Demetrio Herrera Sevillano - Antología Poética
Demetrio Herrera Sevillano - Antología Poética
Demetrio Herrera Sevillano - Antología Poética
Antología poética
P a n a ni L p e r o d e 1, 9 4 5
Antología poética
P a n a ni L p e r o d e l. 9 4 5
,q Prólog de Guisa
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aquella melancolía trágica de la Letanía, con su insistencia en la elau
sula anfibráquica, qué preferir . . .?
Son muy variados los problemas que sugiere la lectura de la poe-
sía de Demetrio Herrera y creo que sin precedentes en la literatura
panameña de hoy, cuyo punto de partida puede señalarse en Rogelio
Sinán . Hay que no olvidar la cumbre de Ricardo Miró, solitaria, mag-
nífica, con ese carácter tan específico del arte latino - del arte espa-
ñol sobre todo - en el que los solitarios son paradójica legión . ¿Quién
se parece a Fray Luis . . . ? ¿Quién a Quevedo . . . ? ¿Quién a Goya. . . ?
Broncos y extraños solitarios . . .!
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"Una cosa" nos dice el poeta, es la poesía . Y por algo será que, pa-
ra él, ese algo, la poesía, sea una cosa, una cosa real . Y "otra cosa" lo
que está grabado en el alma del poeta . Otra cosa real, pero distinta .
Y qué lo graba en el alma . . . ? La memoria. Y alma y memoria son dos
"cosas" difíciles de separar . Para San Agustín, para Bergson - tan
distante - son la misma cosa, Quizá Rubén Darío en aquel prodigioso
sonetillo, poco mencionado sin razón, al citar al genio nicaragüense,
nos definiera bien esa "cosa" de la poesía . No era una mujer la del
sonetillo : era la poesía, "esa cosa" :
Mía, así te llamas,
qué más armonía?
Mía, luz del día,
Mía, rosas, llamas .
Qué aroma derramas
en el alma mía!
Oh mía, oh mía,
ji sé que me arpas!
"Mía" en el sonetillo de Rubén es la poesías "Tú", en su feminidad
exclusiva, es en Bécquer la poesía .
Poesía es la conformación de la materia con el espíritu, ha dicho
Santayana . La palabra la sirve : la palabra, que tiene usos racionales-
conversación--- y prerracionales - plegaria-- : la palabra, vale por su
referencia a los objetos, pero también por su propio valor elemental,
ha escrito el filósofo catalán ingerto en norteamericano . Y este valor
elemental, "per se", es el musical, secreto de la poesía . "Mientras lo
musical no se somete a lo significativo -explica el filósofo- difícil-
mente puede el lenguaje relatar un suceso o apuntar a un, objeto inequi-
vocadamente . Pero si prescindiera en absoluto de lo musical, pasaría a
ser una especie de álgebra o taquigrafía sin valor poético ." El "quid"
está en la armonía de ambos valores, el significativo y el musical . Por
eso el plano inferior de la poesía está en lo que no tiene elemento lógico,
la que se compone de puros arabescos sonoros, formas vacías . Lo poético
debe tener un contenido objetivo o si se quiere sustantivo, si bien para
que una frase sea significativa, basta con que "abra las compuertas a
una poderosa emoción, aunque su claridad y coherencia no sean parti-
cularmente notables", escribe Santayana . Tal el caso del culterano y del
conceptista . Fuera de la armonía de lo significativo y lo musical, no
hay más que poesía bárbara .
Así veo yo a Demetrio Herrera, con un gran sentido musical en su
poesía, y significativo . Un significado propio, que es lo que integra al
poeta .
T . S . Eliot, discurriendo en torno al poema "Blue Closet", de William .
Morris, ha dicho que es un poema delicioso, "pero yo no puedo expli-
car qué significa y dudo que el autor pudiera hacerlo . Mas su intención
es obvia : producir el efecto de un sueño ." No es necesario, para gozar
el poema, saber qué es lo que significa ese sueño ; pero los seres humanos
tienen la firmísima creencia de que los sueños siempre significara algo :
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han creído - y muchos creen todavía - que los sueños revelan los se-
cretos del futuro : la ortodoxa creencia moderna es la de que los sueños
revelan los secretos - al menos los más horribles - del pasado . Un
poema puede significar muy "diferentes" cosas a "diferentes" lectores, y
todos estos significados pueden ser "diferentes' del que quiso darle el
autor . Por ejemplo, el autor pudo muy bien haber escrito alguna expe-
riencia muy peculiar y personal, que el vió sin ninguna relación con algo
del mundo exterior ; sin embargo, para el lector el poema puede llegar
a ser la expresión de una situación general, así como alguna experiencia
privada suya . La interpretación del lector puede diferir de la del autor
y ser igualmente válida - quizá hasta superior . Tal vez haya más en un
poema de lo que el autor pueda darse cuenta .
En "Ciudad", el poema que cierra la selección, de "Kodak", se lee :
En este pasadizo,
la oscuridad
me ha extraído
las pupilas . . .
Cuántas "cosas" - siempre cosas . . . !-dice al lector esto sólo . . .
Cosas que serán las que siente el poeta, las que quiere "significar" con
"música" el poeta, pero también otras "cosas" que que vagan por su
alma, merced a la memoria, al recuerdo . El pasadizo de Herrera será
éste o aquél . El del lector, otro pasadizo, quizá en una ciudad extraña
que nunca pisó Demetrio Herrera . Esa es la poesía. Y ése el misterio del
poeta . Y de la poesía . Y se llega a algo concreto, que también apunta
T . S . Eliot : que la poesía, al final de cuentas, no es más que una con-
versación, una persona que conversa con otra . Y esto es igualmente cier-
to si se canta, ya que el canto es otra forma de conversar . Toda revolu-
ción, en poesía, está apta para ser un regreso al lenguaje cuotidiano . Es-
ta fue la revolución que Wordsworth anunció en sus prefacios . Los par-
tidarios de una revolución desarrollan el nuevo idioma poético en una
u otra dirección : lo pulen o perfeccionan. Que han hecho esos poetas que
se han denominado "de vanguardia" sitio esto . . .? Lo que ocurre es
que mientras el lenguaje hablado continúa cambiando, el lenguaje poé-
tico pasa de moda . Claro es que ninguna poesía es exactamente igual al
lenguaje que el poeta habla y escucha, pero tiene que estar en tal rela-
ción con el lenguaje de su época que el lector pueda decir : "así es corno
yo hablaría si yo pudiera hablar en poesía."
La música de la poesía, por tanto, debe ser una música latente en el
lenguaje ordinario de su tiempo . Y esto significa también que debe estar
latente en el lenguaje ordinario del lugar del poeta . De ahí que molesten
esos juegos "a lo arcaico" en poesía pura . Y de ahí el gran valor de la
poesía de Demetrio Herrera : que encuentra la lengua de su lugar, de su
Panamá, y de ella extrae la música y el significado . El diálogo o la con-
versación - como se quiera - de este poeta es con su pueblo, actual .
Es su esencial valor . Y es la fuente de su emoción .
La producción poética de los últimos veinte años - lo mismo en
Panamá que en el resto de los pueblos civilizados - deberá catalogarse
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en uno de esos períodos de búsqueda de ni¿ adecuado y moderno idioma
coloquial.
Analicemos ahora, un poco más en concreto, la Antología de De-
metrio Herrera, para volver a insistir en algunos de los temas insinua-
dos, como contera de este ensayo .
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La sutil sonrisa de "Domingo" recoge la sensación del día de
fiesta, que se remata con esta nota que es un magnífico esguince poético :
En la esquina,
un, poste se entretiene
viendo en ropa interior . . .
a unas naranjas . . .
Siempre en pleno salto de la imaginación, "Nubes", lo menos + .
tenso del cuadernillo, comienza con un trozo sorprendente :
Por la plaza del espacio
pensando vienen
y van .
El ritmo está tan hecho, tan de acuerdo con el viaje de las nubes,
que se alcanza la mejor onomatopeya.
"Nocturno de las calles" es de primerísima calidad . Sin agarrarse
a la runa, Demetrio Herrera, lleva el octosílabo con ciencia musical, en .
alguna estrofa, la segunda, combinado con su hemistiquio tetrasilábico .
No es nuevo : lo hizo Jorge Manrique . Pero tiene el sabor de lo nuevo .
Las metáforas - como en todo "Kodak" - poseen un color tan exacto
que subyuyan . No se suprime la ironía popular en esta poesía trabajada
y culta .
"Con mi Kodak" y "Ciudad" no desmerecen del ramillete de poemas .
La emoción de 'Kodak" es netamente panameña : no se ha ofrecido
con anterioridad esa nota en nuestra poesía . En ciertos instantes se apro-
xima a "Onda", de Sinán, mas con su propio sentido, con su significado
y con su música. Y el lenguaje poético es auténtico de Herrera, como
su ritmo, de una prestancia inconfundible .
Yo agregaría a "Kodak"-ya lo he indicado-"Orfandad", "Ha
ría el trabajo", "Calidonia", `Sabatina" y "Cuartos" . Están dentro de la
línea, con esencias sentimentales . Quizá donde más se acentúa la sen-
timentalidad - que izo se despeña en sensiblería - es en "Orfandad" .
Y está muy bien . Este final es agrio, desolado, de una melancolía que
desgarra :
Se oye el silencio . . . Se oye .
El aire petrifica su presencia
y sólo la protesta del mar
cruje lejana.
Nada responde a los rugidos, izada .
El cielo es un giboso sordomudo .
Un palacio sin lumbres . . .
sin entradas .
En "Cuartos" hay aromas de esa cosa atosigante y formidablemen-
te popular que Herrera siente milagrosamente :
Y,
zonzos
de calor y noche,
pasan cuartos .
Cuartos . . .
Cuartos .
Cuartos de la gente pobre
con sus chiquillos descalzos .
Cuartos donde no entra el sol,
que el sol es aristocrático .
Por favor!
Que no se diga
que tú no tienes conciencia .
No, no, no!
Ni que sólo dices sí
aunque necesites no .
Ni que te gusta el ultraje .
No, no, no!
Ni vagar en la miseria . . .
Citaré por final el "Romance del caballo oscuro" . La noción del rit-
mo de Demetrio Herrera le lleva a captar sonidos con un oído musi-
cal privilegiado . Este trozo del romance guarda una prestancia tan
panameña, tan gentil, que cabe señalarla como modelo :
CHOCANO
ENTRENAMIENTO
Para MAURICIO DíAZ C .
Y un aplauso de ola,
hace empinar la torre
con el reloj en mano
para llevar el tiempo.
Chiquillos vagabundos,
los pájaros marinos
se cuelan por el techo .
DOMINGO
Las fachadas,
curiosas,
agrúpanse en las aceras
para mirar al que pasa .
Niños .
Corrillo sin brújula .
En la esquina,
un poste se entretiene
viendo en ropa interior, . . .
a unas naranjas .
N U B E S
Procesión de dirigibles
en un vuelo sin parada
por el mundo
sideral? . . .
Míralas!
Están cansadas
y doloridas de andar!
En la rodilla de un poste
-rubí que luce la noche-
el foco sobresaltado
de una cajilla de alarma .
La soledad ha dormido
a la ciudad en sus brazos .
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CON MI KODAK
De la tienda de un asiático
sale una niña que lleva
cristal humeante
en la mano .
Súbito . . . ¡ZAS!
Es el viento
que,
al huir de un automóvil,
me ha echado encima su cuerpo .
Estomacal refunfuño! . . .
Y por un inerte brazo
de la calle
parto aprisa .
En el camino me hallo
con la gente . . .
y con la brisa .
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C I U D A D
Ahora voy
trazando
una línea de construcción
con los lápices de mis piernas .
En este pasadizo,
la oscuridad
me ha extraído
las pupilas .
Anuncios trepadores
contemplan sonreídos
la ciudad ;
de las habitaciones
salen a tomar aire
los reflejos .
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La Canción del Pueblo
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¿Por qué si puede Dios, no satisface
a la hambre cruel que nos devora? . . .
CARVAJAL-SALMO
O R F A N D A D
Carbón
es este sitio .
Yo,
para distraerme,
retozo con su nombre
-confite halagador-
entre mis labios.
Mas ah!
que por el crudo
aprieto de calleja enlutecida,
-veste algodón en carne nacarina—
la esencia, la esperada .
Luciérnaga vivaz por una gruta .
Lucífera azucena que aproximase
por sombras apiñadas.
Duriglacial desengaño
que hasta la roca entristece .
Y cual aquel que de algo
que no creyó, se convence,
movió y, moviendo, siguió
su atormentada cabeza .
Era un vaivén demorado .
Era el péndulo cansado
del reloj de la tristeza .
Apreciación indolente
que falleció aquella tarde .
Pensó en su inmensa labor
y en la remuneración
conque quisieron mimarle .
¡Ni para la baratica
muñeca supo alcanzarle!
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Anónimo errante, me acogen las calles!
Las calles conocen mi paso, mi voz .
Las calles me quieren, porque, como ellas,
sufro sin que a nadie le interese yo .
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HACIA EL TRABAJO
Come que se come el truck
la carretera de nácar .
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Rugiendo sigue el camión
tras la carretera blanca .
Es un hambriento león,
tras una sierpe de plata .
Sábados de la ciudad
en las noches . Las cantinas,
la ciudad .
Todo lo incendian los hombres
que trabajan en la Zona
del Canal.
Sábados de la ciudad,
bullangueros! Las cantinas,
Panamá .
Todo lo incendian los hombres ; . . .
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PARQUE DE SANTA ANA
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C U A R T O S
Para Pedro Méndez Miró
Zonzos
de calor y noche,
pasan cuartos .
Cuartos . . .
Cuartos . . .
Cuartos de la gente pobre
con sus chiquillos descalzos.
Cuartos donde no entra el sol,
que el sol es aristocrático .
Mujeres semidesnudas
están lavando en el patio,
y pregonan los fogones
un silencio
cuadrilátero .
Cuartos donde necia da
la tos, funeral silbato.
Cuartos con sus caras mustias ;
con su exposición de harapos .
Y,
zonzos,
de calor y noche,
pasan cuartos .
Cuartos . . .
cuartos .
Cuartos de la gente pobre
con sus chiquillos descalzos .
Cuartos donde no entra el sol,
que el sol es aristocrático.
LA FIESTA DE SAN CRISTOBAL
VI
Febo muerde ; que la juma
a Febo en morder le ha dado .
"Que viva el pueblo, que viva",
pasa el alcohol pregonando .
"Que viva el pueblo", repiten,
en el billar de Bolaños,
surgen en pregón paseando .
y mil nombres por el aire
Te vas.
Adiós, trigueñita!
Canela de mis lugares!
Juguete del Niño-Dios!
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YO SOY TU PRESIDENTE
Ah, sí!
Pues soy el alba riente . La luz . ¡El presidente
de la república fresca de tu gracia!
Y,
rubricaré un decreto, . . .
prohibiendo que te miren .
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Por ello me reclino, . . .
sobre tus senos púberes .
Todo te sigue a tí .
Todo te sigue .
El sol
que escandaliza porque te besa y huyes ;
porque te besa el aire,
sin que protestes tú .
Todo te sigue a tí . . .
Mas me proclamo dueño,
único . . . ¡efervescente!
de toda tu hermosura .
Imán : en tu pupila .
El garbo, -fino imán- de tu contorno .
Presidente absoluto
de la república tierna de tu gracia,
hoy,
rubricaré un decreto, . . .
prohibiendo que te miren .
H I M N 0
Del Primer Ciclo de Enseñanza Secundaria
de la ciudad de Chitré . - (Premiado) .
C O R O
C O R O
Orgulloso, en su camino
la cola contento mueve,
diciendo adiós al que pasa,
diciendo adiós al que viere .
Caballo toca-tambor!
Caballo de Ernesto Davis!
A Octavio Fábrega
1928
F 1 N
DEMETRIO HERRERA S .,
vivirá eternamente agradecido de :
Don Ricardo Adolfo de la Guardia, Presidente de la República,
del Ayuntamiento Provincial de Panamá,
de los señores :
Dr. Eduardo Chiari,
Don Ricardo Marciacq,
los licenciados,
José Isaac Fábrega,
Angel Lope Casis,
Agustín Ferrari,
Heliodoro Patiño
y de mil amigos más, quienes, con su contribución desprendida
y desinteresada, hicieron posible la publicación de este librito .
Viene tal gesta, que emana de un sinnúmero de compatriotas, y
que el autor considera un homenaje, a desvirtuar la idea de que
en Panamá ni se aprecia ni se estimula la poesía .
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