Resumen de Otto Kerberg
Resumen de Otto Kerberg
Resumen de Otto Kerberg
Estos amoríos pasajeros pueden ser el estallo inicial de la capacidad de enamorarse, pero con una
idealización que está limitada a los tributos físicos sexuales de las mujeres conquistables. Estos
pacientes no llegan a la idealización normal que se asocia con el enamoramiento, en el cual lo
idealizado es al mismo tiempo la genitalidad femenina y las mujeres como persona; la gratitud por su
amor, junto con la preocupación por ella como persona total, dan por resultado la capacidad de formar
un vínculo más estable. Estos pacientes no experimentan la sensación de plenitud que acompaña al
enamoramiento; a lo sumo tienen una fugaz sensación de satisfacción ante el logro de una conquista.
La incapacidad de enamorarse y de seguir enamorado se disimula a veces bajo una relación
exteriormente estable con una mujer.
Por otro parte, la envidia de la madre, como fuente primaria de amor y dependencia es, por supuesto,
tan intensa en los hombres como en las mujeres, en estas últimas, como una fuente importante de la
envidia del pene es la búsqueda de una relación de dependencia con el padre y su pene, a manera de
escape y liberación de la relación frustrante con la madre. Por lo tanto, los componentes orales de la
envidia del pene en las mujeres de personalidad narcisista son extremadamente intensos, puesto que
representan una desvalorización vengativa de otras personas. No hay aun opinión formal respecto de
si el pronóstico para el tratamiento psicoanalítico de las mujeres de personalidad narcisista es más
reservado que el de los hombres.
Quizás, el tipo más frecuente de este enamoramiento patológico es que el que se observa en una
mujer de personalidad infantil con una organización fronteriza que se aferra con desesperación a
hombres idealizados de una manera tan primitiva e irreal que es difícil de obtener una imagen
fidedigna de ellos sobre la base de la descripción que hacen las pacientes. Superficialmente, estos
vínculos se parecen a los que establecen las mujeres masoquistas de personalidad mucho mejor
integrada que se someten a hombre sádicos idealizados, si bien existen características que los
diferencian.
Por otro lado, Kernberg sugiere que la condensación patológica de los derivados de tendencias pre
genitales y genitales bajo la influencia de la agresión pre genital es característica de los pacientes
fronterizos. Ocasionalmente, estos pueden sufrir impotencia, eyaculación precoz y frigidez, pero con
frecuencia son capaces de llegar al goce genital y al orgasmo, tanto en relaciones heterosexuales y
homosexuales como en las actividades perverso-polimorfas.
Hay una cantidad de factores que se combinan para producir esta aparente libertad sexual:
A manera de resumen, al indagar la idealización que la paciente hacía de su madre, imagen de una
mujer pura, dulce y maravillosa, se puso de manifiesto que la figura de la madrastra como dictadora
hostil reflejaba la proyección en ella de la imagen que la paciente tenia de si misma al compararse con
su madre real.
La ira contra la madrastra tenía que ver con la proyección de los sentimientos de culpa provocados por
la competencia edípica de la paciente con su madre. Más tarde fue posible interpretar la motivación
respecto a estos sentimientos de culpa respecto su madre y su idealización defensiva como una
derivación de los deseaos sexuales de la paciente hacia su padre.
Durante el proceso la paciente pudo por primera vez establecer una relación con un hombre que
parecía ser un objeto de amor más apropiado que los anteriores. Su capacidad de llegar a la plena
gratificación sexual con este hombre marco un cambio espectacular en su relación con él, con el
analista y con su familia, así como en su actitud en general ante la vida.
En el curso del tratamiento, la paciente logro llegar regularmente al orgasmo en las relaciones que
mantenía con el hombre con quien después se casó. Lo logro después de elaborar las significaciones
de los distintos patrones transferenciales que reflejaban su vínculo con él. Para su sorpresa se
encontró llorando las primeras veces que llego al orgasmo total con una sensación de embarazo y, a la
vez, de alivio. Sintió una profunda gratitud hacia el hombre que le entregaba su amor y su pene. Sentía
que el pende de este hombre era suyo y que podía confiar en que él y su pene le pertenecían. Podía
andar por la calle sintiéndose igual que las demás mujeres. Ya no necesitaba envidiar la intimidad de
otros, porque tenía su propia relación íntima con el hombre que amaba.
Kernberg pone acento en la característica central de este caso: la superación de la envidia del pene.
Tanto sus raíces orales (la envidia de la madre y el pene, ambos capaces de dar, junto al temor a la
odiada dependencia de este último) como sus raíces genitales (el convencimiento infantil de la
superioridad de la sexualidad masculina y de los hombres) fueron elaboradas en el contexto de una
relación objetal total, en la que se expresaron de manera conjunta la culpa por la agresión dirigida al
objeto, la gratitud por el amor recibido y la necesidad de reparar lo dañado ofreciendo amor.
Por lo tanto, esta integración representa la etapa siguiente de la secuencia que Kernberg describe: es
decir, la integración de la plena sexualidad genital con la capacidad de establecer relaciones objetales
totales. Este nivel refleja una mejor organización del yo, existe mayor capacidad para lo que podría
denominarse “idealización romántica”
La ausencia de estas características traduce una falta integración del concepto de sí mismo, una
incapacidad para comprender profundamente a los demás y un predominio de mecanismos de defensa
primitivos, rasgos típicos de una identidad difusa.