Aprender Es Recordar (Héctor D'Alessandro)
Aprender Es Recordar (Héctor D'Alessandro)
Aprender Es Recordar (Héctor D'Alessandro)
Platón
Nacemos maleables, como una pasta a la que puede darse una forma u otra.
Somos como esponjas que absorben sonidos, voces, emociones, la vida
simplemente; pero, ya desde entonces, se encuentra en nosotros la sensación
de nuestra identidad real lo mismo que nuestro cuerpo real, el receptáculo de
nuestra identidad real.
“Aprender es recordar” es ante todo una frase, desafiante como pocas y que
requiere de cierta elucidación que ella misma, hasta ahora, por diversas
razones ha evitado.
cerebro) gesta una representación o reflejo del mismo. En este punto hay
máximo acuerdo: Siddhartha Gautama el Buda y Vladimir Ilich Lenin
coinciden.
Aún en ese caso se sigue observando la regla del contenido definido para
definir la relación y algo más importante aún se “inventa” es decir se crea por
alguna necesidad cognitiva e histórica el tipo de relación. Puede ser “causal”
o “cuántica” pero la relación creada por la episteme o marco de conocimiento
propia de la época es la que define la naturaleza de la relación, el modelo
general de enunciados y las consecuencias tecnológicas, sociales, económicas
y políticas que tendrá.
Lo que deseo señalar en todos estos ejemplos es que cuando en una oración
simple se establece una relación entre elementos y dependiendo de los
complementos y adjetivos y adverbios que se cuelen por en medio el carácter
de oración “simple” es útil sólo para definirla nominalmente, pero, en tanto
adjetivo, el de “simple”, no alcanza a calificar el grado de complejidad que
puede haber dentro de una oración de ese tipo. Lo que quiero también
destacar es que la oración simple establece una relación entre objetos dada
por el verbo y esto es en cierto modo una operación nada simple sino
altamente compleja del cerebro humano que define de ese modo cómo es el
sentido de la relación entre objetos que están presentes en su existencia. Si
por “simple” entendemos que “A le hace algo a B” concluimos que son
realmente muy pocos los enunciados que puedan calificarse como realmente
procedentes como por ejemplo “El árbol está plantado en el suelo.” Frase
donde podría no objetarse ninguna duda, pero en frases como “El árbol se
alimenta del suelo” entraría en una zona de duda donde habría que investigar
realmente si el árbol hace eso o hace alguna otra cosa invisible para
alimentarse que nosotros no podemos percibir con nuestra tecnología actual.
Ya no digo nada en el caso de enunciados como “Mamá me ama” porque yo
no puedo definir con una frase algo que está ocurriendo en un plano
diferente. Es una operación imposible pero que ejecutamos a diario y en
realidad nos estamos inventando el mundo y la existencia hasta en sus más
mínimas moléculas. Porque afirmar que alguien ama a otra persona, en
principio, no puede ser afirmado. Dado que “eso” que llamo de “esa” manera,
responde, con el nombre que le doy, a una costumbre social e histórica de
denominar las cosas o ciertos comportamientos. Pero yo no sé qué está
pasando en la realidad; sólo puedo sentirla y experimentarla dentro de mí. A
esto quizás se refiera Einstein cuando dice que lo único que cuenta es la
experiencia y que todo lo otro es mera información. En el mismo sentido:
nada puede ser afirmado. Y esta afirmación nos permite apreciar la magnitud
de la enorme construcción perceptiva que existe en el lenguaje y que está
presente en sus niveles más elementales. Esto permite afirmar que la simple
enunciación “El león tiene sexo con la leona” puede ser una enorme mentira.
Porque “tener sexo” es una expresión que está rodeada de creencias
satelitales; puede que lo que el león y la leona hacen no tenga ningún
componente biológico de los que nosotros atribuimos a nuestro propio
comportamiento; quizás ellos en sus propios términos, están intentando
matarse mutuamente o jugando a un juego propio de los leones u otra acción
con sentido dentro de su mundo que no podremos interiorizar. Nuestra propia
especie en occidente en los últimos seis cientos años logró discernir la
diferencia entre sexo y amor y aprendió a sentirla y las personas pueden
determinar con precisión si están haciendo sexo o haciendo amor; y ambas
acepciones son inventos.
Me gusta llamarla “la frase creativa por excelencia” puesto que inaugura
mundos; un autor original lo es en tanto coordine objetos mentales dentro de
frases que nadie, antes de él y de sus textos, había coordinado. Como una
deriva extrema de este modelo de razonamiento que propongo, los
surrealistas, con una intuición de delfín, propusieron un objeto estético que
fuera “bello como el encuentro casual de una máquina de coser y un paraguas
en la mesa de operaciones”. Y todos nos hemos quedado azorados de la
conjunción de objetos reales disimiles en el contexto de un tercer objeto
también disímil o inesperado. Sin embargo nadie se ha fijado en que esos
objetos estén unidos, en el texto de Max Ernst, al concepto “bello”. Esa es la
gran coordinación, hecha mediante una comparación, dentro de esa magnifica
frase; que por algún motivo imaginario y colectivo se ha incrustado como una
estrella y ha comenzado a recorrer un curso propio en el cielo de los textos.
una tensión interna similar a la de un malabarista que está atento a tener una
mano vacía, a coger con la otra una bola que cae y enviar al mismo tiempo
otra bola al aire para agarrar a tiempo la otra que esta cayendo, etc. Es decir
que todo está en suspenso y todo es posible, o si no todo al menos un buen
racimo de posibilidades, de allí quizás venga la palabra suspenso, porque
todo está como suspendido en al aire de la mente, un aire imaginario, donde
varias hipótesis posibles sobre los múltiples efectos que puedan producirse
son todas posibles a la vez, y la mente, sin soltar unos para no olvidarlos,
hace el recorrido mental de los otros hasta sus ultimas consecuencias con el
objetivo de chequear su carácter de posibilidad. Y todo este escaneo múltiple
lo hace en segundos y continúa haciéndolo segundo tras segundo una y otra
vez hasta encontrar la ruta adecuada. Momento, cuando la encuentra, en que
descarga una serie de sensaciones de comprensión que recorren al cuerpo y se
relaja para continuar de inmediato con más energía si cabe que antes.
Por este motivo leemos narraciones: porque nos hacen entrar en esta zona de
placer cognitivo en la cual revivimos la comprensión profunda y nos
sentimos en la zona de excelencia, participamos de la grandeza y lo hacemos
con todo nuestro cuerpo, de un modo neurofisiológico.
Por eso leer una narración o un texto bien estructurado que obtiene el efecto
que busca, es un placer para su lector. En cambio, para el escritor que no sabe
qué es lo que busca a nivel neurofisiológico desde su lado, que es la escritura,
no la lectura, a veces la creación en lugar de un gozo se trastorna en un
sufrimiento; a veces sólo un sufrimiento; porque no tiene un orden y no
puede encontrar su rumbo.
“Es, pues, de saber, que este sobredicho hidalgo, los ratos que estaba ocioso
(que eran los más del año) se daba a leer libros de caballerías con tanta
afición y gusto, que olvidó casi de todo punto el ejercicio de la caza, y aun la
administración de su hacienda; y llegó a tanto su curiosidad y desatino en
esto, que vendió muchas hanegas de tierra de sembradura, para comprar
libros de caballerías en que leer; y así llevó a su casa todos cuantos pudo
haber dellos; y de todos ningunos le parecían tan bien como los que compuso
el famoso Feliciano de Silva: porque la claridad de su prosa, y aquellas
intrincadas razones suyas, le parecían de perlas; y más cuando llegaba a leer
aquellos requiebros y cartas de desafío, donde en muchas partes hallaba
escrito: la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón
enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura, y también
cuando leía: los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las
estrellas se fortifican, y os hacen merecedora del merecimiento que merece la
vuestra grandeza”.
En el nivel visible coordinar es esto: poner juntas cosas que no dependen las
unas de las otras pero que a partir del momento en que las ponemos juntas u
ordenadas conjuntamente empiezan a sugerir a nuestras mientes la
posibilidad de un cierto complejidad exposición conjunta.
tipo de relación de mayor
interesantes
Por esto afirmo que el pensamiento narrativo está en la base del pensamiento
humano y de él se deriva el pensamiento creativo, dentro del cual pueden
colocarse diferentes subclases de pensamiento; uno de los cuales sería el
antropológico, otro el científico, otro el mitológico, el religioso, y así
sucesivamente, sin jerarquía, puesto que la jerarquía correspondería a otro
tipo de pensamiento: el jerárquico.
Es muy importante ver las cosas de este modo porque produce resultados más
interesantes a la hora de situarse en el punto de partida de la carrera creativa.
Toda profesión o saber segrega su discurso propio y sus creencias propias y
un modo de percibir la existencia, y para convertirse en un experto en la
materia las personas se entrenan durante entre tres y diez años hasta lograr
desempeñarse en la nueva lengua con pericia. Los escritores, con
independencia de que hayan adquirido otros saberes y se desempeñen en
otras profesiones no poseían un lenguaje propio; cuando hablan de su propia
disciplina: escribir, escritura narrativa, narrador, ensayista, hablan como
críticos, o como lingüistas, o narratólogos, o como profesores, como editores,
o de algunas otras maneras, nunca con un lenguaje propio de los escritores;
en este trabajo creo poder aportar un lenguaje, como solicitaba alejado
Ese mal llamado bloqueo se parece mas a un entrar en un callejón sin salida.
Puede resultar del propio cansancio mientras se está creando. La mente quiere
continuar creando pero el cuerpo pide descanso y se produce este estado.
Puede producirse por una mala organización de las ideas que luego no se sabe
cómo desentrañarlas para saber qué se quería decir exactamente —un suceso
muy frecuente entre escritores y durante el cual muchas veces se pierde el
dato sobre qué se quería decir, yo he perfeccionado el arte de volver a
encontrar esos datos. Puede incluso producirse a raíz de que se detiene uno
para descansar y las últimas palabras son tan inductoras de estados de
ensoñación poética o de simple abstracción que le cuesta a uno retomar el
hilo. Siempre recuerdo a un escritor que dijo en un conferencia que él cuando
se trababa (este era el verbo que utilizaba) ponía al personaje a hacer
cualquier cosa, abrir una puerta, freír un huevo y lo recomendaba como receta
universal. A mí no me resonaba y no creía que, la generalización de aquel
autor, fuera útil para el setenta por ciento de los asistentes a la sala. Luego,
evidentemente, me daría cuenta que no era útil y debido a qué
funcionamientos del cerebro. No todas las personas representan en sus
cerebros las acciones de la misma manera y no todas pueden motivarse con
las estrategias de otro, porque cada uno tenemos estrategias
representacionales diferentes derivadas de la combinación de elementos
iguales pero de forma distinta. El punto de partida de auto motivación de ese
escritor arrancaba por el canal perceptivo o sensorial motriz, cinestésico,
ponía a hacer cosas a los personajes y esto lo motivaba a continuar
escribiendo y sobre todo a “encontrar” el hilo conductor de la trama. Yo
como siempre me he comportado muy libremente para encontrar nuevos
caminos he retomado el hilo de múltiples maneras. Bailando, dando palmadas
sobre mis muslos (con esta estrategia he recuperado muchas cosas)
escuchando música (durante la redacción de una
misma canción de
veinticuatro horas
novela tuve puesta la
trasfondo musical las del día durante diez meses, era un tema de Nusrath
Fathé Alí Khan) estaba conectado a la corriente central de mi narración todo
el tiempo, en todo momento, en toda circunstancia, en compañía de quien
fuera que estuviera en mi casa en ese momento. A este propósito se han
producido fenómenos muy extraños de conexión entre temas en los casos de
algunos escritores; uno formidable lo narra García Márquez a propósito de la
redacción de “El otoño del patriarca”. Durante la escritura de esa novela
escuchó todo el tiempo el mismo tema de Franz Liszt, esta información sólo
la conocía él y sus allegados. Tiempo luego, una estudiante húngara de
literatura latinoamericana escribió una tesis y se la envió, en la misma sugería
que la novela y aquel tema de Liszt tenían una misma estructura subyacente.
Si yo arranco una novela, que suelen ser las obras más voluminosas en prosa,
con una frase simple como “Me gustan los cerezos” Y continúo en esta
misma tónica con “Ahora mismo estamos en la estación en que florecen, todo
el campo me saluda con su bello color. Las vacas me miran con indiferencia”.
Me costará establecer o inducir un tipo de indagación en la mente del lector
que sea interesante y que retenga su atención. Supongamos por el contrario
que digo cosas como “Los campos de cerezos en flor me traen el recuerdo de
mi padre mientras me cubro la cara con mis manos y veo en ellas el recuerdo
odiado de mi llegada a este pueblo. El campo me saluda a mi pesar y aunque
miro hacia al otro lado, vuelve como un mal sueño el ruido de las vacas
mugiendo entre un grupo y otro de árboles”. La curiosidad se despierta por el
hecho de conectar unos objetos con los otros. El lector se llena de preguntas
sólo porque ponemos en relación de conexión o de coordinación a unos
objetos con los otros. Los objetos mentales narrativos no tienen entre sí
relaciones causales, tienen relaciones narrativas. No es pensamiento causal,
es pensamiento narrativo. Y está en la base del pensamiento creativo.
como un
Para ser un narrador debes hacer más que aprender cuatro técnicas y poder
escribir similar a tres o cuatro autores y estudiar todos los trucos de algunos
autores preferidos, debes primero pensar como un narrador, no como un
profesor, no como un esteta, no como un gramatólogo, no como un
narratólogo, no como un crítico, sino como un narrador.
Para que se hagan una idea de este sentido de orden espacial del cerebro
humano a nivel de la escritura, pondré el siguiente escribe acerca de lo que ha
escrito y no sabe exactamente cómo desenredar la madeja, y a veces al releer
se encuentra con que una frase dentro del párrafo estaba formulada de un
modo confuso o estrafalario para ocasionar un efecto estético en el lector y al
simplemente darle la vuelta y ponerla en su orden natural: sujeto, verbo y
predicado, se hace la luz en el escritor y encuentra cómo ha de resolver todo
el galimatías.
Este ejemplo, que sirve para ilustrar un alto en la escritura hasta no resolver
un cierto intríngulis, servirá también para entender cómo se producen los
procesos de confusión mas habituales que derivan en detenciones definitivas
o bloqueos totales y que no se diferencian estructuralmente del ejemplo
planteado previamente.
ejemplo: muchas veces quien
Ten en cuenta que aquello que le haces al cerebro del lector cuando lee tu
texto, es en cierto modo lo que le has hecho al tuyo al escribirlo. Cuando el
lector, al comenzar una novela, se arrellana típicamente en el sofá y se
prepara para una larga y agradable lectura es porque las frases están
orquestadas de una tal manera que a ello disponen y, si están orquestadas de
ese modo, te predisponen a continuar narrando, de otro modo, te detienes en
tu actividad y dejas de escribir. Es sencillo a esta altura entender cómo se
produce esto: si yo conecto y coordino elementos de tal manera que el lector
se cree una expectativa, sepa yo o no cual es la resolución de esa expectativa,
pero sobre todo en el caso de que no lo sepa, me predispone a seguir
hurgando hasta dar yo mismo en tanto escritor con la solución a mi obra que
yo mismo no conozco y voy descubriendo mediante el proceso de escritura.
Y esta es una de las más bellas y estimulantes experiencias que vive un
escritor creativo.
Es verdad también que, a poco que practiques, te darás cuenta que no hay
obra que no pueda ser salvada cosiendo por aquí, remendando por allá, y no
hay obra que no se pueda rescribir, y ya no estarás sometido a esta
determinación mental del tamaño de la coordinación; pero hasta tanto no
sepas hacerlo y hayas dominado a tu cerebro, es mejor que le hables a tu
aparato de pensar en su mismo idioma. Así te volverás libre de tu propia
creatividad y de tus propios estados emocionales o mentales, si le das al
cerebro las cosa en el orden y modo que los requiere trabajará gratis para ti y
tu creatividad ya no dependerá nunca más de ti y mucho menos de tu variable
estado de ánimo. Con el beneficio de que saber hablar con el propio cerebro
en su propio idioma hará que puedas lograr el estado de ánimo que desees;
pero esto se escapa de los límites de este texto; correspondería a otro libro
diferente a este, y por ahora queremos continuar en este libro.
Puedo escribir, por ejemplo: “La llegada del invierno me ha hecho pensar
desde siempre en el retorno cíclico de los hechos. Desde muy pequeño, ya me
daba cuenta por la mirada de mi padre que una vez más una serie de
fenómenos que a él no acababan de gustarle se hacían presentes una vez más.
Mi madre recibía la noticia con escepticismo y se refugiaba en la cocina y en
concreto en la repostería. Yo me marchaba lleno de curiosidad a mis juguetes
y a mi soledad en la habitación para mí solo recién conquistada”.
Como puede percibirse, en cada una de esas frases propone una temática
específica de cada personaje y establece quien es el narrador, de todos modos
no hay coordinación explícita en la superficie de las frases; simplemente el
cerebro del lector va suponiendo que todos esos temas y tramas, dado que se
han planteado en frases que están colocadas una al lado de la otra, en algún
momento serán vinculados por el autor y generarán algún tipo de respuesta a
modo de conclusión para una serie de razonamientos narrativos. Sin
embargo, y en el supuesto caso de que un principiante trate con estas frases,
probablemente acabe olvidando alguna de las imágenes o de los temas o las
tramas y dejándola por el camino la desperdicie por no haberla coordinado de
entrada, además al no coordinar no genera preguntas más allá de cierto nivel.
Veamos otra, donde el trasfondo de ideas que aporta una cierta unidad
cualitativa cambie:
“Ante el retorno del invierno mi padre pensaba con disgusto en los ciclos y
mi madre combatía el rictus de aquel rostro desagradable que ponía mi padre
con tartas y pasteles detrás de los cuales se perdía para comunicarse de vez en
cuando conmigo que estaba hibernando detrás de mis juguetes en el fondo de
mi habitación”.
Otra:
Otra:
“La inevitable llegada del invierno cargaba de malos augurios y de amargura
a mi padre, le abría el estómago a mi madre y a mi me trasmitía una corriente
de extraña inquietud que me impelía a querer detener el mundo. Como
resultado de esto, mamá nos atiborraba de azúcar y nosotros acumulábamos
durante tres meses un sinfín de emociones y sensaciones mudas hasta que el
rebrote de la primavera nos despejaba y nos disponía para abrir nuevamente
las ventanas”.
“La inevitable llegada del viejo invierno cargaba con sus acechantes pasos
sigilosos de malos augurios y de amargura a mi padre, le abría con un
mensaje susurrado al oído el apetito a mi madre anhelante de mensajes
secretos y a mi me trasmitía en una descarga única una corriente de extraña y
oscura inquietud que me impelía a querer detener, de un modo misterioso, el
mundo. Como resultado de esto, mamá se deslizaba perseguido por un fauno
silbante y oscuro atiborrándonos de azúcar y nosotros pesarosos y con ganas
de huir acumulábamos durante tres meses un sinfín de emociones y
sensaciones mudas hasta que el rebrote de la primavera nos despejaba y nos
disponía para abrir nuevamente las ventanas”.
En un nivel nos dice que una persona le promete un futuro brillante a otra y
que el perdón para iniciar los pasos de ese futuro dependen de esta última.
Pero nos habla también de modo implícito y los conecta entre sí de: el calor
de un abrazo que habla y lo hace acerca del futuro, nos habla de una mirada
que tiene una pena antropomorfizada porque esta cansada y sube cuesta
arriba una montaña y todo esto puede ser “cancelado” por un partenaire que
puede “extender un boleto” como si se tratara del portero de un parque de
diversiones.
también de las otras las frases, no coordinan vas leyendo sin que sepas cómo
ha operado esa magia en tu cerebro.
Por este motivo leer según que libros, que yo leo nuevamente cada año desde
hace tiempo, desarrollan la memoria: mantienen aceitado el mecanismo de
conexión y coordinación. Otros libros no pueden hacer esto e incluso aunque
un profesor pidiera a sus alumnos que lo memorizaran, estos podrían hacerlo
una vez para el examen y a continuación lo olvidarían.
A veces recuerdas un libro y dices en voz alta “¡que belleza aquel pasaje en
pasa tal y tal cosa!” y “¡aquel otro en que el protagonista le dice a la
protagonista con aquella mirada que le pone: tal y tal” o “el momento en que
pasa tal cosa”,
Ten por seguro que en todos esos casos, el autor o la autora ha hecho una
conexión y una coordinación adecuada de los elementos narrativos para que
se quedaran incrustados en tu memoria, se puede decir que ha trabajado de
modo excelente con los mecanismos de la memoria.
Visto desde el otro lado: cuando una persona pierde determinado tipo de
memoria o dimensión de la memoria, cuando no sabe lo que iba a decir y dice
que lo tenía en la punta de la lengua, cuando pierde objetos y los tiene en la
mano, o los pierde y recorre los pasos unas y otra vez para encontrarlos, y
cuando tras denodados esfuerzos para recordar algo lo da por olvidado y
declara que ya vendrá en el momento menos pensado y en efecto esta
memoria vuelve, está sucediendo en todos los casos que hay un bloqueo de
conexión entre un momento de la memoria y el siguiente, es un instante
infinitesimal en que el dato se ha perdido porque se perdió la conexión para
traerlo de la nada a la superficie, y a veces sucede en las personas creativas
porque un exceso de imagines sensaciones y frases dentro del cerebro.; pongo
un ejemplo muy común, alguien me dice que estaba escribiendo sobre las
ballenas y tiene escrito dice “hasta aquí” y hasta ahí desarrollé las ideas que
tenía desde el punto de vista de la sustitución de unos regímenes alimentarios
por otros para poder cambiar así pautas de consumo y de pesca y luego ya no
pude seguir. Ese es el momento de preguntarle por ejemplo y ¿cuando
pensaste todo eso cómo pensaste que iba a ser sustituido eso, es decir qué
más estabas pensando? Momento en el cual la persona duda un momento y a
continuación empieza a venir a la superficie la manera como iba a continuar.
Lo que hizo fue llenarse de euforia al ver dentro de su mente un montón de
imágenes acerca de los futuros desarrollos de su trabajo, optó por uno pero el
material de todos los otros nos los “dejó” en ningún sitio, continuó allí
estorbando y al final hizo colapsar a la idea central.
A veces dicen: para esto es bueno dejar descansar los textos y verlos con
objetividad pasado un tiempo, y es verdad, pero también es verdad que
cuando el cerebro está mas cansado suelta todos sus prejuicios sobre el texto
y va directo a lo esencial; durante un tiempo fui a ver trabaja a un amigo en
uno de los principales periódicos de mi país, iba allí, me sentaba a observarlo,
leía, tomaba mate o café, fumábamos un cigarro y yo observaba a mi amigo y
a los otros integrantes de la redacción fumando y fumando alcanza un nivel
de adrenalina y euforia en el cual las frases les salían solas, se convertía
aquellas redacción con mas de cuarenta redactores dándole a las teclas en una
sinfonía demencial en una sala de canalización de mensajes procedente del
inconsciente colectivo. Un día fui porque había publicado un artículo mío en
aquel periódico y mi amigo al verme, me dijo ¿cómo hacés para ordenar los
temas? Y ¿cómo sabés cuales son los subtítulos? Entonces yo empecé a
explicarle y al final de aquella clase, él me dijo: muy bien vos quédate aquí,
en este mundo es muy importante salir en portada, así que yo te voy a dar a
corregir mis artículos a vos y a cambio después arreglamos cuanto te pago.
Así fue que estuve corrigiendo, primero los suyos y luego los de otro chico de
aquella redacción y la verdad es que salí indirectamente en portada todos los
días que estuve enseñándoles; luego ellos continuaron saliendo por el mérito
propio de su capacidad de aprender.
Hace un tiempo una escritora me decía: el punto y coma está en desuso. Este
es el modo de pensar de un cerebro entrenado por un periódico amarillista.
Las cosas suceden como la lluvia, no hay motivos ni razones ni manos detrás
del escenario manipulando nada ni intereses corporativos, no, vivimos en un
mundo puro e inmaculado donde los seres humanos se comunican entre sí
mediante monosílabos. Por ese motivo su rostro brilló con la chispa de la
inteligencia y la picardía infantil del descubrimiento cuando le respondí:
“Pues es muy raro, porque cuando venía para aquí tuve que detenerme porque
había una lluvia descomunal de puntos y comas y la gente lo celebraba, se
detuvo el tráfico y muchos se llevaron bolsas llenas”.
La memoria trabaja de este modo; por eso pongo la lluvia al servicio de que
el punto y coma que implica una detención mayor que no llega a ser un punto
y del cual hizo un uso exquisito Flaubert y lo sigue haciendo uno de los
hombres más brillantes de la literatura: Peter Handke, reaparezca en la
escena.
Es muy importante; fíjate que el hombre medio actual tiene vagas nociones
acerca de unas cuantas cosas sobre las cuales tiene miedo. Ese es el
ciudadano medio europeo.
Y eso lo han logrado machacando con mensajes simples que impiden
principalmente que se detenga a pensar; y sobre todo que conecte esas
informaciones con otras que parecen lejanas y que haga coordinaciones que
le permitan explicarse los fenómenos; por ello el hombre medio de le
teledemocracia no tiene memoria. Y por eso mismo es muy importante que
recuerde cómo se coordinan cerebralmente informaciones, datos, cosas oídas,
imágenes y sensaciones
En la sutura, en el intersticio.
Bien, ahora ven, y pueden explicarle con palabras al propio cerebro y sentir
cómo se crea una red de conexiones entre datos; cuanto mayor sea el número
de datos y cuanto más complejos e inhabituales sean mayor es la probabilidad
de que queden guardados en la memoria. Y guardados en la memoria
significa desde este punto de vista que mayor cantidad de vías de acceso a
esos datos habrá. Aprender es recordar, en una de sus dimensiones,
rememorar las conexiones entre datos que hace el cerebro para activar nuevas
conexiones; por ello, si prescindimos de pasadas,
sorprendentemente exacto y aguado cuando le dice a Critón que vigile que no
caiga en “enseñarle nada al alumno mientras dialoga con él y que sólo le hará
preguntas”, a raíz de las cuales, el respondente extraerá de dentro de sí, las
respuestas y conocimientos que posee pero no sabe que posee.
Voy a un ejemplo histórico que se está dando en la actualidad: cada día más y
más gente ha aprendido lo que Foucault llama “tecnologías del yo” que antes
estaban en propiedad de unas élites intelectuales y espirituales concretas que
no las divulgaban; de éste modo, esa élite podía disfrutar de un modo de estar
en el mundo muchos más agradable que el del resto de la humanidad y sobre
todo podían tomar decisiones que afectaban a otros sin que la totalidad de las
consecuencias les afectara; en cierto modo un arte de ejercer el poder sin
mácula. Hoy día, esto se ha popularizado. En esta línea, es todo un
vanguardista el reverendo Martin Luther King, que emprendió su lucha con
los evangelios en la mano y antes de salir a luchar en las calles, él y sus
colaboradores y activistas se encerraban en garajes acondicionados a tal
efecto que disponían de altavoces donde se escuchaban gritos callejeros,
sirenas de las patrullas policiales, todo tipo de alborotos, cánticos racistas y
constantemente insultos en contra de las personas de raza negra. Escuchaban
esto a gran volumen mientras rezaban de continuo; así lograban conducir su
mente a un estado que pudiera atravesar luego la cortina de insultos real sin
recibir daño por ello.
y o las coordinaciones
En el caso del modelo típico ideal construido por Max Weber, las conexiones
son dos. La primera es que el protestantismo posee o da lugar a una ética y la
segunda es que el capitalismo posee o está inspirado en un cierto espíritu. La
coordinación en este caso da lugar a uno de los ensayos señeros de la cultura
occidental y de la tradición bibliográfica sociológica.
¿Se entiende al fin porqué todo texto con indiferencia de cual sea el área de
saber al que pertenece es un modo de pensamiento narrativo?