Cartas para Arturito - Regreso D - San Sarabia, Myriam

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CARTAS PARA ARTURITO

REGRESO DEL PRINCIPITO


MYRIAM SANG SARABIA
CARTAS PARA ARTURITO
REGRESO DEL PRINCIPITO
CARTAS PARA ARTURITO
REGRESO DEL PRINCIPITO
MYRIAM SANG SARABIA
PGINA LEGAL
Myriam Sang Sarabia, 2014.
Diseo de cubierta: Myriam Sang Saraibia.
Edicin: Ral G. Torricella Morales.
Diseo de interior: Elisa Torricella Morales
Editorial Universitaria
Calle 23 No. 565 e/ F y G, Vedado, La Habana, Cuba.
E-mail: eduniv@mes.edu.cu
Telfono: (+537) 837 4538
ISBN versin IaP 978-959-16-2396-6
e ISBN versin PDF 978-959-16-2397-3
e ISBN versin ePub 978-959-16-2398-0
PALABRAS DEL EDITOR

En septiembre del 2014, Myriam Sang Sarabia me llam a


la Oficina para decirme que estaba interesada en
mostrarme un libro que ella estaba escribiendo y que,
pensaba que podra interesarme. Se trataba de Cartas
para Arturito. Mi primer pensamiento fue proponer que
buscara una editorial que tuviera en su perfil la temtica
de ficcin; pero, cuando me explic que se trataba de una
versin comentada de la extraordinaria obra de Antoine
de Saint- Exupry: El Pequeo Prncipe, acept de
inmediato; pues esta obra, sin lugar a dudas clasifica
como acadmica y como educativa, perfiles de la Editorial
Universitaria1.
Cartas para Arturito result para mi ms que otro
trabajo de edicin, el placer de releer El Principito, en la
versin de Myriam, quien ha logrado transmitir el
mensaje de la obra a travs del prisma de su visin
personal.

1
La Editorial Universitaria publica libros acadmicos y educativos en
formato digital por encargo del Ministerio de Educacin Superior de la
Repblica de Cuba.
Espero que la publicacin en formato digital de
Cartas para Arturito sea un incentivo que, para aquellos
lectores que ya la conocen, la lean nuevamente; as como
para quienes an no la conocen, tengan la oportunidad
de leerla ahora, en formato digital; con lo que quizs
logren convertirse en los nuevos lectores asiduos de El
Pequeo Prncipe.
20 de octubre 2014
Raul G. Torricella Morales
Editorial Universitaria (eduniv@mes.edu.cu)
Ministerio de Educacin Superior
NDICE

PGINA LEGAL.....................................................................6
PALABRAS DEL EDITOR..................................................7
NDICE................................................................................9
PALABRAS DE LA AUTORA..........................................11
I.......................................................................................15
II.....................................................................................21
III....................................................................................29
IV....................................................................................31
V......................................................................................35
VI....................................................................................39
VII...................................................................................45
VIII.................................................................................47
IX....................................................................................51
X......................................................................................55
XI....................................................................................59
XII...................................................................................63
XIII.................................................................................67
10 Cartas para Arturito

XIV.................................................................................77
XV...................................................................................85
XVI.................................................................................91
XVII................................................................................99
XVIII.............................................................................107
XIX................................................................................111
XX.................................................................................113
XXI................................................................................115
PALABRAS DE LA AUTORA

Conoc al Pequeo Prncipe, all por el ao 1963, cuando


estudiaba Francs en la Academia de Idiomas, en
Santiago de Cuba. Por entonces, haba nacido mi primer
sobrino, poco antes de la Crisis de Octubre, cuando la
posibilidad de vivir era, simplemente, una incgnita.
Fue entonces cuando decid emprender la traduccin
del Pequeo Prncipe, de Antoine de Saint-Exupry, con el fin
de que mi pequeo sobrino pudiera leerlo cuando fuera
grande, aunque no supiera francs. Termin la
traduccin en el ao 1964. Pas el trabajo a mquina, le
pint todos los dibujitos y, finalmente, lo encuadern
para que las hojas no se dispersaran. Se lo dediqu a mi
sobrinito, que lo tena como su librito preferido.
El tiempo pas y, cuando mi sobrino se cas, tuvo un
hijito, Arturito, que tena 4 aos cuando l y sus padres se
trasladaron a vivir en un lugar distante. Yo sent mucho
que mi nio no pudiera disfrutar de la lectura de esa obra
maravillosa. Fue por eso que se me ocurri contarle el
cuento por correspondencia. As, en cada carta le enviaba
un fragmento del cuentecito, incluyendo las ilustraciones
para que, al ver los dibujitos, pudiera entender mejor el
cuentecito.
Tard 2 aos, aproximadamente, en enviarle todas
las cartas. Termin de hacerlo en 1996.

La autora con su primer sobrino en los brazos, 1963.


Supe que la madre de Arturito, que es una madre
amorosa, y una persona muy curiosa y organizada, le
tena guardadas al nio todas las cartas que yo le haba
enviado a travs de los aos. Pero, cul no sera mi
sorpresa? al recibir una copia con las cartas con el
cuentecito, ordenadas y encuadernadas en un bello
ejemplar. Haban pasado ms de 20 aos desde que ella
comenz a guardar las cartas. Se me ocurri la idea de
hacer una revisin de las mismas, y digitalizar los textos.
A travs de los aos, he podido observar que, aunque
son muchas las personas que dicen que han ledo el libro,
muy pocas recuerdan aspectos importantes de su
contenido y algunos nios tienen dificultades para
entender este libro, que el autor le dedic, precisamente a
ellos.
Al ver que el tesoro de sabidura, que guarda entre
sus pginas, El Pequeo Prncipe, no ha llegado a muchos
corazones, y que todava no entendemos bien por qu: lo
esencial es invisible? Me propuse preparar una versin del
mismo, que pueda contribuir, si esto fuera posible, a
facilitar la comprensin de su valioso mensaje, espe-
cialmente, por los nios.
Me gustara que Cartas para Arturito nos hiciera
volver a vivir la maravillosa historia de El Pequeo Prncipe,
con la ilusin de que l ha regresado para visitar a su
amigo El Zorro.
Myriam.
Santiago de Cuba, 2014.
I

Mi querido Arturito:
Voy a contarte un cuentecito muy lindo, que s que
te va a gustar. Se llama El Pequeo Prncipe, y su autor,
Antoine de Saint - Exupry , era piloto y amaba mucho a los
nios.
Cuenta el autor que, una vez, cuando era nio, vio en
un libro, la imagen de una serpiente boa que se tragaba
entero a un animal, que pareca ms grande que ella. Esto
lo impresion tanto que, enseguida trat de dibujar la
imagen que haba visto, para ensersela a todo el
mundo, porque nadie quera creer que eso fuera verdad.
16 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Pero, sucedi que, al ver el dibujo, las personas a quienes se


lo mostraba no lograban entender su significado y, algunas,
hasta pensaban que se trataba de un sombrero, o algo por el
estilo. Lo cierto es que, el Piloto se vio obligado a pintar un
nuevo dibujo, esta vez, con la serpiente abierta, para que se
pudiera ver bien al animal que se haba tragado.
Qu trabajo le cost que las personas mayores
entendieran una cosa tan sencilla ! De ms est decir que, a
lo largo de su vida, el Piloto se vio en la necesidad de pintar,
y volver a pintar, serpientes abiertas y cerradas, cada vez que
contaba esa historia. Esto hizo que al pobre Piloto no le
quedara tiempo para aprender a pintar otra cosa que no
fueran sus boas abiertas y cerradas.
Una vez, mientras se encontraba tratando de reparar el
motor de su avin, en el desierto, adonde haba cado, a
consecuencia de una avera sufrida por su avin, en frica, a
mil millas de toda regin habitada. El Piloto qued muy
sorprendido al ver acercarse a un nio que, por su aspecto,
no pareca estar perdido. Era El Pequeo Prncipe pidindole
que le dibujara un carnero. Pero ms se sorprendi cuando
le mostr al nio sus dibujos de la serpiente abierta y
cerrada, y ste los entendi perfectamente. Era evidente que
se trataba de una criatura extraordinaria.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 17

Cuenta el Piloto que el Pequeo Prncipe y l se hicieron


muy buenos amigos, mientras l reparaba su avin, y que fue
as como pudo conocer la historia que le cont el Principito,
y que podrs conocer t, tambin, cuando termines de leer
este librito.
18 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Este es el Pequeo Prncipe.

Qu es esto? Es una serpiente tragndose a un animal


entero. Qu miedo


Esto es un sombrero? No Seor. Es la serpiente que se
trag a otro animal.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 19

Aqu est! La serpiente se trag un elefante y pensar


que las personas mayores pensaban que esto era un
sombrero. Las personas mayores son as
Arturito:
Espero que estos dibujitos te hayan gustado. Quise
hacerte el de la serpiente, porque me record al maj que tu
pap y t cargaron en el zoolgico. T tienes mucha fuerza,
porque en la foto se ve que el maj pesaba mucho, y t
podas con l.
Eres un nio muy valiente; pero recuerda que hay que
tener cuidado con esos animales. Mira lo que le pas al
elefantico Pobrecito!
A tu abuelita Nena y a m nos gustaron mucho las fotos
y las postales que nos mand Mami.
Estos son besitos que yo te mando:
20 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Te quiere mucho,Tata
El Pequeo Prncipe en su Planeta.
II
Arturito:
Te acuerdas de que el Pequeo Prncipe le pidi
al Piloto que le dibujara un carnero?
Pues aqu estn los dibujos:
El primero no le gust al Pequeo Prncipe, porque
pareca que estaba enfermo (dibujo 1). El segundo
tampoco le gust, porque tena tarros como un
chivo(dibujo 2). Y, tampoco le gust el tercero (dibujo 3).
El Piloto acab por pintarle una caja (dibujo 4). Y le
dijo:
Toma esta caja. El carnero que t quieres est adentro.
Entonces, el Principito se puso muy contento con el
carnerito guardado en su caja.
22 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Dibujo 1

Dibujo 2
Cartas para Arturito: regreso del Principito 23

Dibujo 3

Dibujo 4
24 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Pequeo Prncipe arranca las malas hierbas.


El Pequeo Prncipe se dedicaba, cada maana, a arrancar
las malas hierbas que infestaban el planeta. Esto es fcil
hacerlo cuando las hierbitas son chiquitas. Si ellas crecen,
pueden destruir el planeta.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 25

El planeta del Pequeo Prncipe era tan pequeo, que en


l no cabria una manada de elefantes.
Qu te parece? En estos dibujitos aparece un astr-
nomo turco que descubri un nuevo asteroide.
26 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Sabio observa las estrellas con su telescopio.


Cartas para Arturito: regreso del Principito 27

El astrnomo turco expuso en un evento cientfico: que


haba descubierto el Asteroide B 612; pero, nadie le crey,
porque no estaba bien vestido.
28 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Aos despus, el mismo sabio expuso la misma teora;


pero, esta vez todos le creyeron; porque estaba muy elegante.
Caramba! Las personas mayores son as ...
Besitos
Tata
III
Arturito:
El Pequeo Prncipe conoca la historia de un hombre
muy perezoso, que no se ocupaba de arrancar las malas
hierbas que crecan en su planeta; y por eso dej que
crecieran unas plantitas de baobabs, que se convirtieron
en rboles muy grandes, que l ya no poda cortar, y que
hicieron estallar su planeta.
Dile a Mami que te ensee algunas lminas con
baobabs. Estos son unos rboles gigantescos que hay en
frica.
Si vas al Jardn Botnico alguna vez, es posible que
all puedas ver alguno de esos rboles Los baobabs.
30 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Los baobabs.
IV
Querido Arturito:
En el planeta del Pequeo Prncipe haba una rosa;
pero, esa rosa era una flor muy caprichosa, que
tambin deca mentiras. Presuma que tena cuatro
espinas, y pensaba que con ellas sera capaz de defenderse
de las fieras.
32 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Pequeo Prncipe, que amaba mucho a su flor, se senta


muy triste al reconocer sus defectos. Fue por eso que un da
se decidi a salir de viaje para visitar otros planetas.

Para marcharse utiliz una bandada de avecillas


silvestres.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 33

Al Pequeo Prncipe le gustaba mucho contemplar la


puesta de sol, sobre todo, cuando se senta triste.
Una puesta de sol es una cosa muy bonita. Dile a Mam
que te ensee una, para que puedas verla.
V
Arturito:
Aqu te mando otros dibujitos.
Todos los das, el Pequeo Prncipe se pasaba largo
rato contemplando a su flor
Ella era una flor muy linda, pero muy caprichosa.
Qu te parece?
36 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Pequeo Prncipe contempla su flor.


Cartas para Arturito: regreso del Principito 37

El Principito regaba con agua a la flor cada maana.


Pero, la flor, que era muy malcriada, le exiga, tambin, que
le pusiera un biombo para protegerla del aire.
38 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Pero, la flor, que era muy malcriada, le exiga, tambin,


que le pusiera un biombo para protegerla del aire.
Aunque no dejaba de molestarse por sus caprichos.
Te acuerdas de que, cuando leamos el cuentecito, y t
veas al Principito regando a la rosa, t me decas: ese es
Cholo con la regadera echndole agua a las matas en el
solar?
Recibe muchos besitos de
Tata.
VI
Arturito:
Esta es la flor que viva en el planeta del Pequeo
Prncipe. Ella era una flor muy bonita; pero era mentirosa,
y se crea terrible por tener cuatro espinas. El Pequeo
Prncipe quera mucho a esta flor; aunque sus defectos lo
haca sufrir.
Te acuerdas de la flor?
40 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Deca la flor: que ella no le tena miedo a las fieras,


porque ella tena sus cuatro espinas para defenderse.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 41

Esa flor era muy autosuficiente.


La flor se quejaba de que el viento le haca dao; por eso
le peda al Pequeo Prncipe que todos los das le pusiera un
protector de cristal. Ella era muy exigente!
42 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Pequeo Prncipe era muy trabajador. El no dejaba de


destupir los volcanes apagados que haba en su planeta, para
evitar que explotaran, si algn da entraban en actividad. Y
nunca se olvidaba de arrancar las malas hierbas que crecan
en su planeta, para que no le pasara como al Perezoso. Tampoco
se olvidaba de proteger a la flor con su globo de cristal.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 43

El Pequeo Prncipe era muy trabajador.


Bueno, Arturito:
Espero que estos dibujitos de hoy te hayan gustado.
Mndamelo a decir en una cartica.
Muchos besos, Tata.
VII
Mi querido Pequen:
El dibujito que te mand hace ya algunos das, tena
al Pequeo Prncipe, que se haba puesto guapo con su flor;
y por eso se haba ido de su planeta, con una bandada de
pajarillos silvestres que haba pasado por all. El
Principito quera visitar otros planetas para aprender
muchas cosas y para encontrar algo que hacer, pues l era
muy trabajador.
Cuando lleg al primer asteroide, despus de haber
viajado mucho, se encontr con que all viva un Rey que
estaba vestido con un traje de prpura y armio. Su
manto era tan grande, que cubra todo el planeta.
Cuando el Rey lo vio llegar, exclam:
He aqu un sbdito
Porque para los reyes, el resto de las personas no son
ms que sbditos a quienes mandar.
46 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Desde que lleg, aquel Rey le dio tantas y tantas


rdenes, que el Principito decidi dejar el planeta y
continuar su viaje.
El Rey trat de que se quedara dndole nuevas rdenes,
porque para l, lo ms importante era mandar. Y, como
viva solo en su planeta, no tena a nadie a quien mandar.
Mientras se alejaba, el Pequeo Prncipe se fue pensando
que las personas mayores eran muy extraas.

El Rey
VIII
Cuando lo vio llegar, el Vanidoso dijo:
Aqu viene un admirador.
Pues para los vanidosos, todos los dems hombres
son admiradores.
El Principito le dijo al Vanidoso:
Tiene usted un sombrero muy gracioso.
Es para saludar cuando se me aclama.
Desgraciadamente, por aqu nunca pasa nadie. Por
favor, apludeme.
Cuando el Principito aplaudi, el Vanidoso salud
modestamente, levantando su sombrero.
El Principito sigui aplaudiendo para ver al
Vanidoso saludar cada vez que lo haca
Al principio le pareci muy divertido; pero termin
por cansarse de ese juego. Entonces le dijo al Vanidoso:
Y, para que el sombrero se est quieto, qu hay que
hacer?
48 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Pero, el Vanidoso no lo escuch. Los vanidosos no


escuchan ms que las alabanzas.
El Pequeo Prncipe no sinti ningn inters por
quedarse en aquel planeta con un Vanidoso tan aburrido,
por lo que decidi continuar su viaje. Las personas mayores
le parecieron realmente muy extraas.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 49

Este es el Vanidoso, que se sinti muy contento al ver


que el Pequeo Prncipe visitaba su planeta.
50 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Arturito:
Dime si te gust esta parte del cuentecito. Verdad que
es muy graciosa?
Dile a Mami que me haga una cartica, y que me cuente
lo que haces.
Tata
IX
Mi querido Arturito:
El planeta siguiente estaba habitado por un
borracho. Esta visita fue muy corta; pero, dej al
Principito muy, pero que muy, triste.
Qu haces aqu?
Le pregunt al Borracho, que estaba muy callado
delante de una coleccin de botellas llenas y vacas.
Bebo, respondi el Borracho con un aire trgico.
Por qu bebes?
Le pregunt el Pequeo Prncipe.
Para olvidar
Respondi el borracho.
Para olvidar qu?
Para olvidar que tengo vergenza.
Contest el Borracho bajando la cabeza.
Vergenza de qu?
52 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Le pregunt el Pequeo Prncipe, con deseo de ayudarlo.


Tengo vergenza de beber.
Termin por decir el Borracho, que ya no dijo nada
ms.

Este es el Borracho
Cartas para Arturito: regreso del Principito 53

Y el Pequeo Prncipe se fue de all completamente


asombrado.
Las personas mayores son, decididamente, muy
extraas, se deca durante el viaje.
Arturito:
Qu te ha parecido este cuentecito? Verdad que este
borracho era un hombre que no serva para nada?
Estas personas mayores son tremendas! Para un nio,
resulta muy difcil entenderlas.
Me despido hasta el prximo cuentecito.
X
El cuarto planeta era el de un Hombre de Negocios
Aquel hombre estaba tan ocupado, que ni siquiera
levant la cabeza cuando lleg el Pequeo Prncipe, que le
dijo:
Buenos das! Su tabaco est apagado.
Tres y dos son cinco. Cinco y siete doce. Doce y tres
quince. Buenos das! Quince y siete veintids. No tengo
tiempo de encenderlo de nuevo!
Y el hombre de negocios continu sacando
cuentas.
Luego, le dijo al Pequeo Prncipe:
Tengo tanto trabajo! Yo soy muy serio. Jams me
entretengo en boberas! Y sigui contando.
El hombre de negocios levant la cabeza.
En los cincuenta y cuatro aos que vivo en este planeta,
yo he sido distrado nada ms que tres veces. La primera
vez fue, hace 25 aos, por una cucaracha que cay de
56 Cartas para Arturito: regreso del Principito

alguna parte. Ella haca un ruido terrible, y me hizo


cometer cuatro errores en una semana. La segunda vez fue
hace 12 aos, por una crisis de reumatismo. Yo no hago
ejercicios. Yo no puedo perder mi tiempo. Yo soy serio. La
tercera vez es sta.
Por fin, el Principito logr que el Hombre de Negocios
le dijera, que lo que l contaba eran las estrellas, que se crea
dueo de ellas; porque haba sido el primero en contarlas.
Esto le pareci un verdadero disparate; por eso decidi
marcharse de aquel planeta, y continuar su viaje. Cada vez se
convenca ms de que las personas mayores son, algo
verdaderamente extraordinario.

El Hombre de negocios.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 57

Arturito,
Qu hombre tan tonto! Verdad, mi nio?
Recibe tantos besitos como estrellitas puedas contar.
Te quiere,
Tata.
XI
Mi querido Pequen:
El quinto planeta visitado por el Pequeo Prncipe era
muy curioso. Era el ms pequeo de todos. Haba en l,
justamente el espacio necesario para alojar a la farola y a
un encendedor de farolas.
Cuando se acerc al planeta, el Principito salud
respetuosamente al farolero.
Buenos das! Por qu has encendido la farola?
Es la consigna, respondi el farolero.
Buenos das!
Qu es la consigna?
Es apagar mi farola. Buenas noches!
Y la volvi a encender.
Bueno, Arturito:
La cosa es que aquel pobre hombre estaba muy
cansado y sudando mucho; pues, cada minuto que pasaba
60 Cartas para Arturito: regreso del Principito

tena que encender su farola y volverla a apagar al minuto


siguiente. El caso es que, aos atrs, el planeta giraba ms
despacio y, por eso, los das y las noches eran ms largos.
Pero, desde que el planeta comenz a girar ms aprisa, el
pobre hombre no tenia descanso.
El Principito sinti lstima por l, pero no pudo
ayudarlo.
Pens: tal vez ese hombre sea absurdo; pero es mucho
mejor que el Rey, que el Vanidoso, que el Hombre de
Negocios y que el Borracho; puesto que su trabajo era til,
porque era bonito. Cuando encenda su farola, es como si l
hiciera nacer una estrella ms.
Mientras se alejaba, el Pequeo Prncipe pensaba: tal vez,
ese seria menospreciado por los dems; sin embargo, ese es
el nico que no me parece ridculo, porque se ocupa de otra
cosa que no es de s mismo.
Suspir afligido y continu diciendo: ese es el nico
que hubiera podido ser mi amigo. Pero su planeta
es verdaderamente pequeo. All no hay sitio para dos.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 61

El Encendedor de Farolas.
Arturito:
Seguramente que mam te ha tenido que explicar
el significado de algunas palabras; pero, yo estoy segura de
que, como eres un nio, comprenders el cuento, slo de
mirar el dibujito.
Te quiere, Tata.
XII
El sexto planeta era diez veces ms grande que el
anterior y, en l viva un anciano caballero que escriba
enormes libros.
Anda! He aqu un explorador!
Exclam el anciano cuando vio llegar al Principito.
El Pequeo Prncipe se sent sobre la mesa y respir
un poco. Haba viajado tanto
De dnde vienes?
Le pregunt el anciano.
De qu es ese libro tan grande?
Dijo el Principito.
Qu haces aqu?
Yo soy gegrafo.
Le contest el anciano.
Qu es un gegrafo?
64 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Es un sabio que conoce adonde se encuentran los mares, los


ros, las ciudades, las montaas y los desiertos.
Eso es muy interesante, eso es lo que se llama un verdadero
trabajo.
Dijo el Pequeo Prncipe y lanz una mirada a su
alrededor sobre el planeta del Gegrafo. Nunca antes haba
visto un planeta tan majestuoso.
Es muy bello tu planeta. Tiene ocanos?
No puedo saberlo.
Dijo el Gegrafo.
El Pequeo Prncipe se haba equivocado al pensar que el
Gegrafo era un verdadero sabio. En realidad, el Gegrafo
nunca haca investigaciones; slo escriba lo que le contaban
los exploradores.
Mientras conversaba con el Gegrafo, el Principito
record con sentimiento a su planeta y a la flor que haba
dejado tan solita, con sus cuatro espinas para defenderse.
Qu me aconsejara Usted que fuera a visitar?
El planeta Tierra.
Le respondi el Gegrafo.
Ese planeta tiene buena reputacin.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 65

Y, el Pequeo Prncipe se march soando con su flor

El Gegrafo.
Arturito:
Estos ltimos cuentecitos ya van siendo ms largos y menos
fciles. Seguramente que mami te los leer muchas veces,
para que puedas aprendrtelos bien, y contrselos a tus
amiguitos.
Afortunadamente, t vas creciendo un poquito todos
los das; y llegar el momento en que podrs leerlos t solito.
Pero, para eso tendrs que aprender a leer y en espaol.
Bueno, mi Pequen, dale un beso a Mami y a Papi, de
mi parte. T recibe muchos besitos, y gurdalos en
la canastica de los huevitos de la foto que me mandaste y
que me gusta tanto.
66 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Hasta pronto, Tata.


XIII
22 de enero, de 1996
Mi querido Arturito:
En esta cartica voy a continuar contndote la historia
del Principito. Para entender esta parte, era necesario que
crecieras un poquito. Yo espero que ya hayas crecido,
despus de todas las actividades por el fin de ao, y con
todo lo que ya has aprendido en la escuela. No es as?
Pues bien, nos quedamos en que el Pequeo Prncipe haba
dejado el planeta del Gegrafo, para visitar La Tierra El
Sabio le haba contado al Principito que: La Tierra no
era un planeta cualquiera; pues, en ese planeta hay
muchos reyes, hay, tambin, miles de hombres de
negocios, millones de borrachos, millones de vanidosos,
en fin, que en La Tierra viven muchas, pero muchas,
personas mayores. Y, tambin, hay muchos encendedores
de farola.
68 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Principito y la Serpiente.
Una vez que el Pequeo Prncipe estuvo sobre La Tierra,
Qued muy sorprendido, al no ver a nadie. Ya tema haberse
equivocado de planeta cuando un anillo color de luna se
revolvi en la arena.
Buenos das!
Dijo el Pequeo Prncipe.
Buenos das!
Cartas para Arturito: regreso del Principito 69

Dijo la Serpiente.
Sobre qu planeta he cado?
Pregunt el Pequeo Prncipe.
Sobre La Tierra, en frica.
Respondi la Serpiente.
Ah! Pero, entonces no hay nadie sobre la Tierra?
Esto es el desierto; y en los desiertos no hay personas.
La Tierra es grande.
Dijo la Serpiente.
El Pequeo Prncipe se sent sobre una piedra y levant
los ojos al cielo.
Me pregunto, dijo l, si las estrellas estn encendidas para
que uno pudiese, algn da regresar a la suya. Observa mi
planeta. Est justamente sobre nosotros Pero, qu lejos
est!
Es muy bello, dijo la Serpiente. Qu vienes a hacer aqu?
Tengo problemas con mi flor.
Dijo el Pequeo Prncipe.
Ah!,
Dijo la Serpiente
70 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Y ellos se quedaron muy callados.


A dnde estn los hombres? Dijo, por fin, el Pequeo
Prncipe. Se est un poco solo en el desierto.
Tambin se est solo en casa de los hombres.
Dijo La Serpiente.
El Pequeo Prncipe la contempl largamente.
Eres un animal muy gracioso, le dijo finalmente, eres
delgada como un dedo
Pero soy mucho ms poderosa que el dedo de un Rey.
Dijo La Serpiente.
El Pequeo Prncipe se sonri.
T no pareces tan fuerte ni siguieras tienes patas
no podras viajar
Yo puedo llevarte ms lejos que un barco.
Dijo la Serpiente.
Y ella se enrosc alrededor del tobillo del Principito
como un brazalete de oro.
Todo aquello que yo toco vuelve a la tierra de la cual ha
salido. Pero t eres puro. T vienes de una estrella.
El Pequeo Prncipe no contest nada.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 71

T me inspiras lstima, t tan pequeo sobre esta tierra


de granito. Yo te puedo ayudar algn da, si extraas tu
planeta. Yo puedo
Oh!, He comprendido muy bien! Dijo el Principito. Pero,
por qu siempre hablas en enigmas?
Yo los resuelvo todos.
Dijo la Serpiente.
Y los dos quedaron en silencio
El Pequeo Prncipe atraves el desierto sin encontrar ms
que una flor, y nada ms
Buenos das!
Dijo el Principito.
Buenos das!
Dijo La Flor.
Dnde estn los hombres?
Pregunt el Principito, cortsmente.
La flor haba visto pasar una caravana, una vez.
Los hombres, hay como seis o siete. Los vi hace algunos
aos. Pero, nunca se sabe adnde encontrarlos. El viento se
los lleva. Ellos no tienen races y si las tuvieran, le
resultaran muy molestas.
72 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Adis, dijo el Pequeo Prncipe.


Adis, dijo la flor.
El Pequeo Prncipe se encaram en una montaa muy
alta. Pens que desde all podra divisar, de un golpe, todo el
planeta y todos los hombres. Pero l no pudo ver ms que
picos de rocas, bien afilados.
Buenos das, dijo al azar.
Buenos das! Buenos das! Buenos das!
Quin eres?
Dijo el Pequeo Prncipito.
Quin eres? Quin eres? Quin eres?
Contest el eco.
Qu planeta tan gracioso!
Pens entonces el Pequeo Prncipe. Este planeta est
completamente seco, puntiagudo y salado; y los hombres
carecen de imaginacin. Ellos repiten lo que se les dice.
En mi casa, yo tena una flor. Ella era, siempre, la
primera en hablar.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 73

El Principito se encaram en una montaa muy alta.


Pero sucedi que el Pequeo Prncipe, despus de
caminar mucho tiempo a travs de las arenas, las rocas y las
nieves, descubri, por fin, un camino y los caminos
conducen siempre a casa de los hombres.
74 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Los caminos conducen siempre a casa de los hombres.


El camino lo condujo hasta un jardn lleno de rosas.
Buenos das!
Dijo el Principito.
Buenos das!
Dijeron las rosas.
El Pequeo Prncipe las observ. Todas ellas se parecan a
su flor.
Quines son ustedes?
Les pregunt asombrado.
Somos rosas.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 75

Le contestaron ellas.

Estaba en un jardn lleno de rosas


Ah, dijo el Pequeo Prncipe.
Las mir. Todas ellas se parecan a su flor. Y se sinti
muy desgraciado. Su flor le haba contado que ella era nica
en su clase, en todo el universo. Y se encontraba con que all
haba cinco mil flores, todas iguales, reunidas en un solo
jardn.
El Principito pensaba: si mi flor pudiera ver esto, tosera
muchsimo y fingira morirse, para huir del ridculo. Y yo
me vera obligado a fingir que la cuidaba; porque, si no lo
haca, para humillarme a m tambin , ella se dejara morir
de verdad.
76 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Luego continu diciendo: yo que me crea dueo de una


flor nica en el mundo y no poseo ms que una flor
ordinaria.

Y se acost sobre la yerba y se puso a llorar.


Bueno, Arturito:
Aqu dejamos el cuentecito hasta la prxima carta.
Te he contado esto, para que veas todo lo que la flor
mortificaba al Pequeo Prncipe por decir tantas mentiras. Es
muy feo decir mentiras. Yo estoy segura de que t nunca
dices mentiras. Verdad?
Bueno, mi nio, prtate bien y estudia mucho.
Recibe un besito de, Tata.
XIV
Querido Arturito:
Habamos quedado en que el Pequeo Prncipe haba
llegado al planeta Tierra y que haba cado en frica y que
all se haba encontrado con la serpiente, y despus haba
llegado a un jardn lleno de rosas. Te acuerdas?
Al ver que haba tantas flores iguales a la suya, el
Pequeo Prncipe se sinti muy triste; porque su flor (que
era muy mentirosa) le haba dicho que ella era nica en el
mundo; y eso no era verdad. Entonces, el Principito se
acost sobre la yerba y se puso a llorar. Fue entonces que
apareci el Zorrito.
Buenos das, dijo el Zorro
Buenos das, respondi el Principito.
Quin eres? Le pregunt al Zorro. Eres muy bonito.
Soy un Zorro.
Ven a jugar conmigo, le dijo el Principito. Estoy tan
triste
78 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Yo no puedo jugar contigo, dijo el Zorro. Yo no estoy


domesticado.
Ah perdname!
Dijo el Pequeo Prncipe. Pero, despus, le pregunt al
Zorro:
Qu significa domesticado?
T no eres de aqu, dijo el zorro. Qu buscas?
Busco a los hombres, dijo El Pequeo Prncipe. Qu
significa domesticado?

Un cazador
Cartas para Arturito: regreso del Principito 79

Los hombres tienen fusiles para cazar. Eso es muy


desagradable. Ellos cargan, tambin, con las gallinas. Eso es
lo nico que les interesa.
T buscas gallinas?
- No.
Dijo el Pequeo Prncipe.
Ando buscando amigos. Qu significa domesticado?
Eso significa: crear vnculos.
Crear vnculos?
Eso mismo, dijo el Zorro. Todava t no eres para m ms
que un niito muy parecido a cien mil niitos ms. Y yo no
te necesito. Y t no me necesitas tampoco. Yo no soy para ti
ms que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero, si
t me domesticas, nosotros tendremos necesidad, el uno del
otro. T sers para m nico en el mundo. Yo ser para ti
nico en el mundo
Comienzo a comprender, dijo el Pequeo Prncipe. Hay
una flor. Yo creo que ella me ha domesticado.
Es posible, dijo el Zorro. Uno ve sobre la Tierra toda clase
de cosas.
Oh! Eso no es sobre la Tierra.
Dijo el Pequeo Prncipe.
80 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Zorro pareca muy intrigado.


Sobre otro planeta?
Si.
Hay cazadores en ese planeta?
No.
Y gallinas?
No.
No hay nada perfecto, suspir el Zorro, que continu
diciendo: mi vida es muy aburrida. Yo cazo gallinas, los
hombres me cazan a m. Todas las gallinas se parecen, y
todos los hombres se parecen. A veces me aburro un poco.
Pero si t me domesticaras, mi vida sera como si la
iluminara el sol. Yo conocer un ruido de pasos que ser
diferente a los otros y, despus, dijo el Zorro. Yo no como
pan. Los campos de trigo no me recuerdan nada. Y eso es
triste. Pero t tienes los cabellos color oro. Entonces ser
maravilloso cuando me hayas domesticado. El trigo, que es
dorado, har que me acuerde de ti. Y yo, entonces, amar el
sonido del viento en el trigo.
Y el Zorro le dijo al Pequeo Prncipe:
Si lo deseas, domestcame
Cartas para Arturito: regreso del Principito 81

Lo deseo; pero no tengo mucho tiempo. Todava tengo


muchos amigos que descubrir y muchas cosas que conocer.
Uno no conoce ms que las cosas que uno mismo conquista.
Dijo el Zorro.
Los hombres no tienen tiempo para conocer nada. Ellos
compran las cosas ya hechas Si quieres tener un amigo,
domestcame!
Qu hay que hacer para eso? Dijo el Pequeo Prncipe.
Hay que ser muy paciente, respondi el Zorro.
T te sentars, primero, un poco lejos de m, as en la
hierba. Yo te mirar con el rabo del ojo, y t no dirs nada.
Pero, cada da podrs sentarte un poco ms cerca.
Y, as, el Pequeo Prncipe comenz a visitar a su amigo,
cada da, hasta que el Zorrito qued domesticado. Y cuando
la hora de partir estaba prxima.
Ah, dijo el Zorro, llorar!
Es culpa tuya, dijo el Principito. Yo no te deseaba ningn
mal; pero, t quisiste que yo te domesticara.
Muy bien, dijo el Zorro.
Entonces no has ganado nada con eso.
S he ganado con eso, dijo el Zorro. He ganado a causa del
color del trigo.
82 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Despus agreg:
Ve a visitar a las rosas. T comprenders que la tuya es
nica en el mundo.
Volvers para decirme adis; y yo te dar, como regalo, un
secreto.
El Principito se fue a ver de nuevo a las rosas.

Ustedes no son del todo iguales a mi rosa. Ustedes no son


nada todava, les dijo el Principito. A ustedes nadie las ha
domesticado, y ustedes no han domesticado a nadie.
Ustedes son como era mi Zorro. El no era ms que un zorro
semejante a cien mil zorros ms. Pero yo lo hice mi amigo y,
ahora, para m, l es nico en el mundo.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 83

Y el Pequeo Prncipe comprendi que su flor era, para l,


nica en el mundo; por lo mucho que l la amaba Y
regres junto al Zorro.
Adis, le dijo.
Adis, dijo el Zorro.
Aqu est mi secreto. Es muy simple:
No se ve bien, ms que con el corazn. Lo esencial es invisible para
los ojos. Es el tiempo que t has dedicado a tu rosa, lo que hace que
tu rosa sea tan importante.
Los hombres han olvidado esta verdad, dijo el Zorro. Pero
t no debes olvidarla. T te haces responsable, para
siempre, de aquello que has conquistado. T eres
responsable de tu Rosa.

El Principito y su amigo el Zorro.


84 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Y el Pequeo Prncipe se alej pensando en lo que le


haba dicho el Zorro.
XV
Mi querido Nen:
Recordars que en mi ltima cartica, el cuentecito
haba quedado en que el Zorrito y El Pequeo Prncipe se
haban hecho buenos amigos; y que al despedirse, el
Zorrito le haba regalado un secreto al Principito. l le
haba dicho:
lo esencial es invisible para los ojos. No se ve bien ms que con
el corazn. Es el tiempo que t has dedicado a tu rosa,
cuidndola cada da, lo que hace que tu rosa sea tan importante
para ti. T eres responsable de tu flor, porque t la
conquistaste.
Y el Principito continu su recorrido por el planeta
Tierra repitiendo esas palabras para no olvidarlas. Fue as,
caminando y caminando, que lleg a un cruce de trenes.
Buenos das, dijo el Principito.
Buenos das, dijo el Chuchero.
Qu haces aqu? Dijo el Pequeo Prncipe.
86 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Yo separo a los viajeros en paquetes de a mil, contest el


Chuchero. Despacho los trenes que los llevan, unas veces a la
derecha, otras hacia la izquierda.
Y en eso pas un tren a toda velocidad.
Ellos tienen mucha prisa, dijo el Pequeo Prncipe?
Qu es lo que buscan?
Eso no lo sabe ni el mismo hombre de la locomotora, dijo el
Chuchero.
Y volvi a pasar otro tren. Esta vez, en sentido contrario.
Regresan ya?
Pregunt el Pequeo Prncipe.
Esos no son los mismos. Dijo el Chuchero. Es un cambio.
Ellos no estaban contentos all donde estaban?
Nunca se est contento all adonde se est, dijo el
Chuchero.
Y volvi a pasar otro tren ...
Estos persiguen a los primeros viajeros? Pregunt el
Principito.
Ellos no persiguen a nadie. Ellos duermen all adentro, o
tambin, bailan.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 87

Los nios se limitan a aplastar sus narices contra los


cristales de la ventanilla.
Slo los nios saben lo que buscan. Dijo el Pequeo
Prncipe. Ellos dedican su tiempo a jugar con una mueca
de trapo; y ella se vuelve muy importante para ellos. Y si
alguien se los roba, ellos lloran.
Ellos tienen suerte.
Dijo el Chuchero.
El Pequeo Prncipe se alej de all y, poco despus se
encontr con un Comerciante que se dedicaba a vender
pldoras para quitar la sed.
Uno se tomaba una pldora, y no tenia que tomar agua
por unos cuanto das.
Por qu vendes eso?
Pregunt el Pequeo Prncipe
Porque sirve para ahorrar tiempo. Los expertos han
calculado que se ahorran cincuenta y tres minutos por
semana.
Y qu haces con esos cincuenta y tres minutos?
Con ellos se hace lo que uno quiere.
Yo, dijo el Pequeo Prncipe, si tuviera cincuenta y tres
minutos para gastarlos, caminara con gusto hacia un pozo.
88 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Cuando el Pequeo Prncipe le contaba esta historia a su


amigo el Piloto, ya haca ocho das que haba ocurrido la
avera en el avin, que lo haba hecho aterrizar en el
desierto.
Mientras el Piloto escuchaba la historia del Comer-
ciante, que le contaba el Principito, beba la ltima gota de
agua que le quedaba.
Ah!
Le dijo al Pequeo Prncipe.
Son muy lindos tus recuerdos; pero, todava no he reparado
mi avin, y no tengo ms agua para tomar. Y yo tambin
sera feliz si pudiera caminar hacia un pozo de agua.
El Pequeo Prncipe nunca tena hambre ni sed. A l le
bastaba con un poco de sol. Pero, de pronto, le dijo al Piloto:
Yo tambin tengo sed. Busquemos un pozo!
Pareca absurdo buscar un pozo al azar, en medio del
desierto. Sin embargo, se pusieron a caminar para tratar de
encontrarlo. A las dos horas, ya era de noche. Y se sentaron
en la arena para descansar.
El desierto es bello. Lo que embellece al desierto, dijo el
Pequeo Prncipe, es que l oculta un pozo en alguna parte.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 89

S, le dije al Pequeo Prncipe. Trtese de las estrellas, o del


desierto, aquello que lo hace hermoso es invisible.
Estoy contento de que t ests de acuerdo con mi Zorro, dijo
l.
El Piloto continu caminando, llevando al Pequeo
Prncipe dormido entre sus brazos y, andando as, descubri
el pozo al amanecer.
Tengo sed de esa agua, dijo el Pequeo Prncipe. Dame de
beber
Y yo comprend lo que l haba buscado. Levant el cubo
hasta sus labios. l bebi con los ojos cerrados. Aquello era
dulce como una fiesta. Aquella agua era ms que un
alimento; pues era el producto de la marcha bajo las
estrellas, del canto de la polea del pozo, del esfuerzo de mis
brazos. Aquella agua era buena para el corazn. Era como
un regalo. Los hombres de tu casa, dijo el Pequeo Prncipe,
cultivan cinco mil rosas en un mismo jardn sin que
encuentren con esto, lo que buscan. Y mientras tanto, eso
que ellos buscan podra ser encontrado en una sola rosa, o
en un poco de agua.
Claro que s! Respond yo.
Y el Pequeo Prncipe continu:
Pero los ojos son ciegos. Hay que buscar con el corazn.
90 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Aquella agua era buena para el corazn.


XVI
Bueno, Arturito:
Este cuentecito tendrs que leerlo muchas veces para
poder entenderlo bien.
Recuerdas que cuando eras pequeito y veas este
dibujito decas?: Ese es mi Pap cargando agua en el
parque. Te acuerdas?
Mi querido Nen:
Nos habamos quedado en que el Piloto y el Pequeo
Prncipe, despus de caminar por el desierto durante toda
la noche, haban encontrado el pozo de agua que
buscaban. El Piloto le haba dado a beber al Principito, el
agua que l haba sacado del pozo con el esfuerzo de
sus brazos. Al Pequeo Prncipe le haba gustado mucho
esa agua, El Piloto tambin haba bebido el agua y se
senta feliz por haberlo hecho. El Principito se sent junto
a l y le dijo:
Necesito que cumplas tu promesa.
Qu promesa?
92 Cartas para Arturito: regreso del Principito

T lo sabes Un bozal para mi carnero! Yo soy


responsable de mi flor!
El Piloto sac de su bolsillo su libreta de notas en la que
haba pintado sus dibujos.

El Pequeo Prncipe mir los dibujos y le dijo rindose:


Tus baobabs se parecen un poco a las coles
!Oh!
Tu Zorro sus orejas se parecen un poco a los tarros
y son demasiado largas
Y continu riendo.
Eres injusto!, le dijo el Piloto, que no saba pintar otra cosa
que no fuera: boas cerradas y boas abiertas.
Oh!. Todo saldr bien. Los nios saben.
El Piloto dibuj con el lpiz un bozal para el carnero. Y se le
oprimi el corazn al entregrselo al Principito, al mismo
tiempo que le deca:
T tienes proyectos que yo ignoro. Pero l no le respondi
Y le dijo:
Sabes Mi cada sobre la Tierra Maana har
justamente un ao de eso.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 93

Y continu diciendo:
Ca muy cerca de aqu Y se sonroj.
El Piloto se sinti triste al orlo, sin saber por qu. Y le
pregunt al Principito:
Entonces no fue por casualidad que la maana en que te
conoc, hace ocho das, t te encontraras completamente
solo, a mil millas de toda regin habitada? Regresabas al
lugar de tu cada?
El Principito se sonroj de nuevo; pero el Piloto
continu diciendo temeroso
A causa, tal vez, de que va a cumplirse el aniversario?
El Pequeo Prncipe enrojeci de nuevo. l jams respon-
da a las preguntas que se le haca.
Pero cuando uno se sonroja, eso quiere decir: S No
es cierto?
Ah!, le dije. Tengo miedo Pero l me contest:
Ahora t debes trabajar. Debes partir rumbo a tu avin. Yo
te esperar aqu. Vuelve maana por la tarde.
Pero el Piloto no se senta tranquilo. Se acord del
Zorrito:
Se corre el riesgo de llorar un poco, si uno se deja domesticar.
94 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Junto al muro haba unas ruinas de un viejo muro de


piedra. Cuando el Piloto regresaba de su trabajo al da
siguiente, por la tarde, divis de lejos a su Pequeo Prncipe
sentado en lo alto, con las piernas colgando. Y oy que
deca:
Entonces, t no te acuerdas? No es exactamente aqu?
Otra voz le respondi, sin duda, puesto que l replic:
S!. S!. El da si es el mismo; pero el lugar no es este
El Piloto continu caminando hacia el muro. Siempre
sin ver ni escuchar a nadie. Sin embargo, el Pequeo Prncipe
replico de nuevo:
Est bien. T vers adonde comienzan mis huellas en la
arena. No tienes ms que esperarme. All estar esta noche.
El Piloto se encontraba a veinte metros del muro, y
segua sin ver nada. El Pequeo Prncipe dijo, todava, despus
de un prolongado silencio:
T tienes buen veneno? Ests segura de no hacerme sufrir
por mucho rato?
El Piloto se par en seco, con el corazn oprimido; Pero;
siempre sin comprender.
Ahora, vete! dijo. Voy a bajar del muro.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 95

Entonces, el Piloto baj la vista hacia la base del muro.


Y dio un salto All estaba erguida en direccin al Pequeo
Prncipe, una de esas serpientes amarillas que lo matan a uno
en treinta segundos. Ech a correr registrando en su bolsillo
para sacar el revlver. Pero, al ruido que hizo, la serpiente se
desliz dulcemente por la arena, como un chorro de agua
que se extingue. Y, sin apresurarse mucho, se perdi entre
las piedras con un ligero ruido metlico.
El Piloto logr llegar al muro, justamente a tiempo para
recibir all, entre sus brazos, a su Pequeo Prncipe, que estaba
plido como la nieve.
Qu historia es esa? Es que ahora conversas con las
serpientes?
El Piloto le haba quitado al Pequeo Prncipe su eterna
bufanda de oro. Le haba humedecido las sienes y le haba
dado a beber agua. Y ahora no se atreva a preguntarle
nada. El Principito lo contempl seriamente, y le rode el
cuello con los brazos. El Piloto sinti latir su corazn como
el de una avecilla que muere cuando le han tirado un tiro
con una escopeta. El Principito le dijo:
Estoy contento de que hayas dado con el desperfecto de tu
avin. Podrs volver pronto a tu casa.
Qu dices?
96 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Le dijo el Piloto al or lo que haba dicho el Principito;


pues l vena, precisamente a darle la noticia de que,
inesperadamente haba logrado arreglar su avin.
El Piloto se qued asombrado porque el Principito no tena
por qu saber que l haba conseguido reparar su avin. Y
esto era, para l, un gran misterio, como otras
muchas cosas que haba observado en el Pequeo Prncipe.
Como de costumbre, el Principito no respondi la
pregunta que le haba hecho el Piloto; pero le dijo:
Yo tambin regresar hoy a mi casa.
Dijo esto en tono melanclico
Est muy lejos Es muy difcil.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 97

Bueno, mi querido Arturito, vamos a terminar aqu esta


parte del cuentecito. Pronto te escribir otra cartica. Ya
estamos llegando al final.
Me imagino que te veo tranquilito, junto a Mami y Papi,
oyendo a Mam cuando te lee este cuentecito.
Recibe muchos besitos de Tata.
Sabes una cosa?
Cuando tu Pap era pequeito, no saba decirme Tatica.
Y, cuando trataba de hacerlo, me deca:
Tiquitata.
XVII
Mi querido Nen:
En mi carta anterior nos habamos quedado en que el
Pequeo Prncipe le haba dicho al Piloto: que ese da l
pensaba regresar a su casa (al planeta pequeito adonde
haba dejado a su flor).
El Principito le haba dicho a su amigo: que su
planeta estaba muy lejos y que resultara muy difcil
regresar a l.
El Piloto, al escuchar lo que deca el Principito, se dio
cuenta de que estaba ocurriendo algo extraordinario. Lo
apret entre sus brazos como si fuera un niito y, al
hacerlo, tena la impresin de que el Principito se le
escapaba, que se deslizaba, verticalmente, en un abismo,
sin que l pudiera detenerlo. El Principito tena la mirada
sombra, perdida en la distancia.
Tengo tu carnero, y tengo la caja para el carnero. Y
tengo, tambin, un bozal
Y, al decir esto, el Principito sonri con melancola.
100 Cartas para Arturito: regreso del Principito

El Piloto lo mantuvo abrazado por un buen rato. Senta


que, poco a poco, el Principito iba entrando en calor.
-Pequeo buen hombre, t has tenido miedo.
l haba tenido miedo claro est! pero, sonri
dulcemente.
-Tendr mucho ms miedo esta noche.
Otra vez, el Piloto se qued fri. Presenta que iba a
suceder algo irreparable. Comprendi que no soportaba la
idea de no volver a escuchar su risa jams. Su risa, que era
para l como una fuente clara en el desierto.
Pequeo buen hombre, quiero volver a escuchar tu risa
El Principito le dijo:
Esta noche har un ao. Mi estrella se encontrar,
exactamente, encima del lugar adonde ca el ao pasado.
Pequeo buen hombre, dime que no es ms que un mal
sueo esa historia de la serpiente de tu regreso, y de la
estrella
El Principito no respondi la pregunta del Piloto, y
continu diciendo:
-Lo importante, eso no se ve.
-Claro!
Cartas para Arturito: regreso del Principito 101

Es como en el caso de la flor que se encuentra en una


estrella. Es dulce contemplar el cielo por las noches. Todas
las estrellas estn llenas de flores.
Y bien?
Pregunt el Piloto.
Es como en el caso del agua La que t me has dado a
beber, fue como una msica, a causa de la polea y de la soga
La recuerdas? Aquella era un agua muy buena?
Y bien? T contemplars, en medio de la noche, a las
estrellas. Mi casa es demasiado pequea para que yo te
ensee el lugar donde se encuentra. Es mejor as. Mi estrella
ser para ti una de tantas estrellas. Entonces te gustar
contemplarlas a todas. Todas ellas sern tus amigas; y voy a
hacerte un regalo.
El Principito ro de nuevo.
- Ah, pequeo buen hombre! Me gusta or esa risa.
Justamente, ese ser mi regalo Mi regalo ser como
aquella agua
Qu quieres decir?
Cuando contemples la noche y mires al cielo, puesto que yo
vivir en una de ellas, puesto que reir en alguna de ellas;
102 Cartas para Arturito: regreso del Principito

ser para ti, como si riesen todas las estrellas. T


t tendrs estrellas que saben rer (Y volvi a rer)
Y cuando te hayas consolado (uno siempre se consuela), te
sentirs contento de haberme conocido. T sers siempre mi
amigo. Sentirs deseos de rer conmigo. Y abrirs, de vez en
cuando, tu ventana, slo por placer Y tus amigos se
quedarn muy asombrados al verte rer al contemplar el
cielo. Entonces les dirs: S, las estrellas me hacen rer Y
te creern loco. Yo te habr jugado una mala pasada.
Y el Principito volvi a rer Despus se qued muy
serio, y le dijo al Piloto:
Esta noche sabes no vengas.
-Yo no te abandonar. Le dijo el Piloto.
- Tendr la apariencia de estar muy mal. Tendr el aspecto de
un moribundo. As ser. No vengas para ver eso. No vale la
pena
- Yo no te dejar.
Pero el Principito segua preocupado.
Si te digo esto es a causa de la serpiente. No es necesario
que ella te muerda La serpiente es malvada. Ella puede
morder slo por el placer de hacerlo.
-Yo no te dejar!
Cartas para Arturito: regreso del Principito 103

Pero, haba algo que lo tranquilizaba.


Es cierto que ellas no tienen veneno para una segunda
mordida Dijo el Pequeo Prncipe.

Aquella noche, el Principito se alej sin hacer


ruido. Cuando el Piloto logr alcanzarlo, caminaba decidido
con un paso rpido. Se limit a decirle:
Ah, ests aqu! Y lo tom de la mano. Se atormentaba,
todava; y le dijo:
104 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Has cometido un error. T sufrirs, porque tendr la


apariencia de estar muerto y eso no ser cierto
El Piloto callaba.
Comprende es muy lejos donde voy. No puedo llevarme
este cuerpo. Es demasiado pesado.
El Piloto segua callado.
Mi cuerpo quedar como un viejo tronco abandonado. No
ser nada triste.
El Principito se desanim un poco; pero, todava hizo
un esfuerzo y dijo:
Ser agradable, sabes yo, yo tambin contemplar las
estrellas. Todas ellas sern para m, pozos con poleas
cantarinas. Todas las estrellas me darn de beber
El Piloto segua callado.
-Ser muy divertido! dijo el Principito. T tendrs
quinientos millones de cascabeles; yo tendr quinientos
millones de fuentes cantarinas
El Principito tambin se qued callado; porque lloraba

Eso es djame dar este paso solo Y se sent, porque


tena miedo.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 105

Continu diciendo:
Sabes mi flor Yo soy responsable de ella. Y ella est
completamente indefensa. Es tan sencilla Tiene cuatro
espinas nada ms, para protegerse contra el mundo.
El Piloto se sent, porque ya no poda mantenerse en
pie. El Principito dijo:
Ya est aqu Eso es todo
Vacil todava un poco. Despus se levant. Dio un
paso
El Piloto no poda ni moverse
No hubo ms que un relmpago amarillo cerca de su
tobillo. El Principito se mantuvo inmvil un instante. No
lanz ni un grito. Cay dulcemente, como se desploma un
rbol. Su cada no produjo ningn ruido debido a la arena.
106 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Cay, dulcemente, como se desploma un rbol.


Mi querido Nen:
Fue de esa manera que el Principito pudo regresar a su
planeta, para encontrarse con su flor. Se llev con l, la caja y
el bozal, para que el carnero no se fuera a comer la flor.
Esta parte del cuentecito es un poco triste; pero, yo
espero que te guste. Falta un captulo. Te lo mandar
Pronto.
Te quiere mucho, pero muchsimo, Tata.
XVIII
Mi querido Nen:
Nos quedamos en que: el Piloto haba cami-
nado junto al Pequeo Prncipe por el desierto, hasta llegar
al lugar exacto en que ste haba cado sobre la Tierra
haca exactamente un ao. All lo esperaba la Serpiente
que mordi al Principito en un tobillo, para ayudarlo a
regresar a su planeta, adonde lo esperaba su flor.
Despus de aquello, ya haban pasado siete aos. El
Piloto tambin haba podido volver a su casa. Los
compaeros que lo vieron regresar, se pusieron muy
contentos al verlo otra vez vivo. Sin embargo, el Piloto se
senta muy triste; pero, para que no se preocuparan, les
dijo que era que estaba muy cansado.
Cuando el tiempo pas, el Piloto se sinti ms
consolado. Es decir, no del todo. El saba que el Pequeo
Prncipe haba regresado a su Planeta; porque, al
amanecer, no haba encontrado su cuerpo sobre la arena.
El suyo no era un cuerpo tan pesado
108 Cartas para Arturito: regreso del Principito

Por las noches, al Piloto le gustaba escuchar a las


estrellas. Al orlas, senta como si ellas fuesen quinientos
millones de cascabeles
Pero, he aqu que sucedi algo extraordinario: el bozal
que el Piloto haba dibujado para el Principito, no tena
correa para atrselo al carnero. Se le haba olvidado pintarle
al bozal, la correa de cuero. Y el Pequeo Prncipe, jams
hubiera podido ponrselo a su carnero.
El Piloto se preguntada con preocupacin: Qu habr
pasado en el Planeta del Pequeo Prncipe? El carnero se
habr comido a la flor?
Unas veces pensaba que no; porque se acordaba de que
el Principito guarda su flor, todas las noches, bajo su globo
de cristal; y vigilaba muy bien a su carnero.

Cundo el Piloto pensaba esto, todas las estrellas rean


dulcemente. Otras veces, el Piloto pensaba: a veces uno se
distrae; y, con eso basta. Tal vez el Principito se ha olvidado
del globo de vidrio un atardecer; o el carnero se ha
escapado sin hacer ruido durante la noche Entonces
los cascabeles se convierten todos en lgrimas!
Ese es un gran misterio.
Cartas para Arturito: regreso del Principito 109

Y el Piloto le deca a los nios: para ustedes, que


tambin aman al Pequeo Prncipe, lo mismo que para m, en
el universo no hay nada comparable a que: si en alguna
parte, no se sabe dnde, un carnero que no conocemos, se
ha comido, o no, a una rosa
Observen el cielo. Pregntenle: por fin, el carnero se
comi a la flor? Y ya vern ustedes cmo todo cambia
Y, ninguna persona mayor comprender, jams, que eso
es algo sumamente importante!
XIX
Este es para m, el paisaje ms bello y ms triste del mundo. Es
el mismo paisaje de la pgina anterior; pero, lo he dibujado una
vez ms, para enserselo bien a ustedes. Fue aqu donde el
Pequeo Prncipe apareci sobre la Tierra, y despus
desapareci.

Antoine de Saint Exupry. 1900 1944.


Observen, atentamente, este paisaje, a fin de estar seguros
de reconocerlo, si ustedes viajan alguna vez por el desierto, en
frica. Y si llegaran a pasar por all, yo les suplico que no se
112 Cartas para Arturito: regreso del Principito

apresuren mucho, que miren un poco debajo de la estrella. Y si


entonces, un nio viene hacia ustedes, si l re, si tiene cabellos de
oro, si nunca responde cuando alguien le hace alguna pregunta,
ustedes adivinarn enseguida Quin es l? Entonces, sean gentiles.
No me dejen tan triste. Escrbanme pronto contndome que l ha
regresado.
El Piloto
Cartas para Arturito: regreso del Principito 113

El paisaje ms bello y ms triste del mundo.


XX
Mi Pequeo Arturito:
Hoy he terminado de contarte la historia del Pequeo
Prncipe. Espero que te haya gustado. Quisiera que lo
leyeras muchas veces en la vida, para que puedas seguir
siendo un niito. T sabes lo que pensaba el Principito,
de las Personas Mayores. Quisiera que recordaras,
tambin, el secreto que le revel el Zorro al Principito:
No se ve bien, ms que con el corazn. Lo esencial es invisible
para los ojos.
Ah, y si alguna vez viajaras por el desierto, en frica,
no dejes de estar atento, para ver si encuentras el paisaje
que tanto le gustaba al amigo Antoine de Saint-Exupry
(que es el Protagonista de esta historia).
La parte que te escrib en francs, pues, pienso que
podrs leerla un poco ms adelante, cuando hayas
aprendido este idioma. Esa fue la dedicatoria que escribi
Tata, cuando hizo la traduccin del libro El Pequeo
Prncipe, para tu Pap, hace ms de 30 aos. Entonces,
Pap, tambin era un niito como t.
Recibe un cartuchito lleno de besos.
Te quiere mucho,
Tata
1996
Mon bien cher Bb:
Pendant le temps que je faisais pour toi, la traduction de ce
trs doux petit livre, jai souvent eu des larmes aux yeux. Ces
larmes sont pour toi aussi, mon Petit Prince. Jespre que tu y
verras une image du monde, du monde que jai vu, et que je
veux bien taider voir. Ce que je tai racont ici, ce sera le
meilleur cadeau que jaurai pu te faire; Parce que ce sera
comme si je serai toujours tout prs de toi, justement dans ton
tendre douce petite cur
Tata
1964.
Lo esencial es invisible para los ojos

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