Análisis Porter de Las Cinco Fuerzas
Análisis Porter de Las Cinco Fuerzas
Análisis Porter de Las Cinco Fuerzas
Crítica
El modelo no toma en cuenta al gobierno, ya que como se puede observar en las cinco
fuerzas, los actores que se tienen en cuenta principalmente son los clientes (público),
proveedores y competidores.
El gobierno puede regular las alzas de precios en la mayoría de casos.
El modelo está planteado para el análisis de estrategias de negocios individuales, no para
portafolios de negocios de grandes corporaciones.
No tiene en cuenta que una industria sea más atractiva por las empresas que la
componen.
No plantea una flexibilidad y agilidad en el cambio radical de estrategias en los mercados.
No se plantea la posibilidad de apertura de nuevos mercados que puedan sustituir a los
existentes.
No recoge cambios ni tendencias de futuro.
Da excesiva importancia a la estructura de la industria para explicar la rentabilidad de las
empresas.
Aplicación
El modelo de las Cinco Fuerzas de Porter propone un marco de reflexión estratégica
sistemática para determinar la rentabilidad de un sector en específico, normalmente con el
fin de evaluar el valor y la proyección futura de empresas o unidades de negocio que
operan en dicho sector. Cada modelo es estructurado bajo la eficacia y eficiencia de las
cinco fuerzas.
Las 7S de McKinsey es un modelo que une los 7 factores básicos para cualquier
estructura organizativa. Suele emplearse para evaluar si la implementación de cualquier
tipo de estrategia en la organización estaría alineado con dichos factores. En caso
negativo sería necesario replantearse parte o la totalidad de la estrategia.
El concepto parte del libro de dos antiguos consultores de McKinsey, Tom Peters y Robert
Waterman, autores de En Busca de la Excelencia, aunque algunos extienden la paternidad
del concepto a Richard Pascale y Anthony Athos en El Arte de la Administración Japonesa.
Ambos libros se publicaron a principios de los 80.
La forma esquemática del modelo, más cerca de una red de relaciones que de una
estructura piramidal, determina que a priori ninguno de los factores es más relevante para
mejorar la eficacia organizacional.
El principio de Pareto: la regla del 80/20
POR DAVID TOPÍ 0 COMENTARIOS
Vilfredo Pareto fue un sociólogo y economista italiano del siglo pasado (murió en 1923) que enumero una
curiosa regla la cual hoy en día parece que ha
resurgido con fuerza en los análisis de numeras
disciplinas y sectores de nuestra sociedad.
Pareto observó que la gente en su entorno se dividía
naturalmente entre los «pocos de mucho» y los
«muchos de poco», dividiéndose en dos grupos de
proporciones aproximadas de 80:20 tales que el grupo
minoritario, formado por un 20% de población,
ostentaba el 80% de algo y el grupo mayoritario,
formado por un 80% de población, el 20% de algo.
Regla en todos los ámbitos
Esta regla del 80/20 parece tener aplicación en prácticamente todos los campos en los que la pongamos a
prueba y ha sido estudiada y demostrada numerosas veces por estadistas. Así, en nuestro trabajo por ejemplo,
realizamos el 80% de nuestras tareas en el 20% de nuestro tiempo, y tardamos el 80% del tiempo restante en
hacer solo el 20% de lo que nos queda por hacer (de 8 horas de trabajo, realizamos la mayoría de nuestras
tareas en solo 1,6 horas). Lo mismo aplica a las ventas, el 80% de nuestros ingresos proviene del 20% de
nuestros clientes. A nivel económico, se ha estimado que la regla es aun mucho mas estricta, el 10% de la
población posee el 90% de las riquezas del mundo, y el 10% de las riquezas restantes se reparten
entre el 90% de la población. ¿Interesante, no? ¿En que lado de la ecuación estamos nosotros? :-).
Usando a Pareto en nuestro desarrollo personal
La regla de Pareto tiene aplicaciones en todos los campos, pero a nosotros nos interesa el desarrollo personal y
espiritual. ¿Cuantos programas, libros, meditaciones guiadas, cursos de diferentes ámbitos, etc. seguimos a la
vez? ¿Cuales de ellos tienen mas repercusión en nosotros y cuales están quitándonos el tiempo y
proporcionando pocos resultados? ¿En que podemos poner nuestras energías para que el 80% de los resultados
nos venga solo del 20% del esfuerzo que hacemos?
Personalmente siempre trato de que tanto a nivel personal como profesional, mantener un equilibrio en mi vida
para conseguir, por ejemplo:
Trabajar ese 20% del tiempo que somos productivos para llegar al 80% de los resultadosque se
espera de nosotros. Por ello una de las razones de trabajar libremente en casa o fuera de un horario 9-18h es
que puedes buscar que par de horas del día te van mejor para ser hiper-productivo y conseguir los mismos
resultados que si estuvieras 7 horas sentado en la oficina. Esto se puede aplicar a cualquier ámbito profesional
si se estudia con cuidado y se hacen algunos cambios en tu rutina laboral actual.
Eliminar tareas, acciones, obligaciones, etc. que estén fuera de ese 20% que genera la mayoría de
cosas que solo nos quitan tiempo sin beneficios ni resultados óptimos.
Ejecutar aquellas acciones que proporcionan el 80% de los resultados que esperamos, es decir, ir a lo
grande, en vez de sumar poco a poco, focalizarnos en aquello que nos proporciona de inmediato el mayor
numero de resultados deseados. algo que se puede extrapolar a cualquiera de las actividades que realizamos.
Optimizar nuestra vida, nuestras energías y nuestro tiempo
Con este principio en nuestra mente, y con solo un poco de esfuerzo y análisis, podemos llegar a quitarnos de
encima todo aquello que no es parte de ese 20% de actividad que nos genera el 80% de los resultados. El
cambio puede ser espectacular, pues de repente puedes ver liberado una gran cantidad de tiempo que puedes
usar para cualquier actividad por puro placer y diversión, o para descansar o para lo que quieras. Sobretodo,
para conseguir algo mas de paz mental al haber reducido el nivel de estrés que puede generar el tener tantas
cosas que queremos hacer a la vez, sin que estas proporcionen los resultados óptimos que esperamos de ellas.
Es por ello que se intenta combatir el principio de incompetencia de Peter por medio de
la degradación de los empleados incompetentes a puestos donde antes destacaba su
rendimiento, y recompensar a aquellos que son productivos con un aumento de sueldo.