Guía Diabetes
Guía Diabetes
Guía Diabetes
La diabetes mellitus es una enfermedad metabólica caracterizada por niveles de azúcar (glucosa)
en sangre elevados.
A la glucosa que circula por la sangre se le llama glucemia.
El aumento de glucemia es el resultado de defectos en la secreción de insulina, en su acción o
en ambas. La insulina es una hormona que fabrica el páncreas y que permite que las células
utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía.
Un fallo de la producción de insulina, de la acción de la misma, o de ambas cosas, genera un
aumento de los niveles de glucosa en la sangre (hiperglucemia). De no controlarse
adecuadamente, a largo plazo, la presencia continua de glucosa alta en la sangre puede
provocar alteraciones en la función de diversos órganos, especialmente los ojos, los riñones, los
nervios, el corazón y los vasos sanguíneos.
La diabetes también es una enfermedad crónica la cual es aquella que no se cura pero con un
seguimiento y tratamiento adecuado la persona con diabetes puede prevenir complicaciones y
llevar una vida normal.
La glucosa es un azúcar que proviene de la digestión de los alimentos que comemos, circula por
la sangre y es utilizada por el organismo como fuente de energía. La causa de la diabetes es una
alteración en la producción o el funcionamiento de la insulina, hormona fabricada por el páncreas,
que funciona como una llave facilitando el pasaje de la glucosa desde la sangre a los órganos y
tejidos. Existen varios tipos de diabetes:
Diabetes Tipo 1
La diabetes tipo 1 se caracteriza por la incapacidad del organismo de producir insulina en el
páncreas debido a la destrucción de las células beta por un mecanismo autoinmune, esto junto
con la exposición ambientales de quienes son propensos a padecerla por las mutaciones
genéticas.
Este tipo de diabetes está presente sin síntomas hasta que, el cuerpo deja de producir las
cantidades necesarias de insulina para regular la glucemia.
Este tipo de diabetes era normalmente diagnosticado durante la infancia y adolescencia, aunque
hasta hace no mucho comenzaron a aparecer casos que rompían con ese patrón, y este tipo de
diabetes comenzó a aparecer hasta antes de los 30 años.
Que este tipo de diabetes terminé por desarrollarse abarca diferentes factores además de la
destrucción de las células beta, como lo son: interacciones entre genes de susceptibilidad,
autoantígenos y factores ambientales.
Diabetes Tipo 2
Este tipo de diabetes se caracteriza por que el paciente posee una resistencia a la insulina.
Antes era conocido como la diabetes de los adultos o no dependiente de la insulina, la secreción
de la insulina no es la adecuada para estos pacientes, por lo que crean una resistencia a ella.
Esta resistencia impide que la producción de glucosa hepática no pueda ser suprimida y la
resistencia periférica a la insulina afecta la absorción periférica de glucosa, este conjunto de
resistencias provoca la hiperglucemia en ayunas y postprandial (Después de comidas).
Este tipo de diabetes aparece por lo general en adultos y se hace más común conforme la edad
avanza, aunque este tipo de diabetes en la actualidad ha comenzado a afectar a una gran
cantidad de niños, esto debido a la obesidad infantil.
Se han encontrado determinantes genéticos que parecen afectar a ciertas poblaciones o grupos
étnicos de igual manera que se han encontrado en las familias de los afectados, a pesar de
haberse encontrado estas características, no hay ningún gen en específico que lo produzca.
Agregando a todos estos determinantes hay una poca funcionalidad de las células beta y con
ella un deterioro en la segregación de la insulina lo que favorecen el desarrollo de la diabetes,
además, la hiperglucemia, deteriora las células beta por las altas concentraciones de glucosa.
Síntomas
Síntomas, ambos tipos de diabetes tienen síntomas en común entre los que podemos mencionar,
la mayoría de estos relacionados con la hiperglucemia y cetoacidosis diabética:
Polidipsia: Aumento anormal en la sed que suele afectar la cantidad de ingesta de agua.
Estos padecimientos están relacionados con la regulación del estado hiperosmolar diabético, en
relación de la concentración de glucosa en sangre. Siendo la hiperosmolaridad una de las
posibles complicaciones de la diabetes.
Vale la pena mencionar que la diabetes tipo 2 puede presentarse sin síntomas o estos ser casi
indetectables porque aparecen de manera muy paulatina a lo largo del tiempo, a diferencia del
tipo 1 que suelen ser muy detectables por aparecer de golpe y de manera exacerbada.
Fisiopatología
Fisiopatología y aspectos moleculares de la diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1, también conocida como diabetes insulinodependiente, inicia comúnmente
desde la infancia y se considera una enfermedad inflamatoria crónica causada por la destrucción
específica de las células β en los islotes de Langerhans del páncreas. Como se mencionó
anteriormente, estas células tienen como función primordial la secreción de insulina en respuesta
al incremento en la glucemia. Existen distintas causas por las cuales puede ocurrir la destrucción
de los islotes: virus, agentes químicos, autoinmunidad cruzada o, incluso, una predisposición
génica. Durante la etapa previa al inicio de la diabetes tipo 1, en el 80% de los individuos se
detectan anticuerpos contra antígenos citoplasmáticos o membranales de las células β
pancreáticas como la descarboxilasa del ácido glutámico 65 y 67 (GAD65 y 67), la proteína de
choque térmico 65 (Hsp-65), y contra insulina. Sin embargo, la mayor susceptibilidad para
desarrollar diabetes tipo 1 se encuentra en los genes del antígeno leucocitario humano (HLA
clase II) del cromosoma 6, que contribuyen con el 50% del riesgo, y son asociados algunos
polimorfismos genéticos en los sitios de unión del péptido. Mediante la identificación de estos
anticuerpos en personas sanas, se establece el riesgo de desarrollar la enfermedad; por ejemplo,
la presencia de anticuerpos contra insulina confiere un riesgo pequeño, mientras que la
combinación de anticuerpos contra células de los islotes y contra GAD o contra insulina
representa un riesgo alto para desarrollar diabetes tipo 1.
Tratamiento
Tratamiento de Diabetes Mellitus tipo 1
Tomar insulina
Todas la personas que tienen diabetes tipo 1 necesitan tratamiento de insulina de por vida.
Otros medicamentos
También se pueden recetar otros medicamentos para las personas con diabetes tipo 1, tales
como:
Aspirina.
Alimentación saludable
Estos pasos ayudarán a mantener tu nivel de azúcar en sangre más cercano al normal, y esto
puede retrasar o evitar complicaciones.
Medicamentos
Meglitinidas. Este tipo de medicamentos actúa igual que las sulfonilureas, mediante la
estimulación del páncreas para que secrete más insulina, pero su acción es más rápida y
la duración del efecto en el cuerpo, más breve. También presenta riesgo de provocar
niveles bajos de azúcar en sangre; sin embargo, es menos riesgoso que las sulfonilureas
Prevención de la diabetes
PREVENCIÓN PRIMARIA DE IA DIABETES MELLITUS DEPENDIENTE DE IA INSULINA:
- Dar descanso a las células beta, por ejemplo, mediante la insulinoterapia temprana.
- Inmunosupresión o inmunomodulación.
LA PREVENCIÓN SECUNDARIA:
Consiste en actividades tales como la detección, que tiene por objeto el descubrimiento
temprano de la diabetes y el tratamiento inmediato y eficaz de la enfermedad, con el fin de
lograr el retroceso de la misma o impedir su avance. La finalidad principal de las actividades de
prevención secundaria, tales como la detección, es identificar a las personas asintomáticas que
ya hayan contraído una enfermedad o que presenten un riesgo elevado de contraerla, y para
las cuales una intervención podría tener efectos beneficiosos.
LA PREVENCIÓN TERCIARIA
La prevención terciaria de la diabetes comprende todas las medidas adoptadas para prevenir o
retardar la aparición de complicaciones agudas o crónicas. Las complicaciones agudas, incluidas
la hipoglucemia, la cetoacidosis y las infecciones, pueden ser mortales. Las complicaciones
crónicas también pueden ser mortales, y pueden además producir efectos nocivos para el modo
de vida del paciente diabético.
Edad. La prevalencia de DM2 aumenta a partir de la mediana edad (45 años), y es mayor
en la tercera edad.
Patrones dietéticos. Una dieta caracterizada por un alto consumo de carnes rojas o
precocinadas, productos lácteos altos en grasa, refrescos azucarados, dulces y postres se
asocia con un mayor riesgo de DM2 independientemente del IMC, actividad física, edad o
antecedentes familiares. El riesgo fue significativamente mayor entre los sujetos que
consumen esta dieta y son obesos. En contraste, aquellos que siguen una dieta caracterizada
por mayor consumo de verduras, frutas, pescado, aves y cereales integrales tienen una
modesta reducción del riesgo. En cuanto a la dieta mediterránea (alto contenido de frutas,
verduras, cereales integrales y nueces y aceite de oliva como principales fuentes de grasa),
el estudio PREDIMED concluyó que la dieta reduce la aparición de DM2 hasta un 40 %, sin
necesidad de reducción de peso. Respecto a los componentes individuales de la dieta, el
consumo de productos lácteos bajos en grasa, fibra, nueces, café, café descafeinado y té
verde a largo plazo disminuyen el riesgo de DM2 (un 7 % de reducción del riesgo por cada
taza de café), aunque no se considera probada una relación causa-efecto para recomendar
el consumo de café como estrategia preventiva.
Condicionantes clínicos asociados a mayor riesgo de DM2. Los pacientes con enfermedad
coronaria e insuficiencia cardíaca avanzada (según New York Heart Association) tienen
mayor riesgo de desarrollar DM. La hipertensión arterial, el infarto agudo de miocardio y el
ictus también se asocian con mayor riesgo de DM2.