Percepción Social en La Gestión Del Riesgo
Percepción Social en La Gestión Del Riesgo
Percepción Social en La Gestión Del Riesgo
ISSN 1853-9424
Resumen
El trabajo realiza un aporte teórico desde la percepción social como marco de abordaje para los
estudios de riesgos, y despliega algunos procedimientos metodológicos mostrando casos de estudio
en la provincia del Chubut. Se parte de reconocer a la percepción como un constructo social,
existiendo al interior de una comunidad diversidad de percepciones sobre los riesgos. De esta
manera, en el diseño de una investigación se van adoptando decisiones epistemológicas,
metodológicas y teóricas, que en muchas ocasiones habilitan articulaciones, redundando en beneficio
del problema a investigar.
Palabras clave: Metodologías – Percepción – Riesgos - Chubut
Abstract
This paper makes a theoretical contribution from social perception as a framework approach to risk
studies, and displays some methodological procedures showing case studies in the province of
Chubut. It recognizes the perception as a social construct, existing within a community variety
perceptions about the risks. This way, in the design of an investigation are adopting epistemological,
methodological and theoretical decisions, on many occasions enabled joints, resulting in benefit of the
research problem.
Keywords: Methodologies – Perception – Risk - Chubut
Introducción
Analizar las configuraciones del riesgo poniendo énfasis en la percepción social,
implica reconocer en dicha percepción una vía explicativa de lo que sucede en relación con
el comportamiento de los actores en el territorio; donde se articula el análisis de los
intereses individuales y colectivos, el contexto cultural y socioeconómico, la capacidad de
cada actor social para actuar, la racionalidad con la que dichos actores operan, así como su
responsabilidad en la configuración de situaciones de riesgo.
El objetivo del trabajo es realizar un aporte teórico desde la percepción social como
marco de abordaje para los estudios de problemáticas vinculadas con los riesgos, y
1
Geografía de la percepción o de las representaciones espaciales.
Si bien es cierto que intentar dar respuestas respecto a la forma en que se construyen
las imágenes mentales, excede los límites de nuestra ciencia2, es necesario reconocer que
“la imagen mental es el resultado de un conjunto finito de percepciones sensoriales y el
aditamento de la carga experencial de los individuos” (Caneto, 2000, p.13). Por lo tanto, una
imagen mental se construye a partir de la información percibida del medio -a través de los
órganos de los sentidos- y de las experiencias individuales, así como también por los
condicionantes culturales de tipo social, económico y ambiental que determinan pautas de
interpretación del espacio vivido. La conducta o comportamiento espacial originado de ese
proceso psico-mental y en un contexto cultural, de un colectivo de individuos es sin duda
objeto de estudio de la geografía.
Ahora bien, la imagen no se construye sólo a partir de lo que se percibe (visual o
auditivamente), o de las experiencias previas, la misma tiene además un componente
simbólico. En palabras de Bailly (1979, p. 32) “la imagen no está formada solamente por
elementos espaciales memorizados; es también simbólica. Los individuos cuentan con un
potencial para enriquecer su experiencia del entorno”.
Como puede observarse en la figura Nº 1, el proceso de formación de la imagen y del
comportamiento espacial involucra diversos aspectos. El sistema perceptivo de cada
individuo procesa constantemente la información que proviene del medio, la cual -captada
por los órganos sensoriales- es filtrada por distintos procesos mentales (o filtros): a) la
capacidad sensorial, que permite la mayor o menor entrada de información al sistema
perceptivo; b) el nivel de complejidad mental, en este filtro intervienen aspectos etarios,
psicológicos, sociales y afectivos, tanto individuales como colectivos; y c) las experiencias
vivenciales, corresponde al caudal de experiencias previas de cada individuo acumuladas a
lo largo de la vida (Caneto, 2000).
2
Ello le compete a la Psicología, como ciencia auxiliar más próxima a la corriente perceptiva de la geografía.
Condicionantes
culturales y componente
INFORMACION
Percepción individual
Territorio
F (Construcción de Imagen)
I
L
Procesos Procesos T Percepción grupal o colectiva
sociales naturales R
O (Construcción de Imagen)
S
Decisiones
Capacidad sensorial
Comportamientos territoriales
Complejidad mental (espaciales)
Los tres procesos de filtrado ejercen sobre la información recibida el efecto de válvula
dentro del sistema perceptivo de cada individuo. Luego la información pasa al subsistema de
captación, que es el encargado de decodificar los impulsos nerviosos que fluyen por los
canales y forman a nivel cerebral una “imagen”, la que es guardada en la memoria. Esta
nueva información procesada individualmente y guardada a través de imágenes mentales3,
para Bailly (1979) podrá influir en la formación de posteriores imágenes, y afectar el
comportamiento futuro del individuo.
Por lo tanto la importancia de la imagen radica en dos aspectos: por un lado, es
producto de la información recibida del medio, y por otro, ese producto es el componente
que incidirá a la hora de tomar decisiones sobre el espacio o territorio. Esto último es lo que
Caneto denomina “espacio-acción”, para referirse a aquella porción del espacio que cada
sujeto toma con un sentido de pertenencia y sobre el que actúa en función de sus intereses,
motivaciones y decisiones (ver figura Nº 1).
3
La imagen mental y el mapa mental no son sinónimos. El mapa mental es un aspecto perceptivo de categoría
inferior a la imagen, ya que es un elemento formado a partir de imágenes y simplificado.
Para Puy Rodríguez (2002, p. 65) abordar la percepción del riesgo desde las ciencias
sociales “supone el estudio de las creencias, actitudes, juicios y sentimientos, así como el de
los valores y disposiciones sociales y culturales más amplios que las personas adoptan
frente a las fuentes de peligro”. Por lo tanto, las percepciones del riesgo se basan en
imágenes construidas a partir de la información proveniente del medio y de las experiencias
previas ante una situación de riesgo. Dichas valoraciones - de la peligrosidad del fenómeno
y de las condiciones de vulnerabilidad- difieren no sólo individualmente sino también
colectivamente4, y pueden estar influidas por diversos factores: de género, etarios y
culturales. Por otro lado, existen valoraciones del riesgo relacionadas con el conocimiento
técnico-científico, tanto de la peligrosidad de un fenómeno como de la vulnerabilidad de los
contextos expuestos al mismo5.
Si bien se reconoce que las diferencias entre las evaluaciones técnicas y las
valoraciones de los individuos sobre una misma situación de riesgo, constituyen el origen de
los estudios de percepción social del riesgo en los años 70, diversas disciplinas científicas
han comenzado a interesarse por el tema en las últimas décadas como consecuencia de los
impactos no deseados que genera el desarrollo económico, industrial y tecnológico en la
sociedad actual: la degradación de paisajes, la sobreexplotación de recursos naturales, la
aparición de situaciones de riesgos tecnológicos (accidentes industriales y nucleares) o
riesgos originados por el avance de la urbanización y los peligros naturales (sismos,
inundaciones, huracanes). Los trabajos pioneros sobre percepción social del riesgo se
vinculan con fenómenos de riesgo tecnológico.
La diversidad de percepciones existentes sobre un mismo problema, ha originado en
los estudios de riesgo una polémica en torno a las discrepancias entre los juicios de valor
emitidos por los expertos y los sostenidos por otros actores sociales no expertos. Dicha
polémica tuvo dos consecuencias principales: por un lado, posibilitó que los estudios de
percepción social pasaran a ocupar la máxima atención como enfoque de abordaje para
explicar las causas de las diferencias entre expertos y público y por otro lado, impulsó a que
cada autor utilice una terminología distinta para abordar el tema.
Así, Slovic (1991) se refiere a dos campos del riesgo: “riesgo percibido y riesgo
técnicamente evaluado”. Por su parte, Sjoberg y Drotz-Sjoberg (1994) distinguen los
“riesgos objetivos de los subjetivos”, para referirse a diferentes métodos de evaluación del
riesgo, basándose la evaluación objetiva en datos estadísticos y cálculos matemáticos,
4
Las valoraciones colectivas corresponden al significado compartido acerca del riesgo.
5
Estas valoraciones del riesgo se refieren a estudios orientados con metodologías y herramientas de
investigación que pretenden diagnosticar, explicar o describir situaciones de riesgo determinadas, así como los
informes técnicos realizados desde diversas instancias de gobierno (municipales, provinciales).
6
Como sucede al momento de seleccionar criterios o variables para medir el riesgo.
7
Explicar el motivo por el cual determinados fenómenos se consideran de alto riesgo y otros pasan
desapercibidos.
Para comprender los procesos en que se construye socialmente la percepción del riesgo,
este enfoque hace uso de aproximaciones cualitativas y etnográficas, por lo que la entrevista
en profundidad -no estructurada o abierta- se constituye en la herramienta más adecuada
para la recolección de la información.
Al poner la atención en los patrones de interacción social para poder comprender la
forma en que se perciben los riesgos, el enfoque cultural deja en un segundo plano la
distinción entre el riesgo subjetivo-objetivo, es decir, las discrepancias entre las
percepciones del conocimiento técnico y/o científico y las percepciones de la población
afectada. Autores referentes del enfoque cultural de percepción del riesgo son Douglas y
Wildavsky en su libro Risk and Culture de 1982, y la obra de Douglas sobre “La
aceptabilidad del riesgo según las ciencias sociales” de 1986, además de Krimsky S. y
Golding D. con su trabajo sobre las “Teorías sociales del riesgo” del año 1992.
El “enfoque de la amplificación del riesgo” tiene como postulado básico reconocer que
entre los sujetos y los fenómenos de riesgo existen mediadores. Los conocimientos y
actitudes de una persona frente a los riesgos están mediados por la información que
suministran los medios de comunicación, las instituciones, la comunidad científica, los
gestores del riesgo (informantes). Las mismas actúan amplificando o atenuando las
percepciones del riesgo en el receptor de la información. Si bien este enfoque se extendió
en menor medida que los anteriores, los trabajos referentes son los realizados por
Kasperson y Ratik en 1988.
Lo más habitual y recomendable es que en investigaciones que aborden las
percepciones del riesgo, se articulen supuestos de diversos enfoques, con el propósito de
enriquecer los resultados que se desean recolectar.
8
Según Marradi et al. (2007), las encuestas -en las que se aplica de modo uniforme un cuestionario- son las
típicas entrevistas estructuradas; en cambio las conversaciones espontáneas corresponden al tipo de entrevista
con el menor grado de estructuración.
Diseño de la muestra
González Río (1997, p. 102) sostiene que “el punto de partida para afrontar un diseño
muestral es definir cuál es el universo o población en estudio”. El universo o población
corresponde a las personas con las cuales se trabajará, de ellas deberá definirse sus
características principales, como por ejemplo, poseer mayoría de edad, residir en un sector
determinado, tener conocimientos o experiencias ante situaciones de riesgo. Una vez
definida la población de estudio, se delimita la muestra, es decir, el grupo de personas de
esa población que será encuestado9.
9
Para un análisis detallado sobre las características de la muestra y los tipos de muestreos ver Barenger (1999)
y Hernández Sampieri, Fernández Collado y Baptista Lucio (2008).
Trelew
Provincia del Chubut
Rawson
Playa Unión
Playa
Magagna
1:2.000.000
1:6.000.00
allí presentes. Previo al relevamiento se elaboró un punteo temático que sirvió de guía y
ayuda memoria en campo. Para el análisis de la información recogida en las entrevistas se
codificaron las distintas emisiones de los entrevistados de manera tal de identificar
imaginarios, percepciones, actitudes, comportamientos y experiencias, que los entrevistados
manifestaron en su discurso.
Por otro lado, en esta misma localidad se abordó el estudio detallado de la percepción
que los residentes del sitio construyen respecto a las peligrosidades de los procesos
erosivos allí presentes (Ferrari, 2013). Mediante un muestreo probabilístico estratificado,
basado en el criterio de heterogeneidad espacial, se identificaron cuatro subuniversos de
análisis asociados a las unidades geomorfológicas principales sobre las que se asienta la
urbanización (ver figura Nº 3): acantilados inactivos (sub 1), terraza marina de acumulación
(sub 2) acantilados activos (sub 3) y faja de acreción aluvio-coluvial (sub 4).
Sub 3
Sub 2
Sub
1
Sub 4
1:10.000
Por su parte, Playa Unión se localiza al norte de la desembocadura del río Chubut, y
corresponde a un asentamiento costero de mayor tamaño y en continuidad con Playa
Magagna, desarrollado a lo largo de un extenso litoral de mar abierto.
Ferrari y Monti (2013) analizaron la influencia que ejercen las variables “experiencia” y
“lugar” en el proceso de construcción de la percepción de peligros de erosión costera en
esta comunidad. Dicho análisis se basó en la realización de encuestas a residentes
permanentes y temporarios mayores de edad (universo de estudio). Al igual que para la
localidad de Playa Magagna, se aplicó un muestreo probabilístico estratificado basado en un
criterio de heterogeneidad espacial, representada por la variabilidad hidrodinámica y
geomorfológica de la costa, quedando definidos los siguientes subuniversos de análisis:
subuniverso 1, correspondiente al frente litoral en erosión, conformado por la playa actual; y
el subuniverso 2 que corresponde al sector más alejado del frente litoral en erosión,
constituido sobre la terraza marina de acumulación cordoniforme. La particularidad del
subuniverso 1 radica en que se distinguen tres sectores con características específicas en
relación con la dinámica de la erosión: el Sector Sur (SS), con tendencia a la erosión marina
y, por lo tanto, con mayor peligro por exposición a la misma, Sector Intermedio (SI) no
Figura Nº 4. Vista aérea de Playa Unión desde el sector del puerto (año 2010)
Sub SN
SI
Sub
SS
10
Romero y Maskrey (1993) proponen el concepto de vulnerabilidad física por origen para referirse a las
condiciones iniciales de asentamiento humano en un área en la que no se han considerado aspectos de
seguridad.
Encuestas realizadas.
Reflexiones finales
técnica y socialmente percibida), se realiza solo para dos áreas de estudio: Playa Magagna
y Barrio Etchepare.
Asimismo, el empleo de la técnica de entrevista en profundidad, emparenta al trabajo
que realicemos desde los principios del enfoque cultural; de igual modo, la técnica de
encuesta, hace lo mismo con los postulados del enfoque psicométrico. No obstante, ello no
imposibilita que en un mismo trabajo puedan realizarse articulaciones entre ambos
enfoques, y por lo tanto emplearse combinadamente ambas o diversas herramientas para la
recolección de información referente a las percepciones de una problemática de riesgos
específica. Similar situación sucede con el tipo de muestreo a aplicar. Podrá emplearse un
muestreo probabilístico o no probabilístico, independientemente de la técnica elegida para la
recogida de información.
Lo anterior da cuenta que en el camino del diseño de una investigación, el investigador
va tomando decisiones epistemológicas, metodológicas y teóricas (enfoques, perspectivas,
métodos, herramientas y técnicas) que en la mayoría de los casos habilitan articulaciones
y/o triangulaciones, siempre y cuando redunden en beneficio del problema a investigar. Por
lo tanto, el aporte que realiza este trabajo, tanto teórico como metodológico, pretender dar
cuenta, que la tarea del investigador no es apegarse a un modelo acríticamente, sino tomar
la decisiones técnicas pertinentes en función del problema de investigación que enfrenta
(Marradi et al., 2007).
Referencias bibliográficas
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Departamento de Geografía. Facultad de Filosofía, Humanidades y Arte. Universidad
Nacional de San Juan, 8, 82-88.
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Argentina. Editorial Universidad Nacional de San Juan.
Bailly, A. (1979) La percepción del espacio urbano. Madrid: Editorial Instituto de Estudios de
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Universidad Nacional de Misiones.
Burton, I.; Kates, R.; White, G. (1978). The environment as hazard. Nueva York: First Ed.
Oxford University Press,
Caneto, C. (2000) Geografía de la percepción. ¿Cómo vemos la ciudad? Buenos Aires:
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