George Herbert Mead y Psicología Social
George Herbert Mead y Psicología Social
George Herbert Mead y Psicología Social
Considera que el análisis conductista del acto estaría incompleto sin un análisis
del lenguaje. Con base en la teoría de Darwin y en la Psicología de los Pueblos,
inicia sus estudios sobre los gestos, ya que estos tienen una función comunicativa
o expresiva donde cada gesto adquiere el significado del acto total del que forma
parte, o en las respuestas que termina provocando. Pero para que se produzca la
comunicación se requiere además un valor simbólico que se produce cuando una
persona es capaz de anticipar la respuesta que su gesto provocará en los demás.
En este sentido, la esencia de la comunicación es la capacidad de asumir el rol del
otro, por lo cual el yo surge cuando por la propia experiencia el individuo se vuelve
un objeto social, cuando el yo se expresa ante el otro a través de un rol. Es decir,
nos comportamos tal como los otros esperan que lo hagamos, o más bien como
nosotros imaginamos que ellos esperan que lo hagamos. De esta manera
comportarse “como una persona” es interpretar un rol de acuerdo a la imagen que
tenemos de ese rol.
Mead dice que: “La psicología social se ocupa del comportamiento individual
(estudia el acto social), de cómo las reacciones del sujeto han sufrido un proceso
de interpretación personal, han dejado su huella interna en virtud del sentido y
significado (alcanzado en el transcurso del proceso comunicativo) que han ido
adquiriendo los estímulos” (Blanco, 1995, p. 212).
Para Mead hay tres piezas fundamentales para explicar a la psicología social:
Para él, “la psicología social se interesa especialmente en el efecto que el grupo
social produce en la determinación de la experiencia y la conducta del miembro
individual”, pero sin desconocer la participación de los planos individual, social y
sobre todo la interacción entre éstos.
Por otro lado, existe una gran aproximación entre el interaccionismo simbólico y la
etnometodología: ambos confieren a la comunicación una función clave en la
constitución de los sistemas de roles y de personalidad, siendo las formas
verbales las más importantes social y psicológicamente.