ha derramado perfume
sobre mis pies. [47].Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le quedan
perdonados, por el mucho amor que ha manifestado. En cambio aquel al que se le
perdona poco, demuestra poco amor. [48].Jess dijo despus a la mujer: Tus pecados
te quedan perdonados. [49].Y los que estaban con l a la mesa empezaron a pensar:
As que ahora pretende perdonar pecados? [50].Pero de nuevo Jess se dirigi a la
mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.
Lc 7. 40-50
Mt 9. 1-8
5. [15].La oracin hecha con fe salvar al que no puede levantarse; el Seor har que se
levante; y si ha cometido pecados, se le perdonarn. [16].Reconozcan sus pecados unos
ante otros y recen unos por otros para que sean sanados. La splica del justo tiene
mucho poder con tal de que sea perseverante:
Stg 5. 15-16
Mt 5, 23 24, 43 44
Mi sobrina se convirti en la otra sintiendo por ella y por mi esposo odio y rencor,
con continuas rias que daaban no solo mi salud si no la estabilidad emocional de
nuestros hijos.
Poco a poco mi salud se fue deteriorando, empec a sentir dolor en los huesos y en las
articulaciones, fui al mdico y me dijeron que tena artritis y reumatismo.
Mi salud empeoraba cada vez mas y finalmente el mdico me indic que tambin sufra
de osteoporosis, ya no poda atender a mis hijos, mi atender las obligaciones de mi
hogar, terminando postrada en cama, con dolores muy intensos.
Un da me enter que exista una parroquia en la que se oficiaba lo que llaman las Misas
de Sanacin, y que ah, si Dios lo quera, poda sanarme de mis males, averig que da
se llevaban a cabo dichas Misas, y venciendo un poco mi orgullo le ped a mi esposo a
que me lleve a dicha Misa, dicindole que los haga por nuestros hijos.
El da de la Misa, mi esposo me llev cargada como si fuera una bebe, pidindole a las
personas que estaban cerca tuvieran cuidado debido a la fragilidad de mis huesos y a lo
delicado de mi salud y me cedieron el asiento porque no poda sostenerme en pie.
El ambiente que se respiraba dentro de la iglesia era de mucha paz, los cantos y las caras
de los asistentes eran de mucha expectativa.
Cuando se inici la celebracin, el sacerdote, pregunt quienes queran ser sanos de sus
dolencias, levantando las manos muchas personas, cosa que no pude hacer debido a mis
dolores, y despus de ver las manos levantadas les pregunt cuantos estaban dispuestos
a perdonar las ofensas que haban recibido por algn familiar o quien sea que los
hubiera ofendido. Dijo que si Dios nos haba perdonado nuestros pecados, quienes
somos nosotros para no hacerlo.
Por supuesto que yo no estaba dispuesta a hacer tal cosa, eso no era posible,
desatndose en mi una gran lucha interior, yo no era responsable del comportamiento
desleal de mi esposo, yo no le haba faltado, yo era una buena esposa, nadie poda dudar
de mi lealtad y mas aun de mi amor por el, y a cada pensamiento responda no perdono
y trataba de justificar cada pensamiento.
A cada no perdono, senta mas dolor y vea a mi esposo casi llorando, y yo solo repeta
no perdono, que se ha credo este, con sus lgrimas de cocodrilo, que lo perdone su
madre.
Esto me quebr y solo dije; Seor, yo no puedo perdonar, me duele mucho esto, pero
quisiera hacerlo, aydame tu ha hacerlo, y finalmente solo atin a decir lo perdono.
La alabanza a Dios empez a escucharse muy fuerte, recuerdo que haba una cancin
que deca Sname Seor y yo solo segua la letra porque no conoca la cancin pero
todos la cantaban y levantaban las manos y solo me dej llevar por lo que ocurra.
La gente le preguntaba a mi esposo que era lo que haba tenido, (pues lo haban visto
llevarme cargada y ahora estaba caminado), lo que no poda responder y solo deca
perdname.
Despus de esto, pude expresar el perdn a mi esposo y a mi sobrina, y a partir de ese
da me he dado cuenta que todas las promesas de la Biblia se cumplen si creemos en un
Dios vivo.
Hoy mi vida ha cambiado, tengo paz, y sanidad, mi hogar se ha restablecido, y nos
hemos unido mas con mi esposo, quien tambin asiste al grupo de oracin de la
parroquia.
Gloria a Dios, que no solo me san y restaur mi hogar si no que tambin dio
seguridad de amor a mis hijos!
ORACIN
Seor Jess, hoy te pido la gracia de poder perdonar a todos los que me han ofendido en
la vida. S que T me dars la fuerza para perdonar.
Seor, yo te perdono por todas las veces que pens que T enviabas la muerte a alguien
de mi familia y la gente deca que "era la voluntad de Dios". Si ha habido algn
resentimiento subconsciente en m, yo te perdono, Seor. Yo te perdono tambin por las
dificultades, problemas econmicos y fracasos, ya que pensaba que T los enviabas a
m y a mis familiares. Seor, es posible que de nio/a haya guardado estos resentimiento
pero ahora yo te perdono.
Seor, me perdono a mi mismo/a por mis pecados, por mis faltas y mis cadas. Por todo
lo que es verdaderamente malo en m, por todo lo que pienso que es malo, me perdono a
m mismo/a. Me perdono por cualquier participacin en espiritismo, brujeras,
horscopos, consultas de adivinos y bsquedas de suerte. Por tomar tu Nombre sin
necesidad y por no adorarte como t te mereces.
Por haber herido a mis padres, por emborracharme, por drogarme, por mis pecados
contra la pureza, por adulterio, por aborto, por robar, por mentir, por todo esto me
perdono sinceramente. Gracias, Seor, por tu gracia en este momento.
Yo perdono sinceramente a mi madre; yo le perdono por todas las veces que ella me
hiri, me caus resentimiento, que se enoj conmigo y todas las veces que ella prefiri a
mis hermanos y a mis hermanas en vez de a m. Le perdono las veces que me dijo:
"tonto/a" "feo/a", "estpido/a", "eres el/la peor de todos mis hijos", y porque dijo que le
cost mucho dinero. Por las veces que ella me dijo que no era deseado/a, que vine a este
mundo por casualidad, o que no era lo que ella haba querido, que fui una equivocacin.
Yo la perdono de todo corazn.
Yo perdono a mi padre. Yo lo perdono por las veces que no me ayud por su falta de
amor, afecto y atencin. Yo lo perdono por su falta de tiempo, y por no estar conmigo
dndome su compaa. Yo le perdono sus hbitos de beber, sus discusiones y peleas con
mi madre y con mis hermanos. Por sus castigos severos, por abandonarnos, por haberse
alejado de casa, por divorciarse de mi madre y por las veces que prefiri estar fuera de
casa. Yo lo perdono.
Seor perdono a mis amigos que hablaron mal de m que perdieron contacto conmigo,
que no me dieron apoyo, que no estuvieron disponibles cuando yo los necesit a los que
les prest dinero y no me lo devolvieron. Yo les perdono.
Seor, yo perdono al (a la) que fue mi enamorado/a. Por su falta de sinceridad, por
engaarme serme infiel, utilizarme, inducirme al aborto, hacerme sufrir a m a mis
familiares, perjudicarme en mis estudios, humillarme, dejarme por otra persona,
alejarme de ti. Yo le perdono.
Seor, yo perdono a mi esposo/a, por sus faltas de amor, afecto consideracin, apoyo,
atencin, comunicacin; por sus faltas, sus cadas, sus debilidades, sus acciones y
palabras que me hirieron y me molestaron. Yo le perdono.
Seor Jess, yo oro en forma especial para obtener la gracia de perdonar a la persona
que ms me haya ofendido. Te pido poder perdonar a quien considero mi pero enemigo,
al que me cueste ms perdonar, o a que del cual digo que nunca lo perdonara.
Gracias, Seor porque me libras del mal y me ayuda a perdonar. Gracias por tu amor y
tu paz. Haz de tu Espritu Santo ilumine todos los rincones de mi mente.
Amn.
CUESTIONARIO
2.- ________ y por __________ fuimos _________, y se nos dio el perdn de los
pecados, fruto de ________________Ef 1.7
3.- En nombre de Cristo les rogamos: djense reconciliar con Dios! [21].Dios hizo
_________________ al que no ____________, para que as nosotros participramos en
___________________. 2 Co 5, 18 21
4.- [18].Ahora Yahv les dice: Vengan, para que arreglemos cuentas.
_______________, quedarn _______________; aunque _________ se volvern como
lana blanca. Is 1, 18
5.- (3) Ten piedad de m, OH Dios, en tu bondad, por tu gran __________, borra mi
_________. [4].Que mi alma quede limpia de ________, purifcame t de mi
_____________. Sal 51.1-2 (3-4)
6.- (2) Yo soy Yahv, tu Dios, que te he sacado del pas de Egipto, del lugar de
___________. 3 No tendrs otros dioses fuera de m. 4 No te hars ___________ ni
__________ __________ de lo que hay ________ en los cielos, _________ en la tierra
o en las aguas _________ de la tierra. 5 No te ___________ ante ellas ni les dars
_________, porque yo Yahv, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de
los padres en los hijos hasta la _________ y ___________ generacin de los que me
odian, 6 pero tengo misericordia por _______ generaciones con los que me aman y
guardan mis mandamientos. Ex 20, 2 - 6
7.- (16) No sabis que sois ________ de Dios y que el Espritu de Dios ___________
en vosotros? 17 Si alguno ___________ el templo de Dios, Dios le _____________ a
l; porque el templo de Dios es ________, y vosotros _______ ese templo. 1 Co 3, 16 -
17
8.- [9].Pero si ____________ nuestros pecados, l, que es _________ y ____________,
nos _____________ nuestros pecados y nos __________ de toda maldad. 1 Jn 1.9
10.- [23].Por eso, si t ests para presentar ____ __________ en el altar, y te acuerdas
de que _____ ____________ tiene algo contra ti, [24].______ ______ _________ ante
el altar, y _________ ___________ a hacer las paces con tu ___________; __________
vuelve y presenta tu ofrenda. Mt 5, 23 24
12.- Quines no logran perdonar? Enumere las reacciones o defensas ms comunes que
se adoptan ante los dems:
La condicin necesaria
Quin, si no Jess, conoca tanto al Espritu Santo? Y es Jess quien nos dice algo que
debe cuestionamos y llamar nuestra atencin profundamente: si recibimos a Cristo por
la fe y la conversin, nuestra vida tiene que estar siendo renovada constantemente por el
Espritu Santo.
Quien est lleno del Espritu Santo no puede ser siempre el mismo. Tiene en su interior
esa fuerza dinmica, un verdadero torrente de vida, de agua viva y abundante, es decir,
inagotable.
Cuando Jess afirm a Nicodemo que haba que nacer de lo alto para ver el reino de
Dios, ste qued sorprendido y desconcertado. Pero Jess continu diciendo:
En verdad te digo: El que no renace del agua y del Espritu no puede entrar en el
Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espritu es
espritu
Jn 3, 56
Y quin realiza esta obra en nosotros? Es el Espritu Santo. Slo l puede hacerlo. Esa
es, adems, su misin. Cmo sera de importante y necesaria su venida, que el mismo
Cristo tuvo que decir a sus apstoles: Les conviene que yo me vaya, porque mientras
yo no me vaya, el Protector no vendr a ustedes. Yo me voy, y es para envirselo (Jn
16, 7).
Los que viven segn la carne no pueden agradar a Dios. Ustedes ya no estn en la
carne, sino que viven en el espritu, pues el Espritu de Dios habita en ustedes. Si
alguno no tuviera el Espritu de Cristo, ste no le pertenecera
Rm 8, 89
El que tiene el Espritu de Cristo en su ser, tiene la Fuente de Vida misma brotando de
su interior.
Indudablemente, no basta con saber que necesitamos del Espritu Santo. Tenemos que
beber de l. Tiene que ocurrimos algo, un acontecimiento renovador que nos haga
despertar, que inflame nuestra alma de un amor ardiente y nos convierta en esa luz para
el mundo que Cristo espera que seamos (Cf. Mt 5, 14). Tiene que ocurrirnos lo mismo
que a los apstoles.
De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta rfaga de viento,
que llen toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego
que se repartieron y fueron posndose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron
llenos del Espritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espritu
les conceda que se expresaran
Hch 2, 24
Ante el desconcierto de todos los que se acercaron a verlos, Pedro, presentndose con
los Once, levant su voz (Hch 2, 14) y predic sin temor alguno, y lleno de la fuerza y
uncin del Espritu Santo, el mensaje de salvacin a todos los presentes. Ellos, luego de
or su predicacin, le preguntaron afligidos profundamente: Qu hemos de hacer,
hermanos?. Pedro les contest:
Qu gran noticia para todos! Tuvieron los creyentes que llenarse de la presencia del
Espritu Santo para as poder recin ser testigos de Jesucristo, quien les haba anunciado
antes de ascender a los cielos:
Juan bautiz con agua, pero ustedes sern bautizados en el Espritu Santo dentro de
pocos das... Recibirn la fuerza del Espritu Santo cuando venga sobre ustedes, y sern
mis testigos en Jerusaln, en Samaria y hasta los extremos de la tierra (Hch 1, 5.8).
Sin la fuerza del Espritu, no podremos convertimos en testigos de Cristo, pero llenos de
El, lograremos lo que pareca imposible: Aquel da se unieron a ellos unas tres mil
personas (Hch 2, 41).
Como producto de este encuentro nuevo, vivo y palpitante con Cristo muerto y
resucitado, nos abrimos totalmente a la persona del Espritu Santo y a su accin en
nuestro ser.
Es una verdadera renovacin interior que se traduce en un cambio exterior, y que nos
mueve a comunicar esta maravillosa experiencia a los dems, como quien pasa a otro
una antorcha encendida.
Vida nueva!
La experiencia de la conversin y de la efusin del Espritu Santo debe partir nuestra
vida en dos. Establece un antes de... y un despus de... . La palabra de Dios es
clara en este sentido:
El que est en Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha llegado
(2 Co 5, 17).
El hombre viejo muri: Ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus vicios y se
revistieron del hombre nuevo que no cesa de renovarse a la imagen de su Creador hasta
alcanzar el perfecto conocimiento (Col 3, 9blO). Lo engendrado por el Espritu, es
espiritual... Esto quiere decir para nosotros que tenemos que permitir que el Espritu
Santo realice en nosotros toda esa transformacin que necesitamos.
Vida nueva es un corazn nuevo, en el cual Jesucristo ocupa el primer lugar, es decir, un
corazn gobernado por Jesucristo y regido por el mandamiento del amor que l nos
comunic.
Vida nueva es tambin una mente renovada, despojada de los contravalores, principios y
criterios del hombre viejo que haca lo que el mundo le indicaba para poder agradarle, y
que ha asumido una nueva mentalidad, la del hombre nuevo, en la cual lo nico que
cuenta es hacer la voluntad de Dios y agradarle a l:
No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino ms bien transfrmense a partir
de una renovacin interior. As sabrn distinguir cul es la voluntad de Dios, lo que es
bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto (Rm 12, 2).
Vivir la vida nueva es realizar ahora el plan de Dios en mi vida, anteponindolo a mis
proyectos y deseos personales. Es tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo (Flp
2, 5) y portarse como l se porto (1 Jn 2, 6), dejndonos renovar y conducir por su
Espritu. Eso es estar (vivir) en Cristo.
Esta vida nueva est llamada a crecer hasta llegar a la edad adulta en Cristo, a la
madurez de comprensin y de virtudes, hasta alcanzar la plenitud de gracia e
identificacin con Jess en la gloria. La meta es una: la santidad.
Esto se logra con mucha oracin, con la lectura constante de la Palabra de Dios, la
frecuentacin de los sacramentos y la viva participacin en una comunidad cristiana.
Todo lo descrito aqu es el autntico fruto de la conversin. Sin conversin no hay vida
nueva, y sin vida nueva no hay conversin. La vida nueva se produce cuando la
conversin interior (del corazn) se traduce en un cambio de nuestra forma de vivir y
ver las cosas. Cuando hay un cambio de actitud. Es estar ahora siempre disponibles cada
vez que sintamos el llamado del Seor, como lo hizo Mara.
Mara era, ante todo, la llena de gracia. Ella fue llena de gracia en el momento de su
concepcin inmaculada, luego en la Encamacin y posteriormente en el cielo, despus
de su Asuncin. Ella estaba cada vez ms llena de gracia, pues Dios ensanchaba a cada
paso la capacidad del alma receptora de Mara. As, la Virgen estaba siempre llena de
gracia y, al mismo tiempo, creca constantemente en ella. Y qu es esto si no el estar
llena del Espritu Santo, que es la Persona-Don, la mayor de las gracias de Dios. El
Espritu Santo estaba presente en ella de una manera viva, ntima, vital e intensa. Por
ello, nada hizo al margen del Espritu, pues siempre estuvo toda sumergida y
compenetrada en l y con l.
En ese sentido, Mara era a la vez Sagrario y Esposa del Espritu Santo. Sagrario del
Espritu, pues Pablo dijo: No saben que son templo de Dios y que el Espritu de Dios
habita en ustedes? (1 Co 3, 16). Y si todo aquel que cree en Cristo es sagrario del
Espritu Santo pues l mora en su alma, en Mara el Espritu de Dios no encontraba,
como en nosotros, pecadores, a alguien remiso en su vida espiritual y que cae fcilmente
en el pecado.
Este Sagrario, que era Mara, le proporcionaba al Espritu Santo mximo bienestar, pues
en ella se encontraba como en otro cielo, seguridad plena, pues no tema verse arrojado
algn da del alma de Mara, y exclusividad, pues Mara jams admiti en su corazn a
ningn otro husped que no fuera el Espritu de su Seor.
Es Esposa del Espritu Santo, pues por su intervencin consagr e hizo fecunda la
virginidad de Mara para transformarla en Arca de la Alianza.
El Espritu Santo encontrar en nosotros, como en Mara, aquel lugar cmodo y seguro
donde habitar y siempre disponible para actuar?
Hemos odo decir tantas veces que recibimos el Espritu Santo en nuestro Bautismo
sacramental lo cual es cierto, y que mora all, como una llamita que lucha por
mantenerse viva.
Esto ltimo puede que se haya dado en nosotros hasta hoy, pero no puede seguir siendo
as. Ahora tendr que ser como nos lo pide la Palabra de Dios: Llnense del Espritu
Santo (Ef5, 18b). Este es, pues, un mandato del Seor para todo creyente en Cristo
Jess.
El libro de los Hechos de los Apstoles, que nos narra el testimonio inicial de la primera
comunidad cristiana, emplea numerosas veces esta expresin para decimos que estos
primeros testigos estaban llenos de la presencia del Espritu de Dios.
As, el da de Pentecosts, todos quedaron llenos del Espritu Santo (2, 4). Luego,
Pedro, lleno del Espritu Santo (4, 8), ante las autoridades judas que lo haban
arrestado junto a Juan, les dijo bien claro: No hay bajo el cielo otro nombre dado a los
hombres por el que nosotros debamos salvamos (4, 12). Y tras su liberacin, al reunirse
con los dems creyentes, empezaron todos a orar, y el lugar donde estaban reunidos
tembl; y todos fueron llenos del Espritu Santo, y se pusieron a anunciar con valenta
la Palabra de Dios (4, 31).
Cuando los apstoles eligieron diconos para que se dediquen al servicio de las mesas,
buscaron siete hombres de buena fama, llenos del Espritu y de sabidura (6, 3), entre
los cuales se encontraba Esteban, hombre lleno de fe y Espritu Santo (6, 5).
Es as que cuando Esteban, hombre lleno de gracia y de poder (6, 8), realizaba
grandes prodigios y seales milagrosas entre el pueblo, los judos comenzaron a
discutirle, pero no podan hacerle frente, porque hablaba con la sabidura que le daba el
Espritu Santo (6, 10). Por ello, en un momento de su defensa, exclam Esteban a sus
acusadores: Siempre estn en contra del Espritu Santo (7, 51). Al orlo, se
enfurecieron y rechinaron los dientes contra Esteban. Pero l, lleno del Espritu Santo,
mir al cielo y vio la gloria de Dios, y a Jess de pie a la derecha de Dios (7, 54).
A Saulo, luego de quedar ciego en su camino a Damasco, Ananas le impuso las manos
mientras le deca: El Seor Jess, el que se te apareci en el camino por donde venas,
me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espritu Santo (9, 17). Del
mismo modo, Bernab, compaero de Pablo en los inicios de su predicacin, era un
hombre excelente, lleno del Espritu Santo y de fe (11, 24).
Podemos notar de estos textos que era el Espritu Santo el gran protagonista de la
primera evangelizacin. El Espritu dijo a Felipe: Ve y acrcate a ese carro (Hch 8,
29) en el que se encontraba el funcionario etope, y luego de haberlo bautizado, el
Espritu del Seor se llev a Felipe (8, 39). La Iglesia aumentaba en nmero con la
ayuda del Espritu Santo (9, 31). A Pedro, luego de mostrarle una visin en oracin,
el Espritu le dijo: Tres hombres te vienen a buscan... (10, 19).
Poco despus, al narrar lo sucedido en casa de Cornelio y cmo el Espritu Santo baj
sobre todos (10, 44), Pedro afirm: El Espritu me mand que, sin dudarlo, fuera con
ellos (11, 12).
Un da, mientras los creyentes estaban celebrando el culto del Seor y ayunaban, el
Espritu Santo les dijo: Seprenme a Bernab y a Saulo, y envenlos a realizar la misin
para la que los he llamado (13, 2). De esta forma, Bernab y Saulo, enviados por el
Espritu Santo , bajaron a Seleucia y de all navegaron hasta la isla de Chipre (13, 4).
Incluso, en una ocasin, el Espritu Santo no les permiti anunciar el mensaje en la
provincia de Asia (16, 6), por lo que Pablo y sus acompaantes tuvieron que atravesar
Frigia y la regin de Galacia.
Las citas sobre el tema abundan. Las aqu mencionadas son slo unas muestras de cmo
era el Espritu Santo quien diriga e impulsaba la primera predicacin de los apstoles.
Es la Persona-Don
Si conociramos realmente el don de Dios...
Padre amoroso del pobre, don en tus dones esplndido, luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce husped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro
trabajo, brisa en las horas de fuego gozo que enjuga las lgrimas y reconforta en
los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriqucenos. Mira el vaco del hombre
si t le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envas tu aliento.
Riega la tierra en sequa, sana el corazn enfermo, lava las manchas, infunde calor
de vida en el hielo, doma el espritu indmito, gua al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones segn la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al
esfuerzo su mrito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amn.
Aleluya.
Qu Don ms grande nos puede haber dado Dios! l es el nico Don, es la Persona-
Don que se nos ha dado y derrama en nuestro interior el amor del Dios-Amor: Y la
esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por
el Espritu Santo que nos ha sido dado (Rm 5, 5).
El Espritu Santo debe no slo habitar, sino actuar en nosotros. Tiene que transformar
todo nuestro ser, y lo har en la medida en que se lo permitamos. Dejemos que sea el
Espritu Santo quien regenere y renueve nuestra vida:
Mas cuando se manifest la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres,
l nos salv, no por obras de justicia que hubisemos hecho nosotros, sino segn su
misericordia, por medio del bao de regeneracin y de renovacin del Espritu Santo
(Tt 3, 4-5).
Para obedecer este mandato de ser lleno del Espritu Santo, tenemos que:
Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cunto ms el
Padre del Cielo dar el Espritu Santo a los que se lo pidan!
Lc 11, 13
La sed por las cosas de Dios es lo que debe impulsamos a llenarnos de la presencia de
Dios y hacer su voluntad: Como anhela la cierva estar junto al arroyo, as mi alma
desea, Seor, estar contigo (Sal 42, 1).
Rocame con agua y ser limpio, lvame y ser blanco cual la nieve. Haz que sienta
otra vez jbilo y gozo... Crea en m, OH Dios, un corazn puro, un espritu firme pon en
m. No me rechaces lejos de tu rostro ni apartes de m tu santo espritu (Sal 51).
Entregarnos al Seor.
La entrega a Cristo es fundamental para el cristiano, pues de esta manera cedemos
nuestra propia voluntad para hacer ahora la de nuestro Seor. Es morir a s mismo y
tomar nuestra cruz, de tal manera que podamos decir algn da: Y ahora no vivo yo, es
Cristo quien vive en mi (Ga 2, 20).
Creer la promesa.
Recordmosla una vez ms: De lo ms profundo de todo aqul que crea en m
brotarn ros de agua viva (Jn 7, 38).
Crees esto? Crees que es la voluntad de Dios que esto ocurra en tu vida? La fe es la
llave de nuestro corazn y del corazn de Dios. La fe actualiza lo que esperamos, lo trae
al hoy.
Nosotros no hemos recibido un espritu de temor, sino el Espritu que nos hace hijos
adoptivos (Rm 8, 15) que nos hace clamar Abba!, o sea: Papito! Dejmonos llenar
por este Espritu de Dios y permitmosle libramos de toda atadura espiritual.
Si quieres llenarte de vida, llnate del Espritu Santo, pues l es Seor y Dador de Vida.
Esta vida est en ti, pero est esperando llenarte en plenitud hasta derramarse. Slo
cuando se derrama en nuestro interior es que pueden brotar esos ros de agua viva que
demostrarn que eres un testigo de Jesucristo.
Ven Espritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu
amor!
Ven, Seor! Marana tha.
CONCLUSIN
Slo el Espritu Santo puede realizar la transformacin de nuestra vida que quiere el
Seor.
Pidamos al Seor que nos llene con su Espritu como hizo con Mara y los apstoles
el da de Pentecosts, para as tener la fuerza para ser autnticos y fieles testigos de
un Cristo vivo.
Regresar al ndiceCITAS BBLICAS
Gn 1, 1 2
Lc 3, 21 - 22
Las alianzas
8 Dijo Dios a No y a sus hijos: 9 He pensado establecer mi alianza con vosotros y con
vuestra futura descendencia, 10 y con todo ser vivo que os acompaa: las aves, los
ganados y todas las alimaas que hay con vosotros, con todo lo que ha salido del arca,
todos los animales de la tierra. 11 Establezco mi alianza con vosotros, y no volver
nunca ms a ser aniquilada la vida por las aguas del diluvio, ni habr ms diluvio para
destruir la tierra. 12 Dijo Dios: sta es la seal de la alianza que para las generaciones
perpetuas pongo entre yo y vosotros y todo ser vivo que os acompaa: 13 Pongo mi
arco en las nubes, que servir de seal de la alianza entre yo y la tierra.
Gn 9, 8-13
25 Asimismo tom el cliz despus de cenar, diciendo: Esta copa es la nueva Alianza
en mi sangre. Cuantas veces la bebiereis, hacedlo en memoria ma. 26 Pues cada vez
que comis este pan y bebis de este cliz, anunciis la muerte del Seor, hasta que
venga.
1 Co 11, 25 - 26
4 Esta es la confianza que tenemos delante de Dios por Cristo. 5 No que por nosotros
mismos seamos capaces de atribuirnos cosa alguna, como propia nuestra, sino que
nuestra capacidad viene de Dios, 6 el cual nos capacit para ser ministros de una nueva
alianza, no de la letra, sino del Espritu, pues la letra mata mas el Espritu da vida.
2 Cor 3, 4 6
La promesa
1 Despus de esto yo derramar mi espritu sobre todo mortal y profetizarn
vuestros hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos tendrn sueos, vuestros jvenes vern
visiones. 2 Y hasta sobre siervos y siervas derramar mi Espritu en aquellos das. 3
Jl 3, 1 - 3
17 Por eso, di: As dice el Seor Yahv: Yo os recoger de en medio de los pueblos, os
congregar de los pases en los que habis sido dispersados, y os dar la tierra de Israel.
18 Vendrn y quitarn de ella todos sus dolos y abominaciones; 19 yo les dar un solo
corazn y pondr en ellos un espritu nuevo: quitar de su carne el corazn de piedra y
les dar un corazn de carne, 20 para que caminen segn mis preceptos, observen mis
normas y las pongan en prctica, y as sean mi pueblo y yo sea su Dios.
Ez 11, 17 20
1 El espritu del Seor Yahv est sobre m, por cuanto que me ha ungido Yahv. A
anunciar la buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a
pregonar a los cautivos la liberacin, y a los reclusos la libertad; 2 a pregonar ao de
gracia de Yahv, da de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran,
3 para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto,
alabanza en vez de espritu abatido. Se les llamar robles de justicia, plantacin de
Yahv para manifestar su gloria.
Is 61, 1-3
Lc 4, 16 - 18
4 Os he dicho esto para que, cuando llegue la hora, os acordis de que ya os lo haba
dicho. No os dije esto desde el principio porque estaba yo con vosotros. 5 Pero ahora
me voy a aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ` Dnde vas?'
6 Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. 7 Pero
yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendr a
vosotros el Parclito; pero si me voy, os lo enviar; 8 y cuando l venga, convencer
al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al
juicio; 9 en lo referente al pecado: porque no creen en m; 10 en lo referente a la
justicia porque me voy al Padre, y ya no me veris; 11 en lo referente al juicio, porque
el Prncipe de este mundo est juzgado. 12 Mucho tengo todava que deciros, pero
ahora no podis con ello. 13 Cuando venga l, el Espritu de la verdad, os guiar
hasta la verdad completa; pues no hablar por su cuenta, sino que hablar lo que
oiga, y os explicar lo que ha de venir. 14 l me dar gloria, porque recibir de lo
mo y os lo explicar a vosotros. 15 Todo lo que tiene el Padre es mo. Por eso he
dicho: Recibir de lo mo y os lo explicar a vosotros.
Jn 16, 7 - 13
1 El primer libro lo dediqu, Tefilo, a todo lo que Jess hizo y ense desde el
principio 2 hasta el da en que, despus de haber dado instrucciones por medio del
Espritu Santo a los apstoles que haba elegido, fue levantado a lo alto. 3 A estos
mismos, despus de su pasin, se les present dndoles pruebas de que viva, dejndose
ver de ellos durante cuarenta das y hablndoles del Reino de Dios. 4 Mientras estaba
comiendo con ellos, les orden: No os vayis de Jerusaln, sino aguardad la Promesa
del Padre, que osteis de m: 5 Porque Juan bautiz con agua, pero vosotros seris
bautizados con Espritu Santo dentro de pocos das.
Hch 1, 1 4
49 Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Vosotros
permaneced en la ciudad hasta que seis revestidos de poder desde lo alto.
Lc 24, 49
La promesa se cumple
l les contest: No es cosa vuestra conocer el tiempo y el momento que el Padre ha
fijado con su propia autoridad; 8 al contrario, vosotros recibiris una fuerza, cuando el
Espritu Santo venga sobre vosotros, y de este modo seris mis testigos en Jerusaln, en
toda Judea y Samara, y hasta los confines de la tierra.
Hch 1, 7 8
Hch 2, 1-4,
27 Porque verdaderamente en esta ciudad se han aliado Herodes y Poncio Pilatos con
las naciones y los pueblos de Israel contra tu santo siervo Jess, a quien has ungido, 28
para realizar lo que tu poder y tu voluntad haban predeterminado que sucediera. 29 Y
ahora, Seor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos proclamar tu palabra
con toda valenta; 30 extiende tu mano para realizar curaciones, signos y prodigios por
el nombre de tu santo siervo Jess. 31 Acabada su oracin, retembl el lugar donde
estaban reunidos, y todos quedaron llenos del Espritu Santo y proclamaban la palabra
de Dios con valenta.
Hch 4, 27-31
2 Co 7, 1
34 Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque no da el
Espritu con medida.
Jn 3, 34
1 Co 12, 1 3
1 Por tanto, es preciso que prestemos mayor atencin a lo que hemos odo, para que no
nos extraviemos. 2 Pues si la palabra promulgada por medio de ngeles obtuvo tal
firmeza que toda trasgresin y desobediencia recibi justa retribucin, 3 cmo
saldremos absueltos nosotros si descuidamos tan grande salvacin? La cual comenz a
ser anunciada por el Seor, y nos fue luego confirmada por quienes la oyeron, 4
testificando tambin Dios con signos y prodigios, con toda suerte de milagros y dones
del Espritu Santo repartidos segn su voluntad.
Hb 2, 1 - 4
39 Pedro parti inmediatamente con ellos. As que lleg le hicieron subir a la estancia
superior y se le presentaron todas las viudas llorando y mostrando las tnicas y los
mantos que Dorks haca mientras estuvo con ellas. 40 Pedro hizo salir a todos, se puso
de rodillas y or; despus se volvi al cadver y dijo: Tabit, levntate. Ella abri sus
ojos y al ver a Pedro se incorpor. 41 Pedro le dio la mano y la levant. Llam a los
santos y a las viudas y se la present viva.42 Esto se supo por todo Jope y muchos
creyeron en el Seor.
Hch 9, 39 42
Intercede por ti
26 Y de igual manera, tambin el Espritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues
nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espritu mismo intercede por
nosotros con gemidos inefables, 27 y el que escruta los corazones conoce cul es la
aspiracin del Espritu, y que su intercesin a favor de los santos es segn Dios.
Rom 8, 26 - 27
Nacer de nuevo
4 Dcele Nicodemo: Cmo puede uno nacer siendo ya viejo? Puede acaso entrar
otra vez en el seno de su madre y nacer? 5 Respondi Jess: En verdad, en verdad te
digo: el que no nazca de agua y de Espritu no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo
nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espritu, es espritu. 7 No te asombres de que
te haya dicho: Tenis que nacer de nuevo. 8 El viento sopla donde quiere, y oyes su
voz, pero no sabes de dnde viene ni a dnde va. As es todo el que nace del Espritu.
Jn 3, 4 - 8, 34
Te da hambre de Dios
Hch 2, 46-47
Hay verdad
1 Yo, hermanos, no pude hablaros como a hombres espirituales, sino como a carnales,
como a nios en Cristo. 2 Os di a beber leche y no alimento slido, pues todava no lo
podais soportar. Ni aun lo soportis al presente; 3 pues todava sois carnales. Porque,
mientras haya entre vosotros envidia y discordia, no es verdad que sois carnales y vivs
a lo humano? 4 Cuando dice uno Yo soy de Pablo, y otro Yo soy de Apolo, no
procedis al modo humano?
1 Co 3, 1 - 4
1 Un hombre llamado Ananas, de acuerdo con su mujer Safira, vendi una propiedad, 2
y se qued con una parte del precio, sabindolo tambin su mujer; la otra parte la trajo y
la puso a los pies de los apstoles. 3 Pedro le dijo: Ananas, cmo es que Satans se
adue de tu corazn para mentir al Espritu Santo y quedarte con parte del precio del
campo? 4 Es que no era tuyo mientras lo tenas, y, una vez vendido, no podas disponer
del precio? Por qu determinaste en tu corazn hacer esto? No has mentido a los
hombres, sino a Dios. 5 Al or Ananas estas palabras, cay y expir. Y un gran temor
se apoder de todos cuantos lo oyeron.
Hch 5, 1 - 5
Jn 15, 26 27
1 Os exhorto, pues, yo, prisionero por el Seor, a que vivis de una manera digna de la
vocacin con que habis sido llamados, 2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia,
soportndoos unos a otros por amor, 3 poniendo empeo en conservar la unidad del
Espritu con el vnculo de la paz. 4 Un solo cuerpo y un solo Espritu, como una es la
esperanza a que habis sido llamados. 5 Un solo Seor, una sola fe, un solo bautismo, 6
un solo Dios y Padre de todos, que est sobre todos, acta por todos y est en todos.
Ef. 4, 1 5
Te justifica y te da paz
Rom 5, 1 - 5
Te da sabidura
10 Porque a nosotros nos lo revel Dios por medio del Espritu; y el Espritu todo lo
sondea, hasta las profundidades de Dios. 11 En efecto, qu hombre conoce lo ntimo
del hombre sino el espritu del hombre que est en l? Del mismo modo, nadie conoce
lo ntimo de Dios, sino el Espritu de Dios. 12 Y nosotros no hemos recibido el espritu
del mundo, sino el Espritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha
otorgado, 13 de las cuales tambin hablamos, no con palabras enseadas por la
sabidura humana, sino enseadas por el Espritu, expresando realidades espirituales en
trminos espirituales. 14 El hombre naturalmente no acepta las cosas del Espritu de
Dios; son locura para l. Y no las puede entender, pues slo espiritualmente pueden ser
juzgadas. 15 En cambio, el hombre de espritu lo juzga todo; y a l nadie puede
juzgarle. 16 Porque quin conoci la mente del Seor para instruirle? Pero nosotros
tenemos la mente de Cristo.
1 Co 2, 10-16
Ga 4, 1 7
14 En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espritu de Dios son hijos de Dios. 15
Y vosotros no habis recibido un espritu de esclavos para recaer en el temor; antes
bien, habis recibido un espritu de hijos adoptivos que nos hace exclamar: Abb,
Padre! 16 El Espritu mismo se une a nuestro espritu para dar testimonio de que somos
hijos de Dios.17 Y, si hijos, tambin herederos: herederos de Dios y coherederos de
Cristo, si compartimos sus sufrimientos, para ser tambin con l glorificados.
Rom 8, 15 - 17
Hch 2, 38-39
19 O no sabis que vuestro cuerpo es templo del Espritu Santo, que est en vosotros y
habis recibido de Dios, y que no os pertenecis? 20 Habis sido bien comprados!
Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.
1 Co 6, 19 20
16 No sabis que sois templo de Dios y que el Espritu de Dios habita en vosotros? 17
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios le destruir a l; porque el templo de Dios es
sagrado, y vosotros sois ese templo.
1 Co 3, 16 - 17
9 Yo os digo: Pedid y se os dar; buscad y hallaris; llamad y se os abrir. 10 Porque
todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, le abrirn. 11 Qu padre
hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; 12
o, si pide un huevo, le da un escorpin? 13 Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabis
dar cosas buenas a vuestros hijos, cunto ms el Padre del cielo dar el Espritu
Santo a los que se lo pidan!
Lc 11, 9 - 13
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Te doy gracias, Seor, con toda mi alma, porque cuando te hablaba me escuchaste;
delante de los ngeles te canto y ante tu templo santo me arrodillo.
AMADOS HERMANOS:
Mucha gente piensa que los milagros del Seor se quedaron en las pginas de los
evangelios y estn equivocados. El Seor es el que fue, el que es y el que ser, es un
Dios actual, eterno, poderoso, amoroso, misericordioso, es un Dios atento a nuestras
necesidades y dispuestos a amarnos hasta el extremo todos y cada uno de los das de
nuestra existencia.
Hace no mucho tiempo que descubrimos que este humilde servidor suyo tenia
problemas para engendrar hijos, me trate con un medico especializado y muy
reconocido. El problema no ceda y mi desesperacin llego a tal extremo que se
convirti en un problema psicolgico (adems de fisiolgico) que a la postre me dejara
impotente.
Al igual que Pedro, yo aparte mis ojos de Jess, tome el problema en mis manos y no le
hice SENOR de esa situacin. Un buen da, mientras estaba sumido en la depresin y
angustia ms terrible de mi vida, reaccione, abandone mi estupidez humana y decid
entregar a Jess el problema. Ese da era martes, nos tocaba la asamblea en Ftima,
asistimos a ella y al final de la oracin y la alabanza se realizo una oracin de sanacin
por parte de una de nuestras hermanas servidoras. Ore con tanta Fe pidiendo al Seor mi
sanacin y entregndole todo a el.
Una semana despus hubo un retiro de sanacin compartido por el Padre Robert De
Grandis, un sacerdote de los Estado Unidos con el carisma de la sanidad. Oramos
nuevamente al Seor mi esposa y yo y reafirmamos nuestra intencin de dejar todo en
sus manos. En ese momento me sent sanado en Fe.
La sanacin fue casi inmediata, cedi la impotencia fruto del trauma psicolgico y
desde luego el problema fisiolgico. Aproximadamente un mes despus el Espritu
Santo todo poderoso nos concedi el milagro, Claudia mi amada esposa estaba
embarazada.
El embarazo fue muy bendecido por el Seor, el Espritu Santo le regalo a Claudia un
embarazo sin ningn tipo de malestar, sin ningn problema. El bebe, a quien Dios llamo
por su nombre desde el vientre de su madre igual que a ti y a mi, fue desde sus primeros
movimientos un bebe carismtico.
Siempre que asistamos a las asambleas, el bebe danzaba en el vientre con los cantos
durante la oracin y la alabanza, tanto era su gozo que su mama tenia que sentarse para
poder aguantar. Antes de su llegada a este mundo, ya era CARISMATICO.
El da 4 de Julio a las 14:35 hrs. ese milagro llego a este mundo para Gloria de Dios. Es
un varn precioso, sano, fuerte, normal, gordo y grande como su padre pues peso 3.670
Kg. y midi 52 cms. Su nombre es Nstor Abraham y ha sido entregado a Dios para lo
que el decida, pues nosotros no somos dueos de nuestro hijo ya que el pertenece al
Seor.
Este milagro que el Seor ha obrado en nuestras vidas, Amados Hermanos mos, puede
obrarse en las suyas. Para el Seor no hay imposibles, solo tienen que creer.
Este testimonio ha sido revelado a la gran mayora de ustedes, mis amigos cercanos y de
algunos familiares, de manera tarda porque el Seor as me lo pidi en oracin, el quiso
que as fuera para que muchos crean y tengan Fe.
El quiere que sepamos que todos podemos apartar nuestros ojos de el, pero el no aparta
su mirada de nosotros y se encargara de ayudarnos a volver la vista a su preciosa gracia.
Nstor Gaytan
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ORACIN
Padre amoroso del pobre, don en tus dones esplndido, luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce husped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro
trabajo, brisa en las horas de fuego gozo que enjuga las lgrimas y reconforta en
los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriqucenos. Mira el vaco del hombre
si t le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envas tu aliento.
Riega la tierra en sequa, sana el corazn enfermo, lava las manchas, infunde calor
de vida en el hielo, doma el espritu indmito, gua al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones segn la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al
esfuerzo su mrito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amn.
Aleluya.
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CUESTIONARIO
1.- Une las dos columnas de acuerdo a la correspondencia de las citas con los diferentes
nombres que recibe el Espritu Santo:
5. Cules son las dos cosas que Dios nos prometi a travs del profeta Ezequiel? (Ez
36, 2627).
REFLEXIN EN GRUPOS
Jeremas 24, 7
Hechos 1, 8; 2, 1 - 13
Joel 3, 1 - 3
Hechos 8, 14 - 17
Ezequiel 11, 19 - 20
Apocalipsis 22,17
Juan 7, 37 - 39
Medita y Aprende
En verdad de digo: El que no renace del agua y del Espritu no puede entrar en el
Reino de Dios (Jn 3, 5).
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TEMA 08
EFUSIN Y DONES DEL ESPIRITU SANTO
CRECE LA EXPECTATIVA
Es natural, por ello, que esta efusin del Espritu Santo cause en nosotros una creciente
expectativa en lo que Dios har: qu dones recibiremos, qu maravillas har a travs de
nosotros por medio de su Santo Espritu, los grandes acontecimientos que ocurrirn
porque l lo ha prometido a travs de su Palabra. Es as que estaremos en ese momento
esperando confiadamente que el Seor haga todas esas cosas y muchas ms, pues su
fuerza acta en nosotros y puede realizar mucho ms de lo que pedimos o imagina-
mos (Ef 3, 20). As es la obra de Dios en nosotros.
Debemos recordar, sin embargo, que desde nuestro bautizo hemos recibido el Espritu
Santo, y aunque hasta hoy no hayamos servido a Dios como corresponde, no significa
que no tengamos los dones y carismas con los que nos bendijo en dicha ocasin.
Precisamente, la efusin del Espritu Santo despierta y renueva todas las gracias que
recibimos de Dios y nos capacita para el servicio a la comunidad.
Los carismas
El Espritu Santo nos da todo lo que necesitamos para crecer y perseverar en esta nueva
vida. Asimismo, nos capacita para el servicio de la comunidad a la cual pertenecemos.
Uno de los instrumentos ms importantes con los que el Espritu Santo realiza su obra
de capacitamos son los carismas, los cuales son gracias del Seor que debemos poner al
servicio de los dems, especialmente de la comunidad a la que pertenecemos. Estas
gracias se manifiestan en nosotros con miras a la evangelizacin del mundo.
El trmino griego chrisma deriva de chris (gracia, don gratuito). El carisma supone la
gracia. Una gracia es un regalo, un don de Dios. El principal Don de Dios es el Espritu
Santo, y todos los dems proceden de l.
Los carismas son los dones del Espritu en cuanto se refieren al bien de la comunidad,
es decir, a la edificacin del Cuerno de Cristo.
Suponen, en su sentido ms amplio, un llamamiento que nos hace el Seor a cada uno
para que realicemos en la Comunidad un determinado servicio.
El hecho de recibir los carismas no depende de las sensaciones externas que hayamos
tenido durante nuestra efusin en el Espritu Santo, sino es un asunto de fe. Fe en el
cumplimiento de la promesa de Jess:
Decimos tambin que estos dones son concedidos por el Espritu para edificacin de la
Iglesia:
El mismo Espritu Santo... distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier
condicin, distribuyendo a cada uno segn quiere (1 Co 12, 11) sus dones, con los que
les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean tiles para la
re-novacin y la mayor edificacin de la Iglesia (Lumen gentium 12).
Estos carismas se complementan unos con otros, lo que permite la unidad, armona y
cohesin en el Espritu. San Pablo lo seala en su Primera Carta a los Corintios (12, 4
11):
Esta unidad en el Espritu es posible si todos los dones estn al servicio del amor (Cf. 1
Co 13, 13), y sin l no son nada, no construyen ni edifican.
El Espritu Santo acta en la Iglesia a travs y por medio de una gran variedad de dones
(Cf. 1 Co 12,4; Rm 12,6; 1 Tm 4, 14; 1 Pe 4, 10), con los cuales la vivifica y embellece.
Estos dones carismticos son numerosos, es decir, no existe una lista nica y definitiva
de ellos. Aqu slo trataremos sobre los dones mencionados por San Pablo en 1 Co 12, 7
11.
LA PALABRA DE SABIDURA:
Es un carisma que nos proporciona en un momento dado los conocimientos necesarios
para defender la fe, para dar testimonio del Seor, para solucionar un problema difcil, o
para ver la manera de realizar un plan que el Seor nos ha mostrado individual o
comunitariamente. Dicho conocimiento debe ser expresado verbalmente.
Un caso bblico es cuando Salomn resolvi una disputa entre dos mujeres que peleaban
por un mismo nio (Cf. 1 Re 3, 16 - 28). Jess tambin manifest este don cuando
respondi a la tentacin del demonio en el desierto (Cf. Mt 4, 110; Lc 4, 312); o
cuando dio una directiva prctica al joven rico de cmo entrar en el reino de los cielos
(Cf. Lc 18, 22; Mc 12, 15 - 17). Asimismo en las primeras comunidades, los apstoles
manifestaron este carisma en diversas oportunidades (Cf. Hch 4, 1920; 6, 24; 15,
28 - 29).
Muchas veces este don se manifiesta porque Dios quiere participamos conocimientos
concretos con un fin especial; los cuales comunica a nuestra mente como si fuera el
diagnstico de un problema, de un estado de nimo o de una situacin. Este cono-
cimiento exige ser comunicado a los dems.
Tenemos el caso del profeta Natn quien descubre el pecado de David y conoce tambin
que ha sido perdonado (Cf. 2 5am 12); Jess supo que un poder haba salido de l
cuando la mujer toc su manto (Cf. Mc 5, 28 - 32), tambin les indic a los apstoles
quin prestara su casa para la ltima Cena (Cf. Mc 14, 13 - 15), y supo que ya venan a
apresarlo en Getseman (Cf. Mc 14, 42).
Otros casos son el de Pedro, que conoce que llegan los que han de conducirlo a casa de
Cornelio (Cf. Hch 10, 9 - 23); Ananas, quien tiene conocimiento sobrenatural de la
presencia de Pablo en Damasco y de su conversin (Cf. Hch 9, 10 - 16); Pedro, cuando
conoce mediante este carisma la mentira de Ananas y Safira (Cf. Hch 5, 3 - 4).
EL DON DE FE:
Esta clase de fe es aquella que Cristo concede a algunos como don gratuito (no consiste
solamente en una fe dogmtica) capaz de realizar obras que superan toda posibilidad
humana.
Quien tiene esta fe puede decir a un cerro vete de aqu a otro sitio, y ser. Cuando el
cristiano cree sin dudar en su corazn que Dios actuar, entonces ha recibido el don de
fe (Cf. Mc 11, 24).
El don de fe es tambin una respuesta al hecho de que Dios est ah y que nos muestra
lo que podemos esperar de l. La fe es estar convencidos de que el Seor har lo que
nos ha mostrado, confiar en ello y permitirle hacer su obra. Por ello, se basa en las
promesas que Dios nos hace, lo que requiere primeramente conocerlas.
As tenemos que Jess se admir de la fe del centurin: Basta que t digas una palabra
y mi sirviente se sanar (Cf. Lc 7, 110). La fe de la mujer cananea (Cf. Mc 7, 253
0). La fe de Pedro y Juan de que sanara un hombre tullido (Cf. Hch 3, 38).
A menudo la oracin por sanacin se acompaa con la imposicin de manos (Cf. Mc 16,
18).
EL DON DE MILAGROS:
El milagro no es una demostracin arbitraria de la omnipotencia de Dios, sino un
testimonio del poder que tiene de producir nuestra salvacin en Jesucristo. El milagro es
un signo del poder y del amor de Dios que quiere salvar a todo el hombre y a todos los
hombres. Es un hecho extraordinario que no encuentra explicacin en la ciencia y
escapa a las leyes naturales conocidas.
LA PALABRA DE PROFECA:
Es uno de los medios que Dios usa para manifestamos su voluntad, pues a travs de este
don Dios comunica al hombre sus propios pensamientos para dar un mensaje a una
persona, a un grupo de individuos o a la comunidad. Aunque la palabra de profeca
puede ser de ndole que predice, usualmente el mensaje se enfoca en una verdad ya
conocida, la cual hace falta recordar en ese momento.
Si confiamos y nos disponemos a ser usados por Dios, l mismo nos confiar su
mensaje, requiriendo para ello estar en ntima comunin con l.
La palabra de profeca sirve para alentar, reconfortar, corregir, prevenir, mostrar una
mala conducta, anunciar el perdn y mostrar nuevos caminos.
La palabra de profeca es una verdadera inspiracin que el Seor da y que debe ser
comunicada para el beneficio de la comunidad. Asimismo, quienes oyen este mensaje
deben tomarse el tiempo necesario para entender cada profeca que el Seor les comuni-
ca. No se trata, pues, de recitar un versculo tras otro sin entender lo que Dios quiere
decirnos.
Un caso bblico de este don son las palabras de Simen a la Virgen Mara, cuando el
nio Jess fue presentado en el Templo (Cf. Lc 2, 34 - 35). En la primera efusin del
Espritu, el da de Pentecosts, el Seor cumpli la promesa que hizo a travs del
profeta Joel acerca de este don:
EL DISCERNIMIENTO DE ESPRITUS:
El don de discernimiento de espritus nos permite reconocer o identificar el origen y la
inclinacin que mueve a una persona a actuar en una situacin concreta; es decir, si esta
persona est actuando motivada por el Espritu Santo, por su propio espritu humano o
por el espritu del mal.
Es tambin til este don para reconocer si los apostolados que estamos realizando y los
medios que estamos empleando son los que quiere el Seor o no, pues debemos
considerar que en los mejores planes que tengamos, podemos sufrir el engao del de-
monio, quien por algo es llamado el padre de la mentira (Jn 8, 44b).
Jess se sirve de este don para reprender a Pedro luego de anunciar su pasin (Cf. Mt
16, 2223).
Algunos fariseos prueban a Jess preguntndole sobre el impuesto para el Csar (Cf.
Mc 12, 1317).
Pablo y Juan lo recomiendan (Cf. 1 Co 14, 29; 1 Jn 4, 16).
Toda comunidad est llamada a pedir humildemente este don, consiguindolo para el
beneficio nuestro y de la Iglesia.
EL DON DE LENGUAS:
El Espritu Santo es capaz de hablar por y dentro de nosotros en un lenguaje que la
mente consciente no puede comprender: la glosolalia (Cf. Hch 2, 3-4; Rm 8, 26), que es
el hablar en lenguas.
La oracin en lenguas, por medio del cual la persona ora a Dios pronunciando sonidos
que no entiende en un lenguaje que no conoce, simplemente dejndose guiar por el
Espritu, pues es el Espritu de Dios quien ora dentro de nosotros.
Hay que seguir el consejo paulino que exige interpretacin para todo mensaje en
lenguas (Cf. 1 Co 14, 13.2728), a diferencia de la oracin en lenguas que, como se
dirige a Dios, no exige interpretacin.
Los carismas siempre han existido. Nosotros, adems, los hemos recibido desde nuestro
bautizo y estamos llamados a ejercitarlos, es decir a ponerlos al servicio de nuestra
comunidad.
Estos dones son muchos, y cada uno de nosotros podemos recibir una o ms de estas
gracias que el Espritu Santo reparte cuando quiere y a quien quiere, para as edificar la
Iglesia.
As pues, sigamos el consejo de Pablo quien nos dice: ... si se interesan por los dones
espirituales, ansen los que edifican la Iglesia. As no les faltar nada (1 Co 14, 12).
Los frutos del Espritu son la prueba y manifestacin de una autntica vida cristiana. A
medida que caminamos en la vida nueva, en nosotros se van manifestando dichos frutos
del Espritu.
Un rbol bueno siempre da frutos buenos: Planten ustedes un rbol bueno, y su fruto
ser bueno; planten un rbol daado, y su fruto ser malo. Porque el rbol se conoce por
sus frutos (Mt 12, 33).
Una vida en continua comunin con Dios har que se produzca en nosotros el fruto del
Espritu Santo del que san Pablo nos habla en Glatas 5, 2223:
En cambio, el fruto del Espritu es caridad, alegra, paz, comprensin de los dems,
generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de s mismo. Estas son cosas
que no condena ninguna Ley.
Esta es, entonces, la gran importancia de los frutos del Espritu: ellos nos indican qu
tan llenos estamos de su presencia. Si se manifiestan en nuestras vidas, son una
demostracin incuestionable de que estamos caminando hacia la santidad.
Si carecemos de ellos, a pesar de contar con numerosos carismas, deber ser para
nosotros motivo de preocupacin, pues no seremos ms que bronce que resuena y
campana que retie (1 Co 13, 1).
CARIDAD (amor):
El amor es servicial, se da sin condiciones y se debe mostrar en todas nuestras acciones
y reacciones.
ALEGRA:
Es un gozo que brota de una fuente ntima y profunda, no es una respuesta emocional a
algo.
Tiene su base ms bien en el amor de Dios, quien siempre est con nosotros. El nos
quiere alegres, pues esta es la caracterstica del cristiano. Alegra que no slo se
manifiesta cuando estamos bien, sino tambin en medio de las dificultades y pruebas.
PAZ:
Es permanecer serenamente y en calma interior. Es tener orden en relacin a Dios, a
nosotros mismos y a los dems (Cf. Flp 4, 7; Ef 2, 14; Jn 14,27). Esta paz no es como la
que da este mundo (Cf. Jn 14,27). De Cristo es de quien proviene la verdadera paz (Cf.
Ef 2, 14), pues la vivimos y experimentamos cuando estamos con l y la perdemos
cuando nos alejamos de l.
GENEROSIDAD:
Es saber ver las necesidades de otros y responder a ellas en forma calurosa y amable, sin
sentirse por eso necesario.
La persona generosa es aquella que da o se da con amor, sin esperar nada a cambio.
Da no slo lo material, sino sobre todo su tiempo, su energa, sus dones y capacidades,
poniendo al servicio de sus hermanos todo lo que ha recibido de Dios. El generoso es un
verdadero pobre de espritu.
BONDAD:
Ser bondadoso es actuar con el hermano como Jess actuara; es sacar del corazn las
cosas buenas con las que Dios nos ha bendecido (Cf. Lc 6, 45).
FIDELIDAD:
Quien es fiel es alguien en quien se puede confiar, que sabe guardar los secretos y
cumple sus compromisos, pues antepone su deber a sus propios deseos e intereses. La
persona que es fiel fundamenta la confianza en la comunidad. La falta de fidelidad y
lealtad crea desconfianza y divide la comunidad (Cf. Mt 25, 23; Stg 1, 22; 1 Co 4,2; Lc
16, 10).
MANSEDUMBRE:
No es pasividad, es ms bien fortaleza, pero bajo control. Mansedumbre significa
suavidad, moderacin; es lo contrario a la altanera y la arrogancia. Con mansedumbre
es que se debe amonestar a los hermanos de la comunidad (Cf. 2 Tm 2,24; 1 Pe 3,4; Tt
3,2).
Tanto los carismas como los frutos del Espritu Santo tienen una importancia muy
grande para nuestra vida en el Espritu. Los carismas son aquellas herramientas que el
Seor nos da para as servir a nuestros hermanos; es, por tanto, nuestra responsabilidad
desarrollarlos, hacerlos madurar y emplearlos para provecho de nuestra Iglesia.
Los frutos del Espritu, por su parte, sern los mejores indicadores de la obra que el
Seor est haciendo en nosotros. Si no los manifestamos claramente, puede ser que
nuestra fe y nuestro cristianismo no sean tan autnticos como creemos.
Tenemos que desarrollar los carismas que el Seor nos ha regalado, ponindolos al
servicio de nuestros hermanos.
La promesa
Antiguo Testamento
1 Despus de esto yo derramar mi espritu sobre todo mortal y profetizarn vuestros
hijos y vuestras hijas, vuestros ancianos tendrn sueos, vuestros jvenes vern
visiones. 2 Y hasta sobre siervos y siervas derramar mi espritu en aquellos das. 3 Y
realizar prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, fuego y columnas de humo. 4 El
sol se convertir en tinieblas y la luna en sangre, ante la llegada del Da de Yahv,
grande y terrible. 5 Y todos los que invoquen el nombre de Yahv se salvarn.
Jl 3, 1 - 5
De Jess
16 y yo pedir al Padre y os dar otro Parclito, para que est con vosotros para
siempre, 17 el Espritu de la verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve
ni le conoce. Pero vosotros le conocis, porque mora con vosotros y estar en
vosotros.
Si has dejado al hombre viejo, el Espritu mora en ti (es el nico que te convence de
pecado), y estar en ti cuando recibas su efusin)
Jn 14, 16 - 17
Se cumple la promesa
1 Al llegar el da de Pentecosts, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. 2 De
repente vino del cielo un ruido como una impetuosa rfaga de viento, que llen toda la
casa en la que se encontraban. 3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se
repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4 se llenaron todos de Espritu Santo y
se pusieron a hablar en diversas lenguas, segn el Espritu les conceda expresarse.
Hch.2, 1 4
Requisito indispensable para recibir los dones y carismas del Espritu
17 Por tanto, os digo y os aseguro esto en el Seor, que no vivis ya como viven los
gentiles, segn la vaciedad de su mente, 18 obcecada su mente en las tinieblas y
excluidos de la vida de Dios por la ignorancia que hay en ellos y por la dureza de su
corazn, 19 los cuales, habiendo perdido el sentido moral, se entregaron al libertinaje,
hasta practicar con desenfreno toda suerte de impurezas.20 Pero no es as como vosotros
habis aprendido a Cristo, 21 si es que habis odo hablar de l y en l habis sido
enseados conforme a la verdad de Jess: 22 despojaos, en cuanto a vuestra vida
anterior, del hombre viejo que se corrompe siguiendo la seduccin de las
concupiscencias, 23 renovad el espritu de vuestra mente, 24 y revestos del Hombre
Nuevo, creado segn Dios, en la justicia y santidad de la verdad.
Ef 4, 17 24
1 En aquel momento se acercaron a Jess los discpulos y le dijeron: Quin es, pues,
el mayor en el Reino de los Cielos? 2 l llam a un nio, le puso en medio de ellos 3 y
dijo: Yo os aseguro: si no cambiis y os hacis como los nios, no entraris en el
Reino de los Cielos. 4 As pues, quien se humille como este nio, se es el mayor en el
Reino de los Cielos.
Mt 18, 1 - 4
Los regalos de Espritu
Los dones
2 Reposar sobre l el espritu de Yahv: espritu de sabidura e inteligencia, espritu de
consejo y fortaleza, espritu de ciencia y temor de Yahv. 3 Y se inspirar en el temor
de Yahv. No juzgar por las apariencias, ni sentenciar de odas.
Is. 11, 2 3
Los Carismas
4 Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espritu; 5 diversidad de ministerios, pero
un mismo Seor; 6 diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en
todos. 7 A cada cual se le otorga la manifestacin del Espritu para provecho comn. 8
Porque a uno se le da por el Espritu palabra de sabidura; a otro, palabra de ciencia
segn el mismo Espritu; 9 a otro, fe, en el mismo Espritu; a otro, carisma de
curaciones, en el nico Espritu; 10 a otro, poder de milagros; a otro, profeca; a otro,
discernimiento de espritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas.
11 Pero todas estas cosas las obra un mismo y nico Espritu, distribuyndolas a cada
uno en particular segn su voluntad.
1 Co 12, 4 11
16 El que crea y sea bautizado, se salvar; el que no crea, se condenar. 17 Estos son los
signos que acompaarn a los que crean: en mi nombre expulsarn demonios, hablarn
en lenguas nuevas, 18 agarrarn serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les
har dao; impondrn las manos sobre los enfermos y se pondrn bien.
Mc 16, 16 - 18
El amor (caridad) es el ms importante
1 Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ngeles, si no tengo caridad, soy
como bronce que suena o cmbalo que retie. 2 Aunque tenga el don de profeca, y
conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para
trasladar montaas, si no tengo caridad, nada soy.3 Aunque reparta todos mis bienes, y
entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha.
1 Co 13, 1 - 3.
9 Vuestra caridad sea sin fingimiento; detestando el mal, adhirindoos al bien; 10
amndoos cordialmente los unos a los otros; estimando en ms cada uno a los otros; 11
con un celo sin negligencia; con espritu fervoroso; sirviendo al Seor; 12 con la alegra
de la esperanza; constantes en la tribulacin; perseverantes en la oracin; 13
compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.
Rm 12, 9 13
1 Aunque hable las lenguas de los hombres y de los ngeles, si no tengo caridad, soy
como bronce que suena o cmbalo que retie. 2 Aunque tenga el don de profeca, y
conozca todos los misterios y toda la ciencia; aunque tenga plenitud de fe como para
trasladar montaas, si no tengo caridad, nada soy.3 Aunque reparta todos mis bienes, y
entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo caridad, nada me aprovecha. 4 La caridad
es paciente, es amable; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engre; 5 es
decorosa; no busca su inters; no se irrita; no toma en cuenta el mal; 6 no se alegra de la
injusticia; se alegra con la verdad. 7 Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo
lo soporta.
1 Co 13, 1- 7
7 Queridos, ammonos unos a otros, porque el amor es de Dios, y todo el que ama ha
nacido de Dios y conoce a Dios. 8 Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios
es Amor.
1 Jn 4, 7 - 8
16 Y nosotros hemos conocido y hemos credo en el amor que Dios nos tiene. Dios es
Amor:
1 Jn 4, 16
4 Estad siempre alegres en el Seor; os lo repito, estad alegres. 5 Que vuestra clemencia
sea conocida de todos los hombres. El Seor est cerca. 6 No os inquietis por cosa
alguna;
Flp 4, 4 - 6
27 Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo.
Jn 14, 27
Como se comunica
Oracin
2 Los Doce convocaron la asamblea de los discpulos y dijeron: No est bien que
nosotros abandonemos la palabra de Dios por servir a las mesas. 3 Por tanto, hermanos,
buscad de entre vosotros a siete hombres, de buena fama, llenos de Espritu y de saber, y
los pondremos al frente de esa tarea; 4 mientras que nosotros nos dedicaremos a la
oracin y al ministerio de la palabra. 5 La propuesta le pareci bien a toda la asamblea
y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y de Espritu Santo, a Felipe, a Prcoro, a
Nicanor, a Timn, a Prmenas y a Nicols, proslito antioqueno; 6 los presentaron a los
apstoles y, habiendo hecho oracin, les impusieron las manos. 7 La palabra de Dios
iba creciendo; el nmero de los discpulos se multiplicaba considerablemente en
Jerusaln; tambin una gran multitud de sacerdotes iba aceptando la fe.
Hch 6, 2 - 7
Imposicin de manos
12 Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para los creyentes
modelo en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en la fe, en la pureza. 13
Hasta que yo llegue, dedcate a la lectura, a la exhortacin, a la enseanza. 14 No
descuides el carisma que hay en ti, que se te comunic por intervencin proftica
mediante la imposicin de las manos del colegio de presbteros.
1 Tm 4, 12 - 14
Edifican a la Iglesia
27 Ahora bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y sus miembros cada uno a su modo.
28 Y as los puso Dios en la iglesia, primeramente los apstoles; en segundo lugar los
profetas; en tercer lugar los maestros; luego, los milagros; luego, el don de las
curaciones, de asistencia, de gobierno, diversidad de lenguas. 29 Acaso todos son
apstoles? O todos profetas? Todos maestros? Todos con poder de milagros? 30
Todos con carisma de curaciones? Hablan lenguas todos? Interpretan todos?
1 Co 12, 27 30
1 Buscad la caridad; pero aspirad tambin a los dones espirituales, especialmente a la
profeca. 2 Pues el que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios. En efecto,
nadie le entiende: dice en espritu cosas misteriosas. 3 Por el contrario, el que profetiza,
habla a los hombres para su edificacin, exhortacin y consolacin. 4 El que habla en
lenguas, se edifica a s mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea. 5 Deseo que
hablis todos en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticis. Pues el que profetiza,
supera al que habla en lenguas, a no ser que tambin interprete, para que la asamblea
reciba edificacin.
1 Co 14, 1 5
26 Y de igual manera, tambin el Espritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues
nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espritu mismo intercede por
nosotros con gemidos inefables, 27 y el que escruta los corazones conoce cul es la
aspiracin del Espritu, y que su intercesin a favor de los santos es segn Dios.
Ro 8, 26 27
11 Y cuando os lleven para entregaros, no os preocupis de qu vais a hablar; sino
hablad lo que se os comunique en aquel momento. Porque no seris vosotros los que
hablaris, sino el Espritu Santo.
Mc 13, 11
5 as tambin nosotros, siendo muchos, no formamos ms que un solo cuerpo en Cristo,
siendo los unos para los otros, miembros. 6 Pero teniendo dones diferentes, segn la
gracia que nos ha sido dada, si es el don de profeca, ejerzmoslo en la medida de
nuestra fe; 7 si es el ministerio, en el ministerio; la enseanza, enseando; 8 la
exhortacin, exhortando. El que da, con sencillez; el que preside, con solicitud; el que
ejerce la misericordia, con jovialidad.
Rm 12, 5 8
Son de Dios y el hombre solo los administra
7 El fin de todas las cosas est cercano. Sed, pues, sensatos y sobrios para daros a la
oracin. 8 Ante todo, tened entre vosotros intenso amor, pues el amor cubre multitud de
pecados. 9 Sed hospitalarios unos con otros sin murmurar.10 Que cada cual ponga al
servicio de los dems la gracia que ha recibido, como buenos administradores de
las diversas gracias de Dios. 11 Si alguno habla, sean palabras de Dios; si alguno
presta un servicio, hgalo en virtud del poder recibido de Dios, para que Dios sea
glorificado en todo por Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por los
siglos de los siglos. Amn.
1 Pe 4, 7 11
1 Por tanto, que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de
los misterios de Dios.2 Ahora bien, lo que se exige de los administradores es que
sean fieles.
1 Co 4, 1 - 2
Se ejercen en unidad de Espritu
1 Os exhorto, pues, yo, prisionero por el Seor, a que vivis de una manera digna de la
vocacin con que habis sido llamados, 2 con toda humildad, mansedumbre y paciencia,
soportndoos unos a otros por amor, 3 poniendo empeo en conservar la unidad del
Espritu con el vnculo de la paz. 4 Un solo cuerpo y un solo Espritu, como una es la
esperanza a que habis sido llamados. 5 Un solo Seor, una sola fe, un solo bautismo, 6
un solo Dios y Padre de todos, que est sobre todos, acta por todos y est en todos.
Ef 4, 1- 6
Se ejercen en orden
6 Qu concluir, hermanos? Cuando os reuns, cada cual puede tener un salmo, una
instruccin, una revelacin, un discurso en lenguas, una interpretacin; pero que todo
sea para edificacin. 27 Si se habla en lenguas, que hablen dos, o a lo ms, tres, y por
turno; y que haya un intrprete. 28 Si no hay quien interprete, gurdese silencio en la
asamblea; hable cada cual consigo mismo y con Dios. 29 En cuanto a los profetas,
hablen dos o tres, y los dems juzguen. 30 Si algn otro que est sentado tiene una
revelacin, cllese el primero. 31 Podis profetizar todos por turno para que todos
aprendan y sean exhortados. 32 Pero los espritus de los profetas estn sometidos a los
profetas, 33 pues Dios no es un Dios de confusin, sino de paz.
1 Co 14, 6 33
1 Queridos, no os fiis de cualquier espritu, antes bien, examinad si los espritus son de
Dios, pues muchos falsos profetas han venido al mundo. 2 En esto reconoceris al
espritu de Dios: todo espritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne mortal, es de
Dios; 3 y todo espritu que no confiesa a Jess, no es de Dios;
1 Jn 4, 1 - 3
Deben ser la aspiracin de todo creyente
17 Suceder en los ltimos das, dice Dios: Derramar mi Espritu sobre todo mortal y
profetizarn vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros jvenes vern visiones y vuestros
ancianos soarn sueos.18 Y tambin sobre mis siervos y sobre mis siervas derramar
mi Espritu.19 Har prodigios arriba en el cielo y signos abajo en la tierra. 20 El sol se
convertir en tinieblas, y la luna en sangre, antes de que llegue el Da grande del Seor.
21 Y todo el que invoque el nombre del Seor se salvar.
Hch 2, 17 - 21
1 Buscad la caridad; pero aspirad tambin a los dones espirituales, especialmente a la
profeca. 2 Pues el que habla en lenguas no habla a los hombres sino a Dios. En efecto,
nadie le entiende: dice en espritu cosas misteriosas. 3 Por el contrario, el que profetiza,
habla a los hombres para su edificacin, exhortacin y consolacin. 4 El que habla en
lenguas, se edifica a s mismo; el que profetiza, edifica a toda la asamblea. 5 Deseo que
hablis todos en lenguas; prefiero, sin embargo, que profeticis. Pues el que profetiza,
supera al que habla en lenguas, a no ser que tambin interprete, para que la asamblea
reciba edificacin.
1 Co 14, 1 - 5
No se debe despreciar a los carismas
19 No extingis el Espritu; 20 no despreciis las profecas; 21 examinadlo todo y
quedaos con lo bueno. 22 Absteneos de todo gnero de mal.
1 Tes. 5, 19 - 22
15 As pues, mirad atentamente cmo vivs; no seis necios, sino sabios; 16
aprovechando bien la ocasin, porque los das son malos. 17 Por tanto, no seis
insensatos, sino comprended cul es la voluntad del Seor. 18 No os embriaguis
con vino, que es causa de libertinaje; llenaos ms bien del Espritu. 19 Recitad entre
vosotros salmos, himnos y cnticos inspirados; cantad y salmodiad en vuestro corazn
al Seor, 20 dando gracias siempre y por todo a Dios Padre, en nombre de nuestro Seor
Jesucristo.
Ef 5, 15 20
30 No entristezcis al Espritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el da de
la redencin. 31 Toda amargura, ira, clera, gritos, maledicencia y cualquier clase de
maldad, desaparezca de entre vosotros.32 Sed amables entre vosotros, compasivos,
perdonndoos mutuamente como os perdon Dios en Cristo.
Ef 4, 30 - 32
16 Os digo esto: proceded segn el Espritu, y no deis satisfaccin a las apetencias de
la carne. 17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espritu, y el espritu contrarias a
la carne, como que son entre s tan opuestos, que no hacis lo que queris. 18 Pero, si
sois guiados por el Espritu, no estis bajo la ley.
Gal 5, 16 18
43 Porque no hay rbol bueno que d fruto malo y, a la inversa, no hay rbol malo que
d fruto bueno. 44 Cada rbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los
espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. 45 El hombre bueno, del buen tesoro del
corazn saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el
corazn habla su boca.
Lc 6, 43 - 45
7 Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan
extraordinaria es de Dios y no de nosotros
2 Co 4, 7
Regresar al ndiceTESTIMONIO
P. Thomas Forrest.
Director de la Oficina Internacional de la Renovacin Carismtica.
Bruselas, Blgica
Los dirigentes del retiro comenzaron dando su propio testimonio, su experiencia que no
era otra que la de la Iglesia primitiva. Era la primera vez que escuchaba a alguien decir:
Yo, tuve mi Pentecosts
Tal vez, debido a mi formacin sacerdotal, yo estaba condicionado para nunca poder
esperar una experiencia mstica de cualquier ndole, por tanto, recib estos testimonios
con una profunda actitud de duda. Empec a pensar en mi corazn: Para que vine este
fin de semana a perder mi tiempo en esto, escuchando estas cosas, mientras que en mi
parroquia podra estar trabajando en muchas otras cosas
Lo nico que me hizo quedar fue la impresin tan profunda que causaba cada una de las
personas que daba su testimonio. Uno de los sacerdotes haba sido Rector de un
seminario, el otro haba sido Provincial de los sacerdotes de la Santa Cruz. La religiosa
era una mujer muy inteligente y preparada. Los Metodistas, por su parte, estaban llenos
de alegra al comunicar la Buena Noticia y llenaban a todos con su gozo. Slo por eso
decid quedarme, ya que todos eran merecedores del ms profundo respeto.
Uno de ellos habl bblicamente sobre la Promesa que Cristo haba hecho enviar su
Espritu Santo y como los primeros cristianos se haban preparado para recibirlo.
Yo tena muchas dudas, pero decid prepararme por si acaso algo pudiera suceder. Hice
una sincera confesin, ms profunda que corriente, buscando en mi confesin la raz de
mis pecados, confesando no solo tal y tal falla, sino confesando mi condicin de
pecador. La gracia de Dios estaba comenzando a actuar en m a pesar de todas mis
dudas.
Una religiosa se acerc al laico Metodista y le pidi que orara porque necesitaba tener
ms paz en Cristo. Ella us la expresin catlica orar por ella. Sin embargo, el laico
en vez de responderle que s, que lo hara, acerc una silla, la hermana se sent y en el
mismo momento comenz a orar sobre ella.
Cuando el metodista oraba por la hermana, se acerc el joven americano para unirse a
su oracin y en ese mismo momento explot y comenz a hablar en sonidos raros,
totalmente desconocidos.
Mientras tanto, la hermana tena su rostro radiante de paz y gozo, y el joven, de rodillas,
glorificaba y alababa a Dios con mucha tranquilidad, en aquella lengua extraa. Era
extraordinaria la alegra y la paz de sus rostros.
Despus vinieron los crculos de oracin. Las personas oraban con gran espontaneidad,
lo cual fue otra nueva experiencia para m. Comenc a tener ms libertad y facilidad
para hacerlo yo tambin.
En seguida se invit a todas las personas para que pasaran al centro a orar por ellos. Los
primeros que se acercaron fueron los laicos, mientras que ninguno de los treinta
sacerdotes tuvo la valenta de hacerlo.
Dos hermanas me insistan que me sentara en la silla para que oraran por m. Yo me
resista. Esa silla me pareca peor que la silla elctrica. Un poco empujado por ellas me
sent y oraron por m.
Esas dos oraciones hicieron hacer en m deseo de buscar experimentar lo que estaba
prometido por Dios y que otros muchos estaban testificando. Las circunstancias no se
daban como yo las planeaba y a veces llegu a pensar que se me perda la oportunidad
de recibir la experiencia de Pentecosts.
1. Facilidad, inters y capacidad para orar. Sal del retiro con hambre de oracin.
2. Nuevo entusiasmo para la palabra de Dios. No vea ya la Biblia como mera historia
sino que experimentaba que era una nueva revelacin viva y personal.
3. Un amor universal, ecumnico. Antes, mi amor estaba reservado slo para los
catlicos, pensando que uno tiene que ser catlico para ser santo. Pero en ese retiro
me haba dado cuenta que dos Metodistas me predicaron la Palabra de Dios como
nunca antes nadie lo haba hecho en toda mi vida. Amaba ya a los no catlicos y a
todo el mundo.
Sal del retiro rumbo a mi parroquia en Fajardo, Puerto Rico, muy lleno de hermandad y
de una alegra que no puedo explicar. Esa misma noche el Obispo de la Dicesis me
pregunt sobre el retiro. Simplemente le contest que haba sido una gran experiencia y
que estaba lleno de alegra. Aunque pensaba que no haba sido bautizado en el Espritu
Santo yo estaba viviendo en la presencia de Dios sin analizarlo.
Para distraerme y poderme dormir tom una revista Time. Empec a leerla, pero en vez
de dormirme me encontr otra vez pensando slo en Dios. Lo ms extrao es que me
encontr cantando.
Despus de recordar estas palabras que haba dicho en broma me di cuenta que ya
estaba cantando en una lengua nueva que no era la ma. Sala de mi boca una serie de
sonidos que en s eran una experiencia fontica inolvidable. Cantaba en una lengua
extraa sin entender lo que estaba diciendo. Lo nico que puedo decir es que pas
cuatro horas y media en la cama con una experiencia personal del amor de Dios para
conmigo, la cual cambiaba radicalmente mi vida.
Esa tarde el Seor me habl dos veces y me dijo que me hara un lder carismtico. Yo
no entend lo que quera decir. Pens que se refera a mi responsabilidad de prroco.
Hoy da tengo muchos cargos en la Renovacin, pero el Seor me sigue enseando que
fue lo que me quiso decir con eso de te voy a hacer un lder.
Tambin en esa tarde el Seor me pregunt sobre mis enfermedades que yo padeca. Yo
le mencion cinco y l me respondi que de todas ellas me iba a curar.
Pero mi superior me orden ir al doctor. Yo saba que sus rdenes eran manifestacin de
la voluntad del Seor y le obedec. Recib un tratamiento con rayos X, el cual me san
de manera tan sorprendente que el mismo Doctor me dijo:
Eso me dio una nueva enseanza en cuanto a la sanacin comprendiendo que Dios es
libre para sanar como El quiera: directamente o por medio de sus instrumentos (Eclo.38
1-4). De todos modos la sanacin viene de El.
Esa tarde que pas cuatro horas y media en la cama tuve otra experiencia: El Seor me
prometi el don de sanacin, don que yo siempre haba buscado. Ciertamente, me doy
cuenta que no tengo el don al estilo del P. Mac.Nutt, pero me he dado cuenta que el
Seor me ha dado sabidura especial en cuanto a la sanacin integral de la persona, que
hace que una persona experimente ser sana como Cristo.
No puedo detallar todo lo que pas esa tarde, pero me dej tan feliz y contento que,
levantndome de la cama, comenc a brincar en mi cuarto, tal era la necesidad de
expresar la alegra de haber sido tocado personalmente por Dios.
Todo el mundo me vea raro. Como era posible que me hubiera pasado cuatro horas
durmiendo? Ellos no saban que no haba dormido un solo minuto.
Comenc la Misa. Haba pocas personas. Yo, con tan profunda y reciente experiencia de
Dios en mi vida, no supe contenerme durante la celebracin. Me comport muy
emocional, aunque, no era ciertamente esa emocin la que produca en m la conviccin
de que Dios me amaba era la que me haca estar emocionado.
El Padre Toms se ha craqueado: se ha vuelto loco, y se corri este rumor por toda la
parroquia.
Regres a casa casi a la medianoche. All estaba el padre Gerardo que tambin haba
hecho el retiro el fin de semana. Yo quera contarle mis experiencias, pero l estaba muy
ocupado con otro sacerdote. Yo esperaba que terminaran de discutir sobre el retiro, que
era de lo que hablaban, pero de pronto los dos se levantaron y se fueron a acostar.
Entonces yo le ped al Seor:
Yo estaba orando con fe, por lo tanto, deba permanecer all hasta que el Seor,
contestara mi oracin. Me qued quince minutos, media hora y Gerardo no regresaba.
Empec a preocuparme. Estaba sentado como un loco, atrancado, sin saber que hacer, si
yo crea, yo no poda actuar de manera contraria a lo que crea, yo no poda actuar de
manera contraria a lo que crea. De pronto, el Seor comenz de nuevo a hablarme por
cuatro horas.
Simplemente voy a contar lo que pas. Cada uno es libre de creerlo o no. El Seor me
comenz a revelar el mal que hay en el mundo. Ciertamente yo no estaba dormido ni
enajenado. Oa el ruido de los carros, el ladrido de los perros, pero yo estaba en
profunda conversacin con el Seor.
El ltimo sacerdote en salir fue el Padre Gerardo. Dios haba contestado ya mi oracin y
aparte me haba dado una nueva experiencia para poderla compartir con mi amigo.
Para el siguiente fin de semana tenamos ya planeado un retiro. Sin embargo, tuve que
cambiarlo completamente, dndole un carcter carismtico.
Hoy da bromeo diciendo que voy a recibir un libro que se llame: Errores cometidos
por m en la Renovacin Carismtica. Se que muy pocos lo podrn leer, ya que sera
demasiado grande. Pero precisamente a travs de todas estas equivocaciones es como yo
he ido aprendiendo.
El siguiente fin de semana tuvimos otro retiro. Impresionados por el impacto del
primero, vinieron ms personas. Luego comenzamos nuestra reunin de oracin. El
poder de Dios se manifiesta tan grandemente que en ocho semanas el grupo haba
crecido a mil personas. Hasta en las primeras pginas de los peridicos se hablaba de los
milagros que estaban sucediendo en el pueblo de Fajardo.
Fueron tan sensacionales los acontecimientos en Fajardo, que cuando lleg el tiempo de
cambios de prrocos los superiores me destinaron a otra parroquia. Aguas Buenas, y me
pidieron trabajar menos sensacionalistamente. Yo les respond que hara todo lo posible,
pero que todo dependa del Espritu Santo. S El haca los milagros yo no poda hacer
nada.
Conste que yo no hice nada. Yo apenas estoy llegando y no he abierto la boca. Pero ya
s que me van a echar la culpa a m.
Dos semanas ms tarde me invitaron a Colombia, y a otro pas de Amrica Latina que
jams imagin visitar. Yo pens que esas invitaciones eran el cumplimiento de la
profeca, pero hoy da me encuentro visitando pases en el mundo entero. Viajo por
frica, Amrica y estoy recorriendo pases que no saba ni dnde quedaban en el mapa.
Hasta ahora comprendo lo que Dios me quiso decir en esa profeca.
En Aguas Buenas comenzamos con los retiros. Poco a poco comenz a ser el centro de
la Renovacin para Puerto Rico y un centro muy importante para Amrica Latina.
Quiero terminar este testimonio diciendo que por toda la eternidad voy a glorificar a
Dios y agradecerle este retiro catlico pentecostal. Para m fue mi Pentecosts: Cristo
derram su Espritu Santo sobre m, me adentr en su luz y me dej entrever un poco la
vida que El me da por su Espritu Santo.
Regresar al ndiceORACIN
38 Pedro les contest: Convertos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el
nombre de Jesucristo, para perdn de vuestros pecados; y recibiris el don del Espritu
Santo; 39 pues la Promesa es para vosotros y para vuestros hijos, y para todos los
que estn lejos, para cuantos llame el Seor Dios nuestro.
Hch 2, 38 39
13 Si, pues, vosotros, aun siendo malos, sabis dar cosas buenas a vuestros hijos,
cunto ms el Padre del cielo dar el Espritu Santo a los que se lo pidan!
Lc 11, 13
ORACIN
Padre Santo, en el nombre de Jess, yo; humilde e indigno siervo tuyo, me pongo en tu
presencia, para bendecirte, alabarte, adorarte y glorificarte por todo lo que me has dado,
me das y me dars en mi existencia.
Seor, hoy renuncio a todo aquello que me ha separado de ti, renuncio a toda
convivencia con el mal, con tu enemigo, a todo pecado contra ti, contra mi y contra el
prjimo; recbelo Seor; y te pido perdn por ello.
Seor, hoy deseo tambin perdonar a quienes me han ofendido en la vida, te perdono a
ti fuente de todo bien por cada vez que cre que me hacas dao o no escuchabas mi
oracin, a mis padres, a mis familiares, amigos y a todo aquel que me ofendi o que
pens que me ofenda, Seor los declaro libres y perdonados.
Seor, habiendo hecho esto, quiero presentarte, ofrecerte y entregarte mi vida, toma
Padre mis cargas, mis problemas, mis cansancios, mis agobios, mis penas y alegras, en
una palabra todo mi ser, y permite Seor que pueda descansar en ti, quiero confiar cada
vez mas en ti y tomar tu yugo que es suave y tu carga que es ligera.
Seor, se que tu eres amor y que me miras con ojos de Padre compresivo,
misericordioso, bueno y que me amas as como soy, hoy Seor vengo a ti dispuesto a
servirte, y como Mara solo me queda decirte, hgase en mi tu voluntad.
Padre, Jess nos ha dicho que si nosotros que somos malos damos cosas buenas a
nuestros hijos, tu Padre, dars el Espritu Santo a quienes te lo pidan, y hoy Seor
humildemente te pido que me des el Espritu Santo.
Seor, lo necesito para mi vida, para ser como Jess, para actuar como El, para pensar
como El, para amar como El, para proclamar la buena nueva, para hacer tu voluntad.
Gracias Seor, por tu fidelidad, por tu misericordia y por darme el Espritu Santo.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espritu Santo, por los siglos de los siglos
Amen,
Gracias Seor.
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Ceremonia de Efusin en el Espritu
La trascendencia de esta Ceremonia es, por ello muy grande, y merece que la resaltemos
mostrando claramente a los participantes que no se trata de ~una reunin mas del
Seminario. De esta manera, el lugar donde se realice, ser para todos como ese mismo
Cenculo donde los Apstoles recibieron su primera Efusin del Espritu el da de
Pentecosts.
Los hermanos participantes y todos los presentes tienen que estar llenos de fe en
que nuestro Seor actuar y nos renovar en el Espritu: Si ustedes, que son malos,
saben dar cosas buenas a sus hijos, cunto ms el Padre del Cielo dar el Espritu Santo
a los que se lo pidan! (Lc 11, 13).
Esta fe debe estar muy por encima de cualquier sentimiento de indignidad de parte
nuestra. El Don del Espritu no es un premio a nuestra santidad y vida virtuosa. El Seor
nos lo da, no porque seamos santos, sino para que lo seamos: Con todo, llevamos este
tesoro en vasos de barro, para que esta fuerza soberana se vea como obra de Dios y no
nuestra (2 Co 4, 7).
Es cierto que somos indignos de recibir el Espritu Santo, pero ms grande que nuestra
indignidad es la misericordia de nuestro Seor que nos convirti de las tinieblas a la luz
(Cf. Hch 26, 18).
Debemos ser conscientes de que el seguir a Cristo a partir de ahora quizs ser duro,
que experimentaremos la incomprensin y hasta el rechazo de muchos, que las
tentaciones sern incluso ms fuertes que antes, que probablemente caeremos ms de
una vez...
Vivir la vida nueva en el Espritu no significa estar vacunado contra el pecado, las
tentaciones y el dolor. En esta vida en el Espritu que recin se inicia, vamos a ir
aprendiendo, y las cadas seguramente nos ayudarn a pisar tierra cuando nos
sintamos apresuradamente ya convertidos o santos.
Los hermanos participantes tienen que estar debidamente preparados para participar
de la Ceremonia de Efusin, sobre todo en lo que respecta a su vida sacramental. Esto
quiere decir que sus respectivos pastores los ayudarn, con la debida anticipacin, a
regularizar su vida sacramental si fuera esto necesario. De lo que se trata aqu es que los
hermanos lleguen, en la medida de lo posible, en pleno estado de gracia y comunin con
Cristo y su Iglesia.
Convendr tambin ir recordando a los participantes cmo todos los temas siguen una
secuencia de preparacin para recibir adecuadamente la Efusin en el Espritu, y que
por ello es necesario haber recibido todas las enseanzas del Seminario.
Tiene que estar claramente determinado quines recibirn la oracin por la Efusin en
el Espritu y quines sern los hermanos que orarn por ellos. Esto quiere decir que,
teniendo en cuenta la evaluacin de los pastores y la participacin en las reuniones, se
anunciar al finalizar la reunin previa a la Ceremonia quines recibirn la oracin por
la Efusin del Espritu. De otro lado, es aconsejable que las personas que, por su
preparacin, sean designadas para orar por los hermanos participantes imponindoles
las manos, tambin sean avisadas en la reunin previa.
Ser tambin importante que una persona les d a los hermanos que recibirn la
oracin por la Efusin, una motivacin final, indicndoles el sentido de lo que pronto
van a realizar y sus consecuencias, exhortndoles a que durante la oracin tengan una fe
viva de que el Seor cumplir su promesa de enviamos su Espritu, porque nos ama. Por
ello, la actitud de quienes recibirn esta oracin ha de ser de disponibilidad y apertura
absoluta a la accin del Espritu Santo, as como deseo ferviente de que se cumpla en
ellos la voluntad de Dios.
Es recomendable asimismo, si no se ha hecho ya, explicar a los hermanos presentes
el gesto de la imposicin de manos y el significado de las posibles manifestaciones
externas que podran darse durante la Ceremonia, dndoles la dimensin que les
corresponde, resaltando el valor del amor y de la fe que estn por encima de cualquier
manifestacin sensible. El Seor puede actuar poderosamente en alguien aunque ste no
perciba en ese momento lo que el Seor est haciendo. Por ello, no cabe medir la
accin de Dios en nosotros segn la magnitud de las sensaciones recibidas durante la
oracin. El Seor nos conoce a todos, sabe qu es lo que ms necesitamos y cmo es
que debe manifestarse en cada uno. En todo caso, debemos estar agradecidos al Seor
por lo que sabemos por fe que El habr realizado durante la oracin y despus de ella.
Ayudar mucho que mientras el sacerdote y las personas encargadas oran imponiendo
manos por los participantes, uno o varios hermanos vayan dirigiendo la oracin general,
buscando que exista un ambiente de continua alabanza al Seor e invocacin del Esp-
ritu Santo, acompaando esta oracin con los cantos apropiados. Todos los presentes
tienen que estar orando y alabando al Seor. No hay lugar aqu para meros observadores
pasivos y curiosos por lo que est ocurriendo durante la oracin.
Quienes forman parte del equipo del Seminario debern estar todo el tiempo muy
atentos ante todo lo que ocurre en la oracin. Igualmente, debern evitar que personas a
quienes no les corresponde recibir la oracin por la Efusin aprovechen algn descuido
o la permisividad de otros miembros del equipo y se aadan al nmero de quienes
recibirn la oracin.
LUEGO DE LA CEREMONIA
Ser importante dar gracias al Seor por lo realizado durante la Ceremonia, ya sea con
nuestra oracin, con cantos alegres y sobre todo con nuestro testimonio.
Una persona adecuada podr dirigir un compartir para as explicar y orientar a los
hermanos con respecto a las experiencias vividas y no vividas durante la oracin por la
Efusin, resaltando que lo verdaderamente importante sern los frutos de esta nueva
Efusin del Espritu de Dios entre nosotros, y que se irn dando con el transcurrir del
tiempo: mayor amor y deseo de orar, en especial mediante la alabanza, de leer la Palabra
de Dios, de participar de la Eucarista, de testificar las maravillas del Seor, y sobre
todo, ese cambio de vida progresivo que demostrar que somos criaturas nuevas en
Cristo Jess.
Ser oportuno tambin motivar a los hermanos participantes del Seminario a que
perseveren asistiendo a su comunidad, y que los que an no pertenecen a un grupo de
oracin o comunidad cristiana, que se incorporen a alguna, para que as puedan
continuar su crecimiento espiritual y vivir su fe como miembros activos de la Iglesia.
APNDICE
Para el caso que los miembros del Equipo encargado del Seminario hayan decidido
realizar durante la Ceremonia de Efusin una solemne renovacin de las promesas
bautismales, tal como aqu lo recomendamos, y en caso de no contar con un Misal Ro-
mano, ofrecemos a continuacin una de las frmulas que en l se sugieren para esta
ceremonia.
Hermanos: Por el misterio pascual hemos sido sepultados con Cristo en el bautismo,
para que vivamos una vida nueva. Por tanto, renovemos las promesas del santo
bautismo, con las que en otro tiempo renunciamos a Satans y a sus obras, y
prometimos servir fielmente a Dios en la santa Iglesia catlica.
As, pues:
Sacerdote:
Renuncian a Satans, esto es: al pecado, como negacin de Dios; al mal, como signo
del pecado en el mundo; al error, como ofuscacin de la verdad; a la violencia, como
contraria a la caridad; al egosmo, como falta de testimonio del amor?
Todos:
S, renuncio.
Sacerdote:
Renuncian a sus obras, que son: sus envidias y odios; sus perezas e indiferencias; sus
cobardas y complejos; sus tristezas y desconfianzas; sus injusticias y favoritismos; sus
materialismos y sensualidades; sus faltas de fe, de esperanza y de caridad?
Todos:
S, renuncio.
Sacerdote:
Renuncian a todas sus seducciones?, como pueden ser:
El creerse los mejores; el verse superiores; el estar muy seguros de ustedes mismos; el
creer que ya estn convertidos del todo; el quedarse en las cosas, medios, instituciones,
mtodos, reglamentos, y no ir a Dios?
Todos:
S, renuncio.
Prosigue el sacerdote:
Creen en Dios, Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra?
Todos:
S, creo.
Sacerdote:
Creen en Jesucristo, su nico Hijo, nuestro Seor, que naci de santa Mara Virgen,
muri, fue sepultado, resucit de entre los muertos y est sentado a la derecha del
Padre?
Todos:
S, creo.
Sacerdote:
Creen en el Espritu Santo, en la santa Iglesia catlica, en la comunin de los santos, en
el perdn de los pecados, en la resurreccin de la carne y en la vida eterna?
Todos:
S, creo.
Y concluye el sacerdote:
Que Dios todopoderoso, Padre de nuestro Seor Jesucristo, que nos regener por el
agua y el Espritu Santo y que nos concedi la remisin de los pecados, nos guarde en
su gracia, en el mismo Jesucristo nuestro Seor, para la vida eterna.
Todos:
Amn.
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CUESTIONARIO
Reflexin en grupos
3. Un Carisma es:
4. Une las dos columnas haciendo corresponder la definicin que aparece en la parte
izquierda con el concepto o palabra de la derecha:
5. Une las dos columnas haciendo corresponder la definicin de la izquierda con el don
de la derecha:
9. Cules son los frutos del Espritu Santo? Cules se estn manifestando ms en tu
vida?
11. Qu necesitas hacer para cultivar los frutos del Espritu Santo en tu vida?
Medita y Aprende
En cambio, el fruto del Espritu es caridad, alegra, paz, comprensin de los dems,
generosidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio de s mismo. Estas son cosas
que no condena ninguna Ley (Ga 5, 2223).
SOMOS IGLESIA!
El tiempo de la Iglesia
Notemos, para empezar, que existe una ntima relacin entre Dios Padre, Hijo, Espritu
Santo y su Iglesia, formada por la comunin o asamblea de sus santos que viven en el
amor.
Se realiza aqu, un proceso de salvacin, un plan del Seor que se inici hace miles de
aos desde el llamado del Seor a Abraham y los patriarcas, la liberacin del pueblo
elegido de Egipto, el anuncio de los profetas del Antiguo Testamento, el nacimiento,
predicacin, pasin, muerte y resurreccin de nuestro Salvador, la venida del Espritu
Santo en Pentecosts y, unido a este hecho de manera inseparable y como consecuencia
del mismo, el nacimiento de la Iglesia, Cuerpo de Cristo.
Qu es la Iglesia
Se llega a ser miembro de este cuerpo no por el nacimiento fsico, sino por el
nacimiento de arriba, del agua y del Espritu (Jn 3, 35), es decir, por la fe en
Cristo y el bautismo.
Este pueblo tiene por /efe (cabeza) a Jess el Cristo (Ungido, Mesas): porque la
misma uncin, el Espritu Santo, fluye desde la Cabeza al Cuerpo, es el Pueblo
mesinico.
Su ley es el mandamiento nuevo: amar como el mismo Cristo nos am (Cf. Jn 13,
34).
Su misin es ser la sal de la Tierra y la luz del mundo (Cf. Mt 5, 1316).
Su destino es el Reino de Dios, que l mismo comenz en este mundo, que ha de ser
extendido hasta que l mismo lo lleve tambin a su perfeccin.
La palabra Iglesia quiere decir asamblea y es, como lo afirma el Credo de Nicea
Constantinopla, una, santa, catlica y apostlica (ver Cat. N0 750).
UNA, porque uno es nuestro Seor, una nuestra fe y uno nuestro bautismo (Ef 4, 26),
reunidos en torno a un mismo Padre en un mismo Espritu, que es su alma, formando
un mismo Cuerpo, del cual Cristo es la cabeza. Hay en la Iglesia diversidad de razas,
culturas y modos de pensar, pero esto no hace ms que enriquecer a la misma y nica
Iglesia que naci en Pentecosts.
La Iglesia es una debido a que su fundador Jesucristo dijo: Y ahora Yo te digo t eres
Pedro, o sea Piedra y sobre esta piedra edificar mi Iglesia que los poderes del infierno
no podrn vencer (Mateo 16, 18). Jess no dijo mis..., sino mi Iglesia. Jesucristo
establece una Iglesia y nada ms.
l pide que su Iglesia sea una: Que todos sean uno como T, Padre, ests en m y Yo
en ti. Sean tambin uno en nosotros, as el mundo creer que t me has enviado (Jn 17,
21).
Jesucristo quiere que su Iglesia sea seal de unidad, en un mundo desunido; no basta
predicar a Cristo, es necesario que los hombres vean en medio de ellos a la Iglesia nica
y unida. La separacin y la divisin no son de Cristo. Slo en la unidad el mundo Creer
que somos de Cristo.
San Pablo tambin nos exhortaba a la unidad de este modo: Por encima de todo esto
revestos del amor, que es el vnculo de la perfeccin (Col 3, 14). Es entonces el amor
el perfecto vnculo de unidad para una Iglesia que predica precisamente el amor. Y es
que si el Espritu Santo, que es amor y es comunin, nos une a todos nosotros, es natural
que el vnculo de la perfeccin sea por ello el amor.
SANTA, porque tenemos un Seor, Jess, que es Santo, y que nos comunica esa
santidad a travs de su Espritu santificador. La Iglesia es un Camino (Cf. Hch 9, 2) de
santificacin a travs del cual el Seor nos comunica sus infinitas gracias y bendiciones,
por ms que est formada por hombres imperfectos y pecadores. Somos, pues, el pueblo
santo que se rene para la alabanza de su Seor.
La siguiente frase de san Pedro nos puede mostrar lo valioso de nuestra vocacin
cristiana:
... ustedes, al contrario, son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nacin santa
(consagrada), un pueblo que Dios eligi para que fuera suyo y proclamara sus
maravillas (1 Pe 2, 9).
La Iglesia no puede dejar de ser santa. Cristo am a su Iglesia como a su esposa y se
entreg por ella para santificarla, la uni a s mismo como su propio cuerno y la llen
del don del Espritu Santo para gloria de Dios. Est pues la Iglesia santificada por l.
Y no slo eso, sino que por l y con l, ella tambin ha sido hecha santificadora (Cat.
N0 824), pues todas las obras de la Iglesia se esfuerzan en conseguir la santificacin de
los hombres en Cristo y la glorificacin de Dios. En la Iglesia es en donde est
depositada la plenitud de los medios de salvacin; es en ella donde conseguimos la
santidad por la gracia de Dios. La Iglesia, pues, congrega a pecadores alcanzados ya
por la salvacin de Cristo, pero an en vas de santificacin, nos recuerda el Nuevo
Catecismo (N0 827).
Universal, porque fuimos enviados por Cristo a llevar la Buena Nueva a toda criatura,
a las gentes de todas las naciones (Mt 28, 19), para que todos sean sus discpulos. Esa
es nuestra misin. Por ello, todo cristiano que se considera a s mismo autnticamente
catlico, debe asumir como fruto de su identificacin con Cristo y como su vocacin de
vida, esta misin catlica de evangelizar, es decir, de ser, donde le enve el Seor, un
misionero; esto es, fermento en la masa, sal de la tierra, luz del mundo.
APOSTLICA, porque surgi de la institucin de los Doce, a quienes Jess llamo para
hacerlos sus compaeros y enviarlos a predicar (Cf. Mc 3, 1419; Lc 9,12), sobre la
base de Pedro (Cf. Mt 16, 1819) y la autoridad y poder que el Seor dio a sus aps -
toles y sus sucesores, los obispos (Cf. Mt 18, 18; Jn 29, 23). La Iglesia es apostlica
porque est fundada sobre los Apstoles; ella fue y permanece edificada sobre el
fundamento de los apstoles (Cf. Ef 2, 20).
Apstol quiere decir enviado. Y todos nosotros hemos sido llamados igualmente para
ser apstoles; es decir, para ser enviados por el Seor. A cada uno de nosotros
corresponde por ello un apostolado que es nuestro deber descubrir y asumir.
Somos, entonces, esa Iglesia que, como lo afirm el papa Pablo VI y lo repiti el
documento de Puebla, existe para evangelizar. La Iglesia existe para evangelizar. La
Renovacin Carismtica existe para evangelizar. Nuestro grupo de oracin existe para
evangelizar.
Esta Iglesia es Camino y a la vez est en camino, como Iglesia peregrina que es, y as lo
decimos al cantar orgullosos: Todos unidos, formando un solo cuerpo, un pueblo que
en la Pascua naci; miembros de Cristo en sangre redimidos, Iglesia peregrina de Dios
.
Somos el pueblo de Dios en marcha, que est en camino y que, como la caravana, slo
se detiene para predicar.
La Iglesia es un cuerpo
Todos nosotros, a partir de nuestro bautismo y nuestra conversin, empezamos a formar
parte de este Cuerpo, y a travs de nuestra efusin del Espritu Santo, comenzamos a ser
verdaderamente parte activa de l, segn la misin que el Seor nos haya encomendado.
Y el Seor espera que demos frutos, y que ese fruto sea abundante (Jn 15, 16). Pero
ningn fruto podremos dar si no permanecemos unidos a Cristo: Yo soy la vid, y
ustedes las ramas; el que est en m, y yo en l, ste produce mucho fruto; porque sin m
no pueden hacer nada (Jn 15, 5). Y estar unidos a Jess es estar unidos a la Iglesia, es
ser Iglesia, que es su Cuerno: Y nadie jams ha aborrecido su cuerpo; al contrario, lo
alimenta y lo cuida. Eso es justamente lo que Cristo hace por la Iglesia, pues nosotros
somos parte de su cuerpo (Ef 5, 29-30).
Debemos entonces sentir esa identificacin de Cristo con su Iglesia, que somos todos
nos otros, por la que se entreg a la muerte y resucit. l nos ama tanto que nos ha
hecho parte suya, por ello nos cuida, protege, santifica y donde la Iglesia est presente,
Cristo tambin lo est.
La Palabra de Dios nos dice: Pues as como nuestro cuerpo en su unidad posee muchos
miembros y no desempean todos la misma funcin, as tambin nosotros, siendo
muchos, no formamos ms que un solo cuerpo en Cristo, siendo miembros los unos de
los otros (Rm 12, 4-5).
Y aade: El cuerpo humano, aunque est formado por muchas partes, es un solo
cuerpo. As tambin Cristo. Y de la misma manera, todos nosotros (...) fuimos
bautizados para formar un solo cuerpo por medio de un solo Espritu (1 Co 12, 12-13).
La Iglesia es un Cuerpo, y en un cuerpo, como acabamos de ver, tiene que haber unidad
y adems cada miembro cumplir una funcin. En un cuerno nada sobra, todo tiene una
funcin, una utilidad; todo tiene un porqu y un para que.
La necesidad del buen funcionamiento de los ministerios es resaltada por san Pablo en
su Carta a los Efesios cuando afirma:
Y dnde estn sus dones? Unos son apstoles, otros profetas, otros evangelistas, otros
pastores y maestros. As prepara a los suyos para las obras del ministerio en vista de la
construccin del cuerpo de Cristo; hasta que todos alcancemos la unidad en la fe y el
conocimiento del Hijo de Dios y lleguemos a ser el Hombre perfecto, con esa madurez
que no es menos que la plenitud del Cristo.
Entonces no seremos ya nios a los que mueve cualquier oleaje o viento de doctrina o
cualquier invento de personas astutas, expertas en el arte de engaar.
Hermanos: este mensaje es muy claro para todos nosotros. Si queremos que nuestra
Iglesia y nuestro grupo de oracin crezca y alcance la plena madurez, si queremos dejar
de ser nios en la fe y empezar a crecer a la estatura perfecta de Cristo, debemos
crecer no slo individualmente como personas, cada uno por su cuenta, sino tambin
crecer como cuerpo, es decir, crecer juntos como un todo, de manera homognea. Y ello
se obtiene cuando cada hermano responde al llamado del Seor utilizando su carisma
dentro de su respectivo ministerio.
Cada vez que el Seor realiza en alguna comunidad una efusin de su Espritu Santo,
reparte en ella no slo sus dones, sino que ante todo llama a todos a un ministerio,
dndole a cada uno el don o los dones que necesitar para cumplir eficazmente con su
labor en ese ministerio. Por ello, si recibimos un determinado carisma, comprendamos
que es porque el Seor nos ha llamado a un ministerio dentro del cual ese carisma
deber ser ejercido.
Si por ejemplo, en nuestro grupo hacan falta cuatro hermanos que se dediquen al
ministerio de enseanza, el Seor les dar a cuatro hermanos este carisma. Pero si dos
de ellos no utilizan el don recibido, entonces los otros dos tendrn que multiplicarse
para cubrir esta carencia, o si no tendrn que dedicarse a este ministerio otros hermanos
que no han recibido el carisma de enseanza, con lo que se trastorna de esta manera
todo el funcionamiento normal del cuerpo.
No por coincidencia los grupos de oracin que gozan de mayores bendiciones del Seor
y en los que se manifiesta con ms fuerza, son aquellos en que los ministerios estn
slidamente constituidos y trabajan de forma continuada y dinmica.
Los sacramentos
Los sacramentos son siete y fueron instituidos por Cristo: Bautismo, Confirmacin,
Eucarista, Penitencia, Uncin de los enfermos, Orden Sacerdotal y Matrimonio, los
mismos que corresponden a todas las etapas y momentos ms importantes de la vida del
cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curacin y misin a la vida de fe de los
cristianos.
A travs de estos sacramentos, el hombre recibe la vida nueva de Cristo. Esta vida
nueva de hijo de Dios puede ser debilitada e incluso perdida por el pecado.
Jesucristo quiso que su Iglesia continuase con la fuerza del Espritu Santo su obra de
curacin y salvacin, incluso en sus propios miembros. Esta es la finalidad de los
sacramentos de curacin: la Penitencia y la Uncin de los Enfermos.
Los otros dos sacramentos, el Orden y el Matrimonio, estn ordenados al servicio de los
dems. Contribuyen ciertamente a la propia salvacin, pero esto lo hacen mediante el
servicio que prestan a los dems. Confieren una misin particular en la Iglesia y sirven a
la edificacin del pueblo de Dios.
Al que nace a una vida de relacin con Dios, el Bautismo le dice que puede vivir
plenamente su condicin de hijo. Despus de recibir este primer sacramento, para
afirmar nuestra fe y profundizar ms en nuestra misin de ser testigos, la Confirmacin
nos revela lo que es la vida en el Espritu de Dios.
Al hombre y mujer que decidan fundar un hogar y descubrir a la vez las riquezas y las
dificultades de su mutuo amor, el sacramento del Matrimonio garantiza que Dios, que es
el Amor, muestra la va de la fidelidad.
Al enfermo que sufre con sus limitaciones y su dependencia, la Uncin de los enfermos
le da el consuelo, la paz y el nimo para soportar su estado, el perdn de los pecados si
no pudo confesarse sacramentalmente y el restablecimiento de su salud fsica, si
conviene a la espiritual.
A fin de que el cristiano viva en plena comunin con Dios y su Iglesia, la Eucarista es
el alimento que nos une y fortalece cumplir con el propsito de Dios. A quienes el Seor
llam a ser pastores de esta comunidad humana para guiar la Iglesia de Jesucristo, ste
les dice a travs del sacramento del Orden Sacerdotal: Haz esto en memoria ma .
As es, el Sacramento es una buena nueva! Si la recibes comunica esta experiencia a tus
hermanos.
Tenemos el privilegio de pertenecer a la Iglesia fundada por Jesucristo que nos regala
una Vida Nueva para vivirla en plenitud, asumiendo nuestro compromiso con ella, pues
nos necesita y con urgencia.
Para concluir, reflexionemos hermanos sobre nuestro compromiso con nuestra Iglesia, y
bendigamos al Seor desde lo ms profundo de nuestro ser, porque t y yo
pertenecemos a la nica Iglesia de Cristo, la Iglesia Catlica, gobernada por el sucesor
de Pedro y por los obispos en comunin con l (Lumen gentium 8). El Enemigo y los
que son del mundo atacan a Cristo atacando a su Cuerpo, que es la Iglesia, para as
daarte a travs de ella.
El rbol se reconoce por sus frutos (Mt 12, 33) dijo Jess.
As, gracias tambin a ti, la Iglesia ser signo del amor de Dios a los hombres y su
camino de salvacin.
Exhortacin final
Hemos llegado as, por gracia de Dios, al momento culminante de este Seminario de
Vida en el Espritu. Te invitamos muy fraternalmente a continuar tu proceso de
formacin para que llegues a ser muy pronto un cristiano maduro en la fe.
No te conformes por ello con lo que aqu hayas recibido, pues el Seor quiere hacer
mucho ms en tu vida. Permtele que lo siga haciendo. Preprate, entonces, para asumir
y realizar la misin que Cristo tiene para ti y que es tu deber ir descubriendo.
Ahora, que ya has tenido la experiencia personal y en comunidad del amor de Dios por
ti, de conocer a Jesucristo y de llenarte de su Espritu, tienes algo muy importante y
valioso que contar.
P. Anitua.
Seminario San Jos de la Montaa.
San Salvador, El Salvador
28 de Septiembre 1974
No para darme auto bombo, Dios no permita que lo haga jams, dir que soy Doctor en
Filosofa, Doctor en Teologa por la Universidad Gregoriana de Roma, he sido 8 aos
profesor de Filosofa y de Teologa en el Seminario Central de San Jos de la Montaa
(San Salvador), y profesor universitario. Mi espritu es curioso y abierto, pero cientfico
y un tanto racionalista. Por eso mi experiencia, quizs sea ms preciosa para quienes
sean escpticos ante las maravillas de Dios.
Gloria al Seor
P. Anitua:
Jess desea bautizarle en el Espritu Santo.
Pdaselo y recbalo.
Mis oraciones al Padre son para UD.
Claudio
Cmo agradezco a Claudio ese mensaje y cmo s ahora que Jess se lo haba
comunicado! Comenc esa tarde a leer el libro por pura curiosidad. En algunos pasajes
llegu a conmoverme.
Pero al llegar al testimonio de James Cavnar, Bachiller en Teologa por Notre Dame, vi
claramente mi caso reflejado en el suyo. El haba procurado ser apstol desde siempre,
trabajaba por Cristo, crea en El. Pero su Teologa le haca un tanto escptico ante las
manifestaciones raras de las asambleas pentecostales. Senta que haba un obstculo
entre l y Dios.
Era mi caso. En mi cuaderno de notas espirituales, despus de haber asistido a una
reunin pentecostal apunt: Notas sobre el movimiento carismtico pentecostal:
Positivo: Se nota el amor, aunque puede ser contagio masivo.
Se aprende a orar.
Negativo: Existe el contagio masivo.
No entiendo el afn por orar en lenguas.
Ni las cantinelas tristes, semi gemidos.
Creo que hay obsesin por el satanismo. Convendra que intervinieran siquiatras o
siclogos ajenos al movimiento, cuando se dan casos aparentes de posesin diablica.
En las asambleas de oracin debera ensearse a orar en silencio: Cuando ores al Padre
entra en tu aposento, Cierra la puerta y el Padre que ve en lo escondido te lo pagar.
Demasiado exhibicionismo, carismatismo, posturismo.
Pero, junto a eso, parece ser un movimiento irracionalista, que pega ms en jvenes y en
mujeres.
Esas notas las escrib a la maana siguiente de acudir a la primera asamblea. Durante
ella me sent unido a Dios, mientras oraba con los ojos cerrados. Pero, cuando los abr y
vi un montn de gentes, que se acercaban a un paraltico con las manos extendidas y
mirada ausente, sent un retorcijn en el estmago y no resist ms. Sal malhumorado
exclamando: Esto es un circo. As no haca las cosas Cristo.
Y cuando oris, no seis como los hipcritas que gustan de orar en pie en las
sinagogas, para ser vistos por los hombres. T cuando ores entra en tu cmara y
cerrada la puerta ora a tu Padre que est en los cielos. Y tu Padre, que ve en lo
secreto te recompensar. Y orando, no seis habladores como los gentiles que
piensan ser escuchados por su mucho hablar. No os asemejis, pues, a ellos, porque
vuestro Padre conoce las cosas de que habis necesidad antes de que se las pidis.
(Mt.6:5-7).
Aqu parece que hay demasiado teatro, demasiada palabrera sin sentido, demasiado
gesto
Aqu por el contrario, veo tensin: grupos que imponen las manos, cantinelas
extraas, oraciones en lenguas y melopeyas. Todos quieren ver el milagro. Parece
que lo necesitan para que se confirme su fe. Cuentan si el paraltico se mueve unos
pasos.
No aparece el Santsimo por ninguna parte. Pareciera que quieren ser ellos los
taumaturgos. Yo creo que el santo es mucho ms sencillo, porque sabe que l no
hace los milagros. El slo es instrumento de la voluntad de Dios, que puede ser
curativa o no curativa.
Quizs es ms milagro hacer que un enfermo acepte su dolor con alegra y con
gratitud interna, porque es la voluntad de Dios que la misma curacin. Aqu parece
que se busca la curacin misma, como confirmacin de un movimiento, que no est
demasiado seguro de s mismo.
Esta era mi actitud despus de asistir a la primera asamblea. Sin embargo quera
suspender el juicio e ir hasta el fondo de la cuestin. Adems not que mi reaccin haba
sido un tanto extraa. En otra ocasin habra reaccionado con una sonrisa escptica y un
bastante de irona. Pero esta vez mi reaccin haba sido agresiva, intolerante. Por qu
haba reaccionado as?
En esta postura crtica me encontr el mensaje de Claudio Weelock y su libro. Era
viernes y esa noche iba asistir por segunda vez a una asamblea.
La lectura de los testimonios del libro me iba conmoviendo cada vez ms.
Si el Espritu Santo haba hecho tantas maravillas en otros hombres por qu no las
poda hacer conmigo? Se posesion de m un llanto incontenible, sollozante, de peticin
intensa. Llor como no haba llorado nunca en mi vida.
Sin embargo poco a poco y esta fue la mayor gracia de Dios en esta tarde, vi que
ste haba sido el don ms grande de Dios; ver mi impotencia. Esa tarde misma
ensuciado de pecado, con la contricin del Hijo prdigo escrib esta nota:
Una hora despus, quiz no ha llegado a cumplirse la hora, he vuelto a traicionar a Dios
Qu ocurre? Me pasa, quiz como a Pablo, que veo en mis miembros una ley de
pecado que repugna a la ley de la razn. Veo el mal que no quiero y lo hago. Tal vez el
demonio, tambin el demonio existe, lucha para mantener su presa y se ha apoderado de
mi carne de pecado.
Entonces llegaron mis hermanos. Les cont de mi doble experiencia de aquel da y les
ped consejo sobre la oportunidad de dar mi testimonio doble. Al llegar a la Iglesia,
estaba repleta, busqu inmediatamente al P. Mariano. Y me confes con l, lleno de
gratitud por la misericordia del Seor. Tambin le ped consejo acerca de dar mi
testimonio.
Confes que era pecador y soberbio. Cundo haba reconocido yo pblicamente esa
realidad: mi soberbia? Y peda oraciones. Poco despus un hermano se me acerc:
Cuente con mis oraciones, hermano. Al fin de la reunin el Chino me pidi que orara
con l. Fuimos a la Sacrista, oramos. Cuando el Chino comenz con sus lenguas y sus
cantinelas, me molest. Pero ya no estaba para poner condiciones, aunque estaba
murmurando entre m: por qu tendrs que hacer las cosas tan teatrales?
Volv a casa contento de tener otra vez mi vida en paz con Dios. Nada ms.
Y me acost pidindole al Seor, que me salvara, porque yo era impotente.
Este hecho de perdonar siempre me ha costado mucho y creo que tampoco haba
perdonado plenamente a quienes me haban hecho dao, sobre todo a quienes haban
herido mi orgullo. Ya llevaba varios aos cayendo en la cuenta de que no saba
perdonar. Y no lo haba logrado. Hoy creo, gracias a El, que amo a todos y ms an a
quienes me han humillado. Loado sea El. Maranatha, ven Seor, Jess.
Los sollozos eran incontenibles. Palpaba en m la grandeza del Seor. Saba que El me
haba posedo. No poda contenerme y baj a mi habitacin para llamar al Chino.
Necesitaba orar con l y que l orara conmigo. Pero otra vez el problema del telfono.
Pens que el Seor quera que lo dejara pasar. Volv a la azotea. Pero imposible. Volv a
intentar la comunicacin. Por fin repic el telfono en la otra parte de la lnea. Pero el
Chino estaba en el bao. Nueva contrariedad. Finalmente me comuniqu con l. Me
prometi venir enseguida. Me vest y baj a la capilla. La presencia del Seor me sala
espontnea. Pas ms de una hora sollozando y orando y alabando.
A las 11:40 exactamente lleg un carro. Me asom a la ventana. Vena al Chino, pero no
solo. Con l vena el P. Federico Argello comenz de nuevo mi sollozo. Solo poda
repetir: es maravilloso, maravilloso.
Y comenc a orar en lenguas. Yo, el escptico. Yo, quien todava esa maana, unos
minutos antes, repugnaba las espectacularidades. Los sentimientos de esos minutos
maravillosos no los puedo escribir. En este mismo momento estoy llorando ante mi
mquina. Ni el ojo vio, ni el odo oy....Es el cielo. Una seora coment despus: no
han olido ustedes a quemado?. Y yo no ol nada. Pero estoy seguro de que Jess se
posesion de m y de que su Espritu Santo expulso de m al demonio que me tena
posedo. Lo digo con sinceridad. Y recuerden todo lo que escrib antes sobre mis
escepticismos con respecto a las posesiones y a los exorcismos.
Acabamos con una misa concelebrada. Que misa tan bella: Las oraciones parecan
escritas para aquellos momentos. Despus nos quedamos an hasta las 2:20 de la tarde
platicando. Y an hicimos otra oracin. No com. Pero no por penitencia, sino porque no
lo necesitaba. Era todo tan bello. Recuerdo que cuando se despidieron mis hermanos
estaba lloviendo. Y slo pude comentar: Que lluvia tan bella. El mundo era distinto.
Yo era distinto. Ya no era yo, era Cristo y su Espritu en m. El mundo no haba
cambiado. Era mi vida la distinta.
Hermanos, esta es mi historia. La he relatado detalladamente, para que vean todas sus
circunstancias: mi escepticismo, m pecado despus, la irrupcin por fin del Seor,
cuando quiso, como quiso, y donde quiso. Yo estaba solo, no hubo contagio colectivo.
Yo estaba tranquilo, despus de dormir. Hasta el ltimo momento estaba muy escptico
respecto al don de lenguas. Y de repente, en la azotea de mi casa, solo en la casa, el
Seor vino. El lleg, no lo busqu yo. Y El se ha posesionado de m. Ahora comprendo
que el Espritu de Dios pueda apartar de sus drogas a los drogadictos. Porque la onda
del Espritu hace ms hermoso al mundo.
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ORACIN
Amn.
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CUESTIONARIO
3. Completa esta frase de san Pablo: Por encima de todo esto revestos del
_____________, que es el ____________de la _______________(Co13, 14).
5. Une las dos columnas haciendo corresponder la frase con la cita bblica:
8. Cules son los sacramentos que se reciben una sola vez en la vida?
1) ________________________________
2) ________________________________
3) ________________________________
10. Cristo dio a sus apstoles el poder de perdonar los pecados. Completa la siguiente
frase:
El ladrn solo viene a robar, matar y destruir, mientras que yo he venido para que
tengan vida, y la tengan en plenitud
Jn 10, 10
CANCIONERO GENERAL
AMOR DE DIOS
Cristo rompe las cadenas, A quien ir, a quien ir, a quien ir,
Y nos da la libertad Sino a Jess, si me salv, mi alma
transform,
Como es posible yo vivir sin mi Jess, A quien ir sino a mi Jess
Si el fundamento de mi vida eres T;
JESUS MI SEOR Y SALVADOR
SHALOM
Shaln para ti ESTA ALEGRIA
Saln para m Esta alegra no va a pasar,
Shaln, shaln No va a pasar,(3)
Cristo rompe las cadenas, A quien ir, a quien ir, a quien ir,
Y nos da la libertad Sino a Jess, si me salv, mi alma
transform,
Como es posible yo vivir sin mi Jess, A quien ir sino a mi Jess
Si el fundamento de mi vida eres T;
LA PROMESA DEL PADRE ES PARA TI
BAUTIZAME
Bautzame Seor con tu Espritu,(4) Preprate para que Sientas (3)
Y djame sentir el fuego de tu amor El Espritu de Dios
Aqu en mi corazn Seor.(2) djalo que se mueva (3) dentro de tu
Transfrmame Seor... corazn
mame Seor...
Ungeme Seor... VEN, VEN ESPIRITU DIVINO
Perdname Seor... Ven, ven, ven, Espritu Divino,
Librame Seor... ven, ven, ven, acrcate a m. (bis)
Aydame Seor... Apodrate, apodrate, apodrate
Guame Seor... de todo mi ser. (2)
Sname Seor...
Fortalceme Seor. Aqu se siente la presencia de Dios,
aqu se siente la presencia de Dios.
Siento el fuego del Espritu Santo,(2)
ESPIRITU SANTO DE DIOS siento gozo, siento paz,
Espritu,(3) Santo de Dios.(bs) siento el amor que mi Dios me da. (2)
Aqu se siente la presencia de Dios.
Ven a controlar todo m ser,
Ven a dirigir toda mi vida, YO SIENTO UN FUEGO
tambin mi Pensar y mi actuar, Yo siento un fuego que me est
mi sentir y mi caminar. quemando
el Espritu Santo me est bautizando (2)
ESPIRITU SANTO: VEN, VEN Aqu se canta, aqu se ora
Espritu Santo, Ven, Ven (3) Se alaba al Seor a toda hora (2)
En el nombre del Seor.
ES UN RIO..,
Acompame, ilumname toda mi vida Es un ro...,
Acompame, ilumname es la lluvia.,.,
Espritu Santo, Ven, Ven. es un soplo...,
es un fuego...,
Purifcame, santifcame toda mi vida... es el Espritu de Dios que est aqu.