Esplecnotomia

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ESPLECNOTOMIA

INTRODUCCIÓN

El bazo es un órgano que participa en procesos inmunológicos, y contribuye en la formación

de células sanguíneas y su almacenamiento. También interviene en ciertos procesos

metabólicos como la destrucción de eritrocitos (Konig, 2008). La extirpación de este órgano

se denomina esplenectomía. Este procedimiento quirúrgico se realiza de manera muy

frecuente en casos de neoplasias, rupturas o torsiones; y es menos frecuente en casos de

abscesos, mastocitosis sistémica en gatos o esplenomegalia debido a linfoma o leucemia

(WSAVA, 2018). Se considera que esta práctica quirúrgica no afecta la vida de los animales

domésticos y que estos pueden vivir libres de molestias tras la esplenectomía (Konig, 2008).

La esplenectomía puede ser realizada de manera parcial o total, y esto depende la enfermedad

que presente el animal. También se hace uso de la técnica de laparoscopía, la cual ofrece

ventajas en cuanto a las complicaciones, hemorragias, dolor y recuperación; sin embargo, el

tiempo quirúrgico es mayor a comparación de las otras técnicas (Vilorio et al, 2001;

Finkelstein, 2012).

OBJETIVOS

Mediante el presente trabajo se busca explicar de manera detallada la técnica quirúrgica

utilizada para la realización de una esplenectomía parcial o total.

BASES ANATÓMICAS

El bazo es un órgano linfático de color rojo oscuro. La forma de este órgano en los caninos

y felinos es alargada y plana, similar a una lengua (Konig, 2008). Posee dos caras: visceral y

parietal. La cara visceral es importante ya que contiene a los vasos sanguíneos (Alexander,
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1989; Lipowitz et al, 1985; Nyland et al., 2002). La cara visceral del bazo contiene al hilio,

estructura por donde salen los vasos linfáticos y las venas que forman la vena esplénica, y es

también el lugar por donde ingresan las ramas de la arteria esplénica (Autran de Morais y

O’Brien, 2007).

El tamaño del bazo puede ser variable, y esto depende de factores como la raza y el tamaño

del animal; ya que, en perros grandes, el bazo presenta un mayor tamaño (Alexander, 1989;

Nyland et al., 2012).

El bazo se ubica en el cuadrante abdominal craneal izquierdo y presenta una posición

dorsoventral (Fig.1). Se localiza paralelo a la curvatura mayor del estómago y se encuentra

fijado a este a través del ligamento gastroesplénico (Fossum, 2009). Topográficamente, su

ubicación puede variar dependiendo si el estómago se encuentra vacío o lleno, o por el

tamaño de los otros órganos abdominales (Fossum, 2009; Finkelstein, 2012).

El bazo posee una cápsula de tejido conectivo que forma trabéculas hacia el interior y cuyos

espacios intermedios son ocupados por la pulpa blanca y la pulpa roja (Konig, 2008).

 Irrigación e inervación del bazo

El bazo es principalmente irrigado por la arteria esplénica, la cual es una rama que se

desprende de la arteria celíaca (Fig. 2). La arteria esplénica posee 3 a 5 ramas en su

recorrido por el epiplón mayor hacia el tercio ventral del bazo, la primera se encarga de

irrigar al páncreas, mientras que las otras dos se dirigen hacia el parénquima del bazo, y

se dividen en pequeñas arterias que forman las arterias trabeculares. Estas ramas viajan

luego por el ligamento gastroesplénico y la curvatura mayor del estómago, dando origen

a las arterias gástricas cortas y arteria gastroepiploica izquierda, esta última se

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anastomosa con la arteria gastroepiploica derecha. Las otras ramas se encargan de la

vascularización del ligamento esplenocólico y el epiplón mayor (Fossum, 2009).

Se considera que la sangre llega por medio de una circulación cerrada hacia los senos

venosos, los cuales desembocan hacia las venas trabeculares, que al atravesar el hilio dan

origen a la vena esplénica, para luego vaciar su contenido en la vena porta. También se

plantea que esta sangre podría ser vaciada directamente en la pulpa roja, a través de una

circulación abierta. El tipo de circulación (abierto o cerrado) va a depender de la demanda

de oxígeno del organismo del animal. Así, ante un estado de estrés, el bazo se contrae y

ocurre una circulación cerrada, aumentando la cantidad de eritrocitos en la sangre

periférica; mientras que, cuando está relajado, esta circulación es abierta (Alexander,

1989; Cepeda, 2005; Chapman, 1975; Fossum, 1999; Hosgood et al, 1989; Lipowitz et

al., 1985; Tillson, 2003).

El bazo se encuentra inervado por fibras autónomas parasimpáticas y simpáticas las

cuales se originan del plezo solar, siendo las fibras simpáticas las que permiten la

contracción de la musculatura lisa de las trabéculas y la cápsula para permitir el aumento

de los eritrocitos en la sangre (Konig, 2008; Fossum, 2009).

CAUSAS DE INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

 TORSIÓN ESPLÉNICA

Es una condición poco común, y se describe más frecuentemente en razas de perros

grandes o gigantes, tales como el Pastor alemán y el Dogo Alemán, siendo razas

predispuestas (Neath et al., 1997), y no parece haber predisposición de edad o género

(Fossum, 2009).

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Ocurre cuando el bazo rota sobre el pedículo esplénico. Inicialmente la vena se ocluye,

pero la arteria sigue permeable, por lo que habrá una esplenomegalia congestiva, debido

a una retención de sangre (Grauss y Rodríguez, 2007).

Su etiología no está clara, ya que puede ser como consecuencia de alteraciones congénitas

o lesiones traumáticas de los ligamentos que lo fijan a estructuras como el estómago

(ligamento gastroesplécnico) y al colon (ligamento esplenocólico) (Grauss y Rodríguez,

2007); sin embargo la causa más frecuente, es la dilatación vólvulo gástrica (Fossum,

2009).

La torsión esplénica primaria se da en las formas agudas y crónicas, sin embargo pueden

ser difíciles de diagnosticar debido a la inespecificidad de los signos clínicos y su

cronicidad o intermitencia (Niles y Williams, 2012).

La torsión esplénica aguda cursa con signos de molestia y dolor abdominal, sialorrea,

distensión abdominal, diarrea, hematuria, hemoglobinuria y rápidamente signos de shock

cardiovascular (Grauss y Rodríguez, 2007); los perros pueden presentar palidez de las

mucosas, tiempo de llenado capilar mayor a dos segundos, taquicardia, el bazo

aumentado por la congestión suele ser palpable. La torsión esplénica crónica cursa con

signos poco evidentes, los perros presentan letargia, depresión, anorexia, vómitos de

manera intermitente y diarreas (Niles y Williams, 2012).

o Diagnóstico

Hallazgos radiográficos como la reducción del detalle visceral, el cual está

asociado a un derrame peritoneal y desplazamiento del intestino delgado por un

aumento del tamaño del bazo. En ocasiones se puede observar un aumento del

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tamaño del órgano. Se puede sospechar de una torsión cuando la cabeza o el

cuerpo del bazo no se encuentran en su posición normal (Fossum, 2009). Además

se observará con múltiples focos de opacidad gas en el interior del parénquima

(enfisema esplénico), que se describe como patrón espumoso o bolsillos de gas

(Kladakis et al.), el origen de esta acumulación de gas no está clara aún, Gaschen

et al afirma que se debe al crecimiento de bacterias formadoras de gas en el

sistema portal, las cuales asciende por la circulación afectando al hígado y bazo,

bacterias tales como Clostridium spp. Debido a alteraciones de la pared intestinal,

sepsis intraabdominal y/o isquemia mesentérica. Sin embargo hay otros autores

que afirman que tiene un origen no infeccioso y que se debe a la infartación

esplénica secundaria, que se produce por la descomposición de la oxihemoglobina

o la liberación del dióxido de carbono de los reticulocitos del tejido necrótico que

ha sido sometido a metabolismo anaeróbico (Haller JM y Fabiani MH, 2013).

En los hallazgos ecográficos se evidencia una esplenomegalia que presenta áreas

difusas hipo o anecogénicas debido a los vasos sinusoides congestionados (Haller

y Fabiani, 2013; Jaeger et al., 2006; Patsikas et al., 2001). En el caso que exista

enfisema esplénico, se observarán zonas ecogénicas (Simeonova et al., 2007).

Siendo la ecografía una técnica no invasiva y precisa.

En la tomografía computarizada se observa una esplenomegalia, el pedículo

esplénico en forma de espiral y el bazo en forma de “C” en torsiones mayores a

180° (Simeonova et al., 2007).

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 INFARTO ESPLÉNICO

Ocurre como consecuencia de una torsión del pedículo esplénico, ya que un infarto sin

torsión esplénica es una condición poco descrita (Niles y Williams, 2012).

o Diagnóstico

En la ecografía, se hallaron trombosis de la vena esplénica, pérdida del flujo de

sangre a una sección del bazo, apariencia trabecular difusa en todo el bazo, o

aumento de tamaño e hipoecogenicidad del extremo ventral (Niles y Williams,

2012).

 HEMATOMA

Representa de 11 a 33% de las muestras esplénicas patológicas en perros y menos del 2%

en gatos. Al igual que el hemangiosarcoma esplénico, el hemoperitoneo y las arritmias

cardiacas se diagnostican regularmente en asociación con hematomas esplénicos. Entre

el 7 y el 27% de los casos de hemoperitoneo no traumático son secundarios a la ruptura

del hematoma esplénico, y se observan arritmias cardiacas en aproximadamente un tercio

de los casos diagnosticados de hematoma esplénico. No se distingue el hemangiosarcoma

esplénico y el hematoma generalmente por lo que se recomienda una esplenectomía

completa o total. El pronóstico sigue siendo mejor para los que presenten hematoma

esplénico que hemangiosarcoma.

 TRAUMA ESPLÉNICO

Se describen con poca frecuencia, puede resultar en un hematoma subcapsular. Un trauma

más grave puede dar lugar a laceraciones profundas del parénquima o lesiones por

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aplastamiento con hemorragias asociadas. Los traumas esplénicos pueden dar lugar a una

diseminación del tejido esplénico por toda la cavidad abdominal que traería como

consecuencia el desarrollo de una esplenosis, que se define como el autotransplante

heterotrópico de tejido esplénico, que a menudo se pueden encontrar estos tejidos de

manera casual durante una exploración abdominal (Niles y Williams, 2012).

 NEOPLASIAS ESPLÉNICAS

Es la causa más común para realizar una esplenectomía completa; los tumores pueden

surgir de los vasos sanguíneos, del músculo liso, tejido linfoide y del tejido conectivo

(Niles y Williams, 2012).

El tumor esplénico más común en los perros es el hemangiosarcoma que, según Weinsten

et al., 1989, representa el 80% de las malignidades esplénicas identificadas. En gatos, los

tumores descritos incluyen los linfosarcomas y el tumor de mastocitos, sin embargo los

hemangiosarcomas son raros (Niles y Williams, 2012).

 Hemangiosarcoma

Es un tumor altamente maligno, y se deriva de las células vasculares endoteliales, además

una de sus características es que es metastásica tempranamente y agresiva, teniendo un

pronóstico muy pobre, ya que después de una intervención quirúrgica su media de vida

es de 19 a 89 días, según MacEwen, 2001; si después de la intervención quirúrgica se le

añade la quimioterapia, se describe supervivencias de 141 días hasta 179 días (MacEwen,

2001). Puede llegar a metastatizar a hígado, omento o mesenterio (Grauss y Rodríguez,

2007).

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La raza más predispuesta es el Pastor Alemán, sin embargo razas como Golden Retriever,

Pointer, Bóxer, Labrador Retriever, Setter inglés, el gran danés, el Caniche, y el Husky

Siberiano, también son razas predispuestas (Brown et al., 1985). A menudo los perros

son diagnosticados con hemangiosarcoma esplénico luego de presentar signos clínicos

asociados a tumores rotos, siendo el hemoperitoneo no traumático la más probable de

origen esplénico (Niles y Williams, 2012). La edad media de aparición de este tumor en

perros es de 8 a 13 años y en gatos es de 8 a 10.5 años (Fossum, 2009).

o Diagnóstico

Se puede realizar radiografías para observar la presencia de este tumor, pero el

líquido abdominal puede dificultar su observación (Fossum, 2009).

La ecografía es una herramienta un poco más precisa que la radiografía cuando

se quiere localizar lesiones en el bazo y para detectar metástasis en órganos

abdominales, sin embargo la diferencia entre hematomas y lesiones neoplásicas

no suelen diferenciarse, para su diferenciación se puede utilizar la tomografía

computarizada (Fife et al., 2004). Incluso la resonancia magnética puede ser

también una prueba útil para diferenciar los hematomas y las neoplasias (Clifford

et al., 2004).

En los hallazgos hematológicos pueden presentarse leucocitosis neutrofílica,

incluso es posible hallar una anemia moderada o media asociada a enfermedad

crónica o hemoperitoneo; además es posible hallar glóbulos rojos nucleados (en

número excesivo para el grado de anemia), cuerpos de Howell-Jolly,

poiquilocitosis, esquistocitosis y trombocitopenia (Fossum, 2009).

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Se debe realizar una examinación histopatológica del tejido para diagnosticar de

forma definitiva el tumor o cualquier otro tipo de neoplasia, realizando una

biopsia excisional ya que se trata de una medida tanto diagnosticada como

terapéutica (Niles y Williams, 2012).

 HEMOPERITONEO

El diagnóstico diferencial incluye las neoplasias sangrantes tales como el

hemangiosarcoma o hepatoma, coagulopatías (rodenticidas) y traumas; sin embargo otras

enfermedades como la dilatación vóluvlo gástrica, torsión esplénica, torsión del lóbulo

hepático (Niles y Williams, 2012). Los pacientes con esta enfermedad presentan palidez

de membranas mucosas, aumento del tiempo de llenado capilar, letargia severa, abdomen

distendido, taquicardia, etc.

o Diagnóstico

En la exploración física se evidencia gran cantidad de fluido a nivel abdominal,

en este caso se realiza una abdominocentesis. En la citología se observarán

eritrocitos, sin embargo, en determinados casos se pueden apreciar células

neoplásicas (Niles y Williams, 2012). Si la abdominocentesis resulta negativo, el

siguiente paso será realizar un lavado peritoneal diagnóstico (LPD) lo que nos

permitirá saber con mayor precisión el contenido del fluido sanguinolento en la

cavidad abdominal (Niles y Williams, 2012).

En la hematología va a depender del estado de deshidratación del paciente,

enfermedades subyacentes y tiempo desde el inicio de la hemorragia. Por

ejemplo, en un paciente con deshidratación se observará un aumento del volumen

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celular (PVC) y de las proteínas totales debido a la hemoconcentración; un

paciente con deshidratación y hemorragia presentará un PVC normal; sin

embargo en un paciente con alguna enfermedad subyacente persistente puede

contribuir a una enfermedad inflamatoria crónica, por lo que un PVC resultará

difícil de interpretar. Las catecolaminas liberadas por el animal provocarán una

contracción esplénica, lo que provocará una liberación de células rojas para

mantener el PVC normal, durante una hemorragia aguda (Niles y Williams,

2012).

En el diagnóstico por imágenes se puede realizar radiografías, pero en la presencia

del líquido abdominal puede reducirse el detalle. Sin embargo la ecografía puede

dar un diagnóstico más útil en caso de hemoperitoneo, además esta técnica se

puede utilizar para guiar una aguja y realizar la abdomincentesis (Niles y

Williams, 2012).

TÉCNICAS QUIRÚRGICAS

 ESPLECNOTOMÍA PARCIAL

La esplenectomía parcial está indicada en animales con lesiones traumáticas o localizadas

para preservar la función del órgano (Fossum, 2003). Es factible resecar una porción de

bazo con el objeto de obtener una muestra para biopsia o para tratar un traumatismo o un

absceso esplénico localizado (Bojrad, 1993).

Se define el área del bazo que debe extirparse y se hace una doble ligadura e incida los

vasos hiliares que vascularizan el área. Se observa cómo se desarrolla la isquemia y se

utiliza esta extensión como guía para la resección. Se procede a apretar el tejido esplénico

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en esta línea con el pulgar y el dedo corazón y se ordeña la pulpa hacia el área isquémica.

Se coloca unas pinzas en la posición aplanada y divida el bazo entre las pinzas (Fossum,

2002). Sobre el tejido que se preservará se debe emplear una pinza atraumática (una pinza

vascular grande recta o intestinal de Doyen): en la porción de tejido por eliminar se

utilizan pinzas traumáticas (Bojrad, 1993). Cierre la superficie de corte adyacente a las

pinzas con una sutura continua con material reabsorbible (3-0 o 4-0). Como alternativa,

se coloca dos líneas de sutura de colchonero en modo continuo, solapadas, en la línea de

demarcación. Si continúa la hemorragia, volver a suturar el margen del bazo con una

sutura continua con material reabsorbible (Fossum, 2002). Se examina si existe alguna

hemorragia para finalmente acomodar el bazo en su posición y se procede a cerrar el

abdomen.

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 ESPLECNOTOMÍA TOTAL

Este procedimiento se realiza principalmente en animales con neoplasias, torsión (de

estómago o de bazo) o traumatismos graves que producen hemorragias potencialmente

mortales y que no pueden controlarse. En el pasado se abogaba por la esplenectomía en

casos de patologías inmunomediadas que no respondían al tratamiento (p. ej.,

trombocitopenia o anemia hemolítica); el uso de fármacos inmunosupresores y

corticosteroides ha reducido la necesidad de esplenectomías (Fossum, 2002).

La esplenectomía se realiza por lo general a través de una laparatomía por la línea media

ventral. La incisión debe tener la longitud suficiente como para permitir que se exteriorice

al órgano con facilidad desde el abdomen.

Los vasos se ligan lo más cerca posible del hilio, para prevenir el daño de la arteria

gastroepiplóica izquierda y de los vasos gástricos cortos que se dirigen hacia la curvatura

mayor del estómago, o a las ramas que cursan hacia el lóbulo izquierdo del páncreas. La

ligadura de los vasos durante la esplenectomía se puede realizar por medio de hilos, clips

metálicos o equipos automáticos (Bojrad, 1993). Tras la exploración del abdomen, se

exterioriza el bazo y se coloca esponjas de laparatomía humedecidas o compresas de

laparatomía alrededor de la incisión por debajo del bazo (Fossum, 2002).

Luego se procede al corte de las conexiones vasculares y del ligamento esplénico, para

separar al bazo. Una vez finalizada la esplenectomía se procede a un examen completo

del abdomen. Cuando esta cirugía se practica por una enfermedad neoplásica, se debe

prestar atención al control del hígado y de los ganglios, y deben obtenerse muestras para

biopsia si estas estructuras parecen ser normales. Es necesario examinar el páncreas y el

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estómago para asegurarse de que ni estos ni sus vasos han sido dañados durante la

intervención. El lavado de la cavidad con solución salina estéril u otra solución salina

balanceada ayudará a eliminar los coágulos sanguíneos y mejorar la visualización del

pedículo esplénico (Bojrad, 1993).

CUIDADOS Y EVALUACIÓN POSTOPERATORIA

Después de una biopsia esplénica o una esplenectomía parcial o total, el animal debe ser

observado durante 24 horas por si se produjesen hemorragias. La aparición de estas

hemorragias, principalmente en la técnica parcial, puede indicar fallos en la técnica

quirúrgica o CID que puede asociarse a lesiones neoplásicas o torsiones en el bazo. El

hematocrito debe evaluarse cada pocas horas junto con la temperatura, el pulso y la

respiración hasta que el animal se estabilice. A los pacientes anémicos debe administrárseles

oxígeno. Se administran analgésicos como opioides y aines para el manejo del dolor

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postquirúrgico. La administración de fluido terapia debe ser hasta que el animal este

hidratado y los desbalances electrolíticos y acido-base estén corregidos. Es importante la

antibioticoterapia en el postoperatorio ya que esto ayudará al control de infecciones tanto de

la herida o a nivel sistémico, se usan antibióticos de amplio espectro como la amoxicilina en

combinación con clavulanato. El animal una vez en casa deben colocarle un collar isabelino

para que no se saqué los puntos de la sutura y además los dueños deben reducir drásticamente

la cantidad de ejercicio de la mascota (Fossum , 2008; Finkelstein , 2012).

En caso de pacientes que se les detecte CID postoperatorio se administra Heparina cada 8

horas vía subcutánea y junto con un tratamiento de fluidos agresivo y oxígeno. En pacientes

que el motivo de su esplenectomía hayan sido neoplasias generalmente células cancerígenas

hacen metástasis por lo que debe ir acompañada de una quimioterapia postquirúrgica como

con el uso de la doxorrubicina y otro protocolo a criterio del veterinario , esto le aumenta el

tiempo de supervivencia en 6-8 meses( Archila y Molina, 2013 ; Vets Affinity , 2004).

COMPLICACIONES POSTQUIRÚRGICAS

 Hemorragias

La complicación más común de una cirugía esplénica es la hemorragia. La hemorragia

supone un problema más en el caso de biopsias o esplenectomías parciales. Para evitar

que se presente esta complicación, es necesario asegurar que se haya producido una

correcta hemostasia antes de realizar el cierre de la cavidad abdominal y que los

corchetes o clips utilizados estén bien aplicados para evitar que se suelten, Si es

necesario, se deben aplicar suturas adicionales (Fossum, 2008; Finkelstein , 2012).

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 Daños a estructuras adyacentes

En una cirugía del bazo hay órganos cercanos que pueden sufrir una lesión involuntaria.

Los dos más frecuentemente son el páncreas y el estómago donde puede haber

traumatismo o perforación. (Ellison y Fabri, 1983)

 Pancreatitis isquémica

Se debe al bloqueo accidental de los vasos que irrigan la porción izquierda del páncreas

ya que, como se menciona previamente, algunas ramas de la arteria esplénica irrigan ese

órgano. A veces es necesario extraer una porción del páncreas afectado ( Finkelstein ,

2012)

 Arritmias ventriculares

Existen casos en los que se presentan arritmias ventriculares luego de la cirugía, ya sea

asociado a torsiones o a masas esplénicas y se prefiere la utilización de métodos

electrocardiográficos continuos para lograr un diagnóstico más certero. La incidencia de

taquicardia ventricular rápida fue significativamente mayor en perros con ruptura

esplénica que en perros sin rotura. Una ruptura de la masa esplénica causa pérdida de

sangre en el abdomen que, si es lo suficientemente grave, puede provocar hipovolemia,

hipotensión, periodos de colapso, y shock. (Finkelstein, 2012; Marino et al., 1994)

 Necrosis isquémica del estómago

Se debe al bloqueo accidental de los vasos que irrigan la porción de la curvatura mayor

cercana al bazo, esta isquemia causará muerte de las células que de la mucosa causando

ulceras y necrosis del tejido.

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 Abscesos subfrénicos

El espacio subfrénico se define como la zona situada debajo del diafragma y encima del

colon transverso. La mayoría de los abscesos subfrénicos se deben a contaminación

directa relacionada con la cirugía, enfermedad local o traumatismo de órganos adyacentes

como estómago, páncreas o intestino, pero persisten aún los de causa no definida o

desconocida. Pacientes con una enfermedad maligna y esplenectomía incidental parece

tener una mayor incidencia de abscesos que aquellos con condiciones benignas. (Álvarez

et al, 2013; Ellison y fabri ,1983)

EFECTOS POST-ESPLENECTOMÍA

Dentro de los efectos de la esplenectomía, se describe que aquellos pacientes a los que se les

extrae el bazo quedan más predispuestos y tienen mayores posibilidades de sufrir infecciones,

como por ejemplo bacterias del género Staphilococcus spp., Streptococcus spp. ,

Pseudomonas spp. , considerando los roles que tiene el bazo como filtrar bacterias de la

sangre, la fagocitosis de elementos extraños ya que este órgano posee el 25% de la capacidad

fagocítica del cuerpo, hemocatéresis de glóbulos rojos y la generación de respuesta inmune

celular mediante los linfocitos T y linfocitos B(producción de anticuerpos). Algunos autores

mencionan que esta predisposición no existe y que sólo se da en animales previamente

inmunodeprimidos (Finkelstein , 2012 ; Eibl , 1985).También Tras la esplenectomía puede

emerger infecciones subclínicas previas con hemoparasitos como por Babesia canis ,

Ehrlichia canis , Mycoplasma haemocanis, Rickettsia rickettsi, etc. (Fossum, 2008).

Se espera que al retirarse un órgano hematopoyético y hemocateretico haya cambios en la

hematología del animal. Dentro de los cambios esta la trombocitosis, esto se da porque el

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bazo es un punto importante de destrucción de las plaquetas. El hematocrito disminuye

después de la cirugía pero La regeneración de eritrocitos, valores de hemoglobina y

hematocrito se regeneran aproximadamente dentro de 2 a 3 semanas .LA esplenectomía trae

la aparición de leptocitos que son hematiés maduros con un área en la que se concentra una

mayor cantidad de hemoglobina en una zona central clara y también se produce una

reticulocitosis por una manifestación de aumento de Eritropoyesis, regeneración más rápida

de la pérdida de sangre y mayores alteraciones en la relación mieloide-eritroide de la médula

ósea esperado en animales esplenectomizados.(Lorber , 1958).

El bazo también puede interferir con el cambio metabólico lipídico del hígado debido a la

disminución de la peroxidación lipídica después de la esplenectomía puede inhibir la

capacidad de respuesta de Células de Kupffer , provocando así dislipidemia ya que estas

células hígado para la eliminación o reciclaje de lípidos. Esto causa aumentos de niveles de

LDL que pueden llegar a formar problemas de ateroesclerosis. Por lo tanto, está justificado

especular que, la ausencia del bazo aparentemente determina la aparición de ateroesclerosis

lo que indica efectos esplénicos protectores. (Ai, Ho, Han, Lu, Yue y Yang; 2018). Los

procesos que cumple el bazo puede ser compensados por otros órganos en estos procesos está

el aumento de eritropoyesis por parte de la medula ósea y la maduración de linfocitos B que

también puede ocurrir fuera del bazo y ser totalmente inmunocompetentes pero en caso de

los plasmocitos productores de IgM tendrán una diferenciación menos eficiente en los otro

órganos con respecto al bazo (Rozing et al., 1977).

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FIGURAS

Figura 1. Topografía del bazo (Fuente: Google images)

Figura 2. Irrigación arterial del bazo (Fuente: WSAVA, 2018)

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