Mito y Logos
Mito y Logos
Mito y Logos
Aunque entre los griegos se dio el contraste entre mythos y logos, no han de verse solo
como modos de pensamiento conflictivos, sino, hasta cierto punto, complementarios.
Armstrong (2009, pp. 5-6) afirma que cada una tiene su propia esfera de competencia,
donde logos es un pensamiento pragmático, aplicado a la realidad exterior del hombre,
mientras mythos, a pesar de estar asociado con la fantasía, le permite al hombre tratar las
cuestiones más enigmáticas de su mente y su existencia, funcionando como una especie
de psicología primitiva. He aquí una razón para aceptar la necesidad del mito, incluso en
tiempos modernos, pero enmarcándolo en su área de competencia, y no tratando de
ofrecer perspectivas inciertas sobre la realidad exterior, de la naturaleza material y
humana.
Del anterior análisis surge la necesidad de evaluar los mitos modernos. ¿Cuáles son
sanos?, ¿cuáles nos sumergen en la ignorancia?, ¿cuáles de ellos no ofrecen un alivio a la
incertidumbre de las cuestiones trascendentales de nuestra vida, de nuestra existencia?
Puede concluirse que, si bien el logos logra explicar de manera práctica y razonada el
mundo que nos rodea, no puede ofrecer explicación a las incógnitas que han preocupado
al hombre desde tiempos remotos. Es aquí donde entra el mito como un escape a aquello
que nos atormenta; y hay que ser cuidadoso en la literalidad con la que se acoge, ya que
su significado, más que explicativo, es simbólico.
Referencias
Armstrong, K. (2009). The Case for God, 1.ª edición. New York: Knopf. Recuperado de
http://gen.lib.rus.ec/book/index.php?md5=0A2795CEF0BFE64C5B97306EEF501CCC
Fowler, R. (2011). Mythos and Logos. The Journal of Hellenic Studies, 131, pp. 45-66.
Recuperado de http://www.jstor.org/stable/41722132