A Propósito de La Vergüenza
A Propósito de La Vergüenza
A Propósito de La Vergüenza
enfoques contemporaneos
Para comenzar
Las preguntas
1. (.Leer y escribir?
Hablo Ia lengua de los conquista dores/ pero digo lo opuesto a lo que el los dicen
Cristina Peri Rossi, 1989
Pero los signos 'yo lesbiana' o ' nosotras lesb ianas ' nunca
aparecieron como univocos. Hablo de signos en Ia medida en que
en mi trabajo de investigaci6n intentaba leer las narraciones y
descifrarlas. Tambien digo signos porque probaba ordenar estas
narraciones desde al marco te6rico establecido . En este sentido
leer y escribir, para cualquier antrop61ogo, es un ejercicio de
autoridad6 , pero tam bien lo puede ser de performatividad. Muchas
veces no estuve de acuerdo con el 'yo' o el 'nosotras' que elias
planteaban desde sf, e igualmente, muchas veces tambi en me vi
en desacuerdo con mi devenir antrop61oga. AI leer las narraciones,
las veia en muchas ocasiones como sujetos particu larizados, pero
del mismo modo, en muchas otras, veia alii a los sujetos sujetados7 .
iQuien los particularizaba y quien los sujetaba?
3. (,Nosotras y elias?
5. La verguenza o el miedo
Yo digo tambien que por vergu enza. Sin embargo, lo que las
mujeres que participaron de esta entrevista concl uyeron, incluida
Ia propia coordinadora, que habia sido "mas politico" salir con Ia
mascara, puesto que era como deci r "no tenemos derecho a tener
un rostro", es decir, "no exist imos social mente y si lo hacemos,
corremos el riesgo de Ia eliminaci6n social o material " . Pero
tambien seria porque .. ."ino estamos orgullosas de ser lesbia nas?",
aunque para parafrasea r a Crimp antes lesbiana que gay.
En un giro semant ico inesperado f rente a esta idea del "orgu llo",
situo Ia posicion de Liliana Felipe y Jesusa Rodriguez con su
pa rticular forma de apa recer, ser, estar, decir: seg un mi lectu ra,
Ia sinvergueza .
Un epilogo
Sacudimos el arbol hasta que caen todas las
hojas, y aullamos despues a las ramas ; perturbamos
Ia Tierra un rata con nuestra furia; nuestra tristeza es ca rn e de
primera y Ia comeremos hasta dejar los huesos: nuestra paz
no esta a f lor de piel sino en el coraz6n de Ia medula , no somas
sa bias antes del rigor mortis; no nos sumergimos en ning un rio de
Ia Sa bidurfa, nadamos solas en el Jordan.
Ent re nosot ras hay pocos Fil6sofos.
porque nuest ra sangre hirvi6
demasiado como para soportar
el peso de Ia Sabidurfa,
que es una barca
pequeiia
y s61o flota si
el recorrido
esta trazado
y los vien tos
en
calma