Neoplatonismo Garcia Bazan00
Neoplatonismo Garcia Bazan00
Neoplatonismo Garcia Bazan00
DEL NEOPLATONISMO
1
Plotino, Enéadas, V, 1 (10), 8, 9-17; 22-26 y 9, 27-32. Ver F. García Ba-
zán, “Tradición y hermenéutica en el platonismo, el cristianismo naciente y H.
G. Gadamer”, Escritos de Filosofía, 1997 (16, 31), 59 ss. (cit. “Tradición y
hermenéutica”).
2
Aristóteles, De anima, I, 39 (I. Stobaei, Anthologium, C. Wachsmutt, ed.,
Berlín, 1884, 366, 5-11).
3
Proclo, Théologie platonicienne, H. D. Saffrey / L. G. Westerink (eds.),
Belles Letres, París, 6 vols., 1968-1997; II, 4, 31, 19-28; ver asimismo nn. 7-8,
94-95; I, 1, 5-7 y 131, n. 2. También H. J. Blumenthal, “The Psychology of
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
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FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
5
Sohravardi, Le livre de la sagesse orientale, H. Corbin, Lagrasse, 1986,
Prólogo 4, 28-47 (88-90). El prefacio de Shahrazuri (s. XIII), registra sintética-
mente: “Esta Sabiduría que es teosofía mística (hikma dhwaqîya), son pocos los
sabios que la logran. Sólo fue dada a los que fueron solitarios (afrâd) entre los
más eminentes de los teósofos (hokamâ). Los que entre ellos son los «antiguos
sabios» han precedido temporalmente a Aristóteles, tales como: Agatodemon,
Hermes, Empédocles, Pitágoras, Sócrates, Platón y algunos otros también entre
los «eminentes antiguos», a cuya eminencia rinden homenaje los diferentes
pueblos. Aunque su principal aspiración fueron los contenidos de la teosofía, no
han ignorado la dialéctica racional. Todo lo contrario, han dejado discusiones,
escritos e indicaciones, a partir de los cuales el Imâm de la filosofía racional
(imâm al-bahth), Aristóteles, adquirió vigor para elaborar correcciones y análi-
sis”, Sohravardi, 80. Adviértase, además, que Jâmâspa es el esposo de Puruśista
(Dênkart, IX, 45, 4), la hija de Zarathustra (Y. 53, 3), véase F. García Bazán,
“El pensamiento iranio”, en M. Cruz Hernández (ed.), Filosofías no occidenta-
les, Madrid, 1999, 181.
6
Prolégomènes à la philosophie de Platon, L. G. Westerink (ed.), J. Troui-
llard (trad.), A. P. Segonds (colab.), Belles Letres, Paris, 1990, LXXXIX ss.
7
Véase la misma idea en Moderato de Cádiz; Porfirio, Vida de Pitágoras,
48-49; ver F. García Bazán, “Los aportes neoplatónicos de Moderato de Cá-
diz”, Anales del Seminario de Historia de la Filosofía, 1998 (15), 18-19 (cit.
“Los aportes neoplatónicos”).
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
menídeo […]. Al saber más tarde que los pitagóricos habían reci-
bido el principio de su filosofía desde el Egipto, se fue a Egipto y
no lo abandonó hasta dominar la geometría y el arte sacerdotal
(hieratikén). Desplazado después a Fenicia encontró a los persas
y junto a ellos aprendió la instrucción de Zoroastro”8. “Pero ved
también la superioridad que tenía sobre Pitágoras. Porque éste fue
a Persia queriendo sacar provecho de la sabiduría de los magos,
pero los magos vinieron a Atenas atraídos por Platón deseando
participar de su filosofía”9.
8
Prolégomènes à la philosophie de Platon, 4, 1-14, 6.
9
Prolégomènes à la philosophie de Platon, 6, 23-27, 10.
10
Platón, Carta II, 312 e; F. García Bazán, Plotino. Sobre la trascendencia
divina: sentido y origen, Mendoza, 1992, 189-195.
11
Plotino, Enéadas, V, 8 (31), 4, 51-55.
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FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
12
Porfirio, Vida de Plotino, (cit. V.P.), III, 24. Ver J. Igal, Porfirio, Vida de
Plotino. Plotino, Enéadas I-II, Madrid, 1982, 15 y 133, n. 19.
13
Plotino rechaza el neoterismós (la innovación) radical, pero admite las
modificaciones parciales de la exposición doctrinal basada en la mayor profun-
didad de captación o coherencia sistemática. De este modo, es, al mismo tiem-
po que tradicionalista, innovador. Son tres sus innovaciones básicas: 1º pureza
innata del alma que no puede ser manchada por lo irracional; 2º afirmación de
la inclusión de las ideas en el Intelecto, frente a la interpretación literal y estilista
de «filólogos» como Casio Longino; 3º afirmación con Platón del Bien/Uno
“más allá de la esencia”. H. Dörrie, “Platon: tradizionalista o innovatore?”, en
Atti del Convegno Internazionale sul tema: Plotino e il Neoplatonismo in
Oriente e in Occidente (Roma, 5-9 ottobre 1970), Roma, 1974, 195-201, en el
mismo lugar: A. H. Armstrong, “Tradition, reason and experience in the
Thought of Plotinus”, 171-194. Sobre Longino «filólogo», J. Pépin, “Philólo-
gos/Philósophos (V.P. 14, 18-20)”, en L. Brisson y otros, Porphyre, la Vie de
Plotin II, París, 477-501 (esp. 493-501) y acerca de la inseparabilidad
ideas/Intelecto, F. García Bazán, “The «Second God» in Gnosticism and Ploti-
nus’s Anti-Gnostic Polemic”, en R. T. Wallis / J. Bregman (eds.), Neoplato-
nism and Gnosticism, Albany, 1992, 55-83 (cit. “The «Second God»”).
14
J. Whittaker / P. Louis, Alcinoos, Enseigements des doctrines de Platon,
París, 1990.
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
15
Atico, Contra los que se lisonjean de interpretar a Platón por medio de
Aristóteles (frs. 1-9 de Eusebio), ver E. des Places, Atticus, fragments, Paris,
1977, 38-69. Ver asimismo J. Baudry, Atticos. Fragments de son oeuvre, Paris,
1931, 1-33. Ver Numenio, Sobre el divorcio de los académicos de Platón (frs.
25-28, ver F. García Bazán, Oráculos Caldeos con una selección de testimo-
nios de Proclo, Pselo y M. Itálico. Numenio de Apamea, fragmentos y testimo-
nios, Madrid, 1991, 258-274; cit. Oráculos Caldeos). Entendido que Numenio
no encara en particular el neopirronismo de Enesidemo, el que sería propia-
mente escéptico en el sentido moderno, sino la infidelidad total de la Nueva
Academia desde Arcesilao, al haber introducido la «suspensión del juicio».
16
Plutarco, De E apud Delphos 387 F; G. Bastianini / D. N. Sedley, Com-
mentarium in Platonis ‘Theaetetum’, 54, 43-55, 13 con la interpretación de los
editores, en Corpus dei papiri filosofici greci et latini. Testo e lessico nei papiri
di cultura greca e latina, Parte III: Commentari, Firenze, 1995, 248; Minucio
Felice, Ottavio (a cura de E. Paratore) 5, 2-8, 2; 13 y 14, 5-7, Bari, 1971, 7-15;
22-25.
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FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
17
J. Opsomer, In Search of the Truth. Academic Tendencies in Middle Plato-
nism, Lovaina, 1998, 265-269. Lo señalado sobre Proclo es en relación con sus
Comentarios al Alcibíades y al Parménides. Ver asimismo C. Steel, “Proclus et
l'interprétation ‘logique’ du Parménide”, en L. G. Benakis (ed.), Néoplatonisme
et Philosophie Médiévale, Turnhout, 1997, 67-92. De este modo, la Academia
Media encabezada por Arcesilao, la Nueva instaurada por Carnéades e incluso
la de Filón remontándose a la Antigua y la ecléctica de Antíoco, quedarían
liberadas del escepticismo radical que transforma “la epoché de todas las cosas”
en duda gnoseológica. Las obras de los autores anteriormente citados son: J.
Glucker, Antiochus and the Late Academy, Gotinga, 1978; P. Donini, Le Scuole
l'Anima l'Impero: La Filosofia Antica da Antioco a Plotino, Turín, 1982; H.
Tarrant, Scepticism or Platonism? The Philosophy of the Fourth Academy,
Cambridge, 1985; C. Levy, Cicero Academicus. Recherches sur les Académi-
ques et sur la philosophie cicéronienne, Roma, 1992.
18
Numenio puede haber sido unos 15 ó 20 años mayor que Atico (floruit 176
n.e.), influyó en éste literariamente igual que en su discípulo Harpocración. Es,
por lo tanto, posterior a los grandes gnósticos Basílides y Valentín y a los Orá-
culos Caldeos (F. García Bazán, Oráculos Caldeos, 197-199). Según Porfirio
Amelio había copiado la casi totalidad de los escritos de Numenio y Plotino, su
118
ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
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25
F. García Bazán, “Los aportes neoplatónicos”, 15-36.
26
F. García Bazán, “The «Second God»”, 75 y ss., más arriba, n. 13.
27
Simplicio, In Phys., 181, 7-191, 17 y ver F. García Bazán, Plotino. Sobre la
trascendencia divina, 200-201.
28
Facilito los siguientes testimonios: Pseudo Arquitas, De princ., en I. Esto-
baei I, 41, 2, 278-280 (ed. C. Wachsmutt) (H. Thesleff, 19-20); Siriano, In
metaph. (CAG 6.1), 166, 5ss y 183,1ss Kroll (H. Thesleff, 56); Alejandro, In
metaph. (CAG 1), 821, 33 ss., Hayduck (H. Thesleff, 56) y ver F. García Ba-
zán, Plotino. Sobre la trascendencia divina, 198-200 y 248 ss., sobre la arit-
mología antecedente.
29
H. Thesleff, “On the Problems of the Doric Pseudo Pythagorica. An alter-
native Theory of Date and Purpose”, en Pseudepigrapha I. Entretiens sur l'An-
tiquité Clasique XVIII, Vandoeuvre-Génève, 1972, 59-102 (esp. 73 y 83).
30
Memorias pitagóricas expuestas por Alejandro Polihistor en Diógenes
Laercio, Vitae, VIII, 25 (Hicks, II, 341-342) y Vida de Pitágoras registrada por
Focio en Biblioteca, 249 (438 B), R. Henry, VII, 126-128. Ver F. García Ba-
zán, Plotino. Sobre la trascendencia divina, 196-198.
31
J. Glucker, Antiochus and the Late Academy, 33-47.
32
Porfirio, V.P., XVI al comienzo.
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
33
Filón, Vit. Contempl., 2 y Leg. Alleg., II, 3; además, De praem et poen., 40;
Quaest. Ex., II, 68 y J. M. Dillon, The Middle Platonists. A study of Platonism
80 B.C. to A.D. 220, Londres, 1977, 155-157.
34
Plotino, Enéadas, II, 9 (33), 10 al comienzo: «phíloi», como cofrades o que
han participado de una misma escuela. Ver Atico, fr. 4, 6 (É. des Places, 51).
35
F. García Bazán, Plotino y la gnosis, Buenos Aires, 1981 y más reciente-
mente: “Los gnósticos y los neoplatónicos posteriores a Plotino: Porfirio, Jám-
blico y Proclo”, en EPIMELEIA. Revista de Estudios sobre la Tradición (Ho-
menaje a A. Orbe, s.j. en sus ochenta años), 1997 (6, 11/12), 83-130 (cit. “Los
gnósticos”).
36
Eunapio, Vitae philosophorum ac sophistarum, 457 (Wilmer Cave Wright,
358) y F. García Bazán, Plotino y la gnosis, 320-321 (antes en Salesianum,
1974 (3), 463-478).
37
J. Lido, Liber de mensibus, Wünsch, 128, 11 ss. y F. García Bazán, Plotino
y la gnosis, 321-322.
38
Tratado tripartito, Int. 141-145 en A. Piñero / J. Montserrat Torrents / F.
García Bazán, Textos gnósticos Biblioteca de Nag Hammadi I. Tratados filosó-
ficos y cosmológicos, Madrid, 1997; “Dos breves plegarias gnósticas y su con-
121
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
44
F. García Bazán, Aspectos inusuales de lo sagrado, Madrid, 2000, cap. VI.
45
Plotino, Enéadas, V, 5 (10), 8 y II, 9 (33), 6 y su reiterada remisión a los
«archaîoi» y «palaioí» (Enéadas, II, 9 [33], 6, 6 y V, 8 [31], 5 al final). Obsér-
vese que el primer representante de la Nueva Academia, Arcesilao, cuando se
transfiere del Liceo a la Academia que rige Polemón, ya remonta la prosapia de
la epoché a Parménides, Heráclito, Demócrito, Anaxágoras y Empédocles.
46
A. Momigliano, “Historiografía pagana y cristiana en el siglo IV”, en A.
Momigliano y otros, El conflicto entre el paganismo y el cristianismo en el
siglo IV, Madrid, 1989, 95-115; M. I. Finley, “Christian Beginnings: Three
Views of Historiography”, en Aspects of Antiquity. Discoveries and Controver-
sies, New York, 1964, 167-184 y A. J. Droge, Homer or Moses? Early Chris-
tian Interpretations of the History of Culture, Tubinga, 1979, 1-11.
47
Numenio, fr. 1a (9a L), 1c (32 L), 8 (17 L), ver F. García Bazán, Oráculos
Caldeos, 231, 232 y 241-242.
48
Eusebio de Cesarea, Preparación evangélica, XI, 8-11 y ver F. García
Bazán, “Dios Padre como Uno y Ser en los escritos gnósticos de Nag Hamma-
di. En torno a la metafísica de Éxodo, 3,14”, Teología y Vida, 1998 (39, 4),
325-344 (esp. 336-341) (cit. “Dios Padre”).
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49
F. García Bazán, Oráculos Caldeos, 214-215.
50
“Esta vía también Hermes la ha indicado”, Jámblico, De mysteriis, VIII, 5 y
asimismo I, 1 y 2. Ver G. Fowden, The Egyptian Hermes. A Historical
Approach to the Late Pagan Mind, Cambridge, 21987, 126-141.
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
51
Plotino, Enéadas, II, 9 (33), 2 in initio que recapitula a II, 9, 1. Ver los
problemas en otro sentido estudiados por P. Aubin, Plotin et le christianisme.
Triade plotinienne et Trinité chrétienne, París, 1992.
125
FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
52
Jámblico, De mysteriis, VIII, 2.
53
J. M. Dillon, Iamblichi Chalcidensis in Platonis dialogos commentariorum
fragmenta, Leiden, 1973, 29-32; “Iamblichus and Henads Again”, en H. J.
Blumenthal / E. G. Clark (eds.), The Divine Iamblichus Philosopher and Man
of Gods, Londres, 1993, 48-54; F. Romano, “Metafisica e Matematica in
Giamblicho”, Syllecta Classica, 1997 (8), 47-63 (esp. 49-50); D. P. Taormina,
Jamblique critique de Plotin et de Porphyre. Quatre études, París, 1999, 8-10 y
39-44. En relación asimismo con Porfirio y lo que se dirá posteriormente, véa-
se, P. Hadot, Porphyre et Victorinus I, París, 1968, 91-102; H. D. Saffrey / L.
G. Westerink, Proclus, Théologie Platonicienne III, París, 1978, IX-LXXVII y,
finalmente, H. D. Saffrey, “Pourquoi Porphyre a-t-il édité Plotin? Réponse
provisoire”, en L. Brisson y otros, Porphyre, La Vie de Plotin II, 31-57.
54
F. García Bazán, “Jámblico y el Descenso del Alma: Síntesis de Doctrinas y
Relectura Neoplatónica”, Syllecta Classica, 1997 (8), 129-147 (esp. 145-146)
(cit. “Jámblico y el Descenso del Alma”), ver más abajo n. 85 y sobre “fuente y
126
ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
59
Jámblico, De mysteriis, I, 1 y 12; VIII, 5.
60
Ver más arriba n. 50; Jámblico, De mysteriis, I, 1; I, 9; I, 10; I, 12; I, 21, etc.
y F. W. Cremer, Die chaldäischen Orakel und Jamblich de mysteriis, Meisen-
heim am Glan, 1969; G. Shaw, Theurgy and the Soul. The Neoplatonism of
Iamblichus, University Park (PA), 1995.
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61
Jámblico, De mysteriis, X, 5-7 (E. des Places, 213-215; A. R. Sodano,
Giamblico, I Misteri Egiziani, Milán, 1984, 232-234; E. A. Ramos Jurado,
Sobre los misterios egipcios, Madrid, 1997, 226-228).
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
62
Plotino, Enéadas, VI,7 (38), 36, 6-10.
63
Plotino, Enéadas, II, 9 (33), 15, 27 ss.
64
Plotino, Enéadas, I, 2 (19). Sobre las conocidas clasificaciones de las virtu-
des que se detienen en las ejemplares siguiendo a Plotino, véase Porfirio, Sen-
tentiae, 32 (G. Girgenti, Sentenze sugli Intellegibili, Milán, 1996, 124-131), o
que adoptan asimismo las teúrgicas con Jámblico y Proclo, véase Olympiodori
Scholia in Platonis Phaedonem, 88-89 (trad. de E. Lévèque, en M. N. Bouillet,
Les Ennéades de Plotin III, París, 1861 (reimp. Francfort, 1968), 633-635.
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65
“Y puesto que el adversario se defiende más filosófica y lógicamente que
de acuerdo con la técnica de los hieráticos, por esto considero que debo hablar
más teúrgicamente”, Jámblico, De mysteriis, II, 11, y sobre qué sea la teurgia,
“los pocos” y “los pocos y la teurgia y el “cuerpo etéreo” y su movimiento sin
inclinación: IV, 2, VI, 6; V, 18 y 22; V, 4 y 23, respectivamente; sobre el último
punto ver F. García Bazán, El cuerpo astral, Barcelona, 1993 y J. F. Finamore,
Iamblichus and the theory of the vehicle of the soul, Chico (CA), 1985. En
oposición ver Porfirio, fr. 2 del Peri toû gnôthi sautón (A. R. Sodano, Porfirio,
Vangelo de un profano, Milán, 1993, 190-191) sobre la filosofía como aspira-
ción a la sabiduría, la “ciencia verdadera de lo realmente verdadero y el medio
para lograr la felicidad completa”, ratificado en Ad Marcellam, 16 (E. des Pla-
ces, 115-116): “Sólo el sabio es el verdadero sacerdote, sólo él el amado de
Dios y sólo él sabe cómo orar”.
66
Jámblico, De mysteriis, III, 31 y Ev. Veritatis, (NHC, I, 3), 24, 30-25, 10.
67
Véase F. García Bazán, “Jámblico y el Descenso del Alma”, 144-146, y
“Los gnósticos”, 103-106, que completan el material omitido en la impresión
norteamericana del primer artículo. Mayores datos sobre los paralelos del Mar-
sanes en A. Piñero / J. Montserrat Torrents / F. García Bazán, Textos gnósticos.
Biblioteca de Nag Hammadi I, 323-339.
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
68
F. García Bazán, Aspectos inusuales de lo sagrado, cap. V.
69
Amonio de Hermias, Com. a la Isagoge, 46.4-5, In Cat., 3.10-13 e igual-
mente Filopono, Olimpiodoro y David/Elías, véase H. J. Blumenthal, Aristotle
and Neoplatonism in Late Antiquity. Interpretations of the De anima, Londres,
1996, 31 y n. 59 (cit. Aristotle and Neoplatonism).
70
S. K. Strange, “Plotinus, Porphyry and the Neoplatonic interpretation of the
‘Categories’”, en ANRW, II.36, 2, Berlin, 1987, 964-974; y ver ahora A. de
Libéra, Eisagoge, París, 1998, X ss. Su obra en varios libros titulada Sobre
Platón y Aristóteles como participantes de una sola escuela (perí toû mían
eínai ten Plátonos kai Aristotélous haíresin), vendría a confirmar la misma
posición, H. J. Blumenthal, Aristotle and Neoplatonism, 24 y H. D. Saffrey,
artículo citado en n. 53, escéptico respecto de la existencia de una escuela neo-
platónica romana guiada por Porfirio.
133
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
74
M. Simonetti, La crisi ariana nel secolo IV, Roma, 1975, 287-298.
75
M. Tardieu, “Recherches sur la formation de l’Apocalypse de Zostrien et
les sources de Marius Victorinus” y P. Hadot, “‘Porphyre et Victorinus’. Ques-
tions et hypothèse”, Res Orientales IX, Bures-sur-Yvette, 1996.
76
Mario Victorino, Ad Candidum, 23, 1-5 (P. Henry / P. Hadot, I, 160-161) y
Adversus Arium, II, 2, 50-55 (398-399); De homoousio, 2, 30 ss. (610-613).
77
En la enseñanza de los Oráculos Caldeos gobernadas por la mónada, las
tríadas se manifiestan en diversos niveles. La tríada se revela primeramente
como tríada monádica, preinteligible en el Silencio o Abismo del Padre (éste es
asimismo llamado Primero, Fuego único, Bien y Dios), Oráculo, 3, 5, 10, 11,
18, presencia triádica que por su composición de elementos es doble y triple por
sus funciones (padre/ser-potencia/vida-inteligencia/conocimiento), siendo cada
uno de los aspectos triádicos simultáneamente triple (Oráculo, 16, 28, 29, 30 y
31). Desde aquí se reflejan en cada idea del Intelecto y posteriormente sin rup-
tura de la continuidad en el cosmos. Véase F. García Bazán, “Sobre el origen
histórico y las transformaciones de la tríada ser, vida, conocimiento”, Philoso-
phica Malacitana, 1992 (5), 43-54 (esp. 49-53) y nuestros comentarios de
Oráculos Caldeos, 57-68.
78
P. Hadot, en Marius Victorinus. Traités théologiques sur la Trinité, texto
establecido por P. Henry, int., trad. y notas de P. Hadot, París, 1960, I, 28 ss.
135
FRANCISCO GARCÍA BAZÁN
79
Ireneo, Adv. Haer., I, 8, 5-6. Mario Victorino, Adversus Arium, I, 2, 20-26
(192-193), I, 3, 1-5, 9 (196-199).
80
Tratado tripartito, (NHC, I, 1) 51, 9 ss.; Ev. Ver., (NHC, I, 3) 23, 1-25, 25;
42, 15, etc.; ver Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi I, 147, n. 2 y
Textos gnósticos. Biblioteca de Nag Hammadi II, 161, n. 28. Asimismo, F.
García Bazán, “Dios Padre”, 325-344.
81
Al punto de que Ireneo puede ofrecer un resumen sobre la enseñanza de
Ptolomeo al respecto en Adv. Haer., I, 1, 1.
136
ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
137
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84
Orígenes, De principiis, I, 2, 2, 4, 10 e incluso Hilario de Poitiers, De Tri-
nitate, I, 5-6; II, 5-7 y XI, 24-25 y ver F. García Bazán, “Dios Padre”, 343 y n.
38.
85
Escribe sobre el Principio y sus dos primeras emisiones Eugnosto, el Biena-
venturado (NHC, III, 3): “El que es, es inefable. Ningún principado lo ha cono-
cido, ni autoridad, ni subordinación, ni naturaleza desde la fundación del mun-
do, salvo él sólo […]. Ninguno lo gobierna […]. Es innominable […]. Es lla-
mado ‘Padre del Todo’ […] abarca a las Totalidades de las Totalidades y nada
lo abarca, porque es Intelecto total, Pensamiento, Intención, Discernimiento,
Discurso y Potencia. Todos ellos son potencias iguales. Son las fuentes de las
Totalidades y su género es universal y del primero al último están en el Preco-
nocimiento del Inengendrado, porque todavía no habían llegado a la manifesta-
ción […]. El Señor del Todo no es llamado ‘Padre’ de acuerdo con la Verdad,
sino ‘Prepadre’. Se ve en sí mismo, como un espejo, habiendo aparecido en su
semejanza en tanto que Padre en sí mismo (autopátor), o sea, Autoengendrador
y Enfrente de la vista (antopós), puesto que ha mirado desde enfrente al Pre-
existente inengendrado. Es indudablemente de la misma edad del que le es
anterior, pero no es igual a él en poder. Después manifestó múltiples que miran
de frente, autogenerados, de igual edad y poder, existiendo en gloria e incalcu-
lables, que son llamados ‘la generación sobre la que no hay reino entre los
reinos que existen’” (71,15-72,5; 73, 2-19; 74,20-75,20, ver F. García Bazán,
Textos gnósticos I, 469-472 y nn.).
86
Dice el Pensamiento trimorfo (NHC, XIII), deteniéndose especialmente en
la primera emisión del Inefable, es decir, el seno paterno o Barbeló: “[Yo] soy
la Pro[ténnoia, el P]ensamiento que e[xis]te en [la luz]. Soy el movimiento que
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
está en el [Todo, aquella en la que el] Todo se mantiene, [el primo]génito entre
los que han llegado [a ser, la que e]s antes que el Todo. Se [me] designa con
tres nombres, aunque soy sola [perfec]ta. Soy invisible en el pensamiento del
Invisible, ma[ni]fiesta en lo inconmensurable e inefable. Soy inaccesible,
puesto que existo en lo Inaccesible, moviéndome en toda criatura. Soy la vida
de mi Epínoia que es[tá] en todo poder y en todo movimiento eterno y en las
luces invisibles y en los arcontes […]. Soy [la cabeza] del Todo, porque existo
antes que [el Todo y] soy el Todo, ya que s[oy en cada uno]. Soy una vo[z]
[que habla silen]ciosamente, existiendo des[de el principio. Porque existo] en el
silen[cio que rodea a cada] uno de ellos […]. Ella tiene en sí una Palabra que
posee toda [gl]oria y tiene tres masculinidades y tres poderes y tres nombres
[…]. Yo soy andr[ó]gino. Soy madre, so]y padre, puesto que [llego a ser] sola
conmigo. [Llegan]do [a ser] conmigo sol[a y con los que] me aman [y] el Todo
por mí so[l]a [permanece firme]. Soy la matriz [que da la ima]gen al Todo al
dar nacimiento a la luz que [brilla] esplendorosa[mente]...”; 35, 1-17; 35, 30-35;
37, 25-30; 45, 1-8, ver F. García Bazán, Textos gnósticos I, 307-310; 316 y
comentarios.
El comentarista del Parménides de impulso gnostizante responsable del
contenido de las hojas disponibles del palimpsesto de Turín, escribe: “Porque
ciertamente que el Dios que está por encima de todo sea inefable (arrétou) e
innominable (akatonomástou) en el punto más alto no es por debilidad de su
naturaleza, en tanto que le alcanza la noción de Uno (toû henós énnoia) […]
que quiere significar (no múltiple) […] simple […] principio […] la potencia
infinita (ápeiron dynamis) […]. Sobreesencial […] no siendo ni siquiera uno,
sino sobre la noción de uno, pues por él existen el uno y la mónada. Y así no se
podrá caer en el vacío (kénoma), ni tampoco tener la osadía (tolmân) de agre-
garle algo, sino permanecer en la captación no captable y en un intelecto que no
intelige. Por este ejercicio, te podrá suceder alguna vez, si te separas también de
la intelección de las rea<lida>des constituidas por él, detenerte en la preintelec-
ción (proénnoia) indecible, que lo representa por el silencio (diá sigês), desco-
nociendo que calla, inconsciente de que es su imagen, sin saber en absoluto
nada, sino siendo la sola imagen de lo Indecible, porque es lo Indecible indeci-
blemente, pero no en tanto que ha podido conocer, si puedes comprender,
aunque sea imaginativamente, el modo cómo lo digo […]. Pero si es cierto que
Dios posee como inseparable de él el ser solo y sobre el Todo, siendo él mismo
la plenitud (pleróma) de sí, debe asimismo a la unidad y soledad (henádos kai
monóseos) propias, permanecer sin relaciones en cuanto a lo que es después de
él y gracias a él […]. Por lo tanto nosotros somos la nada en relación con él
[…] transportamos en él nuestras propias vivencias, porque somos verdadera-
mente nada, salvo que comprendamos su simplicidad salvadora (tês soteríou
haplótetos) […]. Porque digo que hay un conocimiento (gnósis) exterior al
conocimiento y a la ignorancia, el conocimiento que sigue a la ignorancia […]
sino el conocimiento que supera a todo conocimiento […] conocimiento que es
este Uno anterior a todo lo conocido, lo desconocido y todo sujeto que pueda
conocer […]. Todo lo que tiene su realidad por él nada es en relación con él,
por el carácter incomparable de su propia subsistencia […] por eso no le es
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
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88
W. Beierwaltes, Pensare l'Uno, 142-199.
89
Extractos del Comentario de Proclo a la filosofía caldaica, V, (ver F. Gar-
cía Bazán, 118-122). Sobre la iniciación de Proclo ver Marino, Vita Procli,
XXVIII, 67-68 (J. F. Boissonade, Leipzig, 1814, 53-54).
142
ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
90
F. García Bazán, “El Dios trascendente en Dionisio Areopagita. Neoplato-
nismo, gnosticismo y teurgia”, EPIMELEIA, 1993 (2, 4), 169-188; J. Troui-
llard, L'Un et l'ame selon Proclos, París, 1972, 171-189 y G. Shaw, “Neoplato-
nic Theurgy and Dionysius the Areopagite”, Journal of Early Christian Stu-
dies, 1999 (7, 4), 573-599. Sobre la tradición de la Escuela de Atenas: H. D.
Saffrey / L. G. Westerink, Proclus, Théologie platonicienne I, XXVI-XLVIII.
91
Circ., 529 n.e., véase A. Cameron, “La fin de l’Académie”, en P. M. Schuhl
/ P. Hadot (eds.), Le Néoplatonisme, París, 1971, 281-290.
92
Damascio, en Focio, Biblioteca, 242, 292 (351a 11-14, R. Henry, VI, 53 y
211, n.): “Amonio, cuya avidez por la ganancia era vergonzosa y que lo obser-
vaba todo bajo el ángulo de la utilidad, estableció un acuerdo con el que enton-
ces era el obispo de la creencia común”. Ante el comentario sarcástico de Da-
mascio, estilo que le es habitual, seguimos la interpretación equilibrada de W.
Wolska, La topographie chrétienne de Cosmas Indicopleustès. Théologie et
science au VIe siècle, París, 1962, 149. Ver asimismo L. S. B. MacCoull, “A
New Look at the Career of John Philoponus”, Journal of Early Christian Stu-
dies, 1995 (3, 1), 47-60 (esp. 52 y n. 29) y H. J. Blumenthal, Aristotle and
Neoplatonism, 39-40 y 50.
93
H. J. Blumenthal, Aristotle and Neoplatonism, 38-51; L. Benakis, “The
Problem of General Concepts in Neoplatonism and Byzantine Thought”, (cit.
“The Problem”), en D. J. O’Meara (ed.), Neoplatonism and Christian Thought,
143
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ANTECEDENTES, CONTINUIDAD Y PROYECCIONES DEL NEOPLATONISMO
97
A. Badawi, La transmission de la philosophie grecque au monde arabe,
París, 21987; M. Cruz Hernández, Historia del pensamiento en el mundo islá-
mico.1. Desde los orígenes hasta el siglo XII en Oriente, Madrid, 1996; R.
Walzer, “Porphyry and the Arabic Tradition”, en Porphyre, Entretiens sur
l'Antiquité Classique XII, Ginebra, 1966, 275-299, pero especialmente Las
opiniones de los filósofos (Ara' al-falasifa) de Ammonio de Hermias; ver U.
Rudolph, Die Doxographie des Pseudo-Ammonios. Ein Beitrag zur neuplato-
nischen Überlieferung im Islam, Stuttgart, 1989; P. Morewedge (ed.), Neopla-
tonism and Islamic Thought, Albany, 1992.
98
Ch. Jambet, “Introducción” a Sohravardí, Le livre de la sagesse orientale,
7-74. Sobre los aspectos históricos ver M. Cruz Hernández, 303-313.
99
F. García Bazán, “El Asclepio hermético y la filosofía cristiana. Influen-
cias en el pensamiento y la teoría de la belleza medievales”, Revista Española
de Filosofía Medieval, 1999 (6), 25-42.
145
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100
F. Hudry (ed.), Liber Viginti Quattuor Philosophorum, Turnholt, 1997,
XXVII-XVIII.
101
B. Tambrun-Krasker, Oracles Chaldaïques. Recension de Georges Gé-
miste Pléthon, éd. critique, trad. et comm. La recension arabe des Magiká
Lógia par M. Tardieu, Atenas / París / Bruselas, 1995, 37-47.
102
Si previamente Hermes Trismegisto encabezaba la lista en sus trabajos, en
la obra sistemática Teología platónica sobre la inmortalidad de las almas,
establece el orden de la prisca gentilium theologia en la siguiente forma: “el
primero en trasmitir la tradición ha sido Zoroastro, guía de los magos, el segun-
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107
C. Vasoli, “L’hermétisme a Venise, de Giorgio à Patrizi”, en A. Faivre
(ed.), Présence d’Hermès Trismégiste, París, 1988, 120-152.
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Dos veces con inexplicable desorientación arroja la idea del suicidio
Plotino a los gnósticos, sin dar en el blanco: “Pero si las almas vinieron espon-
táneamente ¿Por qué vosotros que vinisteis al mundo de buen grado lo censu-
ráis, ya que incluso si no agrada permite que se le abandone?”, y “Pero si ya
ahora tienes motivos para censurarle, nada te impide que dejes de ser su ciuda-
dano”, Enéadas, II, 9 (33) 8 al final y 9, 16-17, respectivamente. De contragol-
pe se confirma que el rechazo del mundo de los gnósticos no es separable del
misterio cósmico de raíz trascendente, una característica que ha llevado a su
plena liquidación el existencialismo de Heidegger y la postmodernidad.
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