La Etica Diferencial de Rosi Braidotti
La Etica Diferencial de Rosi Braidotti
La Etica Diferencial de Rosi Braidotti
Resumen
En este artículo se analiza la ética de la diferencia elaborada por Rosi Braidotti, así como
la concepción de la subjetividad nómade y posthumana que la sostiene. La propuesta de
Braidotti, que se define por una decidida apuesta por la positividad y la inmanencia, nos
permite articular una alternativa consistente y viable a la ética liberal e individualista, que
tiene su raíz en el humanismo tradicional, intentando asimismo reparar los peores peligros
que la afectan: la legitimación y reproducción de una violencia que impide y bloquea el des-
envolvimiento de la alteridad que no se adecúa a la idea de ser humano dominante.
Palabras clave: ética, diferencia, alteridad, positividad, Braidotti.
Abstract
The ethics of difference developed by Rosi Braidotti is analysed in this article as well
as the conception of nomadic and posthuman subjectivity that supports it. Braidotti`s pro-
posal, that it is defined as a firm intent for positivity and immanence, allows us to articulate
a coherent and viable alternative to liberal and individualistic ethics, which has its root in
traditional humanism, trying also to repair the worst dangers that affect it: the legitimation
and reproduction of a violence that prevents and blocks the development of the alterity that
does not fit in with the dominant idea of human being.
Keywords: ethics, difference, alterity, positivity, Braidotti.
a minorías simbólicas, aquello que fueron definidos como diferentes. Entre esas diferencias
las principales son el sexo y la raza” (2004: 19).
debe ser un ser humano “normal” queda en suspenso, sino también la repa-
ración de aquellas otras que fueron sistemáticamente negadas, apartadas y
marginadas al no concordar con esta.
Un primer paso cara a la recuperación de la alteridad, consiste en idear
estrategias que permitan reconsiderar la validez de la idea de subjetividad
dominante mostrando, a la vez, la riqueza de lo que se oculta cuando solo
una se impone.4 Si en último término se pretende aumentar la diversidad de
la existencia y amplificar la intensidad de ser dando lugar a la proliferación
de la diferencia, una de las maniobras más útiles para conseguirlo consiste
en potenciar la conformación de singularidades, de identidades complejas
y múltiples que no respondan a la idea mayoritaria de la misma. Se trata
entonces de defender la heterogeneidad de lo singular más allá del dominio
de la idea canónica de Hombre, de la mentalidad humanista y antropocén-
trica que la impulsa y mantiene. La diferencia se encuentra cabalmente en
la defensa de los grupos sociales sometidos —la mujer, el colonizado (el sal-
vaje), el homosexual o el pobre—, pero también en la atención por la plu-
ralidad individual —el derecho a ser una entidad dividida o fragmentada:
múltiple y contradictoria— y por la aceptación de que el ser humano es un
animal más que forma parte del entorno natural, con el que debe mantener
la mayor de las responsabilidades. La promoción de la singularidad en gran
medida depende de la resistencia a los procesos de normalización que incul-
can una manera específica de ser, de pensar o de comportarse, a la vez que
moldean y definen los cuerpos. Por ello, el rechazo de la identidad asignada,
o al menos su puesta en discusión, requiere la realización de un ejercicio
de autodisolución que examine los principios y criterios sobre los que se
ha edificado el modo adecuado e idóneo de ser ser humano, en el contexto
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En realidad, Braidotti aborda uno de los temas más recurrentes del pensamiento
contemporáneo en Occidente, ya que gran parte de la filosofía crítica elaborada en la
segunda mitad del siglo XX impugna la identidad establecida por la cultura dominante,
al considerarla un medio de interiorización de un sistema social opresivo y disciplinario
que se introduce sutilmente en los cuerpos con el fin de reproducir las estructuras de poder
establecidas. En ese sentido, pensadores tan destacados como Bataille, Lacan, Foucault,
Deleuze, Guattari, Castoriadis, Marcuse, las ya citadas Irigaray o Butler, pero también
Wittig o Shiva, son ejemplos de pensadores de distintas orientaciones que han dedicado
gran parte de su trabajo a poner en cuestión el modo y los mecanismos que han construido
la subjetividad en Occidente, siendo uno de sus objetivos primordiales idear mecanismos
teóricos que permitan interferir en los procesos de asignación de identidades y pensar
estrategias de creación de singularidades capaces de sustraerse de la serialización de los
individuos, con el objetivo de constituir modos de percibir, pensar, hablar y actuar que
puedan ser considerados verdaderamente autónomos.
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Según Braidotti, todo proceso cognitivo o de pensamiento se encuentra localizado,
es decir está situado en un contexto específico en el que funcionan múltiples variables. No
existe, entonces, una teoría abstracta, universal u objetiva, que explique de un modo neutro
un determinado aspecto de la realidad (2004: 15).
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Del mismo modo ocurre en la definición de democracia. La más habitual crítica a la
democracia radical o participativa señala que es el modo de gobierno en que la masa, la
turba, que no es sino el pueblo guiado por las pasiones, toma el control sobre la política
adoptando decisiones en su mayoría erróneas. La política de altura se ejerce cuando la razón
recupera el gobierno, la cual curiosamente ocurre cuando un reducido grupo de personas
—sabias— toma las decisiones a costa de los demás (Rancière, 2006).
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“[…] el individualismo genera egoísmo y egocentrismo, la autodeterminación puede
transformarse en arrogancia y dominación” (Braidotti 2015: 43).
4. Ética posthumana
Bibliografía