Kohan Dos Recientes Lecturas Modernas
Kohan Dos Recientes Lecturas Modernas
Kohan Dos Recientes Lecturas Modernas
Martín Kohan
Universidad Nacional de Buenos Aires
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Martín Kohan
todo Aira (en Las vueltas de César Aira). Para sostener esta vocación de
totalidad debieron, eso sí, recuperar ciertas categorías (dos en particular:
la de obra y la de autor) que dos de los grandes autores del
postestructuralismo (los consabidos: Roland Barthes y Michel Foucault)
habían declarado difuntas.
La vuelta al autor y la vuelta a la obra, haciendo a un lado la
proliferación inacabable –pero hegemónica– de las redes intertextuales
abiertas, sostienen esta decisión de leer un todo. Es cierto que se puede
ensayar una lectura de autor que preserve el registro de las
aproximaciones exhaustivas pero no conclusivas: así lee Jorge Panesi a
Felisberto Hernández (en Felisberto Hernández), así lee Alan Pauls a
Borges (en El factor Borges), por citar dos ejemplos. Pero el caso de
Premat y de Contreras es distinto, porque ellos sí atan cabos en la
medida necesaria para dar cuenta de un todo literario (todo Saer, todo
Aira). Queda claro que no por eso empobrecen ni reducen la riqueza de
los textos, que es inagotable por definición; ni clausuran otras
posibilidades de lectura, lo que sería, entre otras cosas, imposible y
vano. Hacen una lectura, porque siempre se hace una lectura; pero esa
lectura quiere –y consigue– funcionar como totalidad.
2. Obras completas
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Martín Kohan
reunidas y por separado; por eso se vuelve posible leerlo todo, incluido
lo que todavía no se escribió.
Si tanto Premat como Contreras pueden tramar estas lecturas de
conjunto, es porque vuelven a confiar en la eficacia de los grandes
sistemas explicativos. Eso que Lyotard definió, y desechó por agotados,
como “grandes relatos”, está en la base de La dicha de Saturno y de Las
vueltas de César Aira. En los “grandes relatos” late siempre la aspiración
a un todo, porque en eso justamente reside lo “grande” de esos relatos:
en su poder de comprensión total. El descarte de los grandes relatos y el
descarte de las totalidades se ligan indisociablemente, y por eso resulta
más que coherente que Premat y Contreras recuperen lo uno
recuperando lo otro. Leen un todo porque se apoyan en cierta clase de
paradigma que supone y sostiene la posibilidad de abarcarlo todo. Ese
paradigma es, para Premat, el psicoanálisis freudiano, tomado como el
Gran Relato por excelencia de la significación y la interpretación; y para
Contreras, el esplendor y la declinación (entrelazados y no
necesariamente sucesivos) de las vanguardias estéticas, tomados como
Gran Relato por excelencia de la historia del arte en el siglo XX.
Es más usual, o era más usual, que los críticos postulen formas
locales, múltiples pero parciales, plenas pero fragmentarias
(reivindicando esas formas, y no por resignación). Premat y Contreras,
en cambio, retornan a los sistemas explicativos integrales para hacer
posible una lectura igualmente integral (sabiendo ya que esa decisión no
necesariamente conlleva la clausura de otras alternativas, porque bien
pueden coexistir diversas totalidades sin que cada una precise la
eliminación de las otras). Hacen entonces lo que ya casi no se hacía, esto
es, una lectura en sentido clásico, la lectura conjunta de la obra de un
autor.
Tanto Saer como Aira propician en sus textos, por razones bien
distintas pero en última instancia convergentes, otro tipo de
aproximación, esas que clausuran eras con el prefijo “post”:
postestructuralismo, postmodernismo, postmodernidad,
postvanguardia. Una lectura de esa índole funciona a la perfección,
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BOLETIN/11 del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria (Diciembre de 2003)