Pragmatismo
Pragmatismo
Pragmatismo
Corriente filosófica reaccionaria, variedad del idealismo subjetivo, difundida sobre todo en los
Estados Unidos. El pragmatismo constituye una forma norteamericana del idealismo en la época
actual del imperialismo, análoga al intuicionismo (ver) en Francia, y a lo que se llama la “filosofía de
la vida” en Alemania. Lo que caracteriza a todas estas escuelas reaccionarias, es la negación de
las leyes objetivas del mundo a las que substituyen por las sensaciones, por las “afecciones”
humanas, consideradas como la única realidad. Los principios fundamentales del pragmatismo
fueron formulados por Peirce (1839-1914). El representante más influyente de esta filosofía,
William James (ver) la difundió ampliamente entre los ideólogos reaccionarios. Posteriormente,
John Dewey (ver) se convierte en el jefe de esta escuela. En Gran Bretaña, el pragmatismo fue
propagado por Schiller, y en Italia, por Papini.
Corriente idealista subjetiva, muy difundida, de la filosofía burguesa contemporánea. Parte del
denominado “principio del pragmatismo”, que determina el significado de la verdad por su utilidad
práctica (Peirce). En los trabajos de James, el pragmatismo se presenta como método para
resolver las discusiones filosóficas mediante la comparación de las “consecuencias prácticas”
desprendidas de tal o cual teoría, y como teoría de la verdad: la verdad es “lo que ‘funciona’ mejor
para nosotros, lo que mejor conviene a cada parte de la vida y puede unirse a todo el conjunto de
nuestra experiencia”.
Para el pragmatismo, ninguna verdad es absoluta o eterna: las verdades son temporales,
están sujetas a los cambios y a la evolución del entorno en el tiempo.
El pragmatismo afirma que la mente humana es un tipo de herramienta que debe ser usada
para solucionar problemas, y el conocimiento se obtiene superando esos problemas. O
dicho de otro modo, la mente humana no está destinada a conocer la verdad filosófica ni a
investigar, existe simplemente para adaptarse lo mejor posible al momento y al entorno.
En algunos casos podemos asociar el pragmatismo a “ser práctico”. Se relegan los ideales y
se prioriza la utilidad, la efectividad en un momento preciso.
EJEMPLOS
Ejemplo 1: Cuando una persona hace algún tipo de negocio/transacción con otra persona
que no le agrada en absoluto. Preferiría no verla ni tratar con ella, pero la utilidad /
beneficio del negocio es prioritaria. Esa persona está siendo pragmática.
Ejemplo 2: Cuando un partido político hace un pacto con otro partido político (de ideología
muy distinta a la suya) para aprobar una ley concreta. Ambos partidos renuncian a sus
ideales porque creen que la ley es necesaria para su país.
Ejemplo 3: Las mismas leyes, de todos los países, son de alguna manera pragmáticas. Hoy
en día no hay leyes que estuviesen vigentes en el siglo X. Algunas de ellas serían, en el
mundo actual, muy injustas. Las leyes se hacen para adaptarse a su tiempo.
Ejemplo 4: Comprar en el desierto una botella de agua por un precio de 1000 euros.
Ejemplo 5: A un estudiante le gusta mucho la filosofía, pero tiene elige estudiar economía
porque tendrá más opciones de encontrar un trabajo mejor pagado.
Ejemplo 6: Los habitantes de un país están pasando hambre. El gobierno decide deforestar
una zona de su país para alimentarlos. Dicha zona tardará años en volver a ser productiva,
pero la hambruna temporal se soluciona.
Ejemplo 7: Un hombre no soporta a su suegra, ni las tonterías que dice. Pero sabe que si
discute con su suegra y le dice lo que piensa, su mujer se enfadará con él, así que opta por
tragarse sus opiniones y callarse para evitar problemas.
Ejemplo 8: En una ciudad está prohibido matar palomas. Pero en poco tiempo llega una
plaga y las palomas se multiplican por cien. Se aprueba una ley que permite matar palomas.
Ejemplo 9: Un equipo de fútbol contrata al entrenador de su equipo rival, a pesar de que su
afición se enfada mucho, porque piensa que es el único entrenador que le puede ayudar a no
descender de categoría.
Ejemplo 10: A un hombre se le cae una moneda de 1 céntimo de euro por la alcantarilla. Es
su dinero y le molesta perderlo, pero es demasiado costoso intentar recuperarlo y en ese
momento no necesita el céntimo.