Ensayo de La Vida de Jesus

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36Dios habló a los descendientes de Israel, anunciando el mensaje de

paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. 37 Ustedes bien


saben lo que pasó en toda la tierra de los judíos, comenzando en
Galilea, después que Juan proclamó que era necesario
bautizarse. 38 Saben que Dios llenó de poder y del Espíritu Santo a
Jesús de Nazaret, y que Jesús anduvo haciendo bien y sanando a
todos los que sufrían bajo el poder del diablo. Esto pudo hacerlo
porque Dios estaba con él, 39 y nosotros somos testigos de todo lo que
hizo Jesús en la región de Judea y en Jerusalén. Después lo mataron,
colgándolo en una cruz. 40 Pero Dios lo resucitó al tercer día, e hizo que
se nos apareciera a nosotros. 41 No se apareció a todo el pueblo, sino a
nosotros, a quienes Dios había escogido de antemano como testigos.
Nosotros comimos y bebimos con él después que resucitó. 42 Y él nos
envió a anunciarle al pueblo que Dios lo ha puesto como Juez de los
vivos y de los muertos. 43 Todos los profetas habían hablado ya de
Jesús, y habían dicho que quienes creen en él reciben por medio de él
el perdón de los pecados.
44Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre
todos los que escuchaban su mensaje. 45 Y los creyentes procedentes
del judaísmo que habían llegado con Pedro, se quedaron admirados de
que el Espíritu Santo fuera dado también a los que no eran judíos,

Hechos 10:36-45
INTRODUCCION

La raza humana en su principio al ser creados, fueron originalmente


sin pecado alguno, siendo perfectos y teniendo comunión perfecta con
Dios Padre, el Creador, no existía ningún impedimento ante la
presencia de Dios y el ser humano, no había en ellos ningún margen
de error o pecado. Hasta que satanás en forma serpiente,
interviniendo en aquella relación tan perfecta, manipula la voluntad
humana llevándola al punto de desobedecer al mandamiento divino,
produciéndose así una ruptura entre Dios y el hombre en su comunión
perfecta, dándose así la Caída de la humanidad a través del pecado
que consiste en errar al cumplimiento de las exigencias divinas.

Dios siendo tan personal con el hombre y conociendo la desgracia de


este, pronuncia la promesa de redimir, rescatar y restaurar al hombre
de aquella total ruina en la que se encuentra el ser humano,
prometiendo un Redentor, un Salvador quien con su vida, su muerte,
tomaría el lugar de castigo por el pecado de la humanidad, dándole la
victoria con su resurrección al tercer día de entre los muertos.

Muchos piensan que Dios el Padre, antes de decir sea la Luz,


pronuncio: “sea la Cruz” para darnos la Salvación en Jesucristo.
NACIMIENTO E INFANCIA DE JESUS

Lucas 2: 16-52
16Así que se apresuraron y encontraron a María, a José y al bebé que yacía
en el pesebre. 17 Cuando lo vieron, divulgaron lo que se les había dicho
acerca de este niño, 18 y todos los que lo escucharon se asombraron de lo
que los pastores les decían. 19 Pero María atesoró todas estas cosas y las
consideró en su corazón. 20 Los pastores regresaron glorificando y alabando
a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, que eran tal como les
habían dicho.
21 En el octavo día, cuando era hora de circuncidar al niño, se llamaba Jesús,
el nombre que el ángel le había dado antes de ser concebido.
22Cuando llegó el tiempo de los ritos de purificación requeridos por la Ley de
Moisés, José y María lo llevaron a Jerusalén para presentarlo ante el
Señor 23 (como está escrito en la Ley del Señor, "Todo varón primogénito
será consagrado al Señor”), 24 y ofrecer un sacrificio acorde con lo que se
dice en la Ley del Señor: "un par de palomas o dos pichones" [ c ]
25Había un hombre en Jerusalén llamado Simeón, que era justo y devoto. Él
estaba esperando el consuelo de Israel, y el Espíritu Santo estaba sobre
él. 26 El Espíritu Santo le había revelado que no moriría antes de haber visto
al Mesías del Señor. 27 Movido por el Espíritu, entró en los patios del
templo. Cuando los padres trajeron al niño Jesús para que hiciera por él lo
que requería la costumbre de la Ley, 28 Simeón lo tomó en sus brazos y
alabó a Dios, diciendo:
29 "Señor Soberano, como has prometido,
ahora se puede descartar [ d ] tu siervo en paz.
30 Porque mis ojos han visto tu salvación,
31 que has preparado a la vista de todas las naciones:
32 una luz para la revelación a los gentiles, y la gloria de tu pueblo Israel”.
33El padre y la madre del niño se maravillaron de lo que se dijo de
él. 34 Entonces Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: "Este niño está
destinado a causar la caída y levantándose de muchos en Israel, y para ser
una señal contra la cual se hablará, 35 para que se revelen los pensamientos
de muchos corazones. Y una espada también perforará tu propia alma”.
36También hubo un profeta, Anna, la hija de Penuel, de la tribu de
Asher. Ella era muy vieja; ella había vivido con su esposo siete años después
de su matrimonio, 37 y luego había quedado viuda hasta los ochenta y
cuatro. [ e ] Ella nunca abandonó el templo, sino que adoró día y noche,
ayunando y orando. 38 Al acercarse a ellos en ese momento, ella dio gracias
a Dios y habló sobre el niño a todos los que esperaban la redención de
Jerusalén.
39Cuando José y María hicieron todo lo que requería la Ley del Señor,
regresaron a Galilea a su pueblo de Nazaret. 40 Y el niño creció y se hizo
fuerte; estaba lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba sobre él.
41Todos los años, los padres de Jesús iban a Jerusalén para la Fiesta de la
Pascua. 42 Cuando tenía doce años, fueron a la fiesta, según la
costumbre. 43 Después de que el festival terminó, mientras sus padres
regresaban a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, pero no lo
sabían. 44 Pensando que estaba en su compañía, viajaron por un día. Luego
comenzaron a buscarlo entre sus parientes y amigos. 45 Cuando no lo
encontraron, regresaron a Jerusalén para buscarlo. 46 Después de tres días lo
encontraron en los patios del templo, sentados entre los maestros,
escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Todos los que lo escucharon se
sorprendieron en su comprensión y sus respuestas. 48 Cuando sus padres lo
vieron, se asombraron. Su madre le dijo: "Hijo, ¿por qué nos has tratado
así? Su padre y te he estado buscando ansiosamente”.
49"¿Por qué me buscabas?”, Preguntó. "¿No sabías que tenía que estar en la
casa de mi padre?" 50 Pero ellos no entendieron lo que les estaba diciendo.
51Entonces él bajó a Nazaret con ellos y fue obediente a ellos. Pero su
madre atesoraba todas estas cosas en su corazón. 52 Y Jesús creció en
sabiduría y estatura, y en gracia entre Dios y el hombre.
MINISTERIO DE JESUS

Lucas 4:17-21

Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló


17

el lugar donde estaba escrito:


18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
19 A predicar el año agradable del Señor.

20 Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos

en la sinagoga estaban fijos en él.

Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de


21

vosotros.

La Razón del Sacrificio

San Juan 1:29


29 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo.

CRUCIFIXCION, MUERTE, SEPULTURA Y RESURRECCION DE CRISTO

MATEO 27:32-66

Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a


32

éste obligaron a que llevase la cruz.


Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la
33

Calavera,

le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo


34

probado, no quiso beberlo.

Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando


35

suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis
vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.
36 Y sentados le guardaban allí.

Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE


37

LOS JUDÍOS.
38Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la
izquierda.
39 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza,
40y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a
ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz.

De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los


41

escribas y los fariseos y los ancianos, decían:

A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel,


42

descienda ahora de la cruz, y creeremos en él.


43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios.
44 Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él.

Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora
45

novena.

Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama
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sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?
47 Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.

Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de


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vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber.


49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle.
50 Más Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.
51Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra
tembló, y las rocas se partieron;

y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían


52

dormido, se levantaron;

y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la


53

santa ciudad, y aparecieron a muchos.


54 El centurión, y los que estaban con él guardando a Jesús, visto el terremoto,
y las cosas que habían sido hechas, temieron en gran manera, y dijeron:
Verdaderamente éste era Hijo de Dios.

Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a
55

Jesús desde Galilea, sirviéndole,

entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de


56

José, y la madre de los hijos de Zebedeo.

Jesús es sepultado
57Cuando llegó la noche, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que
también había sido discípulo de Jesús.

Este fue a Pilato y pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato mandó que se le
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diese el cuerpo.
59 Y tomando José el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia,

y lo puso en su sepulcro nuevo, que había labrado en la peña; y después de


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hacer rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, se fue.

Y estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas delante del


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sepulcro.
La Resurrección
Al día siguiente, que es después de la preparación, se reunieron los
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principales sacerdotes y los fariseos ante Pilato,

diciendo: Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún:
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Después de tres días resucitaré.


64 Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día, no sea que
vengan sus discípulos de noche, y lo hurten, y digan al pueblo: Resucitó de
entre los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.
65 Y Pilato les dijo: Ahí tenéis una guardia; id, aseguradlo como sabéis.

Entonces ellos fueron y aseguraron el sepulcro, sellando la piedra y


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poniendo la guardia.

COMISION A LOS DISCIPULOS Y ASCENCION DE CRISTO

MARCOS 16: 14-20

Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la


14

mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían


creído a los que le habían visto resucitado.
15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será
16

condenado.

Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera


17

demonios; hablarán nuevas lenguas;

tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará


18

daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba en el cielo, y se sentó
19

a la diestra de Dios.
CONCLUSION:

La señal inequívoca que el sacrifico de Cristo satisfizo la justa ira de Dios Padre ante el
pecado de la humanidad fue el envío del consolador, el Espíritu Santo, dando garantía de la
salvación y la victoria para la humanidad, solo una persona justa, santa, humana y divina
podía rescatar a la humanidad y cumplir así la voluntad del Padre de aquella promesa
anunciada en Génesis 3:15 para redimir al ser humano. Por lo cual no hay otro nombre dado
a los hombres en quien puedan ser salvos, solo en el nombre de Jesús, autor y consumador
de nuestra salvación.

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