Historia de Las Universidades
Historia de Las Universidades
Historia de Las Universidades
En los S. X, XI y XII, cuando la cultura árabe florece, primero en centros como Bagdad,
Basora y El Cairo y después en Córdoba, Toledo y Sevilla. Se cultivan las artes liberales e
importantes centros de investigación científica y de alta docencia donde la física y la
matemática, se alternan con la filosofía y la medicina. Son las escuelas abaciales
monásticas y catedralicias las que se ocuparon de asumir este beneficioso influjo, pero
pronto resultaron insuficientes y algunas de ellas tuvieron que transformarse en otro tipo
de instituciones que posteriormente se llamarán universidades. Reciben el nombre de
studium generale, que significa el cultivo de una rama del saber. El siglo XIV cuando se
reemplaza definitivamente el término studium generale por el de universitas.
Universidad De Bolonia
A mediados del siglo XII la Universidad de París, el segundo modelo organizativo, nace
como comunidad o gremio de maestros (universitas magistrorum) con las mismas
funciones que la Universidad de Bolonia, pero estando el gobierno de la universitas en
manos de los docentes y siendo el rector un maestro.
Entre sus importantes maestros encontramos figuras tan ilustres como Abelardo y Santo
Tomás de Aquino. El Colegio de la Sorbona, fundado hacia 1257 por el teólogo francés
Robert de Sorbon.
A finales del S. XIII se conoce ya popularmente como la Sorbona y durante los tres
siglos siguientes fue la institución más importante de educación religiosa en
Europa.
Aunque todas ellas transmiten el esquema del saber establecido, cada una se especializa
en una rama, o bien porque se beneficia de las enseñanzas de un sabio maestro, o bien
porque posee manuscritos de valor referentes a esa materia.
Las universidades estaban regidas por un rector elegido periódicamente, asistido por dos
cancilleres que se encargaban de la administración y otorgaban los grados académicos.
Se organizaban en facultades, de modo que cada facultad se hallaba representada por un
decano.
Las facultades agrupan a maestros y estudiantes según las naciones de las que
proceden, hecho que favorece la vida extraescolar y facilita que maestros y alumnos de la
misma procedencia convivan en la misma casa, el hospitium.
Hasta el S. XIV estas instituciones no poseen ningún edificio especial, ningún espacio
localizado. Las reuniones tenían lugar en iglesias y en conventos sobre los que los
maestros no tenían ningún derecho.
Con el tiempo, el hospitium llegó a ser dirigido por un maestro que, además del
alojamiento, organizaba tanto actividades académicas como de diversión. Este es el
origen de los colegios universitarios que tanta importancia tuvieron en la vida académica a
partir del S. XIII y que, con el tiempo, se convirtieron en instituciones independientes de
las universidades.
Por lo que se refiere al modelo económico, la enseñanza era gratuita dado que estas
instituciones nacen de las escuelas catedralicias y monacales. A medida que crecieron se
volvió insostenible esta situación.
El papel de transmisión de la cultura que habían tenido los monasterios en la Alta Edad
Media pasa a ser ocupado, en la Baja Edad Media, por las universidades, que preparan el
Renacimiento, contribuyendo al estudio del latín y despertando la crítica mediante las
disputas (disputatio) que surgen en su seno.
Objetivo de la enseñanza era el mismo: formar a los alumnos en la práctica dialéctica. Era
más aprender el arte de refutar que el de probar. Discutir era entonces sinónimo de
aprender a pensar.
Lo que importa es conocer las cosas. Hay, pues, que invertir completamente los métodos
seguidos hasta el presente en las escuelas y que colocaban los textos en el lugar de las
cosas... el libro, el texto, deben borrarse ante la cosa, antela realidad.
La universidad para las élites, se convierte ahora en el objetivo de estas clases medias
que ven en ella una oportunidad de promoción y movilidad social. Los estudiantes se dan
cuenta, en primer lugar, de que la promesa de igualdad era falsa y de que el paso por la
institución universitaria no sólo no contribuía a favorecer la igualdad sino que, por el
contrario, reforzaba cuando no creaba más desigualdad.
Por otra parte, la cultura y la relación educativa que imperaban en estos centros eran
fuertemente autoritarias y transmitían la ideología de las clases dominantes.
Ante situación, surge la revuelta estudiantil conocida como el Mayo, cuyo mayor
exponente fue la Universidad de Nanterre en París.
Por otra parte, el nuevo modelo social que está surgiendo como consecuencia de las
innovaciones tecnológicas exigirá una fuerte revisión del papel de la educación, y más
concretamente, de la educación superior en el desarrollo actual.