Trabajo de Mami
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Por su parte, una perspectiva que plantea el fin de la certidumbre (en términos
de Prigogine), nos permite apreciar y entender al mundo y a los seres vivos en
permanente interacción y no como elementos separados; ha permitido entender
procesos tales como la absorción atómica de los núcleos; ha permitido entender
que el universo es complejo pero no irracional, al favorecer la integración,
mediante la mecánica cuántica, de conceptos aparentemente contradictorios como
determinismo y azar, desorden y orden.
2.- Las entidades, como los electrones, pueden mostrar propiedades diferentes
(por ejemplo, como partícula, como onda, o como algo intermedio), dependiendo
del entorno en el que existan y desde el que están sujetas a observación.
3.- Dos entidades, como los electrones, que se combinan al principio para formar
una molécula y que después se separan, muestran una peculiar relación no local
que puede describirse como una conexión no causal de elementos que están
separados (como se demuestra en el experimento de Einstein, Podolsky y
Rosen).”
Añade Bohm que estas leyes son, simplemente, estadísticas, y que no pueden
predecir aisladamente los acontecimientos futuros individuales. Así, la mecánica
clásica:
De hecho, una de las explicaciones más atrevida, dada por Eugene P. Wigner,
premio Nobel de 1963, fue que el experimentador influía de forma inextricable en
las observaciones en tanto que instrumento participante. ¿Cómo? ¡con su
conciencia!: produciendo un “colapso” en la Función de Onda (“derrumbando” la
función de onda), colapso que, teóricamente, el mecanismo cerebral es capaz de
producir.
Estos órdenes se dice que están plegados unos dentro de otros y que están en
íntima relación. Las variables de un orden más plegado respecto a otro
representan una relación de tipo “no causal ni local”. Y estos órdenes no son
abstracciones sino realidades “físicas” en el más amplio sentido del término
(Bohm)
2. Variables ocultas no locales:
Una teoría de variables ocultas consistente con los experimentos debe ser no
local, es decir, debe mantener la existencia de relaciones causales instantáneas o
super lumínicas entre entidades físicamente separadas. La primera teoría de este
tipo fue la teoría de la onda piloto de Louis de Broglie que data de finales de los
años 1920.
3. Holomovimiento:
El concepto de holomovimiento refiere al principio dinámico que da Vida a
todos los procesos creativos que acontecen en el Universo. El espacio, el tiempo y
la consciencia, surgen del mismo manifestándose como dimensiones
interdependientes y correlacionadas. El holomovimiento, entonces, puede
pensarse como una energía fluyente que revela el sendero a través del cual
transita la evolución.
4. Estructuras disipativas:
Termodinámica:
La Teoría Termodinámica del No-equilibrio o Teoría Termodinámica de las
Estructuras Disipativas de Ilya Prigogine – Premio Nobel de Química en 1977 – es
una de las teorías que se enmarca bajo el paraguas de las teorías de la auto
organización y por extensión de las ciencias de la complejidad.
En resumen, los sistemas disipativos son aquellos que lejos del equilibrio,
potencialmente pueden transformarse en estructuras de gran complejidad y
evolucionar de forma auto organizada.
Caos:
Estamos acostumbrados a pensar que nuestro mundo es continuo. Así lo
percibimos cuando, en una gradación de colores del rojo al naranja y después al
amarillo, no vemos saltos de un color a otro. O incluso en los cambios de
temperatura, que pasamos gradualmente del calor al frío y viceversa. Incluso
pensamos que el espacio geométrico en el que nos movemos es continuo. Todo
esto se debe a que nuestros perciben una graduación suave y continúa de un
color a otro, de una masa a otra, etc.
El asunto se complicaba. El físico danés Niels Bohr para explicar los niveles de
energía del átomo de hidrógeno tiene que postular que los electrones sólo se
mueven en ciertas órbitas estables, si el electrón se halla fuera de una de ellas es
inestable y cae a una órbita estable. Al pasar de una a otra emite energía, que por
supuesto está cuantizada. El proceso se puede invertir, es decir, se puede iluminar
un elemento químico, y si la luz tiene la energía suficiente los electrones son
excitados a niveles de energía más elevados, y luego al caer a su estado
fundamental emiten de nuevo la energía luminosa. Y finalmente, Werner
Heisenberg establece el principio de incertidumbre, por el que se dice que es
imposible medir con exactitud ciertas cantidades físicas, tales como la posición y
la cantidad de movimiento de una partícula, por ejemplo, un electrón.
La teoría del caos explica que el resultado de algo depende de distintas variables
y que es imposible de predecir. Por ejemplo, si colocamos un huevo en la cúspide
de una pirámide no sabremos hacia dónde caerá.
Orden:
El orden absoluto en un sistema vivo es la muerte, lo que significa que todos
los seres vivos nos movemos alrededor de un equilibrio compatible con la vida. Sin
embargo, existen sistemas que se encuentran muy alejados de ese equilibrio o
estabilidad ideal; por ejemplo, el estado de salud de una persona es un equilibrio
inestable del que es posible predecir -siguiendo las leyes de la entropía- que está
destinado a desordenarse alrededor de lo que llamamos enfermedad,
envejecimiento y posterior muerte, mientras que la enfermedad es un estado que
se encuentra alejado del equilibrio, aunque en muchas ocasiones es posible hallar
en ella aspectos ordenados, como sucede en las enfermedades crónicas. Es decir,
los sistemas vivos tienden hacia el desorden (ganancia de entropía) pero pueden
instalarse lejos del equilibrio y desde allí construir islas de orden.
Las leyes que rigen en estos puntos alejados del equilibrio son bastante distintas a
las que operan en estados cercanos al equilibrio. Se trata de leyes misteriosas que
no pueden ser formuladas en términos de matemática lineal. Fue precisamente
Prigogine quien desveló el misterio de aquello que sucedía lejos del equilibrio:
-Comprender que cada acción, por pequeña que sea, decide dramáticamente el
futuro de cada quien y del colectivo. El mundo está interconectado.
*Sincronicidad:
El principio de sincronicidad puede ser entendido como “la coincidencia entre una
imagen mental y un hecho exterior objetivo que no están vinculados causalmente,
pero que establecen entre sí una relación de significación” (en línea:
http://www.adepac.org/P06-4.htm). David Peat (en Grandío, 2003), citando a Jung,
señala que la sincronicidad es la coincidencia en el tiempo de dos o más sucesos
no relacionados causalmente, que tienen el mismo significado o un significado
parecido. También llamados actos creativos o paralelismos acausales, las
experiencias de sincronicidad se fundamentan en que las coincidencias
significativas no pueden concebirse como pura casualidad. Dado que dichos
fenómenos se multiplican y que es mayor y más precisa la correspondencia entre
ellos, ya no pueden considerarse pura casualidad, sino que, por falta de una
explicación causal, deben ser considerados combinaciones significativas.
Otros autores como Xavier Dariex, Charles Robert Richet y Camille Flammarion
abordaron el problema mediante el cálculo de probabilidades.4
Estar en Kairos, es tener la inspiración, es estar con la musa, son esos momentos
que sabes, que sientes, que te da la espina que es necesario actuar en algo
porque si no el momento se difumina. Estar en Kairos, es estar en el momento
preciso, en el cual te sientes en sintonía, te sientes alineado hacer cualquier cosa
que quieras. Estar en Kairos, es estar en tu máxima plenitud de explotar el aquí y
el ahora, de lo que puedes hacer con lo que está sucediendo.
Es el momento adecuado, el momento oportuno. Para algunos estar en Kairos o
tener Kairos, momentos especiales, es tener suerte. Si asociamos suerte con lo
que tiene que ver con azar sería una gran equivocación. Ahora bien, si los
momentos especiales que nos tocan vivir tienen que ver con la vibración en la que
estamos, con lo que atraemos, eso sí que podemos llamarlo suerte. Y estar en
Kairos tiene que ver con saber qué es lo que estamos “llamando” y estar
preparado para vivir plenamente esas situaciones que se nos presentan.
Kairos no es ni azar ni obra del destino. ¿Es que puedo crear momentos Kairos?.
Estar en kairos, es estar en una búsqueda permanente de estar en sintonía con lo
que esta pasando. Es estar en el aquí y en el ahora, es vivir en conciencia
constante, es sentirse merecedor de lo mejor, y adueñarnos de nuestro destino.
Mi gran recomendación, eso que yo hago para tener mas momentos Kairos, es
dejar de aturdir mis días con muchos compromisos y obligaciones, es tener
momentos de silencio, de escucha interior, de consciencia constante. Es soltar esa
rara costumbre que hemos adquirido de vivir bajo presión para responder a
obligaciones que generamos a su vez para sentirnos ocupados y crear resultados
en el tiempo (Cronos). A veces me encuentro llenando el día de obligaciones, de
cosas basura que me mantienen muy ocupado. Yo mismo he caído en la nociva
noción que tiempo vacío es tiempo perdido. Hasta que, a veces, logro darme
cuenta que, vida no vale en tiempo sino en momentos, es decir, no se cuenta por
la cantidad de cosas que hice, sino por su calidad y por la ruptura que hacemos de
la continuidad, de la monotonía (Cronos vs. Kairos).
*Identidad: Autonomía
Lo que haces, lo que dices y lo que piensas puede influir a otra persona por
resonancia mórfica. Así que somos más responsables de nuestras acciones,
palabras y pensamientos bajo este principio que lo seríamos de otra forma. No hay
un filtro inmoral en la resonancia mórfica, lo que significa que debemos ser más
cuidadosos de lo que estamos pensando si es que nos importa el efecto que
tenemos en los demás.
*Complejidad:
Al hablar de complejidad necesariamente nos referimos a los estudios de Edgar
Morin, quien expresa que la palabra complejidad viene de complexus: lo que está
tejido en su conjunto. Un grupo de constituyentes heterogéneos inseparablemente
asociados, presenta la paradoja de lo uno y de lo múltiple.
Morin toma el planteamiento de Pascal: “El todo está en las partes y las partes
están en el todo” para explicar el funcionamiento de la complejidad, que según sus
propias palabras es como un matrimonio mal llevado entre el orden y el caos.
Define tres principios: el principio hologramático, en el que no sólo la parte está en
el todo, sino el todo, en cierto modo, está en la parte. Las relaciones que se
establecen entre el todo y las partes son complejas: La unión de las diversas
partes constituye el todo, que a su vez retroactúa sobre los diversos elementos
que lo constituyen confiriéndoles propiedades de las que antes carecían. El
producto es productor de lo que se produce, y el efecto causante de lo que causa.
Lo que Morín llama principio recursivo organizacional, que junto al principio
dialógico, que se basa en la asociación compleja de instancias necesarias juntas
para la existencia, el funcionamiento y el desarrollo de un fenómeno organizado,
estos instrumentos son los que nos ayudan a movernos en la complejidad (en
Villanueva, 2004).