Revista Del Notariado 925
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2 Revista del Notariado 925
Consejo
Directivo Presidente Carlos Ignacio Allende
Ejercicio 2015-2017
Vicepresidente Esteban Enrique ngel Urresti
Rita Josefina Menndez
Secretaria
Editorial | 6
Doctrina
Transparencia de la contratacin pblica en Argentina. Armonizacin con la
normativa prevista internacionalmente, por Mara V. Bagattini | 15
Particin de herencia, implicancias de la Disposicin tcnico registral 7/2016 del
Registro de la Propiedad Inmueble de la Capital Federal, por Sylvia V. Belatti | 84
El fideicomiso inmobiliario y sus formas de celebracin, o escrituras para todos y
todas?, por Adrin C. Comas | 96
Registro de Actos de ltima Voluntad. Presente y futuro, por Oscar J. Garca Ra y
Mara M. Trezza | 108
Las tcnicas de reproduccin humana asistida a la luz del Cdigo Civil y Comercial.
Intervencin notarial, por Mara L. Lembo | 117
La fractura del axioma madre siempre cierta es frente a la voluntad procreacional,
por Horacio Teitelbaum | 143
Dictmenes
Falta de firma. Propiedad horizontal. Teora de la apariencia, por Ezequiel Cabuli |
166
Historia
Ora pro nobis notarii. En torno a san Gins y a la Cofrada Portea, por Jorge A.
Latino | 186
Editorial
Faras seala que la habilitacin profesional para actuar como abogado en nuestro
pas no es difcil de obtener y que no requiere el paso previo por una escuela de abo-
gaca y su aprobacin, tal como sucede en Europa, en los Estados Unidos e incluso en
Brasil. Asimismo, destaca que aqu, cumpliendo con algunos trmites burocrticos,
se puede inmediatamente solicitar la matrcula que habilita el ejercicio profesional
ante un colegio de abogados. El abogado solo deber aportar un ttulo legalizado,
firma de dos colegas, certificado de antecedentes penales, CUIT, CUIL, entre otros, y
varias fotocopias. Es decir, a partir de su otorgamiento, el abogado ya puede comen-
zar a trabajar.
El autor sostiene que la profesin de abogado necesita de algo ms que conteni-
dos tericos y que las iniciativas que las facultades de derecho intentan introducir no
han conseguido la capacitacin prctica que un abogado novel necesita. De acuerdo
con su criterio, al joven abogado le piden e, incluso, exigen para su insercin laboral
experiencia, algo similar a la del joven mdico que durante los ltimos tres o cuatro
aos de su carrera practic con pacientes. Considera que una formacin terica, por
excelente que sea, es por s sola insuficiente y que se necesita incorporar la obligato-
riedad de una formacin prctica, junto con las materias de la carrera.
Finaliza diciendo:
1.Ver Faras, Ral, La valiosa prctica profesional para abogados, en La Nacin, Buenos Aires, La Nacin,
24/4/2016. El autor es el director acadmico del Programa de Entrenamiento para Abogados de Fores, institu-
cin que sobresale en este y otros temas de mejoramiento profesional.
Editorial 7
El novel abogado necesita sentarse en torno a una mesa de trabajo donde se rela-
cione horizontalmente con sus colegas profesores y compaeros. Necesita ser in-
trprete del saber que l mismo genera en medio del anlisis clnico de un caso,
exponer sus argumentos [] saber cundo hablar, cundo callar, qu decir y cmo
decirlo, ponerse de pie y hacer una presentacin, improvisar un discurso, propo-
ner tcticas y estrategias, equivocarse, recibir crticas y volver a comenzar, man-
tener bajo control sus impulsos, administrar sus emociones, escuchar a los otros,
trabajar en equipo y tal vez liderarlo, descubrir sus talentos, pensar y resolver
cuestiones ticas, ponerse a prueba, conocer la riqueza de la austeridad, ensayar
diversas soluciones, actuar distintos roles, escribir con propiedad y profesionalis-
mo, administrar tiempos y espacios reales y virtuales, sintetizar, buscar informa-
cin, manejar herramientas tecnolgicas no slo intuitivamente, sino con el cono-
cimiento de las capas que subyacen; en definitiva, entrenarse para los desafos que
lo esperan y en los mbitos donde deba trabajar.
Este es un tema que tenemos que salir a analizar en todas las profesiones. El mundo
est cambiando a toda velocidad, cambian las normas, cambian nuestros cdigos le-
gales. No importan los aos de carrera, o los aos que tenemos, no podemos dejar de
8 Revista del Notariado 925
estudiar. Incluso, sucede al revs: en algunas cosas hay que desaprender,2 lo que era
vigente hace unos meses hoy no lo es ms.
Sea en la Inspeccin General de Justicia, en el Registro de la Propiedad Inmue-
ble o en de la Propiedad Automotor, hay que volver a estudiar lo que se haca ayer,
que hoy puede no ser vlido. En ocasiones, incluso se confunden las normas ante-
riores con las posteriores, hay que verificar si lo que siempre se dio por vlido sigue
sindolo hoy.
Para actuar como escribano en la Ciudad de Buenos Aires, hay que realizar to-
dos los aos una capacitacin que es permanente. El abogado que quiere ser escri-
bano y acceder a un registro notarial como titular o como adscripto debe aprobar
un examen escrito eminentemente prctico y uno oral de conocimientos, adems de
los otros requisitos que la ley exige. Para ser titular de un registro notarial, la nota
mnima que se debe obtener en ambos exmenes es siete puntos y, para ser adscrip-
to, cinco, pero los nmeros son relativos, no indican nada; est comprobado que
para superarlo hay que estudiar mucho. El nombramiento lo hace el Poder Ejecutivo
de la Ciudad entre los escribanos que cumplen todos los requisitos y aprobaron los
exmenes.
La prueba es tomada y juzgada por un jurado, integrado por un miembro desig-
nado por el Tribunal Superior de Justicia que lo presidir, un profesor de la Facul-
tad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires designado por esta, un notario
miembro de nmero de la Academia Nacional del Notariado, un representante del
Poder Ejecutivo y un escribano en ejercicio del notariado, nominado por el Colegio
de Escribanos. Los miembros del jurado no pueden ser recusados y actan con no
menos de cuatro de sus integrantes; en todos los casos se pronuncian por mayora de
votos, que se computan a razn de uno por cada institucin. En la prctica siempre
estn todos los representantes.
El jurado califica las pruebas entre uno y diez puntos, y la calificacin es inape-
lable. Para acceder al examen oral el postulante debe haber aprobado el escrito. Para
considerarse aprobado, debe tener al menos cinco puntos en ambas pruebas. Ade-
ms, con excepcin de los que ya son adscriptos, los aspirantes a concursar por la ti-
tularidad de un registro notarial deben asistir a no menos del 75% de las clases de un
curso de prctica notarial que dicta el Colegio de Escribanos durante el transcurso de
un ao lectivo, o bien realizar una prctica profesional de por lo menos dos aos de
duracin en una notara. Los inspectores del Colegio verifican que el aspirante cum-
pla con este ltimo requisito. En ambos casos se les toma examen. Los escribanos
adscriptos que quieren obtener una titularidad de registro que tengan ms de siete
aos de antigedad en el ejercicio de la funcin en la demarcacin adems de cum-
plir con otras condiciones (art.35 Ley 404) podrn eximirse de rendir las pruebas
escrita y oral.
2.Ver Bilinkis, Santiago, El nuevo desafo que enfrentamos como adultos no es aprender, es desaprender, en
La Nacin Revista, Buenos Aires, La Nacin, 30/4/2016.
Editorial 9
Se realizan dos exmenes por ao. El primero comienza con el examen escrito
que se lleva a cabo en el mes de abril y pueden presentarse todos los profesionales
que deseen concursar para acceder a la titularidad de un registro notarial (si obtie-
nen un puntaje de siete o ms) o bien a la adscripcin (entre cinco y siete). El exa-
men oral de los que aprueban en abril se realiza en el mes de octubre del mismo ao.
Asimismo, el segundo examen escrito, que tambin se lleva a cabo en octubre, est
destinado solo a aquellos que concursan para acceder a una adscripcin; el examen
oral de esta segunda instancia examinadora, es decir, para los que aprobaron el escri-
to de octubre, se realiza en el mes de abril del ao siguiente. Como lo establece la Ley
404, todos los postulantes deben tener el ttulo universitario de abogado.
En los exmenes escritos, a cada concursante se le asigna una computadora,
provista por el Colegio. Todos los postulantes deben realizar el examen en base un
mismo tema previamente sorteado pblicamente de entre cinco seleccionados por
el jurado. En el caso que comento, los cinco temas fueron elegidos entre catorce te-
mas, que el jurado haba seleccionado el medioda anterior al examen. Los concur-
santes no pueden poner sus nombres en el examen escrito e ignoran el nmero que
les asignarn a su prueba. El examen es conservado en un dispositivo.
El N 925
El Director
Editorial 11
recuerdos para ese grupo humano de excelencia que tan bien hizo y hace quedar
al Colegio.
Una vez matriculado, tuve la oportunidad de formar parte de la Comisin de In-
tegracin Profesional, que constituye un verdadero espacio de contencin y apoyo
para los colegas que recin se inician en la profesin, y una inmejorable oportu-
nidad para estrechar vnculos de amistad con nuestros pares, forjndose afectos
de por vida, que van mucho ms all del ejercicio profesional. Algunos de los que
estn sentados hoy aqu me han honrado con su amistad durante todos estos aos
y hemos compartido penas y alegras, las que comenzaron muy especialmente con
la preparacin de los exmenes para la adscripcin y/o titularidad de un registro
notarial en esta demarcacin.
Ya siendo titular, el Colegio me invit en contadas ocasiones a participar de con-
gresos y jornadas en el interior del pas, presentando trabajos y ponencias que,
junto a delegaciones de todo el pas, contribuyen a formar doctrina y enriquecer
posturas acadmicas que buscan tomar posicin sobre determinados temas del de-
recho, con la visin notarial necesaria para aplicar con equidad el precepto legal.
Luego, vinieron los aos de docencia en la universidad y, con ellos, la satisfaccin
de comunicar el conocimiento del derecho a muchos jvenes que, como yo, haban
emprendido este camino que los llevara a estar hoy aqu, junto a nosotros. Les
confieso que ver a mis alumnos ejerciendo el notariado me produce una profunda
emocin.
Otra faceta de esta profesin que no puedo dejar de destacar es la de la actividad
dirigencial. Los que alguna vez formamos parte del Consejo Directivo de este Co-
legio yo lo hice en dos oportunidades, como vocal suplente y como prosecreta-
rio sabemos de la profunda vocacin que hay que tener para estar diariamente
al servicio del colega, concurriendo al Colegio y administrando los tiempos, que
se superponen, muchas veces, con nuestras escribanas. Y todo ello, seores, ad
honrem. Es decir, los consejeros nos regalan su tiempo en aras de una institu-
cin mejor, para que los escribanos estemos mejor. Esto es loable e increble en
estas pocas. Y puedo asegurar, por haberlo vivido desde adentro, que todos, a su
manera y con sus tiempos, prestan su tarea con apasionamiento y vocacin de ser-
vicio inigualables.
A modo de conclusin, me gustara reflexionar con ustedes: tenemos una fun-
cin que el Estado nos ha delegado. Esa funcin permanece intacta, tal como los
cientficos del derecho la pensaron. El Colegio ha trabajado siempre para que esto
sea as. Tenemos que trabajar todos juntos para que siga siendo as. Tenemos que
acercarnos al colega y al Colegio para contribuir, de distintas maneras, con nuestro
aporte, ya sea desde la crtica superadora hasta el trabajo constante y permanente.
Tenemos que practicar la generosidad con nuestros pares y con esta institucin.
Porque, en definitiva, estamos haciendo todo eso para nosotros mismos.
Entonces, queridos colegas, en compaa de los afectos que hoy nos acompaan,
nuestras familias, nuestros amigos, asumamos el compromiso de ser cada da me-
jores personas y mejores escribanos. Reconozcamos que, si bien hubo especiales
circunstancias de nuestras vidas que nos han trado hasta el presente, en definitiva,
hemos sido nosotros mismos los actores de esta meta lograda. Y as, en el camino
que nos queda por transitar, podremos detenernos a cualquiera de sus lados, mirar
hacia atrs y, como dijera el poeta, ver la senda que nunca se ha de volver a pisar,
Editorial 13
pero con la satisfaccin de saber que lo andado no ha sido en vano y que lo que
est por venir ser an mucho mejor.
Muchas gracias.
Buenas noches a todos los que nos acompaan en esta celebracin y especialmente
a los colegas con los que comparto este reconocimiento, este reconocimiento a la
trayectoria, a nuestro paso por la profesin de escribano.
Qu puedo decir esta noche que nos convoque a todos? El camino recorrido, ms
largo, ms corto, hoy es nuestro punto de encuentro, un camino rico en experien-
cias, en desafos, en ancdotas, algunas divertidas y otras que nos han quitado el
sueo. Pero sabemos que eso es parte de ser escribano, como as tambin la satis-
faccin de encontrar soluciones jurdicas a los problemas de la sociedad.
Hoy nos habremos sorprendido de los aos que han pasado y de los retos que
afrontamos. De beneficios eventuales al ITI; de sellos de la calle Salta a la AGIP.
De la pluma a la floating; de la Remington al procesador de textos Olivetti. Las
computadoras, la notebook, la tablet. Del asesoramiento verbal a la minuta insisti-
da; desde doy fe de conocimiento a justifican su identidad.
Tambin, distintos gobiernos y polticas econmicas signaron nuestra actuacin
profesional, y aun as no dejamos que nos venza la incertidumbre; por el con-
trario, estuvimos ah, firmes, abordando los conflictos, tratando de entender las
polticas econmicas del momento, atravesando los cambios legislativos. Indexa-
cin, plan Austral, plan Primavera, la convertibilidad, la CUIT o CUIL irrum-
piendo en la escena notarial, CER o no CER, pesificamos, dolarizamos, Corralito,
pago con depsitos reprogramados, cheques cancelatorios, cedines, polticamente
expuesto, sujeto obligado, sinceramiento, etc., etc., etc. Y nosotros, como opera-
dores del derecho, estuvimos a la altura de los acontecimientos, aportando solu-
ciones.
Los cambios legislativos tambin pusieron a prueba nuestra capacidad de adapta-
cin. As, la Ley 17711, la Ley 23515. Y lo que nunca pensamos: el Cdigo Civil
de Vlez Sarsfield le dio paso al Cdigo Civil y Comercial. Y el notariado tambin
estuvo presente, comprometido, firme, asimilando en poco tiempo los cambios y
dando respuestas a las demandas de la sociedad.
Acompaamos a nuestros requirentes, los escuchamos, los asesoramos, los acon-
sejamos, compartimos sus vivencias en cada operacin. Somos mediadores, intr-
pretes de leyes, redactores creativos de documentos, investigadores de identidades
y de potenciales herederos. Somos legisladores, porque ahora, parece que el Con-
greso es una escribana
Protocolo en mano y lapicera de tinta indeleble, y un sinfn de planillas para hacer
firmar. Estampando nuestra firma, esa firma que pone fin a los conflictos, que re-
frenda la alegra de la primera vivienda, la que fue testigo de la ltima voluntad, la
que va al final, pero cierra todos los actos.
Nuestra presencia da seguridad. Somos portadores de una fe inquebrantable, una
fe que valida actos, da certeza y genera confianza. Todos estos aos, hemos hecho
precisamente esto. Recordmoslo en los momentos difciles.
14 Revista del Notariado 925
Hoy celebramos nuestra historia personal con la profesin. La que naci hace 50 o
25 aos. Desde 1966 o 1991, venimos transitando este camino, asumiendo la res-
ponsabilidad de ser escribanos y la de dar respuestas en todo momento.
No puedo dejar de compartir con ustedes el agradecimiento a esta institucin que
nos cobija y nos ampara. Nunca estuvimos solos en este camino. Desde hace 150
aos, el Colegio vela por nuestro desempeo en la funcin, guiando a todas las ge-
neraciones de escribanos. Sin duda, el mejor compaero de todos estos aos.
A los que cumplen 50 aos de trayectoria, gracias por todo su aporte, por contri-
buir al respeto de una larga tradicin, la notarial.
Los que cumplimos 25 aos, asumamos el compromiso de resguardar nuestras
tradiciones para que trasciendan a los cambios, en pos de sostener los principios y
valores fundamentales de nuestra profesin.
Qu puedo decir esta noche que nos convoque a todos? Estoy orgullosa de ser
escribana.
Por ltimo, seguramente cada uno de nosotros estar evocando a aquellas perso-
nas que fueron fundamentales en nuestro desarrollo personal. En mi caso, hoy re-
cuerdo a mi padre, quien me ense a ser fuerte, responsable y tica, todo lo que
me permiti ser escribana.
Muchas gracias.
Doctrina
Mara V. Bagattini
resumen
Una poltica eficaz en materia de contratos pblicos es vital para el xito del merca
do y el mejor destino de los fondos pblicos. Argentina ha avanzado mucho en la
puesta en marcha de la contratacin pblica y ha creado el marco normativo desti
nado a abrir contratos a la competencia y se han sentado las bases de una poltica
eficaz de compras. Pero queda camino por recorrer. Como objetivo general y como
principio rector en esta investigacin, tendremos al principio de transparencia.
Como objetivos particulares, desarrollaremos el control preventivo de las contrata
ciones pblicas y la rendicin de cuentas, a la vez que examinaremos, en el marco
de los objetivos particulares, la planificacin de las contrataciones, el funcionamien
to del principio de transparencia en consonancia con las normas internacionales y
los instrumentos para promoverla, todo esto estrechamente unido al control social
de las contrataciones pblicas. Realizaremos un desarrollo de la transparencia en las
contrataciones bajo el rgimen del derecho argentino y veremos cmo juegan aqu
los tratados internacionales con jerarqua constitucional a partir del ao 1994.
Agradecimientos
Debo dar las gracias a Nstor de Gregorio, quien me alent a cursar la especialidad
en Contratos de Derecho Administrativo, ya que sin aquella cursada toda esta in-
vestigacin no hubiese existido. A Mara Maxit, quien ley una primera versin del
trabajo y realiz valiosas sugerencias y correcciones. Tambin a mis padres, Ricardo
Nstor Bagattini y Rosita B. Izquierdo, por su apoyo incondicional y por haberme
brindado una slida formacin personal y acadmica en la Universidad Austral.A la
Procuracin del Tesoro de la Nacin por los aos de estudio en tan prestigiosa ins-
titucin. Finalmente, quiero agradecer a mi esposo Gabriel Esteban Blanco por su
paciencia infinita y a mi hijo Juan Francisco Blanco por todo su amor y dedicatorias
en algn manuscrito.
1. Consideraciones previas
En estas pginas veremos que una poltica eficaz en materia de contratos pblicos es
vital para el xito del mercado y el mejor destino de los fondos pblicos. En nuestro
pas se ha avanzado mucho en la puesta en marcha de la contratacin pblica y por
ello ya se ha creado el marco normativo destinado a abrir contratos a la competencia.
Por su parte, los diversos operadores contractuales van adaptndose gradualmente a
la nueva situacin y tal marco deber seguir siendo un factor de transformacin de
las prcticas tradicionales en materia de adquisiciones, contribuyendo as a la crea-
cin de un entorno propicio al desarrollo econmico.
Ha llegado el momento de revisar lo transitado y lo que an nos queda por ha
cer:estamos en plena transformacin. Con el dictado del Decreto delegado 1023/2001
y del Decreto 893/2012,1 sumado a la normativa de tratados internacionales, se han
sentado las bases de una poltica eficaz de compras.
Se abandonan as prcticas adquisitivas muy arraigadas e ineficaces, pero queda,
sin embargo, bastante camino por recorrer hasta llegar al aprovechamiento pleno de
nuestra poltica de contratacin pblica, siendo para ello la transparencia uno de sus
pilares.
Se comprender con nuestra exposicin que hay situaciones problemticas. Un
desafo clave a nivel mundial ha sido definir un nivel apropiado de transparencia
para asegurar un trato igualitario a los proveedores y la integridad en la contratacin
pblica.
Adems veremos cmo, si bien la transparencia es una parte fundamental de la
buena gobernanza en relacin a la contratacin, se trata de una condicin necesaria
1. Sobre los antecedentes normativos, ver Montes, Mara V., Manual prctico de contrataciones de la Ad-
ministracin Pblica Nacional, en Revista Argentina del Rgimen de la Administracin Pblica, Buenos Ai-
res, RAP, N 305, pp.10 y ss. (Advertencia: redactado en vigencia del Decreto 893/2012, derogado por el
1030/2016, que reglamenta actualmente el rgimen de contrataciones y al que el lector deber remitirse cuan-
do sea pertinente).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 17
2. Estos son algunos de los doce principios que concretan la buena gobernanza, segn el Consejo de Europa.
Al respecto, puede ver Rodrguez Pacheco, Isidro N., La buena gobernanza local y la participacin de la
sociedad civil en los asuntos pblicos, 2009.
3. Ferro Ilardo, Susana B., Estados latinoamericanos. Palabras claves para la regin, Buenos Aires, Dunken,
2008, p.249.
4. Bez, Julio C. y Grisetti, Ricardo A., Las nuevas formas de enfrentar la criminalidad organizada,
en Revista de Derecho Penal y Criminologa, Buenos Aires, La Ley, N 3, 2016, pp.217-260 (cita online AR/
DOC/699/2016).
18 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
2. La contratacin pblica
En este apartado vamos a considerar el marco normativo que rige las contrataciones
administrativas en el orden nacional, en especial el Decreto delegado 1023/2001 y el
Decreto 893/2012, para luego profundizar en el principio de transparencia.
7. Ms all de lo dicho, es posible apreciar el importante avance que ha significado en este sentido el trabajo
del Comit de Expertos del Mecanismo de Seguimiento de la CICC, al consultar, por ejemplo, el Informe de
Anlisis de Argentina en http://archivo.anticorrupcion.gob.ar/internacional_02.asp.
8. Ver art.9 de la CNUCC. [N.del E.: ms informacin aqu].
9. El Decreto 893/2012 Rgimen de Contrataciones de la Administracin Nacional, reglamentario del Decre-
to delegado 1023/2001, fue sancionado el 7/6/2012 y publicado en el Boletn Oficial (BO) el 14/6/2012.
10. En el mbito de la contratacin administrativa, el contenido de buena fe se vuelve ms intenso, en aten-
cin a los intereses o necesidades pblicas que se tiende satisfacer, lo que naturalmente conlleva a que el Esta-
do se encuentre impedido de actuar como si se tratara de un negocio lucrativo del que deba obtener la mayor
cantidad de ganancias legtimas en perjuicio del contratista (ver Cassagne, Juan C. y Sacristn, Estela B.
[colab.], El contrato administrativo, Buenos Aires, LexisNexis - Abeledo-Perrot, 2005, pp.126-127).
20 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
Las normas bsicas que regulan la materia son, como enunciamos al comienzo, el
Decreto delegado 1023/2001 y el Decreto 893/2012 (Rgimen de Contrataciones
de la Administracin Nacional). Existen, asimismo, otras normas vinculadas con
el tema, entre las que podemos destacar: la Ley 13064 (Obra Pblica), la Ley 24156
(Ley de Administracin Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Pblico
Nacional), la Ley 25188 (tica en el Ejercicio de la Funcin Pblica), la Ley 25551
11. Lagarde, Fernando M., Cuestiones de contratos administrativos, Buenos Aires, [s.e.], [s.f.] [ponencia
expuesta en la primera jornada del Curso Bsico de Abogaca Estatal, Local y Federal organizado por la Procu-
racin General de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, 2/9/2013] [ltima consulta: 5/1/2017].
12. Art.957 CCCN: Definicin. Contrato es el acto jurdico mediante el cual dos o ms partes manifiestan su
consentimiento para crear, regular, modificar, transferir o extinguir relaciones jurdicas patrimoniales.
13. Gordillo, Agustn A., Clasificacin de los contratos administrativos, en Tratado de derecho adminis-
trativo, t.1, Buenos Aires, Macchi, p.15. [N.del E.: consultar aqu la versin online de la obra bajo el ttulo de
Tratado de derecho administrativo y obras selectas, t.1, Buenos Aires, Fundacin de Derecho Administrativo,
2013, 1 ed., {Mario Rejtman Farah dir.}, p.XI-2 {473-517}].
14. Compras y contrataciones pblicas, documento editado por la Oficina Anticorrupcin como parte de la
coleccin Herramientas para la Transparencia en la Gestin, N 4, [s.f.], pp.2-3. [ltima consulta: 5/1/2016].
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 21
15. En su art.9, establece los valores mnimos que cada Estado parte deber considerar a la hora de estable-
cer los sistemas de contratacin pblica basados en la transparencia, competencia y criterios objetivos para la
adopcin eficaz de decisiones.
16. Cfr. ob.cit. en nota 14, p.3.
17. Decreto 893/2012, art.2.
18. Decreto 893/2012, art.3.
19. Cfr. ob.cit. en nota 14, p.4.
22 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
20.Ibdem.
21. dem, p.5.
22. Marienhoff sostiene que, en principio, existe libertad terica de la administracin para elegir su cocontra-
tante en la medida en que una norma expresa no imponga un sistema que limite esa libertad (Marienhoff,
Miguel S., Tratado de derecho administrativo, t.3-A, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1965, p.157, 627).
23. Decreto 690/2016, art.3.
24. Arcidicono, Pilar, Arenoso, Federico y Rosenberg, Gastn [Poder Ciudadano], Transparencia y
control social en las contrataciones pblicas, Buenos Aires, Fundacin Poder Ciudadano, 2006. [N.del E.: ms
informacin aqu].
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 23
25. Andreucci, Carlos A., Contratacin pblica: sistemas de seleccin. Transparencia pblica, en la obra
colectiva Cuestiones de contratos administrativos. En Homenaje a Julio Rodolfo Comadira. Jornadas organiza-
das por la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, Buenos Aires, RAP, p.802.
24 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
daslas manifestaciones jurdicas del Estado en que pueden celebrarse contratos ad-
ministrativos.
En el caso del Poder Ejecutivo Nacional y sus rganos dependientes, los deno-
minados entes autrquicos o entes descentralizados, se considera Estado a la Admi-
nistracin Federal de Ingresos Pblicos, a la Administracin Nacional de la Seguri-
dad Social, a la Comisin Nacional de Energa Atmica, al Ente Nacional Regulador
de la Electricidad, al Ente Regulador del Agua, entre otros. Y en lo que se refiere al
Poder Legislativo y Poder Judicial Nacional, a travs de sus rganos competentes, es
decir, por medio de las dependencias facultadas para celebrar los contratos adminis-
trativos necesarios para el funcionamiento de tales poderes (funcin administrati-
va26), como la contratacin de personal o el suministro de insumos indispensables
para su funcionamiento.
Dicho esto, es importante tener en cuenta que, para que se configure un contra-
to administrativo, una sola de las partes debe ser la Administracin Pblica. Por lo
tanto, cuando las dos partes del contrato pertenecen a esa Administracin, ya sea na-
cional, provincial, municipal o de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires, no se cele-
bra un contrato administrativo sino que se celebra un contrato interadministrativo.27
La distincin es trascendente ya que las normas y reglas aplicables a los contratos
administrativos no son aplicables a los contratos interadministrativos.
Podemos decir que en los contratos interadministrativos la Administracin
contrata consigo misma, motivo por el cual no resultan de aplicacin las normas que
rigen los contratos administrativos, concebidas para regular una relacin contractual
entre la Administracin y un particular.
En ese contexto, la sola circunstancia de que una de las partes sea la Adminis-
tracin Pblica no convierte automticamente la relacin en un contrato administra
tivo. Es indispensable que una de las partes del contrato sea la Administracin pe
ro para que ese contrato sea considerado administrativo o pblico debe concurrir
otra caracterstica ms y es que la finalidad perseguida por la Administracin al cele-
brar el contrato sea la satisfaccin de una necesidad de inters general como veremos
seguidamente.
2) Inters pblico:
26. Al respecto, ver Altamira Gigena, Julio I., La funcin administrativa [online], en Academia Nacional
de Derecho y Ciencias Sociales de Crdoba [portal web], [s.e.], [s.f.]. [ltima consulta: 5/1/2017].
27. Muoz, Ricardo A. (h), Contratos interadministrativos. En la Unin Europea y en la Argentina [on-
line], en Revista Argentina del Rgimen de la Administracin Pblica, RAP, 03, 09/2014. [ltimo ingreso:
5/1/2017].
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 25
3) Rgimen exorbitante:
28. Coviello, Pedro, Los contratos de derecho privado de la administracin, en AA.VV., ob.cit. (cfr. nota
25), pp.102 y ss. La Corte menciona el mismo criterio finalista, pero dice en otros casos que siempre el Esta-
do acta, por definicin, en la prosecucin del fin pblico o que el mero fin pblico no determina el carcter
del contrato. En la primera lnea, ver los obiter dicta de: a) 22/6/1962, Empresas Rodrguez Inc., Delaware
c/Empresa Nacional de Transportes (Fallos, t.253, p.101 [N.del E.: ver aqu]); b) 20/12/1965, Cooperamet
c/Instituto Argentino de Promocin del Intercambio (Fallos, t.263, p.510 [N.del E.: ver aqu]);c) 3/3/1992,
Yacimientos Petrolferos Fiscales c/ Corrientes, Provincia de y Banco de Corrientes s/ Cobro de australes
(Fallos, t.315, p.158 [N.del E.: ver aqu]); d) 2/3/1993, Cinplast IAPSA c/ ENTel s/ Ordinario (Fallos, t.316,
p.212 [N.del E.: ver aqu]); entre otros casos que resea Coviello (pp.110 y ss).
26 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
que sirven para equilibrar aquellas potestades y ponen a debido resguardo los dere-
chos e intereses del particular. El reconocimiento de esas garantas a favor de una de
las partes solo se justifica frente al otorgamiento de potestades a la otra. Por eso, am-
bas potestades y garantas solo existen y se justifican en los contratos administrativos,
motivo por el cual no se presentan en los contratos privados.
Por su parte, Andreucci30 afirma que
32. Comisin de las Comunidades Europeas, Libro Verde. Contratacin pblica en la Unin Europea:
reflexiones para el futuro, Bruselas, 27/11/1996, COM(96) 583 final.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 29
las prcticas reidas con la tica no cambiarn por una ley ni se revertirn con
meros cambios de textos normativos. Es necesario realizar un abordaje sistmico,
una aplicacin irrestricta de soluciones que garanticen los principios y garantas
constitucionales en juego, y la clara y firme voluntad de funcionarios, partes in-
tervinientes en el proceso, sociedad civil y operadores del derecho, por hacerla
efectiva.33
33.Canosa, Armando N., Ivanega, Miriam M. y Rejtman Farah, Mario, Procedimiento y proceso admi-
nistrativo, jornadas organizadas por la Carrera de Especializacin, en Cassagne, Juan C. [dir.], DerechoAdmi-
nistrativo Econmico. Seccin I El procedimiento administrativo. (Ver en Sistema de Informacin Legal de La
Ley-Thomson Reuters id. AP/DOC/2642/2012).
34. Dictamen 15/2005 PTN del 12/08/2005. Expte. 01-0153535/04. Organismo Nacional de Administracin
de Bienes, Dictmenes 253:167.
35. CSJN, 27/8/1991, Copimex CAC e ISA c/ Alesia SACIF y AG (Fallos, t.314, p.899 [N.del E.: ver aqu]).
32 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
36. Al respecto puede verse la Directiva 2004/18/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unin Eu-
ropea, del 31/3/2004, sobre coordinacin de los procedimientos de adjudicacin de los contratos pblicos de
obras, de suministro y de servicios.
37.Cfr. Informe NOLAN, Normas de conducta de la vida pblica. La versin completa del informe puede ver-
se en Documentos INAP, Madrid, 1996. [Ver aqu]. A peticin del primer ministro britnico, a finales de 1995
se constituy un comit de expertos para proponer las Normas de Conducta en la Vida Pblica, referida a la
actividad parlamentaria y administrativa. Dicho comit, presidido por el juez Nolan, emiti en mayo de 1995
un primer informe con recomendaciones.
38. La fundacin Poder Ciudadano ha estudiado estas cuestiones que, por considerarlas completas, simple-
mente adaptaremos y transcribiremos. As, como podremos comprobar al avanzar en la lectura, aquello que
difiere del texto original es porque lo hemos ampliado. Ver Arcidicono, Pilar, Arenoso, Federico y Rosen-
berg, Gastn [Poder Ciudadano], ob.cit. (cfr. nota 24).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 33
Esto, que parece simple, en la prctica no lo es, ya que las compras pblicas deben
desarrollarse con un doble objetivo complejo: no solo tienen como finalidad la satis-
faccin inmediata o mediata del inters general de la sociedad, sino que deben hacer-
se al mejor precio y la mejor calidad posibles. Y es as como el principio de transpa-
rencia juega un rol sumamente importante. Prueba de ello es que tanto los tratados
internacionales como las leyes y decretos internos se ocupan de l.
La transparencia en las contrataciones pblicas no solo obliga a los funcionarios
a publicitar sus acciones en diversas etapas y fundamentar cada una de las decisiones,
sino que genera el derecho de la sociedad de ejercer un control sobre los procesos de
compras que estn destinados a satisfacer las propias necesidades de la ciudadana en
su conjunto.
Como se ha pronunciado parte de la doctrina espaola,
39. Lamoglia, Carlos M., Los principios de la licitacin pblica. Pautas y lineamientos para una mejor ad-
ministracin, en Revista de Derecho Administrativo, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2007 (ver en Sistema de
Informacin Legal de La Ley-Thomson Reuters id. AP/DOC/4598/2012).
40. Snchez Morn, Miguel, Derecho administrativo. Parte general, Madrid, Tecnos, 2005, p.574.
34 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
Dicho esto, entendemos que la sociedad no solo tiene el derecho a exigir a los fun-
cionarios pblicos una gestin transparente, sino que este derecho es tambin un
deber. Entre los ciudadanos existe, al menos, la responsabilidad de preguntarse de
qu manera la Administracin gasta el dinero destinado a satisfacer nuestras necesi-
dades. No puede pasar desapercibido que los recursos con los que el Estado cumple
sus funciones son pblicos, lo cual significa que son de la sociedad. Por eso prefe-
rimos hablar de un derecho-deber de los ciudadanos de exigir una gestin pblica
transparente.
41. Rejtman Farah, Mario, Rgimen de contrataciones de la administracin nacional, Buenos Aires, Abele
doPerrot, 2010, pp.124 y ss.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 35
En el plano internacional se rige por la Ley 24759 y la Ley 26097 que aprueban
respectivamente la Convencin Interamericana contra la Corrupcin y la Conven-
cin de las Naciones Unidas contra la Corrupcin.
Podemos ver que la norma al desarrollar este principio no solo la relaciona con el
principio de publicidad de los actos46, sino que va ms all y deja en claro que la
transparencia tiene como fin posibilitar el control social sobre las contrataciones
pblicas.
Es interesante el aporte que doctrinarios hacen a nuestra disciplina comentando
el Decreto delegado 1023/200147 y que aqu queremos transcribir por su precisin y
claridad. Es as que sealan que la transparencia aparece como pilar de toda pauta
interpretativa del rgimen contractual. Asimismo, dicho principio no es patrimonio
exclusivo de las contrataciones pblicas nacionales, como ya vimos, porque si bien en
lo que respecta al artculo 9 del Decreto, se refiere a las contrataciones comprendidas
dentro de su mbito de aplicacin, este debe encontrarse presente en toda la activi-
dad estatal.
En relacin a la conceptualizacin del principio de transparencia, hacen un in-
teresante desarrollo y manifiestan que es muy importante sealar qu es lo que real-
mente comprende en el mbito de aplicacin de los contratos que se deben regir por
el Decreto delegado 1023/2001. Y si bien encuentra previsin fundamentalmente en
los artculos 3, 9, 1948 y 3249 del mencionado Decreto, tambin se halla en otras nor-
46. En nuestro pas, el principio de publicidad tiene rango constitucional, ya que emerge del sistema republi-
cano, representativo y popular establecido en el art.1 de la Constitucin Nacional.
47. Rejtman Farah, Mario [dir.], Alonso Regueira, Enrique y Cardaci Mndez, Ariel [coords.], Contra-
taciones de la Administracin Pblica Nacional. Decreto 1023/2001. Comentado, anotado y concordado, Buenos
Aires, AbeledoPerrot, 2012, pp.99-108.
48. Decreto delegado 1023/2001, art.19: Control del procedimiento contractual. Toda persona que acredi-
te fehacientemente algn inters, podr en cualquier momento tomar vista de las actuaciones referidas a la
contratacin, con excepcin de la informacin que se encuentre amparada bajo normas de confidencialidad,
desde la iniciacin de las actuaciones hasta la extincin del contrato, exceptuando la etapa de evaluacin de las
ofertas. La negativa infundada a dar vista de las actuaciones se considerar falta grave por parte del funciona-
rio o agente al que corresponda otorgarla. La vista del expediente no interrumpir los plazos.
49. Decreto delegado 1023/2001, art.32: Publicidad y difusin. La convocatoria a presentar ofertas en las
licitaciones y concursos pblicos que no se realicen en formato digital, deber efectuarse mediante la publica-
cin de avisos en el rgano oficial de publicacin de los actos de gobierno por el trmino de dos (2) das, con
un mnimo de veinte (20) das corridos de antelacin a la fecha fijada para la apertura, computados a partir
del da siguiente a la ltima publicacin. En los casos de contrataciones que por su importancia, complejidad
u otras caractersticas lo hicieran necesario, debern ampliarse los plazos de antelacin fijados, en las condi-
ciones que determine la reglamentacin.
Cuando se trate de licitaciones o concursos internacionales, debern disponerse las publicaciones pertinen-
tes en pases extranjeros, con una antelacin que no ser menor a cuarenta (40) das corridos, en la forma y
con las modalidades que establezca la reglamentacin. La invitacin a presentar ofertas en las licitaciones y
concursos privados deber efectuarse con un mnimo de siete (7) das corridos de antelacin a la fecha fijada
para la apertura, en las condiciones que fije la reglamentacin, y complementarse mediante la exhibicin de
la convocatoria, el pliego de bases y condiciones particulares y las especificaciones tcnicas en carteleras o
carpetas ubicadas en lugares visibles el organismo contratante, cuyo ingreso sea irrestricto para los interesa-
dos en consultarlos [] (expresin licitacin o concurso abreviados sustituida por licitacin o concurso
privados por el art.8 del Decreto 666/2003 [vigencia: desde el da siguiente al de su publicacin en el Boletn
Oficial y ser de aplicacin a las contrataciones que, aunque autorizadas con anterioridad, tengan pendiente la
convocatoria]).
Todas las convocatorias, cualquiera sea el procedimiento de seleccin que se utilice, se difundir por internet
u otro medio electrnico de igual alcance que lo reemplace, en el sitio del rgano Rector, en forma simul-
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 37
tnea, desde el da en que se les comience a dar publicidad por el medio especfico que se establezca en el
presente o en la reglamentacin, o desde que se cursen las invitaciones, hasta el da de la apertura, con el fin
de garantizar el cumplimiento de los principios generales establecidos en el artculo 3 de ste rgimen. Con el
fin de cumplir el principio de transparencia, se difundir por internet, en el sitio del rgano Rector, las con-
vocatorias, los proyectos de pliegos correspondientes a contrataciones que la autoridad competente someta a
consideracin pblica, los pliegos de bases y condiciones, el acta de apertura, las adjudicaciones, las rdenes
de compra y toda otra informacin que la reglamentacin determine. Quedan exceptuadas de la obligacin
de difusin en todas las etapas del procedimiento, las contrataciones directas encuadradas en el apartado 6 del
inciso d) del artculo 25 y de difusin de la convocatoria las de los apartados 5, para los casos de emergencia,
y 8.
50. Art.18 Ley 23696: Procedimiento de seleccin. Las modalidades establecidas en el artculo anterior, se
ejecutarn por alguno de los procedimientos que se sealan a continuacin o por combinacin entre ellos. En
todos los casos se asegurar la mxima transparencia y publicidad, estimulando la concurrencia de la mayor
cantidad posible de interesados.
51. La Ley 25188, en su art.2, incs.e) y h), prev que los organismos del estado nacional se encuentran obli-
gados a fundar sus actos y a mostrar la mayor transparencia en las decisiones adoptadas sin restringir in
formacin, a menos que una norma o inters pblico claramente lo exijan, y a observar en los procedimien-
tosde contrataciones pblicas en los que intervengan los principios de publicidad, igualdad, concurrencia y
razonabilidad.
52. Art.23 Ley 25188 reza as: Crase en el mbito del Congreso de la Nacin, la Comisin Nacional de tica
Pblica, que funcionar como rgano independiente y actuar con autonoma funcional, en garanta del cum-
plimiento de lo normado en la presente ley.
53. Ya que en la parte dispositiva, el art.4 del Decreto 229/2000, bajo el ttulo Principios rectores, menciona
en su inc.g) el principio de transparencia, sealando que los organismos prestadores de servicios a los ciu-
dadanos en tanto tales deben realizar la publicidad de su gestin en cuanto dar a conocer qu puede razona-
blemente esperarse en cada caso como garanta de efectividad y eficiencia en la asignacin de sus recursos
38 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
humanos, econmicos y financieros. Dicha normativa asocia nuevamente este principio con el de publicidad,
efectividad y eficiencia.
54. Art.8 Ley 25152.
55. Comadira, Julio R., Derecho administrativo. Acto administrativo. Procedimiento administrativo. Otros es-
tudios, Buenos Aires, LexisNexis, 2003, 2da ed. act. y ampl., pp.612 y ss.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 39
Ambos tratados internacionales gozan de jerarqua superior a las leyes locales, sin
dejar de mencionar la existencia de otros tratados internacionales suscriptos por el
pas en los que se prev el derecho de los particulares de recibir informacin.61
56. Art.10 Decreto delegado 1023/2001: Ser causal determinante del rechazo sin ms trmite de la
propuesta u oferta en cualquier estado de la licitacin o de la rescisin de pleno derecho del contrato dar u
ofrecer dinero o cualquier ddiva a fin de que: a) Funcionarios o empleados pblicos con competencia referida
a una licitacin o contrato hagan o dejen de hacer algo relativo a sus funciones, b) O para que hagan valer
la influencia de su cargo ante otro funcionario o empleado pblico con la competencia descripta, a fin de
que stos hagan o dejen de hacer algo relativo a sus funciones, c) Cualquier persona haga valer su relacin o
influencia sobre un funcionario o empleado pblico con la competencia descripta, a fin de que stos hagan
o dejen de hacer algo relativo a sus funciones. Sern considerados sujetos activos de esta conducta quienes
hayan cometido tales actos en inters del contratista directa o indirectamente, ya sea como representantes
administradores, socios, mandatarios, gerentes, empleados, contratados, gestores de negocios, sndicos,
o cualquier otra persona fsica o jurdica. Las consecuencias de estas conductas ilcitas se producirn an
cuando se hubiesen consumado en grado de tentativa.
Antecedentes de este artculo son la Convencin Interamericana contra la Corrupcin (Ley 24759) y la
Convencin de las Naciones Unidas contra la Corrupcin (Ley 26097), que encara fuertemente el tema de
la transparencia y, por lo tanto, constituye un gran esfuerzo por combatir la corrupcin que en la prctica
ha tenido auspiciosos resultados. No obstante, el referido art.10 encuentra su inmediato antecedente en el
ya derogado Decreto 436/2000, que en su oportunidad previ idntico contenido. Y puede mencionarse
como ntimamente relacionado con el precepto el art.36 del Decreto 41/1999, aprobatorio del Cdigo de
tica de la Funcin Pblica, en tanto dispone: Beneficios prohibidos. El funcionario pblico no debe, directa
o indirectamente, ni para s ni para terceros, solicitar, aceptar o admitir dinero, ddivas, beneficios, regalos,
favores, promesas u otras ventajas en las siguientes situaciones: a) para hacer, retardar o dejar de hacer tareas
relativas a sus funciones; b) para hacer valer su influencia ante otro funcionario pblico, a fin de que ste haga,
retarde o deje de hacer tareas relativas a sus funciones; c) cuando resultare que no se habran ofrecido o dado si
el destinatario no desempeara ese cargo o funcin.
57. Sugerimos al lector que quiera ahondar en la temtica la lectura de Mairal, Hctor A., Las races legalesde
la corrupcin o de cmo el derecho pblico fomenta la corrupcin en lugar de combatirla, en Revista RAP, 2007.
58. Rejtman Farah, Mario, ob.cit. (cfr. nota 47), pp.612 y ss.
59. Ver Convencin Interamericana contra la Corrupcin (Ley 24759), art.3, inc.5.
60. Ver Convencin de las Naciones Unidas contra la Corrupcin (Ley 26097), arts.5, 7, 9, 10 y 13.
61. Cfr. art.13 Convencin Americana sobre Derechos Humanos (Ley 23054); art.19 inc.2 Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Polticos (Ley 23313); art.19 Declaracin Universal de Derechos Humanos del 10/12/1948.
40 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
64. Es importante incrementar los controles y la transparencia de la gestin, entendida esta ltima no slo
como un imperativo legal sino como un presupuesto fundamental para el gasto eficiente de los recursos p-
blicos. As, es necesario impulsar medidas tendientes a ampliar la publicidad de los trmites de adquisicin
de bienes y servicios y profundizar el control para evitar irregularidades en la seleccin de los adjudicatarios
como podran ser adquirir bienes y servicios a firmas que: a) no cuentan con capacidad operativa para pro-
veerlos o b) no se encuentran en una situacin regular en relacin al cumplimiento de sus obligaciones tribu-
tarios y/o c) que estn vinculadas entre s o con funcionarios de rganos contratantes. En consecuencia, es ne-
cesario adoptar medidas tendientes a permitir monitorear en forma asistemtica la utilizacin de los recursos
destinados a la contratacin de bienes, obras y servicios.
65. CSJN, 20/6/2006, Mendoza, Beatriz Silvia y otros c/ Estado Nacional y otros s/ daos y perjuicios (daos
derivados de la contaminacin ambiental del Ro Matanza-Riachuelo) (Fallos, t.329, p.2316 [N.del E.: ver
aqu]).
66.CSJN, 18/7/2002, Actuar Agrupacin Consultores Tcnicos Universitarios Argentinos S.A. y otros
c.Agua y Energa Elctrica Sociedad del Estado s/ contrato administrativo (Fallos, t.325, p.1787 [N.del E.:
ver aqu).
42 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
67. Comadira, Julio R., Derecho administrativo, Buenos Aires, 1996, p.133; ver, asimismo, en Cm. Nac.
Contencioso Administrativo Federal, Sala 1, 6/11/1998, Finmeccanica Spa Aerea Alenia Difesa c/ EN M de
Defensa Licitacin 12/97 s/ Medida cautelar (autnoma), voto del juez Coviello, considerando N 4, Buj en
disidencia, Licht. (La Ley, t.2000-C, p.113; y t.1999-B, p.517; cita online AR/JUR/2890/1998 [N.del E.: ver
sumarios oficiales aqu]).
68. Rejtman Farah, Mario, ob.cit., p.105.
69. WS Atkins Management Consultant, The cost of non-Europe in public sector procurement, Office
for Official Publications of the European Communities, 1987.
70. No obstante, segn lo estudiado por el acadmico Pablo Neme y los antecedentes legislativos, en nuestro
pas existi al menos un proyecto en el Congreso Nacional para la consagracin de esta accin, presentado en
el ao 2003, pero hasta el momento no se han logrado avances. A pesar de esto, a partir de la aprobacin de la
Convencin de las Naciones Unidas contra la Corrupcin (Ley 26097), el Estado Nacional se encuentra obli-
gado a implementar polticas pblicas efectivas para contrarrestar la corrupcin. Argentina ha suscrito dos
instrumentos legales donde ha manifestado su voluntad de contribuir a la lucha contra la corrupcin. Ratific
la Convencin Interamericana contra la Corrupcin (OEA), con la sancin de la Ley 24759; y a travs de la
Ley 26097 ha ratificado el protocolo de Naciones Unidas contra la Corrupcin del 31 de octubre de 2003. As
se han asumido importantes compromisos vinculados a la problemtica. Haber adquirido estas obligaciones
se traduce en la necesidad de elaborar polticas pblicas eficientes para abordar el flagelo de la corrupcin e
instaurar de manera definitiva el Estado de derecho. La participacin social facilita este propsito y contribuye
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 43
tra Carta Magna y con esto se trata de beneficiar al denunciante de un acto de co-
rrupcin con un porcentaje del monto recuperado por el Estado. Ello ha funcionado
aproximadamente ciento cuarenta aos desde su implementacin a travs del False
Claims Act (originalmente llamada Ley Lincoln) con las directrices de la accin qui
tam.
Durante el perodo entre 1980 y 1986 se denunciaron fraudes en el sector mi-
litar y gran parte de los beneficiados fueron los cazadores de recompensas. Con los
aos, este instrumento se ha fortalecido a tal punto que en 1986 el Congreso de los
Estados Unidos la declar como la primera herramienta jurdica para combatir el
fraude y realzar el principio de transparencia. As, miles de millones de dlares fue-
ron recuperados y alguna parte de la doctrina considera que hacia el ao 2020 cuan-
do los costos provenientes de este sector asciendan a la cifra de dos mil trescientos
millones de dlares, ser ste el objetivo clave de quienes buscan defraudar al Estado,
para lo cual, los mecanismos y principios Qui Tam tendrn un rol fundamental.71
uno de los motivos por el que los polticos suelen atender ms a intereses parti-
culares que al inters pblico se debe a que no son monitoreados de cerca por los
votantes. En suma, informacin y transparencia estn sumamente ligadas.
72. Gusmn, Alfredo S., Acceso a la informacin pblica. Fortalecido en los tribunales, debilitado en el con-
greso, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, t.2016-B, p.736, y supl. Const., 2016 (marzo), p.20 (cita online AR/
DOC/514/2016).
73. Citando a su vez a Sainz Moreno, Fernando, [prlogo], en Fernndez Ramos, Severiano, El derecho al
acceso a los documentos administrativos, Madrid, Marcial Pons, 1997, p.13.
74. Art.42 Constitucin Nacional: Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en re-
lacin de consumo, a la proteccin de su salud, seguridad e intereses econmicos, a una informacin adecuada
y veraz, a la libertad de eleccin, y a condiciones de trato equitativo y digno. Las autoridades proveern a la
proteccin de esos derechos, a la educacin para el consumo, a la defensa de la competencia contra toda forma
de distorsin de los mercados, al control de los monopolios naturales y legales, al de calidad y eficiencia de
los servicios pblicos, y a la constitucin de asociaciones de consumidores y de usuarios. La legislacin esta-
blecer procedimientos eficaces para la prevencin y solucin de conflictos, y los marcos regulatorios de los
servicios pblicos de competencia nacional, previendo la necesaria participacin de las asociaciones de consu-
midores y usuarios y de las provincias interesadas, en los organismos de control.
75. CSJN, 10/11/2015, Giustiniani, Rubn Hctor c/ YPF SA s/ amparo por mora (El Derecho, 25/11/2015
con comentario de Pedro Coviello; Fallos, t.338, p.1258 [N.del E.: ver aqu]).
76. CSJN, 4/12/2012, Asociacin Derechos Civiles c/ EN-PAMI (dto. 1172/03) s/ amparo ley 16986 (Fallos,
t.335, p.2939; [N.del E.: ver aqu]).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 45
77. CIDH, 19/9/2006 Claude Reyes y otros c/ Chile - Fondo, reparaciones y costas (Serie C, N 151) [N.del
E.: ver ficha tcnica, resumen y fallo completo].
78. Comadira, Julio R., El principio de participacin ciudadana en la funcin administrativa (con especial
referencia a la formacin de la voluntad de la administracin y a la seleccin de autoridades pblicas), en El
Derecho Administrativo, Buenos Aires, UCA, t.2005, p.400.
79. Dice la norma supranacional en lo pertinente: Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento
y de expresin. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informacin e ideas de toda
ndole, sin consideracin de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artstica, o por cual-
quier otro procedimiento de su eleccin.
46 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
Todo individuo tiene derecho de expresin; este derecho incluye el de no ser mo-
lestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opi-
niones, y el de difundirlas, sin limitacin de fronteras, por cualquier medio de
expresin.
tom como base los proyectos presentados en el Congreso en los ltimos aos86
y obligara a los organismos de los tres poderes del Estado a brindar mayor trans-
parencia. As, nos estamos acercando a la resolucin de la Asamblea General de la
Organizacin de Estados Americanos titulada Acceso a la informacin pblica: for-
talecimiento de la democracia que inst a los Estados a respetar el acceso a la infor-
macin de todas las personas y a promover la adopcin de disposiciones legislativas
o de otro carcter que fueran necesarias para asegurar su reconocimiento y aplica-
cin efectiva.
De aprobarse dicho proyecto estaramos dando cumplimiento a la Carta Ibe-
roamericana de Calidad en la Gestin Pblica, que establece que la legitimidad de-
mocrtica proviene no solo de la eleccin popular de los poderes estatales partida-
rios, sino tambin de la participacin y del control de la ciudadana sobre los asuntos
pblicos. Se trata de una derivacin del derecho de una buena administracin, que
la Unin Europea recepta en el artculo 41 de su Carta de Derechos Fundamentales y
que se encuentra ligado con los principios de transparencia y participacin.
nes empresariales, los partidos polticos, los sindicatos, las universidades y cualquier entidad privada a las que
se les haya entregado aportes o subsidios del Estado.
Se prev como excepciones a la informacin clasificada como reservada o confidencial o secreta por razones
de defensa o poltica exterior, informacin que pudiera poner en peligro el funcionamiento del sistema finan-
ciero; secretos industriales, comerciales, financieros, cientficos cuya revelacin pudiera perjudicar el nivel de
competitividad, entre otros.
En los plazos se indica que la informacin deber ser contestada en un plazo no mayor a quince (15) das
hbiles desde la fecha en que se presenta la solicitud. Prev adems la responsabilidad que cabe ante la obs-
truccin, obstaculizacin o el suministro incompleto de la informacin pblica, lo cual se considera una
falta grave sin perjuicio de las responsabilidades en que se podra incurrir de acuerdo al Cdigo Penal y
Cdigo Civil y Comercial de la Nacin. Y ante la denegatoria los interesados podrn interponer un recurso
administrativo.
86. Durante el ao 2002, el PEN envi un proyecto de ley de acceso a la informacin pblica que fue aproba-
da en Diputados durante mayo de 2003 y pas al Senado a fines de 2004, aunque volvi al recinto de origen
por modificaciones que le hicieron. Y as perdi estado parlamentario al no tener tratamiento posterior. Lo
mismo ocurri con un proyecto que el Senado aprob sobre tablas unificando diversas iniciativas legislativas
existentes sobre la materia, consensuado en 2010 y cuyo estado parlamentario feneci en el ao 2012.
87. Del Boca, Vanesa, Transparencia en los procedimientos de seleccin de concesionarios de servicios p-
blicos, en Jurisprudencia Argentina, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, t.2007-II, p.935 (ver en Sistema de Infor-
macin Legal de La Ley-Thomson Reuters id. 0003/013274).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 49
Sin embargo, podemos observar que tanto en el rgimen nacional como en la legis-
lacin de otras jurisdicciones existen diferencias respecto de los recaudos de publica-
cin de los avisos en funcin del procedimiento de seleccin escogido, sea licitacin
pblica, licitacin privada o contratacin directa, no obstante la moderna tendencia
a enunciar explcitamente este contenido como uno de los principios rectores del sis-
tema nacional de contrataciones pblicas (ver art.9, Decreto delegado 1023/2001).
El incumplimiento del requisito de publicidad, en todo o en parte, o en tiempo
inoportuno o insuficiente segn una razonable apreciacin de los plazos del llama-
do y la apertura de las ofertas, especialmente, dara lugar a la nulidad del procedi-
miento de contratacin. Para ello, debera valorarse el caso concreto, y en particu-
lar el perjuicio ocasionado, el incumplimiento de las formas establecidas, el grado de
concurrencia y la posibilidad material de confeccionar una propuesta adecuada a la
complejidad del objeto a licitar en su confrontacin con los das previstos entre su
difusin y el acto de entrega o apertura de las ofertas.
Este carcter pblico del procedimiento, bien se ha precisado, no debe agotarse
en la publicidad del llamado, sino que ha de completarse con el libre acceso a las ac-
tuaciones por parte de los interesados, en todas sus etapas pertinentes, como analiza-
mos en el captulo anterior.
90. Arcidicono, Pilar, Arenoso, Federico y Rosenberg, Gastn [Poder Ciudadano], ob.cit. (cfr. nota
24), pp.36-65. Estas cuestiones han sido abordadas por la Oficina Anticorrupcin, que por considerarlas bas-
tante completas adaptaremos y transcribiremos. Nuevamente podremos comprobar al avanzar en la lectura
que aquello que difieren del texto original es porque lo hemos ampliado.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 51
danos porque cuentan con un espacio que les permite acceder a una instancia de la
contratacin a la que antes permanecan ajenos, y, si bien las observaciones que los
ciudadanos pueden realizar no son vinculantes, obligan al gobierno a justificar sus
decisiones; al sector privado porque se genera un mercado transparente con reglas de
juego claras que alcanzan de la misma manera al Estado y a todos los oferentes que
participan de una contratacin; y finalmente al Estado porque recibe ideas y puntos
de vista de todos los sectores involucrados con el objeto de manejar de manera efi-
ciente los recursos disponibles y garantizar un proceso transparente.
Para la implementacin de las herramientas se necesita voluntad poltica y fir-
ma de un convenio entre la autoridad convocante y las organizaciones de la sociedad
civil. Para avanzar en este proceso es fundamental la frrea decisin de las mximas
autoridades polticas ya que sin ella no se puede contar con la apertura de espacios en
la Administracin Pblica. La resistencia interna de la organizacin puede ser dis-
minuida con las decisiones y rdenes de quien ocupe el liderazgo poltico, aun en los
contextos ms intensos.
Y, como ya manifestamos, se necesitar que las autoridades suscriban un conve-
nio con las organizaciones de la sociedad civil, considerando la necesidad de estable-
cer mecanismos de transparencia de gestin tcnico-administrativa. Es importante
sealar que sin acuerdo no hay monitoreo y el acuerdo o convenio es un documento
donde las partes establecen obligaciones y derechos bsicos que sern dados a cono-
cer por ser este documento de carcter pblico. De este modo, la firma del convenio
posiciona a las autoridades como funcionarios ejemplares a favor de la transparencia
y se transforma en una herramienta de presin para que las autoridades cumplan con
el compromiso asumido a riesgo de que el acuerdo sea rescindido pblicamente por
iniciativa de las organizaciones de la sociedad civil, exponiendo a los funcionarios la
situacin de ser sealados como incumplidores ante la ciudadana.
La entidad gubernamental, a fin de implementar este programa, no necesitar
disponer de la creacin de nuevos cargos ni que contrate personal exclusivo para el
programa ya que deberan participar quienes trabajan en las reas ya existentes afines
a las contrataciones. Dentro de estas reas el equipo debera estar identificado por
un funcionario con poder de decisin y hasta tres funcionarios de distintas reas con
responsabilidades asignadas, un representante de prensa de la entidad de gobierno y
uno o dos empleados para atender al pblico. Adems, es muy importante establecer
un cronograma de trabajo para que las etapas del proceso se cumplan sin contratiem-
pos y pueda ser respetado el procedimiento permitiendo as a las organizaciones de
la sociedad civil monitorear por etapas el cumplimiento del acuerdo segn los par-
metros establecidos.
sean partes directamente afectadas o no, expresen sus opiniones y puntos de vista so-
bre el objeto de la decisin. En los procesos de compra pblica, esta audiencia puede
ser utilizada para la deteccin de la necesidad y el objeto a comprar o construir, para
la elaboracin y confeccin de los pliegos que rigen el proceso de seleccin o para el
control de resultados del contrato una vez finalizado.
Las opiniones vertidas en la audiencia pblica son de carcter consultivo y no
vinculante y teniendo en cuenta la evaluacin de las opiniones servirn luego para
fundar la decisin final. Por otro lado, en muchas oportunidades existen temores por
parte de funcionarios pblicos y organizaciones de la sociedad civil respecto a estas
audiencias, y se fundan en experiencias negativas que han llevado a funcionarios a
percibirlas de una manera errnea y alejada de su razn de ser.
Para eliminar temores, es necesario comprender que una audiencia pblica no
es una asamblea donde se votan opciones. En caso de que esto fuera cierto, el temor
estara totalmente fundado ya que los partidos de la oposicin podran colmar el es-
pacio de la audiencia con operadores y referentes polticos. As se votara en contra y
la autoridad perdera el control de la licitacin. Pero no se vota por una opcin sino
que se presentan ideas no vinculantes que sirven de aporte a la decisin posterior.
Y adems las audiencias pblicas no son un espacio para legitimar decisiones
preestablecidas ya que el rol de las organizaciones de la sociedad civil al monitorear
el proceso es asegurar que se cumplirn todas las reglas que garantizan la mxima
participacin de los distintos actores y, fundamentalmente, que se exigir a la Admi-
nistracin Pblica la emisin de un informe final.
La obligacin de las autoridades convocantes de presentar este informe final que
fundamente la decisin de aceptar o rechazar las sugerencias acercadas durante la
Audiencia implica una rendicin de cuentas por los aportes de opiniones, sugeren-
cias e ideas formulados por los participantes.
Los principales actores en la Audiencia Pblica son: a) la autoridad convocan-
te, b) el presidente de la audiencia pblica, c) el moderador, d) el panel de expertos,
e)los participantes, f) la prensa y g) las organizaciones de la sociedad civil como ob-
servadores externos. La autoridad competente para convocar es la mxima autoridad
poltica del organismo, quien adems luego aprueba los pliegos y adjudica las contra-
taciones. El presidente de la audiencia pblica ser el responsable de instrumentar,
es decir coordinar y dirigir, la etapa preliminar y la audiencia. Su actuacin deber
garantizar la libre participacin de las partes de manera imparcial y promover el de-
bate participativo, ordenado y respetuoso. Adems, es el encargado de registrar a las
partes interesadas en participar, incorporar la documentacin que presenten, llevar
el expediente de la audiencia e informar a la autoridad convocante sobre el resultado
de esta etapa mediante el informe respectivo y la confeccin de la orden del da. Lue-
go deber fijar los plazos y medios por los cuales se registre la audiencia.
El presidente ser quien pondr a disposicin de los participantes, veinticuatro
horas antes de la realizacin de la audiencia, el orden del da, que incluir: a) nmina
de los participantes registrados, b) una breve descripcin de la documentacin, los
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 53
informes, las propuestas o los estudios presentados por las partes, c) el tiempo de
duracin de las exposiciones, que ser igual para todos los participantes, d) designa-
cin de la autoridad que presidir la audiencia y los responsables de la coordinacin
general.
Finalizadas las intervenciones, el presidente dar por terminada la audiencia
pblica e informar sobre el plazo en el cual emitir la resolucin correspondiente al
objeto de la audiencia y este plazo no debera superar los 30 das. Una vez concluida
la audiencia labrar un acta que incluir la versin taquigrfica que elevar a la auto-
ridad convocante.
La autoridad convocante podr requerir el asesoramiento oral o escrito de los
expertos tcnicos y legales, internos o externos, pblicos o privados, para que opinen
sobre la cuestin objeto de la audiencia pblica y estos podrn hacer presentaciones
orales que en la medida de lo posible deberan ser previamente escritas. Las partes
interesadas en intervenir en la audiencia pblica debern notificar su participacin
hasta setenta y dos horas antes de su inicio y a tal efecto se debe habilitar un registro
de participantes en la oficina responsable. Los participantes podrn presentar previa-
mente a su realizacin los informes, propuestas, pruebas y estudios que consideren
necesarios para acompaar su intervencin. La documentacin presentada ser in-
gresada en el momento en que se registren los participantes y podr ser de consulta
pblica antes y despus de la audiencia.
Entre los potenciales participantes a la audiencia se incluyen: a) los ciudadanos
en general, afectados o no directamente por el objeto de la contratacin, b) todas
las empresas interesadas en prestar el servicio objeto de la licitacin, sean naciona-
les o extranjeras, c) los organismos pblicos que tengan un inters en esta cuestin,
d) universidades, centros de investigacin, unidades acadmicas y dems entidades
que tengan conocimientos tcnicos sobre esta cuestin, e) los legisladores naciona-
les y provinciales, f) los organismos de control de la Administracin Pblica, g) los
miembros del Poder Judicial, h) expertos nacionales o extranjeros, peritos y tcnicos,
voluntarios o invitados a instancia de la autoridad que convoca a la audiencia, i) en-
tidades sindicales, j) organizaciones de la sociedad civil, k) colegios profesionales y l)
el defensor del pueblo.
Ms all de la relacin que se tenga con la prensa, es sumamente importante que
la organizacin de la sociedad civil interviniente tenga su propio contacto con los
medios de comunicacin. En el caso de la audiencia pblica es necesario enviar lo si-
guiente: a) una gacetilla de prensa diez das antes de la audiencia para que se difunda
la convocatoria, b) una gacetilla el da inmediatamente anterior a la audiencia para
asegurar la concurrencia de los medios, c) una gacetilla posterior donde se narre el
desarrollo de la audiencia pblica.
Los medios son aliados estratgicos en el proceso de transparentar la gestin de
la Administracin y todos son importantes ya sean nacionales, provinciales, muni-
cipales, oficiales y alternativos. La funcin de los peridicos zonales y las radios son
trascendentes en este punto ya que su cercana con los actores y con los hechos les da
54 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
91. Ver Audiencias pblicas. Instancia participativa para ejecutar polticas pblicas, en el portal web oficial
del Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires [http://www.buenosaires.gob.ar/]. [ltimo ingreso:
6/1/2017].
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 55
Para la implementacin exitosa de este pacto se exige una clara y efectiva volun-
tad poltica de los responsables del gasto pblico, lo cual debe manifestarse, por lo
menos, en tres resultados: a) el equipo directivo de la institucin pblica responsable
de la contratacin comparte la pertinencia y la viabilidad de la aplicacin de esta he-
rramienta, como mecanismo adecuado para fortalecer la transparencia del proceso,
b) la mxima autoridad a cargo de la licitacin o el concurso pblico expresa ante los
interesados su compromiso tico con la transparencia del proceso e invita a todos los
involucrados a proceder en igual sentido, c) la entidad suscribe un convenio con el
captulo nacional de Transparencia Internacional para formalizar el compromiso ins-
titucional con la implementacin del pacto de integridad.
Un componente importante para el xito de estos pactos es el desarrollo de la
discusin pblica de los pliegos para garantizar que las reglas del juego sean claras,
equitativas, viables y transparentes. Entre los mecanismos que podemos utilizar para
esta discusin encontramos a la audiencia pblica mencionada en el apartado an-
terior ya que esta herramienta es un elemento que, claramente, puede ser visto de
manera independiente pero que, por el valor agregado que da al proceso, siempre
debe programarse como parte de la metodologa de implementacin de todo pacto
de integridad.
92. Esto se encuentra contemplado en forma voluntaria y para determinado tipo de pliegos en el Decreto de-
legado 1023/2001 y el Decreto 893/2012.
58 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
93. Kauffman, basado en la encuesta de opinin ejecutiva 2005 del Foro Econmico Mundial, que contempla
ciento diecisiete pases. La pregunta planteada a la empresa fue: En su industria, con qu frecuencia realizan
las empresas pagos adicionales no documentados y sobornos en relacin con permisos / servicios pblicos /
impuestos / concesin de contratos pblicos / el poder judicial?, Banco Mundial, 2006.
60 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
94. Eigen, Peter, Las redes de la corrupcin: La sociedad civil contra los abusos de poder, Barcelona, Del Bronce,
2004, pp.75-81.
95.dem, p.168.
96. Del Boca, Vanesa, ob.cit. (cfr. nota 87).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 61
97. Art.13 Ley 25188: Es incompatible con el ejercicio de la funcin pblica: a) dirigir, representar, admi-
nistrar, patrocinar, asesorar, o, de cualquier forma, prestar servicios a quien gestione o tenga una concesin o
sea proveedor del Estado, o realice actividades reguladas por ste, siempre que el cargo pblico desempeado,
tenga competencia funcional directa, respecto de la contratacin, obtencin, gestin o control de tales conce-
siones, beneficios o actividades; b) ser proveedor por s o por terceros de todo Organismo del Estado donde
desempee sus funciones.
62 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
En los ltimos aos, los gobiernos han reforzado sus mecanismos de control y
rendicin de cuentas sobre la contratacin pblica. Es as que se trata de un desafo
clave definir una cadena clara de aprobacin y responsabilidad en el proceso de con-
tratacin pblica, dentro de un contexto de contratacin desarrollado. Asimismo, se
est reconociendo cada vez ms que los controles internos y las auditoras externas
deberan basarse en un enfoque ms centrado en los riesgos, a fin de ayudar a evitar y
detectar la falta de transparencia en la contratacin.
La rendicin de cuentas, como pilar del Estado moderno, se encuentra contem-
plada en la Declaracin de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que goza
de jerarqua constitucional en nuestro pas, y cuyo artculo 15 establece que La so-
ciedad tiene el derecho de pedir cuentas a todo agente pblico de su administracin.
Pero esto no es exclusivo del derecho pblico, ya que existe en la medida que se ges-
tiona, se acta en nombre de otro a quien se le deben explicaciones y es as como ve-
mos esta figura tambin en el CCCN.98
Ivanega99 vincula la nocin de rendicin de cuentas con responsabilidad, y di-
ferencia la rendicin de cuentas vertical de la horizontal. La primera, ligada a la di-
mensin electoral, pero como razones estructurales y contextuales demuestran que
las elecciones libres y justas no son suficientes para garantizar un buen gobierno, es
que se necesita complementarlo con mecanismos de rendicin de cuentas horizontal
que exijan a los funcionarios responder lateralmente a otros funcionarios y a instan-
cias del mismo Estado. Esto supone la existencia de organismos estatales que estn
legalmente habilitados y autorizados para emprender acciones que abarquen desde
la fiscalizacin rutinaria hasta sanciones penales o destitucin, en relacin con ac-
tos u omisiones de otras instituciones del Estado. Tambin diferencia la rendicin de
cuentas financieras, la rendicin de cuentas sobre imparcialidad y rendicin de cuen-
tas sobre resultados.
Aunque los pases tienen varios mecanismos de rendicin de cuentas y de con-
trol, cada vez hacen ms partcipes a los licitadores, otras partes interesadas y al p-
blico en general en cuanto al control del proceso de las contrataciones pblicas, a tra-
vs de un mayor acceso a la informacin y de la participacin activa.
Coincidentemente con Del Boca, consideramos que
98. Art.1334 CCCN: Rendicin de cuentas. La rendicin de cuentas por el mandatario debe ser en las con-
diciones previstas en los artculos 858 y siguientes acompaada de toda la documentacin relativa a su ges-
tin.
99. Ivanega, Miriam M., El deber ser de la gestin pblica. Responsabilidad y rendicin de cuentas, en
CTPBG. Comisin Tcnica de Prcticas de Buena Gobernanza [portal web http://buenagobernanza.agn.gov.
ar/], [s.e.], [s.f.], p.6.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 63
Y adems estamos convencidos de que se evita el dao material y social generado por
un contrato deficiente.
En este sentido, Del Boca seala que
La Comisin Europea considera que las iniciativas futuras en este mbito debe-
ran subsumirse a medidas preventivas destinadas a reducir las oportunidades de
conductas corruptas evitando los conflictos de intereses e introduciendo controles
y verificaciones sistemticas. Es as que en materia de contrataciones pblicas las
directivas de la Comisin Europea tienden a garantizar la transparencia y el acce-
so sin discriminaciones a las oportunidades de licitacin. Entre las medidas que
podemos nombrar existen las destinadas a sancionar conductas colusorias entre
empresas participantes en una contratacin pblica.100
102. A fines del ao 2007, la Oficina Anticorrupcin public El estado de las contrataciones. Mapa de condicio-
nes de transparencia y accesibilidad en las contrataciones pblicas, y su objetivo fue elaborar una herramienta
innovadora apoyndose en informacin estadstica y verificable, as como fundamentalmente proponer, sobre
la base de dicha investigacin, recomendaciones concretas para optimizar la transparencia en la gestin de las
compras y contrataciones pblicas, acotando los problemas existentes y fortaleciendo los aspectos destacables.
Por eso, a comienzos del ao 2008 se decidi profundizar y desarrollar una segunda parte del mapa. Tuvo en
cuenta dos objetivos: a) la identificacin y anlisis de los principales espacios de accesibilidad y transparencia
en los procedimientos de contrataciones, que fomenten la participacin, la concurrencia y su buen funciona-
miento y b) la identificacin y anlisis de las condiciones que favorecen la aparicin de espacios vulnerables
a la corrupcin. Este primer estudio se bas en las contrataciones de bienes y servicios efectuadas por los or-
ganismos pblicos amparadas por el Decreto delegado 1023/2001, durante el perodo 2003, 2004 y 2005 y se
seleccionaron quince organismos: Energa Atmica (CNEA), Direccin Nacional de Vialidad, Estado Mayor
General de la Armada, Estado Mayor General del Ejrcito, Estado Mayor General de la Fuerza Area, Gendar-
mera Nacional, Hospital Nacional Dr. Alejandro Posadas, Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente,
Ministerio de Economa y Produccin, Ministerio de Educacin, Ciencia y Tecnologa, Ministerio de Salud,
Prefectura Naval Argentina, Registro Nacional de las Personas y Servicio Penitenciario Federal. Transparencia
Internacional tambin tiene un formato denominado Mapa de Riesgo de las Contrataciones Pblicas.
103. Gamallo, Gustavo, Resetear la sociedad. Ideas de los jvenes sobre la corrupcin, Buenos Aires, Ministe-
rio de Justicia y Derechos Humanos de la Nacin, 2007. [N.del E.: ver aqu].
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 65
El mal uso del poder pblico o de la autoridad para el beneficio particular, por
medio del soborno, la extorsin, la venta de influencias, el nepotismo, el fraude, el
trfico de dinero y el desfalco.
105. Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y Cmara de Co
mercio de Bogot (CCB), Gua anticorrupcin para las empresas, Bogot, 2014, p.25 y ss. [N.del E.: ver
aqu].
106. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Anticorrupcin. Nota prctica,
2004, p.2.
107. De Michele, Roberto, Medir la corrupcin es como la pornografa, Gobernarte. Ideas innovadoras
para mejores gobiernos [online], en www.blogs.org [15-7-16].
108. La problemtica de la corrupcin ha sido analizada entre otros autores por Eigen (cfr. nota 94), Susan
Ackerman (La corrupcin y los gobiernos, Editorial Siglo XXI de Argentina, Nueva York, 1999), Nicols Rai-
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 67
Mairal109, en una obra que nos introduce en las diversas causas de la misma y nos
demuestra que el contrato administrativo est armado para favorecer los negociados
y la corrupcin, la lisa y llana extorsin al particular. Y no es solo un mal110que afec-
ta a nuestro pas sino que tambin, como ya lo ha expresado Bianchi111, existe en los
Estados Unidos, donde encuentra en la contratacin pblica un campo propicio para
su desarrollo.
Como un fenmeno mundial, Mairal afirma categricamente que
Y al respecto nos parece muy oportuno el aporte de Sobrero Elgue117, siguiendo esta
lnea doctrinaria, ya que analiza la contribucin del derecho administrativo para
la prevencin de la corrupcin a partir de la nocin de buena administracin118,
114. Hoy se acepta que la corrupcin se presenta tambin en el mbito privado, como una desviacin frau-
dulenta o abusiva de potestades de control y decisin en la empresa privada que genera conflictos de intereses
dentro del sector privado (Carbajo Cascn, Fernando, Corrupcin pblica, corrupcin privada y derecho
privado patrimonial: una relacin instrumental. Uso perverso, prevencin y represin, en Rodrguez Garca,
Nicols y Fabin Caparrs, Eduardo A., La corrupcin en un mundo globalizado. Anlisis interdisciplinar, Sala-
manca, Ratio Legis, Salamanca, 2003, p.130).
115. Entre las leyes que se han sancionado con preceptos vinculados a la prevencin podemos destacar a la
Ley 25188 de tica en la Funcin Pblica con deberes de comportamiento tico de funcionarios y empleados
pblicos; la Ley Marco de Regulacin del Empleo Pblico Nacional y el Decreto 1172/2003 que prev diversos
mecanismos de participacin ciudadana.
116. Rivero Ortega, Corrupcin y contratos pblicos: las respuestas europea y latinoamericana, en Rodr-
guez Garca, Nicols y Caparrs, Eduardo Fabin [coords.], ob.cit. (cfr. nota 114), p.111.
117. Sobrero Elgue, Mercedes, Buena administracin y prevencin de la corrupcin, en El Derecho Admi-
nistrativo, Buenos Aires, UCA, 31/3/2016.
118. Para Sobrero Elgue, la nocin de buena administracin ha venido desarrollndose desde hace un tiem-
po y radica en considerar que la Administracin debe centrarse en principios que le deben dar sustento, tales
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 69
La Constitucin fija las bases jurdicas fundamentales y los principios para la Na-
cin pero su puesta en prctica en relacin con el Estado se hace mediante las ins-
tituciones del derecho administrativo.
como mayor participacin ciudadana, calidad de la organizacin pblica, tica, eficacia, eficiencia, transparen-
cia, responsabilidad de los funcionarios y rendicin de cuentas. Avanzando en su exposicin expresa que hoy
el derecho administrativo se ocupa no solo de analizar en qu consiste la Administracin y cul es su rgimen
jurdico, sino que avanza en lo referido a cmo se administra y quines participan de tal cuestin. Para ello, se
refiere al trmino gobernanza entendida como el arte o manera de gobernar que busca como objetivo lograr
el desarrollo econmico, social e institucional duradero, buscando con ello un equilibrio entre Estado, socie-
dad civil y mercado econmico. Es decir, para dicho concepto, la accin de gobernar no se vincula solo a la au-
toridad o sancin sino que se realiza segn el consenso y el dilogo entre los diversos actores y compartiendo
responsabilidades.
Actualmente, y complementando a la definicin que hemos dado en la introduccin de esta obra del concepto
de buena gobernanza, se sostiene que la nocin de gobernanza se asocia a la de buen gobierno y buena admi-
nistracin, y pretende colocar en el centro del protagonismo a la persona y sus derechos fundamentales. El
concepto de buena administracin refiere a la adecuada eleccin de los medios y de la oportunidad de ejerci-
cio de las competencias con relacin al fin especfico que se quiere satisfacer; se trata por ello de una funcin
administrativa, ya que ella debe cumplirse de la forma ms oportuna y ms adecuada para la obtencin de los
fines objeto de la funcin pblica.
119. Coviello, Pedro J., Reflexiones sobre la tica pblica, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, 11/5/2012, supl.
Const. 2012 (mayo); t.2012-C, p.752 (cita online: AR/DOC/1690/2012).
120. Art.36 Constitucin Nacional: Atentar, asimismo, contra el sistema democrtico quien incurriere en
grave delito doloso contra el Estado que conlleve en delito doloso contra el Estado que conlleve enriqueci-
miento, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos pblicos.
El Congreso sancionar una ley sobre tica pblica para el ejercicio de la funcin.
121. A todas estas normas es pertinente agregarles todas las incorporaciones que sobre este tema se realizaron
tanto en las constituciones provinciales como a nivel municipal.
70 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
122. Tanto en esta Convencin como en la Ley 25188 se define a la funcin pblica como toda actividad reali-
zada por una persona en nombre o al servicio del Estado o de sus entidades.
123. Mediante la cual el Estado argentino asumi diversos compromisos en relacin con las polticas antico-
rrupcin. Se vincula con los postulados que los Estados miembros de la Organizacin de los Estados Ameri-
canos declaran al respecto. As enuncia en su prembulo que la corrupcin socava la legitimidad de las insti-
tuciones pblicas, atenta contra la sociedad, el orden moral y la justicia, as como contra el desarrollo integral
de los pueblos. Considerando que la democracia representativa, condicin indispensable para la estabilidad, la
paz y el desarrollo de la regin, por su naturaleza, exige combatir toda forma de corrupcin en el ejercicio de
las funciones pblicas, as como los actos de corrupcin especficamente vinculados con tal ejercicio.
124. Conlleva un aspecto novedoso y relevante, ya que prev normativa referida al sector privado, de manera
tal de poder prevenir, detectar y combatir los actos de corrupcin que se pudieren cometer, fenmeno que has-
ta el momento era analizado slo desde la ptica del Estado, an cuando involucra a varios actores.
125. Es as que se dio jerarqua constitucional a diversos rganos de control como ser la Auditora General de
la Nacin (art.85 CN), el Defensor del Pueblo (art.87 CN) y el Ministerio Pblico.
126. Sags, Nstor P., Elementos de derecho constitucional, t.1, Buenos Aires, Astrea, 2003, 3 ed., act. y
ampl., p.678.
127. Comadira, Julio R., ob.cit. (cfr. nota 78).
128. De Michele, Roberto, ob.cit. (cfr. nota 107).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 71
las ofertas del exterior rara vez cumplen exhaustivamente hasta el ltimo re-
quisito formal exigido por el pliego de condiciones al cual, no obstante, deberan
ajustarse en todo segn la clsica doctrina.130
es muy breve el plazo para presentar ofertas pero muy amplio el plazo para ca-
lificar a los oferentes (sea el establecido originalmente o el resultante de las exten-
siones decididas) sea sospechosa. El remedio a esta corruptela consiste en estable-
129. Mairal, Hctor A., ob.cit. (cfr. nota 57). Con agudeza y muy buen sentido jurdico, el autor ha desarro-
llado estas cuestiones por lo cual lo seguiremos en los cuatro apartados que siguen, transcribiendo mucho de
lo que ya ha desarrollado en su maravillosa obra.
130. Gordillo, Agustn, El informalismo y la concurrencia en la licitacin pblica, en RDA, 11:306
131. Al respecto, ver art.70 del Decreto 893/2012.
72 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
cer las reglas contrarias: Plazos132 largos para presentar ofertas pero breves para la
seleccin de los oferentes y la evaluacin133 de sus presentaciones.
Finalmente, propone
la sancin de una ley que permita el acceso a las licitaciones pblicas inter-
nacionales solamente a las empresas de aquellos pases cuya legislacin interna
132. En nuestro pas, en el caso de la licitacin pblica, el plazo para presentar ofertas se desprende del art.49
del Decreto 893/2012, que prev en su parte pertinente que la convocatoria a presentar ofertas en las licita-
ciones pblicas deber efectuarse mediante la publicacin de avisos en el rgano oficial de publicacin de los
actos de gobierno por el trmino de dos (2) das, con un mnimo de veinte (20) das corridos de antelacin a la
fecha fijada para la apertura de ofertas.
133. Respecto de la evaluacin de las ofertas, el Decreto 893/2012 prev en la parte pertinente del art.79 que
se entender por etapa de evaluacin de ofertas al perodo que va desde el momento en que las actuaciones
son remitidas a la Comisin Evaluadora, hasta la notificacin del dictamen de evaluacin. Y estas
evaluaciones suelen hacerse en cinco das, extensibles a diez como mximo dependiendo del organismo.
134. Al respecto, puede verse Vertrans c/ GCBA s/ amparo (artculo 14 CCBA), expediente A336-2013/0,
Secretara N 11, febrero 2013, en donde se impugna el sistema de calificacin previsto en el pliego de bases y
condiciones particulares, en lo concerniente a la denominada Calificacin del Oferente, en los tems vincu-
lados a la llamada Capacidad Tcnica del Oferente: i) antecedentes tcnicos por cantidad de vehculos verifi-
cados; ii) antecedentes tcnicos por cantidad de lneas VTV operadas; iii) certificacin de calidad bajo normas
internacionales ISO 9001:2000 o ISO 17020; y iv) en el tem vinculado a la llamada capacidad econmica y
financiera el criterio en base al cual es requisito excluyente el obtener una calificacin mnima del 50% en
cada rubro.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 73
La ejecucin del contrato se desarrolla lejos del escrutinio pblico ya que ste sue-
le concentrarse en la etapa licitatoria. Vencidos y resignados los competidores, la
relacin est generalmente oculta a los ojos de extraos y se desarrolla entre viejos
conocidos. El contratista habitual y los funcionarios que controlan la ejecucin del
contrato.136
Da varios enfoques como remedio a este problema. Uno de ellos sera realizar un
estudio imparcial de los pliegos de condiciones tipo comparndolos con los que apli-
can pases cuya contratacin estatal es eficiente y tomando en cuenta las recomen-
daciones de organismos internacionales. Otro enfoque sera tercerizar el control del
135. Mairal recomienda, sobre la Convencin de la OCDE que combate la corrupcin de funcionarios p-
blicos extranjeros, ver Nichols, Colin, Daniel, Tim, Polaine, Martin y Hatchard, John, Corruption and
Misuse of Public Office, Oxford University Press, 2006, pp.395-435. Y sostiene que Gordillo es elocuente acer-
ca de la obligacin moral de Europa de combatir la corrupcin de sus empresarios en el extranjero (Gordillo,
Agustn A., The future of Latin America: Can the EU help?, Londres, Esperia Publications Ltd., 2003, p.117).
136. Mairal, Hctor A., ob.cit. (cfr. nota 57). El Decreto 893/2012 desarrolla esta cuestin a partir del Ttulo
III Ejecucin y Extincin del Contrato.
137. Mairal, Hctor A., ob.cit. (cfr. nota 57).
74 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
10.3. El pago
En este sentido,
138. Estas facturas deben ser controladas por los funcionarios pblicos previamente a efectuar cualquier
pago. Mediante la web de la AFIP se puede realizar esta verificacin en constatacin de comprobantes emi-
tidos (CAE-CAI-CAEA). Adems, cualquier ciudadano podra efectuar estas constataciones. Actualmente,
existen denuncias en la Oficina Anticorrupcin por pagos que el Estado efectu en connivencia con empresas
proveedoras que emiten facturas no actualizadas.
139. Mairal, Hctor A., ob.cit. (cfr. nota 57).
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 75
En definitiva, estos plazos llevan a que ningn funcionario pblico recuerde los he-
chos (o quiera recordarlos) cuando llega a la etapa probatoria en sede judicial y los
abogados del Estado deben defenderlo con escaso conocimiento de los hechos o
aporte de pruebas. As no es de sorprender que esas defensas sean puramente forma-
les y frecuentemente poco exitosas.
11.Conclusiones
140.Ibdem.
141. Es fundamental remitir a la ONC todo lo requerido pero tambin los formularios diseados por los orga-
nismos indicando los procedimientos contractuales en que se desestiman ofertas para que se pueda sancionar
a los proveedores que incumplen, de acuerdo a los arts.131 y 132 del Decreto 893/2012. No son muchas las
sanciones que ha aplicado este rgano rector, a causa de que los organismos no remiten ningn formulario,
por eso pensamos fundamental transcribir lo pertinente para tener en cuenta y evitar eventuales responsabili-
dades de los funcionarios pblicos incumplidores. El art.13 del Decreto 893/2012 reza as: Clases de sancio-
nes. Los oferentes, adjudicatarios o cocontratantes podrn ser pasibles de las sanciones establecidas en el ar
tculo 29 del Decreto delegado N 1023/01 y sus modificaciones, por las siguientes causales: a) Apercibimiento
() 3.El oferente a quien se le hubiese desestimado la oferta por alguna de las causales enumeradas en los
incisos a), b), c), d), e), g), i), j), k), l), n) y o) del artculo 84 del presente reglamento; 4.El oferente a quien se le
hubiere desestimado la oferta por alguna de las causales enumeradas en el artculo 85 del presente reglamento
() b) Suspensin: Se aplicar una suspensin para contratar que no exceder de TRES (3) meses: () 1.2.Al
oferente, adjudicatario o cocontratante a quien en el lapso de UN (1) ao calendario se le hubieren aplicado
TRES (3) sanciones de apercibimiento ()3.Se aplicar una suspensin para contratar por un lapso mayor a
UN (1) ao y hasta DOS (2) aos: () 3.4.Al oferente a quien se le hubiese desestimado la oferta por la causal
enumerada en el inciso m) del artculo 84 del presente reglamento, 3.5.Al oferente a quien se le hubiese deses-
timado la oferta por la causal enumerada en el inciso f) del artculo 84 del presente reglamento ().
El art.132 del Decreto 893/2012 reza as: Aplicacin de sanciones. Las sanciones sern aplicadas por la Ofici-
na Nacional de Contrataciones y se fijarn dentro de los lmites de tiempo establecidos en el artculo anterior y
de acuerdo con las circunstancias atenuantes o agravantes de cada caso. A tales fines se podr tener en cuenta,
76 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
Es esencial que los esfuerzos por mejorar las prcticas en materia de contratos
pblicos se vean apoyados por avances en la transparencia y en la difusin de infor-
macin. En un mediano plazo, es probable que las telecomunicaciones y los sistemas
informticos revolucionen la adjudicacin de contratos pblicos, como ya ocurre
en la Ciudad Autnoma de Buenos Aires142, mediante la contratacin electrnica.
En este sentido se est considerando derogar143 el Decreto 893/2012. En esta nueva
normativa habra referencia a la contratacin electrnica144, a fin de simplificar pro-
cedimientos, mejorar la eficiencia, eficacia, calidad y sustentabilidad, luchar contra
la corrupcin, promover la tica y la transparencia145 adecuando as el sistema de
compras pblicas a los nuevos desafos y metas del Estado moderno y al fenmeno
mundial.146
De este modo, la generalizacin de la electrnica en el sector de los contratos
pblicos beneficiar a todos los participantes: en comparacin con el sistema actual
en soporte de papel, los procedimientos sern ms transparentes, ms abiertos al di-
logo con los contratistas y mucho ms eficaces. Ya los contratos pblicos deberan fi-
entre otras, la extensin del dao causado, los antecedentes previos del proveedor y los motivos que determi-
naron el incumplimiento.
142.Cfr. www.buenosaires.gob.ar/hacienda/compras/normativas/bienes-y-servicios. Mediante la Disposicin
92/GCABA/DGCYC/2012, se establece el uso del expediente electrnico. Luego, la Ley 4764 del 14/11/2013,
crea el registro informatizado de bienes y servicios; y, mediante el Decreto 116/2014, se crea la plataforma de
gestin electrnica de proveedores GEP.
143. Cfr. Proyecto elaborado por la ONC versin abril 2016: Anexo Reglamento del Rgimen de Contratacio-
nes de la Administracin Nacional.
144. El Ttulo I, Captulo IV, CONTRATACIONES PBLICAS ELECTRNICOS del Proyecto citado pre-
cedentemente dice as: Artculo 26: Principios rectores. Las contrataciones pblicas electrnicas se realiza-
rn mediante medios tecnolgicos que garanticen neutralidad, seguridad, confidencialidad e identidad de los
usuarios, basndose en estndares pblicos e interoperables que permitan el respaldo de la informacin y el
registro de operaciones, permitiendo operar e integrar a otros sistemas de informacin.
Artculo 27: Procedimientos. Todos los procedimientos prescriptos en el presente reglamento se podrn efec-
tuar en forma electrnica mediante la utilizacin de medios que a tal fin habilite la Oficina Nacional de Con-
trataciones.
Artculo 28: Excepciones. La Oficina Nacional de Contrataciones ser la encargada de autorizar las excepcio-
nes a la tramitacin de los procedimientos de seleccin en forma electrnica.
A tal efecto debe encontrarse acreditada la imposibilidad de tramitacin de la contratacin en forma electrni-
ca o justificada la excepcin por circunstancias objetivas.
Artculo 29: Identificacin y autenticacin de usuarios. La Oficina Nacional de Contrataciones dictar los ma-
nuales de procedimientos a efectos de regular el registro y los sistemas de autenticacin que permitan verificar
la identidad de los usuarios en los medios tecnolgicos que se utilicen para realizar las contrataciones pblicas
electrnicas. En este sentido ya el actual Decreto 893/2012 en su art.33 prev a las contrataciones pblicas
electrnicas.
145. Siguiendo con el proyecto de la ONC, en el ttulo II, PROCEDIMIENTOS DE SELECCIN EN GE-
NERAL se titula a su captulo II TRANSPARENCIA, PUBLICIDAD, DIFUSIN, COMUNICACIONES Y
NOTIFICACIONES.
146. Tenemos el caso de la administracin norteamericana, que ha confiado la difusin de la informacin
sobre anuncios de licitaciones a una docena de empresas privadas, autorizadas a tal efecto, que han desarrolla-
do las denominadas Redes de Valor Aadido (RVA). Estas redes ofrecen datos de excelente calidad sobre las
posibilidades abiertas por la contratacin pblica en los Estados Unidos y en el extranjero.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 77
gurar entre los mbitos del sector pblico en que es prioritario aplicar las tecnologas
de la informacin.
Ya las actuales tecnologas multiplican las posibilidades de incrementar la trans-
parencia, limitar los costes de funcionamiento y reducir los plazos. Pero es esencial
acrecentar la transparencia de los procedimientos de adjudicacin de los contratos
pblicos, lo que adems incidir positivamente sobre el resto de las polticas del pas.
As, al aumentar la transparencia del acceso al mercado, se le abre a las pequeas y
medianas empresas nuevas zonas de venta.
Y, sin duda, la utilizacin de medios electrnicos en relacin con la publicidad y
la transparencia de los procedimientos de adjudicacin de los contratos es un objeti-
vo de gran trascendencia y fcil cumplimiento.147
As, todas las tendencias de desarrollo tecnolgico hacen pensar que tendremos
la gran oportunidad de desarrollar sistemas de compras estatales que funcionen en el
mercado electrnico148 internacional con todos los beneficios que ello involucra para
los respectivos pueblos.
Por otro lado, la realidad nos demuestra que la gran corrupcin se produce en
los niveles superiores de gobierno. Este vicio se ve favorecido por la permanencia
de los funcionarios en puestos intermedios y vinculados con contrataciones y en las
ventajas econmicas que el Estado otorga a ciertas empresas o grupos econmicos
a travs de los contratos pblicos. Y el resultado son los sobrecostos que afectan la
transparencia y credibilidad en los procesos, como as tambin la eficiencia en el ma-
nejo del gasto pblico. As, los gobiernos muchas veces simulan un procedimiento
de licitacin justo y competitivo con una adjudicataria eficaz. Todo ello lleva a afir-
mar la necesidad de promover una serie de iniciativas que tiendan a dotar de trans-
parencia el desarrollo de tales procesos contractuales.
Siguiendo esta lnea hacemos hincapi en la planificacin y ejecucin anual de
compras pero adems creemos necesario incorporar efectivamente en los distintos
organismos de la Administracin Pblica Nacional, el Departamento de Auditora
Interna con competencia de control preventivo.
En nuestro pas esta lucha contra la corrupcin est encomendada a diversos
rganos estatales y pensamos que las acciones qui tam presentaran una forma de le-
gitimacin novedosa, mediante la cual la ley permitira a los particulares convertirse
en abogados del Estado, actuando a su propio riesgo con el estmulo de obtener un
porcentaje de los fondos que aquel recupere con motivo de la accin entablada.149
147. Gimeno Feli, Jos M., La utilizacin de las nuevas tecnologas en la contratacin pblica, en Docu-
mentos de Trabajo, Facultad de Ciencias Econmicas y Empresariales, Universidad de Zaragoza, N 3, 2004,
p.7.
148. Ya varios pases lo han implementado. Canad con su sistema Merx, Mxico con Compranet, la Comu-
nidad Europea con su sistema Simap, varios sistemas en Estados Unidos, Australia y pases del Asia Pacfico.
149. Bianchi afirma que desde el punto de vista de la legislacin procesal o de la que regula la contratacin
administrativa en la Argentina, no existen impedimentos para la instalacin de un sistema como el descripto,
78 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
el cual podra convertirse en un medio eficaz para devolver a las arcas del Tesoro Nacional sumas de dinero
egresadas por medios ilcitos (Bianchi, Alberto B., ob.cit. [cfr. nota 111]).
150. Banco Mundial, Especialistas en transparencia y rendicin de cuentas intercambiarn experiencias sobre
contrataciones pblicas y participacin social, 10/12/2013, Santo Domingo, p.2 [05-03-2016].
151. En el contexto de la modernizacin de la gestin pblica, la probidad adquiere un sentido ms amplio
que la lucha contra la corrupcin. Se relaciona con el significado de la responsabilidad funcionaria, el profe-
sionalismo, la obligacin de rendir cuentas sobre el empleo de los recursos y de anteponer el inters colectivo
por sobre el particular.
Transparencia de la contratacin pblica
pblica Doctrina 79
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82 Revista del Notariado 925 Mara V. Bagattini
Jurisprudencia
Publicaciones institucionales
Particin de herencia
Implicancias de la Disposicin tcnico-registral
7/2016 del Registro de la Propiedad Inmueble
de la Capital Federal
Sylvia V. Belatti
resumen
1.Introduccin
2.1.Considerandos
La DTR, con entrada en vigencia a partir del 1 de octubre de 2016 (art.3), inicia sus
fundamentos remitiendo a la entrada en vigencia del Cdigo Civil y Comercial de la
Nacin (CCCN) y cita diversos artculos relevantes en la materia. Adems, hace refe-
rencia al artculo 101 del Decreto 2080/1980 (TO Decreto 466/1999), reglamentario
de la Ley 17801, que establece que al momento de inscribirse la declaratoria de here-
deros o el testamento, en caso de existir pluralidad de herederos, deber consignarse
la proporcin que a cada uno le corresponda en la titularidad del asiento respectivo.
La DTR sostiene que este ltimo contradice lo dispuesto en la nueva normativa de
fondo y que
Artculo 1
Cuando se presenten a registracin documentos que contengan declaratorias de
herederos o testamentos sin que exista particin, solo se tomar razn, con rela-
cin a los sucesores y en su caso cnyuge suprstite, de sus datos personales, sin
consignarse proporcin alguna.
86 Revista del Notariado 925 Sylvia V. Belatti
Sin duda, esto implica un cambio sustancial en materia registral, que hasta la entra-
da en vigencia de dicha disposicin aceptaba que el asiento registral fuera elaborado
conforme el principio de rogacin, con los datos y las proporciones consignadas en la
minuta, y as publicitaba junto con los datos de los sucesores y del cnyuge suprstite
en su caso, la proporcin que les corresponde, conforme con lo dispuesto por el ar
tculo 101 del Decreto 2080/1980.
A partir de esta nueva disposicin, ya no ser posible registrar proporciones si
no hay particin, en cuyo caso solo se publicitarn sucesores y cnyuge suprstite.
(Parece oportuno que en el rubro observaciones de la ficha de inscripcin se aclare
que esta tiene por objeto solo publicitar la comunidad hereditaria o poscomunitaria
resultante de los autos X, para identificarlos). Para que el asiento registral publicite,
adems, proporciones, se exigir que el documento que se presente a registracin,
sea declaratoria de herederos o testamento, contenga particin, siendo insuficiente
consignar proporciones en la respectiva minuta rogatoria de inscripcin.
Artculo 2
La toma de razn de actos de enajenacin sobre la totalidad de un inmueble in-
tegrante del acervo hereditario, no requiere de la particin siempre y cuando sea
otorgado por todos los copartcipes declarados.
Si se dispusiere de una parte indivisa, o se constituyeren gravmenes sobre todo o
una parte indivisa de un inmueble integrante del acervo hereditario, se requerir
necesariamente la previa o simultnea particin de dicho bien.
y se evita el riesgo de que el inmueble sea adjudicado a otro coheredero distinto del
disponente, atento el efecto declarativo de la misma.
Artculo 4
La publicidad de proporciones en los asientos registrales de declaratorias de he-
rederos o testamentos, que continuar hasta la entrada en vigencia de la presente
disposicin, no importar cesacin de indivisin hereditaria ya que sta solo con-
cluye con el otorgamiento de la particin.
3. Antecedentes jurisprudenciales
1. CNCiv., Sala F, 20/2/2004, Labayru, Jos Mara c/ Registro Propiedad Inmueble N392/03, expediente
97.537/03 (Revista del Notariado, N876, 2004, pp.115-119 [N.del E.: ver tambin en web del RPI]).
88 Revista del Notariado 925 Sylvia V. Belatti
Corresponde destacar que el fallo in extenso remite a otras citas y resoluciones que,
con igual criterio, sostuvieron que la inscripcin de la declaratoria de herederos o del
testamento en el RPI no produce el cese de la indivisin hereditaria, que solo ocurre
mediante la particin debidamente inscripta. Por otra parte y en el marco del anlisis
de los antecedentes jurisprudenciales, cabe aclarar que la jurisprudencia no siempre
recept este criterio y tambin ha decidido que
en comn (arts.1137, 1145 y 2675 Cd. Civil), sin perjuicio de que el resto de los
bienes pueda quedar en estado de indivisin (art.3433, cd. cit.). [] el pedido
de inscripcin de la declaratoria por los herederos implica un acuerdo de volunta-
des para consolidar en sus personas y en proporcin a su particin en la herencia,
el dominio de los inmuebles comprendidos en tal inscripcin, pasando sta a pu-
blicitar esa voluntad de los nuevos titulares, de convertir en dominio en comn lo
que hasta all no era ms que comunidad hereditaria.2
4.Doctrina
las definiciones que dan los autores se centran en que se trata de un negocio
o acto jurdico mediante el cual la porcin ideal que a cada coheredero le corres-
ponde en una universalidad sucesoria se convierte en una parte concreta de los
bienes que integran esa universalidad. [] en primer lugar, debe haber pluralidad
de sujetos, pues a nadie cabe pensar que pueda existir particin cuando hay un
solo sujeto. En segundo lugar, tiene que producirse un acto o negocio jurdico, la
expresin de voluntad de los sujetos. En tercer lugar, las definiciones apuntan a la
existencia de una universalidad de bienes; ella no siempre es imprescindible []
en cuanto al derecho sucesorio o a la posibilidad de actuacin del escribano en la
divisin por particin de un condominio, puede tratarse de un solo bien.
En cuanto al efecto jurdico [] se trata de un acto declarativo, porque el mismo
Cdigo Civil indica que debe tenerse al adjudicatario como si nunca hubiera com-
partido con otras personas su derecho sobre la cosa. Este efecto declarativo, por
supuesto, tiene tambin su reflejo documental.
Estos son principios bsicos que estn referidos al proceso sucesorio, y rigen todas
las etapas de la particin, y en otros tipos de actos jurdicos, ya que en otros or-
genes de la particin por ejemplo la sociedad conyugal las leyes de aplicacin
son las que el Cdigo marca para la particin [] Para nuestro anlisis de la parti-
cin es conveniente que tengamos en mira los cambios que se han producido en el
desenvolvimiento de la prctica judicial dentro de nuestra jurisdiccin. Si los ttu-
los son aejos, siempre el documento que va a demostrar la legitimacin de quien
pretende disponer algo va a ser una hijuela que le correspondi por adjudicacin
en la particin. Si el ttulo no es tan aejo, lo que se nos va a presentar siempre es
una declaratoria de herederos.3
2. Cm. Civ. y Com. de San Martn, Sala II, 13/8/1985, Vivares, Gabriela A. y otros c/ Vivares, Francisco (El
Derecho, t.120, pp.574-577, N 39716).
3. Braschi, Agustn O., Particin, en Revista del Notariado, N842, 1995, p.447.
90 Revista del Notariado 925 Sylvia V. Belatti
4. dem, p.449.
5. Ibdem.
6. dem, p.455.
Particin de herencia Doctrina 91
Artculo 2363
Conclusin de la indivisin. La indivisin hereditaria slo cesa con la particin. Si
la particin incluye bienes registrables, es oponible a los terceros desde su inscrip-
cin en los registros respectivos.
Artculo 2367
Particin parcial. Si una parte de los bienes no es susceptible de divisin inmedia-
ta, se puede pedir la particin de los que son actualmente partibles.
Artculo 2369
Particin privada. Si todos los copartcipes estn presentes y son plenamente ca-
paces, la particin puede hacerse en la forma y por el acto que por unanimidad
juzguen convenientes. La particin puede ser total o parcial.
7.Ver Borda, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Sucesiones, t.1, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1980,
5ed., p.419.
8. Crdoba, Marcos M., [comentario al art.2367], en Lorenzetti, Ricardo L. (dir.), Cdigo Civil y Comercial
de la Nacin comentado, t.10, Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, 2015, p.691.
92 Revista del Notariado 925 Sylvia V. Belatti
Artculo 2371
Particin judicial. La particin debe ser judicial:
a) si hay copartcipes incapaces, con capacidad restringida o ausentes;
b) si terceros, fundndose en un inters legtimo, se oponen a que la particin se
haga privadamente;
c) si los copartcipes son plenamente capaces y no acuerdan en hacer la particin
privadamente.
Artculo 2403
Efecto declarativo. La particin es declarativa y no traslativa de derechos. En ra-
zn de ella, se juzga que cada heredero sucede solo e inmediatamente al causante
en los bienes comprendidos en su hijuela y en los que se le atribuyen por licitacin,
y que no tuvo derecho alguno en los que corresponden a sus coherederos.
Igual solucin se entiende respecto de los bienes atribuidos por cualquier otro acto
que ha tenido por efecto hacer cesar la indivisin totalmente o de manera parcial
slo respecto a ciertos bienes o ciertos herederos.
Los actos vlidamente otorgados respecto a algn bien de la masa hereditaria con-
servan sus efectos a consecuencia de la particin, sea quien sea el adjudicatario de
los bienes que fueron objeto de esos actos.
En armona con otras disposiciones del mismo ordenamiento y del CCIV, se esta-
blece el carcter declarativo de la particin, efecto que por sus implicancias tambin
fundamenta el dictado de la DTR en anlisis.
9. Crdoba, Marco M., [comentario al art.2371], en Lorenzetti, Ricardo L., ob.cit. (cfr. nota 8), p.697.
Particin de herencia Doctrina 93
concretar, ubicar sobre los bienes esa cuota hereditaria, transformando la parte
ideal en parte material, operacin que de manera alguna exige que unos herede-
ros transfieran nada a otros. En vano se dira que antes de la particin el herede-
ro tena sobre el objeto adjudicado un derecho restringido y que despus lo tiene
amplio, porque ese aumento no le viene de sus coherederos, quienes no pueden
transmitirle lo que en realidad ya les perteneca, pues la integridad sobre la cosa ya
adjudicada y el derecho de propiedad sobre ella, lo recibe directamente del causan-
te y estaba ya contenido en su parte ideal anterior a la particin. Es por ello que la
eficacia de la transferencia que haga un coheredero sobre un bien determinado de
la herencia est sujeta a que el bien le sea atribuido en la particin. Ello de confor-
midad con el artculo 2309 in fine.10
Artculo 481
Reglas aplicables. Extinguido el rgimen por muerte de uno de los cnyuges, o
producido el fallecimiento, mientras subsiste la indivisin postcomunitaria se apli-
can las reglas de la indivisin hereditaria.
Si se extingue en vida de ambos cnyuges, la indivisin se rige por los artculos
siguientes de esta seccin.
se forma una masa nica integrada por los bienes propios del causante y por la
totalidad de los gananciales [] sin perjuicio de la unidad de masa, debe proce-
derse a la calificacin legal de los bienes que la integran a fin de garantizar al su-
prstite la participacin en los gananciales, imputar a los gananciales la deduccin
de las deudas y cargas comunes, establecer las compensaciones o recompensas que
pueden corresponder al suprstite o en su caso a los herederos sobre la parte que
reciben a ttulo hereditario.11
10. Crdoba, Marco M., [comentario al art.2403], en Lorenzetti, Ricardo L., ob.cit. (cfr. nota 8), p.768.
11.Vacarelli, Horacio, La inscripcin de cesin de acciones y derechos hereditarios frente al condominio y
la indivisin hereditaria, en Revista Notarial, La Plata, Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires,
N 954, 2006, p.686.
94 Revista del Notariado 925 Sylvia V. Belatti
6.Conclusiones
El CCCN mantiene el criterio y los preceptos del CCIV, pero incorpora una norma
especfica que dispone que la indivisin hereditaria solo cesa con la particin. A los
efectos de lograr armona con la normativa de fondo, el RPI dict la DTR 7/2016,
que recepta el criterio de la necesidad de la particin para hacer cesar el estado de
indivisin hereditaria, de conformidad asimismo con una consolidada doctrina ju-
risprudencial y autoral. En consecuencia, dispone:
a) Que la publicidad que emana de la inscripcin de la declaratoria de herederos o
del testamento es la de la existencia de una comunidad (hereditaria o poscomu-
nitaria en el caso del cnyuge suprstite con rgimen patrimonial de comunidad
de ganancias), sin que dicha inscripcin implique adjudicacin de inmuebles en
condominio, lo que solo ocurrir a partir de la particin. Sin particin, la ins-
cripcin se limitar a los datos personales de los sucesores y, en su caso, del cn-
yuge suprstite, sin consignar proporciones.
b) La exigencia de otorgamiento de particin, previa o simultnea, a la disposicin
de parte indivisa o constitucin de gravmenes sobre todo o una parte indivisa
de un inmueble integrante del acervo hereditario. Cumplimentada esta exigen-
cia de particin, respecto de ese inmueble integrante del acervo hereditario, se
convierte a los legitimados en condminos de la cosa y se evita el riesgo, atento
su efecto declarativo, de que al hacer la particin el inmueble sea adjudicado
a otro coheredero distinto del disponente. Ello as dado que, aunque se tratare
de los mismos sujetos, lo que cambia es su relacin jurdica con la cosa, pues se
pasa de lo ideal a lo real.
c) La excepcin del requisito de particin para la toma de razn de actos de ena-
jenacin sobre la totalidad de un inmueble integrante del acervo hereditario
siempre y cuando sea otorgado por todos los copartcipes declarados. Al ser
otorgada la enajenacin por todos los legitimados, ya sea por el dictado de la
declaratoria de herederos o auto que aprueba el testamento, y el cnyuge suprs-
tite en su caso, ello implica en s mismo un acto de particin parcial admitido
por la norma de fondo.
d) Que la publicidad de proporciones de asientos registrales de declaratorias de he-
rederos o testamentos ya inscriptos no importar cesacin de la indivisin que
solo concluye con la particin.
Esta DTR le hace recobrar protagonismo a la particin hereditaria, regulada en
normas de fondo y de forma. Este cambio de criterio en materia registral nos con-
cientiza de la necesidad e importancia de la particin para poner fin a la indivisin
hereditaria o poscomunitaria. Est en nosotros, los notarios, a travs de nuestra la-
bor profesional en su faz interpretativa y configurativa, acompaar su aplicacin en
momentos donde hay cambios y evoluciones constantes pero donde el objetivo pri-
mordial es brindar seguridad jurdica. En busca de ese mismo objetivo de seguridad
jurdica es que el RPI ha dictado la DTR 7/2016.
Particin de herencia Doctrina 95
7.Bibliografa
Borda, Guillermo A., Tratado de derecho civil. Sucesiones, t.1, Buenos Aires, Abele-
do-Perrot, 1980, 5 ed.
Braschi, Agustn O., Particin, en Revista del Notariado, Buenos Aires, Colegio de
Escribanos de la Capital Federal, N842, 1995, pp.447-459.
Crdoba, Marcos M., [comentarios a los arts.2277 a 2443], en Lorenzetti, Ricardo
L., Cdigo Civil y Comercial de la Nacin comentado, t.10, Buenos Aires, Rubin-
zal-Culzoni, 2015.
Vacarelli, Horacio, La inscripcin de cesin de acciones y derechos hereditarios
frente al condominio y la indivisin hereditaria, en Revista Notarial, La Plata,
Colegio de Escribanos de la Provincia de Buenos Aires, N954, 2006, pp.683-
700.
Doctrina
El fideicomiso inmobiliario
y sus formas de celebracin,
o escrituras para todos y todas?
Adrin C. Comas
resumen
1.Introduccin
1.DAlessio, Carlos M. (dir.), Teora y tcnica de los contratos, instrumentos pblicos y privados, t.1, Buenos
Aires, Thomson Reuters-La Ley, 2015, pp.701 y ss.; Clusellas, Eduardo G. (coord.), Cdigo Civil y Comer-
cial. Comentado, anotado y concordado. Modelos de redaccin sugeridos, t.6, Buenos Aires, Astrea-FEN, 2015,
pp.23 y ss.; Lorenzetti, Ricardo L. (dir.), Cdigo Civil y Comercial de la Nacin comentado, t.8, Buenos Aires,
Rubinzal-Culzoni, 2015, pp.178 y ss.
2. Sierz, Susana V., Nuevo Cdigo Civil unificado. Doctrina y modelos. Instrumentos pblicos y privados, Bue-
nos Aires, Di Lalla, 2015, pp.23 y ss.
fideicomiso
El fideicomisoinmobiliario
inmobiliarioyysus
susformas
formasdedecelebracin
celebracin Doctrina 97
sibilidad, cuando se refiere a bienes inmuebles, la del instrumento privado que luego
se transcribe en una escritura pblica nicamente a requerimiento del fiduciario ad-
ministrador. Esta tercera opcin, que la norma considera especficamente como su-
ficiente, implicara la no exigencia legal ni de la primera opcin, la escritura pblica
otorgada por todos los celebrantes, ni de la segunda, la del instrumento privado que
vale como promesa de otorgar la escritura pblica (con su posterior cumplimiento al
firmarse la escritura pblica por todos los celebrantes del instrumento privado). Esto
implicara tambin que no toda documentacin posterior en el fideicomiso3 debiera
ser celebrada nicamente en escritura pblica.
Desarrollaremos el temario en seis acpites.
Artculo 1015
Libertad de formas. Slo son formales los contratos a los cuales la ley les impone
una forma determinada.
Artculo 1016
Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la celebracin del contrato
rige tambin para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excepto
que versen solamente sobre estipulaciones accesorias o secundarias, o que exista
disposicin legal en contrario.
Artculo 1017
Escritura pblica. Deben otorgarse por escritura pblica:
a) Los contratos que tienen por objeto la adquisicin, modificacin o extincin de
derechos reales sobre inmuebles. Quedan exceptuados los casos en que el acto es
realizado mediante subasta proveniente de ejecucin judicial o administrativa.
b) Los contratos que tienen por objeto derechos dudosos o litigiosos sobre in-
muebles.
c) Todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura
pblica.
d) Los dems contratos que, por acuerdo de partes o disposicin de la ley, deben
otorgarse en escritura pblica.
3. Acquarone, Mara t.y otros, Fideicomisos al costo, Buenos Aires, Bienes Races, 2011, pp.281 y ss.; Ca-
purro, Vanina L., Etchegaray, Natalio P. y Vzquez, Mara C., Fideicomiso. Tcnica y prctica documental,
Buenos Aires, Astrea, 2008, pp.113 y ss.
98 Revista del Notariado 925 Adrin C. Comas
Artculo 1018
Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento pendiente de un ins-
trumento previsto constituye una obligacin de hacer si el futuro contrato no re-
quiere una forma bajo sancin de nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo es re-
misa, el juez lo hace en su representacin, siempre que las contraprestaciones estn
cumplidas, o sea asegurado su cumplimiento.
Artculo 1618
Forma. La cesin debe hacerse por escrito, sin perjuicio de los casos en que se ad-
mite la transmisin del ttulo por endoso o por entrega manual.
Deben otorgarse por escritura pblica:
a) La cesin de derechos hereditarios.
b) La cesin de derechos litigiosos. Si no involucran derechos reales sobre inmue-
bles, tambin puede hacerse por acta judicial, siempre que el sistema informtico
asegure la inalterabilidad del instrumento.
c) La cesin de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura p
blica.
Artculo 1669
Forma. El contrato, que debe inscribirse en el Registro Pblico que corresponda,
puede celebrarse por instrumento pblico o privado, excepto cuando se refiere a
bienes cuya transmisin debe ser celebrada por instrumento pblico. En este caso,
cuando no se cumple dicha formalidad, el contrato vale como promesa de otor-
garlo. Si la incorporacin de esta clase de bienes es posterior a la celebracin del
contrato, es suficiente con el cumplimiento, en esa oportunidad, de las formalida-
des necesarias para su transferencia, debindose transcribir en el acto respectivo el
contrato de fideicomiso.
Artculo 1669
Forma. El contrato, que debe inscribirse en el registro pblico que corresponda,
puede celebrarse por escritura pblica o instrumento privado, excepto cuando se
refiere a inmuebles, cuya transmisin debe ser (obviamente, al ser inmueble) cele-
brada por escritura pblica. En este caso, cuando no se cumple dicha formalidad,
(se celebr en instrumento privado y no en escritura pblica) el contrato vale como
promesa de otorgarla (la escritura pblica). Si la incorporacin del inmueble es
fideicomiso
El fideicomisoinmobiliario
inmobiliarioyysus
susformas
formasdedecelebracin
celebracin Doctrina 99
Con dicha redaccin, queda en claro que la obligacin legal del artculo 1669 esta-
blece varias posibilidades al celebrar el contrato de fideicomiso: a) escritura pblica;
b) instrumento privado; c) instrumento privado que, cuando se refiere a inmuebles,
compromete a todos los firmantes a otorgar luego el mismo contrato en escritura p-
blica; d) instrumento privado que luego se transcribe en la escritura pblica de incor-
poracin del inmueble.
Y si nos circunscribiramos nicamente a los contratos de fideicomiso que se
refieren nicamente a inmuebles, el texto del artculo 1669 CCCN sera:
Para este caso (fideicomiso inmobiliario), el artculo 1669 CCCN establece tres po-
sibilidades: a) escritura pblica; b) instrumento privado que compromete a todos los
firmantes a otorgar luego el mismo contrato en escritura pblica; c) instrumento pri-
vado que luego se transcribe en la escritura pblica de incorporacin del inmueble.
Por lo tanto, al momento de otorgarse la escritura pblica de incorporacin del
inmueble, los notarios nos podemos encontrar con que el contrato de fideicomiso
fue celebrado en escritura pblica o en instrumento privado. Si fuera escritura pbli-
ca, simplemente mencionaremos que el fiduciario administrador administra el fidei-
comiso X, a mrito de la escritura pblica X, cuya primera copia tenemos a la vista y
agregamos en fotocopia autenticada a cabeza de nuestra escritura.
Si fue celebrado en instrumento privado, tendremos dos opciones:
a) Todos los firmantes del contrato original firmaran ahora una escritura pblica
donde mencionaran la celebracin del contrato de fideicomiso en instrumento
privado que en original exhiben. Se agrega en original o en fotocopia autenti-
cada a cabeza de la escritura, se transcribe ntegramente el texto, certificando el
notario que es copia fiel de su original, y todos los firmantes rubricaran la escri-
100 Revista del Notariado 925 Adrin C. Comas
Artculo 1015
Libertad de formas. Slo son formales los contratos a los cuales la ley les impone
una forma determinada.
En base a este artculo, el contrato de fideicomiso tiene forma escrita, en tres opcio-
nes: escritura pblica firmada por todos los celebrantes, instrumento privado firma-
do por todos los celebrantes, instrumento privado firmado por todos los celebrantes
que luego se transcribe en una escritura pblica a pedido nicamente del fiduciario
administrador como requirente.
Artculo 1016
Modificaciones al contrato. La formalidad exigida para la celebracin del contrato
rige tambin para las modificaciones ulteriores que le sean introducidas, excep-
to que ellas versen solamente sobre estipulaciones accesorias o secundarias, o que
exista disposicin legal en contrario.
Artculo 1017
Escritura pblica. Deben ser otorgados por escritura pblica: []
c) Todos los actos que sean accesorios de otros contratos otorgados en escritura
pblica.
d) Los dems contratos que, por acuerdo de partes o disposicin de la ley, deben
ser otorgados en escritura pblica.
102 Revista del Notariado 925 Adrin C. Comas
Artculo 1018
Otorgamiento pendiente del instrumento. El otorgamiento pendiente de un ins-
trumento previsto constituye una obligacin de hacer si el futuro contrato no re-
quiere una forma bajo sancin de nulidad. Si la parte condenada a otorgarlo es re-
misa, el juez lo hace en su representacin, siempre que las contraprestaciones estn
cumplidas, o sea, asegurado su cumplimiento.
En este caso, si el contrato de fideicomiso fue celebrado por todos los celebrantes en
instrumento privado y no se cumpli, como mnimo, con la obligacin legal de la
tercera parte del artculo 1669, queda subsistente por lo tanto la obligacin de la se-
gunda parte de dicho artculo, o sea la promesa de todos los firmantes de otorgar
la escritura pblica. Si alguno de los firmantes lo exige, y los restantes no cumplen
con dicha obligacin, el juez los condenar a otorgarlo, o lo har el juez en definitiva,
en representacin de los condenados a otorgarlo. Pero si ya se haba cumplido con
la disposicin legal de la tercera parte del artculo 1669, como es suficiente para la
ley, no sera ya exigible el cumplir con la opcin de la segunda parte. Si una de las
partes del contrato demanda judicialmente el cumplimiento de la referida obligacin
de hacer a los restantes firmantes, que consistira en que todos otorguen la escritura
pblica (conforme a la segunda opcin del art.1669), y los demandados responden
que ya se cumpli con la obligacin legal que surge de la tercera opcin de dicho
artculo y acompaan la primera copia de la escritura pblica de incorporacin del
inmueble en la que, a requerimiento del fiduciario administrador, se transcribi el
texto del referido contrato de fideicomiso celebrado en instrumento privado, no da-
ra el juez por cumplida la obligacin legal, por acreditarse en una escritura pblica
que se cumpli la misma en la tercera de las opciones permitidas?
Artculo 1618
Forma. La cesin debe hacerse por escrito []
Deben otorgarse por escritura pblica: []
c) La cesin de derechos derivados de un acto instrumentado por escritura p
blica.
fideicomiso
El fideicomisoinmobiliario
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susformas
formasdedecelebracin
celebracin Doctrina 103
Si se opt por la forma de celebracin de la tercera parte del artculo 1669 (instru-
mento privado transcripto en una escritura pblica por el administrador fiducia-
rio), la posterior cesin de derechos derivados del instrumento privado simplemente
transcripto en una escritura pblica (que es la cesin de posicin contractual en el
fideicomiso) puede tambin celebrarse en instrumento privado. No es obligatoria la
escritura pblica, ya que no seran estrictamente derechos derivados de un acto ins-
trumentado por escritura pblica porque en el caso de marras no fue instrumentado
por todos los celebrantes, sino solo protocolizado a requerimiento del fiduciario.
Que las posteriores cesiones de posicin contractual que celebraran los fidu-
ciantes adherentes originales a favor de terceros, en forma onerosa o gratuita,
deban ser celebradas tambin en instrumento privado (pactando si seran con o
sin firmas certificadas), con firma del fiduciario, notificndose (y eventualmente
con su conformidad si haba prestaciones pendientes de cumplimiento por el
fiduciante adherente cedente).
Que las caractersticas del emprendimiento edilicio, la calidad de los materiales,
los plazos constructivos, etc., surgiran de los pertinentes anexos que suscribira
oportunamente el fiduciario, tambin por instrumentos privados (con o sin fir-
ma certificada).
Que se celebraran en escritura pblica las posteriores modificaciones contrac-
tuales al fideicomiso, la sustitucin del fiduciario y la extincin del contrato de
fideicomiso luego del cumplimiento de la manda.
Como la manda es la construccin de un emprendimiento edilicio, al firmar-
se el contrato de fideicomiso no se conoce an quines van a ser los inversores que,
como fiduciantes/beneficiarios, se comprometern oportunamente a realizar aportes
de dinero efectivo en los plazos necesarios para el desarrollo de la obra y que, como
contraprestacin, recibirn determinada cantidad de metros cuadrados una vez fina-
lizada la obra y, si se estuviere previsto afectarlo al rgimen de propiedad horizontal,
recibirn la unidad funcional y complementaria que se pacte. Por lo tanto, resuel-
ven expresamente que dicha adhesin posterior al contrato de fideicomiso y a sus
clusulas (sin posibilidad de cambiarlas, por ser solo de adhesin, pero estipulando
expresamente los montos, plazos y la identificacin de lo que recibirn) se celebrara
con cada nuevo inversor en instrumentos privados, no siendo necesario formalizarlo
en escritura pblica. De esta manera, en la escritura pblica del contrato de fidei-
comiso constan expresamente los datos que permiten la individualizacin futura de
cada beneficiario, tal como exige el artculo 1671 CCCN (p.ej.: cada fiduciante bene-
ficiario surgir de cada instrumento privado de adhesin que oportunamente suscri-
ba el fiduciario con cada fiduciante adherente beneficiario y de cada posterior instru-
mento privado de cesin de posicin contractual que haga cada uno de ellos como
cedente, a favor de un tercero cesionario).
Si nos encontramos con una escritura pblica de celebracin del contrato de fi-
deicomiso en dichos trminos, veremos que las partes optaron voluntariamente, den-
tro de la libertad de formas del artculo 1015 CCCN y las tres opciones referidas del
artculo 1669, por la primera opcin, escritura pblica, cuando podran haber op-
tado por la tercera (siendo suficiente el instrumento privado que luego el fiduciario
transcribe unilateralmente en la posterior escritura pblica de incorporacin del in-
mueble). Por lo tanto, la opcin de firmar la escritura pblica fue solo por acuerdo
de partes y no por una obligacin legal.
En ejercicio de dicha libertad de formas, expresamente pactaron, conforme al
artculo 1016 CCCN, qu modificaciones ulteriores que le fueran introducidas al
contrato de fideicomiso deban ser celebradas tambin en escritura pblica y cules
fideicomiso
El fideicomisoinmobiliario
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celebracin Doctrina 105
por una cuestin de celeridad, costo y practicidad, por la enorme cantidad de docu-
mentacin a suscribir (los anexos de caractersticas de la construccin, cada uno de
los contratos de adhesin en el que se identifica a cada fiduciante adherente al fidei-
comiso con el detalle de su prestacin, forma, plazos y el detalle de la contrapresta-
cin que recibira como beneficiario, adems de las posteriores cesiones que hicieran
cada uno de los fiduciantes beneficiarios) deban ser celebradas solamente por ins-
trumento privado, por estar mencionada claramente la forma de identificarlos en la
escritura pblica y por considerar expresa y claramente las partes que cada posterior
identificacin concreta de fiduciante beneficiario se trata de las estipulaciones acce-
sorias o secundarias que establece el artculo 1016 in fine y que pueden celebrarse
por instrumento privado, sin necesidad de celebrarse en escritura pblica. Esto tam-
bin se vincula con los artculos 1017, inciso d, y 1618, inciso c, del CCCN.
Por todo lo expuesto, teniendo dicha libertad de formas, las partes pueden deci-
dir libremente que el contrato de fideicomiso se celebre en escritura pblica; lo mis-
mo sus modificaciones. Y, como no es por una obligacin legal, tambin pueden ex-
presamente decidir que los simples convenios de adhesin y la cesin de los mismos
se celebren en instrumento privado.
7.Colofn
La normativa legal es nueva (el CCCN entr en vigencia el 1 de agosto de 2015), por
lo que recin empiezan a emitirse las resoluciones administrativas de cada organis-
mo registral o fiscal. An no tenemos claro si habr pronto nuevas disposiciones que
aclaren o reglamenten el CCCN. Por lo tanto, es nuestro deber como notarios ope-
fideicomiso
El fideicomisoinmobiliario
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susformas
formasdedecelebracin
celebracin Doctrina 107
radores del derecho intentar aclarar y establecer los primeros rumbos a seguir y las
formas que debemos dar a la celebracin de los contratos dentro de las opciones que
establecen las disposiciones legales, especialmente teniendo en cuenta la realidad del
mercado y el gran uso que hacen los restantes operadores del derecho de los con-
tratos de fideicomisos de construccin, en los que, proyectando enormes emprendi-
mientos, se redacta primero un contrato de fideicomiso con enorme cantidad de ar
tculos y, luego de suscripto, se formalizan durante el desarrollo del emprendimiento
cientos de convenios de adhesin, uno por cada unidad a adjudicar. All solo se de-
tallan los datos del inversor como fiduciante beneficiario, el monto y los plazos de
sus aportes de dinero y la unidad prometida como su futura contraprestacin, siendo
cada convenio una simple adhesin y remisin al contrato de fideicomiso original,
pero que en nada lo modifica.
En base a la nueva normativa, el contrato de fideicomiso se formalizar en es-
critura pblica, pero que tambin se otorguen en escritura pblica los cientos de
contratos de adhesin a dicho contrato base, con sus posteriores complementos, mo-
dificaciones por cambio en las condiciones econmicas del pas y su reflejo en el em-
prendimiento constructivo, recibos de pago parciales o finales, etc., es una opcin no
muy aceptable para los emprendedores, los desarrolladores, los fiduciarios y los ope-
radores del derecho no notariales. Sera una utopa notarial que todo se formalizara
en escritura pblica y, aunque en el futuro se pueda opinar doctrinariamente que la
normativa obliga a otorgar todo en escritura pblica, la realidad econmica impli-
cara un eventual desuetudo. Adems, si los jueces convalidaran la opinin de que
todo se tiene que formalizar en escritura pblica, esto generara que los emprendedo-
res desistieran de utilizar este instituto en el futuro, por haber perdido su celeridad y
practicidad para la suscripcin de los cientos de contratos de adhesin.
8.Bibliografa
Acquarone, Mara T.y otros, Fideicomisos al costo, Buenos Aires, Bienes Races,
2011.
Capurro, Vanina L., Etchegaray, Natalio P. y Vzquez, Mara C., Fideicomiso. Tc-
nica y prctica documental, Buenos Aires, Astrea, 2008.
Clusellas, Eduardo G. (coord.), Cdigo Civil y Comercial. Comentado, anotado y
concordado. Modelos de redaccin sugeridos, t.6, Buenos Aires, Astrea-FEN, 2015.
DAlessio, Carlos M. (dir.), Teora y tcnica de los contratos, instrumentos pblicos y
privados, t.1, Buenos Aires, Thomson Reuters-La Ley, 2015.
Lorenzetti, Ricardo L. (dir.), Cdigo Civil y Comercial de la Nacin comentado, t.8,
Buenos Aires, Rubinzal-Culzoni, 2015.
Sierz, Susana V., Nuevo Cdigo Civil unificado. Doctrina y modelos. Instrumentos p-
blicos y privados, Buenos Aires, Di Lalla, 2015.
Doctrina
Oscar J. Garca Ra
Alicia M. Trezza
resumen
1.Presente
Artculo 106: Tutor designado por los padres. Cualquiera de los padres que no se
encuentre privado o suspendido del ejercicio de la responsabilidad parental puede
1. Zannoni, Eduardo A., Derecho civil. Derecho de las sucesiones, t.2, Buenos Aires, Astrea, 2008, p.20.
110 Revista del Notariado 925 Oscar J. Garca Ra y Alicia M. Trezza
nombrar tutor o tutores a sus hijos menores de edad, sea por testamento o por es-
critura pblica. Esta designacin debe ser aprobada judicialmente
2.Antecedentes
2.1.Internacionales
a) Organizacin: Espaa fue el primer pas que cont con un RAUV, creado por
Real Decreto del 14 de noviembre de 1885.
b) Autoridad o ente a cargo: se lleva en la Direccin General de los Registros y del
Notariado y est a cargo de uno de los funcionarios tcnicos, que cuenta con
los auxiliares necesarios. En cada decanato de los colegios notariales de Espaa
Registro de Actos de ltima Voluntad Doctrina 111
continental e insular se llevan registros particulares que transmiten los datos re-
cibidos al Registro General, con sede en Madrid, segn expresa Bollini2.
c) Documentos que se inscriben:
testamentos abiertos;
actos de protocolizacin de los cerrados y olgrafos y sus revocaciones;
donaciones para despus de la muerte o donaciones mortis causa y todo acto
de ltima voluntad autorizado por escribanos, curas prrocos y los agentes
diplomticos y consulares de Espaa en el extranjero;
testamentos olgrafos (si los otorgantes lo desean y hacen constar su volun-
tad por medio de acta notarial);
protocolizaciones de testamentos abiertos y olgrafos otorgados sin autoriza-
cin notarial;
testamentos militares y los otorgados en viajes martimos;
ejecutorias de sentencias judiciales que afecten la validez de actos de ltima
voluntad.
d) A quines se pueden expedir informes de los actos registrados?:
a jueces u otra autoridad (deben expresar el motivo del pedido de informe);
al testador o disponente (por s o por apoderado).
Se establece el secreto profesional o reserva absoluta respecto de las disposicio-
nes testamentarias, bajo la responsabilidad de las personas destinadas al servicio.
e) Cmo se garantiza que el juez de la sucesin ab intestato conocer el acto de lti-
ma voluntad, para tenerlo en cuenta en la declaratoria de herederos?: La regla de
oro del sistema es garantizar que el juez de la sucesin del disponente tenga co-
nocimiento del acto de ltima voluntad, porque si el aquel dispone la declarato-
ria ignorando cuanto disponga el testamento, habra que anularla en la medida
en que la afecte el acto de disposicin, con el consiguiente dispendio de activi-
dad jurisdiccional y la enorme lesin para los derechos de los particulares. Por
ello, el sistema de registracin espaol establece que: i) para obtener declarato-
ria de herederos, es menester presentarle al juez el informe del Registro acerca
de la existencia de testamentos; ii) los escribanos espaoles, para autorizar un
acto de adjudicacin de bienes en virtud de testamento, deben exigir certifica-
cin registral en cuanto a los testamentos existentes del causante.
2. Don Jorge Alberto Bollini, escribano de tan destacada actuacin en este tema y al que aqu rendimos emo-
cionado y merecido tributo.
3. [N.del E.: consultar la Acordada 3149 aqu {ver p. 12 del documento}].
112 Revista del Notariado 925 Oscar J. Garca Ra y Alicia M. Trezza
reglament el derecho que debe cobrar el Registro por los certificados de disposicio-
nes de ltima voluntad.
Debe advertirse que en un gran pas, como el vecino Uruguay, con sistema
constitucional de divisin de poderes similar al nuestro, el rgano mximo del Poder
Judicial cre, organiz y reglament el Registro durante medio siglo, sin interven-
cin alguna del Poder Legislativo ni del Ejecutivo. Ello se debe a la incidencia que
tiene la aparicin tarda del testamento en el proceso sucesorio ab intestato, nulifi-
cndolo, con el consiguiente dispendio de actividad jurisdiccional y la importancia
que tiene para la regulacin de los derechos individuales la preservacin y conoci-
miento de la voluntad del testador tras su muerte. La acordada reguladora de la ac-
tividad de los tribunales, en ejercicio del poder de superintendencia sobre ellos, era
el medio adecuado ante la mora del Poder Legislativo para crear y regular el Registro
de Testamentos.
2.2.Nacionales
rrado a presentarlo al juez del ltimo domicilio del testador. Sin duda, era la costum-
bre de la poca que fuera el notario el depositario de la ltima voluntad, cualquiera
fuera la forma que asumiera. Hoy esa costumbre sigue vigente. Es siempre posible
el cumplimiento de la norma? Sin lugar a dudas, no.
Con la creciente movilidad geogrfica que tienen nuestros grupos poblaciona-
les, frecuentemente se nos hace imposible, al producirse un fallecimiento, saber dn-
de se encuentra el testador, dnde las eventuales personas interesadas y, aun, conocer
este hecho. Seguramente, el celo y la prudencia del notario evitaron que esta nor-
ma fuera semillero de pleitos. As, los fedatarios hicieron gala del cumplimiento de
la norma consuetudinaria que exige que el notario tenga ciencia, pero mucho ms
conciencia. Mas no cabe duda de que este sistema implica un gran riesgo de que la
voluntad del testador no logre efectividad y es menester establecer un sistema regis-
tral que la procure. Como seala Machado, es una obligacin difcil de llenar y ex-
pone a los escribanos a pleitos, sin darles los medios de cumplirla librndose de ello.
Veremos qu se puede hacer para darle al escribano los medios de cumplirla.
Enviar al Colegio una ficha por cada testamento que autorice o que reciba como
depositario o por revocatoria del mismo [] a los efectos de que el Colegio forme
con ellos el Registro de Testamentos. [Art.43, inc.h]
Asimismo, todo escribano deba cumplir con esta obligacin en el trmino de trein-
tadas; si no lo hace, es pasible de sancin disciplinaria (arts.54 y ss., especialmente
el 59).
b) A quines se puede expedir informes?:
jueces, tribunales u otras autoridades competentes;
otorgantes o representantes con poder suficiente;
letrados u otras personas que acrediten fehacientemente el fallecimiento del
testador y siempre que hubiesen pasado los nueve das de llanto y duelo
desde la fecha de la defuncin.
c) Cmo se garantiza que el juez del sucesorio tome conocimiento del testamento?:
El rgimen registral testamentario de la Ley 3611 no dispona nada al efecto y
el sistema era imperfecto, en la medida en que el juez de la sucesin ab intesta-
to poda dictar declaratoria de herederos ignorando el testamento. Pero la Ley
Vale decir que, tras esta reforma, el sistema registral testamentario bonaerense co-
menz cumple con lo que llamamos regla de oro al ocuparnos del sistema espaol:
garantizar que el juez de la sucesin del disponente tenga conocimiento de su acto de
ltima voluntad.
Producida la apertura de un juicio sucesorio y antes del dictado del auto que orde-
ne la misma, los jueces y tribunales debern solicitar un informe o certificacin al
Registro de Actos de ltima Voluntad a fin de comprobar la existencia de instru-
mentos inscriptos en el mismo a nombre del causante.
5. Fruto de la inspiracin del emrito escribano Jorge Alberto Bollini, quien tanto hizo en la materia.
Registro de Actos de ltima Voluntad Doctrina 115
En realidad nada se cre, pues no se pueda crear lo ya existente: la Ley 404 le confie-
re estatus legal especfico, su creacin estaba implcitamente dentro de las facultades
que la Ley 12990 le haba conferido al Colegio. Sin embargo, el sistema podra cum-
plir a la perfeccin su cometido mediante la obligatoriedad de solicitar informe al
Registro sobre la existencia o no de actos de ltima voluntad, al iniciarse el sucesorio.
3.1. El problema
Quienes normalmente inician la sucesin del causante son el/la cnyuge y los hijos.
Ellos, aunque conozcan la existencia del testamento, no tendrn ningn inters en
denunciarlo ante el juez del sucesorio, porque en la ignorancia de tal acto la porcin
legtima se ver acrecida por la porcin reservada para testar. As, la nica solucin
y, como dijramos, regla de oro del sistema ser modificar el Cdigo Procesal de
tal modo que al inicio del sucesorio sea obligatorio pedir informe sobre la existencia
de testamento al RAUV. Entonces, el primer paso necesario para poner a la Capital
Federal en similares condiciones que las provincias es la modificacin del Cdigo
de Procedimientos Civil y Comercial de la Capital, en el sentido que proponemos a
continuacin.
116 Revista del Notariado 925 Oscar J. Garca Ra y Alicia M. Trezza
Buenos Aires
CONSIDERANDO:
Que hace a la seguridad jurdica que, al iniciarse todo proceso sucesorio en la
jurisdiccin de la Capital Federal, sea obligatorio agregar informe relativo a la
existencia o no de actos de ltima voluntad del causante en el Registro de Actos
de ltima Voluntad del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires,
registro que toma razn de testamentos por acto pblico, cerrados, especiales,
olgrafos, protocolizaciones, revocaciones, sentencias que hagan a la validez de
tales actos.
Que esta ley brindar mayor certeza a los procedimientos y a los derechos en
juego, en la medida en que, desde el inicio, se encausar el juicio por los carri-
les procesales que correspondan.
Por ello, el Senado y la Cmara de Diputados de la Nacin Argentina sancio-
nan con fuerza de LEY:
Artculo 1: Modifcase el Cdigo Procesal Civil y Comercial de la Nacin de
modo que el artculo 689 quede redactado de la forma que a continuacin se
indica:
PARTE ESPECIAL
Libro Quinto
Ttulo nico - PROCESO SUCESORIO
Captulo I - DISPOSICIONES GENERALES
Mara L. Lembo
resumen
* Versin revisada y corregida del trabajo homnimo presentado por la autora en la XXXII Jornada Notarial
Argentina (Buenos Aires, 24-26 agosto 2016), especial para su publicacin en la Revista del Notariado. Asimis-
mo, se le han incluido desde la redaccin hipervnculos a textos legales, jurisprudencia, doctrina e informa-
cin de utilidad.
118 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
1. Consideraciones generales
2. Regulacin legal
En este contexto, y especialmente en cuanto tema que nos aborda, se ha logrado im-
plementar en nuestro pas la regulacin legal de las prcticas mdicas de reproduc-
cin humana asistida (TRHA). Para ello, se ha tenido en cuenta primordialmente el
derecho de toda persona a la paternidad o maternidad y a formar una familia, en
ntima conexin con los derechos a la salud (reconocido por nuestra Constitucin
Nacional y los tratados internacionales de rango constitucional [art.75, inc.22]), a la
dignidad, a la libertad y a la igualdad de toda persona humana (de conformidad con
la Constitucin Nacional y los fundamentos y principios del derecho internacional
de los derechos humanos). As, se ha trado una solucin integral a todas aquellas
personas que no tienen acceso a la concepcin de manera natural.
1. Gonzlez, Mariana E., La filiacin biolgica o por naturaleza en el Cdigo Civil y Comercial. Las TRHA
como una tercera fuente filial, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, supl. esp. Nuevo Cdigo Civil y Comercial
de la Nacin. Familia: Filiacin y Responsabilidad Parental, 20/5/2015, p.27 (t.2015-C), cita online AR/
DOC/1296/2015.
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 119
Las tcnicas de reproduccin humana asistida han sido incorporadas al Cdigo Civil
y Comercial de la Nacin Argentina (CCCN) como fuente de filiacin, con funda-
mento en el principio de la voluntad procreacional y su exteriorizacin a travs del
consentimiento informado.
Antes de abocarnos a ello, es pertinente tener en cuenta que nos hallamos fren-
te a derechos de carcter personalsimo, que son condicin natural del ser humano
por ser tal, sin tener en cuenta sus caractersticas o condiciones. Los derechos per-
sonalsimos tienen aspectos que los hacen nicos frente a los dems derechos. Son
esenciales, innatos, inalienables, imprescriptibles y de contenido extra-patrimonial,
es decir, su rbita se ubica fuera del comercio. Son derechos de objeto interior, es de-
cir, sujeto y objeto del derecho confluyen en un mismo ente.5 Los denominados de-
rechos de la personalidad o personalsimos han sido consagrados y fundamentados a
travs de normas de carcter internacional, como la Declaracin Universal de Dere-
chos Humanos (1948) y la Convencin Americana de Derechos Humanos (Pacto de
San Jos de Costa Rica) (1969), que posteriormente se tradujeron en tratados, pactos
y convenciones que redondean un verdadero derecho internacional tuitivo de los de-
rechos de la personalidad que obligando a los adherentes a adecuar sus legislaciones
locales a l. La regulacin integral y sistemtica en dicha materia ha sido finalmente
incorporada al CCCN, generando un gran acierto, ya que esta incorporacin ha sido
reclamada por la doctrina argentina y fundamentada con slidos antecedentes en el
derecho comparado.6
A modo de introduccin, es necesario hacer una breve resea de uno de los derechos
personalsimos que se encuentra vertebralmente involucrado con el tema que nos
4. Herrera, Marisa, Kemelmajer de Carlucci, Ada y Lamm, Eleonora, Ampliando el campo del derecho
filial en el derecho argentino. Texto y contexto de las tcnicas de reproduccin humana asistida [online], en
Revista Derecho Privado, Buenos Aires, Infojus-SAIJ [Sistema Argentino de Informacin Jurdica - Ministerio
de Justicia de la Nacin], N 1, ao 1, 2012, id. SAIJ: DACF120032.
5. Saltzer, Anderson, Acerca de la regulacin de los derechos personalsimos en el proyecto de unificacin
del Cdigo Civil y Comercial [online], en Revista Derecho Privado, Buenos Aires, Infojus-SAIJ [Sistema Ar-
gentino de Informacin Jurdica - Ministerio de Justicia de la Nacin], N 2, ao 1, id. SAIJ: DACF120177.
6. Rivera, Julio C., Derechos y actos personalsimos en el proyecto de Cdigo Civil y Comercial, en Revista
Pensar Derecho, Buenos Aires, EUDEBA, ao 1, N 0, p.145.
7. Saltzer, Anderson, ob.cit. (cfr. nota 5).
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 121
Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo humano o sus
partes no tienen un valor comercial, sino afectivo, teraputico, cientfico, huma-
nitario o social y slo pueden ser disponibles por su titular siempre que se respete
alguno de esos valores y segn lo dispongan las leyes especiales.
la existencia de una relacin sexual entre dos personas de distinto sexo. Por el
contrario, las prcticas de reproduccin humana asistida carecen de este elemento,
y esto no es un dato menor, todo lo contrario, determinante. As, las normas que
regulan la filiacin biolgica o por naturaleza no siempre resultaran aplicables a
la filiacin que surge por la intervencin de la ciencia para que una persona pueda
nacer. Tampoco seran aplicables las reglas de la adopcin, ya que los nios naci-
dos de TRHA no han pasado por situaciones de vulnerabilidad, razn por la cual
8. Gonzlez Magaa, Ignacio, [comentario al art.558], en Medina, Graciela y Rivera, Julio C. (dirs.), Esper,
Mariano (coord.), Cdigo Civil y Comercial de la Nacin comentado, t.2, Buenos Aires, La Ley, 2014, p.336.
122 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
deban ser criados por una familia distinta a la de origen; al contrario, han sido tan
deseados que se animaron a someterse a un tratamiento mdico para poder tener
un hijo, ms all de que en ambos casos la voluntad sea un elemento central. Las
TRHA observan tantas especificidades que requieren un rgimen jurdico propio.9
En consonancia con ello, el Cdigo de Vlez reconoca dos fuentes de filiacin: a) por
naturaleza, a travs del hecho biolgico de la procreacin; b) por va legal, a travs
del instituto de la adopcin.
Los principios generales de la filiacin por naturaleza se mantienen prctica-
mente inalterables, mientras que la filiacin determinada por TRHA implica un cam-
bio de paradigma radical respecto del modo en que tradicionalmente se han estable-
cido las relaciones filiales en nuestro sistema normativo, ya que tiene su fundamento
en un acto derivado de la ciencia mdica y, como consecuencia de ello, en el elemen-
to volitivo, con independencia de quin ha aportado el material gentico. El CCCN
lo incorpora en el artculo 558: la filiacin puede tener lugar por naturaleza, me-
diante tcnicas de reproduccin humana asistida, o por adopcin. De esta manera,
da lugar al nacimiento de la triloga, otorgndole los mismos efectos:
La filiacin por adopcin plena, por naturaleza o por tcnicas de reproduccin hu-
mana asistida, matrimonial y extramatrimonial, surten los mismos efectos, con-
forme a las disposiciones de este Cdigo. Ninguna persona puede tener ms de
dos vnculos filiales, cualquiera sea la naturaleza de la filiacin.
Es necesario determinar el lmite a la cantidad de vnculos filiales dado que, como re-
sultado de estas tcnicas de reproduccin, si se permitiera la confluencia de aspectos
genticos y volitivos, podran generarse ms de dos vnculos filiales.
Por otro lado, se protege la integridad del nio al no permitirse constancia algu-
na en la partida de nacimiento de las prcticas de TRHA para lograr su concepcin.
Especialmente, en relacin con el certificado de nacimiento, el artculo 559 dice:
El Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas slo debe expedir certi-
ficados de nacimiento que sean redactados en forma tal que de ellos no resulte si
la persona ha nacido o no durante el matrimonio, por tcnicas de reproduccin
humana asistida, o ha sido adoptada.
Ello en consonancia con los trminos de la Ley 26618, con el fin de evitar en la ins-
cripcin de nios/as cuyos progenitores resulten ser del mismo sexo la adicin de
constancias lesivas o discriminatorias, sin establecer diferencias ni referencias a la
orientacin sexual de sus progenitores/as, generando as un proceso de identificacin
y no discriminacin, conforme al principio de igualdad.
9. Herrera, Marisa, La lgica del Cdigo Civil y Comercial de la Nacin en materia de familia. Reformar
para transformar [online], en Infojus-Saij [Sistema Argentino de Informacin Jurdica], 29/12/2014, id. SAIJ:
DACF140902.
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 123
4.Consentimiento
10. Ver De la Torre, Natalia y otros, Aspectos ticos y jurdicos, en AA.VV., Recomendaciones y guas para
la implementacin de un programa integral de tcnicas de reproduccin humana asistida en el sistema de sa-
lud argentino de la Comisin Asesora Tcnicas de Reproduccin Humana Asistida [online], Buenos Aires, [s.e.],
pp.17-40.
124 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
11. Gonzlez Magaa, Ignacio, [comentario al art.562], en Medina, Graciela y Rivera, Julio C. (dirs.), Es-
per, Mariano (coord.), ob.cit. (cfr. nota 8), p.349.
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 125
la Ley 26529 de Derechos del Paciente en su Relacin con los Profesionales e Institu-
ciones de la Salud. Por otra parte, el artculo 3 del citado decreto indica que: El con-
sentimiento y su revocacin debern ser certificados en cada caso por la autoridad de
aplicacin, fijada por la ley especial en cabeza del Ministerio de Salud de la Nacin y
la Superintendencia de Seguros de Salud, quienes podrn coordinar con las autorida-
des sanitarias provinciales y de la Ciudad de Buenos Aires el desarrollo y aprobacin
de las normas de habilitacin categorizante de los servicios de reproduccin humana
asistida.
En referencia a la instrumentacin del documento que contiene el consenti-
miento informado, vamos a considerar los siguientes puntos:
El vnculo filial deriva de un acto voluntario y lcito; por lo tanto, el consenti-
miento otorgado para someterse a las TRHA debe ser prestado por analoga al
principio general contenido en los artculos 259, 260 y 285 del CCCN.
La concrecin del documento quedar determinada no solo antes del nacimien-
to sino antes de la concepcin.
El documento emanado de el/los solicitante/s de las TRHA genera un vnculo fi-
lial indestructible e irrevocable. En efecto es el elemento prueba de la filiacin.12
Debe ser recabado por el centro de salud interviniente, protocolizado por escri-
bano pblico o certificado por la autoridad sanitaria correspondiente.
Dichas aseveraciones, que marcan la vital importancia del documento-consenti-
miento, nos obligan a gestionar los siguientes cuestionamientos.
En primera instancia, podr la institucin sanitaria evaluar los extremos reque-
ridos y cumplir con todos los requisitos necesarios para que el documento emana-
do sea vlido y eficaz? A qu hechos hace referencia la certificacin emitida por la
autoridad sanitaria?, a la declaracin de la/s parte/s?, a la capacidad de la persona
al momento del otorgamiento?, a que el documento fue otorgado en un mbito de
libertad, sin coercin alguna?
En segunda instancia, la validez del documento es actual, pero su eficacia ser
desplazada en el tiempo al momento de su utilizacin, ligada al supuesto del naci-
miento del nio, momento en el cual se deber inscribir en el Registro Nacional de
las Personas para obtener el vnculo filial. Si este es otorgado mediante un documen-
to privado, qu pasar si el documento primigenio se extrava, o se produce algn
error en la fecha de otorgamiento o en los datos de el/los otorgante/s? El notario,
como operador del derecho, debe actuar con la responsabilidad que su quehacer no-
tarial requiere y, de manera integral, generar un medio de prueba absoluta e irrefuta-
ble que sea plenamente vlido para producir un vnculo jurdico tan relevante como
lo es la filiacin. Si dicho consentimiento debe ser protocolizado por ante escribano
pblico, bien podra ser otorgado por medio de escritura pblica. Dicha afirmacin
nos llevara a dar solucin a varios de los cuestionamientos efectuados.
12.Ibdem.
126 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
13. Cosola, Sebastin J., [comentario al art.299], en Medina, Graciela y Rivera, Julio C. (dirs.), Esper, Maria-
no (coord.), Cdigo Civil y Comercial de la Nacin comentado, t.1, Buenos Aires, La Ley, 2014, p.688.
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 127
14. Reviriego, Nicols, [comentario al art.19], en Medina, Graciela y Rivera, Julio C. (dirs.), Esper, Mariano
(coord.), ob.cit. (cfr. nota 13), p.114.
128 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
En el marco del derecho vigente en nuestro pas, debe considerarse excluida la po-
sibilidad de eliminar embriones humanos o su utilizacin con fines comerciales,
industriales o de experimentacin.
Finalmente se dijo:
Ante una eventual reforma del Cdigo Civil, se propicia en torno al comienzo de
la existencia de la persona la redaccin contenida en el punto I de las conclusiones
de mayora.
15. Ver: a) Lamm, Eleonora, El embrin in vitro en el Proyecto de Reforma de Cdigo Civil y Comercial.
Aportes para una regulacin propia de un Estado laico, en Graham, Marisa y Herrera, Marisa (dirs.), Derecho
de las familias, infancia y adolescencia. Una mirada crtica y contempornea [online], Buenos Aires, Infojus-
SAIJ [Sistema Argentino de Informacin Jurdica - Ministerio de Justicia de la Nacin], 2014, pp.413-445; b)
Kemelmajer de Carlucci, Ada, Procreacin asistida, en Derecho de Familia. Revista Interdisciplinaria de
Derecho y Jurisprudencia, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 2009-43-95 (ver en Sistema de Informacin Legal de
La Ley-Thomson Reuters, id. AP/DOC/1695/2012); c) De la Torre, Natalia y otros, ob.cit. (cfr. nota 10).
16. CSJN 5/3/2002, Portal de Beln - Asociacin Civil sin Fines de Lucro c/ Ministerio de Salud y Accin So-
cial de la Nacin s/ Amparo (Fallos, t.325, v.1, pp.292-309). [N.del E.: ver aqu]).
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 129
Por otro lado, es claro que el CCCN regula los efectos filiatorios de las tcnicas de
fecundacin artificial estableciendo la voluntad procreacional como criterio rector, lo
que constituye un giro individualista.18
Uno de los argumentos presentados por la corriente opuesta, que se ha transfor-
mado en la columna vertebral del planteo de la cuestin, est dado por un importan-
te precedente jurisprudencial, dictaminado por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH) en Artavia Murillo (2012).19 En este caso, los derechos humanos
involucrados sobre los cuales la propia CIDH ahonda son
En referencia a los embriones preimplantados, la CIDH entiende que ello debe ser
interpretado de manera dinmica y, en ese sentido, destaca que a la luz de las pruebas
rendidas en el proceso, surge que el descarte embrionario ocurre tanto en embarazos
17. Ejemplo de defensa de esta teora es el proyecto de Ley de Fertilizacin Humana Asistida elaborado por
la diputada Ivana Mara Bianchi (expediente N 3671-D-2012, publicado en Trmite Parlamentario, N 62,
5/6/2012), en donde se entiende por embrin al vulo humano fecundado por el espermatozoide humano
dentro o fuera del seno materno, y, por lo tanto, sujeto de derechos desde la concepcin, que se produce en el
momento en que el espermatozoide humano penetra al vulo femenino humano. Como corolario de lo sea-
lado, el embrin tiene derecho a nacer, a la salud, a la integridad fsica, a la identidad y a que se respete su me-
dio ambiente natural y la vida (ver arts.10 y 11). [N.del E.: para acceder al texto del proyecto, ver expediente
2663-D-2010; asimismo, cfr. estado parlamentario del expediente aqu]. Ver tambin al respecto Reviriego,
Nicols, ob.cit. (cfr. nota 14), p.114.
18.Anlisis del nuevo Cdigo Civil y Comercial de la Argentina [online], en la web Centro de Biotica Per-
sona y Familia [http://centrodebioetica.org/], 2014.
19. CIDH, 28/11/2012, Artavia Murillo y otros (Fecundacin in vitro) v/ Costa Rica - Excepciones Prelimi-
nares, Fondo, Reparaciones y Costas (Serie C, N 257. [N.del E.: ficha tcnica, resumen y fallo completo]).]
20. De la Torre, Natalia y otros, ob.cit. (cfr. nota 10), p.18. [N.del E.: a} cfr. datos del fallo de la CIDH en
nota 19; b} ver texto de la Convencin Americana de Derechos Humanos {Ley 23054} aqu].
130 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
Desde el punto de vista mdico, hay que distinguir entre fertilizacin y concep-
cin. La fertilizacin es un paso en el camino de la concepcin. Muchos vulos se
fertilizan pero pocos embarazos son concebidos. El acto de la concepcin o el acto
de concebir el embarazo se presenta con la transferencia del embrin y la poste-
rior implantacin de ese embrin en el tero de la persona dentro del par de das
siguientes y con la prueba de embarazo positiva aproximadamente dos semanas
despus. El acto de concebir, en este caso, se considera como el acto de lograr un
embarazo. En sentido coincidente, en los casos de reproduccin natural, el emba-
razo comienza cuando la prueba de embarazo es positiva, unos diez a catorce das
despus de la concepcin.
[] Prueba de lo expuesto es que slo es posible establecer si se ha producido o
no un embarazo una vez que se ha implantado el vulo fecundado en el tero, al
producirse la hormona denominada gonadotropina corinica, detectable slo en
la mujer que tiene un embrin unido a ella. Antes es imposible determinar si en el
interior del cuerpo ocurri la unin entre el vulo y un espermatozoide, o si esta
unin se perdi antes de la implantacin.23
Cuando se trate de gametos aportados para terceros, transcurridos diez (10) aos
desde el momento en que se haya realizado el aporte [] y no hubiesen sido uti-
22.Ver Lamm, Eleonora, El comienzo de la persona humana en el Cdigo Civil y Comercial [online], en
Nuevo Cdigo Civil y Comercial de la Nacin [portal web], [s.e.], 2015.
23. dem, pp.5-6.
24.Ibdem.
25. Expedientes a) 581-D-2014 y b) 4058-D-2014. [N.del E.: ver datos de los expedientes y textos originales
{a y b}; ver asimismo orden del da N 1003 {dictmenes de las comisiones}, debate parlamentario y pase al
Senado {expediente CD-101/14}].
132 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
Pasaremos seguidamente a analizar el marco legal vigente dentro del contexto bioti-
co en el que resulta necesario encuadrar esta problemtica. A la hora de adentrarnos
en el estudio de los problemas biolgicos, ticos y jurdicos que se plantean respecto
del inicio de la vida humana, se ha partido de la premisa de que vivimos en una so-
ciedad plural, no en una sociedad de cdigo tico nico. Por lo tanto, entendemos
que se puedan dar respuestas distintas, incluso opuestas, a estos problemas;27 ms
an si se tiene en cuenta que, en el orden interno, Argentina es uno de los pases de
Amrica Latina que ms desarrollo cientfico ha logrado en torno a las TRHA.28
Desde el punto de vista mdico, podemos decir que el embrin humano es la
estructura que se desarrolla a partir del zigoto humano, por divisiones sucesivas, que
llegar a diferenciarse en tejidos y rganos. El zigoto humano es la clula fundado-
ra de un organismo, resultado de la fecundacin de un gameto femenino (el ovoci-
to) por un gameto masculino (el espermatozoide). Hacia el da sptimo posterior a
la fecundacin, la blstula est diferenciada en la masa de clulas internas, que dar
lugar al embrin. Al final de la segunda semana, el pre-embrin est implantado, y
26. Diputados dio el primer paso en la regulacin de las tcnicas de reproduccin asistida, en Parlamentario.
com [portal web], 12/11/2014.
27.Cfr. Abel i Fabre, Francesc, y otros Consideraciones sobre el embrin humano, en Biotica & Debat.
Tribuna abierta del Institut Borja de Biotica, Esplugues (Barcelona), Institut Borja de Biotica-Universidad
Ramon Llull, N 57, 2009.
28.Ver Aizenberg, Marisa S., El tratamiento legal y jurisprudencial de las tcnicas de reproduccin humana
asistida en Argentina [online], en Revista Derecho Privado, Buenos Aires, Infojus-SAIJ [Sistema Argentino de
Informacin Jurdica - Ministerio de Justicia de la Nacin], ao 1, N 1, 2012, id. SAIJ: DACF120033.
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 133
Hemos dicho, entonces, que hay diversos criterios relacionales o sociales para deter-
minar la consideracin tica del embrin humano. Desde el punto de vista jurdico,
la proteccin del embrin humano se ha de analizar desde la proteccin de la vida
humana y el reconocimiento que la ley le otorga. De esta interpretacin jurispru-
dencial, se desprende la consideracin de que el embrin humano, desde el inicio de
134 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
formacin del zigoto hasta su implantacin en el tero materno, pasa por diferentes
fases, que pueden darse de forma natural o bien en el laboratorio, en las que la ley le
otorga diferentes grados de proteccin.
Hay suficientes argumentos desde el punto de vista biolgico, tico y jurdico
para afirmar que al embrin humano hay que otorgarle un valor diferenciado, dis-
tinguiendo entre la fase previa a la implantacin y la fase posterior a la implantacin,
que lo hacen ponderable, en uno y otro momento, con otros valores que puedan con-
currir con l. Ello no significa que no se le haya de otorgar proteccin. Una de las
protecciones que se ha dado en torno a esta cuestin es la determinacin de que la
utilizacin de las diferentes TRHA son aplicables solo a aquellas personas que, por
razones de tipo biomdico, no pueden tener hijos de manera natural.
En la fase posterior a la implantacin del embrin (ms all del dcimo cuarto
da), entendemos que hay una vida humana en proceso de desarrollo, con unidad e
individuacin, aunque no siempre con todos los elementos necesarios propios o de-
rivados de su interaccin con la madre para considerarse un ser humano completo.
Esta vida humana, entendemos, es digna de ser protegida con mayor intensidad. Esta
proteccin del embrin, aunque diferida para una ley especial, se desprende del pro-
pio CCCN, en concreto de sus artculos 17 y 57, que impiden la comercializacin y
manipulacin de gametos. En efecto, el artculo 14 del proyecto de ley mencionado
ut supra29 dice que
El CCCN les garantiza a quienes desean tener un hijo mediante TRHA que lo pue-
dan hacer, dndole certeza y seguridad a los vnculos jurdicos. Pero, paralelamente,
los supuestos y las formas en que se posibilita conocer los datos biolgicos no asegu-
ran plenamente el goce de este atributo: se utilizan palabras vagas para determinar
los supuestos en que se entregaran estos datos, como motivos relevantes o rele-
vante para la salud, si bien cabe destacar que significa un gran progreso el reconoci-
miento del derecho a la informacin de quien nace como consecuencia de la utiliza-
cin de TRHA. La Ley 26862 nada dice respecto del derecho a conocer los orgenes
136 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
6. Menores de edad.
Aplicacin de las tcnicas de reproduccin humana asistida
Vase, en lo que a usuarios se refiere, que la primera parte del artculo determina un
aspecto medular: la titularidad del derecho a la procreacin, aludiendo a toda perso-
na mayor de edad.
El artculo 8 in fine dice:
Por su parte, el Decreto reglamentario 1089/2012 avanza sobre estos conceptos y es-
tablece en su artculo 2 que
Los profesionales de la salud deben tener en cuenta la voluntad de los nios, ni-
as y adolescentes sobre esas terapias o procedimientos, segn la competencia y
discernimiento de los menores. En los casos en que de la voluntad expresada por
el menor se genere un conflicto con el o los representantes legales, o entre ellos, el
profesional deber elevar, cuando correspondiere, el caso al comit de tica de la
institucin asistencial o de otra institucin si fuera necesario, para que emita opi-
nin, en un todo de acuerdo con la Ley N 26061.
de madurez suficientes para ello. Se establece una serie de pautas mediante las cua-
les se pretende dar respuesta concreta a este planteo. Veamos, el artculo 26 dispone
que
Se presume que el adolescente entre trece y diecisis aos tiene aptitud para deci-
dir por s respecto de aquellos tratamientos que no resultan invasivos, ni compro-
meten su estado de salud o provocan un riesgo grave en su vida o integridad fsica.
Si se trata de tratamientos invasivos que comprometen su estado de salud o est en
riesgo la integridad o la vida, el adolescente debe prestar su consentimiento con
la asistencia de sus progenitores; el conflicto entre ambos se resuelve teniendo en
cuenta su inters superior, sobre la base de la opinin mdica respecto a las conse-
cuencias de la realizacin o no del acto mdico.
A partir de los diecisis aos el adolescente es considerado como un adulto para
las decisiones atinentes al cuidado de su propio cuerpo.31
31. Ver de mi autora Capacidad para el otorgamiento de directivas mdicas anticipadas (presentado en la
XXXI Jornada Notarial Argentina [Crdoba, agosto 2014]), [s.e.], 2014; y en base a De la Torre, Natalia y
otros, ob.cit. (cfr. nota 10), pp.17-40.
140 Revista del Notariado 925 Mara L. Lembo
apreciarse dinmicamente y ser evaluado en cada caso concreto conforme las cir-
cunstancias particulares del paciente, sus relaciones familiares, la gravedad de la
patologa, su diagnstico y pronstico, el tipo de tratamiento propuesto y las di-
versas alternativas al mismo.32
Posiblemente una de las situaciones ms difciles en pediatra es la definicin del
menor maduro en el cual a pesar de no tener la mayora de edad cumple con los
requerimientos de competencia, voluntad y capacidad de entender la informacin
para consentir o no. La madurez y autonoma pueden ser variables segn la es-
tructura social y familiar.33
8.Conclusin
La finalidad del presente trabajo no es dar respuestas concretas a los diversos interro-
gantes que plantea el tema abordado ni tampoco llegar a una verdad absoluta respec-
to de dichos cuestionamientos. Por el contrario, pretende incorporar un nuevo desa-
fo al notariado y contribuir al dilogo social, aportando elementos de reflexin que
ayuden a encontrar, entre todas las partes, respuestas razonables, prudentes y acepta-
bles que puedan ser aplicables para una amplia mayora de la sociedad.
9.Bibliografa
32. Ciruzzi, Mara S., El proceso de toma de decisiones mdicas en pediatra. El rol del paciente, en Biotica
Clnica [portal web], 2010 (trabajo presentado en las XIV Jornadas Argentinas y Latinoamericanas de Bioti-
caBiotica y salud pblica en el siglo XXI [Tandil, 2010]).
33. Gmez Crdoba, Ana I., Dimensiones del consentimiento informado en pediatra, en Fascculos CCAP
(Curso Continuo de Actualizacin en Pediatra), Bogot, Programa de Educacin Continua en Pediatra
(Precop)-Sociedad Colombiana de Pediatra, vol.5, N 4, 2006, pp.35-46.
tcnicas de reproduccin humana asistida
Las asistida Doctrina 141
resumen
* Basado en El colapso del dogma mater semper certa est frente a la voluntad procreacional. Una nueva in-
cumbencia notarial, trabajo presentado por el autor en la XXXII Jornada Notarial Argentina (Buenos Aires,
24-26 agosto 2016) y distinguido por el jurado de la Jornada con un accsit.La presente versin ha sido re-
visada y actualizada por el autor para su publicacin en la Revista del Notariado. Asimismo, se han incluido
hipervnculos a textos legales, jurisprudencia, doctrina e informacin de utilidad.
1. Vela Snchez, Antonio J., La maternidad subrogada. Estudio ante un reto normativo, Albolote, Comares,
2012.
144 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
Abreviaturas utilizadas
1.Introduccin
Ros de tinta han corrido sobre esta controvertida y polmica temtica. En un afn
por evitar reiteraciones, daremos por supuestos algunos aspectos tericos y partire-
mos de la base de que la GS reviste una realidad insoslayable que se abre camino muy
a pesar de sus detractores y las tensiones que genera. Una simple definicin indica
que se trata de una TRHA en la cual una mujer gestante conviene con otra persona
o pareja comitente o comitentes en llevar adelante un embarazo de un embrin
concebido in vitro, que se entrega una vez nacido a quienes expresaron su intencin
de ser padres y con el fin de que el o los nacidos tengan solo y exclusivamente vncu
lo jurdico con los comitentes.
El derecho a constituir una familia y el lcito anhelo de ser padres colisionan con
hiptesis de conflictos frente a las cuales el desafo radica en elaborar soluciones que
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 145
aporten con imaginacin y coraje una chispa de esperanza en un asunto de alta sen-
sibilidad. Afrontar en un contexto cambiante, de constante evolucin social, respues-
tas apropiadas y rpidas nos lleva a instalar el debate para aportar a nuestra profesin
una arista humana e innovadora, sin temores y reconociendo las diferencias en fun-
cin de ser progresivamente un tanto ms tolerantes.
Centraremos el anlisis en las pautas que consideramos primordiales en la ela-
boracin del convenio por documento notarial para plasmar los derechos y obliga-
ciones de los actores involucrados. Estimamos oportuno pasar revista de manera sin-
ttica a ciertos factores y conceptos que apoyan la redaccin y asesoramiento legal
del acuerdo privado que fusiona la voluntad procreacional con los postulados legales
moldeados por la autonoma y libertad de los requirentes. Destacamos que este re-
curso es posible en el mientras tanto, puesto que es deseable que una normativa es-
pecfica se dicte para reglamentar los vacos legales que en forma de abstencin pero
con integraciones paralelas veremos que admiten la aplicacin de la manifestacin de
la VP y el acuerdo de GS.
En primer lugar, vale aclarar que el proyecto de reforma y unificacin de los Cdigos
Civil y Comercial de la Nacin (2012) contemplaba la gestacin por sustitucin en el
artculo 562.2 Al eliminarse, qued, sin embargo, la estructura que articulaba su im-
plementacin, con lo cual actualmente lejos de prohibirse se ha optado por una abs-
tencin legal y se filtra su aplicacin gracias a la integracin de otras normas afines.
En definitiva, queda todo sujeto a la discrecionalidad judicial.
Partimos de una creacin novedosa para nuestra codificacin que es la incor-
poracin de una tercera fuente de filiacin generada por los avances cientficos y
que consiste en las tcnicas de reproduccin humana asistida (TRHA, arts.558-593
CCCN). Dicha incorporacin se acompasa con preceptos de raigambre de instru-
mentos internacionales de derechos humanos con jerarqua constitucional (art.75
inc.22 CN). Recordamos que en nuestra CN quedan consagrados el principio de le-
2. Proyecto de CCCN del Poder Ejecutivo de la Nacin (elevado al Congreso Nacional a travs del Mensa-
je 884/2012; en base al anteproyecto elaborado por la comisin de juristas designada por Decreto 191/2011),
art.562: El consentimiento previo, informado y libre de todas las partes intervinientes en el proceso de gesta-
cin por sustitucin debe ajustarse a lo previsto por este cdigo y la ley especial.- La filiacin queda establecida
entre el nio nacido y el o los comitentes mediante la prueba del nacimiento, la identidad del o los comitentes
y el consentimiento debidamente homologado por autoridad judicial.- El juez debe homologar slo si, adems
de los requisitos que prevea la ley especial, se acredita que: a) se ha tenido en miras el inters superior del nio
que pueda nacer; b) la gestante tiene plena capacidad, buena salud fsica y psquica; c) al menos uno de los co-
mitentes ha aportado sus gametos; d) el o los comitentes poseen imposibilidad de concebir o de llevar un em-
barazo a trmino; e) la gestante no ha aportado sus gametos; f) la gestante no ha recibido retribucin; g) la ges-
tante no se ha sometido a un proceso de gestacin por sustitucin ms de dos (2) veces; h) la gestante ha dado
a luz, al menos, un (1) hijo propio.- Los centros de salud no pueden proceder a la transferencia embrionaria en
la gestante sin la autorizacin judicial. Si se carece de autorizacin judicial previa, la filiacin se determina por
las reglas de la filiacin por naturaleza.
146 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
galidad artculo 19, lo que no est prohibido est permitido, el principio de igualdad
ante la ley (art.16), la proteccin integral de la familia (art.14 bis), el principio de no
discriminacin y el derecho a la igualdad (CADH, art.24), el derecho a fundar una
familia, el derecho a la salud que incluye la salud sexual y reproductiva, el derecho a
disfrutar del progreso cientfico, y el derecho a la autodeterminacin entre otros. Por
otra parte, y en sintona contextual: la Ley de Matrimonio Igualitario 26618, la Ley
de Identidad de Gnero 26743, la creacin del INADI, la Ley 26862 sobre Acceso In-
tegral a los Procedimientos y Tcnicas Mdico-asistenciales de RHA y sobre Cober-
turas de Obras Sociales en Tratamientos de Fertilizacin y su reglamentacin, el De-
creto PEN 956/2013, y la CIDN, todo lo cual robustece la puesta en prctica de la GS.
Tambin es coadyuvante el nuevo paradigma de familia que se resignifica en
funcin de la dinmica social y cultural y que acepta cada vez ms diversos tipos de
familia. Las uniones de hecho, familias ensambladas, monoparentales, heterosexua-
les, homosexuales o transexuales, conviven bajo un mismo deseo, que es el de fundar
una familia. Por ltimo, la interpretacin de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (tribunal regional jerrquico para nuestro pas) se ha ocupado de marcar
esta tendencia en casos como Atala Riffo Fornern y el sonado Artavia Murillo.3
En lo especfico, la senadora Laura Gisela Montero ha presentado un proyecto
de ley de GS, que consta de veintitrs artculos y recepta gran parte de las fuentes le-
gales, doctrinarias y jurisprudenciales a nivel internacional y nacional.4
3.Ver Rodrguez Iturburu, Mariana, La regulacin de las tcnicas de reproduccin humana asistida en la
actualidad [online], en Reproduccin, Buenos Aires, Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva, vol.30,
N4, 2015. [N.del E.: ver a continuacin datos completos de los fallos citados: a} CIDH, 24/2/2012, Atala
Riffo y nias v/ Chile - Fondo, reparaciones y costas {Serie C, N239} {ficha tcnica, resumen y fallo comple-
to}; b} CIDH, 27/4/2012, Fornern e hija v/ Argentina - Fondo, reparaciones y costas {Serie C, N242} {ficha
tcnica, resumen y fallo completo}; c} CIDH, 28/11/2012, Artavia Murillo y otros {Fecundacin in vitro} v/
Costa Rica - Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas {Serie C, N257} {ficha tcnica, resu-
men y fallo completo}.
4. Expediente S-2574/15. [N.del E.: ver datos del expediente y texto original]).
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 147
5.Ver Antiguo Testamento, Gn 16.30. Sara mujer de Abraham, no le haba dado hijos, pero tena una esclava
egipcia, de nombre Agar (Ya ves que Yaveh me ha hecho estril, llgate, pues a mi esclava, quizs yo obtenga
hijos de ella. Tom Sara, mujer de Abraham, a la egipcia Agar, su esclava y se la dio por mujer a su marido,
Abraham. Se lleg l a Agar, que concibi. Agar dio a luz un hijo de Abraham, y este llamo Ismael al hijo que
le haba dado Agar. Tena Abraham 86 aos cuando Agar le dio a Ismael). Luego Sara dio a luz a Isaac, hijo
primognito de Abraham. Al ver que no poda dar hijos a Jacob, Raquel tuvo envidia de su hermana y dijo a su
marido: Dame hijos, porque si no me muero. Ella agreg: Aqu tienes a mi esclava Bilha. nete a ella, y que
d a luz sobre mis rodillas. Por medio de ella, tambin yo voy a tener hijos. Tuvo a Dan y Neftal, y finalmente
Dios se acord de Raquel y dio a luz dos hijos Jos y Benjamn. La tercera madre subrogada de la Biblia fue
Zilpa, esclava de la primera esposa de Jacob, Lea (Jacob uno de los patriarcas hebreos, hijo de Isaac y Rebeca
cuyo hermano mellizo era Esau), que dio a Jacob cinco hijos: Gad, Aser, Isacar, Zabuln y Dina. Tambin tuvo
hijos propios, Rubn, Simen, Levi, y Jud.
6. Cdigo de Hammurabi (1780 a.C.), art.144: Si uno tom una esposa de a una sacerdotisa y esta esposa
dio una esclava a su marido y esta ha tenido hijos, si el marido quiere tomar una nueva esposa ms, no se le
permitir y el hombre no podr tener una mujer ms. Art.145: Si uno tom una esposa de primera categora
y si esta esposa no le dio hijos, y se le propone tomar otra mujer, tomara esta otra mujer, y la llevara a su casa,
pero no ser igual que la esposa estril. Art.146: Si uno tom una esposa de primera categora y ella dio una
esclava a su marido, y si la esclava tuvo hijos, si luego esa esclava es elevada a igual categora que la patrona por
haber tenido hijos, su patrona no la vender, la marcara y la tendr entre sus esclavos. Si la esclava no ha teni-
do hijos, la patrona la vender por plata.
7. Amenhotep I, faran del Reino Nuevo (gobern en el siglo XVI a.C), no tena un heredero y tuvo que recu-
rrir a una esposa secundaria para procrear al futuro gran faran Tutmosis.
8. En las antiguas Grecia y Roma, Plutarco describe el caso de Deyotaro, rey de Galacia, y su esposa estril,
Estratonica, que seleccion entre las prisioneras a Electra y cri a los hijos de esa unin como los propios con
amor y una generosidad admirable.
9. Leyendas indias que datan de 599 a.C. indican que, debido a una transferencia embrionaria, naci el 24
tirthankara y ltimo buda jainista, Mahavira (en snscrito, gran hroe), que es gestado por una mujer que no
es su madre para mantener el designio de los dioses de pertenecer a la casta que estaba destinado.
148 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
10. El 27/3/1986, se produjo el nacimiento de Baby M. La madre portadora (Mary Whitehead), quien tam-
bin era la que concedi el vulo, se neg a entregar la recin nacida al matrimonio Stern. Un informe psi-
quitrico determin que el consentimiento otorgado al momento de suscribir el contrato (por un monto de
diez mil dlares) no haba sido dado con pleno conocimiento de la situacin. El juez de New Jersey entreg la
custodia al matrimonio Stern y determin que el contrato era vlido. La madre portadora apel y el Tribunal
Supremo del Estado declar la nulidad del contrato y mantuvo la tenencia a favor de los Stern, ya que le pro-
porcionaba un hogar con mejores condiciones econmicas. Luego de varios aos, la Corte reconoci a Mary
como madre biolgica y se le concedi un derecho de visita.
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 149
vez, la Ley 26529 de Derechos del Paciente tambin exige el mismo procedimiento
(arts.5 y cc.). Cuando el artculo 561 CCCN establece la forma y los requisitos del
consentimiento, dispone que el contenido emane de las disposiciones especiales e
impone su protocolizacin ante escribano pblico o certificacin sanitaria del lugar.
En el Libro V Transmisin de derechos por causa de muerte, artculo 2279, respec-
to de la capacidad para suceder, el CCCN innova en cuanto a los derechos de los
nacidos mediante TRHA luego del fallecimiento del causante, con los requisitos del
artculo 561.
En este punto nos preguntamos cul fue la finalidad de exigir la protocoliza-
cin (tal vez, la de conservar en un archivo pblico determinada informacin) y si
consiste en una simple transcripcin de los consentimientos tcnicos firmados en los
centros de fertilizacin asistida11 o si se requiere una orden judicial que as lo dis-
ponga, atento la acepcin ms pura del trmino notarial.12 Adems, los registros de
estado civil y capacidad de las personas, segn el artculo 562 CCCN, deben recep-
tar este consentimiento, que se ve asociado a la voluntad procreacional. No obstante,
estimamos que el concepto de voluntad procreacional tiene vuelo propio y se inspi-
ra en otra causa fuente, la intencin de ser padres, que es muy distinta del glido y
obligatorio consentimiento mdico que prestan en el centro de salud quienes realizan
el tratamiento. En rigor, la voluntad procreacional es la llave de bveda de todo el
sistema de las TRHA. Es ciento por ciento deseo, anhelo, sueos, esperanza y se en-
cuentra a aos luz de distancia del a veces indescifrable consentimiento mdico,
cuyos trminos profesionales, en general, superan la capacidad de comprensin de
los pacientes.
La SAMeR se encuentra modelando los textos de los consentimientos para una
adaptarlos a las nuevas realidades sociales que se imponen, contemplando las figu-
ras de mujeres gestantes, ovodonaciones, parejas de igual o distinto sexo o personas
solas.13 Resulta impensado que los centros de fertilizacin asistida recepten una
completa declaracin de voluntad procreacional con los detalles acerca de derechos
y obligaciones de la gestante y los comitentes. En consecuencia, la redaccin de un
documento complementario que plasme esta regulacin privada encuentra su forma
ms adecuada en un convenio celebrado por escritura pblica, como pasaremos a
desarrollar.14
11. Algunos Registros de Estado Civil y Capacidad de las Personas aceptan, en lugar de la protocolizacin,
una copia autenticada de los consentimientos firmados en los centros de fertilizacin.
12. La protocolizacin pura emana de una orden judicial; aunque por el CCCN ha desaparecido la protoco-
lizacin judicial de los instrumentos otorgados en el extranjero y la ordenada por el juez de los instrumentos
privados (Cdigo de Vlez, arts.984, 1211 y 3129), el art.2339 CCCN la menciona para los testamentos ol-
grafos, y el 302, a requerimiento de parte interesada. La protocolizacin citada en el art.562 parece referirse
a una transcripcin a solicitud de quienes tienen inters legtimo y no a una exigencia judicial que lo ordene.
13. [N.del E.: ver aqu].
14. Los consentimientos que utilizan los centros de fertilizacin no contemplan ms que datos tcnicos y m-
dicos y deslinde de responsabilidad por tratamientos informados y sus riesgos. Si bien responden a las exi-
150 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
gencias de la Ley 26529 de Derechos del Paciente y del art.59 CCCN, las aristas de ndole privada que com-
plementan el proyecto de familia de quienes se someten a las TRHA se documentan optativamente en forma
paralela o anterior o posterior antes de la concepcin del embrin.
15. Herrera, Marisa, Kemelmajer de Carlucci, Ada y Lamm, Eleonora, a) Filiacin y homoparentali-
dad. Luces y sombras de un debate incmodo y actual, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, 10/9/2012 (t.2012-E,
p.960; AR/DOC/4747/2012); b) La reproduccin mdicamente asistida. Mrito, oportunidad y conveniencia
de su regulacin, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, 8/8/2011 (t.2011-D, p.1275; AR/DOC/2487/2011).
16. Ver arts.563 y 564 CCCN.
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 151
descendencia de los progenitores que declararon su VP, es necesario que los nacidos
por GS crezcan conociendo cmo fueron concebidos y no se les cree un trauma por
asociar su origen con una adopcin.
En consecuencia, y resignificando el concepto de los artculos 561 y 562 CCCN
al aludir a los hijos nacidos por las TRHA que son tambin hijos del hombre o mu-
jer que ha prestado su consentimiento previo, informado y libre (igual requisito
contena el eliminado art.562, que prevea la gestacin por sustitucin y agregaba
que el consentimiento deba homologarse por autoridad judicial), pensamos que este
se refiere no solo a lo mdico (art.59 CCCN, consentimiento informado para actos
mdicos e investigaciones en salud), sino adems al consentimiento en cuanto a con-
formidad y acuerdo de la VP exteriorizada previamente y reiterada cada vez que se
intente una TRHA mientras no sea revocada.
La mnima formalidad es receptarlo por escrito y que sea protocolizado. Es aqu
donde emerge la punta del iceberg y se desintegra el postulado madre siempre cierta
es en los supuestos de las TRHA, y germina una nueva incumbencia notarial con un
gran contenido de solidaridad social. No se trata de un contradocumento que con-
tradice el consentimiento previo, informado y libre, prestado en el centro de fertili-
zacin; tampoco de una revocacin parcial del mismo. Es bsicamente un comple-
mento, que viene a cubrir la falla operativa de los centros de salud, que no reflejan
en ciertas ocasiones el proyecto familiar completo e integral de sus pacientes. Los
formularios prediseados de los centros pueden mencionar en sus textos que las pa-
rejas se someten a ciertos tratamientos, pero la realidad puede llegar a ser ms com-
pleja y tan ntima que resulta innecesario revelarla, ya que constituye la esfera de los
derechos personalsimos. Por ende, aqu se vislumbra la utilidad de receptar la VP y
moldearla en funcin de ciertas pautas consensuadas por los actores de la GS, funda-
da en la autonoma de la voluntad, la buena fe, la libertad y la plena capacidad de las
partes intervinientes.
Agudizando el prisma de investigacin, vemos que los contratos, de acuerdo
con la definicin del CCCN (art.979), aluden al acto jurdico por el cual se manifies-
ta el consentimiento y refiere a relaciones jurdicas patrimoniales. En el Ttulo Preli-
minar, el CCCN (art.17) establece que los derechos sobre el propio cuerpo no tienen
valor comercial sino afectivo, teraputico, cientfico, humanitario o social, y que solo
pueden ser disponibles por su titular si se respeta alguno de estos valores. En con-
gruencia con ello, el CCCN, en el Captulo 3 Derecho y actos personalsimos re-
ferido previamente, artculo 56, prohbe los actos de disposicin sobre el propio
cuerpo que ocasionen una disminucin permanente de su integridad (el embarazo,
por regla natural, no la produce). Contempla tambin la excepcin para la ablacin
de rganos cuando sean requeridos para el mejoramiento de la salud de las personas.
La OMS ha definido la infertilidad como una enfermedad del sistema repro-
ductivo definida como la incapacidad de lograr un embarazo clnico despus de 12
meses o ms de relaciones sexuales no protegidas; y, asimismo, describe que la im-
posibilidad de procrear por cualquier motivo afecta directamente la salud psquica,
152 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
siendo la restriccin al acceso a las TRHA una violacin a la misma.17 En este senti-
do, no debe olvidarse que una gran cantidad de mujeres disfruta el proceso del emba-
razo, que produce la anulacin y exacerbacin de ciertas hormonas, y sienten que se
elevan a un estado de xtasis idlico. Tampoco debe olvidarse que si la gestante acta
en forma altruista al colaborar con los deseos de los futuros padres o madres, esto
tambin la coloca en un lugar de satisfaccin por el acto solidario y benfico que est
ejecutando.
A partir de todo lo expuesto, convalidamos nuestra opinin acerca de la natu-
raleza de la GS, que, si bien directa o indirectamente tiene injerencia patrimonial (se
modifican las legtimas hereditarias con los nacimientos), se trata ms bien de un
convenio especialsimo familiar, un negocio jurdico lcito del derecho de familia,18
un verdadero manifiesto de entendimiento entre los actores gestantes y comitentes.
Proponemos, asimismo, la intervencin de un notario con el fin de documentar la
VP previa al embarazo, de manera que luego, y en base a la buena redaccin y al ase-
soramiento que surjan de la escritura, la homologacin judicial se transforme en un
mero y sumarsimo trmite que ordene la inscripcin de los nacidos a nombre de los
comitentes del proceso de la GS.
Valga como ejemplo la propuesta de la comisin promotora de la iniciativa
legislativa popular para la regulacin de la maternidad subrogada en la pennsu-
la ibrica, la cual propone el contrato ante notario con carcter previo a cualquier
tratamiento de fertilizacin asistida con determinados requisitos. Se propone que se
anexe el justificante de la inscripcin de la gestante en un registro especial ante el
cual, tambin antes de la transferencia embrionaria, se deber presentar el contrato.
Se establecen como previsiones mnimas la compensacin econmica que percibir
la mujer gestante por subrogacin, la forma y el modo de percepcin, las TRHA que
se emplearn, la forma, el modo y los responsables mdicos del seguimiento del pro-
ceso de gestacin y la previsin del lugar del parto, la designacin de tutor y los deta-
lles del seguro a favor de la gestante.19
Otro interesante supuesto es el del Cdigo Familiar del estado de Sinaloa, M-
xico (aprobado por Decreto 742) y su regulacin sobre la reproduccin humana asis-
tida y la gestacin por sustitucin (Ttulo Octavo De la filiacin, Captulo V). En
sus artculos 282 a 297 regula el proceso y la formalizacin del contrato; el artculo
287 exige que el instrumento de maternidad subrogada sea firmado por la madre y el
padre subrogados, la madre gestante, el intrprete, si fuera necesario, el notario y el
director de la clnica o centro hospitalario, asentndose el lugar, ao, mes, da y hora
en que hubiere sido otorgado.
17. Ver el glosario de terminologa en tcnicas de reproduccin asistida, preparado por el International Com-
mittee for Monitoring Assisted Reproductive Technology (ICMART) y la OMS.
18. Vela Snchez, Antonio J., ob.cit.(cfr. nota 1).
19. Asociacin por la Gestin Subrogada en Espaa, proposicin de Ley de Gestacin por Subrogacin
[N.del E.: ver texto completo de la ILP aqu].
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 153
Las ventajas que ofrece el documento pblico notarial lo posicionan como la herra-
mienta ms segura para receptar la manifestacin de los actores del proceso de GS
y allanar la tarea de los magistrados, que, en ltima instancia, resuelven en base a lo
redactado. La plena fe que bautiza todas las declaraciones vertidas ante el escribano
goza de una irrefutable verdad impuesta por la ley en cuanto a que fueron pronun-
ciadas. El escribano se encuentra, de por s, habituado a elaborar su propio juicio
acerca de la capacidad de los otorgantes y si detecta algn vicio en la voluntad, como
violencia psquica, explotacin o lesin, se abstendr de intervenir. Por esencia, tam-
bin su tarea de asesoramiento se incorpora como rasgo tpico que lo diferencia de
otros funcionarios o profesionales encomendados por ley a dar fe pblica. Y, por l-
timo, la certeza de la fecha y lugar en que se formaliza el acto jurdico queda, al igual
que la documentacin, preservada de contingencias externas.
Al no haber un criterio unnime en cuanto a la aceptacin del acuerdo de GS,
estimamos conveniente separar primeramente la expresin clara, precisa y contun-
dente de la VP (elemento volitivo nico y particular en el contexto de las TRHA, y
que dar lugar al emplazamiento filial de quien o quienes no aportaron su material
gentico) de otras clusulas de la regulacin del proceso de gestacin. Ms all de
que a continuacin se redacte el acuerdo de GS con la mujer gestante, hoy el CCCN
recepta el principio de integracin en su artculo 389. Si el contenido del acto jur-
dico puede ser fragmentado, la nulidad de una disposicin no afecta las otras dis-
posiciones vlidas si son separables. El juez debe integrar el acto de acuerdo a su
naturaleza y los intereses que razonablemente pueden considerarse perseguidos por
las partes. Incluso el consentimiento de la gestante y su capacidad al conferirlo estn
protegidos por imperio del artculo 388, ltima parte, ya que no puede invocarse la
nulidad relativa por falta de capacidad a sabiendas cuando hay dolo, hoy entendido
este ltimo como la produccin de un dao con la manifiesta indiferencia por los in-
tereses ajenos (art.1724 CCCN, ltima parte).
Cuestin aparte es la relativa a un potencial vicio de lesin que puede irradiarse
en ambas direcciones (hacia el gestante o los comitentes) por compensaciones des-
proporcionadas (art.332). Dicha posibilidad se descarta a priori en virtud del acuer-
do de voluntades y la manifestacin recproca documentada de la evaluacin por-
menorizada de los motivos contemplados que movilizan a los actores de la GS para
154 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
20. Ver Un fallo indito en Argentina avala un caso de alquiler de vientres en Mendoza [en diario Los An-
des, Mendoza, 31/12/2015]: el juez Carlos Neirotti, del Primer Juzgado de Familia, declar Hice lugar a todo,
reconociendo que quienes manifestaron voluntad procreacional son los padres y considerando que no iba en
contra de la moral y los derechos del nio. Incluso, recomend que, aunque no estuviera demostrado en este
caso, debera estar remunerado el servicio de gestacin. Porque ms que un alquiler de vientre, es pagar la
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 155
prestacin. Actualmente no figura esto, pero s estn previstos los gastos normales de la persona que queda
embarazada, los honorarios que recibe la clnica por la prctica y los de los abogados. Incluso la pareja recibe
el chico, entonces, por qu la mujer gestante no recibira nada? Aunque est previsto que no se lucre, no lo
encuentro reido con la moral. [N.del E.: ver fallo aqu].
156 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
21. CIDH, 28/11/2012, Artavia Murillo y otros (Fecundacin in vitro) v/ Costa Rica - Excepciones Preli-
minares, Fondo, Reparaciones y Costas (Serie C, N257 [N.del E.: ficha tcnica, resumen y fallo completo]).
22. CIDH, 27/4/2012, Fornern e hija v/ Argentina - Fondo, reparaciones y costas (Serie C, N242 [N.del
E.: ver ficha tcnica, resumen y fallo completo]).
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 157
23. CIDH, 24/2/2012, Atala Riffo y nias v/ Chile - Fondo, reparaciones y costas (Serie C, N239 [N.del E.:
ver ficha tcnica, resumen y fallo completo]).
24. a) Juzg. Nac. 1 inst.Civil N86 de la Capital Federal, 18/6/2013, N.N. o D.G., M.B.M. s/ Inscripcin
de nacimiento (La Ley, 1/7/2013, t 2013-D, p.195; Revista Derecho de Familia y de las Personas, octubre 2013,
p.39, y noviembre 2013, p.87; La Ley, 11/11/2013, t.2013-F, p.182; cita online AR/JUR/23081/2013 [N.del E.:
ver aqu]).
b) Juzg. de Familia de Gualeguay, 19/11/2013, B.M.A. c/ F.C.C.R. s/ Ordinario (La Ley Litoral, abril 2014,
p.324; cita online AR/JUR/89976/2013).
c) Trib. Colegiado de Familia N7 de Rosario, 2/12/2014, XXX s/ Maternidad por sustitucin (Revista Dere-
cho de Familia y de las Personas, diciembre 2015, p.237; cita online AR/JUR/90178/2014).
d) Juzg. Nac. 1 inst.Civil N102 de la Capital Federal, 18/5/2015, C., F.A. y otro c/ R.S., M.L. s/ Impugna-
cin de maternidad (La Ley, 25/6/2015, t.2015-C, p.522; Revista Cdigo Civil y Comercial, julio 2015, p.91
[N.del E.: ver aqu]).
e) Juzg. Nac. 1 inst.Civil N86 de la Capital Federal, 25/6/2015, N.N.O. s/ Inscripcin de nacimiento
(Revista Derecho de Familia y de las Personas, diciembre 2015, p.218, y febrero 2016, p.218; cita online AR/
JUR/24326/2015 [N.del E.: ver aqu]).
f) Juzg. de Familia N1 de Mendoza, 29/7/2015, A.C.G. y otro s/ Medida autosatisfactiva (El Dere-
cho, t.264, p.409; Revista Derecho de Familia y de las Personas, diciembre 2015, p.197; cita online AR/
JUR/28597/2015 [N.del E.: ver aqu]).
g) Juzg. de Familia N1 de Mendoza, 15/12/2015, C.M.E. y J.R.M. s/ Inscripcin nacimiento (cita online
AR/JUR/58729/2015).
h) Juzg. de Familia N9 de Bariloche, 29/12/2015 (cita online AR/JUR/78613/2015).
i) Juzg. de Familia N7 de Lomas de Zamora, 30/12/2015, H., M. y otro s/ Medidas precautorias (La Ley,
2/5/2016, t.2016-C, p.89; cita online AR/JUR/78614/2015; Revista Derecho de Familia y de las Personas, ju-
nio 2016, p.131; Revista Cdigo Civil y Comercial, mayo 2016, p.147); declara la inconstitucionalidad del
art.562.
j) Trib. Colegiado de Familia N5 de Rosario, 27/5/2016, S.G.G. y otros s/ Filiacin (La Ley Litoral, agosto
2016, p.2; Revista Derecho de Familia y de las Personas, octubre 2016, p.57; Revista Cdigo Civil y Comercial,
noviembre 2016, p.113; cita online AR/JUR/37971/2016); la jueza Vittori autoriz de manera previa al emba-
razo la implantacin de embriones desarrollados en el tero de una mujer para que d a luz a los hijos de una
pareja estril, destacando la resolucin de la CIDH que pone de resalto el derecho a fundar una familia.
k) Juzg. Nac. 1 inst.Civil N7 de la Capital Federal, 15/6/2016 (indito).
l) Juzg. Nac. 1 Inst.Civil N4 de la Capital Federal, 30/6/2016 (sentencia no firme).
m) Juzg. de Familia N2 de Moreno, 4/7/2016, S.P., B.B. c/ S.P., R.F. s/ Materia a categorizar (La Ley Online,
AR/JUR/42506/2016).
n) Juzg. Nac. 1 inst.Civil N8 de la Capital Federal, 20/9/2016 (indito).
o) Juzg. de Familia N7 de Lomas de Zamora, 30/11/2016, Exp. NLZ-52635-2016, B.J.D. y otros s/ Materia
a categorizar (277) (indito [N.del E.: ver aqu {proporcionado por el autor}]).
158 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
Pasaremos revista a algunos de los argumentos en contra, sin citar no por menos
importantes los relativos a la religin:
Los convenios de GS son nulos de nulidad absoluta, atentan contra la dignidad
de la persona, son inmorales y de objeto ilcito, son contrarios a las buenas cos-
tumbres, recaen sobre cosas que no estn en el comercio.
La onerosidad del convenio es sinnimo de explotacin de la parte ms dbil,
la gestante; adems, el nacido tiene derecho a nacer en una familia en donde la
madre sea quien lo gest.
Se produce una cosificacin de la mujer portadora y se crea un clima proclive al
mercado negro de alquiler de vientres; no se conocen las proyecciones psicol-
gicas y emocionales que a mediano y a largo plazo pueden provocar estas prc-
ticas en las mujeres que se someten a ellas.
Se incentiva un turismo reproductivo propicio para el trfico de menores y aso-
ciaciones ilcitas intermediarias que especulan y lucran con la desesperacin de
quienes tienen el deseo de ser padres.
Confiamos haber neutralizado en lneas anteriores algunos de los postulados
citados, con fundamentos jurdicos. Agregamos aqu, con respeto por las diferentes
opiniones y discrepancias, que se debe abrir en este difcil y complejo tema un canal
de debate para superar el abismo de la intolerancia. Por sobre todo y no es una fra-
se hecha, est el inters superior del nio, reconocido inclusive por los ms acrri-
mos detractores.
Los nacidos en este contexto no existiran si no se hubiera soado que era posi-
ble, aun con lo que implican los obstculos legales, econmicos, psicosociales y fc-
ticos. La dignidad del nacido no se vulnera porque sea criado, mantenido y educado
por alguien que no lo gest. Muchos menores son abandonados no fsicamente pero
s afectivamente por sus padres biolgicos y excelentemente formados integralmente
por sus parientes, tos, tas, padrinos, madrinas, vecinos, abuelos, etc.
principios de libertad, igualdad y no discriminacin, especialmente despus de la sancin de la ley 26618, con-
ducen, pues, a la autorizacin de la prctica.
160 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
Destacamos que los profesionales, mdicos, letrados, notarios que se oponen axio-
mticamente a la GS y a las TRHA encuentran justificacin en la teora de la ob-
jecin de conciencia. Expuesto de manera simple, este derecho consiste en no ser
obligado a realizar acciones contra sus propias convicciones. La libertad de con-
ciencia se opone a los principios morales o religiosos; en definitiva, se rechaza algo
externo por una razn ntima, personal. Legalmente se evala si el sujeto se encuen-
tra eximido del cumplimiento de las normas legales por resultar un imperativo con-
trario a las propias convicciones. Es lcito que un juez, un mdico o un profesio-
nal del derecho se excusen de intervenir en un proceso de GS alegando objecin de
conciencia?
La CN garantiza la libertad de culto y de conciencia y establece que las acciones
privadas de los hombres que no perjudiquen a terceros (arts.14 y 19) pertenecen al
fuero ntimo de las personas. En este sentido, cabe destacar los seis criterios elabo-
rados por la CSJN respecto del servicio militar obligatorio en Portillo:29 no sub-
ordinacin a meras consideraciones de conveniencia, debe tratarse de convicciones
ticas, debe ser sincera, merece tutela aunque sea minoritaria, no debe contradecir
29. CSJN, 18/4/1989, Portillo, Alfredo s/ infr. art.44 Ley 17531 (Fallos, t.312, pp.496-526 [N.del E.: ver
aqu]).
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 161
otro derecho, y, en lo posible, debe conciliar el respeto de los deberes legales con las
convicciones del objetor. Sin embargo, en el plano de la prestacin de servicios de sa-
lud sexual y reproductiva, rigen otros parmetros. La objecin de conciencia puede
generar un obstculo o complicar decisiones personales y resulta, a veces, indirecta-
mente discriminatoria para grupos que padecen la llamada infertilidad estructural.
Por ende, con respecto a esta franja social vulnerable, la negativa a brindarle atencin
resulta incompatible con los principios constitucionales que acogen el derecho a la
salud, a la no discriminacin por razones de sexo o clase social y atenta para que se
les impongan a terceros creencias religiosas o ticas. Varias provincias reconocen es-
tas situaciones conflictivas y eximen a los objetores con la condicin de la obligacin
de derivarlos en forma urgente.30
En suma, los lmites para los objetores que intervienen en las GS pueden re-
sumirse en: los riesgos que las asociaciones o profesionales pueden producir en los
requirentes; el impacto discriminatorio en funcin de la erosin de la confianza
(art.1725 CCCN);31 la objecin no puede encubrir un intento de disimular una con-
cepcin tica o religiosa; la objecin debe ser genuina y sincera y no promovida por
el inters en alivianar carga de trabajo o vulnerar derechos bsicos de los actores de
la GS. En pocas palabras, debe existir un equilibrio entre el derecho a la objecin
deconciencia y la conciencia de los requirentes, que es tambin digna de proteccin.
30. La objecin de conciencia en el plano de la salud sexual y reproductiva afecta derechos personalsimos no
solo de las mujeres sino de aquellos que acuden a las tcnicas de fertilizacin y no son atendidos por discri-
minacin. Las leyes 25673 y la 26130 reconocen y regulan el derecho a la objecin, obligando a disponer los
reemplazos necesarios de manera inmediata. No obstante, la Ley 26150 de Educacin Sexual Integral, que crea
el Programa Nacional de Educacin Sexual Integral en el Ministerio de Educacin de la Nacin, no prev la
objecin. Varias provincias han legislado sobre la regulacin de la objecin en el marco de la salud sexual y la
procreacin responsable:
Provincia de Buenos Aires: por Ley 13066 prev el respeto por los objetores, y el Ministerio de Salud prescribe
la declaracin del objetor con suficiente antelacin para permitir el reemplazo y garantizar las prestaciones del
derecho a la salud sexual y reproductiva.
Mendoza: la Ley 7456 de Contracepcin Quirrgica prescribe en su art.5 que se respetar la objecin de con-
ciencia de los profesionales y ante esta situacin, los servicios de la red de asistencia estatal provincial provee-
rn los medios para la realizacin de todo el proceso de las prcticas mdicas enunciadas en el artculo 1.
Neuqun y Salta: reconocen en sus normativas la objecin de conciencia sin grandes detalles.
Santa Fe: Ley 11888.
San Luis: Decreto 129/2003.
Chaco: Ley 5409. [N.del E.: acceder desde aqu].
CABA: la Ley 1044 recepta la objecin de conciencia con distintos requisitos y modalidades.
Ver Alegre, Marcelo, Objecin de conciencia y salud sexual y reproductiva [online], en despenalizacion.org.
ar, Buenos Aires, CEDES-FEIM, hoja informativa N10, 2009.
31. Art.1725 CCCN: Valoracin de la conducta. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y pleno
conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la valoracin de la previsibilidad de las
consecuencias. Cuando existe una confianza especial, se debe tener en cuenta la naturaleza del acto y las con-
diciones particulares de las partes. Para valorar la conducta no se toma en cuenta la condicin especial, o la
facultad intelectual de una persona determinada, a no ser en los contratos que suponen una confianza especial
entre las partes. En estos casos, se estima el grado de responsabilidad, por la condicin especial del agente.
162 Revista del Notariado 925 Horacio Teitelbaum
7. Polticas reproductivas
32. Markens, Susan, Surrogate motherhood and the politics of reproduction, Berkeley, University of California
Press, 2007.
33. Expediente S-2574/15. [N.del E.: ver datos del expediente y texto original]).
34. Proyecto de ley 5700-D-2016; firmantes: Araceli Ferreyra, Silvia Horne, Leonardo Grosso, Remo Carlotto,
Lucila de Ponti. [N.del E.: ver texto completo y datos del expediente].
35. Proyecto de ley 5759-D-2016; firmantes: Anala Rach Quiroga, Juliana Di Tullio, Sandra Mendoza, Analuz
Carol, Vernica Mercado, Luana Volnovich, Guillermo Carmona, Juan Pedrini, Luis Basterra, Ins Lotto, Ga-
briela Estevez. [N.del E.: ver texto completo y datos del expediente].
fractura del axioma madre siempre cierta es
La es Doctrina 163
Qu es la vida? Un frenes.
Qu es la vida? Una ilusin,
una sombra, una ficcin,
y el mayor bien es pequeo;
que toda la vida es sueo,
y los sueos, sueos son.
10.Bibliografa
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Dictmenes
1.Doctrina
* Se han agregado hipervnculos especialmente para su publicacin en la Revista del Notariado, con el fin de
ofrecer una lectura ms completa del dictamen.
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 167
del abuso del derecho implica no solamente el ejercicio regular de un derecho, sino
tambin, y como consecuencia ineludible, una interpretacin regular del mismo
y de acuerdo a la finalidad que la ley tuvo en mira al tutelarlo. La interpretacin
regular de una norma jurdica implica que esta sea conforme al caso concreto y la
solucin no puede ejercerse en forma abusiva.
La seguridad jurdica radica en dar validez a aquello supuesto como cierto, en lu-
gar de aferrarse a rigorismos hermenuticos que se agotan en meras actuaciones
formales sin ms relevancia y que no tienen por finalidad garantizar un derecho
sustantivo.
Las nulidades, al no estar tasadas literalmente por la norma, se interpretan como
absolutas o relativas conforme si afectan o no al orden pblico; en este caso, clara-
mente no lo afectan y deben relativizarse. En casos de ttulos antiguos, ha trans-
currido suficiente plazo para merituar que las acciones de posibles perjudicados
por dichos antecedentes se encuentran prescriptas. Hacerlas valer mucho tiempo
despus, como en el presente caso, no tiene ninguna utilidad para la comunidad, y
razonablemente puede interpretarse que no se afecta el orden pblico, por ser cir-
cunstancias totalmente extemporneas.
2.Hechos
El escribano V., titular del registro [] de CABA, matrcula [], solicita dictamen
de esta asesora respecto del tema que se plantea a continuacin (se copian hechos
aportados por el escribano consultante):
3. Planteo de la cuestin
El presente caso trado a consulta se trata de una nulidad formal de escritura pblica
que, como lo indica el Cdigo Civil y Comercial de la Nacin, debe regirse por el de-
recho vigente a la poca de celebracin. Al tratarse de una escritura celebrada antes
de la sancin del cdigo civil y comercial, debe estudiarse el caso desde la ptica del
cdigo Civil Velezano.
El artculo 1004 del Cdigo Civil (CCIV) establece que son nulas las escrituras que
no tuvieren la firma de las partes. Asimismo, la nulidad del instrumento pblico
provoca la nulidad del acto jurdico que lo contiene, por tratarse de un supuesto de
nulidad refleja. Sin embargo, persiste su valor probatorio respecto de los hechos
cumplidos.
Cuando el negocio requiere una forma solemne y el instrumento que lo contie-
ne no rene los requisitos que la ley exige, ese ser nulo de nulidad absoluta.1 El juez
lo dictamina solo comprobando la existencia del vicio, aun recurriendo a la prueba
extrnseca, sin tener la necesidad de analizar hechos. Estamos ante una nulidad ma-
nifiesta, aunque no resulte ostensible del ttulo mismo. En ese supuesto, se debe de-
clarar la nulidad del acto y del negocio en l contenido, aun si no fuera invocada por
alguna de las partes.2
Ante esta situacin jurdica, la excesiva rigurosidad del artculo 1001 CCIV pri-
va de efectos jurdicos a un acto particular, lesionando derechos y consecuencias ju-
rdicas derivadas de un prolongado lapso de tiempo. Los efectos de dicha nulidad
son terminantes conforme al texto literal y exegtico del CCIV. En ese mismo sen-
tido, la Comisin de Consultas Jurdicas del Colegio de escribanos de la Ciudad de
Buenos Aires, en dictmenes emitidos en los aos 1993 y 1994, entendi que:
1. Lloveras de Resk, Mara E., [comentario al art.1044], en Bueres, Alberto J. (dir.) y Highton, Elena I.
(coord.), Cdigo Civil y normas complementarios. Anlisis doctrinal y jurisprudencial, t.2C, Buenos Aires,
Hammurabi, 1999, pp.332-334.
2. Sala I Juzgado Civil N 39 Dra. Mara Oderay Longhi.
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 169
a) Las escrituras en las que falte la firma de alguno de los comparecientes carecen
de toda validez, en virtud de los artculos 986 y 988 CCIV. Su nulidad es de ca-
rcter absoluto y manifiesto, no siendo necesaria sentencia judicial que as lo
declare (art.1038 CCIV).
b) Dichas escrituras, adems, no son susceptibles de confirmacin (art.1047 CCIV).
c) De acuerdo con lo dispuesto en los artculos 1051 y siguientes del CCIV, son
nulas las posteriores ventas efectuadas en base a aquella escritura, en virtud de
lo establecido por el artculo 3270 CCIV.
d) La nica solucin posible del caso dentro del mbito de la actuacin nota-
rial es que se efecte nuevamente la venta (no que se diga que la ratifican o
que la confirman), debiendo concurrir al acto todas las partes, los que fueron
vendedores y compradores en cada una de las transmisiones, hasta llegar al que
actualmente figura como titular del dominio.
e) En defecto de las vas sugeridas precedentemente o en el supuesto de as consi-
derarse por los interesados, y con la advertencia de tener que soportar un pro-
ceso ms largo y mucho ms oneroso, queda el recurso de adquirir el dominio
por usurpacin, probando en el respectivo juicio la posesin continua de veinte
aos, con nimo de tener la cosa para s, de acuerdo con lo dispuesto por el ar
tculo 4015 CCIV. El artculo 4016, concordante con el que le antecede, precep-
ta que al que ha posedo durante veinte aos sin interrupcin alguna, no pue-
de oponrsele ni la falta del ttulo ni su nulidad, ni la mala fe de la posesin.
f) Son nulas las escrituras pblicas a las que le falten la firma de un comparecien-
te, cualquiera sea el carcter en que interviene el mismo, aun cuando lo haga a
efectos de prestar asentimiento conyugal.
teral del contrato de concesin [] No obstante que el art.1102 del Cdigo Civil
requera que en las escrituras pblicas el escribano diera fe de conocimiento de las
partes, antes que fuera reformado por la Ley 26140, consideraron suficiente la fe
de identificacin.12
Existen casos que se presentan con mucha frecuencia en la realidad inmobiliaria que
consisten en antiguas escrituras con falta de firma. En este caso, se trata de la afecta-
cin del inmueble al rgimen de propiedad horizontal, cuya escritura, otorgada hace
ms de treinta aos, carece de la firma del nico propietario. Esta escritura reviste
una nulidad absoluta, a tenor de lo dispuesto por el artculo 1004 CCIV; como as
tambin las posteriores trasmisiones que se basan en dicho reglamento otorgadas en
virtud de un acto jurdico viciado de nulidad inconfirmable. Conforme a la norma-
tiva vigente a la poca de celebracin del reglamento de copropiedad en cuestin, los
efectos de considerar el acto nulo de nulidad absoluta implican la inexistencia del
estado de propiedad horizontal.
Con una interpretacin tradicional del derecho que hemos mencionado ante-
riormente, los sujetos que viven en el edificio seran en realidad titulares de una parte
indivisa como condminos, no siendo titulares de unidades funcionales tal cual las
describe el reglamento que no existe. Considerando esta afirmacin, vamos a ana-
lizar a continuacin las consecuencias negativas para la comunidad que vive en ese
edificio, ante la falta del estado de propiedad horizontal.
12. CSJN, 19/6/2003, Chorbajian de Kasabian, Luca c/ Enrquez, Susana T. (Fallos, t.326, p.1969; La Ley,
t.2003-E, p.413; Responsabilidad Civil y Seguros, La Ley, t.2005-II, p.37. [N. del E.: ver fallo aqu].
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 173
13. As, el art.2678 CCIV establece: Cada uno de los condminos puede constituir hipoteca sobre su parte
indivisa en un inmueble comn, pero el resultado de ella queda subordinado al resultado de la particin, y no
tendr efecto alguno en el caso en que el inmueble toque en lote a otro copropietario, o le sea adjudicado en
licitacin.
14. Art.2695 CCIV: La divisin entre los copropietarios es slo declarativa y no traslativa de la propiedad,
en el sentido de que cada condmino debe ser considerado como que hubiese sido, desde el origen de la indi-
visin, propietario exclusivo de lo que le hubiere correspondido en su lote, y como que nunca hubiese tenido
ningn derecho de propiedad en lo que ha tocado a los otros condminos.
15. Art.3124 CCIV: Cuando el copropietario que no ha hipotecado sino su parte indivisa, viene a ser por la
divisin o licitacin, propietario de la totalidad del inmueble comn, la hipoteca queda limitada a la parte in-
divisa que el constituyente tena en el inmueble.
174 Revista del Notariado 925
Asimismo, el abuso del derecho del artculo 1071 implica que las personas no pueden
hacer uso abusivo de una prerrogativa jurdica; la ley no ampara el ejercicio abusivo
de los derechos y considera tal al que contrare los fines que aquella tuvo en mira al
reconocerlos y al que exceda los lmites impuestos por la buena fe, la moral y las bue-
nas costumbres. Es importante destacar que el instituto del abuso del derecho impli-
ca no solamente el ejercicio regular de un derecho, sino tambin, y como consecuen-
cia ineludible, una interpretacin regular del mismo y de acuerdo a la finalidad que
la ley tuvo en mira al tutelarlo.
La interpretacin regular de una norma jurdica implica que esta sea conforme
al caso concreto y la solucin no puede ejercerse en forma abusiva. El derecho, como
herramienta de la sociedad, necesita brindar soluciones que de ninguna manera pue-
den dejar de lado valores que l mismo defiende. La aplicacin lineal del derecho, en
oposicin a fundamentos y principios esenciales, no puede implicar en ningn caso
seguridad jurdica sino una irrazonable desproteccin jurdica.
El estado de propiedad horizontal no puede ser creado sin cumplir con los requi-
sitos de forma que impone la ley. No obstante, podemos apreciar en determinados ca-
sos cmo los jueces interpretan figuras jurdicas conforme a la finalidad que buscaron
las partes al momento de contratar. A modo de ejemplo, citamos algunos de ellos:
1. En muchos fallos en temas de tiempo compartido, barrios cerrados y clubes
de campo, el molde de los derechos reales exigido por el ordenamiento jurdico no
alcanza para contener las relaciones propias de emprendimientos especficos, y los
jueces, no obstante el orden pblico que impera sobre esta categora de derechos, han
interpretado la legislacin vigente para entender la situacin jurdica real, en protec-
cin de todos los agentes involucrados.17
16. De Hoz, Marcelo A. y Smayevsky, Miriam, Rgimen dominal de los countries, barrios cerrados y em-
prendimientos afines, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, suplemento especial Emprendimientos inmobiliarios,
julio 2006, p.38.
17. CSJN, 21/9/1976, Compaa Swift de La Plata s/ Quiebra s/ Inc.art.250, Cd. Procesal p/ Ingenio La Es-
peranza SA (El Derecho, t.69, 1977, pp.426-429; Fallos, t.295, p.906. [N. del E.: ver el texto completo aqu]).
Cfr. nota 10.
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 175
18.Ver Pelosi, Carlos A., El documento notarial, Buenos Aires, Astrea, 1997, p.196, 54; Orelle, Jos M.R.,
[comentario al art.1005], en Belluscio, A.C. (dir.) y Zannoni, E.A. (coord.), Cdigo Civil y leyes complementa-
rias. Comentado, anotado y concordado, t.4, Buenos Aires, Astrea, 1982, p.630, 13; CNCiv., Sala F, 19/7/1962,
Dodero, Alberto, suc. c/ Duarte de Pern, Mara E. y otro (La Ley, t.108, 1962, pp.552-576).
176 Revista del Notariado 925
4.El CCIV, bajo el ttulo De las escrituras pblicas, en su artculo 1003 (con-
forme la redaccin anterior a la Ley 15875), exiga transcribir al protocolo, en su par-
te pertinente, los documentos habilitantes de una representacin. As, en los casos,
por ejemplo, en que compareca un representante de una sociedad annima, se tenan
que copiar los estatutos y las actas que acreditaban la legitimidad de dicho represen-
tante. En consecuencia de ello, y conforme al artculo 1004, se declaraban nulas las
escrituras a las que les faltare la transcripcin de los documentos habilitantes. Dicha
omisin, entonces, implicaba la nulidad absoluta de la escritura en su totalidad.
Qu sucede si nos encontramos hoy con una escritura anterior a la Ley 15875?
Para algunos autores, las escrituras con ese defecto son nulas, pero existe otra pos-
tura que considera que parecera inconducente anular una escritura por una causa
que hoy no genera nulidad y que justamente se elimin por que se consideraba que
era excesivamente rigurosa. Esta ltima interpretacin contradice abiertamente el
artculo 973 CCIV, que establece que la forma de un acto jurdico es gobernada por
la ley en vigor al da de su realizacin, y, sin embargo, tal interpretacin sobre estos
casos especficos es de aplicacin cotidiana.
5. Otro ejemplo de una interpretacin regular de normas normalmente consi-
deradas como rgidas y que no puede pasar inadvertido en el presente es el seala-
do por nuestro mximo tribunal federal en la conocida causa Saguir y Dib, Claudia
Graciela (Fallos, 302:1284), en donde se concluy que
19. Andorno, Luis O., La propiedad aparente en la doctrina y jurisprudencia francesas y el artculo 1051 del
Cdgo Civil argentino, en El Derecho, Buenos Aires, UCA, t.37, 1971, pp.931-940.
20.Ver Planiol, Marcel y Ripert, Georges, Trait pratique de droit civil franais, t.III, Pars, Les Biens, 1926,
p.241.
21. Tobas, Jos W., Apariencia jurdica, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, t.1994-D, p.323 (comentario
a CNCiv., Sala H, 22/11/1993, Eisner, Isidoro y otro c/ La Panamericana Coop. de Seguros Ltda. [La Ley,
t.1994-D, pp.320-335].
22. Highton, Elena I. y Nabar, Mara Josefina, La teora de la apariencia, el artculo 1051 del Cdigo Civil
y el justo ttulo para la usucapin breve (Comentario a algunas conclusiones de las X Jornadas de Derecho
Civil), en La Ley, Buenos Aires, La Ley, t.1986- C, p.768. [N. del E.: se pueden ver las conclusiones de las Jor-
nadas completas aqu].
178 Revista del Notariado 925
la seguridad constituye uno de los fines del derecho. Este no puede desconocer
la vigencia de ciertas situaciones de hecho revestidas de una apariencia tal de soli-
23. [N. del E.: se pueden ver las conclusiones completas aqu].
24. Chabas, Franois, La propiedad aparente en el derecho francs [trabajo presentado en las X Jornadas
Nacionales de Derecho Civil {Corrientes, 1985}].
25. CSJN, 19/6/2003, Chorbajian de Kasabian, Luca c/ Enrquez, Susana T. (Fallos, t.326, p.1969; La Ley,
t.2003-E, p.413; Responsabilidad Civil y Seguros, La Ley, t.2005-II, p.37. [N. del E.: ver fallo aqu]. Cfr. no
ta12.
26. CNCom., Sala B, 17/12/1999, Gismondi, Adrin Alejandro y otro c/ Ascot Viajes SA (Doctrina Societaria
y Concursal, t.XI, 2000, pp.1091-1094; Jurisprudencia Argentina, t.2001-I, pp.620-622).
27. Rezznico, Juan C., Principios fundamentales de los contratos, Buenos Aires, Astrea, p.408. Empero, el
entrecruzamiento de los principios de buena fe y confianza, que da origen a la apariencia jurdica, no excluye
los deberes de diligencia del tercero, ya que no se protege su comportamiento culpable (cfr. Stiglitz, Rubn
S. [dir.], Contratos civiles y comerciales. Parte general, t.1, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1998, p.445, 403; y
Andorno, Luis O., La teora de la apariencia, en El Derecho, Buenos Aires, UCA, t.116, 1986, pp.930-938).
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 179
dez y rectitud que su destruccin u olvido slo pueden acarrear efectos nocivos en
el desarrollo de las relaciones econmicas y sociales28
La apariencia tiene mltiples facetas operativas, muchas de ellas dentro del marco
de los derechos reales. De los Mozos, el prestigioso jusprivatista espaol, alude a que
una de las facetas ms feraces de la buena fe subjetiva se funda en la apariencia ju-
rdica, la que se configura en aquellos casos en los cuales la creencia o el error de la
vctima no se refieren a la situacin propia, sino a la de aquella persona con la que
el sujeto que se beneficia de la buena fe se relaciona.29 Esta buena fe subjetiva, este
razonable creer en una situacin material y jurdica que es presentada por otro como
regular, implica que el derecho deba dar proteccin a la creencia, confianza (trust,
como reza el seal [escudo] que preside todos los tribunales federales estadouniden-
ses en relacin con aquel apotegma In God we trust), convalidando esa razonable
seguridad que el actuar del predisponente, no mediando negligencia imputable a la
vctima, le llega a generar.30 Esa apariencia, como manifestacin de lo que Betti des-
cribiera como
28. CNCiv., Sala H, 22/11/1993, Eisner, Isidoro y otro c/ La Panamericana Coop. de Seguros Ltda. (La Ley,
t.1994-D, p.333). Cfr. nota 21.
29. De los Mozos, Jos L., Buena fe, en Alterini, A.A. y Lpez Cabana, R.M. (dirs.), Enciclopedia de la res-
ponsabilidad civil, t.I, Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1996, pp.789-806.
30. Mosset Iturraspe, Jorge, Justicia contractual, Buenos Aires, Ediar, 1977, pp.152-154.
31. Betti, Emilio, Teora general de las obligaciones, t.1, Madrid, Revista de Derecho Privado, 1969, p.74;
citado por Trigo Represas, Flix A., La buena fe y su relacin con la responsabilidad civil, en Crdoba,
Marcos M. (dir.) y Garrido Cordobera, L.M. y Kluger, V. (coords.), Tratado de la buena fe en el derecho, t.1,
Buenos Aires, La Ley, 2004, p.204.
180 Revista del Notariado 925
existen elementos probatorios que podemos observar que pueden repeler cualquier
accin injustificada tendiente a destruir el acto.
El otorgamiento de las escrituras posteriores por parte del propietario del lote,
relacionando el reglamento (no firmado), hacen que exista una prueba irrefutable de
que su voluntad fue la de otorgarlo. Mal podra vender unidades inexistentes, siendo
su voluntad enajenar unidades que surgen de un reglamento que relaciona. En ese
sentido, el artculo 918 CCIV expresa que
La expresin tcita de la voluntad resulta de aquellos actos, por los cuales se puede
conocer con certidumbre la existencia de la voluntad, en los casos en que no se
exija una expresin positiva, o cuando no haya una protesta o declaracin expresa
contraria.32
32.Ver Solari, Nstor E., Consecuencias por la falta de asentimiento conyugal (artculo 1277 del Cdigo
Civil), en La Ley, Buenos Aires, La Ley, 10/5/2005, t.2005-C, p.1075, AR/DOC/1009/2005.
33. CS Tucumn, Sala Civil y Penal, 1/3/2005, Banco Velox c/ Banco Sudecor Litoral. [N. del E.: ver fallo
aqu].
34. Cm. Civ. y Com. de Santa Fe, Sala I, 15/3/2006, Bsereni, Csar J. c/ Nuevo Banco de Santa Fe SA (La Ley
Online AR/JUR/522/2006). [N. del E.: ver tambin aqu].
35. El texto citado corresponde a Bsereni. Los comentarios entre parntesis y destacados nos pertenecen.
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 181
Sabemos que el vicio de forma hace presumir la mala fe (art.4012 CCIV), pero po-
demos interpretar restrictivamente esa presuncin?, tenemos obligacin de conocer
la forma de los instrumentos pblicos de larga data?, se puede alegar mala fe por
desconocer algo extremadamente difcil de conocer?
El fallo Maristany Dedesma, Paula Nancy c/ Torres, Ramn36 nos trae una nove-
dosa interpretacin que brinda alivio a los titulares de dominio cuyo ttulo o algn
antecedente ha sido objetado por haberse omitido accidentalmente la firma del com-
prador en la escritura traslativa de domino. El fallo representa una de las novedades
ms importantes en relacin con la valoracin de ttulos notariales con falta de firma
y produce un cambio significativo en la interpretacin clsica de las nulidades ins-
trumentales. El argumento que utiliza el tribunal de alzada es totalmente razonable y
contemplativo de una realidad que era necesario modificar:
36. CNCiv., Sala B, 19/11/2014, Maristany Dedesma, Paula Nancy c/ Torres, Ramn s/ sucesin ab-intestato
s/ accin declarativa (art.322 Cdigo Procesal) (Revista del Notariado, N 918, 2015, con comentario de nues-
tra autora: Una esperada solucin a los ttulos observables).
182 Revista del Notariado 925
Entiendo que la seguridad jurdica del presente caso radica en dar validez a aque-
llo supuesto como cierto, en lugar de aferrarse a rigorismos hermenuticos que se
agotan en meras actuaciones formales sin ms relevancia y que no tienen por fina-
lidad garantizar un derecho sustantivo.
4.Conclusin
Como expresamos al comienzo del presente dictamen, ha existido una doctrina tra-
dicional de esta comisin que consider que en los casos donde falta una firma en
una escritura pblica, el acto es nulo de nulidad absoluta y, por ende, inconfirmable
e imprescriptible. Si bien por esa doctrina no puede afirmarse que el ttulo es inob-
jetable, consideramos que, en este supuesto particular, se ha argumentado en forma
suficiente que la excesiva rigurosidad tcnica a la hora de calificar el ttulo no puede
afectar los derechos adquiridos por los particulares. Las nulidades, al no estar tasa-
das literalmente por la norma, se interpretan como absolutas o relativas conforme
si afectan o no el orden pblico; en este caso, claramente no lo afectan y deben re-
lativizarse. En casos de ttulos antiguos, ha transcurrido suficiente plazo para meri-
tuar que las acciones de posibles perjudicados por dichos antecedentes se encuentran
prescriptas. Hacerlas valer mucho tiempo despus no tiene ninguna utilidad para la
comunidad, y razonablemente debe interpretarse que no se afecta el orden pblico,
por ser circunstancias totalmente extemporneas.
Resulta perjudicial atacar de nulidad el acto celebrado en la escritura objetada.
Como se analiz en el presente, existen fallos que brindan solucin a la problemtica
de la inmovilizacin jurdica de inmuebles por defectos por falta de firma en sus an-
Falta de firma. Propiedad horizontal Dictmenes 183
tiguos ttulos antecedentes. Consideramos que continuar la cadena dominial tal cual
est en el antecedente inmediato no altera ni perjudica el sistema de derechos reales
de transmisin de inmuebles, ya que es una solucin que opera en forma excepcio-
nal, para casos concretos. En sintona con la jurisprudencia reciente, consideramos
que, en este caso, la determinacin de nulidad absoluta imposible de confirmar es un
perfecto ejemplo de cmo no debe aplicarse el derecho positivo, desprovisto de rea-
lidad y bajo el inminente riesgo de lograr un efecto inverso al querido por la norma.
Dicha aplicacin lineal tiene como consecuencia la inmediata reflexin que podemos
hacer sobre los posibles defectos de forma que pueda tener cualquier ttulo de pro-
piedad de la Repblica Argentina. Retrocediendo en el tiempo y buscando, se encon-
trarn innumerables errores de fondo y forma y podramos encontrar innumerables
nulidades absolutas e inconfirmables.
La teora de la apariencia otorga preeminencia a la existencia y los alcances del
acto en relacin con terceros de buena fe, que juzgan sobre la base de su manifes-
tacin o forma con la cual son exteriorizados por sus autores, de modo tal que esta
configuracin produzca conviccin respecto de su regularidad y realidad, y es esta
orientacin, en el ejemplo particular, donde encontramos los lmites de la buena fe.
El lmite de la buena fe debe ser interpretado en forma regular. Cuanto mayor es el
deber de obrar con diligencia, ms es la responsabilidad; entonces, qu buena fe de-
bemos exigirle a un subadquirente? El anlisis, inexorablemente, debe detenerse en
casos como el presente, donde el tiempo y la lgica han dejado atrs el negligente
desconocimiento.
Debemos reflexionar acerca de a quines se pens tutelar con la categora de
nulo de nulidad absoluta y por ende inconfirmable: al inters pblico? Como con-
secuencia de esta interpretacin, en el caso particular, qu derecho puede afectar un
antiguo reglamento nulo por la falta de firma? El derecho debe ser aplicado en for-
ma integral, armnica y justa como condicin misma de su existencia. Es inobjetable
entender que el estado de propiedad horizontal no nace ni puede nacer por el mero
transcurso del tiempo sin cumplir con la forma requerida por la ley (escritura pbli-
ca). La aplicacin de la teora de la apariencia no pretende inventar ni crear derechos
donde no existen, ni por el transcurso del tiempo, ni por la falta deliberada de forma.
Pero, ante una situacin particular, consideramos razonable, acorde una creencia de
existencia consolidada y buena fe, la aplicacin de tales principios, conforme a una
interpretacin regular que impone una situacin jurdica especial.
La teora de la apariencia basada en el error comn e invencible tiene acogida
en nuestra legislacin en casos de excepcin y no fuera de tales supuestos. La regla
consiste en amparar por equidad al aparente titular del derecho. El efecto jurdico
que provoca esta interpretacin entre las partes es que la invalidez del acto queda sa-
neada por la apariencia, produciendo inoponibilidad a terceros mediante la prdida
o limitacin de acciones tendientes a destruir el acto. Lo curioso es que esta inter-
pretacin es aplicada de hecho, siendo que existen muchsimos ttulos de propiedad
circulando que en sus antecedentes remotos presentan nulidades instrumentales y
184 Revista del Notariado 925
a nadie se le ocurre observarlas ni hacerlas valer ante un juez. Sin embargo, existe
una desproteccin legal para estas situaciones, y nunca falta quien pretende abusar
de esta falta u omisin instrumental para obtener una ventaja ilegtima, evitando o
postergando obligaciones asumidas.
5.Bibliografa
Rezznico, Juan C., Principios fundamentales de los contratos, Buenos Aires, Astrea,
1999.
Tobas, Jos W., Apariencia jurdica, en La Ley, Buenos Aires, La Ley, t.1994-D,
p.323.
Trigo Represas, Flix A., La buena fe y su relacin con la responsabilidad civil,
en Crdoba, Marcos M. (dir.) y Garrido Cordobera, L.M. y Kluger, V. (coords.),
Tratado de la buena fe en el derecho, t.1, Buenos Aires, La Ley, 2004, p.204.
Historia
Jorge A. Latino
resumen
* El presente trabajo de investigacin fue expuesto por su autor el 28 de mayo de 2015 en sesin pblica del
Instituto de Historia y Organizacin del Notariado de la Universidad Notarial Argentina.
pro nobis notarii
Ora Historia 187
1.Introduccin
El espritu un tanto ambicioso de este trabajo es lograr, en primer lugar, que el lec-
tor se represente y site en el tiempo y contexto histrico en el que naci, se form
y muri un hombre que pas por este mundo hace mil setecientos aos, amando lo
que hoy llamamos profesin notarial. Un hombre que, siendo escriba y catecme-
no, tuvo un ideal de justicia, principios y valores morales tan elevados que lo llevaron
en el siglo IV d.C. a tener la osada de negarse a cumplir una orden impartida por el
pretor de Arls instruyndole transcribir un edicto de persecucin de todos aquellos
que profesaren la fe cristiana, atrevimiento imperdonable que le valiera la muerte y
posterior santificacin de la Iglesia Catlica. El fin ltimo de este trabajo no es otro,
entonces, que rendir homenaje a aquel escriba que nos precedi y que hoy es nuestro
santo patrono: san Gins de Arls.
En segundo lugar, el lector encontrar un estudio crtico de la llamada Herman-
dad de san Gins, convenio mediante el cual un grupo de escribanos del Virreinato
del Ro de la Plata deciden, en 1788, organizarse para defender su honra, profesin y
calidad de vida. No se comulga con las posturas que los estudiosos han vertido res-
pecto de la Hermandad y se brinda una nueva visin histrico-crtica.
Al lado de los funcionarios que concilian y que juzgan los diferendos, la tranqui-
lidad pblica llama a otros funcionarios, quienes, consejeros desinteresados de las
partes, as como redactores imparciales de sus voluntades, les hacen conocer to-
das las obligaciones que contraen, redactando sus compromisos con claridad, dn-
doles el carcter de acto autntico y la fuerza de una sentencia dictada en ltima
instancia, perpetuando su recuerdo y conservando su depsito con fidelidad, im-
pidiendo que nazcan diferencias entre los hombres de buena fe, y quitando a los
hombres, con la esperanza del xito, el deseo de llevar a cabo un acto contestario
injusto. Estos consejeros desinteresados, estos redactores imparciales, esa especie
de jueces voluntarios que obligan irrevocablemente a las partes contratantes son
los Notarios: Esta Institucin es el Notariado.2
1. Pond, Juan B., Origen e historia del notariado, Buenos Aires, Depalma, 1967, p.32.
2. Murrieta, Katia, Aspectos generales sobre el sistema notarial francs y breve comparacin de la inter-
vencin notarial en el derecho de familia en Francia con el derecho notarial ecuatoriano, en Revista Jurdi-
ca, Guayaquil, Universidad Catlica de Santiago de Guayaquil, N8, 1993, p.210 [ltima fecha de consulta:
20/7/2016].
pro nobis notarii
Ora Historia 189
En las civilizaciones romanas de la antigedad, son pocos los que tienen acceso a la
lectura y a la escritura, y no en todas las regiones encontramos tabeliones. Es por esto
que los notarii y los scribas, que trabajan esencialmente como funcionarios, tambin
van a redactar documentos a pedido de quienes los piden. Es as como las partes,
junto con los testigos necesarios, recurran a los escribas para que receptaran su vo-
luntad y las plasmaran por escrito. Comparto con el escribano Cosola que
aun cuando no fuera el escriba el notario de hoy, con todas sus incumbencias,
demuestra el comienzo de una labor, que luego va a pasar a traducirse en profe-
sin, y que resulta ser nuestro ms antiguo antecedente4
Desde la segunda mitad del siglo I hasta el ao 313 y despus en ciertas pro-
vincias, los cristianos en el Imperio Romano fueron perseguidos [] Se suele
afirmar que hubo diez persecuciones romanas contra el cristianismo decretadas
por diez emperadores: Nern, Domiciano, Trajano, Marco Aurelio, Septimio Se-
vero, Maximiano, Decio, Valeriano, Aureliano y Diocleciano. En realidad, durante
todo este perodo el cristianismo fue religin prohibida (religio illicita) y estuvo
3. Cursack, Eduardo V., Instrumentos pblicos. Actas notariales, en AA.VV., Edicin Homenaje Dr.Ben-
jamn Pablo Pin, Santa Fe, Facultad de Ciencias Jurdicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral,
2004, p.84.
4. Cosola, Sebastin J., Los deberes ticos notariales, Buenos Aires, Ad-Hoc, 2008, p.55.
190 Revista del Notariado 925 Jorge A. Latino
El denominador comn a remarcar en los diez momentos sealados es que las au-
toridades centrales iniciaron persecuciones generalizadas, ms all de que la inten-
sidad de las mismas fue variando entre una y otra, y el grado de cumplimiento de
los decretos persecutorios del emperador dependi, a su vez, de la anuencia de cada
gobernador. Este aporte se centrar en las caractersticas de la gran persecucin
de Diocleciano, emperador que busc exterminar al cristianismo y lleg a acuar
una moneda con la inscripcin Diocleciano, emperador que destruy el nombre
cristiano.6 Veremos cul era su mentalidad por haber dictado cuatro edictos de per-
secucin, siendo justamente uno de ellos el que se orden a nuestro santo patrono
transcribir y, como dijimos, al negarse fue martirizado.
El emperador Cayo Aurelio Valerio Diocleciano (244-311 d.C.) llega al poder apo-
yado por sus legiones en el ao 284 d.C. Era un hombre muy devoto de los dioses
romanos y del poder, a punto tal que entenda que era el dueo y dios de todo poder
soberano, por lo cual los sbditos al acercarse a la presencia del emperador, tena[n]
que postrarse y, al hablar, dirigirse a l como dominus et magister: amo y seor7. No
obstante, como bien nos ilustra el historiador Hughes,
fue lo bastante terrenal como para admitir que el enorme tamao y la compleji-
dad del Imperio romano, y la lenta comunicacin que este tamao implicaba, exi-
ga cambios en la administracin de su gobierno8
5. Reyes Vizcano, Pedro M., Las persecuciones romanas a los cristianos, en La Razn Histrica. Revista
Hispanoamericana de Historia de las Ideas, Murcia, Instituto de Poltica Social, N16, 2011. [ltima fecha de
consulta: 20/7/2016].
6.Ibdem.
7. Hughes, Robert, Roma. Una historia cultural, Barcelona, Crtica, 2013, p.152.
8. dem, p.153.
pro nobis notarii
Ora Historia 191
Debe sumarse a esto que los cristianos se negaban a rendir honores divinos al empe-
rador y rehusaban participar de rituales, rezar u ofrecerle sacrificios como si fuera un
dios, lo cual era entendido como una ofensa. Por ltimo, no debe perderse de vista
la creciente popularidad que el cristianismo comenzaba a tener en el pueblo romano,
las intervenciones del orculo instando a Diocleciano a atacar a la Iglesia, y la in-
fluencia que tenan sobre el emperador sus consejeros, principalmente el csar Gale-
rio, enemigo del cristianismo.
Esto deriv en lo que histricamente se denomina la gran persecucin, que se
desarrollara entre los aos 303 y 313, buscando obligar a los cristianos a aceptar el
culto imperial y adorar a Diocleciano como un dios. Esta persecucin comenz el 23
de febrero del ao 303, cuando un escuadrn arras con la iglesia de Nicomedia. Me
remito aqu a la riqueza del testimonio de Lactancio, escritor que vivi entre los aos
240 y 320 y que relata estos hechos de la siguiente manera:
Arrancan las puertas y buscan la imagen de Dios; descubren y queman las Escritu-
ras; se les permite a todos hacer botn; hay pillajes, agitacin, carreras.10
Al da siguiente se public un primer edicto que estableci que las personas que pro-
fesasen la religin cristiana
9. dem, p.163.
10. Lactancio, Lucio C.F., Sobre la muerte de los perseguidores, Madrid, Gredos, 1982, [introduccin, tra-
duccin y notas de Ramn Teja], pp.100.
192 Revista del Notariado 925 Jorge A. Latino
fueran privadas de todo honor y de toda dignidad y que fuesen sometidas a tor-
mento, cualquiera que fuese su condicin y categora; que fuese lcita cualquier ac-
cin judicial contra ellos, al tiempo que ellos no podran querellarse por injurias,
adulterio o robo; en una palabra, se les privaba de la libertad y de la palabra.11
Sumo aqu el testimonio Eusebio de Cesarea (263-339 d.C.), obispo, quien tambin
vivi esta persecucin y manifiesta que
fueron expuestos en todas partes los edictos imperiales, por los cuales se orde-
naba derribar las iglesias hasta el suelo, consumir en las llamas los cdices sagra-
dos, notar con la nota de infamia a las personas ilustres y despojar de libertad a
los plebeyos, si permaneciesen en el propsito de la fe cristiana. Este edicto fu el
primero dirigido contra nosotros.12
Poco despus [] fu promulgado un edicto del emperador para que todos los
obispos de las iglesias de todas partes fuesen encadenados y arrojados en la crcel.
El espectculo de los hechos, que luego tuvieron lugar, superaba a cuanto pudiera
decirse. Pues, como innumerable multitud de hombres fuese detenida y se llena-
sen las crceles (destinadas en otro tiempo a los homicidas y ladrones de sepul-
cros) de obispos, presbteros, diconos, lectores y exorcistas, no quedaba ya nin-
gn lugar para los que haban sido condenados por sus crmenes. Pero, como un
nuevo edicto hubiese seguido a los anteriores, en el cual se ordenaba que fuesen
dejados en libertad los que encerrados en las crceles ofreciesen sacrificio; pero, si
se negaban a ello, fuesen atormentados con gravsimos suplicios13
Son tres las fuentes documentales gracias a las cuales podemos reconstruir la vida de
Gins: el acta de los mrtires del obispo san Paulino de Nola (355-431 d.C.) relativa
al martirio de san Gins, un milagro presenciado y relatado por el arzobispo san Hi-
lario (401-449 d.C.), y la Gua del peregrino medieval o Codex calixtinus, una compi-
lacin del siglo XII.
Remarco la importancia de poder contar con la primera fuente menciona-
da, que permite conocer la historia y personalidad de nuestro ilustre escriba, con
la enorme implicancia que tiene el haberse redactado a poco ms de un siglo de su
muerte. San Paulino cuenta que Gins fue primeramente soldado:
San Gins, a quien la ciudad de Arls reconoce por su hijo y le venera como a su
padre, sigui las armas en su juventud14
Gins nace en la segunda mitad del siglo III. No sabemos con exactitud el ao pero s
que hace carrera militar y, tiempo despus, se dedica con mucho afn a los estudios,
ejerciendo con gran crdito el arte de la escritura desde muy joven:
despus estudi con mucha aplicacin, y exerci con gran crdito aquel arte tan
til, que sabe pintar con un solo rasgo la voz sobre el papel: que por la prontitud
de la mano, iguala a la rapidez del discurso de un Orador; y que da palabra por
palabra con sus cifras las arengas de los abogados, las deposiciones de los testigos,
y las respuestas de los acusados. Pero se puede decir que este arte fue en l como
una figura; o por mejor decir, como un presagio de la eterna gloria que posee hoy
da, y que mereci oyendo con atencin los preceptos del Seor, escribindolos al
punto con una exactitud extrema sobre las tablas de su corazn.15
Lleg as a ser secretario del pretor de Arls, lo cual era considerado en ese entonces
un cargo de gran distincin. Sabemos tambin que si bien no fue bautizado, tom
14. Paulino de Nola, Martirio de san Gins, escribano en Arles. San Paulino de Nola, en Ruinart, Thierry
(recopilador y traductor al francs), Las verdaderas actas de los mrtires. Acta primorum martyrum, t.3, Ma-
drid, 1776, [traduccin al espaol de Joaqun Ibarra], p.195. [N.del E.: ver aqu].
15. Ibdem.
194 Revista del Notariado 925 Jorge A. Latino
Aun era catecmeno cuando el emperador de los romanos decret una nueva per-
secucin contra los cristianos, encargando a los Prefectos o Jueces la publicacin
del edicto de persecucin, cada cual dentro de los lmites de su prefectura.16
Los emperadores a los que hace referencia san Paulino son aquellos que menciona-
mos: Diocleciano y Maximiano, siendo sus csares Galerio y Constancio. Vemos
como, siendo consciente de las consecuencias de su accionar, Gins se niega a cum-
plir la orden impartida.
16. Garrido, Jos, San Gins. Notario y mrtir, en Llibre de la Festa Major de Torroella de Montgr, Torroella
de Montgr, 1960, p.2, [obtenido del repositorio disponible en el portal Revistes Catalanes amb Accs Obert,
Consorci de Serveis Universitaris de Catalunya; ltima fecha de consulta: 20/7/2016].
17. Paulino de Nola, ob.cit. (cfr. nota 14), p.196.
18. Garrido, Jos, ob.cit. (cfr. nota 16).
19.Paulino de Nola, ob.cit. (cfr. nota 14), p.196.
pro nobis notarii
Ora Historia 195
celebrndose (en Arls) la fiesta de este glorioso santo, iba mucha gente a su
Iglesia y que haviendo de passar una puente del ro Rhdano, fue tanta la gente
que carg sobre ella que se hundi, y cay en el ro una multitud de hombres, mu-
geres, viejos, y mozos, nios y nias con gran peligro de ahogarse los que caye-
ron, y gran lstima de los que lo estaban mirando y no los podan socorrer. Estaba
all el obispo que a la sazn era de Arls, llamado Honorato, gran siervo de Dios:
y viendo aquel destrozo se puso de rodillas, pidiendo a san Gins que pues toda
aquella gente que padeca tan gran desgracia, por venirle a honrar, la librasse con
sus oraciones de aquel tan evidente peligro. Apenas hava acabado el santo Obispo
su oracin, quando comenzaron a salir del ro, sanos y sin lesin alguna, todos
los que en l havan cado, ninguno qued ahogado, ninguno tullido, ni manco,
ni descalabrado: todos salieron mojados; y todos muy alegres, vindose libres de
tan gran desastre, se abrazaban unos a otros. No falt a hombre capa ni espada, ni
a mujer manto o rosario. Todos se vieron en peligro de muerte, y ninguno muri
ni padeci otro mal que mojarse. Passaron en barcas el rio y fueron a la Iglesia de
San Gins a dar gracias a Dios por la merced que les hava hecho, y celebraron con
mayor regocijo que otros aos la fiesta del Santo, por cuyos merecimientos havan
salido de aquel peligro.21
Es de destacar que Honorato (350-429 d.C.) es hoy tambin santo de la Iglesia Cat-
lica y que, dada la fecha de su fallecimiento, este hecho tuvo lugar como mximo 120
aos despus del martirio de Gins.
Una ltima mencin de importancia la encontramos en la Gua del peregrino
medieval o Codex calixtinus, en su Captulo VIII De las visitas de los cuerpos de los
Santos, que, al hablar de Arls, menciona que
Ms all de esta ltima mencin, sabemos por los escritos de san Paulino que, una
vez retirados los asesinos de Gins, se acercaron algunos cristianos, quienes alzaron
sus despojos y le dieron sepultura en el cementerio de Alyscamps. Hoy en da los
Alyscamps son considerados patrimonio de la humanidad por la UNESCO y no son
otra cosa que una gran necrpolis romana que se encuentra en la ciudad de Arls. El
nombre es una corrupcin de la expresin latina Elisii Campi, es decir Campos El-
seos. San Gins fue enterrado aqu y rpidamente se convirti en un centro de culto,
pudiendo todava observarse en su lpida: Gins de Arls, Notario cristiano, MU-
RI DANDO FE DE SU FE, el 25 de agosto de 430.
El error en la fecha que figura en su lpida puede deberse a varias posibilidades,
que van desde una confusin con otro santo de nombre Gins, quien es patrono de
los artistas, hasta la posibilidad de que la lpida haya sido colocada con posterioridad
por quienes no tenan en claro la fecha de su muerte. Remarco que no me cabe duda
21. De Ribadeneyra, Pedro, Flos sanctorum [Libro de la vida de los santos], v.2, Barcelona, Sierra, Oli-
ver, y Marti Associs, 1790, [obra ampliada por la Compaa de Jess], pp.546. [ltima fecha de consulta:
20/7/2016].
22. Codex Calixtinus, Libro V, Captulo VIII. [ltima fecha de consulta: 20/7/2016].
pro nobis notarii
Ora Historia 197
de que San Gins fue martirizado entre el 303 y el 311. Esto se confirma plenamente
con las fechas de los edictos de Diocleciano, con el momento en que naci y muri
san Paulino de Nola y con el milagro que relata san Hilario y que no solo involucra a
san Honorato, fallecido en el ao 429, sino que adems habla de un lugar erigido en
nombre de san Gins y al cual los fieles peregrinaban, lo cual a todas luces nos mues-
tra que ya se haba generado a esa fecha una devocin por el santo. Tampoco pode-
mos perder de vista otro factor histrico: en el ao 380, el cristianismo fue decretado
religin oficial del Imperio Romano por el Edicto de Tesalnica.
Se sostiene tambin que parte de los restos de san Gins descansan en otras dos
iglesias, una que se levant en su honor en Madrid y otra en Cartagena. Lo cierto
es que el patrono de Cartagena no es otro que san Gins de la Jara, santo de origen
francs que fuera canonizado en 1541 por el papa Pablo III y cuya festividad se ce-
lebra el 25 de agosto. Historiadores y estudiosos sostienen que san Gins de la Jara
es en efecto el nombre que se le dio a san Gins de Arles cuando el culto lleg a esas
tierras.
En cuanto al proseguir de la historia, al poco tiempo del martirio de nuestro
santo patrono, Galerio obliga a Diocleciano a abdicar, y este muere finalmente en
el ao 311. Ese mismo ao tuvo lugar el Edicto de Tolerancia por parte de Gale-
rio, quien gravemente enfermo se vio forzado a hacer una confesin de Dios []
y declara su intencin de restituir el templo de Dios y reparar convenientemente
su crimen23. Puede que esta causal haya influido en su decisin, pero tambin es
cierto que la persecucin no haba tenido xito, lo cual el mismo Edicto concede. El
accionar de Diocleciano no cumpli los propsitos del emperador y el nmero de
cristianos aumentaba imparablemente gracias a sus enseanzas, valores, mrtires y
doctrina. La historia luego abrir el teln para dar paso a la figura de Constantino I
el Grande, hijo de santa Helena, y a la decisiva batalla del puente Milvio, que senta-
r las bases del Edicto de Miln del ao 313, cerrndose finalmente esta etapa en el
ao 380 con el Edicto de Tesalnica del emperador Teodosio, mediante el cual, como
hiciramos mencin, el cristianismo pasa a convertirse en la religin oficial del Im-
perio Romano.
Pasemos entonces a analizar la influencia que tuvo san Gins en nuestras tierras. Lo
ms destacado se encuentra en un convenio celebrado por un grupo de escribanos
que, entre un conjunto de disposiciones, proyecta la constitucin de una hermandad
bajo su proteccin. Me refiero aqu a un documento que tuvo lugar el 19 de agosto de
1788 como consecuencia del menosprecio que sufran los notarios de aquel entonces
y de la falta de proteccin y defensa de la profesin, que los llev a copiar el ejemplo
de colegas de Cdiz que decidieron constituir un Arca Grande para hacer frente a
una realidad similar.
Le propongo entonces, lector, viajar en el tiempo: del Imperio Romano en la
Antigedad nos trasladamos a Espaa y a Amrica en la Modernidad. La fecha que
nos ocupa ahora es, como se dijo, el 19 de agosto de 1788. Hace apenas doce aos se
constituy el Virreinato del Ro de la Plata y en menos de un ao tendr lugar un he-
cho que sacudir la historia, precisamente en la regin que fue cuna de nuestro santo
patrono: Francia. Estamos a meses de la Revolucin Francesa, que traer cambios
radicales y, en lo que respecta al notariado, dar lugar a la Ley del XXV de Ventoso
del Ao XI de la Repblica. Pond sostiene que la Modernidad trae consigo una de-
clinacin del notariado, que curiosamente no se produce por razones intrnsecas a la
funcin ni a sus miembros, sino por cuestiones extrnsecas a ellos, que se relacionan
con lo que hoy llamamos acceso al cargo y que motivan al referido grupo de escriba-
nos a imitar el ejemplo de los pares gaditanos.
menor, quienes no podan ejercer el cargo. Aparecieron aqu dos caminos posibles:
por un lado recurrir a la figura de los tenientes, que eran escribanos que no tenan
un oficio y que entonces lo arrendaban; y por otro lado, optar por la renuncia al ofi-
cio, lo que implicaba que este se volva a vender en pblica subasta, distribuyndose
lo recaudado entre los herederos y el rey. Por ltimo, hay que tener en cuenta que
tambin se multiplicaron funciones, ya que cuando un monarca suceda a otro y el
oficio se encontraba vendido, haba que crear uno nuevo para obtener recursos, lo
que se lograba quitndole competencias a un oficio existente.
Podemos imaginarnos las consecuencias nefastas que estos hechos generaron
en la funcin notarial, a punto tal de provocar el menosprecio de la actividad. Fue
tal la decadencia producida que aun hoy subsiste en el creer popular la idea de que
la funcin notarial se hereda. No debe sorprendernos, entonces, que los escribanos
del siglo XVIII sufrieran agravios como consecuencia del descrdito generado por
esta situacin.
24. Todas las citas que se transcriben del convenio estn tomadas de su versin paleogrfica del mismo, apor-
tada por el escribano Escalada Yriondo. Ver en este sentido Escalada Yriondo, Jorge, Una agremiacin de
escribanos porteos en el siglo XVIII, en Revista del Notariado, N516, julio 1944, pp.829-848 (reproducida
por Pond, Juan B., en ob.cit. [cfr. nota 1], p.627).
25. Pond, Juan B., ob.cit. (cfr. nota 1), p.372.
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Tenemos echos positibos y constantes del abandono con que oy se miran nuestros
enpleos por falta de defensa en sus reglas y esenciones de que gosamos siguiendo-
se de aqu el tenerse en poco y menores con orror y menosprecio inflamandolo y
ultrtajandolo frecuentemente [] lo que no susede en la Ciudad de Cadiz donde
se ha echo tan respetable despues de serlo de suio solo con el influjo y fomento
de la Arca Depositaria que establecieron aquellos escribanos con la justa idea de
ocurrir como lo hasen a la defensa de sus prerrogativas esenciones y demas parti-
culares intereses26
Como bien destaca Escalada Yriondo,27 el objeto principal del convenio era velar
por los fueros y privilegios del gremio, como tambin atender la secuela y la defensa
de los litigios que se suscitaran con tal motivo. Pond sostiene que no se busc crear
un paliativo para el escribano sancionado o destituido con justa causa, sino lo opues-
to, poniendo al escribano al margen de contingencias por medidas arbitrarias de la
autoridad que pudieran alejarlo del cargo sin justificativo suficiente.28
El convenio tambin tuvo fines secundarios, entre los que se destacan prstamos
dinerarios a los miembros, bajo inters y fianza; atender los gastos de enfermedad y
entierro en caso de fallecimiento de un integrante del arca; otorgar sumas de hasta
tres mil pesos a hijas de escribanos que estuvieren por casarse con oficial u otra per-
sona de distincin y necesitasen dote, suma que eventualmente sera devuelta por
sus maridos en el caso de que ellas muriesen sin dejar descendencia; otorgar pen-
siones a los hijos de los escribanos en caso de que sus madres hubieran fallecido y
que ellos procediesen de legtimo matrimonio; dar subsidios a las viudas de los es-
cribanos a fin de evitar que estrechadas de la necesidad no se malogren antes biem
puedan mantenerse con una regular desencia, perdiendo tal subsidio si contrajeren
segundas nupcias, al entender que sus necesidades ya quedaran remediadas. Asi-
mismo, cuando los fondos del arca sumaren 1000 pesos, se establece que se ha de
dar limosna todos los das viernes del ao a medio real en plata a cada uno de quan-
tos pobres mendigos ocurran a casa del que este echo cargo de la arca.
Los fondos se obtendran de los derechos que fijaba el arancel para las com-
probaciones y para las legalizaciones de las firmas de otros escribanos, no pudien-
do ninguno de los escribanos otorgantes realizar este trabajo gratuitamente, debien-
do en tal caso suplir el importe de su propio peculio. Las sumas recolectadas seran
depositadas en un Arca Grande con suficiente buque y seguridad de tres llaves. El
arca
estara a cargo de don Juan Jos de Rocha y cuyas tres llaves se entregaran a
ste, y [a los escribanos] Nez y Boyzo, respectivamente. Los depsitos de dine-
ro seran hechos en presencia del que efectuaba la entrega y del encargado de la
caja. Todas estas sumas no responderan jams, ni por causa alguna, por las deu-
das particulares que hubieran contrado o contrayesen los asociados. Anualmente
se practicara un balance del capital existente, a cuyo acto seran citados y podran
asistir todos los miembros.29
Podran ingresar a la hermandad todas las personas de ambos sexos que quisieran
hacerlo, pero no seran admitidas las que no sean de conocida prosapia.
31. Diccionario de derecho cannico. Arreglado a la jurisprudencia eclesistica espaola antigua y moderna, Pa-
rs, Rosa y Bouret, 1854, p.264. [N.del E.: ver aqu].
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Ora Historia 203
El culto de San Gins, que por haber sido Escribano era el patrono del gremio, fu
motivo de particulares consideraciones. Como primera medida, resolvise que al
cabo de cinco aos, esto es en 1793, se celebrara su festividad en la Catedral, con
la mayor pompa posible, dicindose una misa cantada y el correspondiente ser-
mn. Luego, al cabo de otro perodo igual, es decir en 1798, se creara una her-
mandad bajo esa advocacin, y se comprara una capilla en dicho templo, instaln-
dose all un altar con su efigie.33
32. Ramrez Arandigoyen, lvaro D., [presentacin al artculo de Lucero, Juan A., Hermandad de san
Gins en Buenos Aires], en Revista del Notariado, N912, 2013, p.283. En igual sentido, ver en el mismo
trabajo, p.285: En el ao 1788, a instancias del escribano Juan Jos Romualdo de Rocha, los escribanos de la
Ciudad de la Santsima Trinidad y Puerto Santa Mara de los Buenos Aires, por escritura pblica, celebran un
pacto, creando, bajo la proteccin del santo, la Hermandad de San Gins de Arls.
33. Escalada Yriondo, Jorge, ob.cit. (cfr. nota 24), p.831.
204 Revista del Notariado 925 Jorge A. Latino
Por ltimo, refuerzo esta postura con otro argumento de peso: el modo en que se
constituan las hermandades en aquel entonces.
La cofrada fue una forma de asociacin piadosa muy difundida, tanto en Europa
como en Amrica, especialmente en los siglos XVII y XVIII. En su origen, me-
dieval, estuvo identificada con los gremios que tenan un santo patrn a quien le
rendan culto [] El santo protector elegido haba ejercido el mismo oficio o su
vida o martirio tena alguna caracterstica que lo relacionaba con el trabajo que
protega.34
El marco jurdico para el funcionamiento de las cofradas se origin en los dos
fueros eclesistico y civil y en sus diferentes niveles, pero la Iglesia se reserv el
derecho jurisdiccional de sancionar los estatutos y constituciones de las mismas35
[]
Las cofradas religiosas coloniales fueron reguladas desde el mbito civil y el can-
nico. A la legislacin real espaola se le uni la indiana y en el fuero eclesistico
se aplic la legislacin universal (Trento) y los Snodos y Concilios americanos.36
34. Martnez de Snchez, Ana M., Hermandades y cofradas. Su regulacin jurdica en la sociedad india-
na, en Derecho y administracin pblica de las indias hispnicas. Actas del XII Congreso Internacional de Histo-
ria del Derecho Indiano (Toledo, 19 a 21 de octubre de 1998), t.II, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha,
2002, p.1035. [N.del E.: ver aqu].
35. Martnez de Snchez, Ana M., Cofradas y obras pas en Crdoba del Tucumn, Crdoba, Universidad
Catlica de Crdoba, 2006, p.88.
36. dem, p.93.
37. Diccionario, ob.cit. (cfr. nota 31), p.264. [N.del E.: ver aqu].
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Ora Historia 205
Ley XXV. Que no se funden cofradas sin licencia del rey, ni se junten sin asistencia
del Prelado de la Casa y Ministros Reales.
Ordenamos y mandamos, que en todas nuestras Indias [] para fundar Cofra-
dias, Iuntas, Colegios Cabildos [] aunque sea para cosas y fines pios y espi-
rituales, preceda licencia nuestra y autoridad del Prelado Eclesistico, y haviendo
hecho sus Ordenanzas y Estatutos, las presenten en nuestro Real Consejo de las
Indias, para que en l se vean y provea lo que convenga, y entre tanto no puedan
usar ni usen de ellas; y si se confirmaren aprobaren, no se puedan juntar ni hazer
Cabildo ni Ayuntamiento, si no es estando presente alguno de nuestros Ministros
Reales
Esta poltica se aplic tanto con los Habsburgos como con los Borbones, aunque se
acentu el control con estos ltimos, quienes promovieron una poltica de extincin
de las mismas, tratando as de reivindicar el poder de la monarqua sobre la Iglesia.
El fundamento estaba en que demasiadas cofradas no permitan que todas se
atendieran debidamente y ocasionaban demasiados gastos a los fieles. En este sen-
tido, el snodo de la Plata de 1773 recalc lo que haba establecido la legislacin
38. Ana M. Martnez de Snchez (en ob.cit. [cfr. nota 34], p.1041) expresa que el concilio ya haba sido
adoptado por la Recopilacin de Leyes de Castilla de 1567 en la Ley 3, Ttulo 14, Libro 8. [N.del E.: ver aqu].
39. Martnez de Snchez, Ana M., ob.cit. (cfr. nota 35), pp.97-98.
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real: Que las cofradas tuvieran aprobacin del Rey o de la persona que en su nom-
bre ejerciera el real Patronato y, conforme a la Recopilacin de Indias, el pase del
Consejo.40 Sumamos por ltimo que por resolucin de Carlos III, a consulta del
Consejo, el 9 de julio de 1783 se exigi la extincin, reforma y arreglo de las cofra-
das erigidas sin autoridad real ni eclesistica.41
Teniendo presentes estos conceptos, estamos lejos del documento suscripto por
nuestros antecesores: all no se hace referencia alguna a una previa autorizacin por
parte del obispo o vicario, ni se habla de la posibilidad de presentar el documento
en el Consejo de Indias. Sostuvimos tambin nuestra posicin en relacin a la pre-
sencia meramente poltica del alcalde Warnez.
Reafirmo y concluyo as que, a mi parecer, el documento en estudio no es el ins-
trumento constitutivo de la Hermandad de san Gins de Arles.
4.Conclusiones
Hace poco ms de mil setecientos aos un hombre mora por una causa justa. Casi
quince siglos despus, un grupo de escribanos quiso honrarlo con las ms puras y
loables intenciones. Dios quiera que nuestros antepasados notariales, aquellos que
dejaron su huella en el cuerpo notarial, como tantos otros que podramos mencionar,
sigan influyendo en las generaciones presentes y futuras, uniendo fraternalmente al
notariado de toda la Repblica.
5.Bibliografa
43. Garrido, Jos, ob.cit. (cfr. nota 16), p.4. [El destacado nos pertenece].
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nicas. Actas del XII Congreso Internacional de Historia del Derecho Indiano (Tole-
do, 19 a 21 de octubre de 1998), t.II, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha,
2002.
Cofradas y obras pas en Crdoba del Tucumn, Crdoba, Universidad Catlica
de Crdoba, 2006.
Murrieta, Katia, Aspectos generales sobre el sistema notarial francs y breve com-
paracin de la intervencin notarial en el derecho de familia en Francia con el
derecho notarial ecuatoriano, en Revista Jurdica, Guayaquil, Universidad Cat-
lica de Santiago de Guayaquil, N8, 1993.
Paulino de Nola, Martirio de san Gins, escribano en Arles. San Paulino de Nola,
en Ruinart, Thierry (recopilador y traductor al francs), Las verdaderas actas de
los mrtires. Acta primorum martyrum, t.3, Madrid, 1776, [traduccin al espaol
de Joaqun Ibarra].
Pond, Juan B., Origen e historia del notariado, Buenos Aires, Depalma, 1967.
Ramrez Arandigoyen, lvaro D., [presentacin al artculo de Lucero, Juan A.,
Hermandad de san Gins en Buenos Aires], en Revista del Notariado, N912,
2013, p.283.
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zn Histrica. Revista Hispanoamericana de Historia de las Ideas, Murcia, Institu-
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