Hornos
Hornos
Hornos
Los hornos eléctricos de inducción utilizan una corriente inducida para fundir la
carga. La energía es del tipo de inducción sin núcleo dada por una corriente de alta
frecuencia que suministra a la bobina primaria, enfriada por agua que circunda al
crisol. La corriente de alta frecuencia es alrededor de 1000 Hz, suministrada por un
conjunto motor-generador o un sistema de frecuencia con arco por vapor de
mercurio. El crisol es cargado con una pieza sólida de metal, chatarra o virutas de
operaciones de mecanizados, al cual se le induce una alta corriente secundaria. La
resistencia de esta corriente inducida en la carga se hace en 50 o 90 min,
fundiéndola en grandes crisoles que contienen arriba de 3.6 Mg de acero.
Los hornos de inducción, con crisoles aprovechables desde pocos kilogramos hasta
3.6 Mg son relativamente bajos en costo, casi libres de ruido y por lo mismo
producen poco calor. Puesto que la temperatura no necesita ser más alta que la
requerida para fundir la carga, la chatarra aleada puede ser para refundir sin que
sea "quemada" la calidad del material. Por estas razones a menudo son
encontrados en laboratorios experimentales o fundiciones. En hornos de arco
eléctrico, la temperatura alta del arco puede refinar el metal, siendo una desventaja
de la fundición.
El tipo más sencillo tiene la cámara de fusión unida a un canal que, como ya se ha
dicho, forma un circuito eléctrico secundario cerrado en el cual se genera el calor.
Al poner el horno en marcha, el canal está lleno de material metálico sólido en
íntimo contacto para permitir el cierre del anillo. Primeramente se funde el
contenido del anillo (sección más estrecha) y luego, poco a poco, se propaga la
fusión a toda la carga. La mezcla del liquido queda favorecida por la acción
electrodinámica de la corriente.
Para facilitar las coladas subsiguientes conviene dejar siempre una cierta cantidad
de metal liquido en el fondo del horno de forma que el canal esté siempre lleno, es
decir, cebado.
Éste es uno de los inconvenientes que hay que poner en el pasivo de esta clase de
hornos. A pesar de todo, tuvieron mucha aceptación en el campo de la fusión. del
bronce, cobre, aluminio y aleaciones derivadas, y, mas recientemente, incluso para
la fusión de la fundición gris.
La limpieza del canal es difícil: para comodidad de funcionamiento estos hornos han
sufrido modificaciones importantes en su desarrollo, y se les han añadido dos
cámaras, una para la carga y otra para la descarga; de este modo:
Están constituidos por una espiral cilíndrica (enfriada por circulación interior de
agua) de tubo de cobre de sección rectangular o cuadrada, dentro de la cual va
instalado un crisol que contiene el metal que se ha de fundir.
Por efecto del campo magnético generado por la espiral se induce una corriente a la
masa metálica y la energía eléctrica absorbida se transforma en calor. El crisol
refractario no impide la acción del campo magnético.
Crisol
El proceso de crisol es el proceso más viejo para la fabricación de acero, pero éste,
hoy en día se usa muy poco excepto en fundiciones no ferrosas. Los crisoles se
hacen en general de una mezcla de grafito y arcilla. Son completamente frágiles
cuando se enfrían, debiendo ser manejados con cuidado, poseen resistencia
considerable cuando están calientes. Los crisoles son calentados con coque, aceite
o gas natural y deben sujetarse con unas tenazas especiales ajustadas para
prevenir daños. El hierro dulce, metal enjuagado, chatarra de acero, carbón vegetal
y ferroaleaciones constituyen la materia prima para la fabricación de acero por este
proceso. Estos materiales son colocados en crisoles que tienen una capacidad de
más o menos 50 kg y son fundidos en un horno regenerativo.
Fusión al Vacío y con Atmósfera Especial
Para algunos metales es permisible una capa de escoria o espuma acumulada sobre
el metal fundido, para protegerlo de la excesiva oxidación. Frecuentemente se
añaden provocadores de escoria. En el caso del aluminio, esta escoria es algo
perjudicial durante el colado y deberá tenerse especial cuidado en evitar su entrada
al molde.
3.
Los moldes pueden ser rectangulares, de sección cuadrada o redonda, los
colados finales varían en tamaños desde unos cuantos cientos de
kilogramos, hasta 25 Mg. La clase de metal colado y el producto son los
factores que determinan el peso del lingote. Los lingotes de sección
rectangular y cuadrada, tienen sus aristas redondeadas y los lados
corrugados. El redondeo de las aristas reduce la tendencia de los granos
columnares a convergir, formando un plano débil. Corrugando los lados se
acelera el enfriamiento, lo cual es un proceso que reduce el tamaño de los
granos columnares formados.
Los dos tipos de moldes para lingotes, de la figura se usan para colado por
arriba. El tipo de extremo más grueso hacia abajo, mostrado en A, es fácil
de retirar del lingote, aun cuando las pérdidas del metal son grandes, debido
a la cavidad del rechupe (tubo) que se forma durante la operación de
enfriamiento. Estas pérdidas son menores cuando se emplea el tipo
mostrado en B. Cuando se vacía un lingote la solidificación es progresiva,
comenzando en la superficie del molde y progresando hacia el centro.
Durante este periodo hay considerable rechupe del metal. A medida que
solidifica, capa tras capa, disminuye el volumen del metal, dando como
resultado la formación de un hueco al completarse la solidificación. La
velocidad del enfriamiento, es un factor importante en la producción de
lingotes sólidos.
Los lingotes hechos en moldes con el extremo grueso hacia arriba tienen, en
la parte superior del molde, un gran volumen de metal caliente, disponible
durante el periodo de enfriamiento y al solidificar muestran pocas pérdidas
de metal debido a las cavidades por rechupe. Se pueden reducir las pérdidas
por formación de tubos en los lingotes, bien sea añadiendo metal durante el
enfriamiento o usando rebosaderos refractarios. El metal en los rebosaderos
permanece fundido hasta que el lingote ha solidificado y durante el periodo
de solidificación, le suministra el metal necesario para compensar los
rechupes.