Edi Matematica
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Edi Matematica
- Cálculo aritmético.
- Aprendizaje mecánico como la memorización de horarios o números.
- Los trabajos escritos.
- La coordinación motriz fina.
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En este momento no es posible responder a este cuestionamiento, sino que acotar que
se han descrito una serie de déficits en relación con las dificultades de aprendizaje de
las matemáticas y que «supuestamente» serían consecuencia de los mismos.
En cambio, cuando observamos dos bolitas, una verde y una amarilla, nos damos cuenta
que son diferentes, esta diferenciación que establecemos es un ejemplo de
conocimiento lógico - matemático. Las bolitas son totalmente observables, pero la
diferencia entre ellas no se expresa en una relación creada mentalmente por el sujeto,
que vincula a los objetos. Por lo tanto, depende de él mismo.
Desde un punto de vista las dos bolitas son diferentes, y desde otro punto de vista son
parecidas. Si quieren establecer o comparar el peso es probable que digan que son «lo
mismo» (en peso). En cambio, si quiere establecerlos desde un punto de vista numérico,
dirá que son «dos». Las bolitas son observables, pero el «ser dos» no lo es.
Los niños a través del lenguaje, reconstruyen en relato sus acciones realizadas anterior-
mente; esto tiene como consecuencia la interiorización de la palabra, es decir, la
actividad mental interna.
Los niños a partir de los 7 - 8 años, comienzan a desarrollar el proceso de reflexión, ellos
piensan antes de actuar. La reflexión es una conducta social de discusión. Hacia esta
edad se construyen una serie de sistema de conjuntos que transforman las intuiciones
en operaciones en todas sus formas.
En esta etapa los niños logran razonar sobre objetos, preposiciones, hipótesis o
realidades; ya pueden tomar una decisión de muchas posibilidades que se les
presentan.
Alrededor de los once - doce años las operaciones lógicas empiezan a ser cambiadas
desde las manipulaciones concretas al plano de las ideas expresadas con un lenguaje
simple, símbolos matemáticos. En tanto el hombre está en constante reajuste y
equilibrio. Considerándose como un progreso de la estructura mental.
REFLEXIONEMOS
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¿Los alumnos participan activamente en las actividades de manipulación?
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¿Los programas de estudio permiten desarrollar en los alumnos las nociones lógico -
matemática?
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Piaget, señala que en la base del número; hay nociones lógico - matemáticas,
conceptos que son previos y que se deben desarrollar, para comprender el lenguaje
matemático, para resolver posteriormente las operaciones matemáticas. Estas
competencias son necesarias y se requieren para adquirir entonces competencias de
mayor complejidad.
Clasificación: El niño puede organizar el mundo que lo circunda ordenando los objetos
de acuerdo a sus semejanzas y diferencias. Por lo tanto, es la agrupación de objetos
según un criterio determinado. Esta clasificación se puede comenzar a realizar con
elementos concretos, seres y objetos que rodean al niño (personas, juguetes, ropa,
animales, plantas) y se basan en características como: color, tamaño, espesor,
utilidad, etc.
Seriación: Es la ordenación sistemática de las diferencias de un conjunto de elementos,
de acuerdo a una o más propiedades, tales como tamaño, peso, grosor o superficie. La
intervención del orden, de la serie, permite distinguir cada elemento del que precede
o le sigue. Esta relación permite la formación del concepto ordinal (primero, segundo).
Correspondencia uno a uno: Es la forma más directa de comprobar que dos conjuntos
tienen la misma cantidad de elementos. Esta relación interviene en la formación del
concepto de número cardinal (número de elementos de un conjunto), básico para la
comprensión de la adición.
· En las operaciones
- Directas: - suma - multiplicación
- Indirectas: - resta En - división
· los problemas:
- Comprensión del texto - Resolución
· En Geometría
- Medidas - Sistemas de unidades:
(longitud, superficie,
volumen).
El Dr. Jacob Feldman, propone otra clasificación, que es muy operacional y de gran
ayuda para enfrentar signos de alarma. Según este investigador las manifestaciones
son:
- Fallas en el pensamiento operatorio. Las nociones básicas se encuentran alteradas:
nivel de clasificación, conservación y relación.
- Incapacidad para acceder a la operatoria numérica.
- Fallas espaciales que se manifiestan en la escritura de números invertidos y en
errores para columnar.
- Fallas de atención y memoria, en retención y recuperación de información.
En tanto María Fernández, muestra cuatro tipos de dificultades que se asocian a los
trastornos de cálculo. La autora señala que existen niños con problemas a nivel
intelectual, presentándose de la siguiente manera:
5.1 DISCALCULIA
5.2 ACALCULIA
Es un trastorno relacionado con la aritmética adquirido tras una lesión cerebral, luego
de haber consolidado y desarrollado esas habilidades. Lo que denomina Benton cómo
«déficits con las operaciones numéricas», se distinguen de dos formas:
CONCEPTOS
MB Muy Bueno
B Bueno
R Regular
CD Con dificultad
CONDUCTAS MB B R CD
Esta pauta es flexible y permite que usted pueda ingresar otras conductas que cree son
necesarias de observar y le arrojan datos importantes de sus alumnos frente a la
asignatura.
· Prueba de Precálculo.
Las autoras de esta prueba son: Eva Milicic, Sandra Schmidt. Está diseñada para niños
de 4 a 7 años, de aplicación individual o colectiva en grupos de 3 a 10 niños. Su duración
es de tiempo ilimitado.
Esta prueba permite a los docentes evaluar el desarrollo del razonamiento matemático
antes de que el menor sea sometido a la enseñanza formal de las matemáticas; la prueba
está compuesta por diez subtests: conceptos básicos; percepción visual;
correspondencia término a término; números ordinales; reproducción de figuras,
números y secuencias; reconocimiento de figuras geométricas; reconocimiento y
reproducción de números; cardinalidad; solución de problemas aritméticos y
conservación.
Pruebas de Seriación
Pruebas de Conservación
Pruebas de Clasificación
- Prueba de Construcción de una clase con uno y dos atributos, explora nivel de
desarrollo en la construcción de una clase según uno o dos atributos.
- Prueba de uso de los cuantificadores «todos» y «algunos», explora el nivel de
dominios los cuantificadores todos y algunos.
- Prueba de intersección simple, explora el nivel de clasificación multiplicativa:
clasificación de un objeto considerando dos criterios de formas simultánea /
forma / color.
- Prueba de Cuantificación de la inclusión de clases, explora el razonamiento lógico
alcanzado por el alumno frente a un problema de cuantificación de la inclusión de
clases.
- Prueba de cuantificación múltiple, explora el nivel de clasificación de un
conjunto de elementos que podrían clasificarse según forma - tamaño - color.
Esta prueba fue diseñada por Benton y Luria y adaptado por Mariana Chadwick y Mónica
Fuentes. Tiene como finalidad evaluar la capacidad del niño para comprender los
números presentados en forma oral y escrita, la habilidad del niño para el cálculo oral
y escrito. La capacidad para el razonamiento matemático, esto se evalúa en un test de
resolución de problemas.
· Prueba de Comportamiento Matemático
Con esta evaluación se persigue evaluar elementos del lenguaje cuantitativo. Toma en
cuenta diferentes niveles de razonamiento, habilidades y competencias matemáticas:
manejo de símbolos numéricos, operacionalización y utilización del cálculo para la
resolución de problemas.
El método Decroly está fundamentado sobre el interés natural del niño hacia el mundo
que lo rodea. La enseñanza está centrada alrededor de ciertos aspectos de la vida que
atraen la atención del niño y le motivan: los centros de interés.
A través de los juegos sensoriales intenta que el niño relacione las cosas, las palabras,
las ideas, es decir, que llegue a tener una representación mental. Esto es muy
importante para la adquisición de número, que según Decroly exige los siguientes
pasos:
- Caja de sorpresa.
- Juegos de clasificación: frutos, objetos pequeños, objetos idénticos, etc.
- Juegos de agrupamiento: tiras de abrochar, los niños, los juguetes.
- Juegos de análisis: primer juego de análisis, las tiras.
- Juego de cifras.
- Descomposición por suma.
- Dominós.
- Pies y patas.
- El reparto.
- La moneda.
Este sistema está basado en los principios que rigen la pedagogía de María Montessori.
Considera que el niño en sus diversas fases evolutivas pasa por momentos de una
sensibilidad especial que deben ser aprovechados, pues es cuando está en mejores
condiciones para desarrollar sus potencialidades, tanto en el aspecto sensorial como en
el motriz, con el consiguiente beneficio para el desarrollo intelectual. Los alumnos
pueden aprovechar estos momentos si se encuentran en un ambiente favorable que le
estimule.
Los juegos son aplicables a la enseñanza de las matemáticas; de los conceptos trata de
comparar formas, tamaños, juegos de encaje, etc. Pero junto a éste, hay un material
más específico, que es el siguiente:
- Sistema de diez bastones prasmáticos de sección cuadrada de 4 cm. de lado, el
primero de los cuales tiene 10 cm. de largo (representa la unidad). El resto aumenta
sucesivamente de 10 en 10 cm. hasta el último bastón que alcanza 1 metro. El
bastón unidad es de un solo color. Los restantes varían alternativamente de color
cada 10 cm.
- Sistema de pequeños husos, todos iguales entre sí atados entre grupo con una cinta
y de grosor variable. Deben clasificarse en dos cajas divididas cada una
en cinco compartimentos, numerados del 0 al 4 y de 5 al 9.
- Diez carteles con las cifras escritas y 45 objetos pequeños iguales.
- Perlas de color - sueltas, enfiladas de 10 en 10; cuadrados de perlas 10 por 10
formando un solo objeto; un cubo de perlas, (mil).
- Carteles con cifras, de tamaño creciente de acuerdo con la jerarquía de los
números.
- Ábacos.
Tanto estos métodos, como otros que no se han mencionado, tienen aspectos positivos,
a la hora de crear un material atractivo para los niños. No importa si al momento de
optar el docente utilice un método u otro, lo importante es que en todo momento
sepa adaptarse al momento evolutivo de los niños y presenten los conceptos que debe
enseñar de forma clara, comprensible y graduada.
A veces puede ser necesaria la búsqueda o creación de material, por parte de los
alumnos, lo que facilita el proceso de aprendizaje, puesto que en matemáticas es
básica la creatividad y la participación activa, tanto del profesor como de los alumnos
y así evitar caer en la rutina y monotonía de una enseñanza mecánica.
8. ESTRATEGIAS DE AYUDA PARA ENFRENTAR LAS
DIFICULTADES EN MATEMÁTICA
Para seleccionar las estrategias adecuadas de recuperación hay que partir por un
diagnóstico completo de los alumnos. Las posibilidades de recuperación no dependen
exclusiva- mente del intelectual de los niños, sino también de su bagaje psico-social,
interés del alumno en recuperarse, ambiente socio - cultural, desarrollo del lenguaje.
Una vez conocidas estas condicionantes, se debe llevar a cabo el plan de estrategias,
que van en atención del individuo, pero en un ambiente colectivo. Hay estrategias que
permitirán superar dificultades de un grupo - curso o bien de algunos alumnos;
dependiendo esto de las necesidades y competencias de los educandos.
El objetivo que se persigue al realizar ejercicios con niños de prebásica y primer ciclo
fundamentalmente, es lograr que comprendan las nociones de conservación y
correspondencia.
- Con arcilla o plasticina hacer bolitas iguales, luego modificar la forma de una de
ellas y preguntas ¿hay la misma cantidad? ¿es ahora más pequeña?
- Echar agua o arena coloreadas en dos recipientes iguales ¿hay la misma cantidad en
cada uno?
- Pasar el contenido de uno de ellos a otro recipiente más alto o más ancho. ¿Y ahora
hay la misma cantidad en los dos? ¿Te parece que hay más en uno que en otro? ¿Por
qué?
- Volver el contenido al recipiente anterior y hacerle ver que sigue siendo la misma
cantidad.
Noción de Correspondencia.
· Con la caja de botones de Decroly: este es un juego por cantidades. Consta en una
caja que encierra 4 subdivisiones, en la parte superior está escrito 1,2,3,4,5,6
botones; por otro lado hay 36 tiras de cordones, 6 de cada cantidad; el niño debe
colocar la tira en el casillero correspondiente.
6 1 2
1 4 4
1 2 3
2 6
· Crucinúmero: La idea es escribir los números que se encuentran escritos en
columnas horizontales y verticales.
- Se requiere una hoja cuadriculada y regla.
A B C D E F G H I J
1 2 8 8 4 0 7 8 9
2 3
3 4
4 5
5
6 1
7 2
8 3
9 4
10 5
HORIZONTALES VERTICALES
6 2 6 6 7
4 3 4 8 2
3 6 5 4 4
8 8 3 3 8
2 5 2 3 1
8 8 3 4 2
2 3 2 4 2
4 2 2 2 3
3 + 5 = 8 =1
8 8 8
2 + 5 + 2 = 9= 3
3 3 3 3
· Con este mismo material puedes jugar a restar fracciones y también a realizar
operaciones combinadas.
El objetivo es buscar más de un camino para resolver un ejercicio. Lograr que los niños usen
diferentes mecanismos para llegar a la misma respuesta o resultado.
Ejercicio 1:
479 479
- 235 + 764
244 1243
+ 1
244
235
9-2=7 9- 3 = 6 9-5 =4
764
Ejercicio 2:
2578 2578
-1756 + 8243
822 10821
+ 1
822
Ejercicio 3:
94364 94364
- 76646 + 23353
17718 117717
+ 1
17718
Ejercicio 4:
64298 64298
- 27890 +72109
36408 136407
+ _ 1
17718
Ejemplo:
2 4 8 x
248 x 26
1488 0 0 1
496 4 8 6 2
6448 1 2 4 6
2 4 8
6 4 4 8
Ahora le invitamos a completar el siguiente ejercicio:
4788 x 526 4 7 8 8 x
28728
9776 3 5
23940 5
36594 0 2
8
4
6
8
Resuelva el siguiente ejercicio para que compruebe lo entretenido que puede ser
multiplicar desde cualquier número.
78965 x 675 7 8 9 6 5 x
5
9. LAS DIFICULTADES DE LAS OPERACIONES BÁSICAS
Se llega a la realización de una operación de cálculo –en la vida real- después de unos
ciertos pasos, porque nadie en su sano juicio se dedica a hacer cuentas para pasar el
tiempo. Se llega a realizar una operación de cálculo cuando se está en una situación
real, que requiere que se lleve a cabo una transformación determinada (calcular el costo
de diversos productos, repartir, calcular un beneficio o una pérdida, etc.), que la
situación, por los datos que presenta, es susceptible de ser sometida a modelos
matemáticos, y que la solución a la que se llega con esos modelos matemáticos es
plenamente aplicable a la situación de cálculo.
En la escuela se obvia todo esto la mayor parte de las veces. Los niños hacen “cuentas”
(que no operaciones) porque se las ponen, de manera descontextualizada, fragmentando
los datos unitarios de que constan (no suman 45 y 84, sino 4 y 5, primero, y 8 y 4
después), y sin saber de dónde viene ese cálculo ni a dónde va. No es raro presumir, por
todo lo anterior, que el niño vea el cálculo como algo ajeno, con poca relación con sus
propias experiencias (él resuelve los problemas de cálculo de su vida diaria con otras
estrategias y de otro modo) y, finalmente, como un conjunto de normas sin sentido que
se ve obligado a memorizar.
“Las actuales prácticas escolares parecen dirigidas a conseguir que el alumno alcance el
más mínimo sentido del número, de la cantidad, de las relaciones entre ellos. En
efecto, el número y la cantidad que expresa se estudian siempre, desde el principio, en
su más absoluta abstracción, en su cara más simbólica, sin conexión alguna con la
realidad. En lugar de que las nociones numéricas aparezcan como consecuencia de las
manipulaciones y contrastaciones que los niños ejecuten con los objetos o con su
medida, se estudian éstas sin ningún tipo de referencias. Si acaso, se habla de decenas,
centenas, etc. El aprendizaje de las operaciones viene a agravar el problema. Las tablas
se aprenden de memoria, también de modo areferencial, y se practica un único modelo
algorítmico, que exige una fragmentación automática y máxima del número. Así, el
alumno nunca experimenta qué ocurre cuando se suman mil y pico con tres mil y pico,
sino que realiza una combinación de números siempre inferiores a diez, que coloca en su
lugar adecuado siempre y cuando haya alcanzado a memorizar las instrucciones,
también areferenciadas, que ha ido recibiendo.
1Martínez Montero, J. (2000). “Las prácticas escolares en la enseñanza de las matemáticas. Aspectos a tener
en cuenta en la intervención psicopedagógica”. Comunicación presentada al IX Congreso de Infancia y la
Adolescencia “Infad 2000”.
repartido, en una adición de números naturales la suma es menor que alguno de los
sumandos, etc.”.
El primer consejo que hay que dar al maestro es que vaya a enfrentar a los problemas de
aprendizaje de las operaciones es que le dé sentido a lo que hace el alumno, que se
planteen dentro de situaciones con significado para él, que la operación que realice
venga a satisfacer una necesidad o a resolver un interrogante. Las sucesivas operaciones
deben ser cambios de datos en el contexto de una situación vivida y comprendida por el
niño.
Por ejemplo, la operación de sustracción 500-125 puede originarse, en la vida real, como
una situación de compra. El niño parte de una situación plenamente emocional y
cargada de sentido. Su madre, o un familiar, le ha dado dinero y va a la pastelería a
comprarse un pastel. Allí se representa todas las posibilidades, lo que puede y le
apetece comprar y lo que no, hace cálculos aproximados con la cabeza, estima lo que le
sobra con respecto al dinero que lleva, etc. El niño se decide por un pastel de 125
pesetas. Paga, recibe el vuelto y se marcha saboreando el rosco dulce que se la
comprado.
¿En qué se convierte aritméticamente lo anterior? Al menos tenemos que estimar cuatro
pasos:
El niño no hace tantas cuentas al día como para que sea imposible crear tantas
situaciones ad-hoc en las que se puedan contextualizar los cálculos. A veces, una misma
situación puede bastar para un conjunto muy amplio de cuentas. En el ejemplo anterior,
basta con ir variando los datos correspondientes al precio del pastel y al dinero que lleva
el niño para sustentar, con significado, ocho o diez sustracciones.
El primer problema es que los datos se suelen ofrecer a los alumnos en sistema decimal,
plegados sobre sí mismos y ocultando una gran cantidad de información. En la figura 1 se
puede entender algo de lo que se quiere decir. No es lo mismo sumar los números
expresados en su total despliegue que en su forma canónica, como no es lo mismo sumar
1.828 euros y 4.356 con dinero real (o simulado) o con los números.
Con lo anterior queremos decir que todas las cuentas, y en todos los momentos, tengan
que plantearse con los datos expendidos. Pero sí que se ha de empezar por ahí y que las
cuentas expresadas en forma canónica (1.828 + 4.356=) son un buen punto de llegada,
pero no de partida. Esto último es especialmente verdad cuando se trata de niños que
tienen problemas.
M C D U
6 5 3 1 5
1 5 M C D U
0 3 1 3 0
Sin más, se puede apreciar que el niño sabe qué está repartiendo en cada momento,
dónde debe colocar lo repartido y de dónde debe sustraer. Cuando no tenga número
suficiente para repartir (como pasa en la cifra de las decenas en el ejemplo que estamos
siguiendo), sabe que tienen que poner cero y que tiene que “cambiar” las 3 decenas y
convertirlas en unidades para poder seguir operando. Nótese además, para los amantes a
ultranza del algoritmo clásico o de toda la vida, que aquí se emplea este tipo de apoyo
sin reforzar la cuenta a ningún tipo de transformación. En el capítulo dedicado a la
división podremos ir más allá.
Se trata de una peculiaridad que se debe, en gran medida, a los sistemas de registro de
nuestros cálculos: los sumandos, los factores, el minuendo y el sustraendo, no se
consumen. Como se escriben con bolígrafo (o aparecen impresos), la realización de los
mismos no supone ninguna transformación. Si lo hace el dividendo, aunque el alumno no
se da cuenta de nada de ello. Si en la realidad las cosas ocurrieran como en el mundo de
las cuentas, 9 y 5 serían 28 y si a 19 le quitáramos 5 quedarían 14, pero seguiría
habiendo 19.
6 8 7 5 6 2 3
2 2 7 2 9 8 9
2 0 5
2 1 6
9
9.3 LA DISPOSICIÓN DE LOS RESULTADOS. OTRA DIFICULTAD INATENDIDA
No es indistinta la forma de disponer los resultados en las cuentas que los niños realizan.
Presentan problemas muy similares a los que hemos apuntado en el apartado anterior, y
de signo bastante diferente en las operaciones de estructura auditiva (adición y
sustracción) respecto a las de estructura multiplicativa (multiplicación y división).
Cuando hablamos de resultados nos referimos, como es lógico, a la suma total en la
adición, a la diferencia en la sustracción, a los productos parciales y al producto total en
la multiplicación, y al cociente en la división.
Debemos comenzar este apartado señalando, si ningún tipo de dudas, que los alumnos
deben dominar las tablas. Esto les da seguridad y rapidez, y buena parte del esfuerzo
del maestro debe ir en la dirección de que el alumno consolide este aprendizaje.
Pero decir lo anterior apenas es decir nada. Por ello, y para una mayor precisión, es
conveniente expresar qué no se quiere decir cuando se afirma, por nuestra parte, que
el niño debe dominar las tablas. Cuando afirmamos esto, no pensamos en la
memorización sin sentido y repetitiva de los productos o sumas, en las aburridas
cantinelas que persiguen que el niño se aprenda las tablas como si fuesen las
jaculatorias de las letanías de antaño. SI se nos permite una metáfora, diremos que, hoy
día, a la hora de afirmar que se debe lavar la ropa, no se piensa en hacerlo en una
artesa o en la orilla del río, a base de fuerza y frotamiento por parte de manos y brazos
humanos. Lo mismo se ha de pensar a la hora de referirnos a la tabla: algo más llevadero
y fácil que la anterior metodología orillará muchas dificultades y permitirá un mejor
rendimiento.
Muchos maestros postulan que los niños tienen que memorizar, a base de repeticiones
(tantas como hagan falta), todas y cada una de las combinaciones básica de que consta
la tabla. Graba en su cabeza cada combinación y su resultado (por ejemplo, 8 x 3= 24),
de manera tal que cuando le preguntan por la combinación (8 x 3) él no tiene dificultad
en decir el resultado. Los niños llenan una tabla mental, en la que, por cierto, nadie se
ha planteado si se tienen que aprender también las combinaciones. La forma de
memorización es la repetición, el “machaqueo”, hasta que se responde
automáticamente al estímulo.
Sin embargo, muchas experiencias llevadas a cabo hablan de mejores resultados cuando
se sigue una línea más cognitiva, que se aprovecha de la capacidad que tiene el cerebro
humano de dar significados y de relacionar y conectar. Si utilizamos como modelo una
red, el modelo de aprendizaje del párrafo anterior haría hincapié, únicamente, en los
nudos de la red, aislados de las cuerdas que los hacen posibles y los conectan a otros
nudos. Un modelo más cognitivo da importancia a los nudos, pero también a las
múltiples conexiones que se dan entre ellos, y que permiten pasar de uno a otro.
El aprendizaje de los hechos básicos debe expandirse hasta llegar a los límites del
tamaño de los números que el niño conoce.
Por ejemplo, si el niño maneja números hasta el cien mil, debe saber que dos por tres
son seis, pero también todas las combinaciones posibles seguidas de los ceros que
permitan moverse en el universo numérico en que se maneja el niño. La figura 7 muestra
alguna de las posibilidades que proporciona un aprendizaje de la tabla que considere
todas las posibilidades.
Finalmente, las conexiones entre los hechos numéricos deben establecerse no sólo
dentro de una misma tabla, sino también entre las tablas. La tabla de multiplicar del
doses idéntica a la suma de los dobles en las correspondientes tablas de sumar. La
inversa de las tablas de sumar y de multiplicar permite resolver restas y divisiones. Las
restas sucesivas se encadenan como productos que facilitan cálculos de dividir, etc. De
la misma manera, el alumno debe aprender a pasar de una operación a otra: debe saber
convertir una suma de sumandos iguales en un producto, y éste en una división, que a su
vez puede convertir en restas sucesivas, etc.
“¿Tiene hoy sentido memorizar las tablas? ¿No es ésta una pretensión pasada de moda?
O, por el contrario, ¿es que los niños ya no van a saber ni las tablas? No es mala
polémica ni es intención del presente trabajo dirimirla.
La cuestión, en términos más reales, se refiere a si hay que dedicar tiempo a hacer
ejercicios destinados a la fijación y memorización automática de las tablas. Como
Suelen citarse dos teorías que justificarían uno u otro enfoque. La teoría de la absorción
postula que el dominio de las combinaciones básica es sólo cuestión de formar y reforzar
cada asociación problema-respuesta por medio de la práctica. Es como si los niños
llenaran una tabla mental, a la que acudirían cuando se les presentaran estímulos del
tipo “5+3=…”. Otra teoría, más cognitiva, supone que el conocimiento aritmético
integral (reglas, principios y conceptos) es fundamental para el aprendizaje de las
combinaciones básicas. Estas combinaciones no se aprenden por separado, como si
fueran asociaciones numéricas específicas, sino que son un sistema de experiencias
relacionadas entre sí. Para la teoría de la absorción, la práctica y la repetición son
fundamentales. Para el modelo cognitivo, las relaciones que se establecen entre las
combinaciones adquieren más importancia” 3.
La tabla se tiene que entender y conocer por los niños como una amplia red, en la que
los nudos sean los resultados o hechos numéricos de las combinaciones de los dígitos,
pero que tales nudos están conectados con los restantes a través de relaciones
múltiples. No se trata tanto de que saberse la tabla sea responder de súbito el número
que satisface una combinación básica, sino conocer diversos caminos para llegar a ese
número y dar la respuesta en un tiempo razonable. Como se ha repetido bastante, si lo
3Para ampliar estos conceptos pueden consultarse Baroody, A. J. (1988). El pensamiento matemático de los
niños. Madrid. Visor. Gómez Alfonso, B. (1988). Numeración y cálculo. Madrid: Síntesis y Maza, C. (1989).
Sumar y restar. Madrid: Visor.
4Martínez Montero, J. (2000). Una nueva didáctica del cálculo para el siglo XXI. Barcelona. CISS-Praxis. Pág.
47.
único que se busca, por encima de todo, es rapidez y exactitud, entonces es mejor
acudir a la calculadora.
Hemos de señalar también que, al igual que sólo se aprende a montar en bicicleta
montando en bicicleta, la tabla se aprende muy bien haciendo operaciones y resolviendo
problemas. La memorización de los hechos básicos se produce con la repetición y la
relación que se establece entre números, por lo que esas repeticiones deben hacerse a
través de cálculos, y no a base de “cantar” o repetir en voz alta una y otra vez listas ad-
hoc. Que el niño practique con la tabla a la vista, con la intensidad y extensión
suficiente para que asegure una memorización de los hechos clave y unas vías de acceso
a los restantes.
9.5 LAS DIFICULTADES DE LA SUSTRACCIÓN
Los alumnos ponen espontáneamente en marcha estrategias para resolver las situaciones
de sustracción que se les presentan en su vida cotidiana. Han sido muy estudiadas por
los investigadores, y son distintas cuando el alumno lleva a cabo sustracciones con
manipulación directa de objetos, respecto a cuándo opera con símbolos, o sea, con
recuento mental.
Son las que los niños ponen en marcha cuando tienen a su alcance los objetos que
suponen el problema. Completamente manipulativas, se pueden reducir a dos. La
segunda de ellas es más compleja que la primera, y tarda algo más en aparecer.
1. Sobre los objetos que representan al minuendo, el niño quita o extrae el número
de objetos equivalente al sustraendo. El resultado es lo que queda.
Por ejemplo, si el niño tiene ocho caramelos y quiere saber cuántos le van a quedar
después de dar seis, aparta los seis y cuenta los que le quedan.
La práctica diferenciada
Queremos recordar al lector algunas de las cosas que hemos dicho para iniciar al alumno
en la tabla de restar:
“Si el alumno domina los hechos numéricos correspondientes a la suma (tabla de sumar),
no ha de tener dificultades para operar con la resta.
Pertenecen a la familia del cero todas las parejas de números cuya diferencia sea cero.
Para tratar este concepto no es preciso detenerse en el número 10, como
tradicionalmente se hace en el aprendizaje de las tablas, sino que se tiene que extender
al universo de números que el niño conozca: 8 – 8 = 0, y también 80 – 80 = 0; 800 – 800 =
0; 8.000 – 8.000 = 0; etc.
Las familias de los números dígitos son sencillas de introducir y a los niños les gusta
mucho crearlas. Como son las más importantes, les llamamos “familias principales”. Una
vez dominadas, es interesante abrir el panorama a familias “relacionadas”. Pongamos
ejemplos como en la tabla que sigue:
Así, la “familia relacionada 4” con la “familia principal” del 2 es la formada por las
parejas de números (minuendo y sustraendo) cuya diferencia sea de 42: 164 – 122; 50 –
8; etc.
Naturalmente, todo esto se debe construir manipulando, con materiales muy figurativos;
que los niños vean que las familias se crean aumentando o disminuyendo, en el mismo
número, cada una de las cantidades que forman el minuendo y el sustraendo. En el caso
de las “familias relacionadas” se deja sin variar la cifra de las unidades de ambas
cantidades, pero sí se varía la cifra de las decenas (en los ejemplos).
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16
EL SISTEMA DE MAHONEY. Las transformaciones para hacer resaltar las combinaciones
básicas de la resta no son complicadas. El minuendo es el número de piezas que se
pongan. El sustraendo, las que se tapan, y el resultado o diferencia las que quedan sin
tapar. La figura 2 muestra ejemplos de lo que se señala.
8-3 12 - 7 9-6 10 - 4
Planteamiento de la cuestión
Este aspecto del algoritmo es, sin duda, de los que más dificultades plantea a los
alumnos y de los que más se han encargado los investigadores. En un trabajo anterior
señalábamos:
De una forma sintética, el problema de las llevadas se puede abordar desde cinco
perspectivas distintas. Las tres primeras se derivan de la aplicación de la propiedad
uniforme. La cuarta está basada en el proceso de descomposición de la unidad de orden
anterior. La quinta plantea el tratamiento de la llevada de forma distinta, al plantear un
formato de cuenta que obvia tal problema.
El sistema tradicional tiene una base muy sencilla. Parte, como los dos que siguen, de la
propiedad por la cual si a los dos miembros de una sustracción (minuendo y sustraendo)
se les suma o resta un mismo número, la diferencia no varía. Así, en la sustracción 75 –
27, el niño comienza diciendo cuántas van de 7 a 15. Ha añadido o sumado diez unidades
a las cinco del minuendo. Dice que se lleva una, y continúa operando de la siguiente
manera: dos, y una que me llevo son tres; de tres a siete van cuatro. Naturalmente, no
se “lleva” nada. Lo que hace es sumar diez (el mismo número de la cifra de las
unidades) a la cifra de las decenas, con lo que al sumar diez en minuendo y sustraendo
la diferencia no varía.
El quid de la cuestión está en que en el primer caso el alumno suma diez unidades
sueltas en el minuendo, y en el segundo caso suma una decena o paquete de diez en el
sustraendo, no diez sueltas como en la otra ocasión. Esto, naturalmente, no se le explica
al niño, sino que se lo debe aprender de memoria y “automatizarlo”, esto es, hacerlo
deprisa, sin errores y sin preguntarse por qué es así no qué debe entender de este
proceso. Este planteamiento acarrea un problema muy serio: el alumno carece de
criterio para saber si la operación va bien o mal, si se ha equivocado o no.
El método austríaco o de las bases que se acaba de explicar se basa en que se añade el
mismo número al minuendo y al sustraendo, pero en órdenes distintos de unidades. En el
caso actual, se añaden números en el minuendo y en el sustraendo pero en el mismo
orden de unidades. En el fondo, se trata de transformar los datos de la resta para que
éstos no contengan ningún caso de llevadas.
En el caso que pusimos anteriormente (75 – 27), basta con sumar cuatro unidades a
ambos términos para que el problema de la llevada desaparezca. Quedan transformados
así: 79 – 31. Ya no hay problema ni necesidad de complicación.
Una buena forma de manipular la resta es ir eliminando las dificultades de las llevadas
en los casos en que se presenten. Veamos el siguiente caso: 5.601 – 2.809.
¿Se puede emplear este sistema en enseñanza correctiva? No. El alumno que es capaz de
hacer los cálculos anteriores no tiene ninguna dificultad en aprender cualquier método
de resolución de la dificultad de las llevadas.
Las combinaciones básicas de la resta que mejor aprende y utiliza el alumno son las que
tienen como sustraendo el cero, y cualquier otro número como minuendo: 9 – 0; 3 – 0; 5
– 0; 23 – 0; etc. La razón es obvia: la diferencia es igual el minuendo. Las siguientes
combinaciones que más fácilmente aprende y aplica el niño son aquellas en que no hay
descomposición de decenas, no hay “llevadas”: 9 – 3; 8 – 2; etc. Las más difíciles son,
naturalmente, las que llevan descomposición de decena: 17 – 9; 12 – 5; etc.
Pongamos otro ejemplo más complicado, como es el que aparece en la figura 3. Se trata
de la sustracción 5.183 – 2.329.
A) Aparece planteada la operación en formato tradicional.
B) En la cifra de las unidades hay “llevada”. Para evitarlo, se suma 1 a la cifra del
sustraendo, obteniendo 0 y llevándose 1, que se añade a la cifra de las decenas
del sustraendo. Queda éste convertido en 2.330. Se añade también 1 a la cifra de
las unidades del minuendo, y se obtiene así un nuevo minuendo; 5.184. Ahora ya
se convierte en una combinación muy fácil: 4 – 0. Se expresa el resultado.
La actuación puede ser igual de mecánica y sin sentido que la forma tradicional de
abarcar la resolución de la resta con descomposición de unidades. Pero requiere menos
hechos de memoria. Incluso toda la cuenta se podría hacer con esta técnica, con lo cual
el alumno podría aprender a restar conociendo la tabla de sumar y los complementarios
a 10.
El resultado de cada orden de unidades es, precisamente, la suma que se indica.
Veamos el ejemplo:
Este sistema es más sencillo, rápido y seguro que el tradicional, aunque se pone en
marcha pocas veces. Pero se corre el riesgo de que se entienda tan poco como aquél.
Por ello, entendemos que la mejor manera de abordar el problema de las llevadas en la
resta se contempla en los apartados siguientes.