Remodelado y Reparación Ósea

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 10

Remodelado y reparación ósea

Introducción
El tejido óseo se encuentra en un proceso constante de crecimiento, remodelación y
autorreparación. Contribuye a la homeostasis del organismo al brindar sostén y protección, producir
células sanguíneas y almacenar minerales y triglicéridos.
Un hueso es el resultado del trabajo conjunto de diferentes tejidos: hueso (o tejido óseo), cartílago,
tejido conectivo denso, epitelio, tejido adiposo y tejido nervioso. Por tal motivo, se considera que
cada hueso es un órgano. El tejido óseo es un tejido vivo complejo y dinámico que experimenta un
proceso continúo llamado remodelación (formación de tejido óseo nuevo y destrucción simultánea
del hueso precedente). Todo el armazón de huesos con sus cartílagos, así como con los ligamentos
y los tendones, constituye el sistema esquelético
Partes del hueso:
1.La diáfisis es el cuerpo del hueso (la porción cilíndrica larga y principal del hueso).
2. Las epífisis son los extremos proximal y distal del hueso.
3. Las metáfisis son las regiones de hueso maduro, en las que la diáfisis se une a la epífisis. En el
hueso en crecimiento, cada metáfisis contiene la placa epifisaria (placa de crecimiento), capa de
cartílago hialino que permite a la diáfisis crecer en longitud (véase más adelante en este mismo
capítulo). Cuando un hueso deja de crecer longitudinalmente, entre los 18 y 21 años, el cartílago de
la placa epifisaria se remplaza por hueso; la estructura ósea remanente se conoce como línea
epifisaria.
4. El cartílago articular es una capa delgada de cartílago hialino que cubre la región de la epífisis,
donde un hueso se articula con otro. El cartílago articular reduce la fricción y absorbe los impactos
en las articulaciones móviles.
5. El periostio es la vaina de tejido conectivo denso que, junto con los vasos sanguíneos
acompañantes, recubre la superficie ósea allí donde no está presente el cartílago articular. Consta
de una capa fibrosa externa de tejido conectivo denso e irregular y de una capa osteogénica interna
compuesta por diversas células. Algunas de estas células permiten al hueso crecer transversal pero
no longitudinalmente. El periostio también protege el hueso, participa en la consolidación de las
fracturas, en la nutrición ósea y sirve como punto de inserción de ligamentos y tendones. Se
encuentra unido al hueso subyacente mediante las fibras perforantes (fibras de Sharpey), gruesos
haces de fibras colágenas que se extienden desde el periostio hasta la matriz extracelular del hueso
(denominada matriz osteoide).
6. La cavidad medular es un espacio cilíndrico vacío dentro de la diáfisis que, en los adultos, contiene
médula ósea amarilla adiposa y numerosos vasos sanguíneos. Al reducir el porcentaje de hueso
denso donde menos se lo necesita, esta cavidad minimiza el peso del hueso. El diseño tubular de los
huesos largos brinda la máxima resistencia con el menor peso.
7. El endostio es una fina membrana que reviste la cavidad medular. Contiene una sola capa de
células formadoras de hueso y escaso tejido conectivo.
FUNCIONES DEL TEJIDO ÓSEO
1. Brinda sostén a los tejidos blandos y puntos de inserción a los músculos esqueléticos.
2. Protege los órganos internos.
3. Participa en el movimiento de los músculos esqueléticos.
4. Almacena y libera minerales.
5. Contiene la médula ósea roja, que produce células sanguíneas.
6. Contiene la médula ósea amarilla, que almacena triglicéridos.

Composición química:
Al igual que el resto de los tejidos conectivos, el hueso o tejido óseo, contiene una abundante matriz
extracelular que rodea células muy separadas entre sí. La matriz osteoide está constituida por 15%
de agua, 30% de fibras colágenas y 55% de sales minerales cristalizadas. La sal mineral más
abundante es el fosfato de calcio [Ca3 (PO4 )2 ], que se combina con otra sal mineral, el hidróxido
de calcio [Ca (OH)2 ], para formar los cristales de hidroxiapatita [Ca10 (PO4 )6 (OH)2 ]. A medida que
éstos se van formando, se combinan también con otras sales minerales, como el carbonato de calcio
(CaCO3) y con iones tales como el magnesio, el flúor, el potasio y el sulfato. Mientras se depositan
en las estructuras formadas por las fibras colágenas de la matriz osteoide, estas sales minerales se
cristalizan y el tejido se endurece. Este proceso, denominado calcificación, es iniciado por células
productoras de hueso llamadas osteoblastos. Como vigas de metal que refuerzan el concreto, las
fibras colágenas y otras moléculas orgánicas brindan la fuerza tensil, resistencia al estiramiento y a
la rotura. Si se sumerge un hueso en una solución ácida como el vinagre, las sales minerales se
disuelven y el hueso se transforma en una pieza gomosa y flexible. Como se analizará en breve,
cuando el organismo requiere ciertos minerales o como parte de los procesos de formación y
destrucción óseas, las células del hueso denominadas osteoclastos secretan enzimas y ácidos que
extraen las sales minerales y las fibras colágenas de la matriz osteoide. El tejido óseo presenta cuatro
tipos celulares: células osteogénicas, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos (Figura 6-2).

El tejido óseo presenta cuatro tipos celulares: células osteogénicas, osteoblastos, osteocitos y
osteoclastos (Figura 6-2).
1. Células osteogénicas (-génicas, de gennán, producir). Son células madre (stem cells) no
especializadas que derivan del mesénquima, el tejido del que provienen todos los tejidos conectivos.
Son las únicas células óseas que experimentan división celular; las células hijas se transforman en
osteoblastos. Las células osteogénicas se encuentran a lo largo del endostio, en la porción interna
del periostio y en los conductos intraóseos que contienen vasos sanguíneos.
2. Osteoblastos (-blasto, de blastós, germen). Son células formadoras de hueso que sintetizan y
secretan fibras colágenas y otros componentes orgánicos necesarios para construir la matriz
osteoide; además, inician la calcificación (se describe más adelante). A medida que los osteoblastos
se rodean a sí mismos de matriz osteoide, van quedando atrapados en sus secreciones y se
convierten en osteocitos. (Nota: los blastos del hueso o de cualquier otro tejido conectivo secretan
matriz extracelular).
3. Osteocitos (-cito, de ky´tos, célula). Estas células óseas maduras son las células principales del
hueso y mantienen su metabolismo regular a través del intercambio de nutrientes y productos
metabólicos con la sangre. Al igual que los osteoblastos, los osteocitos no experimentan división
celular. (Nota: los citos del hueso o de cualquier otro tejido se encargan de su mantenimiento)
4. Osteoclastos (-clastos, de klastós, roto). Son células gigantes derivadas de la fusión de por lo
menos 50 monocitos (una clase de glóbulo blanco) y se agrupan en el endostio. En su cara proximal
a la superficie ósea, la membrana plasmática del osteoclasto se pliega profundamente y forma un
borde indentado. En este lugar, la célula libera poderosas enzimas lisosómicas y ácidos que digieren
los componentes minerales y proteicos de la matriz osteoide subyacente. Esta descomposición de
la matriz osteoide, denominada resorción, es parte de la formación, el mantenimiento y la
reparación normales del hueso. (Nota: -clasto significa que la célula degrada matriz osteoide). Como
veremos más adelante, en respuesta a ciertas hormonas, los osteoclastos participan en la regulación
del calcio circulante (véase Sección 6.7). También son las células diana del tratamiento
farmacológico de la osteoporosis (véase Patología: Desequilibrios homeostáticos, al final del
capítulo).
El hueso no es completamente sólido porque contiene pequeños espacios entre las células y los
componentes de la matriz osteoide. Algunos espacios constituyen conductos para los vasos
sanguíneos que brindan nutrientes a las células óseas. Otros espacios sirven como sitios de
almacenamiento de la médula ósea roja. Según el tamaño y la distribución de los espacios, las
regiones de un hueso pueden clasificarse como esponjosas o compactas (véase la Figura 6-1).
Aproximadamente 80% del esqueleto está formado por hueso compacto y 20% por hueso
esponjoso.
Tejido óseo compacto
El tejido óseo compacto contiene pocos espacios (Figura 6-3a) y es el componente más fuerte del
tejido óseo. Se encuentra por debajo del periostio de todos los huesos y forma la mayor parte de
las diáfisis de los huesos largos. Brinda protección y soporte y ofrece resistencia a la tensión causada
por el peso y el movimiento. El tejido óseo compacto se compone de unidades estructurales
repetidas denominadas osteonas o sistemas de Havers. Cada osteona consta de un conducto central
(conducto de Havers), alrededor del cual se dispone una serie de laminillas concéntricas. Parecidas
a los anillos de crecimiento de los árboles, estas últimas son placas circulares compuestas por matriz
osteoide mineralizada de diámetro creciente que rodean una pequeña red de vasos sanguíneos,
linfáticos y nervios localizados en el canal central (Figura 6.3a). Estas unidades óseas tubulares en
general forman una serie de cilindros paralelos que, en los huesos largos, tienden a disponerse en
forma paralela al eje mayor del hueso. Entre las laminillas concéntricas hay pequeños espacios
denominados lagunas, que contienen osteocitos. De las lagunas –y en toda dirección– irradian
pequeños canalículos, que contienen líquido extracelular. Dentro de los canalículos existen
delicadas protuberancias de osteocitos con forma de dedo (véase sector ampliado a la derecha de
la Figura 6-3a). Los osteocitos vecinos se comunican entre sí por medio de puentes (véase Sección
4.2). Los canalículos conectan las lagunas entre sí y con el canal central formando un intrincado
sistema minúsculo de canales interconectados a través del hueso. Este sistema ofrece numerosas
vías de acceso a los osteocitos de nutrientes y de oxígeno, así como una vía de eliminación de los
desechos. En el tejido óseo compacto, las osteonas están alineadas en la misma dirección y son
paralelas al eje mayor de la diáfisis del hueso. Por lo tanto, la diáfisis de un hueso largo resiste la
curvatura y la fractura aun cuando se ejerza una fuerza considerable desde los extremos. El tejido
óseo compacto tiende a ser más grueso en las regiones del hueso en las que la fuerza se aplica
relativamente en pocas direcciones. Las líneas de fuerza del hueso no son estáticas. Cambian cuando
la persona aprende a caminar y en respuesta a la actividad física intensa repetida, como en el
levantamiento de pesas. Las líneas de fuerza de un hueso también pueden cambiar a raíz de una
fractura o una deformidad física. Por lo tanto, la organización de las osteonas no es estática, sino
que cambia a lo largo del tiempo en respuesta a las exigencias físicas que soporta el esqueleto. Las
regiones comprendidas entre las osteonas vecinas contienen ciertas laminillas denominadas
laminillas intersticiales, que también presentan lagunas con osteocitos y canalículos. Son
fragmentos de osteonas precedentes que han sido parcialmente destruidas durante la
reconstrucción o el crecimiento del hueso. Los vasos sanguíneos y linfáticos, y los nervios del
periostio penetran el hueso compacto a través de los canales perforantes transversos o canales de
Volkmann. Los vasos y los nervios de los canales perforantes se conectan con los de la cavidad
medular, el periostio y los canales centrales. Alrededor del 100% de las circunferencias externa e
interna de la diáfisis de un hueso largo presenta laminillas denominadas laminillas circunferenciales,
que aparecen durante la fase inicial de la formación del hueso. Las laminillas circunferenciales que
están justo por debajo del periostio se denominan laminillas circunferenciales externas. Se conectan
con el periostio mediante fibras perforantes (fibras de Sharpey). Las que revisten la cavidad medular
se denominan laminillas circunferenciales internas (Figura 6.3a).
Tejido óseo esponjoso
A diferencia del tejido óseo compacto, el tejido óseo esponjoso –también denominado tejido óseo
trabecular– no contiene osteonas (Figura 6.3b, c). Siempre es profundo y está protegido por una
cubierta de hueso compacto. Está compuesto por laminillas dispuestas en un patrón irregular de
finas columnas denominadas trabéculas, entre las que existen espacios que pueden apreciarse a
simple vista. Estos espacios macroscópicos contienen médula ósea roja en los huesos que producen
células sanguíneas, y médula ósea amarilla (tejido adiposo) en los otros huesos. Ambos tipos de
médula ósea están irrigados por numerosos vasos sanguíneos que nutren los osteocitos. Cada una
de las trabéculas consta de laminillas concéntricas, osteocitos ocupantes de lagunas y canalículos
que irradian en forma excéntrica desde las lagunas. El tejido óseo esponjoso es el componente
profundo principal del tejido óseo de los huesos cortos, aplanados, sesamoideos e irregulares. En
los huesos largos, es el núcleo de las epífisis y está cubierto por una delgadísima capa de hueso
compacto, además de conformar un plano delgado variable que reviste la cavidad medular de la
diáfisis. El tejido esponjoso siempre está cubierto por una capa de hueso compacto que lo protege.
A simple vista, las trabéculas del hueso esponjoso pueden parecer más desorganizadas que las
trabéculas del hueso compacto. Sin embargo, tienen una orientación precisa a lo largo de las líneas
de fuerza, característica que permite al hueso resistir y transmitir fuerzas sin romperse. El tejido
óseo esponjoso es más abundante en los huesos que no reciben mucha presión o en los que reciben
presiones desde direcciones múltiples. Las trabéculas no se organizan en forma definitiva hasta que
no se aprende a caminar perfectamente; incluso pueden desorganizarse cuando las líneas de fuerza
cambian debido a una fractura mal consolidada o a una deformidad. El hueso esponjoso difiere del
tejido óseo compacto en dos aspectos. En primer lugar, es liviano, lo que reduce su peso total. Esta
disminución del peso le permite moverse más rápidamente al ser traccionado por un músculo
esquelético. En segundo lugar, las trabéculas del tejido óseo esponjoso sostienen y protegen la
médula ósea roja. Eltejido óseo de los huesos de la cadera, las costillas, el esternón, las vértebras y
los extremos proximales del húmero y del fémur es el único sitio de almacenamiento de médula
ósea roja y, por lo tanto, el lugar donde –en los adultos– tiene lugar la hemopoyesis.
FORMACIÓN DEL HUESO
El proceso mediante el cual se forma el hueso se denomina osificación (ossi-, hueso; -producción,
formación) u osteogénesis. Se produce hueso en cuatro situaciones:
1) La formación de los huesos embrionarios y fetales
2) el crecimiento óseo durante la lactancia, la infancia y la adolescencia hasta que se alcanza el
tamaño adulto de los huesos
3) la remodelación ósea (remplazo del hueso precedente por hueso nuevo, a lo largo de toda la vida)
4) la consolidación de las fracturas, también a lo largo de toda la vida.

Formación de los huesos embrionarios y fetales En principio, se considerará la formación del hueso
embrionario y fetal. El “esqueleto” embrionario, inicialmente compuesto por mesénquima
conformado como hueso, es donde se produce la formación del cartílago y la osificación durante la
sexta semana de gestación. La formación del hueso sigue uno de los dos patrones que se presentan
a continuación
. Las dos modalidades de formación del hueso, que consisten en el remplazo de tejido conectivo
preexistente por hueso, no implican diferencias en la estructura del hueso maduro; sólo son
sistemas diferentes de desarrollo óseo. En el primer tipo de osificación, denominada osificación
intramembranosa (intra-. dentro; -membran, membrana), los huesos se forman directamente en el
mesénquima, que se dispone en capas delgadas semejantes a membranas. En el segundo tipo, el de
osificación endocondral (endo-, dentro; -condral, cartílago, el hueso se forma dentro de cartílago
hialino derivado del mesénquima.

Osificación intramembranosa
es uno de los dos procesos esenciales durante el desarrollo fetal
del esqueleto de mamíferos para formar tejido óseo, y en particular huesos planos.2 A diferencia
de la osificación endocondral, que es el otro proceso, el cartílago no está presente durante la
osificación intramembranosa, sino que ocurre dentro de una membrana de tejido conjuntivo.
En este proceso un grupo de células mesenquimatosas influenciadas por:
• El factor de crecimiento fibroblastico
• Las proteínas morfogenéticas de hueso
• El receptor 1 de la hormona paratiroidea
• Factor de transcripcion CBFA1
Se condensan en un área muy vascularizada de tejido conectivo embrionario
Proliferando y diferenciándose directamente en preodontoblasto y posteriormente osteoblasto
maduro.
Hay pocos huesos que siguen esta vía, fundamentalmente los huesos de la bóveda craneal.
Es la más simple de las dos modalidades de formación ósea. Los huesos planos del cráneo, la mayoría
de los huesos faciales, la mandíbula y el tercio medio de la clavícula se forman de esta manera.
También los “puntos blandos”, que permiten que el cráneo fetal atraviese el canal del parto, más
adelante se consolidan al experimentar el proceso de osificación intramembranosa, que tiene lugar
del siguiente modo
1 Aparición del centro de osificación. En el sitio donde aparecerá el hueso, por medio de mensajes
químicos específicos, se producen la agrupación y diferenciación de las células mesenquimatosas;
primero, en células osteógenas y luego, en osteoblastos. El punto donde se presenta tal
agrupamiento se denomina centro de osificación. Los osteoblastos secretan la matriz osteoide hasta
ser rodeados por ella.
2 Calcificación. Finaliza la secreción de matriz osteoide y las células, ahora llamadas osteocitos,
quedan inmersas dentro de lagunas y extienden sus prolongaciones citoplasmáticas hacia
canalículos irradiados en todas las direcciones. Después de algunos días, se depositan el calcio y
otras sales minerales, y la matriz extracelular se consolida o calcifica (calcificación).
3 Formación de trabéculas. A medida que va formándose la matriz osteoide, da lugar a trabéculas
que se fusionan entre sí y que dan origen al hueso esponjoso, que se deposita alrededor de los vasos
sanguíneos. El tejido conectivo trabecular asociado con los vasos sanguíneos se diferencia en
médula ósea roja.
4 Formación del periostio. Junto con la aparición de las trabéculas, en la periferia del hueso, el
mesénquima se condensa y se transforma en periostio. Finalmente, una capa delgada de hueso
compacto remplaza las capas superficiales de hueso esponjoso, pero éste sigue ocupando la
profundidad del hueso. Gran parte del hueso recién formado se remodela (se destruye y se reforma)
mientras el hueso adquiere la forma y el tamaño adultos.

Osificación endocondral.
Se caracteriza por ser un proceso de osificación donde se produce en dos etapas
1Condrogenesis
2Osteogenesis
El remplazo de cartílago por hueso se denomina osificación endocondral. Aunque la mayoría de los
huesos del organismo se forman de esta manera, el proceso se aprecia mejor en los huesos largos.
Tienen lugar los siguientes pasos
1 Aparición del molde cartilaginoso. En el lugar destinado al hueso, las señales transmitidas por
mensajes químicos específicos originan el agrupamiento de células mesenquimatosas, según la
forma que adoptará el futuro hueso y su transformación posterior en condroblastos, que secretan
matriz extracelular cartilaginosa a partir de la cual se forma un molde de cartílago hialino. A su
alrededor, aparece una membrana denominada pericondrio.
2 Crecimiento del molde cartilaginoso. Una vez que los condroblastos quedan inmersos en la
profundidad de la matriz extracelular cartilaginosa, pasan a llamarse condrocitos. El molde de
cartílago se alarga mediante divisiones celulares continuas de los condrocitos, acompañadas de la
secreción de matriz extracelular cartilaginosa. Este tipo de crecimiento se denomina crecimiento
intersticial (endógeno) y es responsable del alargamiento del molde cartilaginoso. En cambio, el
aumento del diámetro del cartílago se debe, principalmente, a la incorporación de matriz
extracelular a la periferia del molde por medio de nuevos condroblastos pericondriales. Este patrón
de crecimiento, gracias al cual la matriz extracelular se deposita en la superficie del cartílago, se
llama crecimiento por aposición (exógeno). A medida que el molde cartilaginoso crece, los
condrocitos de la región central se hipertrofian (aumentan de tamaño) y la matriz extracelular
cartilaginosa que los rodea comienza a calcificarse. Otros condrocitos mueren dentro del cartílago
en calcificación porque los nutrientes ya no pueden difundir a través de la matriz extracelular con la
velocidad adecuada. A medida que los condrocitos mueren, los espacios que dejan se fusionan en
cavidades denominadas lagunas. Aquí finaliza la condrogenesis.
3 Inicia la osteogenesis. Aparición del centro primario de osificación. La osificación primaria se
produce en forma centrípeta, desde la superficie externa del hueso. A través del agujero nutricio de
la mitad de la diáfisis, una arteria nutricia atraviesa el pericondrio y el molde cartilaginoso en
calcificación, e induce a las células osteógenas del pericondrio a diferenciarse en osteoblastos. Una
vez que el pericondrio comienza a formar hueso, se denomina periostio. Cerca de la parte media del
molde cartilaginoso, los capilares del periostio crecen hacia el cartílago calcificado en desintegración
e inducen el crecimiento del centro primario de osificación, sitio donde el tejido óseo remplaza la
mayor parte del cartílago. Entonces, los osteoblastos comienzan a depositar matriz osteoide sobre
los restos del cartílago calcificado, y se forman trabéculas de tejido esponjoso. La osificación
primaria se extiende desde el centro hacia ambos extremos del molde cartilaginoso.
4 Aparición de la cavidad medular. Mientras el centro primario de osificación se extiende hacia los
extremos del hueso, los osteoclastos destruyen parte de las trabéculas óseas esponjosas recién
formadas. Se forma así en la diáfisis una cavidad: la cavidad medular. Finalmente, la mayor parte de
la pared de la diáfisis es remplazada por hueso compacto.
5 Aparición del centro secundario de osificación. Cuando ramas de la arteria epifisaria ingresan en
las epífisis, comienza el proceso de osificación secundaria, generalmente en el momento del
nacimiento. La formación del hueso se produce en forma similar a lo que se observa en la osificación
de los centros primarios. Sin embargo, en los centros secundarios de osificación, el tejido profundo
de las epífisis sigue siendo hueso esponjoso (no se forman cavidades). A diferencia de lo que se
observa en la osificación primaria, la secundaria es centrífuga, desde el centro de las epífisis hacia
la superficie externa del hueso.
6 Formación del cartílago articular y la placa epifisaria (placa de crecimiento). El cartílago hialino que
recubre las epífisis se transforma en cartílago articular. Antes de la edad adulta, entre la diáfisis y
las epífisis quedan restos de cartílago hialino que constituyen la placa epifisaria (placa de
crecimiento), responsable del alargamiento de los huesos largos.
La vía de osificación condral consiste en la formacion de una plaqueta primitiva de tejido
embrionario, pero no se forma directamente el hueso, sino que aparece una fase intermedia
cartilaginosa. Es decir se forma una maqueta de cartílago porque las células mesenquimales se
diferencian a condroblastos, en el embrión:
• 5ª semana: se forma un molde mesenquimatoso que se transforma en cartilaginoso
rodeado de pericondrio.
• 7ª semana: inicia la vascularización y se ha formado el centro de osificación primario.
• 10ª semana: hueso endocondral y formación cavidades medulares
• A partir del nacimiento: centros de osificación secundarios en las epífisis.
• La mayoría de los huesos del organismo siguen esta osificación.
• Remodelación osea
• Al igual que la piel, el hueso se forma antes del nacimiento, pero a partir de entonces
continúa renovándose. La remodelación ósea es el remplazo continuo del tejido óseo
precedente por nuevo tejido óseo. Supone los procesos de resorción ósea, de eliminación
osteoclástica de minerales y fibras colágenas del hueso, y de depósito; es decir, de agregado
osteoblástico de minerales y fibras colágenas al hueso. De esta manera, la resorción ósea
conlleva la destrucción de matriz osteoide, mientras que el depósito óseo implica su
formación. En todo momento, el 5% del total de masa ósea del organismo está en proceso
de remodelación.
• - la renovación de los huesos persiste incluso después de que alcanzan el tamaño y la forma
correspondientes al adulto. La remodelación ósea es un proceso continuo en que los
osteclastos excavan pequeños túneles en el tejido óseo antiguo y luego los osteblastos
reconstruyen el tejido destruido. El ciclo completo de remodelación ósea puede requerir
únicamente dos o tres meses o durar mucho más, lo cual depende de la parte del esqueleto
en que ocurra. Por ejemplo, en la porción distal del hueso del muslo (fémur), la
remodelación completa tiene lugar cada 4 meses. En condiciones normales la remodelación
sirve para dos propósitos: renovar el tejido óseo antes de que se deteriore y redistribuir la
matriz ósea a lo largo de las líneas de esfuerzo mecánico. Así mismo, es el proceso por el
que sanan los huesos lesionados.
• [La destrucción de la matriz por los osteclastos se denomina resorción ósea. En este
proceso, los osteclastos se adhieren firmemente a la superficie ósea en el endostio o el
periostio y forman un sello impermeable en los límites de su borde arrugado. Después
liberan enzimas lisosomicas, que diguieren proteinas y varios ácidos en la bolsa sellada.
Varios osteclastos que trabajan en forma conjunta excavan un pequeño túnel en el hueso
antiguo. Las proteínas y minerales degradados de la matriz, principalmente calcio y fósforo,
entran en los osteclastos por endocitosis, cruzan la célula en vesículas y salen pos exocitosis
en el extremo opuesto hacia el borde arrugado. Los productos de la resorción ósea, qur
ahora están en el líquido intersticial, se difunden a los capilares sanguíneos cercanos. Una
vez se ha afectuado la resorción de una peaueña área del hueso, los osteclastos la dejan y
los osteblastos entran en escena para reconstruir el tejido óseo en esa área.
• A fin de lograr la homeostasis en los huesos, la actividad de resorción ósea de los osteclastos
debe estar en equilibrio de hueso por los osteclastos. Si estos últimas forman demasiado
demasiado tejido óseo, los huesos se vuelven anormalmente pesados y gruesos.
• Remodelado oseo

• Fases
• Fases
• 1. Activación
• Proceso por el cual factores locales y sistémicos activan el ciclo de remodelado, a través de
la estimulación y activación de los osteclastos. La activación consiste en aparición de una
célula derivadas de los monocito llamadas preosteoclastos que se fijan a la superficie
desplazando las células de recubrimiento. Estos precursores se transforman en osteclastos.
Proceso de la estimulación a través de hormonas paratiroideas que ayudan a la
activación de los osteoclastos.
• Se activa cuando los preosteoclastos se fijan a la superficie desplazando las células de
recubrimiento, estos precursores se transforman en osteoclastos activos
• 2. Resorción
• Es iniciada por los osteclastos y dura 1-3 semanas. Los osteclastos producrn fosfatasa ácida
y enzimas proteoliticas (catepsina) que comienzan a disolver la matriz mineral y a
descomponer la matriz osteoide; liberan mineral oseoy fragmentos colágenos. Este proceso
es acabado por los macrófagos y permite la liberación de los factores de crecimiento
contenidos en la matriz.
• 3. Fase intermedia de reposo o de inversión
• Entre el periodo resortivo y formativo tiene lugar una etapa intermedia, debomibada de
reposo, de aparente inactividad.
• Dura de 1-2 semanas. En este momento se deposita sobre la superficie resorbida una
delgada capa de material rico en glicoproteinas que se denomina "línea de cementacion" y
servirá de asiento a los osteoblastos.
• 4. Fase de formación
• Los precursores osteoblasticos activados por factores proliferativos procedentes de la
resorción ósea, se expanden y proliferan diferenciandose a osteoblastos cuboidalea
maduros (osteocitos)
• Estos ocupan la zona excavada por los osteoclastos y comienzan a sintetizar colágena TI y
otras proteinas como la ostecalcina, que se combinan para formar osteoide, es decir, la
sustancia orgánica que después se mineraliza. Esta fase dura 1-3meses
• 5. Fase de quiescente
• A los 30 días del depósito de osteoide comienza esta etapa. La fase finaliza cuando la nueva
unidad estructural ósea esta completamente formada. La superficie ósea se cubre de células
delimitantes aplanadas y tiene lugar un prolongado tiempo de reposo hasta que un nuevo
ciclo de remodelado comienza.
• Factores que afectan el crecimiento y la remodelación óseos El metabolismo óseo normal –
crecimiento de los jóvenes y remodelación ósea de los adultos– depende de una serie de
factores, entre los que se incluye el consumo adecuado de minerales y vitaminas, y también
los niveles suficientes de diversas hormonas. 1. Minerales. Durante el período de
crecimiento de los huesos, se necesitan grandes cantidades de calcio y de fósforo y, en
menor proporción, magnesio, flúor y manganeso. Estos minerales también son necesarios
para la remodelación ósea. 2. Vitaminas. La vitamina A estimula la actividad de los
osteoblastos. La vitamina C es necesaria para la síntesis de colágeno, principal proteína del
hueso. Como se analizará en breve, la vitamina D participa en la formación ósea, al estimular
la absorción sanguínea del calcio de la dieta en el tracto gastrointestinal. Las vitaminas K y
B12 también se requieren para la síntesis de las proteínas del hueso. 3. Hormonas. Durante
la infancia, las hormonas más importantes para el crecimiento del hueso son los factores de
crecimiento tipo insulina (IGF, por su sigla en inglés), producidos por el hígado y el tejido
óseo (véase la Sección 18.6). Los IGF estimulan a los osteoblastos, promueven la división
celular en la placa epifisaria y en el periostio y estimulan la síntesis de las proteínas que se
necesitan para formar hueso nuevo. Los IGF se producen en respuesta a la secreción de la
hormona de crecimiento (GH, por su sigla en inglés) en el lóbulo anterior de la glándula
hipófisis (véase la Sección 18.6). Las hormonas tiroideas (T3 y T4 ), secretadas por la glándula
tiroides, promueven el crecimiento óseo por medio de la estimulación de los osteoblastos.
Además, la insulina pancreática promueve el crecimiento óseo mediante el incremento de
la síntesis de proteínas óseas.
Fracturas: FRACTURAS Y CONSOLIDACIÓN ÓSEA
Una fractura es la ruptura de un hueso. Las fracturas se clasifican según su gravedad, su forma o la
localización de su trazo, o incluso en atención al médico que las describió por primera vez.
En algunos casos, un hueso puede fracturarse sin que se aprecie ninguna rotura. Una fractura por
estrés consiste en una serie de fracturas microscópicas que se presentan sin signos de ninguna otra
lesión tisular. En los adultos sanos, las fracturas por estrés se producen a raíz de actividades
repetitivas y extenuantes tales como correr, saltar o bailar. Estas fracturas son muy dolorosas y
también se producen como consecuencia de procesos patológicos que interfieren en la calcificación
ósea normal como, por ejemplo, la osteoporosis
En la consolidación de una fractura, se verifican los siguientes pasos
Formación del hematoma fracturario: Los vasos sanguíneos que atraviesan el trazo de fractura se
lesionan. Se presenta extravasación sanguínea por los cabos vasculares, y se acumula sangre
(generalmente coagulada) alrededor del trazo de fractura. Esta acumulación de sangre, llamada
hematoma fracturario (hemat-, sangre; -oma, tumor) generalmente se forma entre las 6 y las 8
horas posteriores a la lesión. Dado que la circulación se detiene en el sitio en el cual se forma el
hematoma fracturario, las células óseas de la región se necrosan y, en respuesta a ello, se producen
edema e inflamación y, como consecuencia, más detritos celulares. Fagocitos (neutrófilos y
macrófagos) y osteoclastos comienzan a remover los tejidos necrosados o dañados en el sitio del
hematoma fracturario y a su alrededor. Esta etapa puede prolongarse varias semanas.
Formación del callo fibrocartilaginoso: Fibroblastos periósticos invaden el foco fracturario y
producen fibras de colágeno. Además, células periósticas regionales se transforman en
condroblastos y comienzan a producir fibrocartílago. Estos fenómenos conllevan la formación de un
callo fibrocartilaginoso (blando); es decir, de una masa de tejido de reparación formada por fibras
de colágeno y por cartílago que constituyen un puente entre los cabos óseos de la fractura. La
formación del callo fibrocartilaginoso insume alrededor de 3 semanas.
Formación del callo óseo: En las regiones cercanas a tejido óseo sano bien vascularizado, células
osteogénicas se transforman en osteoblastos, que comienzan a producir trabéculas de hueso
esponjoso. Las trabéculas unen las partes vitales y las necrosadas de los fragmentos óseos originales.
Con el tiempo, el fibrocartílago se transforma en hueso esponjoso y, a partir de ello, el callo se
denomina callo óseo (duro). El callo óseo se mantiene entre 3 y 4 semanas.
Remodelación ósea: La etapa final de la consolidación de la fractura es la remodelación ósea del
callo. Las áreas necróticas de los fragmentos óseos originales son gradualmente absorbidas por
osteoclastos. Alrededor de la fractura, el hueso esponjoso es remplazado por hueso compacto.
Algunas veces, la consolidación es tan perfecta que el trazo de fractura es indetectable, incluso en
las radiografías. Sin embargo, como prueba de la fractura consolidada queda un sitio engrosado en
la superficie del hueso.
Si bien la irrigación del hueso es abundante, la consolidación de una fractura a veces tarda meses.
El calcio y el fósforo necesarios para fortalecer el hueso recién formado se depositan gradualmente,
y las células óseas –en general– crecen y se reproducen lentamente. La lentitud de la consolidación
de las fracturas graves también se explica por la interrupción de la irrigación sanguínea.
Osteoporosis:

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy