INFOGRAFIA
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“Es triste pensar que la juventud nos fue dada inútilmente, que a todas horas la hemos
traicionado, que ella nos engañó, que nuestros mejores deseos y nuestros sueños sagrados
pasaron en rápido giro, cual hojas en el otoño desolado.”
― Aleksandr Pushkin
Considerando que la paz constituye la condición básica para la plena observancia de los
derechos humanos y que la guerra es la negación de esos derechos, se entiende por conflicto
armado un encuentro violento en el cual están involucradas las armas y dos o más grupos
sociales, de acuerdo con la revista científica Alerta 2015 y la definición de conflicto armado
según Armengol, Royo. (2015)., en la que se define como:
“todo enfrentamiento protagonizado por grupos de diferente índole, tales como fuerzas
militares regulares o irregulares, guerrillas, grupos armados de oposición, grupos
paramilitares, o comunidades étnicas o religiosas que, utilizando armas u otras medidas de
destrucción, provocan más de 100 víctimas en un año”. (Pág. 29)
Teniendo en cuenta los planteamientos anteriores, es posible proceder con una mirada
psicosocial, específicamente en Colombia. Nadie desconoce que el conflicto armado en
Colombia ha sido la principal causa de violación de derechos humanos en el país: homicidios,
secuestros, violaciones todo maximizado en cantidad y gravedad. Este es un problema social
extenso que puede verse desde distintas perspectivas, puntos de vista y opiniones.
Este problema psicosocial no solo se puede trabajar, sino que se debe trabajar en
distintas poblaciones que han sido afectadas de alguna u otra forma por el conflicto armado, y
sobretodo porque al momento de hablar de niñez, queda un sin sabor de boca sabiendo que es
incalculable el impacto que este ha causado con la vinculación de niños, niñas y adolescentes
a él.
Según El Informe de Desarrollo Humano elaborado por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), se considera que en el año 2000 había aproximadamente
6000 niños y niñas vinculados a los grupos alzados en armas en Colombia. En el 2004,
Human Right Watch estimaba en 11.000 el número de menores vinculados, con edades entre
7 y 17 años y un promedio de escolaridad de cuarto grado de primaria. (Burbano, 2005)
indica que, desde 1999 hasta junio de 2004, sólo se habían desvinculado 1.426 de la totalidad
de niños y niñas en las filas de grupos armados irregulares. Esta situación ubica al país en el
cuarto lugar con mayor número de menores combatientes en el mundo, después de Myanmar,
Liberia y República Democrática del Congo (Watchlist, 2004).
Por lo tanto, la importancia de plantear las posibilidades de transformación de esta
problemática psicosocial es de urgencia en nuestro país, en este sentido, existen diferentes
formas de vinculación al conflicto armado en cuanto a menores de edad, de acuerdo con
Romero y Chávez, existe: la vinculación voluntaria, vinculación forzosa y vinculación de
nacimiento. En este caso se trabajará únicamente la vinculación forzosa por sus marcadas
consecuencias psicosociales.
“Vinculación forzosa: Hay niños, niñas y adolescentes que participan en las
hostilidades del conflicto porque han sido obligados y forzados física y
psicológicamente. Algunos han sido entregados por sus madres o padres en contra de
su voluntad, al sentirse presionados y amenazados por parte de uno u otro grupo
armado. Otros ingresan porque en algunas regiones del país es obligación aportar un
miembro por familia al grupo armado del área de influencia.” (Romero & Chávez,
2007, Pág. 200).
Por otro lado, se tendrá en cuenta a su vez la atención psicosocial que es de gran
importancia en el proceso de integración de las víctimas a la vida civil. Según Toro en 2011
se refiere a atención psicosocial “en términos generales, como un proceso de
acompañamiento, individual, familiar o comunitario; orientado a hacer frente a las
consecuencias de un impacto traumático y a promover el bienestar y el apoyo emocional y
social del beneficiario, estimulando el desarrollo de sus capacidades” (Pág. 23).
En relación con las anteriores afirmaciones, se hace énfasis en la posible solución de
la problemática psicosocial basándose en el artículo de Villa publicado en el 2012,
“horizontalidad, expresión y saberes compartidos enfoque psicosocial en procesos de
acompañamiento a víctimas de violencia política en Colombia” donde propone que se debe
realizar un proceso de acompañamiento a la víctima, en este estudio de caso se tomó una
muestra de 62 relatos de víctimas complementados con 25 grupos de discusión para la
comprensión de la memoria colectiva (Experiencia de una comunidad) esto se ve reflejado en
la ley 1448 de 2011 la cual propone la atención como: “entiéndase por atención, la acción de
dar información, orientación y acompañamiento jurídico y psicosocial a la víctima, con
miras a facilitar el acceso y cualificar el ejercicio de los derechos a la verdad, justicia y
reparación.”.
De esta manera, el artículo pretende tomar relatos o testimonios suficientes para la
planeación de posibles transformaciones subjetivas así mismo pretende dentro de los grupos
de apoyo realizar actividades o talleres que le permitan a cada individuo interiorizar su caso
sin patologizar. Es decir que se deben realizar grupos de apoyo, en un escenario que permita a
las víctimas relatar su discurso de una manera tranquila, en donde también haya una
intervención psicológica para identificar el discurso que plantean las víctimas y hallar
soluciones pertinentes y favorables, en las que se puedan centrar las intervenciones de las
versiones emocionales, para un adecuado manejo de duelo, y que este se presente
escuchando, acompañando y asumiendo el caso, con el fin de que el individuo se perdone, se
engrandezca, se recupere emocionalmente, y recupere la dignidad que ha creído arrebatada.
Como afirma un individuo víctima de violencia “Cuando yo sabía que estábamos trabajando
colectivamente, todas las personas con el mismo dolor, con el mismo problema, para mí era
mucho más fácil enfrentarme con un grupo y no hacerlo de manera individual.” (Pág. 74).
(Villa. 2012).
La información encontrada sobre la participación obligada de niños y jóvenes, por
grupos al margen de la ley en Colombia, fue contrastada por los siguientes paradigmas de la
psicología (vistos durante el curso paradigmas de la psicología) en donde en comienzo
decidimos dirigirnos hacia:
● Foucault - Vigilar y Castigar (1975). En un análisis de transición de la tortura
al encarcelamiento, como un modelo punitivo - aversivo, que concluye en que
el modelo del conflicto obedece a un sistema social, que ejerce una mayor
presión en el individuo (víctima del conflicto) y su capacidad de expresar sus
diferencias y acceder a sus derechos.
Y en segundo lugar nos dirigimos con mayor énfasis a:
● Serge Moscovici - Y la teoría de las representaciones sociales (1979). Con las
representaciones sociales del conflicto armado en niños y jóvenes. Resultados
- Elementos principales: información [escena, escenario y actores (Imágenes:
enfrentamiento y ataque)] y actitud. (Percepción, posición). Y actitud
[Percepción y posición (Sentimientos, emociones, valoración y opinión)].
En donde hacemos un juicio de valor de que, así como cada una de las problemáticas
psicosociales en Colombia, tienen sus representaciones sociales, el conflicto armado no es
una excepción, en este caso específicamente, se presentan de tal manera que es imposible no
tenerlas en cuenta y/o no priorizarlas para evitar que se repitan situaciones que lesionan
gravemente la dignidad y los derechos humanos de los niños y jóvenes (específicamente en
este caso) que aún no han comenzado realmente su camino en la vida, y que no solo son
importantes porque hacen parte de la vivencia de la niñez y juventud de este país sometido al
conflicto y la violencia, sino porque pertenecen a ese escenario relevante para estos, el único
que han conocido y que a su vez se van convirtiendo en la imagen social interiorizada para
ellos, que con el paso del tiempo han terminado convirtiéndose en su discurso, un discurso
que ya no queremos tener en nuestros niños y jóvenes, en relatos que oprimen el corazón de
quien los escucha, por el hecho de haber estado sometidos a vivir situaciones que no les
pertenecían, que nunca debieron haberles sido heredadas, pero que lastimosamente han sido
parte de su aprendizaje a lo largo de sus vidas.
1
Parra, V. Y. 2011. Representación social del conflicto armado colombiano en niños y niñas de un colegio
adscrito a la Policía Nacional. 10 No. 3.
He aquí la verdadera tragedia de un país, que nunca ha vivido algo diferente a una
representación de bandos, de “políticas” de “verdades” y razones inconclusas, que terminan
destruyendo todo por donde pasan.
En el artículo (Representación social del conflicto armado colombiano en niños y
niñas de un colegio adscrito a la Policía Nacional, 2011). se ve ejecutado un ejercicio que
permite establecer una organización para las representaciones sociales del conflicto en niños
y jóvenes, que arroja resultados tales como: “Las categorías responden a dos de los tres
elementos principales que constituyen una representación social: la información y la actitud.”
(Parra, 2011. p. 780).
Esta afirmación pertenece a un análisis realizado a dibujos y verbalizaciones de los
niños(as) víctimas del conflicto armado forzado2, en donde se encuentra además que en la
categoría de información (“que hace referencia a la cantidad de conocimiento con el que
cuentan los niños(as), el cual ha pasado ya a través del filtro, de sus experiencias personales y
sus destrezas cognitivas”(Parra, 2011. p. 780).) se encuentra la subcategoría de escena, en la
que habitualmente se encontraron dos imágenes evocadas por los niños víctimas del conflicto
1. Enfrentamiento: “se reconocen dos personas o grupos de personas combatiendo frente
a frente en igualdad de condiciones (p. ej.: ambas armadas)” (Parra, 2011).
2. Ataque: Se reconoce a “una persona o grupo agrede a otro aparentemente en
desventaja (p. ej.: el agresor se encuentra armado y la víctima no)” (Parra, 2011).
“Estas imágenes más que unidades particulares, responden a la escena sobre la que se
estructuran los demás elementos del conflicto armado.” (Parra, 2011. p. 780).
● Escenario: Es el lugar en donde ocurren los hechos conflictivos y no
conflictivos, que logran verbalizar los niños, que han sido expresados por
medio de dibujos; que también permiten observar cómo estos han sido
sometidos a tormentosos sucesos y permite percibir qué tan afectados se
pueden encontrar.
○ Zona rural: “caracterizada en los dibujos por montañas, árboles y ríos.”
(Parra, 2011).
○ Zona urbana: “es evocada en menor frecuencia y es representada por
edificios, casas y calles.” (Parra, 2011).
2
Véase en Parra, V. Y. 2011. Representación social del conflicto armado colombiano en niños y niñas de un
colegio adscrito a la Policía Nacional. 10 No. 3. p 780.
● Actores: Los sujetos encargados de transmitir su ventaja sobre los niños ya
sea como héroe o como victimario.
○ Milicias: “los actores del conflicto armado, son reconocidos por los
niños(as), principalmente, Policía, Ejército, guerrilla y las FARC.
Estos dos últimos corresponden a un mismo actor, teniendo en cuenta
que las FARC se definen conceptualmente como una guerrilla.” (Parra,
2011).
○ Civiles: “La población civil aparece claramente representada en los
dibujos de los niños(as) y son reconocidos como víctimas del conflicto.
En cuanto al género de estos actores, Policía, Ejército y guerrilla son
representados principalmente por la figura masculina, lo que no sucede
al referirse a la población civil, donde no surge una diferenciación
marcada entre hombres y mujeres víctimas.” (Parra, 2011).
● Acción: Las situaciones vividas sean buenas o malas, reacciones que tomaron
frente a los niños, y hechos que lastimaron su paso por la infancia.
○ “En cuanto al accionar de los grupos ilegales, son evocados con mayor
frecuencia el secuestro y el asesinato.” (Parra, 2011).
○ Imágenes: “sus dibujos se encuentran colmados de imágenes de armas
y muerte (siendo ambas las más evocadas), acompañadas de otras
como helicópteros, grupos armados y sangre.” (Parra, 2011).
Estudio de caso
En cuanto al caso que fue encontrado por medio de LaFM, 2007., afirma que:
“El primero de septiembre del año 2014 en la vereda Bella Vista, de San José del Guaviare,
el menor Yulmer Gemay Gómez González, de 14 años, fue raptado de su hogar por el frente
Séptimo de las Farc e integrado a sus filas como un militante más.” (Pág.1)
Pasó desapercibido como la mayoría de los casos de vinculación forzosa en
Colombia, así transcurrió un año y cinco meses, donde su madre ya lo daba por muerto, hasta
que por una coincidencia su historia se conoció en los primeros días de enero de este año
cuando el portal confidencial publicó una fotografía del menor durante una visita a las zonas
de agrupamiento de las Farc en el departamento del Guaviare. Al conocer su madre de su
sobrevivencia según el periódico Investigativo “La señora manifestó públicamente que puso
en conocimiento a la Defensoría del Pueblo y a la Cruz Roja su dramático caso, como
progenitora, con la idea de tener alguna noticia o intermediación con este grupo ilegal para
que dejaran en libertad a su hijo, pero no tuvo resultados positivos.” (La Otra Cara, 2016.
Pág. 1).
Por motivos desconocidos, María Eugenia González madre del menor, le confirmó a
LA FM que estuvo con Yulmer durante tres días en el campamento y que su hijo le insistía en
que no quería permanecer más tiempo allá. “Mi hijo me decía ‘mamá ya quiero irme de
aquí’. pero lo que nos decía el comandante era que tocaba esperar los protocolos del
Gobierno y las Farc, yo después de ir a visitarlo a la vereda donde lo tenían me quedé en el
pueblo esperando que pronto estuviera conmigo y anoche yo estaba dormida cuando alguien
golpeó la puerta y gritaron que era Yulmer. Yo no podía creer que eso fuera cierto” Dijo
María Eugenia González. Yulmer Gómez, el menor de 16 años que fue reclutado el 1 de
septiembre del 2014 en la vereda Bella Vista, de San José del Guaviare, por el frente 7 de las
Farc y que permanecía en la zona de ubicación en Mesetas, Meta, se escapó en la noche del
jueves 9 de febrero de 2016 de la vereda donde llevaba una semana luego del traslado que
hicieron los guerrilleros desde la vereda el Tigre.
Este fue el final feliz de Yulmer, al volver con su familia después de un año y cinco
meses de vinculación forzosa al conflicto armado, es claro que fue por sus propios medio que
su hijo encontró nuevamente a su madre, huyendo de sus opresores aprovechando una
oportunidad.
En cuanto al gobierno, no hubo ningún tipo de reacción mayor, Sin embargo, su voz
fue escuchada por la Senadora del Centro Democrático, Nohora Tovar Rey, quien presentó,
ante la sesión plenaria del Congreso, una constancia en la cual exigió la liberación inmediata
del joven Gómez. Esta fue su declaración: “No entiendo, cómo un gobierno sigue haciendo
concesiones en medio de un proceso de paz, cuando ni siquiera las farc tuvieron la decisión
al inicio de la negociación de dar a conocer la cantidad de menores reclutados y hacer
entrega inmediata a sus familias. Ante el tercer anuncio por parte de los negociadores de no
reclutar y entregar menores, las familias tienen la ilusión de recibir a sus hijos que hoy están
en poder de las farc contra su voluntad, pero cuando esa guerrilla dice desde cuba que
apenas tienen en su poder a 21 menores, nos deja el sinsabor, que asistiremos a una nueva
manipulación al país. Y si no es así, pido que devuelvan a Yulmer Germay Gómez González a
su familia lo más pronto posible, al igual que todos los menores a los que las farc han
quitado su niñez y juventud”. (La Otra Cara, 2016. Pág. 1). Cabe aclarar que una constancia o
plenaria en el senado no es más que un texto preparado que será sometido a decisión final en
sesión final de cada cámara. Esta constancia no pasó de allí, y tuvo que ser el mismo menor
afectado quien junto con el miedo a perder su vida recobró su libertad.
REFERENCIAS
Armengol, V. Royo, J. (2015, enero). Informe sobre conflictos, derechos humanos y
construcción de paz. Alerta 2015!, 1, 15. Recuperado de
http://escolapau.uab.cat/img/programas/alerta/alerta/15/alerta15e.pdf
Burbano, Yalila. (2005). Niños, niñas, jóvenes y conflicto armado. Análisis jurídico de
legislación internacional y colombiana. Bogotá: Coalición contra la vinculación de
niños niñas y jóvenes al conflicto armado en Colombia.
LaFM. (2017). Yulmer Gómez, menor reclutado por las Farc, se escapó y ya está con
su familia. Recuperado de: https://www.lafm.com.co/nacional/yulmer-gomez-menor-
reclutado-las-farc-se-escapo-ya-esta-familia/
Parra, V. Y. (2011). Representación social del conflicto armado colombiano en niños y niñas
de un colegio adscrito a la Policía Nacional. vol. 10, No. 3. Universitas
Psychologica. Colombia: Bogotá.
PNUD. (2003). El conflicto, callejón con salida. Bogotá: Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo.
Romero, Y., & Chávez Y. (2007) El juego de la guerra, niños, niñas y adolescentes en el
conflicto armado en Colombia. Abril 7, 2008, de Tabula Rasa, Bogotá Colombia.
Recuperado de: http://www.scielo.org.co/pdf/tara/n8/n8a10.pdf
Watchlist. (2004). Colombia: la guerra de los niños y las niñas. Bogotá: Watchlist in
Children and Armed Conflict.